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TEMA: RESUMEN OPIACEOS CAPITULO20 
AUTOR: ARIEL WILSON MALDONADO VARGAS CODIGO: 201305094 
 Opioides, analgesia y control del dolor 
DOLOR-.Esta en todas las patologías clínicas, y el manejo del dolor es un imperativo clínico primario. Los 
opoides tratan el dolor agudo,crónico.pero han aumentado los casos de adicción y muerte por su uso 
indebido.Como nuevas alternativas para el dolor crónico son: los NSAID, los anticonvulsivos y los 
antidepresivos.El opioide tiene una gran similitud con el opio.los opioides naturales se derivan de la resina de 
la adormidera, Papaver somniferum. Los opioides incluyen los alcaloides naturales vegetales, como la 
morfina, la codeína, la tebaína y muchos derivados semisintéticos. Los opioides endógenos son ligandos 
naturales para los receptores de opioides que se encuentran en los animales. El término endorfina no sólo se 
usa como sinónimo de péptidos opioides endógenos, sino que también se refiere a un opioide endógeno 
específico, la β-endorfina. El término narcótico se deriva de la palabra griega narkotikos, para 
“entumecimiento” o“estupor”.Aunque el término narcótico originalmente se refería a cualquier droga que 
indujera narcosis o sueño, la palabra se ha asociado con los opioides y se usa en un contexto legal para 
referirse a sustancias con abuso o potencial adictivo. 
PÉPTIDOS OPIOIDES ENDÓGENOS :Una molécula del cerebro, que actúa a través de un receptor opioide, 
es un opioide endógeno. Los precursores peptídicos opioides son una familia proteica definida por la 
prohormona de la que se derivan (T20-1). Variedad de péptidos opioides endógenos: principalmente 
encefalinas, endorfinas y dinorfinas (T20-1) . 
• Cada una deriva de una proteína precursora distinta, pre-POMC, preproencefalina y preprodinorfina, 
respectivamente, cada una codificada por un gen correspondiente. 
• Cada precursor está sujeto a clivajes complejos por distintas enzimas tipo tripsina y a una variedad de 
modificaciones postraduccionales que dan como resultado la síntesis de múltiples péptidos, algunos de los 
cuales son activos como opioides. 
• La mayoría de los péptidos opioides con actividad en un receptor comparten la secuencia amino terminal 
común de Tyr-Gly-Gly-Phe-(Met o Leu), seguida por diversas extensiones C-terminales que producen 
péptidos de 5-31 residuos; las endomorfinas, con diferentes secuencias terminales, son excepciones. 
• No todas producen un precursor de prohormona opioide almacenan y liberan la misma mezcla de péptidos 
opioides; esto resulta del procesamiento postraduccional diferencial secundario a variaciones en el 
complemento celular de peptidasas que producen y degradan los fragmentos opioides activos. 
• El procesamiento de estos péptidos se ve alterado por las demandas fisiológicas, lo que conduce a la 
liberación de una mezcla diferente de péptidos derivados de la traducción por una célula dada en diferentes 
condiciones. 
• Los péptidos opioides se encuentran en el plasma y reflejan la liberación de los sistemas secretores, como la 
glándula hipófisis y las suprarrenales, y por tanto no reflejan la liberación neuroaxial. Por el contrario, los 
niveles de estos péptidos en el cerebro/médula espinal y en el CFS surgen de los sistemas neuroaxiales y no 
de los sistemas periféricos. 
Proopiomelacortina-. El principal péptido opioide derivado de POMC es el potente agonista opioide β-
endorfina. La secuencia de POMC también se procesa en una variedad de péptidos no opioides, que incluyen 
ACTH, α-MSH y β-LPH. Aunque la β-endorfina contiene la secuencia de met-encefalina en su extremo amino 
terminal, por lo general no se convierte en este péptido. 
Proencefalina:La prohormona contiene múltiples copias de met-encefalina, así como una única copia de leu-
encefalina. Los péptidos de proencefalina están presentes en áreas del CNS pueden relacionarse con el dolor 
(p. ej., asta dorsal de la médula espinal, el núcleo espinal del trigémino y el PAG); a la modulación del 
comportamiento afectivo (p. ej., amígdala, hipocampo, locus ceruleus y la corteza cerebral frontal; a la 
modulación del control motor . Los péptidos de la proencefalina también se encuentran en las células de 
cromafina de la médula suprarrenal y en los plexos nerviosos y en las glándulas exocrinas del estómago y el 
intestino. Los productos proencefalinos circulantes se consideran derivados en gran parte de estos sitios. 
Prodinorfina:La prodinorfina contiene tres péptidos de diferentes longitudes que comienzan con la secuencia 
leu-encefalina: dinorfina A, rimorfina (dinorfina B) y neoendorfina. Los péptidos derivados de prodinorfina se 
distribuyen ampliamente en neuronas y, en menor medida, en astrocitos en todo el cerebro y la médula 
espinal; con frecuencia se encuentran coexpresados con otros precursores peptídicos opioides. 
Endomorfinas -.Los péptidos de endomorfinas pertenecen a una nueva familia de péptidos que incluyen 
endomorfina 1 (Tir-Pro-Trp-Fe-NH2) y endomorfina 2 (TirPro-Fe-Fe-NH2). Las endomorfinas tienen una 
estructura atípica y muestran selectividad hacia el MOR. 
TEMA: RESUMEN OPIACEOS CAPITULO20 
AUTOR: ARIEL WILSON MALDONADO VARGAS CODIGO: 201305094 
RECEPTORES DE OPIOIDES 
Clases de receptores -.Las tres clases de receptores de opioides (MOR, DOR y KOR) comparten 
homologías de secuencia extensas (55-58%) y pertenecen a la familia de los GPCR con rodopsina (f3-9). Los 
receptores opioides humanos se han mapeado en el cromosoma 1p355- 33 (DOR), el cromosoma 8q11.23-21 
(KOR) y el cromosoma 6q25-26 (MOR) .Se clonó una proteína similar al receptor opioide (ORL1 o NOP; 
cromosoma 20q13.33) con base en su homología estructural (48-49% de identidad) con otros miembros de la 
familia de receptores opioides; es proteína G acoplada, tiene un ligando endógeno (nociceptina [orfanina FQ]) 
pero no muestra una farmacología opioide. Como se ha señalado, el receptor sigma (σ) se identificó temprano 
y se pensó que representaba un sitio que explicaba los efectos excitatorios paradójicos de los opioides; la 
unión del agonista al receptor σ no es antagonizada por la naloxona, y el receptor no está clasificado como un 
receptor opiode 
Distribución del receptor opioide-.la proteína del receptor, el mensaje, la unión del ligando y los efectos 
farmacológicos iniciados por las moléculas opioides, todos los receptores opioides están ampliamente 
distribuidos en la periferia y el neuroeje en el soma y los terminales de las células neuronales. Menos 
apreciada es la presencia de sitios de unión a opioides en una variedad de células no neuronales, que 
incluyen tipos de células de macrófagos (microglia periférica y central) y astrocitos y en el sistema nervioso 
entérico del tracto GI. 
Ligandos del receptor opioide-.Los ligandos del receptor opioide se pueden definir ampliamente por sus 
propiedades funcionales como agonistas y antagonistas en el receptor particular. 
AgonistasSe han desarrollado agonistas altamente selectivos para los tres sitios de unión(p. ej., DAMGO 
para MOR, DPDPE para DOR y U-50,488 para KOR) (T20-2).los agonistas están dirigidos al receptor μ.Los 
ligandos que se unen específicamente pero tienen actividad intrínseca limitada se denominan agonistas 
parciales; para MOR, uno de tales ligandos es la buprenorfina. 
Antagonistas Los antagonistas opioides naloxona o la naltrexona, son panantagonistas con afinidad por 
todos los receptores opioides conocidos. Los antagonistas para receptores opioides específicos se han 
desarrollado para investigación (T20-3) e incluyen análogos cíclicos de somatostatina, como CTOP (D-Fe-
CisTir-D-Trp-OrnTr-Pen-Tr-NH2) como MOR antagonista, un derivado de naloxona llamado naltrindol como 
antagonista de DOR, y un derivado bivalente de naltrexona llamado nor-BNI como antagonista de KOR.Estructura del receptor opioide -.los receptores opioides consiste en un extremo N terminal extracelular, 
siete hélices TM, tres circuitos extra e intracelulares y un extremo C terminal intracelular característico de los 
GPCR (F20-2). 
Los receptores opioides poseen dos residuos conservados de cisteína en el primer y segundo circuitos 
extracelulares, que forman un puente disulfuro. existe una complejidad significativa en las interacciones 
opioides-receptor, varios principios generales definen la unión y la selectividad. 
• Todos los receptores opioides muestran un bolsillo de unión formado por TM3-TM7. 
• El bolsillo en el receptor respectivo está parcialmente cubierto por los circuitos extracelulares, que, junto con 
los extremos extracelulares de los segmentos TM, proporcionan una selectividad que confiere una puerta, lo 
cual permite que los ligandos, particularmente los péptidos, sean diferencialmente accesibles para los 
diferentes tipos de receptores. Así, los alcaloides (la morfina) se unen en el núcleo de la porción TM del 
receptor, mientras que los ligandos peptídicos grandes se unen a los circuitos extracelulares. Como se señaló 
son los circuitos extracelulares los que muestran la mayor diversidad estructural a través de los receptores. 
Señalización-.receptor opioide El MOR, el DOR y el KOR se unen a las proteínas Gi/Go sensibles a la toxina 
pertussis. En la activación del receptor, el acoplamiento Gi/Go da como resultado una serie de eventos 
intracelulares mediados por subunidades α y βγ de estas proteínas G (F20-3), que incluyen: • Inhibición de la 
actividad de AC. • Activación de PKC y PLCβ 
• Apertura reducida de canales de Ca2+ dependientes de voltaje (reduce la liberación de neurotransmisores 
de las terminales presinápticas). 
• Estimulación de la corriente de K+ a través de varios canales, incluyendo GIRK (hiperpolariza e inhibe las 
neuronas postsinápticas). 
Regulación de la posactivación del tránsito del receptor opioide; agonismo opioide sesgado Los MOR 
y los DOR se someten a una internalización mediada por agonistas rápidos. Los MOR se reciclan a la 
membrana después de la internalización; los DOR se degradan con la internalización .Los KOR no se 
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internalizan después de una exposición agonista prolongada .La internalización de los MOR y DOR 
aparentemente ocurre a través de vías endocíticas parcialmente distintas, lo que sugiere interacciones 
específicas del receptor con diferentes mediadores del tránsito intracelular.Estos procesos pueden inducirse 
diferencialmente como una función de la estructura del ligando.Por ejemplo, ciertos agonistas, como etorfina y 
encefalinas, causan internalización rápida del receptor, mientras que la morfina no causa internalización de 
MOR, aunque disminuye igualmente la actividad de AC. Además, un receptor truncado con acoplamiento de 
proteína G normal se recicla constitutivamente de la membrana al citosol, lo que sugiere que la activación de 
la transducción de señal y la internalización están controladas por mecanismos moleculares distintos.Estos 
estudios respaldan la afirmación de que diferentes ligandos estimulan diferentes cambios conformacionales en 
el receptor que dan lugar a señalización intracelular divergente, y pueden proporcionar una explicación de las 
diferencias en el espectro de efectos de diversos opioides y señalar terapias novedosa.La (f20-4)muestra 
algunas de las vías de señalización receptor-efector que pueden contribuir al agonismo opioide sesgado y a la 
complejidad de las respuestas inmediatas a largo plazo (desensibilización, tolerancia, dependencia, 
abstinencia)puede expresarse más de un tipo de receptor opioide en una célula.Los datos funcionales 
sugieren que los receptores opioides pueden interactuar, formar así homodímeros y heterodímeros, y que 
dichos complejos pueden alterar la señalización y el tránsito del receptor y contribuir a la tolerancia a la 
morfina y posiblemente a estados patológicos .Los circuitos intracelulares y la cola amino de los receptores 
opioides tienen numerosos sitios conocidos y potenciales de fosforilación por parte de varias proteínas 
cinasas celulares que pueden alterar la señalización e interacción del receptor con los andamiajes 
intracelulares y las vías de señalización (F20-2 y 20-4) 
EFECTOS DE LA ACTIVACIÓN AGUDA Y CRÓNICA DEL RECEPTOR OPIOIDE la ocupación agonista de 
los receptores de opioides durante intervalos a corto y largo plazos conduce a la pérdida del efecto, tolerancia 
y la dependencia. 
Desensibilización Después de minutos y horas se produce tolerancia o desensibilización aguda que es 
específica para ese receptor y desaparece al tiempo paralelo del aclaramiento del agonista.La 
desensibilización a corto plazo probablemente involucra la fosforilación de los receptores que resulta en un 
desacoplamiento del receptor de su proteína G o la internalización del receptor. 
Tolerancia 
se refiere a una disminución en la efectividad aparente del agonista opioide con administración agonista 
continua o repetida (durante días a semanas),después de la eliminación del agonista, desaparece durante 
varias semanas.Esta tolerancia se refleja en una reducción en el efecto máximo alcanzable o un cambio en la 
curva de dosis-respuesta.Este fenómeno se puede manifestar a nivel de la cascada intracelular (p. ej., 
inhibición reducida de la AC) y a nivel del sistema orgánico (p. ej., pérdida de efectos sedantes y 
analgésicos.Esta pérdida de efecto con la exposición persistente a un agonista opioide tiene varias 
propiedades clave: 
•La tolerancia fisiológica algunos puntos finales muestran poco o ningún desarrollo de tolerancia (miosis 
pupilar); algunos muestran tolerancia moderada (estreñimiento, vómitos, analgesia, sedación); y algunos 
muestran tolerancia rápida (euforia). En consecuencia, el consumidor crónico de heroína continuará 
mostrando pupilas pequeñas y requerirá un aumento rápido en la dosificación para lograr la euforia 
relacionada con el fármaco. 
• los agonistas opioides de una clase determinada muestran una respuesta reducida en un sistema que se 
vuelve tolerante a otro agente de esa clase (p. ej., tolerancia cruzada entre los agonistas de MOR, tales como 
morfina y fentanilo). Por razones que no están claras, esta tolerancia cruzada no es absoluta ni completa.Esta 
falta de tolerancia cruzada completa entre agonistas forma la base de la estrategia clínica de “rotación de 
opioides” en la terapia para el dolor. 
Dependencia 
un síndrome de abstinencia que se produce al interrumpir la exposición al fármaco (p. ej., debido a la 
abstinencia del fármaco) o la administración de un antagonista (p. ej., naloxona). La dependencia es 
específica de la clase del fármaco y el receptor implicados. A nivel del sistema orgánico, la abstinencia de 
opioides se manifiesta por un importante flujo somatomotor y autonómico (que se refleja en agitación, 
hiperalgesia, hipertermia, hipertensión, diarrea, dilatación pupilar y liberación de prácticamente todas las 
hormonas hipofisarias y de la médula suprarrenal) y por síntomas afectivos (disforia, ansiedad y depresión). El 
estado de abstinencia es muy aversivo y motiva al receptor del fármaco a realizar grandes esfuerzos para 
evitar la abstinencia, es decir, a consumir más de este. De acuerdo con el fenómeno de la tolerancia cruzada, 
los fármacos que interactúan con el mismo receptor de opioides suprimen la abstinencia observada en 
organismos tolerantes a otro fármaco que actúa sobre el mismo receptor (p. ej., morfina y metadona). 
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Adicción:consumo frecuente de estufepacientes que dan la sensaciónde felicidad que con el tiempo 
desarolla intolerancia. entonces la obsesión o compulsión por adquirir y consumir dicho fármaco se considera 
reflejo de un estado de adicción. Es importante destacar que la farmacodependencia no es sinónimo de 
adicción a los fármacos. Por ejemplo, el dolor por cáncer a menudo requiere un tratamiento prolongado con 
altas dosis de opioides, lo que lleva a la tolerancia y la dependencia. Sin embargo, estos pacientes no se 
consideran adictos ni consumidores del fármaco. 
MECANISMOS DE TOLERANCIA/DEPENDENCIA/ABSTINENCIA 
Disposición del receptor-.La desensibilización aguda o la internalización del receptor pueden desempeñar 
un papel en el inicio de la tolerancia crónica, pero no son suficientes para explicar los cambios persistentes 
observados. Por ejemplo, la morfina, a diferencia de otros agonistas μ, no promueve una internalización del 
MOR significativa, la fosforilación del receptor o la desensibilización. La desensibilización del receptor y la 
regulación descendente son específicas del agonista. La endocitosis y el secuestro de receptores no 
conducen invariablemente a la degradación del receptor, sino que originan la desfosforilación del receptor y el 
reciclado a la superficie celular. En consecuencia, la tolerancia a los opioides puede no estar relacionada con 
la desensibilización del receptor, sino más bien con la falta de desensibilización. Los agonistas que causan 
una internalización rápida de los receptores opioides también desensibilizan rápidamente la señalización, pero 
la sensibilidad puede restaurarse al menos parcialmente al reciclar los receptores opioides “reactivados”. 
Adaptación de los mecanismos de señalización intracelular-.La evaluación del acoplamiento de MOR a 
efectos celulares, como la inhibición de la AC, la activación de canales de K+ con rectificadores internos, la 
inhibición de las corrientes de Ca2+ y la inhibición de la liberación de neurotransmisores demuestra un 
desacoplamiento funcional de la función del receptor de la función efectora.De manera importante, la 
aplicación crónica de opioides inicia un cambio contrarregulador adaptativo. Un ejemplo común de dichos 
procesos contrarreguladores celulares es el aumento de rebote en los niveles de AMP cíclico celular 
producido por la “superactivación” de AC y la regulación positiva de la cantidad de enzima como resultado de 
la exposición a largo plazo a un opioide seguido de su interrupción abrupta. 
Sistema de contraadaptación 
La pérdida de efecto antinociceptivo con exposición crónica a opioides puede reflejar una excitabilidad 
mejorada del enlace regulado. Por tanto, la tolerancia a la acción analgésica de los opioides μ administrados 
de manera crónica puede ser el resultado de una activación de las rutas bulboespinales que aumenta la 
excitabilidad de los enlaces de transmisión del dolor del asta dorsal espinal. 
 Con la exposición crónica a los opioides, la ocupación de los receptores opioides dará lugar a la activación de 
la PKC, que puede fosforilar y mejorar la activación de los receptores de glutamato NMDA locales. 
Requisitos de desarrollo de tolerancia diferencial y ocupación fraccional-.la miosis no muestran 
tolerancia frente a la exposición prolongada (de hecho, la miosis se considera sintomática en la sobredosis 
farmacológica de pacientes muy tolerantes), mientras que la analgesia y la sedación probablemente 
muestren una reducción. Una posibilidad es que la tolerancia represente un desacoplamiento funcional de 
alguna fracción de la población de receptores y que diferentes puntos finales fisiológicos puedan requerir la 
activación de diferentes fracciones de sus receptores acoplados para producir un efecto fisiológico dado. 
EFECTOS DE LOS OPIOIDES DE USO CLÍNICO 
Los opioides después de su función principal tienen otros efectos . Esto no es sorprendente si se tiene en 
cuenta la amplia distribución de los receptores opioides en el cerebro, la médula espinal y la periferia. Dentro 
del sistema nervioso, estos efectos van desde la analgesia hasta los efectos sobre la motivación y el afecto de 
orden superior (euforia), la excitación y una serie de procesos autónomos, hormonales y motores. En la 
periferia, los opioides pueden influir en una variedad de sistemas visceromotores, incluidos los relacionados 
con la motilidad GI y el tono del músculo liso. 
Analgesia 
Los fármacos similares a la morfina producen analgesia, somnolencia y euforia (cambios en el estado de 
ánimo y el entorpecimiento mental).Además del alivio de la angustia, algunos pacientes pueden experimentar 
euforia. La analgesia a menudo ocurre sin pérdida de la conciencia, aunque con frecuencia se produce 
somnolencia. La morfina en estas dosis no tiene actividad anticonvulsiva y generalmente no causa dificultad 
para hablar, labilidad emocional o deterioro significativo de la coordinación motora.Persona sana que reciba 
morfina Pueden experimentar somnolencia, dificultad en la meditación, apatía y disminución de la actividad 
física. Que resulta desagradable.A medida que aumenta la dosis, los efectos subjetivos, analgésicos y tóxicos, 
incluida la depresión respiratoria, se vuelven más pronunciados. El alivio del dolor por opioides similares a la 
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morfina es selectivo en el sentido de que otras modalidades sensoriales, como el tacto ligero, la propiocepción 
y la sensación a temperaturas moderadas, no se ven afectadas.Las dosis bajas de morfina pueden producir 
reducciones en la respuesta afectiva pero no la intensidad percibida de la experiencia del dolor; dosis más 
altas, clínicamente efectivas, reducen tanto la intensidad percibida como las respuestas afectivas al dolor.El 
dolor sordo continuo (como el generado por lesión e inflamación del tejido) se alivia más eficazmente que el 
dolor agudo intermitente (incidente), como el asociado con el movimiento de una articulación inflamada. Con 
cantidades suficientes de opioides, es posible aliviar incluso el dolor punzante intenso asociado con, por 
ejemplo, el cólico renal o biliar agudo. 
Estados y mecanismos del dolor-.Se deberá tomar muy en cuenta el tipo de dolor para recetar el fármaco 
analgésicoHeurísticamente, es posible pensar que el dolor consiste en varios conjuntos distintos de eventos, 
descritos en las siguientes secciones. 
Nocicepción aguda 
La activación aguda de aferentes sensoriales pequeñas de umbral elevado (fibras Aδ y C) genera entrada 
transitoria dependiente del estímulo en la médula espinal, que a su vez conduce a la activación de las 
neuronas del asta dorsal que se proyectan contralateralmente hacia el tálamo y de allí a la corteza 
somatosensorial. Una proyección espinofuga paralela recorre el tálamo medial y de allí a partes de la corteza 
límbica, como el cíngulo anterior. La respuesta producida por la activación aguda de estos sistemas 
ascendentes es suficiente para evocar respuestas de dolor. Ejemplos de tales estímulos incluyen una 
taza de café caliente, un pinchazo de aguja o una incisión. 
Lesión tisular. Después de una lesión tisular o inflamación local (p. ej., quemadura local de la piel, dolor de 
muelas, articulación reumatoidea) se produce un estado de dolor constante que se caracteriza por ardor, 
palpitaciones o dolor y una respuesta de dolor anormal denominada hiperalgesia 
Lesión nerviosa 
La lesión de un nervio periférico produce cambios anatómicos y bioquímicos complejos en el nervio y la 
médula espinal que inducen disestesias espontáneas (dolor súbito, dolor ardiente) y alodinia (dolor al tocar 
ligeramente). Este estado de dolor por lesión nerviosa puede no depender de la activación de aferentes 
pequeñas, pero puede iniciarse por aferentes sensoriales de bajo umbral (p. ej., fibras Aβ). 
Dichas lesiones nerviosas traen como consecuencia el desarrollo de actividadectópica que surge de los 
neuromas formados por la lesión del nervio y los ganglios de la raíz dorsal de los axones lesionados, así como 
los cambios en el procesamiento sensorial del asta dorsal. Dichos cambios incluyen la activación de células 
no neuronales (gliales) y la pérdida de circuitos inhibitorios constitutivos, de modo que la entrada aferente de 
bajo umbral portada por fibras Aβ evoca un estado de dolor .Ejemplos de tales eventos inductores de lesiones 
nerviosas incluyen mononeuropatías secundarias a trauma o compresión nerviosa (síndrome del túnel 
carpiano) y el estado posherpético (culebrilla). Las polineuropatías, como las que ocurren en la diabetes o 
después de la quimioterapia (como en el caso del cáncer), también pueden provocar disestesias continuas e 
hiperpatías provocadas. Se dice que estos estados de dolor son neuropáticos (F20-6). Muchos síndromes de 
dolor clínico, como los encontrados en el cáncer, típicamente representan una combinación de estos 
mecanismos inflamatorios y neuropáticos. Aunque el dolor nociceptivo generalmente responde a los 
analgésicos opioides, se considera que el dolor neuropático presenta peor respuesta a ellos. Existe una 
creciente percepción de que, frente a una lesión o inflamación tisular crónica (p. ej., artritis), puede haber una 
transición de un fenotipo de dolor inflamatorio a uno neuropático. Dicha transición tiene implicaciones 
importantes para la eficacia del fármaco analgésico. 
Dimensiones sensoriales contra afectivas. 
 La información generada por un estímulo periférico de alta intensidad inicia la actividad en las vías que 
activan los sistemas de orden superior que reflejan la magnitud aversiva del estímulo. 
Los estímulos dolorosos tienen cierta capacidad de generar componentes emocionales fuertes que reflejan 
una distinción entre el dolor como una sensación específica atenuada por distintas estructuras 
neurofisiológicas (la dimensión sensorial discriminativa) y dolor como sufrimiento (la sensación original más 
las reacciones provocadas por la sensación: dimensión motivacional afectiva de la experiencia del dolor) . Los 
opioides tienen efectos potentes en ambos componentes de la experiencia del dolor. 
Mecanismos de la analgesia inducida por opioides-.Las acciones analgésicas de los opioides después de 
administración sistémica representan acciones en el cerebro, la médula espinal y, en algunos casos, la 
periferia. 
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Acciones supraespinales. 
 Las microinyecciones de morfina en varias regiones cerebrales altamente circunscritas producirán una 
analgesia potente que es reversible con naloxona, un antagonista de MOR. El mejor caracterizado de estos 
sitios es la región PAG mesencefálica. Existen varios mecanismos por los cuales los opioides con acción 
limitada a PAG pueden actuar para alterar la transmisión nociceptiva. (F20-7 
Acción de los opioides en la médula espinal. La acción local de los opioides en la médula espinal 
presionará selectivamente la descarga de las neuronas del cuerno dorsal espinal evocadas por fibras 
nerviosas aferentes pequeñas (alto umbral) pero no grandes (bajo umbral). 
La administración intratecal de opioides en animales que van desde el ratón hasta el ser humano atenuará de 
manera confiable la respuesta del organismo a una variedad de estímulos somáticos y viscerales que de otra 
forma provocarían estados de dolor. 
 Los receptores opioides específicos se limitan en gran medida a la sustancia gelatinosa del asta dorsal 
superficial, la región en la que las aferentes sensoriales pequeñas de alto umbral muestran su terminación 
principal. Una proporción significativa de estos receptores opioides se asocia con pequeñas fibras C aferentes 
primarias peptidérgicas; el resto se encuentra en las neuronas locales del asta dorsal. Los opioides espinales 
actúan sobre receptores de opioides localizados presinápticamente en aferentes primarias pequeñas de 
umbral alto para prevenir la apertura de canales de Ca2+ sensibles al voltaje, lo que impide la liberación del 
transmisor de esas aferentes. Una acción postsináptica se demuestra por la capacidad de los opioides para 
bloquear la excitación de las neuronas del asta dorsal provocadas directamente por el glutamato, que refleja 
una activación directa de las neuronas de proyección del asta dorsal en parte hiperpolarizando las neuronas 
mediante la activación de canales de K+ , de forma que el potencial de membrana aproxima el potencial de 
equilibrio para K+ . Se cree que la capacidad articular de los opioides espinales para reducir la liberación de 
neurotransmisores excitadores de las fibras C y disminuir la excitabilidad de las neuronas del asta dorsal 
explica el potente y selectivo efecto de los opioides en el procesamiento nociceptivo espinal. Una variedad de 
opioides administrados espinalmente (por vía intratecal o epidural) puede inducir una poderosa analgesia que 
se revierte con dosis bajas de naloxona sistémica 
Acción periférica. 
La aplicación directa de altas concentraciones de opioides a un nervio periférico puede, de hecho, producir 
una acción similar a la del anestésico local, pero este efecto no se revierte con la naloxona y se cree que 
refleja una acción “inespecífica”. Por el contrario, en sitios periféricos en condiciones de inflamación donde 
hay una sensibilidad terminal aumentada que conduce a una respuesta de dolor exagerada (p. ej., 
hiperalgesia), la inyección directa de opioides produce una acción local que puede ejercer un efecto 
normalizador sobre los umbrales hiperbolizados. No se sabe si los efectos son únicos en la terminal aferente 
periférica o si el opioide actúa sobre las células inflamatorias que liberan productos que sensibilizan la terminal 
nerviosa, o ambos. 
Alteraciones del estado de ánimo y propiedades de recompensa 
 Los mecanismos por los cuales los opioides producen euforia, tranquilidad y otras alteraciones del estado de 
ánimo (incluidas las propiedades de recompensa) son complejos y no se comprenden del todo. Los sistemas 
neuronales que median el refuerzo de los opioides se superponen, pero son distintos de los implicados en la 
dependencia física y la analgesia (Koob y Le Moal, 2008). Los datos conductuales y farmacológicos apuntan a 
un papel fundamental del sistema mesocorticolímbico de dopamina (MCL, mesocorticolimbic dopamine) que 
se proyecta al NAc en la gratificación y la motivación inducidas por el fármaco (véase figura 20-8). Se 
considera que el aumento de la liberación de dopamina en esta región subyace a un estado de recompensa 
positivo. En el NAc, los MOR están presentes postsinápticamente en las neuronas GABAérgicas. Se cree que 
los efectos de refuerzo de los opioides están mediados en parte por la inhibición de la actividad neuronal 
GABAérg 
Efectos respiratorios 
Aunque los efectos de los opioides sobre la respiración se demuestran con facilidad, rara vez ocurre 
depresión respiratoria clínicamente significativa con dosis analgésicas estándar en ausencia de otras variables 
contribuyentes (analizadas en las siguientes secciones). Sin embargo, se debe destacar que la depresión 
respiratoria representa la causa principal de morbilidad secundaria a la terapia con opioides. En los seres 
humanos, la muerte por envenenamiento con opioides casi siempre se debe a un paro respiratorio u 
obstrucción. Los opioides deprimen todas las fases de la actividad respiratoria (frecuencia respiratoria, 
volumen por minuto y volumen circulante) y producen una respiración irregular y aperiódica. La reducción del 
volumen respiratorio se debe principalmente a la disminución de la frecuencia respiratoria; con cantidades 
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AUTOR: ARIEL WILSON MALDONADOVARGAS CODIGO: 201305094 
tóxicas de opioides, la frecuencia puede caer a 3-4 respiraciones/min. Así, en pacientes con asma, COPD, cor 
pulmonar, reserva respiratoria disminuida, depresión respiratoria preexistente, hipoxia o hipercapnia, los 
opioides se usarán con precaución para evitar la apnea debido a una disminución del impulso respiratorio que 
coincide con una mayor resistencia de las vías respiratorias. Aunque la depresión respiratoria no se considera 
un efecto terapéutico favorable de los opioides, su capacidad para suprimir el impulso respiratorio se usa 
como una ventaja terapéutica para tratar la disnea que resulta, por ejemplo, en pacientes con COPD, en los 
que la falta de aire provoca agitación, incomodidad y jadeo; los opioides suprimirán el jadeo y disminuirán el 
pánico del paciente. Del mismo modo, los opioides encuentran uso en pacientes que requieren ventilación 
artificial . 
Mecanismos subyacentes a la depresión respiratoria 
 Los opioides similares a la morfina deprimen la respiración a través de MOR mediante varios mecanismos: 
• Efecto depresivo directo en la generación de ritmo. 
• Depresión de la respuesta ventilatoria al aumento de CO2. 
• Efecto sobre los quimiosensores del cuerpo carotídeo y aórtico que reduce las respuestas ventilatorias que 
normalmente son conducidas por la hipoxia. La frecuencia respiratoria y el volumen circulante dependen de 
los generadores de ritmo intrínsecos ubicados en la médula ventrolateral. Estos sistemas generan un ritmo 
“respiratorio” que es impulsado por un estímulo aferente que refleja la presión parcial del O2 arterial medida 
por quimiosensores en los cuerpos carotídeo y aórtico y CO2 medido por quimiosensores en el tronco 
encefálico 
Factores que exacerban la depresión respiratoria inducida por opioides 
Varios factores pueden aumentar el riesgo de depresión respiratoria relacionada con los opioides, incluso a 
dosis terapéuticas: 
• Otros medicamentos. La combinación de opioides con otros medicamentos depresivos, como los 
anestésicos generales, los tranquilizantes, el alcohol o los hipnóticos sedantes, produce una depresión 
adictiva de la actividad respiratoria. 
• El sueño. El sueño natural produce una disminución en la sensibilidad del centro medular para el CO2; los 
efectos depresores de la morfina y el sueño son al menos aditivos. La apnea obstructiva del sueño se 
considera un factor de riesgo importante para aumentar la probabilidad de depresión respiratoria mortal. 
• Edad. Los recién nacidos pueden mostrar depresión respiratoria significativa y desaturación; esto puede ser 
evidente en los puntajes de Apgar más bajos si se administran opioides por vía parenteral a las mujeres 
dentro de las 2-4 horas después del parto debido al paso transplacentario de los opioides. Los pacientes de 
edad avanzada tienen un mayor riesgo de depresión debido a la reducción de la elasticidad pulmonar, la 
rigidez de la pared torácica y la disminución de la capacidad vital. 
• Enfermedad. Los opioides pueden causar una mayor acción depresiva en pacientes con enfermedades 
cardiopulmonares o renales crónicas porque pueden manifestar una desensibilización de su respuesta al 
aumento de CO2. 
Efectos respiratorios comparativos de diferentes opioides 
Numerosos estudios han comparado la morfina y los opioides similares a la morfina con respecto a sus 
proporciones analgésicas y su relación con las actividades depresoras respiratorias, y la mayoría ha 
encontrado que, cuando se usan dosis equianalgésicas, no hay una diferencia significativa. La depresión 
respiratoria máxima ocurre dentro de los 5-10 min de la administración intravenosa de morfina o dentro de los 
30-90 min de la administración intramuscular o subcutánea. Los efectos depresores respiratorios máximos 
ocurren más rápidamente con más agentes solubles en lípidos. Después de las dosis terapéuticas puede 
reducirse el volumen respiratorio por minuto durante un tiempo de 4-5 h. Los agentes que tienen una cinética 
persistente, como la metadona, deben vigilarse con cuidado, particularmente después del incremento de la 
dosis. La depresión respiratoria producida por cualquier agonista opioide es fácil de revertir mediante la 
administración de un antagonista opioide. La rever 
• COPD. También se puede observar una mayor depresión en pacientes con COPD y apnea del sueño 
secundaria a una disminución del impulso hipóxico. 
TEMA: RESUMEN OPIACEOS CAPITULO20 
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• Alivio de dolor. Debido a que el dolor estimula la respiración, la eliminación de la condición dolorosa (como 
con la analgesia que resulta del uso terapéutico del opioide) reducirá el impulso ventilatorio y conducirá a una 
aparente depresión respiratoria. 
sión del antagonista opioide en el paciente somnoliento se considera indicativa de una depresión mediada por 
opioides. Es importante recordar que la mayoría de los antagonistas opioides tienen una duración de acción 
relativamente corta en comparación con un agonista como la morfina o la metadona, y puede producirse una 
“renarcotización” fatal si no se tiene cuidado. 
Hiperalgesia inducida por opioides 
Se ha observado un aumento paradójico en los estados de dolor en respuesta a exposición aguda (de horas a 
días) y crónica a opioides. Este aumento se puede reflejar por aumentos inexplicables en los informes de 
dolor, niveles de dolor aumentados al incrementar las dosis de opioides o una sensibilidad difusa no asociada 
con el dolor original (Lee et al., 2011). No se comprenden los mecanismos de este aumento del perfil del 
dolor, aunque se considera relevante una mayor excitabilidad de los sistemas centrales con exposición 
crónica a los opioides. Otras vías han señalado los efectos estimulantes de los opioides sobre la señalización 
inmune innata a través de la activación del receptor tipo Toll 4, lo que lleva a la sensibilización central . 
Sedación 
Los opioides pueden producir somnolencia y deterioro cognitivo. Tal depresión puede aumentar la 
insuficiencia respiratoria. Estos efectos generalmente se observan después del inicio de la terapia con 
opioides o después del incremento de la dosis. Es importante destacar que estos efectos sobre la excitación 
se resuelven en unos pocos días. Al igual que con la depresión respiratoria, el grado de efecto del fármaco 
puede intensificarse mediante una variedad de factores predisponentes del paciente, que incluyen demencia, 
encefalopatías, tumores cerebrales y otros medicamentos depresores, como somníferos, antihistamínicos, 
antidepresivos y ansiolíticos. 
Efectos neuroendocrinos 
La regulación de la liberación de hormonas y factores de la hipófisis está bajo regulación compleja por 
receptores de opioides en el eje HPA. En general, los opioides similares a la morfina reducen la liberación de 
un gran número de hormonas. 
Hormonas sexuales 
 En los hombres, la terapia aguda con opioides reduce el cortisol, la testosterona y las gonadotropinas en 
plasma. La inhibición de la función suprarrenal se refleja por la reducción de la producción de cortisol y la 
reducción de los andrógenos suprarrenales (DHEA). En las mujeres, la morfina también dará como resultado 
una liberación menor de LH y FSH. Tanto en hombres como en mujeres, la terapia permanente puede dar 
lugar a endocrinopatías, incluido el hipogonadismo hipogonadotrófico. En los hombres, esto puede provocar 
una disminución de la libido y, con una exposición prolongada, características sexuales secundarias 
reducidas. En las mujeres, estas exposiciones están asociadas con las irregularidades del ciclo menstrual. 
Estos cambios se revierten con la interrupción del opioide. 
Prolactina. 
La liberación de prolactina desde la parte anterior de la hipófisis está bajo control inhibitorio por DA liberada 
por las neuronas del núcleo arcuato. Los agonistas MOR actúan presinápticamenteen estas terminales 
liberadoras de DA para inhibir la liberación de DA y de ese modo aumentar la prolactina plasmática. 
Hormona antidiurética y oxitocina. 
Los efectos de los opioides en la liberación de ADH y oxitocina son complejos. Estas hormonas se sintetizan 
en el pericarion de las neuronas magnocelulares en los núcleos paraventricular y supraóptico del hipotálamo y 
se liberan desde la hipófisis posterior (véase capítulo 42). Los agonistas de KOR inhiben la liberación de 
oxitocina y ADH y causan diuresis prominente. Téngase en cuenta, sin embargo, que agentes como la morfina 
pueden producir una hipotensión secundaria a la liberación de histamina; esto, por sí mismo, promovería la 
liberación de ADH. 
Miosis 
Los agonistas de MOR inducen constricción pupilar (miosis) en estado de vigilia y bloquean la dilatación 
pupilar refleja durante la anestesia. El flujo parasimpático desde el núcleo de Edinger Westphal activa el flujo 
parasimpático a través del ganglio ciliar hasta la pupila, produciendo constricción. Este flujo de salida está 
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regulado localmente por interneuronas GABAérgicas. Los opioides bloquean esta inhibición mediada por 
interneuronas GABAérgicas, lo que conduce a un aumento del flujo parasimpático (Larson, 2008). A altas 
dosis de agonistas, la miosis es notable, y las pupilas puntiformes son patognomónicas; sin embargo, la 
midriasis marcada ocurrirá con el inicio de la asfixia. Mientras se desarrolla cierta tolerancia al efecto miótico, 
los adictos con altas concentraciones circulantes de opioides continúan teniendo las pupilas contraídas. Las 
dosis terapéuticas de morfina aumentan el poder acomodativo y la tensión intraocular más baja en ojos 
normales y glaucomatosos (Larson, 2008). 
Ataques y convulsiones 
En niños mayores y adultos, dosis moderadamente más altas de opioides producen disminución del EEG. En 
el recién nacido, la morfina puede producir actividad epileptiforme y ocasionalmente actividad convulsiva 
(Young y da Silva, 2000). Es probable que intervengan varios mecanismos en estas acciones excitadoras: • 
Inhibición de interneuronas inhibidoras. Los fármacos de tipo morfina excitan indirectamente ciertos grupos de 
neuronas, como las células piramidales del hipocampo, al inhibir la inhibición ejercida de otro modo por las 
interneuronas GABAérgicas (McGinty, 1988). • Efectos estimuladores directos. Los opioides pueden 
interactuar con receptores acoplados a través de proteínas G inhibidoras y estimuladoras con tolerancia al 
acoplamiento inhibidor, pero no al acoplamiento excitador después de exposiciones continuas (King et al., 
2005). • Acciones mediadas por receptores no opioides. Los metabolitos de varios opioides (morfina-3-
glucurónido, normeperidina) se han visto implicados en la actividad convulsiva (Seifert y Kennedy, 2004; 
Smith, 2000). Un caso especial es el síndrome de abstinencia de un estado dependiente de opioides en el 
adulto y en el niño nacido de una madre dependiente de opioides. El retiro del opioide en estas circunstancias, 
ya sea por antagonistas o por abstinencia, puede conducir a una activación prominente del EEG, temblor y 
rigidez. Los enfoques para el tratamiento de dicha activación son controvertidos. Los agentes anticonvulsivos 
pueden no ser siempre efectivos en la supresión de las convulsiones inducidas por opioides (véase capítulo 
17). 
Tos 
 La tos es un reflejo de protección provocado por la estimulación de las vías respiratorias. Implica una 
expresión rápida del aire contra una glotis cerrada transitoriamente. El reflejo es complejo y afecta al sistema 
nervioso central y periférico, así como al músculo liso del árbol bronquial. La morfina y los opioides 
relacionados deprimen el reflejo de la tos, al menos en parte, por un efecto directo en un centro de tos en la 
médula; esta supresión de la tos se puede lograr sin alterar la función glotal protectora (Chung y Pavord, 
2008). No existe una relación obligatoria entre la depresión de la respiración y la depresión de la tos; se 
dispone de agentes antitusígenos eficaces que no deprimen la respiración (los antitusivos se analizan más 
adelante en este capítulo). 
Náuseas y efectos eméticos 
Las náuseas y los vómitos producidos por fármacos similares a la morfina son efectos secundarios causados 
por la estimulación directa de la zona de activación del quimiorreceptor para la emesis en el área postrema de 
la médula (véase figura 50-5). Todos los agonistas clínicamente útiles producen cierto grado de náuseas y 
vómitos. Las náuseas y los vómitos son relativamente poco comunes en pacientes en decúbito que reciben 
dosis terapéuticas de morfina, pero, se presentan náuseas en aproximadamente 40%, y vómitos en 15%, de 
los pacientes ambulatorios que reciben dosis de analgésicos. La morfina y los analgésicos sintéticos 
relacionados producen un aumento en la sensibilidad vestibular. Un componente de la náusea quizá lo sea la 
estasis gástrica que ocurre en el posoperatorio y que se ve exacerbada por las dosis analgésicas de morfina 
(GreenwoodVan Meerveld, 2007). 
Sistema cardiovascular 
En el paciente en posición supina, las dosis terapéuticas de opioides similares a la morfina no tienen un efecto 
importante sobre la presión sanguínea o la frecuencia cardiaca y el ritmo. Tales dosis pueden, sin embargo, 
producir vasodilatación periférica, resistencia periférica reducida y una inhibición de los reflejos 
barorreceptores. Por tanto, cuando los pacientes en decúbito supino ocupan la posición con la cabeza hacia 
arriba, pueden producirse hipotensión ortostática y desmayos. La dilatación arteriolar y venosa periférica 
producida por la morfina implica varios mecanismos: 
• La morfina induce la liberación de histamina de los mastocitos, lo que conduce a la vasodilatación; este 
efecto se revierte con la naloxona, pero sólo parcialmente bloqueado por los antagonistas H1. 
• La morfina debilita la vasoconstricción refleja causada por un aumento de Pco2. Las dosis elevadas de 
agonistas de MOR, como fentanilo y sufentanilo, que se utilizan como agentes de 
TEMA: RESUMEN OPIACEOS CAPITULO20 
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. 
Tono muscular esquelético 
Los opioides, en dosis terapéuticas requeridas para la analgesia, tienen poco efecto sobre el tono o la función 
motora. Sin embargo, altas dosis de opioides, como se usan para la inducción anestésica, producen rigidez 
muscular. El mioclono, que va desde temblores leves hasta espasmo generalizado, es un efecto secundario 
ocasional que se ha notificado con todos los agonistas opioides utilizados clínicamente y es en particular 
prevalente en pacientes que reciben dosis elevadas. El aumento del tono muscular está mediado por un 
efecto central, aunque los mecanismos de sus efectos no son claros. Las dosis altas de opioides espinales 
pueden aumentar el tono motor, posiblemente a través de una inhibición de interneuronas inhibidoras en el 
asta ventral de la médula espinal. Alternativamente, la administración intracraneal puede iniciar la rigidez en 
modelos animales, lo que posiblemente refleje una mayor actividad extrapiramidal. El antagonismo de los 
opioides revierte el tono y la rigidez motora incrementada. 
Tracto GI 
Los opioides tienen efectos importantes en todos los aspectos de la función GI. Entre 40 y 95% de los 
pacientes tratados con opioides desarrollan estreñimiento y cambios en la función intestinal (Benyamin et al., 
2008). Los receptores opioides están densamente distribuidos en las neuronas entéricas entre los plexos 
mientérico y submucoso y en una variedad de células secretoras. La importancia de estos sistemas periféricos 
en la alteración de la motilidad GI seenfatiza por la eficacia terapéutica de agonistas opioides limitados 
periféricamente tales como la loperamida como antidiarreico, y la utilidad de antagonistas opioides limitados 
periféricamente tales como metilnaltrexona para revertir las acciones estreñidas de agonistas opioides 
sistémicos 
Esófago. 
El esfínter esofágico está bajo control por los reflejos del tronco encefálico que activan las neuronas motoras 
colinérgicas que se originan en el plexo mientérico esofágico. Este sistema regula el paso de material desde el 
esófago al estómago y previene la regurgitación; por el contrario, permite la relajación en el acto de la emesis. 
La morfina inhibe la relajación del esfínter esofágico inferior inducida por la deglución y por la distensión 
esofágica; se cree que el efecto está centralmente mediado porque los opioides restringidos en forma 
periférica como la loperamida no alteran el tono del esfínter esofágico (Sidhu y Triadafilopoulos, 2008). 
Estómago 
. La morfina aumenta la contractura tónica de la musculatura antral y el duodeno superior y reduce el tono de 
reposo en la musculatura del reservorio gástrico, lo que prolonga el tiempo de vaciamiento gástrico y aumenta 
la probabilidad de reflujo esofágico. El paso del contenido gástrico a través del duodeno puede retrasarse 
hasta 12 horas y se retrasa la absorción de fármacos administrados por vía oral. La morfina y otros agonistas 
opioides generalmente disminuyen la secreción de ácido clorhídrico. La activación de los receptores opioides 
en las células parietales aumenta la secreción, pero los efectos indirectos, que incluyen una mayor secreción 
de somatostatina del páncreas y una liberación reducida de ACh, parecen ser dominantes en la mayoría de 
las circunstancias (Kromer, 1988). 
Intestino. 
 La morfina reduce la actividad propulsora en el intestino delgado y grueso y disminuye las secreciones 
intestinales. Los agonistas opioides suprimen la inhibición rítmica del tono muscular, lo que lleva a aumentos 
concurrentes en el tono basal en el músculo circular del intestino delgado y grueso. Esto da como resultado la 
intensificación de las contracciones fásicas de gran amplitud, que no son propulsivas (Wood y Galligan, 2004). 
La parte superior del intestino delgado, particularmente el duodeno, se ve afectada más que el íleon. Un 
periodo de atonía relativa puede seguir al periodo de tono basal elevado. La tasa reducida de paso de los 
contenidos intestinales, junto con la secreción intestinal reducida, conduce a una mayor absorción de agua, 
aumento de la viscosidad del contenido intestinal y el estreñimiento. El tono del esfínter anal aumenta mucho 
y la relajación refleja en respuesta a la distensión rectal se reduce. Los pacientes que toman opioides de 
forma permanente presentan estreñimiento. La secreción intestinal surge de la activación de los enterocitos 
por neuronas secretomotoras del plexo submucoso colinérgico local. Los opioides actúan a través de los 
receptores μ/δ en estas neuronas secretomotoras para inhibir su salida excitadora a los enterocitos y de ese 
modo reducen la secreción intestinal (Kromer, 1988). 
Tracto biliar. 
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La morfina contrae el esfínter de Oddi y la presión en el conducto biliar común puede aumentar más de 10 
veces en 15 minutos. También puede incrementarse la presión del líquido en la vesícula biliar y producir 
síntomas que pueden variar desde molestia epigástrica hasta cólico biliar típico. Todos los opioides pueden 
causar espasmos biliares. Algunos pacientes con cólico biliar experimentan exacerbación del dolor en lugar de 
alivio cuando se le administra un opioide. Los espasmos del esfínter de Oddi probablemente sean 
responsables del incremento de la amilasa y la lipasa plasmáticas que en ocasiones se observa después de la 
administración de morfina. La atropina sólo previene parcialmente el espasmo biliar inducido por morfina, pero 
los antagonistas opioides lo previenen o lo alivian. 
 
Uréter y vejiga urinaria 
La morfina inhibe el reflejo de micción urinario y aumenta el tono del esfínter externo con un incremento 
resultante en el volumen de la vejiga. Se desarrolla tolerancia a estos efectos de los opioides en la vejiga. 
Desde el punto de vista clínico, la inhibición de la micción mediada por opioides puede ser de tal gravedad 
que a veces se requiere cateterismo después de dosis terapéuticas de morfina, particularmente con 
administración raquídea del medicamento. Es importante destacar que la inhibición de los efectos opioides 
sistémicos sobre la micción se revierte por antagonistas restringidos periféricamente (Rosow et al., 2007). 
Útero 
La morfina en el útero puede prolongar el parto. Si el útero se ha vuelto hiperactivo por administración de 
oxitócicos, la morfina tiende a restablecer las contracciones a la normalidad. 
Piel 
Las dosis terapéuticas de morfina provocan la dilatación de los vasos sanguíneos cutáneos. Con frecuencia 
aparece enrojecimiento de la piel de la cara, el cuello y la parte superior del tórax. El prurito generalmente 
sigue a la administración sistémica de morfina. El prurito se observa fácilmente con morfina y meperidina, pero 
en mucha menor medida con fentanilo o sufentanilo. La acción sistémica es sensible a los antihistamínicos 
(difenhidramina) y se correlaciona con las propiedades de desgranulación de los mastocitos del opioide. Ni el 
prurito ni la desgranulación son revertidos por los antagonistas opioides (Barke y Hough, 1993). El prurito 
puede ser causado también por la administración intrarraquídea de dosis terapéuticas de opioides, pero 
parece ser más intenso después de la administración epidural o intratecal (Kumar y Singh, 2013). 
Sistema inmune 
Los opioides modulan la función inmune por efectos directos sobre las células del sistema inmune e 
indirectamente a través de mecanismos neuronales mediados centralmente (Vallejo et al., 2004). Los efectos 
inmunomoduladores centrales agudos de los opioides pueden estar mediados por la activación del sistema 
nervioso simpático; los efectos crónicos de los opioides pueden implicar la modulación del eje HPA. Los 
efectos directos sobre las células inmunes pueden implicar variantes únicas de los receptores opioides 
neuronales clásicos, siendo las variantes MOR las más prominentes. Un mecanismo propuesto para los 
efectos inmunosupresores de la morfina en los neutrófilos es a través de la inhibición dependiente de NO de la 
activación de NF-κB, o mediante la activación de cinasas MAP. Datos convincentes sugieren que varios 
opioides, incluida la morfina, pueden interactuar con el receptor semejante a Toll 4 para activar una variedad 
de inmunocitos independientes de un receptor de opioides (Hutchinson et al., 2007). En general, sin embargo, 
los opioides son moderadamente inmunosupresores y se ha observado una mayor susceptibilidad a la 
infección y la diseminación tumoral. En algunas situaciones, los efectos inmunes parecen ser más 
prominentes con la administración aguda que con la administración permamente, lo que podría 
tener implicaciones importantes para el cuidado de los enfermos graves. Además de los efectos de los 
opioides en la función inmune, muchos agonistas opioides provocan la desgranulación de los mastocitos y la 
liberación de histamina. Esta acción puede causar broncoconstricción y vasodilatación. Como consecuencia, 
la morfina tiene el potencial de precipitar o exacerbar los ataques asmáticos y debe evitarse en pacientes con 
antecedentes de asma. Los antagonistas de los opioides no previenen el efecto sobre los mastocitos y 
parecen ser independientes de los MOR. Después de opioides potentes como el fentanilo, la incidencia de la 
degranulación de los mastocitos se reduce en comparación con el efecto de la morfina. A través de tales 
mecanismos, losanalgésicos opioides pueden provocar fenómenos alérgicos que generalmente se 
manifiestan como urticaria, otros tipos de erupciones cutáneas y prurito. El prurito a menudo se trata con 
antihistamínicos. 
Regulación de la temperatura 
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Los opioides alteran el punto de equilibrio de los mecanismos hipotalámicos reguladores del calor, de manera 
tal que la temperatura corporal por lo general disminuye levemente. Los agonistas en el MOR (p. ej., 
alfentanilo y meperidina), que actúan en el CNS, producen umbrales ligeramente aumentados para la 
sudoración y reducen en forma significativa las temperaturas umbral para evocar vasoconstricción y 
escalofríos. 
MEDICAMENTOS OPIOIDES EMPLEADOS CLÍNICAMENTE 
La mayoría de los agonistas opioides de uso clínico que se presentan en la tabla 20-4 son relativamente 
selectivos para los MOR. Producen analgesia, afectan el estado de ánimo y el comportamiento gratificante, y 
alteran las funciones respiratoria, cardiovascular, gastrointestinal y neuroendocrina. Los agonistas KOR, con 
algunas excepciones (p. ej., butorfanol), no suelen emplearse para el tratamiento a largo plazo porque pueden 
producir efectos disfóricos y psicotomiméticos. Los agonistas DOR, aunque son analgésicamente activos, no 
han encontrado utilidad clínica, y los agonistas NOR carecen de efectos analgésicos 
Morfina y agonistas relacionados estructuralmente Fuentes del opio 
Dos grupos han informado recientemente de la biosíntesis escalable de opioides en el laboratorio que usa 
levadura (Galanie et al., 2015) o Escherichia coli (Nakagawa et al., 2016); por tanto, los sistemas no agrícolas 
de producción de opioides pueden estar disponibles. Normalmente, sin embargo, la morfina se obtiene del 
opio o se extrae de la hoja de adormidera. El opio se obtiene de las cápsulas de semillas verdes de la planta 
de amapola, Papaver somniferum. El jugo lechoso se seca y se pulveriza para hacer opio en polvo. El opio en 
polvo contiene una cantidad de alcaloides, de los cuales sólo unos pocos (morfina, codeína y papaverina) 
tienen utilidad clínica. Estos alcaloides del opio se dividen en dos clases químicas distintas, fenantrenos y 
bencilisoquinolinas. Los principales fenantrenos son morfina (10% de opio), codeína (0.5%) y tebaína (0.2%). 
Las principales bencilisoquinolinas son la papaverina (1%) (un relajante muscular liso) y la noscapina (6%). 
Morfina y sus congéneres 
La morfina sigue siendo el estándar contra el cual se miden los nuevos analgésicos. 
Química. Las estructuras de la morfina y algunos de sus sustitutos y antagonistas se muestran en la figura 
20-9. Muchos derivados semisintéticos se producen mediante modificaciones relativamente simples de la 
morfina o la tebaína. La codeína es metilmorfina, y la sustitución del metilo está en el grupo hidroxilo fenólico. 
La tebaína difiere de la morfina sólo en que ambos grupos hidroxilo están metilados y que el anillo tiene dos 
enlaces dobles (6, 7; 8, 14). La tebaína tiene poca acción analgésica, pero es un precursor de varios 
compuestos 14-OH importantes, como la oxicodona y la naloxona. Ciertos derivados de la tebaína son 1 000 
veces más potentes que la morfina (p. ej., etorfina). La diacetilmorfina, o heroína, está hecha de morfina por 
acetilación en las posiciones 3 y 6. La apomorfina, que también se puede preparar a partir de la morfina, es un 
agonista emético y dopaminérgico potente en los receptores tipo D2 y D1, no interactúa con los receptores 
opioides y no muestra acciones analgésicas (véanse capítulos 13, 18 y 50). La hidromorfona, la oximorfona, la 
hidrocodona y la oxicodona también se fabrican a partir de la modificación de la molécula de morfina. 
Relación estructura-actividad de los opioides similares a la morfina 
Además de la morfina, la codeína y los derivados semisintéticos de los alcaloides naturales del opio, varias 
otras clases químicas de fármacos estructuralmente distintos tienen acciones farmacológicas similares a las 
de la morfina. Los compuestos clínicamente útiles incluyen los morfinanos, benzomorfanos, metadonas, 
fenilpiperidinas y propionanilidas. Aunque las representaciones bidimensionales de estos compuestos 
químicamente diversos parecen ser bastante diferentes, los modelos moleculares muestran características 
comunes. Entre las propiedades importantes de los opioides que pueden alterarse por modificación estructural 
están sus afinidades por varios tipos de receptores opioides, sus actividades como agonistas frente a 
antagonistas, su solubilidad lipídica y su resistencia a la degradación metabólica. Por ejemplo, el bloqueo del 
hidroxilo fenólico en la posición 3, como en la codeína y la heroína, reduce drásticamente la unión a los 
receptores; estos compuestos se convierten in vivo en los potentes analgésicos morfina y 6-acetil morfina, 
respectivamente. 
ADME. Absorción. En general, los opioides son moderadamente bien absorbidos del tracto gastrointestinal; la 
absorción a través de la mucosa rectal es adecuada, y algunos agentes (p. ej., morfina, hidromorfona) están 
disponibles en supositorios. Los opioides más lipófilos se absorben fácilmente a través de la mucosa nasal o 
bucal. Aquellos con la mayor liposolubilidad también pueden ser absorbidos por vía transdérmica. Los 
opioides, en particular la morfina, se han usado ampliamente por administración intrarraquídea para producir 
analgesia a través de una acción espinal. Estos agentes muestran un movimiento transdural útil adecuado 
para permitir su uso epidural. Con la mayoría de los opioides, incluida la morfina, el efecto de una dosis dada 
es menor después de la administración oral que después de la administración parenteral debido a un 
TEMA: RESUMEN OPIACEOS CAPITULO20 
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metabolismo de primer paso variable pero significativo en el hígado. Por ejemplo, la biodisponibilidad de las 
preparaciones orales de morfina es sólo de aproximadamente 25%. La forma de la curva de tiempo-efecto 
también varía con la vía de administración, por lo que la duración de la acción a menudo es algo más larga 
con la vía oral. Si se realiza un ajuste para la variabilidad del metabolism 
Congéneres de la morfina. 
Codeína. La codeína es un producto natural importante que se encuentra en la resina de amapola. Muestra 
una afinidad modesta por el receptor μ, pero muchos consideran que sus acciones analgésicas surgen, al 
menos en parte, por su metabolismo hepático a morfina (véase análisis más adelante). Por tanto, a diferencia 
de la morfina, la codeína, como analgésico y como depresor respiratorio, es aproximadamente 60% tan eficaz 
por vía oral como por vía parenteral. La codeína se usa por lo regular para el tratamiento de la tos, 
frecuentemente en formas de dosis combinadas con acetaminofén o aspirina 
Heroína. La heroína (diacetilmorfina) se hidroliza rápidamente a 6-MAM, que a su vez se hidroliza a morfina. 
La heroína y la 6-MAM son más liposolubles que la morfina y entran al cerebro con mayor facilidad. La 
evidencia sugiere que la morfina y la 6-MAM son responsables de las acciones farmacológicas de la heroína. 
Esta última se excreta principalmente en la orina, sobre todo como morfina libre y conjugada (Rook et al., 
2006). 
Hidromorfona. La hidromorfona es un derivado de la cetona hidrogenado semisintético de morfina. Muestra 
todas las acciones opioides de la morfina. Se usa comúnmente como medicamento intravenoso. El fármaco 
está formulado en preparaciones parenterales, rectales, subcutáneas y orales y como una formulación 
nebulizada y se administra fuera de lo 
aprobado por vía epidural o intratecal. La hidromorfona tiene una solubilidad en lípidos más alta que la 
morfina,lo que da como resultado en un inicio más rápido que la morfina, y se considera que es varias veces 
más potente que la morfina. La hidromorfona se metaboliza en el hígado a hidromorfona-3-glucurónido. 
Oxicodona. La oxicodona es un opioide semisintético sintetizado a partir de la tebaína alcaloide. La molécula 
somete a metabolismo hepático a la más potente oximorfona opioide μ. La oxicodona está disponible como 
medicamento de un solo ingrediente en preparaciones de liberación inmediata y de liberación controlada. Las 
preparaciones parenterales de 10 y 50 mg/mL están disponibles en Reino Unido para administración 
intravenosa o intramuscular. También están disponibles productos combinados como preparaciones de 
liberación inmediata con ingredientes no narcóticos como los NSAID. En la actualidad, la oxicodona es uno de 
las sustancias farmacológicas más consumidas en Estados Unidos. 
Hidrocodona. La hidrocodona se sintetiza a partir de la codeína. Se usa por vía oral para aliviar el dolor 
moderado a intenso y se emplea en una formulación líquida como antitusivo. Es aproximadamente 
equivalente a la oxicodona, con un inicio de acción de 10-30 min y una duración de 4-6 h. Los CYP hepáticos 
2D6 y 3A4 convierten la hidrocodona en hidromorfona y norhidrocodona, respectivamente. La hidrocodona 
muestra una vida media en suero cercana a las 4 h. 
Oximorfona. La oximorfona, un alcaloide semisintético, se produce a partir de la tebaína. La oximorfona es un 
potente agonista de MOR con inicio de analgesia después de la administración parenteral en 
aproximadamente 5-10 min y una duración de acción de 3-4 h. La oximorfona se metaboliza ampliamente en 
el hígado y se excreta en forma de 3 y 6 glucurónidos. 
Efectos adversos y precauciones La morfina y los opioides relacionados, además de sus efectos como 
analgésicos, producen un amplio espectro de efectos que reflejan la distribución de los receptores de opioides 
a través de los sistemas orgánicos. Estos efectos incluyen depresión respiratoria, náuseas, vómitos, mareos, 
confusión mental, disforia, prurito, estreñimiento, aumento de la presión en el tracto biliar, retención urinaria, 
hipotensión y, rara vez, delirio. El aumento de la sensibilidad al dolor puede ocurrir después de que la 
analgesia haya desaparecido, y la eliminación de la ocupación del receptor de opioides (abstinencia, 
antagonismo) puede llevar a un estado de abstinencia altamente aversivo. 
Factores que afectan la respuesta del paciente a la morfina y los congéneres 
Más allá de los mencionados, varios factores pueden alterar la respuesta del paciente a los analgésicos 
opioides. 
• Barrera hematoencefálica. La morfina es hidrofílica, por lo que en recién nacidos o en casos con barrera 
hematoencefálica comprometida, los opioides lipófilos pueden dar resultados clínicos más predecibles que la 
morfina. 
TEMA: RESUMEN OPIACEOS CAPITULO20 
AUTOR: ARIEL WILSON MALDONADO VARGAS CODIGO: 201305094 
• Edad. En adultos, la duración de la analgesia producida por la morfina aumenta progresivamente con la 
edad; sin embargo, el grado de analgesia que se obtiene con una dosis dada cambia poco. 
 • Estado de dolor. El paciente con dolor intenso puede tolerar dosis más grandes de morfina. Sin embargo, a 
medida que disminuye el dolor, el paciente puede presentar sedación e incluso depresión respiratoria a 
medida que disminuyen los efectos estimulantes del dolor. 
• Metabolismo del opioide. Todos los analgésicos opioides son metabolizados por el hígado y deben usarse 
con precaución en pacientes con enfermedad hepática. toxicidad cardiaca insensible a la naloxona causada 
por la acumulación del metabolito norpropoxifeno. 
• Hipovolemia; hipotensión. La reducción del volumen de sangre hace que los pacientes sean 
considerablemente más susceptibles a los efectos vasodilatadores de la morfina y los fármacos relacionados; 
estos agentes deben usarse con precaución en pacientes con hipotensión por cualquier causa. 
• Asma; respuestas alérgicas; liberación de histamina. La morfina causa la liberación de histaminas, que 
puede causar broncoconstricción y vasodilatación. La morfina puede precipitar o exacerbar los ataques de 
asma; debe evitarse en pacientes con antecedentes de asma. Otros agonistas de receptores asociados con 
una menor incidencia de liberación de histamina, como los derivados de fentanilo, pueden ser mejores 
opciones para tales pacientes. 
Otros morfinanos 
Levorfanol 
El levorfanol es un agonista opioide de la serie morfinan (véase figura 20-9). Tiene afinidad en los MOR, KOR 
y DOR y está disponible para administración intravenosa, intramuscular y oral. Los efectos farmacológicos del 
levorfanol son muy similares a los de la morfina. Comparado con la morfina, este agente es aproximadamente 
siete veces más potente y puede producir menos náuseas y vómitos. El levorfanol se metaboliza menos 
rápidamente que la morfina y tiene una t1/2 de 12-16 h; la administración repetida a intervalos cortos puede 
conducir a la acumulación del fármaco en el plasma (Prommer, 2014). El isómero D (dextrorfano) carece de 
acción analgésica pero tiene efectos inhibidores en los receptores NMDA. 
Analgésicos de piperidina y fenilpiperidina 
 Meperidina, difenoxilato, loperamida 
 Los agentes meperidina, difenoxilato y loperamida son agonistas MOR con los principales efectos 
farmacológicos sobre el CNS y los elementos neurales en el intestino. 
Meperidina. 
La meperidina es predominantemente un agonista MOR que produce un patrón de efectos similar pero no 
idéntico a los ya descritos para la morfina (Latta et al., 2002). Acciones en CNS. La meperidina es un potente 
agonista en MOR en el CNS, que produce fuertes acciones analgésicas. La meperidina causa constricción 
pupilar, aumenta la sensibilidad del aparato laberíntico y tiene efectos sobre la secreción de hormonas 
hipofisarias similares a los que ejerce la morfina. La meperidina a veces causa excitación del CNS, que se 
caracteriza por temblores, espasmos musculares y convulsiones. Estos efectos se deben en gran medida a la 
acumulación de un metabolito, la normeperidina. La meperidina tiene propiedades anestésicas locales bien 
conocidas, especialmente después de la administración epidural. Al igual que con la morfina, la depresión 
respiratoria es responsable de la acumulación de CO2, que a su vez conduce a dilatación cerebrovascular, 
aumento del flujo sanguíneo cerebral y elevación de la presión del CSF. 
Efectos cardiovasculares. Los efectos de la meperidina en el sistema cardiovascular generalmente se parecen 
a los de la morfina, incluida la liberación de histamina después de la administración parenteral. La 
administración intramuscular de dosis terapéuticas de meperidina no afecta significativamente la frecuencia 
cardiaca, pero la administración intravenosa frecuentemente produce un marcado aumento de esta. 
Acciones sobre músculo liso, tracto gastrointestinal y útero. 
 La meperidina no causa tanto estreñimiento como la morfina, incluso cuando se administra durante periodos 
prolongados; esto puede estar relacionado con su mayor capacidad para ingresar al CNS, por lo que produce 
analgesia a concentraciones sistémicas más bajas. Al igual que con otros opioides, las dosis clínicas de 
meperidina disminuyen el vaciado gástrico lo suficiente como para retrasar significativamente la absorción de 
otros fármacos. El útero de una mujer no embarazada por lo general es levemente estimulado por la 
meperidina. Administrada antes de un oxitócico, no ejerce ningún efecto antagónico. Las dosis terapéuticas 
TEMA: RESUMEN OPIACEOS CAPITULO20 
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administradas durante el trabajo de parto activo no retrasan el proceso de nacimiento; de hecho, la frecuencia,la duración y la amplitud de la contracción uterina pueden aumentar. 
 
ADME. La meperidina se absorbe por todas las vías de administración. La concentración plasmática máxima 
generalmente se presenta en cerca de 45 minutos, pero el rango es amplio. Después de la administración 
oral, sólo alrededor de 50% del fármaco escapa al metabolismo de primer paso para entrar en la circulación, y 
las concentraciones máximas en plasma ocurren en 1-2 h. La meperidina se metaboliza principalmente en el 
hígado, con una t1/2 de aproximadamente 3 h. Los metabolitos son el producto de N-demetilo, la 
normeperidina y el producto de hidrólisis, el meperidinato, que pueden conjugarse. En pacientes con cirrosis, 
la biodisponibilidad de la meperidina se incrementa hasta en 80%, y se prolonga la t1/2 de la meperidina y del 
metabolito normeperidina (t1/2 ∼15-20 h). Sólo una pequeña cantidad de meperidina se excreta sin cambios. 
Efectos, precauciones y contraindicaciones desagradables. 
 La incidencia global de efectos adversos es similar a la observada después de dosis equianalgésicas de 
morfina, excepto que el estreñimiento y la retención urinaria y las náuseas pueden ser menos comunes. Los 
pacientes que experimentan náuseas y vómitos con morfina pueden no hacerlo con meperidina; también 
puede suceder lo contrario. En pacientes o adictos que son tolerantes a los efectos depresores de la 
meperidina, las dosis grandes repetidas a intervalos cortos pueden producir un síndrome excitato- rio que 
incluye alucinaciones, temblores, espasmos musculares, pupilas dilatadas, reflejos hiperactivos y 
convulsiones. Estos síntomas excitatorios se deben a la acumulación del metabolito de larga duración 
normeperidina, que tiene una t1/2 de 15-20 h, en comparación con 3 h para la meperidina. 
Interacciones con otros fármacos. Pueden presentarse reacciones graves después de la administración de 
meperidina a pacientes tratados con inhibidores de la MAO. Hay dos tipos básicos de interacción. La más 
prominente es una reacción excitadora (“síndrome de serotonina”) con delirio, hipertermia, dolor de cabeza, 
hiper o hipotensión, rigidez, convulsiones, coma y muerte. Esta reacción puede deberse a la capacidad de la 
meperidina para bloquear la recaptación neuronal de 5HT, lo que trae como consecuencia una hiperactividad 
serotoninérgica. El dextrometorfano (un análogo del levorfanol utilizado como supresor de tos no narcótico) 
también inhibe la captación neuronal de 5HT y debe evitarse en estos pacientes 
Difenoxilato. El difenoxilato es un congénere de meperidina que tiene un efecto de estreñimiento definitivo 
en seres humanos. Su único uso aprobado es en el tratamiento de la diarrea. El difenoxilato es inusual ya que 
incluso sus sales son prácticamente insolubles en solución acuosa, lo que reduce la probabilidad de abuso por 
vía parenteral. El clorhidrato de difenoxilato está disponible sólo en combinación con sulfato de atropina. La 
dosis diaria recomendada de difenoxilato para el tratamiento de la diarrea en adultos es de 20 mg en dosis 
divididas. La difenoxina es un metabolito del difenoxilato y se comercializa en una dosis fija con atropina para 
el tratamiento de la diarrea. 
Loperamida. La loperamida, como el difenoxilato, es un derivado de piperidina. Disminuye la motilidad GI por 
los efectos en los músculos circulares y longitudinales del intestino (Kromer, 1988). Parte de su efecto 
antidiarreico puede deberse a una reducción de los procesos de secreción gastrointestinal (véase capítulo 50 
Fentanilo y congeners 
Fentanilo 
El fentanilo es un opioide sintético relacionado con las fenilpiperidinas. Las acciones de fentanilo y sus 
congéneres sufentanilo, remifentanilo y alfentanilo son similares a las de otros agonistas MOR. El fentanilo y 
el sufentanilo son fármacos importantes en la práctica anestésica debido a su tiempo analgésico relativamente 
corto para un efecto analgésico máximo, terminación rápida del efecto después de dosis en bolo pequeño, 
seguridad cardiovascular y capacidad para reducir significativamente el requerimiento de dosificación de los 
agentes volátiles (véase capítulo 21). Además de un papel en la anestesia, el fentanilo se usa en el 
tratamiento de estados de dolor graves administrados por varias vías de administración (Willens y Myslinski, 
1993). 
ADME. Estos agentes son altamente solubles en lípidos y atraviesan rápidamente la barrera del cerebro. Esto 
se refleja en la t1/2 para el equilibrio entre el plasma y el CSF de aproximadamente 5 minutos para fentanilo y 
sufentanilo. Los niveles en plasma y CFS disminuyen de inmediato debido a la redistribución de fentanilo 
desde grupos de tejidos altamente perfundidos a otros tejidos, como músculo y la grasa. A medida que ocurre 
la saturación de tejido menos perfundido, la duración del efecto de fentanilo y sufentanilo se aproxima a la 
duración de su t1/2 de eliminación, 3-4 h. El fentanilo y el sufentanilo experimentan metabolismo hepático y 
excreción renal. Con el uso de dosis más altas o infusiones prolongadas, los medicamentos se acumulan, 
TEMA: RESUMEN OPIACEOS CAPITULO20 
AUTOR: ARIEL WILSON MALDONADO VARGAS CODIGO: 201305094 
estos mecanismos de eliminación se saturan progresivamente y el fentanilo y el sufentanilo se vuelven más 
activos. 
Efectos farmacológicos. 
CNS. El fentanilo y sus congéneres son analgésicos extremadamente potentes y, por lo general, exhiben una 
acción de muy corta duración cuando se administran por vía parenteral. Al igual que con otros opioides, se 
pueden observar náuseas, vómitos y picazón. La rigidez muscular, aunque es posible después de todos los 
narcóticos, parece ser más común después de las altas dosis utilizadas en la inducción anestésica. La rigidez 
se puede tratar con agentes bloqueadores neuromusculares despolarizantes o no despolarizantes, al tiempo 
que se controla la ventilación del paciente, pero se debe tener cuidado para asegurarse de que el paciente no 
esté simplemente inmovilizado y consciente. La depresión respiratoria es similar a la observada con otros 
agonistas MOR, pero el inicio es más rápido. Al igual que con la analgesia, la depresión respiratoria después 
de dosis pequeñas es de duración más corta que con la morfina, pero de duración similar después de dosis 
grandes o infusiones largas. 
Usos terapéuticos. El citrato de fentanilo y el citrato de sufentanilo tienen una amplia popularidad como 
adyuvantes anestésicos (véase capítulo 21), administrados por vía intravenosa y epidural. Después de la 
administración sistémica, el fentanilo es aproximadamente 100 veces más potente que la morfina, en tanto 
que el sufentanilo es cerca de 1 000 veces más potente que la morfina. El tiempo para alcanzar el máximo 
efecto analgésico después de la administración intravenosa de fentanilo y sufentanilo (∼5 min) es 
notablemente menor que el de la morfina y la meperidina (∼15 min). La recuperación de los efectos 
analgésicos también ocurre más rápidamente. Sin embargo, con dosis más grandes o infusiones prolongadas, 
los efectos de estos medicamentos se vuelven más duraderos, con periodos de acción similares a los de los 
opioides de acción prolongada. El uso de fentanilo en el tratamiento del dolor crónico se ha generalizado. 
Remifentanilo Las propiedades farmacológicas de remifentanilo son similares a las del fentanilo y sufentanilo. 
Produce incidencias similares de náuseas, vómitos y rigidez muscular en dependencia de la dosis. 
ADME. El remifentanilo tiene un inicio más rápido de la acción analgésica que el fentanilo o el sufentanilo. 
Los efectos analgésicos ocurren 
dentro de 1-1.5 minutos después de la administración intravenosa. La depresión respiratoria máxima después 
de dosis en bolo de remifentanilo ocurre después de 5 min. El remifentanilo se metaboliza mediante esterasas 
plasmáticas, con una t1/2 de 8-20 min; por tanto, la eliminación es

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