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Micro 1er parcial

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TRABAJO PRACTICO 1: LESION CELULAR 
 
INFARTO ANÉMICO DE RIÑÓN (13) 
En el preparado histológico se pueden 
observan múltiples estructuras conformadas 
por elementos vasculares dispuestos en 
ovillos (glomérulo), rodeados por un espacio 
ópticamente negativo (espacio urinífero) y 
revestido por un epitelio plano simple (hoja 
parietal de la cápsula de Bowman). También 
se observan múltiples estructuras 
tubulares, con una luz central, y revestidas 
por epitelio cúbico simple (túbulos). 
Basándonos en esto, podemos aseverar que 
se trata de un preparado de tejido renal (y 
estamos viendo el área cortical del mismo, si 
fuera médula veríamos sólo túbulos). En el 
mismo, se pueden distinguir netamente dos áreas. Una claramente preservada, y otra alterada, en la 
cual se distingue a poco aumento gran eosinofilia (zona del infarto). A mayor aumento, podemos 
apreciar claramente un área lesionada, caracterizada por un aumento difuso de la eosinofilia en 
todos los compartimientos (glomérulos, túbulos, vasos e intersticio). Los glomérulos se muestran con 
tinción eosinófila homogénea, no se tinguen núcleos, y el espacio urinífero está ausente. Los 
túbulos muestran distintos grados de afectación, en algunos las células se muestran tumefactas, 
sin núcleos, y parecieran conservar sus contornos. Otros muestran desprendimiento epitelial, y 
otros prácticamente ya perdieron su epitelio. También se observa la presencia de un material amorfo 
eosinófilo hialino dentro de los mismos, que podrían corresponder a cilindros formados por detritus 
celulares o material proteináceo. En la zona de interfase o transición, se aprecian túbulos con 
variable grado de lesión, algunos con tumefacción celular pero presencia de núcleos, y otros ya sin 
núcleos y con aumento de su eosinofilia. Por último podemos apreciar la presencia de edema, 
vasos congestivos, sectores de hemorragia y algunas células que aparentarían ser 
polimorfonucleares. Estos últimos cambios son más pronunciados en la zona de transición. Estos 
datos nos permiten inferir que el preparado corresponde a un área de necrosis coagulativa, 
delimitada, que podría corresponder a una zona de infarto cortical (anémico), quizás debido a 
oclusión arterial renal por trombo o embolia. 
 
 
 
 
RIÑON CON AUTÓLISIS (197) 
El preparado corresponde a un órgano parenquimatoso macizo, cuyas estructuras se encuentran 
aparentemente afectadas de forma difusa, sin poder distinguirse áreas preservadas o normales. 
No obstante, aún se pueden distinguir estructuras similares a ovillos vasculares, que podrían 
corresponder a glomérulos renales, y 
estructuras tubulares con distinto grado de 
lesión. Podemos suponer así que se trata de 
tejido renal, ya que el mismo está alterado de 
manera difusa. Se aprecia desaparición 
extensa de los límites celulares en todos sus 
compartimientos, aumento de la eosinofilia y 
tumefacción citoplasmática (hinchazón 
probablemente debido a la entrada de agua a 
la célula). Los núcleos se observan con 
variable grado de preservación, a diferencia 
de lo ocurrido en la necrosis (cariólisis). Los glomérulos muestran una estructura alterada, como 
“fantasmas” de lo que fueron antes, al igual que los túbulos, que parecieran estar degradándose. En 
ellos se aprecia gran tumefacción celular, aumento de eosinofilia, algunos preservan sus núcleos, 
otros no. También muestran detritus o material amorfo eosinófilo en su luz. Otros ya manifiestan 
gran afectación, y no pueden distinguirse elementos normales. En el intersticio se ven zonas de 
hemorragia. En base a estos datos, podemos pensar que el preparado corresponde a un tejido 
deteriorado quizás producto de una autólisis, debida tanto a material obtenido de necropsia o bien 
obtenido por biopsia, pero que no fue adecuadamente fijado. 
 
 
 
 
RIÑÓN CON NEFROSIS OSMOTICA (119) 
En este preparado se puede apreciar una 
alteración difusa (no es focal), pero sin 
embargo se distinguen ciertas estructuras 
preservadas que nos permiten hacer 
diagnóstico de órgano: los glomérulos (ya 
vimos como se describen) y los túbulos (ídem). 
Cabe aclarar que el preparado está teñido con 
técnica de PAS, pudiéndose observar la 
coloración violácea de las membranas 
basales glomerulares y tubulares (contienen 
glucoproteínas y mucopolisacáridos, por eso 
se son PAS+). La afectación se localiza únicamente a nivel tubular, y se puede apreciar aumento 
de tamaño de los mismos, tumefacción de las células y una extensa vacuolización 
citoplasmática, a modo de espacios redondeados PAS negativos, de distintos tamaños. 
Exceptuando que esas vacuolas contengan lípidos y que el preparado no haya sido incluido en 
parafina (que tiñéndolo con Sudán o Aceite Rojo, darían +), nos queda pensar que contienen agua, 
ya que si contuvieran glúcidos, serían PAS+. Observando con mayor detenimiento, podemos afirmar 
que la lesión se localiza sólo a nivel de los TCP, ya que en la luz de los mismos se observan los 
ribetes en cepillo (son exclusivos de las células del TCP), “enmarañados” y PAS+. Los túbulos que 
se observan preservados corresponden al TCD, que normalmente NO tiene ribete en cepillo, y como 
puede verse, no presentan vacuolización citoplasmática. Todos estos datos nos hacen pensar en 
una degeneración vacuolar hidrópica renal (o nefrosis osmótica). Es una lesión reversible, 
pudiéndose observar los límites celulares y los núcleos conservados. Aunque para confirmar que 
es reversible, deberíamos teñir la muestra con un colorante Supravital, como el azul brillante de 
Cresilo. 
 
 
 
PULMÓN CON NECROSIS CASEOSA (27) 
En el preparado se observan áreas 
conservadas, que corresponden a un 
órgano parenquimatoso, constituido por 
múltiples espacios ópticamente 
negativos separados por septos o 
tabiques de tejido conectivo, tapizados 
por epitelio plano simple. Gracias a estas 
características, es que podemos hacer 
diagnóstico de tejido pulmonar, y dicho 
espacios corresponden a cavidades 
alveolares. En el área central del 
preparado, se puede distinguir una lesión 
que reemplaza u ocupa el parénquima, 
y tiene apariencia de un material amorfo heterogéneo y eosinófilo, pero con una marcada tinción 
basófila irregular y difusa sobre la lesión. Este aspecto nos haría pensar que se trata de un foco de 
necrosis caseosa, ya que tiene el típico aspecto de “necrosis sucia”, donde la eosinofilia 
correspondería a la masa necrótica, debida a la gran pérdida de los límites celulares, detritus 
celulares y pérdida de la estructura normal; y donde la basofilia estaría dada por restos nucleares 
dispersos, a modo de “polvillo nuclear”. Acompañando a la lesión, se observan áreas con septos 
destruidos (enfisema) y numerosos elementos leucocitarios (infiltrado inflamatorio). Además se 
observa que este material caseoso se extiende hacia el interior de alvéolos vecinos más 
preservados. El diagnóstico también se sustenta en que, si bien existen otros tejidos susceptibles, el 
pulmón es el órgano predilecto de la tuberculosis, infección que se acompaña de este tipo de 
necrosis. Nunca hay que olvidarse que el término “caseoso” (queso en latín), se debe a la apariencia 
macroscópica de la lesión y no a la microscópica. 
 
CITOESTEATONECROSIS PANCREÁTICA (161) 
El preparado corresponde a un órgano macizo, 
de apariencia glandular, ya que pueden 
apreciarse numerosos lobulillos constituidos 
por estructuras acinares de células cúbicas, 
con una luz central, muchas veces ocupada por 
material hialino proteináceo. Los lobulillos están 
separados por tabiques fibroconectivos, que 
en algunas áreas presentan conductos 
secretores revestidos por epitelio cúbico 
simple. Además pueden observarse algunas estructuras aisladas, con forma de islotes o 
redondeadas, constituidas por células agrupadas de citoplasma claro (islotes de Langerhans). Este 
tejido conservado nos hace pensar en páncreas. En la periferia del preparado y también rodeando a 
algunos tabiques, se aprecia tejido adiposo pancreático, que en algunos sectores se encuentraconservado (células en anillo de sello), pero en otros sectores se aprecia pérdida de la estructura 
normal. En dichos sectores, las células han sido reemplazas por una masa amorfa acidófila, mal 
delimitada, prácticamente no se distinguen límites celulares y hay ausencia de núcleos. También se 
observan áreas de hemorragia, congestión, edema y algunos elementos leucocitarios. Algunos 
adipocitos presentan distintos grados de lesión, pero pudiéndose aún distinguir la vacuola lipídica 
central. Acercándonos al parénquima acinar, pueden observarse algunos acinos degenerados, 
necróticos, y no se identifican estructuras celulares. Por últimos, algunos sectores muestran 
precipitación de un material amorfo granular y basófilo, que podrían corresponder a focos de 
calcificación distrófica. Estas características nos permiten inferir que estamos en presencia de 
citoesteatonecrosis, muy probablemente debido a pancreatitis aguda. 
 
 
 
TRABAJO PRACTICO 2: PATOLOGIA METABOLICA, NUTRICIONAL Y CIRCULATORIA 
RIÑÓN DIABÉTICO (160) 
El preparado corresponde a un órgano sólido que muestra compromiso difuso de todos sus 
compartimentos, pero el escaso tejido remanente nos permite identificar estructuras vasculares en 
ovillos y estructuras tubulares (ya vimos como hacer diagnóstico de riñón), por lo que se infiere se 
trata de tejido renal. Analicemos por partes: 
1) Los glomérulos se encuentran comprometidos de forma difusa, pudiendo identificarse grados 
variables de lesión. La mayoría muestra un aumento homogéneo de la eosinofilia (aspecto 
hialino). El aspecto hialino podría deberse a un 
incremento difuso de la matriz mesangial en 
distintas regiones del glomérulo. La pared de los 
capilares glomerulares se encuentra 
difusamente engrosada y hialina, 
probablemente debido a un aumento de la MB, 
lesión que es compatible con la esclerosis 
observada en la DBT. Algunos capilares 
muestran microaneurismas. Algunos 
glomérulos muestran lesiones nodulares 
hialinas homogéneas, sobre todo en la 
periferia, en un número variable, pero no más de 
2 o 3. Este aspecto nodular puede deberse a un 
engrosamiento focal de la matriz mesangial, lesión que se observa típicamente en la DBT 
(lesión de Kimmelstiel-Wilson). Otras lesiones se ven como depósitos nodulares hialinos 
densos, que aparentan estar adheridos a la hoja visceral de la cápsula de Bowman, y podrían 
corresponder a la exudación de material proteináceo (gota capsular). Estas lesiones nodulares 
sólo se detectan en algunas regiones de sólo algunos glomérulos, por lo que es focal y 
segmentaria, otro dato que apoya el diagnóstico de DBT. Por último, algunos glomérulos se 
encuentran globalmente hialinizados, lesión que nos recuerda a la esclerosis “en oblea”. 
2) Las paredes de las arteriolas y vasos de pequeño calibre se encuentran engrosadas por la 
presencia de un material hialino homogéneo, que podría ser a expensas de un aumento de la 
MB, lesión típica que se observa en la DBT y HTA. Las arterias de mayor calibre, además de 
mostrar un aumento hialino de la MB, muestran hiperplasia de la media, ya que puede 
observarse proliferación de las células musculares lisas, que se disponen de forma 
concéntrica como en catáfilas de cebolla. Algunas arterias y arteriolas contienen trombos en su 
interior, que ocluyen la luz. 
3) Los túbulos también muestran distintos grados de lesión. Además de una marcada pérdida de 
los mismos, los remanentes se muestran atróficos, con aplanamiento o bien desprendimiento 
del epitelio, y engrosamiento de la MB. 
4) En el intersticio pueden apreciarse finas bandas colágenas que corresponderían a fibrosis, 
edema e infiltrado leucocitario. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
INFARTO HEMORRÁGICO DE PULMÓN (14) 
A poco aumento, en la vista panorámica se 
pueden reconocer dos sectores delimitados. 
En uno se observan espacios ópticamente 
negativos rodeados por septos de tejido 
conectivo, tapizados por epitelio plano simple. 
Esta sería la región más conservada y la que 
nos permite hacer diagnóstico de pulmón. En 
el otro sector, a poco aumento no puede 
reconocerse la estructura normal, se 
observa aumento de la eosinofilia, de un 
aspecto granular, y pérdida de septos y 
espacios alveolares. A mayor aumento, 
podemos observar que existe abundante 
cantidad de hematíes ocupando el tejido y no se reconocen septos ni alvéolos. En algunas áreas 
se detecta la presencia de un pigmento en forma de gránulos pardo oscuros o negros, que podría 
corresponder a pigmento formólico (precipitación de ácido fórmico, esperable en tejidos con mucha 
sangre, artificio de técnica). También se observan abundantes siderófagos (células nucleadas, de 
mayor tamaño que los hematíes, con citoplasma pigmentado). Este es un sector claramente 
hemorrágico. En la interfase entre la zona hemorrágica y la conservada, se observan septos 
engrosados, repletos de hematíes, con áreas de hemorragia y congestión. Algunos alvéolos 
presentan ocupación parcial de su luz por un material hialino claro, que podría corresponder a 
edema más proteínas trasudadas, y hematíes (hemorragia intraalveolar). Por último, pueden 
detectarse algunas estructuras vasculares, que presentan congestión y engrosamiento hialino de 
su pared (es compatible con hipertensión arterial). Estos cambios nos harían pensar en un área 
de infarto hemorrágico pulmonar, probablemente debido hipertensión pulmonar de larga data a 
causa de enfermedad tromboembólica. 
 
 
 
 
INFARTO DE MIOCARDIO EN EVOLUCIÓN (42) 
El preparado corresponde a un órgano hueco 
(cámara), con paredes que aparentan estar 
constituidas por tejido muscular (miocardio), 
ya que se observan células a modo de bandas 
o fibras eosinófilas, algunas longitudinales y 
otras seccionadas transversalmente, con 
núcleo central en las zonas más conservadas. 
A mayor aumento, se observa que dichas 
fibras poseen estriaciones transversales 
más eosinófilas. La superficie interna (luminal), 
se encuentra tapizada por células planas, 
similares al endotelio (endocardio), y por 
debajo de las mismas, se aprecian fibras 
colágenas (tejido conectivo del subendocardio). Esto nos permite hacer diagnóstico de corazón. La 
zona afectada se caracteriza por presentar bandas de tejido muscular que, si bien conservan la 
forma o contorno celular (necrosis coagulativa), muestran un aumento homogéneo de la 
eosinofilia, pérdida de estriaciones y ausencia de núcleos (cariólisis). Estas características son 
compatibles con un área de necrosis coagulativa, típicas del infarto de miocardio. Entre las fibras 
se observa edema y eventuales leucocitos (inflamación aguda). En las zonas adyacentes al área 
de necrosis coagulativa, puede observarse la presencia de un tejido más claro, que a mayor 
aumento se ve como un área extensa constituida por finas bandas eosinófilas, que podrían 
corresponder a fibras colágenas, junto con algunos fibroblastos, abundante edema y numerosas 
estructuras vasculares tortuosas de pared delgada. Esta morfología nos recuerda al tejido de 
granulación, formado por fibroblastos, vasos de neoformación (son muy edematosos) y tejido 
colágeno laxo; el cual se desarrolla aproximadamente entre los días 10º y 14º de ocurrido el infarto, 
por lo que inducimos que el mismo se encuentra en evolución (futura cicatriz). Otros cambios que 
se pueden observarse, sobre todo en la zona de transición, son áreas de hemorragia y congestión, 
junto con elementos leucocitarios y algunos siderófagos dispersos. Por otro lado, adherida al 
endocardio parietal y ocupando la luz, puede observarse una masa constituida en gran parte por 
hematíes, material eosinófilo a modo de bandas, compatible con precipitados de fibrina, junto con 
ocasionales leucocitos. Esta morfología nos hace inferir que se trata de un trombo reciente, 
complicación frecuente del IAM. 
 
 
 
PAQUETE VASCULAR CON TROMBOSIS ANTIGUA RECANALIZADA CON TROMBOSIS 
RECIENTE (15) 
En el preparado pueden observarse 
aparentemente dos estructuras elípticas u 
ovoidales,que podrían corresponder a 
órganos tubulares seccionados 
transversalmente, uno a la izquierda con una 
luz y una pared eosinófila importante; y otro a 
la derecha, rodeado por una pared también 
eosinófila pero mucho más delgada, casi 
imperceptible, y donde se esperaría ver una 
luz, se observa una morfología particular, 
claramente patológica. A poco aumento, el 
diagnóstico que puede inferirse es el de un pedículo o paquete vascular, donde uno de los vasos 
posee ocupación de su luz. A mayor aumento, podemos observar que el vaso de la izquierda es 
claramente una arteria, ya que se puede distinguir, de interno a externo, la túnica íntima donde 
algunos sectores conservan células endoteliales y subendotelio, la lámina elástica interna con el 
festoneado típico, la túnica media gruesa constituida por abundantes fibras musculares lisas de 
núcleo central, que se disponen longitudinalmente, algunas onduladas; y por último la túnica 
adventicia constituida por tejido conectivo. En cuanto al vaso de la derecha, podemos inferir que se 
trata de una vena, por su luz más amplia, la pared muscular más delgada, no se distingue lámina 
elástica interna y la adventicia presenta focos de tejido adiposo. Llama la atención la ocupación 
total de la luz venosa por lo que aparenta ser tejido conectivo, ya que se observan bandas o 
fibras eosinófilas dispersas, onduladas. Además se ven algunas estructuras ópticamente negativas, 
pequeñas, de estructura tubular, algunas seccionadas transversalmente y otras de forma 
longitudinal, tapizadas por células planas, que podrían corresponder a pequeños vasos de 
neoformación. Aisladamente se aprecian algunas células de citoplasma oscuro, compatibles con 
siderófagos, lo que indicaría que previamente hubo hemorragia en esas regiones. Esta masa de 
tejido conectivo vascularizado, presenta diversos espacios o cavidades, unos 6 o 7, voluminosos, 
de bordes irregulares, revestidos por células planas (endotelio); los cuales asimismo están 
ocupados por un material intensamente eosinófilo, que a gran aumento corresponden a elementos 
hemáticos y un material fibrilar tenue rosado, que podría corresponder a fibrina. En algunas 
cavidades, este material se muestra fuertemente adherido a la pared, donde se aprecia tejido 
conectivo y neovasos. Por último, en otras cavidades, se ve que este material muestra zonas de 
degeneración o reblandecimiento central. En base a estos datos, podemos inferir que la vena de 
este paquete vascular experimenta una trombosis antigua recanalizada, con formación de 
trombos recientes dentro de dichos canales, algunos de los cuales ya están experimentando 
organización. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
TROMBOSIS ARTERIAL 
El preparado corresponde a la sección transversal de 
un órgano tubular, con luz central y una gruesa 
pared, que aparenta ser una estructura vascular. A 
mayor aumento podemos distinguir que la pared esta 
revestida internamente por una monocapa de células 
planas (endotelio), seguida de una banda eosinófila 
constituida aparentemente por tejido conectivo 
colágeno (subendotelio), luego una túnica de tejido 
muscular liso, con fibras dispuestas longitudinalmente 
(túnica media), y por último se ven bandas colágenas 
agrupadas constituyendo una túnica de tejido 
conectivo (adventicia). Con estos datos, podemos 
decir que se trata de una estructura arterial. A poco 
aumento se pueden apreciar dos lesiones 
importantes. Una de ellas corresponde a una masa 
intensamente eosinófila, que se dispone ocupando la totalidad de la luz arterial y está 
fuertemente adherida a la pared. A mayor aumento, dicha masa está conformada por abundantes 
hematíes y depósitos de un material hialino proteináceo, que podría corresponder a fibrina. Esta 
masa es claramente compatible con un trombo reciente. En la zona de adherencia, se observa 
gran engrosamiento de la íntima, con abundante tejido conectivo en continuidad con el trombo, y 
además numerosos vasos de neoformación (espacios ópticamente negativos tortuosos, revestidos 
por endotelio), junto con células mononucleares y siderófagos aislados. La presencia de este 
tejido, nos estaría indicando que el trombo comenzó a organizarse. La otra lesión puede observarse 
en un sector engrosado de la íntima, que comprime a la media, y se ve como una lesión oval, de 
bordes irregulares, ópticamente vacía, con áreas intensamente basófilas de aspecto granular. 
Esta lesión, por la morfología y localización, es compatible con una placa de ateroma, y esos 
sectores basófilos granulares corresponderían a focos de calcificación distrófica. 
 
 
 
 
 
 
 
EDEMA Y CONGESTIÓN PULMONAR 
El preparado corresponde a un órgano sólido, 
que presenta claramente una lesión difusa en 
todo su parénquima, detectándose escasas 
características algo conservadas que nos 
permitan hacer diagnóstico de órgano. Sin 
embargo, pueden identificarse a poco aumento 
múltiples cavidades o espacios ópticamente 
negativos (tapizados por epitelio plano a mayor aumento), separados por tabiques o septos, y esto 
nos permitiría inferir diagnóstico de pulmón. Otros datos que apoyan al diagnóstico, es la presencia 
de algunas estructuras vasculares (luces circunscriptas, revestidas por una monocapa de células 
planas, tejido conectivo y tejido muscular) y estructuras tubulares de diámetro importante, con luz 
central que a gran aumento muestran una mucosa tapizada por epitelio seudoestratificado, 
seguida de una delgada túnica de fibras musculares lisas, y masas o nódulos asilados constituidos 
por células cúbicas o poliédricas agrupadas o en dispuestas en pilas de monedas, de citoplasma 
claro y núcleo prominente (condrocitos), inmersas en una sustancia hialina homogénea (nódulo 
cartilaginoso). Esta estructura corresponde a un bronquio, certifica el diagnóstico de pulmón. El 
tejido pulmonar de este preparado, a poco aumento muestra un marcado ensanchamiento de los 
tabiques alveolares, con presencia de capilares congestivos y áreas de hemorragia (glóbulos 
rojos dispersos en el intersticio). Algunos septos muestran zonas de ruptura (enfisema). A mayor 
aumento, dichos septos muestran áreas de edema y hemorragia, junto con algunos siderófagos 
aislados (células grandes hiperpigmentadas Æ macrófagos cargados de hemosiderina). En cuanto a 
los espacios alveolares, se muestran ocupados parcial o totalmente, por un material amorfo 
eosinófilo pálido o hialino, que podría corresponder a edema intraalveolar, junto con algunos 
siderófagos. El aspecto hialino del edema en estas zonas, se debe a la presencia de proteínas 
trasudadas. Utilizando azul de Prusia, confirmaríamos la existencia de hemosiderina dentro de los 
siderófagos y en el intersticio. La biopsia podría corresponder a un paciente con insuficiencia 
cardíaca izquierda. 
 
 
 
 
 
 
 
HÍGAGO CON ESTATOSIS (CAMBIO GRASO) (208) 
El preparado corresponde a un órgano sólido que 
muestra afectación difusa de todo su parénquima. A 
mayor aumento podemos identificar áreas más 
conservadas, algunas que muestran múltiples estructuras 
tubulares seccionadas transversalmente y de histología 
diferente. Se puede observar algunas cuya luz es de 
mayor diámetro que el resto, y están revestidas por una 
monocapa de células planas seguida de escasas fibras 
musculares lisas (rama de vena porta). Otras son de luz 
menor, y además de estar revestidas por células planas, 
presentan una capa más gruesa de músculo liso (rama de 
la arteria hepática). Y por último, múltiples túbulos de luz 
circunscripta, revestida por un epitelio cilíndrico simple 
(conductillos biliares). Todos ellos, rodeados de tejido 
conectivo, con presencia de algunos elementos 
mononucleares. Este conjunto de estructuras nos permite hacer diagnóstico de espacio porta, con 
la tríada característica. Por último, se observan algunas áreas más conservadas de parénquima, 
constituidas por células cúbicas o poliédricas, de citoplasma claro y núcleo central prominente 
(hepatocitos). En base a esto hacemos diagnóstico de hígado.La lesión es difusa, y se caracteriza 
por la presencia marcada de vacuolas ópticamente negativas en el citoplasma de los hepatocitos, 
que inducen la protrusión del núcleo, mostrándose excéntrico. En algunos sectores, las vacuolas 
son tan grandes que ocupan todo el citoplasma, dando la apariencia de tejido adiposo. En otros 
sectores, sobre todo en las adyacencias del espacio porta (donde las células están mejor 
oxigenadas y nutridas) algunos hepatocitos más conservados muestran microvacuolas dispersas 
por todo el citoplasma. Estas características son representativas de múltiples trastornos que se 
caracterizan por el depósito o acumulación de sustancias dentro de los hepatocitos. Si tiñéramos al 
tejido con PAS, y las vacuolas fueran (+), sospecharíamos la presencia de algún glúcido, como la 
acumulación de glucógeno observada en las glucogenosis. Si el preparado hubiera sido procesado 
de distinta forma, por ej., por congelación, sin incluirlo en parafina, y lo tiñéramos con Sudán o 
Aceite Rojo 0, podríamos observar la naturaleza lipídica de las vacuolas, haciendo diagnóstico de 
esteatosis. 
 
 
 
 
TRABAJO PRACTICO 3: INFLAMACION Y REPARACION 
 
PIELONEFRITIS CRÓNICA INESPECÍFICA (23) 
El preparado corresponde a un órgano 
macizo, con variable grado de lesión 
que compromete a todos sus 
compartimientos. Los escasos 
elementos conservados, nos permiten 
visualizar a poco aumento estructuras 
tubulares múltiples, seccionadas 
oblicua y transversalmente, con 
presencia de un material eosinófilo homogéneo en su interior, dando un aspecto o imagen 
seudotiroidea (túbulos renales). Además se observan estructuras vasculares, algunas 
corresponden a arterias musculares, visualizándose una luz con elementos hemáticos en su 
interior, un endotelio y una gruesa túnica muscular. Otras corresponden a elementos capilares, 
dispuestos en ovillo, rodeados por un espacio ópticamente negativo (glomérulos). En base a estos 
datos, hacemos diagnóstico de riñón. A poco aumento, se distinguen extensas áreas hipercelulares 
(zona del infiltrado inflamatorio), y otras reemplazadas por un material fibrilar eosinófilo (bandas 
colágenas, zona de fibrosis). A mayor aumento se detectan grados variables de lesión y cada 
compartimiento: en torno a los túbulos, éstos muestran aplanamiento del epitelio cúbico normal, 
que probablemente se deba a atrofia, junto con dilatación de la luz y la presencia de un material 
hialino homogéneo ocupando la misma, que posiblemente sean cilindros de material 
proteináceo. En cuanto a los glomérulos, algunos se encuentran algo conservados, pero la 
mayoría muestran alteración de la forma, con aumento de la eosinofilia y diminución de la 
celularidad, junto con engrosamiento de la cápsula de Bowman. Esto podría deberse a esclerosis o 
fibrosis de los mismos. El intersticio muestra diversos cambios. En algunas regiones, se observa 
un extenso infiltrado inflamatorio, a predominio mononuclear, junto con edema; y en otros 
sectores se aprecian abundantes bandas eosinófilas, que podrían corresponder a fibrosis. Por 
último, los vasos se muestran congestivos, repletos de hematíes, y con engrosamiento parietal a 
expensas de un incremento de la túnica muscular, lo que podría deberse a arterioesclerosis. 
Claramente, este conjunto de lesiones nos están hablando de un proceso inflamatorio crónico del 
parénquima renal (mononucleares + fibrosis = inflamación crónica), el cual es a predominio 
tubulointersticial, por lo que podría corresponder a una pielonefritis crónica. Como no hay 
elementos distintivos o específicos de algún trastorno en particular, decimos que la inflamación es 
inespecífica. Si encontrara, por ej., granulomas con células gigantes multinucleadas y un centro de 
necrosis caseosa, con bacilos ácido-alcohol resistentes, la pielonefritis sería específica de 
tuberculosis, por tirar algún ejemplo. 
 
 
 
 
AMILOIDOSIS ESPLÉNICA (9) 
En la vista panorámica, se reconoce el corte de 
un órgano macizo, con tinción extensamente 
basófila que corresponde a elementos 
mononucleares como constituyentes de su 
parénquima, por lo que presumimos se trata de 
in órgano linfoide. En la región superficial 
podemos observar que el mismo se encuentra 
revestido por una cápsula de tejido conectivo 
fibroso intensamente eosinófila, de la cual 
parten tabiques hacia la profundidad, que 
además de tener tejido conectivo, aparentan 
tener algunas fibras musculares lisas y elementos vasculares. Todo el parénquima comprendido 
entre la cápsula y los tabiques, está constituido por tejido linfoide, ya que se aprecian numerosas 
células pequeñas mononucleadas, de núcleo grande, central y ovoide, e intensamente basófilo 
(linfocitos). Los mismos se disponen de dos maneras específicas: algunos muy agrupados 
formando folículos aislados, de centro más claro y con la presencia de un elemento vascular 
excéntrico, que por el diámetro de su luz y una túnica muscular importante, asumimos se trata de 
una arteriola. Otros, la mayoría, se disponen formando cordones extensos, que encierran luces 
algo tortuosas, compatibles con senos vasculares. Esta morfología particular, nos recuerda al 
bazo, cuyo parénquima está constituido por dos sectores diferenciados: pulpa blanca, dada por 
folículos linfoides (corpúsculos de Malpighi), con un centro germinal más claro con centroblastos 
(centro germinativo de Flemming), y una arteriola periférica (arteriola de Malpighi); y la pulpa 
roja, formada por cordones o trabéculas de células linfoides (cordones de Billroth), que revisten 
senos venosos. En un sector del parénquima, se observa la presencia de un depósito extenso de 
material amorfo, eosinófilo, homogéneo, aparentemente proteináceo, y extracelular, que se 
dispone comprimiendo al parénquima adyacente, y en algunos sectores rodea a arteriolas de 
Malpighi. Por sus características, inferimos que dicha sustancia corresponde a proteína amiloide, 
seguramente debido a una amiloidosis secundaria. Para confirmar la existencia de dicha 
sustancia, sólo basta utilizar técnicas especiales, como tinción de Rojo Congo, que al microscopio 
de luz corriente, tiñe a la lesión de un color pardo rojizo, pero más característica es la coloración si 
utilizamos microscopio de luz polarizada, donde se observa birrefringencia verde manzana. La 
tioflavina T muestra fluorescencia característica. Y por último, la microscopía electrónica nos 
permite apreciar que el amiloide está constituido por múltiples proteínas fibrilares, sin ramificaciones, 
en hoja plegada-β, de alrededor de 8nm de espesor. 
 
 
 
 
 
 
 
 
CIRROSIS MICRONODULAR HEPÁTICA (117) 
En la vista panorámica se puede apreciar que el 
preparado corresponde a un órgano macizo, 
que presenta una clara afectación difusa de 
todo su parénquima (no es focal), ya que no es 
posible identificar estructuras conservadas que 
nos permitan hacer diagnóstico de órgano. 
Asimismo, en la vista panorámica, es posible 
detectar la presencia de múltiples nódulos o 
islotes parenquimatosos, de tamaño variable, 
rodeados por puentes o septos intensamente 
eosinófilos. A mayor aumento, efectivamente 
se comprueba que el órgano presenta una 
severa alteración histoarquitectural y celular. 
Los nódulos están constituidos por células 
cúbicas, de citoplasma claro y núcleo central, agrupadas o dispuestas en cordones, y nos recuerdan 
a la morfología hepatocitaria. Además, de forma dispersa, y sobre todo localizadas a nivel de los 
septos mencionados anteriormente, se pueden apreciar múltiples estructuras tubulares o 
ductulillares, de luz pequeña, revestidas por epitelio cúbico simple; y algunas estructuras 
vasculares. Esto último, sumado a la apariencia hepatocitaria de las células parenquimatosas, 
sospechamos que el órgano es hígado. Por ende, dichos nódulos estarían constituidos por 
hepatocitos, los cuales muestran variable grado de lesión. Básicamente algunos muestran 
vacuolización de su citoplasma, compatible con sectores de esteatosis; otros manifiestan unarelación núcleo-citoplasma alterada (núcleos grandes en células pequeñas, y células grandes con 
núcleo pequeño). También pueden observarse, de forma aislada, algunas figuras intensamente 
basófilas, que podrían corresponder a mitosis. Por último, algunos sectores muestran células de 
forma alterada, intensamente eosinófilas, y anucleadas, que podrían corresponder a necrosis. Estos 
datos nos permiten sospechar que se trata de nódulos de regeneración hepatocitaria, donde los 
hepatocitos podrían estar experimentando hiperplasia compensadora. Rodeando a los nódulos, y 
a modo de un extenso entramado, se observan gruesos puentes o tabiques constituidos por 
bandas densas eosinófilas compatibles con tejido colágeno, es decir, fibrosis. Estos septos 
fibróticos parecen confluir uniendo lo que serían espacios porta, ya que en dichas zonas se aprecian 
múltiples conductillos revestidos por epitelio cilíndrico simple (que al ser muy numerosos, más de 
lo normal, inferimos existe multiplicación ductulillar debida probablemente a destrucción y 
neoformación de los mismos), junto con estructuras vasculares, que aparentan ser arteriolas o 
arterias de pequeño calibre ya que se ve túnica muscular, y algunos elementos mononucleares 
dispersos, que podrían corresponder a infiltrado mononuclear y macrófagos. Por último, se ve 
pérdida extensa de venas centrolobulillares, o bien, desplazamiento de las mismas hacia sitios 
anormales. Claramente existe una afección crónica (por la fibrosis) y difusa de todo el parénquima 
hepático, y podemos inferir que se trata de una cirrosis hepática, ya que se distingue notoriamente 
la tríada morfológica característica: nódulos de regeneración hepatocitaria, septos o puentes de 
tejido fibrosis encerrando a los mismos, y alteración difusa de la histoarquitectura normal. 
 
 
 
PERITONITIS SUBAGUDA EN ORGANIZACIÓN, PARED INTESTINO DELGADO (22) 
El preparado corresponde a la sección 
transversal de un órgano hueco tubular, cuya 
pared está constituida por múltiples capas. En 
la vista panorámica, apreciamos que en 
continuidad con la luz aparece una mucosa 
intensamente basófila que aparentemente 
manifiesta vellosidades y criptas. Siguiendo a 
la mucosa, se observa una submucosa, más 
clara y engrosada, con múltiples estructuras 
vasculares. En continuidad, una capa muscular fuertemente eosinófila, y por último, una túnica que 
correspondería a la adventicia, la cual se muestra marcadamente engrosada. Por las 
características citadas, inferimos que se trata de un corte de intestino, ya que las capas 
mencionadas son compatibles con las encontradas normalmente en dicho órgano; y que más 
precisamente correspondería a un sector de intestino delgado en su porción yeyuno-ileal, ya que 
la presencia de vellosidades excluye el diagnóstico de colon, y la ausencia de glándulas de Brunner 
excluye al de duodeno. A mayor aumento, podemos confirmar nuestro diagnóstico, ya que se 
observa una mucosa con múltiples prolongaciones digitiformes (vellosidades), seccionadas 
longitudinal, oblicua y transversalmente, revestidas por epitelio cilíndrico simple (enterocitos), con 
algunas células mucosecretoras caliciformes, que se destacan intercaladas irregularmente con 
espacios claros apicales. Por otro lado, intercalados entre las células epiteliales, se observan 
linfocitos intraepiteliales. El corion de la mucosa presenta las típicas glándulas tubulares 
simples, llamadas criptas de Lieberkühn, que en su fondo contienen células especiales 
agrupadas, de forma piramidal, que se destacan por su citoplasma granular fuertemente eosinófilo 
(células de Paneth). En el corion, además, se observan áreas con un denso infiltrado 
leucocitario, lo que podría corresponder a focos de inflamación. Por debajo de la mucosa se 
observa la típica muscular de la mucosa, distintiva del tubo digestivo, como una banda eosinófila 
constituida por fibras musculares lisas. Debajo de ésta, se destaca la túnica submucosa, de tejido 
conectivo, aparentemente inflamada, ya que se muestra engrosada, con infiltrados 
mononucleares, supuestamente edematosa, por las extensas áreas negativas, pero que también 
puede ser artificio por la técnica. La inflamación sin embargo es clara, ya que se observan 
estructuras vasculares congestivas, repletas de hematíes, con áreas de material proteináceo 
exudado, e incluso en algunas pueden verse leucocitos marginados y extravasándose. 
Siguiendo a la submucosa, se observa la túnica muscular, con su capa circular interna y longitudinal 
externa. Entre las fibras musculares, además de distinguirse fibras y ganglios nerviosos del plexo 
mientérico, visibles por su citoplasma más claro y núcleo agrandado, también se observan 
acúmulos leucocitarios. Llegando a la túnica serosa, se observa que la misma está claramente 
engrosada y ocupada por extensas bandas eosinófilas que aparentemente corresponden a tejido 
colágeno. Asimismo se observan numerosos vasos de neoformación congestivos, rodeados por 
extenso infiltrado inflamatorio, fibroblastos, zonas de hemorragia y exudados fibrinosos. 
Finalmente podemos concluir que la pared intestinal se encuentra inflamada, pero al observar lo que 
correspondería a tejido de granulación en la serosa, inferimos que se trata de un proceso 
subagudo, de quizás más de dos semanas de evolución, y que el componente inflamatorio 
peritoneal ha comenzado a organizarse. Podrían quedar bandas cicatriciales de tejido fibroso como 
secuelas, que podrían llevar a la formación de adherencias o disminución de la luz intestinal, lo que 
conduciría a un cuadro de obstrucción (íleo mecánico). 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
ESTÓMAGO CON ÚLCERA PÉPTICA CRÓNICA EN ACTIVIDAD (21) 
En la vista panorámica, se reconoce el corte de 
un órgano hueco con pared amplia, y una 
mucosa con glándulas y criptas. La superficie 
presenta a simple vista una solución de 
continuidad importante de la mucosa, y 
basofilia aumentada, quizás debido a múltiples 
elementos mononucleares. A mayor aumento, 
podemos distinguir una banda de mucosa 
revestida por un epitelio cilíndrico simple, de 
aspecto mucíparo, con núcleos basales y ápices claros; también se observan algunos leucocitos 
intraepiteliales. La misma se dispone formando criptas y estructuras glandulares, que en algunos 
sectores muestran presencia de células caliciformes, por lo que podríamos estar en presencia de 
focos metaplásicos. Otros sectores muestran notable alteración histoarquitectural, con 
dilatación y aplanamiento de glándulas. En el corion de la mucosa se aprecian algunas 
estructuras vasculares, áreas de edema y un denso infiltrado leucocitario, responsable de la 
basofilia vista a gran aumento. Efectivamente puede comprobarse una solución de continuidad 
que compromete a toda la superficie mucosa. Subyaciendo a la misma, se ve severo infiltrado 
inflamatorio, vasos congestivos, edema, y no puede identificarse la arquitectura normal. En la luz 
existen detritus necróticos y material inflamatorio. Podemos inferir que nos encontramos frente a 
una úlcera, por la magnitud de pérdida de tejido (toda la mucosa, y no se observa la muscular de la 
mucosa), de un sector del tubo digestivo. Respecto a esto último, probablemente se encuentre en 
estómago, porque además de ser el órgano más frecuentemente afectado por las úlceras, yeyuno-
íleon no es (no se ven vellosidades) ni duodeno (no hay glándulas de Brunner); pero tampoco 
podemos confirmar esto con exactitud, ya que no se aprecian las típicas glándulas fúndicas, con 
células parietales y principales. A mayor profundidad, podemos observar gran alteración de la 
histoarquitectura. La submucosa se halla edematosa (áreas pálidas entre las células) y con un 
denso infiltrado inflamatorio a predominio mononuclear que compromete toda la pared. En 
algunos sectores se observan luces dilatadas, congestivas, que podrían corresponder a 
neovasos. Es clara la presencia de abundantes bandas eosinófilas, afectando difusamente a la 
pared, compatibles con fibrosis. También seobserva infiltrado inflamatorio en planos más 
profundos, pero no tan denso como en el área subyacente a la úlcera. Por último, se distinguen 
bandas constituidas por fibras musculares lisas, seccionadas longitudinalmente, correspondientes 
a la muscular propia del órgano, pero que se disponen de una forma anormal, como “dirigiéndose” 
hacia el área ulcerada. Asimismo observamos entre las fibras musculares, estructuras en forma de 
cordón, seccionadas transversal o longitudinalmente, que se distinguen del entorno por su tinción 
eosinófila pálida (muy clara) junto con múltiples núcleos irregulares. Las mismas podrían 
corresponden a filetes nerviosos del plexo de Auerbach, y las dimensiones aumentadas junto 
con muchos núcleos, podrían significar hiperplasia de los mismos. Así llegamos a la conclusión 
de que el preparado corresponde a un sector de la pared gástrica, que presenta una úlcera crónica 
en actividad. Crónica debido a la presencia de fibrosis, metaplasia, hiperplasia nerviosa, células 
mononucleares y alteración de la histoarquitectura. En actividad, debido a que el infiltrado y los 
vasos congestivos son más prominentes en el área subyacente a la excavación. 
 
 
 
 
 
 
 
 
APÉNDICE CON APENDICITIS AGUDA FLEGMONOSA (19) 
El preparado 
corresponde a la sección 
transversal de un 
órgano hueco tubular, 
que en la vista 
panorámica muestra una 
luz y una pared 
constituida por múltiples 
capas. A mayor aumento podemos identificar en la superficie una mucosa de tipo intestinal, 
constituida por un epitelio columnar simple interrumpido en algunos sectores por células 
caliciformes intercaladas (se las distingue por su región apical ópticamente negativa) y un corion. 
La mucosa se dispone sólo formando criptas y no vellosidades (diagnóstico de intestino grueso), 
que a su vez son escasas y no muy desarrolladas (diagnóstico “parcial” de apéndice cecal, ya 
que para terminar de confirmar, deberían verse nódulos linfoides extensos que corresponden a las 
placas de Peyer, muy desarrolladas en este órgano, pero el corte es tan angosto que en este sector 
no se ven las mismas). El epitelio manifiesta múltiples linfocitos intraepiteliales, junto con 
infiltrado inflamatorio en el corion. En un sector de la mucosa, se ve una solución de continuidad 
(ulceración), y la presencia de una masa exofítica, formada por acúmulo de elementos 
leucocitarios, un material fuertemente eosinófilo que probablemente sea exudado de fibrina, y 
detritus celulares; dibujando así un pseudopólipo inflamatorio. Más profundamente y limitada 
hacia adentro por la muscular de la mucosa, se destaca la submucosa, engrosada, con áreas de 
edema, extensos infiltrados inflamatorios a predominio polimorfonuclear, y vasos congestivos. 
Llama la atención que el exudado inflamatorio no se dispone focalmente, sino disecando distintos 
sectores de tejido conectivo submucoso. Por debajo de la submucosa, se ven bandas de fibras 
musculares lisas de la muscular propia, dispuestas primero longitudinalmente (capa interna circular) 
y luego transversalmente (capa longitudinal externa). Al igual que en la submucosa, el tejido 
muscular se encuentra extensamente disecado por material inflamatorio, con 
polimorfonucleares, fibrina y detritus. Por último, la túnica serosa se destaca por su tejido 
conectivo y tapizada por mesotelio peritoneal, mostrando engrosamiento, infiltrado 
polimorfonuclear, edema, vasos congestivos y hemorragia. Inferimos que se trata de un proceso 
inflamatorio agudo purulento del apéndice con compromiso del peritoneo (peritonitis). Por la 
disposición del exudado inflamatorio disecando planos tisulares, hablamos de una apendicitis 
aguda flegmonosa.

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