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Franckh Pierre - Desear Con Exito - Gabriel Solis

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DESEAR CON ÉXITO
7 Reglas para hacer realidad los sueños
Pierre Franckh 
Desear con Exito
Los deseos se realizan.
Cada día, cada minuto, cada segundo.
Permanentemente deseamos algo.
Consciente o inconscientemente.
Creámoslo o no.
Nosotros deseamos incluso 
cuando no lo queremos en absoluto.
¿Qué desea usted?
¿Qué debe realizarse en su vida?
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Desear con Exito
Prefacio
Mi historia
Cuando tenía seis años se cumplió mi primer deseo. Le había escrito una 
nota a mi ángel protector, y para que mi madre no la encontrara, la había 
escondido bien. El deseo se cumplió pese a eso. Recibí justamente la 
bicicleta que quería. Incluso exactamente del color deseado y con la 
campanilla con el ratón. 
Cuando tenía nueve años, ya no creía, sino ya sabía que los deseos se 
cumplen. Por los menos los míos. Entretanto había escrito muchos deseos 
en papelitos y se me habían cumplido. Los milagros no eran para mí un 
asunto de fe, sino que habían llegado a ser un asunto de la realidad. 
Pese a eso, el jovencito quería someter todo a una prueba. Seguro es 
seguro. Por esa razón tuve que intentar algo “imposible”, algo que en 
realidad no puede funcionar en absoluto. Y así, les encargué a los “seres de 
allá arriba” que yo quería participar en una película de cine. Debía ser un 
papel realmente bueno y mi nombre tenía que aparecer en los títulos. Esa 
vez escribí en el papel de deseos, “… que yo debía ser notorio para todos”. Y 
efectivamente, ya en el mismo año asumí en la película “Historias de niños 
traviesos” el papel de adversario del actor principal. Mis padres creían en un 
milagro, yo en mi encargo, que nadie aparte de mí había tomado en serio. 
Yo lo tomé incluso muy en serio, porque desgraciadamente el encargo se 
había cumplido más exactamente que lo que había pensado. Yo había 
cometido justamente un pequeño error fatal. Había escrito en el papel, que 
todos debían verme en la película. De escuchar no había dicho nada. 
Durante los trabajos de filmación, el director decidió que el joven, cuyo 
papel yo hacía, debía ser un joven prusiano con dialecto berlinés. Para mi 
horror, me sincronizaron, es decir, recibí otra voz en la película. Así, yo 
tenía mi primer gran papel en el cine, el deseo se había cumplido. 
Cualquiera podía verme, pero nadie podía escucharme. Dificilmente podía 
recibir una prueba mejor y desgraciadamente más dolorosa de deseo 
inexacto. (Por eso le dediqué un capítulo completo a la formulación 
correcta). 
Por algún tiempo insulté a los “seres de arriba”. Hasta que tuve en claro 
que ellos no podían hacer absolutamente nada al respecto. Simplemente 
hablaban un idioma diferente al mío. No sabían lo que desde mi punto de 
vista era bueno o malo. 
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Desear con Exito
No tenían ninguna experiencia de cómo era aquí en el mundo, ellos 
simplemente sólo cumplían mis instrucciones. Desde entonces no hubo 
ninguna duda más para mí:
Los deseos se cumplen.
Y exactamente como se piden. 
Cuando era niño yo sabía eso. Cuando niño todavía tenía contacto con 
mis deseos y esperaba simplemente que éstos se cumplieran como me lo 
imaginaba. En todo caso, la pequeña fábrica de notas funcionaba en ese 
entonces. 
Pero el joven llegó a ser grande y un día se sintió adulto. Y así, del 
muchachito, que en ese entonces poseía más conocimiento que más tarde 
como adulto, resultó un escéptico y “realista”. 
En el camino a la pubertad, alguna vez le había creído más a todos los 
adultos que a sí mismo. Su talento de “desear” había caído cada vez más en 
el olvido. En su mundo de adulto quería lograr algo él mismo, quería estar 
orgulloso de sí mismo, creía en la fuerza propia y encontraba absurda y 
vergonzosa la ayuda ajena, especialmente la ayuda “de arriba”. El 
muchachito había dejado de permitir milagros en su vida. Su vida se puso 
más difícil, más seria, y se encontraba frecuentemente con obstáculos 
insuperables. Comencé a luchar y a compararme cada vez más a menudo 
con otros, con lo que constaté que aparentemente siempre tenía las peores 
cartas. 
Que el mundo es injusto, se había convertido entretanto en una certeza 
para mí: ¿Por qué a algunos les resulta todo y a otros no les resulta nada? 
¿Por qué algunos tienen siempre tanta “suerte”, mientras que a otros todo 
les resulta mal? ¿Por qué a algunos les va tan increíblemente bien y a otros 
no les va bien en absoluto? 
La respuesta a esas preguntas y con ésta el cambio para mi vida, la 
encontré cuando muchos años después me topé con un librito blanco con el 
título “Milagros”. En éste, Stuart Wilde relata exactamente sobre las mismas 
experiencias que yo había tenido cuando era niño. A esa particular forma 
de desear él la llama encargar – un término maravillosamente apropiado – 
y asegura que funcionaría en cualquier momento y para cualquier 
persona. 
Yo estaba profundamente conmovido. Comencé a acordarme otra vez de 
mis tiempos de niño. 
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Desear con Exito
En ese entonces habían sido posibles justamente esos milagros de los que 
hablaba Stuart Wilde. En aquel tiempo éstos estaban simplemente a mi 
disposición. 
¿Pero por qué eso solamente debía serle posible a un alma infantil? ¿Por 
qué no también al adulto? 
¿ No era tal vez la vida en absoluto tan injusta? ¿La única diferencia 
entre los exitosos y los fracasados no era tal vez solamente que los 
ganadores jamás dudaban de sí mismos y de sus deseos? Ellos simplemente 
sabían que les correspondía lo que deseaban. Era normal para ellos que sus 
expectativas se cumplieran. Sus pensamientos se realizaban, y 
permanentemente. ¿Pero qué “pensaban” ellos tan diferente a otros? 
Las personas exitosas no dudan 
y siempre están enfocadas positivamente hacia sus propósitos. 
Al final siempre existe sólo una diferencia. Unos desean conscientemente 
y con un objetivo, los otros inconscientemente y sin coordinación, sin darse 
cuenta que ellos son igualmente los causantes de sus circunstancias. 
Por medio de ese libro de Stuart Wilde mi vida ha cambiado por 
completo. Desde entonces he puesto nuevamente en mi vida innumerables 
deseos exitosos de ese tipo. ¡Y funciona! Solamente hay que hacerlo – la vida 
puede ser tan sencilla – y aprender algunos pequeños trucos y artimañas. 
Porque también con desear con éxito se pueden hacer algunas cosas 
erróneas y pueden salir algunas cosas mal. 
También a desear hay que aprender 
Los deseos se cumplen cada día, cada hora, cada minuto. También los 
nuestros. Y justamente todos. Pero eso significa que también se cumplen 
nuestras dudas. Y nuestros pensamientos sobre nuestra propia inferioridad. 
Porque esos son también deseos, aunque involuntarios. Pese a eso se 
cumplen. 
Comencé entonces a observarme minuciosamente. Sobre todo me 
interesaban naturalmente mis deseos inconscientes y cómo podía adquirir 
control sobre ellos. 
Nuestras expectativas se ven a menudo frustradas,
sólo porque nosotros esperamos desilusionarnos. 
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Desear con Exito
El universo no puede diferenciar entre bueno y malo. Simplemente 
entrega. Al universo le da lo mismo si el cumplimiento del deseo produce 
un efecto positivo o negativo en nuestra vida. El universo no conoce lo justo 
o lo injusto, lo bueno o lo malo, lo positivo o lo negativo. El universo 
simplemente entrega de acuerdo a nuestras imaginaciones. 
¿El universo? ¿Qué es eso? Pues bien, la idea de que el universo es algo 
así como una gigantesca empresa de venta por correspondencia, es muy útil 
al principio, cuando se trata de hacer que nuestros deseos se realicen. 
Tomado al pie de la letra, ocurre también algo parecido con nuestros deseos. 
Éstos son procesados y entregados. 
Más adelante trataré la real interacción física entre el envío de nuestros 
deseos y su cumplimiento en nuestra vida,es decir, de qué manera está 
conectado eso con la energía y su manifestación en el plano material. Pero 
por el momento nos ayuda muy bien la idea de una empresa universal de 
venta por correspondencia, cuando se trata de aprender el modo adecuado 
de desear. Sobre todo nos ayuda a tratar con eso de manera lúdica. Eso es 
ventajoso, porque todo lo que es lúdico y liviano se cumple esencialmente 
más rápido y más pronto. 
Igualmente importante para lo liviano es saber que siempre está a nuestra 
disposición y que, cuando obtenemos algo, eso no le falta a otro. 
(Naturalmente eso no es así si deseo al esposo de mi amiga). 
En el transcurso de los últimos 30 años he aprendido mucho en todo caso, 
como funciona el desear con éxito. 
De esas experiencias y fallas propias y de las de muchos otros, he 
concretado siete reglas que nos ayudan a llevar la vida que deseamos. Si 
deseamos de la manera correcta, se cumple todo en nuestra vida. También 
lo imposible. También lo inalcanzable. Lo fascinante es justamente que al 
desear adecuadamente no hay límites. Sea dinero, casa, auto, pareja, trabajo 
o amor, todo es posible. 
No hay límites.
Las limitaciones existen solamente en la cabeza. 
Ahí creamos nuestro mundo diario. Y porque nosotros los adultos no 
sabemos eso o no queremos saberlo, la mayoría de las veces estamos muy 
descontentos con nuestro mundo que hemos creado nosotros mismos. 
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Desear con Exito
¿Pero cómo se eliminan entonces esas limitaciones, cómo se desea 
adecuadamente? ¿Cómo logra uno expresar sus deseos clara e 
inequívocamente, sin interrumpir permanentemente la entrega de éstos o 
incluso desear cosas que en realidad no se quieren? ¿Y cómo se logra no 
desaprovechar la entrega? ¿Y cómo se logra excluir todo lo horrible de su 
vida? 
Todas esas son preguntas que me hacen una y otra vez en mis 
conferencias. Pero por fin se trata siempre solamente de una pregunta: 
¿Cómo logro permitir todos los milagros en mi vida? 
Los deseos se realizan.
¿Qué debe realizarse en mi vida?
Mientras más a menudo he informado entretanto en mis conferencias 
vespertinas sobre desear con éxito, mayor ha llegado a ser el interés por 
saber más al respecto. Incluso muchos de aquellos que ya habían escuchado 
de las diferentes maneras de desear y que las habían practicado por un 
tiempo, un día tiraron la toalla porque eso no funcionaba adecuadamente 
para ellos. 
Yo estaba asombrado. Aquello que entretanto era completamente normal 
para mí y para mi vida, para otros no era en absoluto obvio. Y mientras más 
explicaba, más preguntas surgían. También en mí. También yo comencé a 
preguntarles a mis auditores cómo deseaban. Con eso se me aclaró cada vez 
más por qué con tantos no funcionaba y dónde estaban las fallas. 
Y así, me pedían cada vez más a menudo que por fin escribiera algo sobre 
el funcionamiento de desear con éxito.
Muchas gracias a todos los que me impulsaron una y otra a vez a hacerlo. 
Sin ustedes no existiría este libro. 
Todavía me acuerdo de la dama que me sonrió tan amablemente y que 
me dijo: “Yo sé que usted escribirá el libro”. 
“¿Por qué?”, pregunté asombrado.
“Porque yo deseo eso”. 
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Desear con Exito
Regla 1
Simplemente comience
Para aprender a desear con éxito, lo mejor que podemos hacer es 
simplemente comenzar alguna vez. Y por cierto con algunos ejercicios 
fáciles para familiarizarse. Por fin queremos ver muy rápidamente los 
primeros resultados. 
¿Y como se llega de la manera más rápida a los primeros resultados?
Con deseos pequeños. 
¿Por qué con “pequeños”?
Con éstos es posible acercarse más fácilmente a los deseos, tomándolo 
como un juego y en forma objetiva. Las cosas que a uno menos le 
significan, también le producen menos miedo. Uno se las puede imaginar 
mentalmente y a continuación olvidarlas nuevamente, es decir, 
desprenderse de ellas y por consiguiente enviarlas al viaje energético. Con 
cosas sin importancia se confía más en que el deseo se cumplirá, porque a 
uno no le interesan tanto. Justamente la confianza es una de las cosas más 
importantes para desear con éxito. La confianza crea la fe. 
La fe en el éxito produce el éxito. 
 Por lo tanto, lo importante es solamente la fe. Ésta es la fuente original 
que nutre permanentemente al deseo con energía. Siempre es la fe la que 
mueve montañas. 
El asunto de la razón
La razón, en cambio, quiere explicaciones lógicas y tratará por lo tanto de 
convencernos de que todo eso no puede funcionar. Ella todavía no lo sabe 
mejor. Pero cada nueva experiencia positiva y cada experiencia de éxito, 
contribuirán a que también la razón esté pronto convencida de que 
tenemos la capacidad de desear con éxito. Por fin ésta tiene una enorme 
capacidad para aprender. Pero sólo puede saber lo que ha experimentado y 
lo que comprende. Todo lo demás no quiere y no puede percibirlo. 
Por eso la razón no está a cargo de los milagros. Ésta intenta incluso 
categóricamente, impedir todos los posibles milagros. Todo lo que no se 
adapta a su concepto del mundo, no puede ser.
Por ese motivo explico más adelante – para la razón mediante 
conocimientos científicos -, por qué nuestros deseos no sólo se pueden 
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Desear con Exito
cumplir, sino que incluso siempre se cumplen, y por cierto sin excepción. 
Eso le podemos entonces contraponer a la razón, cuando ésta quiere 
comenzar nuevamente a dudar. 
Para dejar algo en claro: Los grandes milagros podrían funcionar de la 
misma manera. Al universo le da lo mismo cuán grande o pequeño es 
nuestro deseo. 
Siempre es solamente nuestra imaginación 
la que permite o impide algo.
Pero como justamente nuestra imaginación está hecha de tal manera, que 
no creemos realmente en el cumplimiento de nuestros deseos, 
inconscientemente trabajamos muy intensamente contra la realización de 
cosas aparentemente grandes. 
Los “milagros” más pequeños, por el contrario, podrían tal vez ocurrir 
bajo ciertas circunstancias, según el lema: “Una gallina ciega también 
encuentra a veces un grano”. 
Pero después del primer “milagro” más pequeño, tal vez uno encuentre el 
valor para otro milagro pequeño más, que después tal vez ya no sea más un 
milagro, sino algo así como la entrega exitosa de nuestro deseo. El cuarto y 
quinto milagro llegan a ser cada vez más una confirmación. Nuestra razón 
se da cuenta que al parecer ahí hay algo más, que no puede explicar. Ésta se 
adapta y construye un nuevo concepto. Y repentinamente comienza a 
aceptar el nuevo mundo, porque desear con éxito es algo que le parece 
obvio a la razón: Ella envía y recibe. Con el tiempo se siente también como 
creadora. 
Y de repente creemos en la mayor ley física: 
La energía sigue a la atención. 
Si eso es verdad, se dice la razón, entonces también se podrían intentar 
los deseos mayores. Naturalmente. Primero, sin embargo, es importante 
convencer realmente a nuestra razón. Y la manera más fácil para que eso 
ocurra, es empezando con los deseos más sencillos. Lo único a lo que 
tenemos que poner atención es a perseverar. Imperturbablemente. 
Comenzamos por eso con una pequeña fase de prueba. Lo que 
necesitamos es justamente una experiencia de éxito, para que se le 
demuestre a nuestra razón: “Mira, funciona”. 
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Desear con Exito
Lo que necesitamos es algo concreto, para que podamos deshacernos de 
nuestras arraigadas convicciones – de que no funciona. 
La práctica hace al maestro 
Además, nosotros somos principiantes en el arte de desear con éxito 
conscientemente. Considerémonos como aprendices. A un aprendiz de 
orfebre, por ejemplo, no se le encomienda como primera tarea la 
fabricación de un valioso collar de brillantes. Él sabe que esa es su meta. Al 
final de su tiempo oficial, él también se puedemanejar con los materiales 
valiosos, que requieren una experiencia adecuada. 
Esa es también nuestra meta, queremos que desear, tanto cosas grandes 
como pequeñas, nos resulte fácil y que obtengamos el resultado deseado. 
Por eso practiquemos de preferencia primero con los deseos pequeños y 
juntemos así nuestras experiencias. Y juntar experiencias significa también: 
Cometer errores y aprender de éstos. Tal como me fue con el deseo del 
papel en el cine. Practiquemos entonces en las cosas con las que veamos 
rápidamente un resultado. 
La reserva de estacionamiento
¿Cómo sería, por ejemplo, con el famoso estacionamiento que no existe, 
porque siempre otros nos lo arrebatan ante nosotros? Eso tendría dos 
ventajas.
Ventaja I
Los estacionamientos son el ejercicio más fácil, porque en su carácter de 
juego no son tan peligrosos ni serios para nosotros y para la fe que tenemos 
hasta ahora. Si nos podemos conseguir un estacionamiento por medio de 
desear con éxito, eso todavía no haría tambalear nuestra forma de pensar. 
Eso es tan importante, porque de lo contrario nuestra razón, como 
“pensador jefe” lo consideraría como el mayor peligro para ella y trabajaría 
en contra. 
Pero un estacionamiento es más bien una diversión, un juego. En caso 
de que eso realmente resultara, todavía no demostraría nada. 
Ventaja II
Un estacionamiento tampoco es en realidad suficientemente importante, 
como para que pudiéramos creer: “No nos corresponde”. Con cosas mayores 
es muy diferente. 
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Desear con Exito
Con cosas que realmente son importantes para nosotros, dudamos mucho 
más y creemos esencialmente más rápido que no ocurrirán, porque 
secretamente estamos convencidos de que algo tan maravilloso no nos 
corresponde. “Para eso no soy suficientemente hermoso, hábil, rico o 
inteligente”. 
Pero conseguir un estacionamiento tiene carácter de juego, para no 
tomarlo realmente en serio. Y exactamente eso queremos aprovechar. 
¿Cómo se hace?
Mi pedido de estacionamiento 
Al abandonar la casa envío una pequeña petición. Como compañero de 
conversación tomo simplemente al ángel del estacionamiento. También 
podría decir naturalmente “querido cosmos” o “querido universo” o 
“querida energía del deseo”. 
Cómo se lo llame es en el fondo lo mismo. Lo principal es que funciona. 
En todo caso yo prefiero los ángeles. Los siento más personales y más 
cercanos. Sea cual sea el compañero de conversación que se elija, es 
importante: no burlarse, no dudar y no considerar una estupidez desear 
con éxito. Queremos un estacionamiento y esa es nuestra fase de prueba. 
En una fase de prueba también se pueden hacer cosas inusuales. 
“Pues bien, querido ángel del estacionamiento. Tengo un estacionamiento 
en la calle… Éste ya está ahora destinado para mí. Yo lo obtengo, y 
justamente cuando llegue allí”. 
Pero no se debe formular su deseo demasiado poco antes del 
cumplimiento, porque también el universo necesita un cierto tiempo 
preliminar. Por lo tanto, lo mejor es pronunciar el deseo ya al salir de la 
casa. 
¡¡Y!! ¡¡Funciona!! 
Hoy queremos creer en eso. Hoy probamos nuestra fuerza de 
pensamiento y vemos cuán fácil puede ser la vida. En el viaje hacia allí no 
debemos pensar más en eso que lo que es necesario. Lo mejor es no pensar 
en absoluto. 
Porque cuando todavía no se tiene práctica en desear con éxito, se 
instalan más bien dudas, que la certeza de que todo trabaja para uno para 
mejor. 
En todo caso, el hecho es que cuando lleguemos a nuestro destino con 
nuestro auto, ocurrirá el milagro. O hay ya un estacionamiento libre 
justamente allí donde lo necesitamos, o alguien se va en ese momento. 
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Desear con Exito
Desde que Michaela y yo deseamos con éxito, ya no tenemos problemas 
con buscar estacionamiento. ¡Desde hace décadas ya no más! Entretanto 
emitimos la petición incluso casi de paso, porque sabemos que la 
comunicación está y que nuestro deseo llega. 
A veces incluso ocurre que no veo el estacionamiento y pregunto “allí 
arriba” o pido una señal. También eso funciona. O uno toca la bocina o 
alguien se comporta de manera tan llamativa que mi vista se dirige hacia 
allí. 
Pero no siempre anda todo perfecto. A veces también olvidamos desear y 
luego tenemos siempre que reírnos mucho, porque todo está lleno con 
autos estacionados. Entonces siempre le pregunto a Michaela: “¿Has 
encargado tal vez demasiado tarde?” Su respuesta es también siempre igual. 
“Yo pensaba que tú ya habías ordenado uno hacía rato”. 
En ese momento, de repente se nos aclara mucho nuevamente la 
diferencia entre desear con éxito o tener que luchar uno mismo por todo. 
Trabajar con el universo
es esencialmente más sencillo
que esforzarse uno solo al máximo.
Por lo tanto, utilicemos la fuerza que está siempre a disposición de todos 
nosotros. Aunque se trate de algo tan simple como un estacionamiento. 
Michaela y yo nos alivianamos la vida cotidiana con esos deseos más 
pequeños desde hace tanto tiempo, que eso ya nos parece completamente 
obvio. Solamente con esos “milagros” más pequeños podríamos llenar un 
libro completo. 
En búsqueda de plantas
Así por ejemplo, hace algunos años queríamos tener plantas para nuestro 
acogedor hogar. Naturalmente debían ser grandes. Lo mejor era que 
llegaran hasta el techo. Fuimos a diferentes negocios de plantas y viveros 
de árboles. 
Pero rápidamente tuvimos en claro que lo que nosotros queríamos 
sobrepasaba nuestras posibilidades económicas. Las palmeras grandes y 
otras plantas costaban una fortuna. Ni hablar de maceteros hermosos. 
Entonces solamente nos quedó una cosa: Desear, agradecer y confiar.
Ya una semana después sonó el teléfono. Un amigo nos preguntó si 
teníamos ganas de acompañarlo. 
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Desear con Exito
Una firma grande iba a vender sus muebles por quiebra. Nosotros no 
queríamos muebles de oficina en realidad, pero nuestro amigo muy bien 
podía necesitar nuestra ayuda. 
Cuando entramos al edificio de las oficinas se nos aclaró todo. 
Gigantescas cubetas hermosas con enormes plantas nos sonreían. Y como 
nadie las quería, las obtuvimos del síndico de quiebra casi regaladas. 
Arrendamos un camión de carga y las llevamos el mismo día a la casa. Las 
plantas eran realmente tan grandes, que primero tuvimos que hacer lugar 
en la casa. 
Elija varios de aquellos deseos pequeños. Sea exitoso con éstos. 
Convénzase usted y convenza a su razón, obtenga confianza. Con eso puede 
dedicarse también tranquilamente a deseos mayores. 
Solamente tiene que hacerlo. Aunque al principio tal vez le parezca 
absurdo. Por lo demás, solamente su razón lo encuentra absurdo. Pero su 
razón no está justamente a cargo de “milagros”. 
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Desear con Exito
Regla 2
Formular correctamente
El principio “Yo soy”
El mayor error que se comete una y otra y otra vez al desear, es que ya a 
través de la formulación se envía un mensaje totalmente diferente al que se 
tenía la intención de enviar. Aunque uno tenga muy buena intención, no se 
acerca a su propósito. Al contrario. La mayoría de las veces uno formula 
sus deseos incluso de manera que se consolida la situación desdichada en la 
que se encuentra. 
Si se desea, por ejemplo, mucho dinero, es completamente erróneo 
formular la orden “Yo quiero ser rico”. Lo que se obtiene entonces es la 
condición de “Yo-quiero-ser-rico”. Esa condición ya la conocemos. Es la 
condición de “querer algo” y “no tenerlo”. De ese modo reforzamos 
entonces nuestra carencia. 
No cree la condición de querer-algo,
sino de ser-algo.
Por eso, la formulación adecuada es: “Estoy preparado para la riqueza en 
mi vida”. O: “Yo soy rico y feliz”. O: “El dinero que está designado para mí 
ya existe y está encontrando el mejor caminopara entrar en mi vida”. 
Nuestra frase es: “Yo soy rico”. Y no: “Yo quiero ser rico”. 
Si queremos una relación feliz de pareja, no tenemos que desear: “Quiero 
tener la pareja apropiada en mi vida”, o “Quiero encontrar la pareja 
adecuada”. De ese modo, todo queda como antes. El universo entiende que 
queremos algo y nos envía la condición de querer. El universo no conoce 
ninguna diferencia entre presente y futuro. Se entrega aquello que 
pensamos y sentimos. Para nuestra formulación de deseo eso significa: 
Siempre deseamos en la forma presente,
nunca en la forma futuro.
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Desear con Exito
“Quiero ser feliz”, nos trae por desgracia justamente eso: el querer. 
Nosotros seguiremos queriendo eso. El universo entiende que nuestro deseo 
es querer algo. “Yo soy feliz”, nos trae la situación que realmente deseamos. 
“Estoy abierto y dispuesto para permitir el amor”, abre las puertas. La 
búsqueda tiene un término. “Yo sé que la pareja adecuada ya existe y ahora 
entra en mi vida”, me trae la persona deseada a mi vida. 
Hacer como si ya
Si deseamos un armario para la pieza de estar, entonces lo mejor es sacar 
de inmediato el armario antiguo y regalarlo o hacer que se lo lleven. 
Partimos de la base que el deseo ya se está procesando. Ya hemos 
“comprado” el armario. El nuevo armario ya existe entonces y sólo es cosa 
de tiempo para que esté en nuestra sala de estar. 
“Hacer como si ya”, obliga a reaccionar al universo. Mientras más claro 
exista ya nuestro deseo en nuestra imaginación, más rápidamente el 
universo tiene que equilibrar el extraño desequilibrio entre fuerza de 
pensamiento y realidad. 
Aquello que deseamos
ya lo tenemos 
De ese modo, la presión de nuestro deseo aumenta enormemente. La 
energía enviada es tan fuerte, que el encargo está bien arriba en el montón 
de papeles de nuestro “funcionario”. Independiente de si se trata de un 
armario, de dinero o de nuestra nueva pareja. 
Mientras hacemos como si ya fuéramos ricos o como si ya tuviéramos la 
pareja deseada, más rápidamente se realiza lo deseado, porque enviamos en 
forma permanente una energía increíblemente fuerte. Atraemos 
verdaderamente el suceso a nuestra vida. 
Eso no significa que si queremos ser ricos, debamos ya antes gastar 
mucho dinero y sobregirar nuestra cuenta. Significa más bien, ya sentirnos 
como ricos. La riqueza ya es parte de nuestra vida. 
Podemos reforzar nuestros deseos, al hacer como si ya se hubieran 
cumplido. ¿Por qué esa condición de “hacer como si ya” es tan importante? 
Porque con eso nos ocupamos una y otra vez de lo que viene de manera 
positiva y ya nos preparamos confiados para eso. Es decir, nos ponemos en 
la vibración apropiada. 
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Desear con Exito
Además, disminuyen nuestras dudas, reforzamos nuestra confianza y 
sentimos en forma puramente emocional, cuán hermoso será ese esa 
condición para nosotros. Al mismo tiempo le damos poco espacio a la 
razón para buscar argumentos en contra. Cada vez que ésta nos quiera 
convencer de lo imposible que es en realidad nuestro proyecto, nosotros ya 
poseemos como contrapeso la experiencia de la satisfacción y de la vitalidad 
que se está manifestando en nuestra vida a través de lo que viene: “Así se 
siente eso cuando está presente”. Las emociones son cada vez más fuertes y 
más intensas que los argumentos de la razón. 
Por medio de “tantear el terreno” emocionalmente, nos reforzamos en 
nuestro deseo y no empezamos tan fácilmente a vacilar. 
Pero ante todo transformamos nuestra consciencia de carencia en una 
consciencia de bienestar. Aquello que deseamos lo tenemos, porque nos 
corresponde por naturaleza. Nosotros no seguimos creando pobreza 
emocional o económica, sino que tomamos cada suceso o cada encuentro 
como algo verdadero que nos acerca a nuestro deseo. 
“No” y “ninguno” –
o el asunto del miedo
Hay que tener cuidado con los deseos que van acompañados de una 
porción propia de miedo en el fondo. El miedo es como un imán 
gigantesco. 
Los miedos atraen justamente los sucesos
que queremos impedir. 
Los pensamientos poseídos por el miedo están muy cargados 
emocionalmente. Tienen, por consiguiente, una energía 
extraordinariamente fuerte. Además, nosotros nos ocupamos en forma 
especialmente considerable de las cosas que tememos. Nos imaginamos 
permanentemente los peores escenarios con todos los detalles posibles y los 
hacemos pasar una y otra vez por nuestra mente. 
Aunque les tenemos miedo, pensamos más en esas cosas que en las cosas 
agradables de la vida. Incluso cuando nos va bien y todo transcurre muy 
bien, no nos damos cuenta de lo maravilloso que hay en nuestra vida, sino 
que nos sumergimos en una sofocante energía de miedo. 
16
Desear con Exito
Pero la energía sigue siempre a la atención. Eso significa que siempre 
atraemos los sucesos de los que nos preocupamos. 
Pero exactamente eso es lo que no queremos, porque en estricto sentido 
queremos justamente evitar lo terrible. 
Todo lo que tratamos de evitar
lo atraemos a nuestra vida. 
Si deseamos de un modo temeroso, en verdad queremos evitar algo. Da 
lo mismo cuán positivo tratemos de expresarlo – en realidad la mayoría de 
las veces se esconde detrás de eso la idea de “Yo no quiero que…”, o “No 
deseo ningún…”
Pero el universo no conoce las palabras “no” y “ninguno”. No sabe qué 
hacer con la negación. Tampoco con el intento de querer evitar algo, es 
decir, de no hacer algo. 
Un deseo así se realiza casi siempre en forma completamente contraria a 
nuestro verdadero deseo. El universo simplemente saca justamente las 
palabras “ninguno” y “no” del formulario de pedidos y los cumple como si 
deseáramos exactamente eso. 
“Yo no quiero estar enfermo” significa como energía de deseo: “Yo 
quiero estar enfermo”. ¿Por qué eso es así? 
Nosotros no podemos no dejar producirse algo. Siempre podemos 
solamente crear algo y no no crear algo. Solamente el hecho de pensar en 
no crear, crea lo no deseado. No solamente porque el universo simplemente 
anula la palabra “no” por no conocerla - ¿cómo se puede también no llegar a 
ser algo? -, sino también porque detrás de ese deseo está el miedo a una 
enfermedad esencialmente mayor que el deseo de estar sano. 
Por consiguiente, querer evitar algo no se puede. Pero podemos hacer 
que se produzca lo contrario de eso. Tenemos entonces que dedicarnos al 
equivalente positivo. La orden que se entiende allá “arriba” tendría en 
realidad que ser: “Yo estoy sano”. Esa orden es simple y clara. Con ese 
deseo nos ocupamos justamente de nuestra salud y no de enfermedad. 
Pero bien francamente. ¿Cuántos de esos deseos negativos pensamos y 
pronunciamos cada día? “No quiero llegar a estar cesante. No quiero morir. 
No quiero tener ningún accidente. No quiero que me abandonen. No quiero 
ser pobre”. 
17
Desear con Exito
 Sin embargo, de ese modo nos ocupamos en realidad solamente con los 
aspectos negativos y enviamos esa energía. Lo que llega allá “arriba” de 
acuerdo con eso, ya lo sabemos. 
 Eso, deseado correctamente, tendría que ser: “Tengo trabajo”. Soy feliz 
en mi relación. Tengo todo lo que necesito”. 
 Tal vez comprenda ahora el uno o el otro, por qué algunos deseos han 
sido entregados tan erróneamente. En realidad no fueron efectuados en 
absoluto erróneamente. La entrega fue incluso muy inmediata y exacta. 
Solamente el formulario de deseos fue llenado equivocadamente. 
Anote por escrito el deseo
De ese modo el deseo se refuerza. Éste abandona nuestro cuerpo por 
primera vez físicamente. Ya con eso gana fuerza. De pronto lo pensamos en 
serio. Abandonamos el espacio de las especulaciones y sueños, en el que 
todavía no creemos tan de verdad en esto.
Si escribimos nuestro deseo,
lo manifestamosDesde ahora él está en la materia. Es nuestra firme voluntad. 
Inquebrantable, claro e inequívoco. 
Especialmente cuando se es principiante en desear, se debería retener su 
deseo por escrito. Después, cuando ya se tiene una rutina y una fe firme y 
se pueden mirar hacia atrás suficientes éxitos, se puede ocasionalmente 
prescindir de la escritura. Después se puede también encargar sin más ni 
más o lanzar una breve mirada hacia arriba o lo que a uno se le ocurra. 
Pero la desventaja es que si solamente deseamos de paso, alguna vez ya 
no sabremos todo lo que hemos deseado y tarde o temprano perderemos la 
visión global. Además, no solamente deseamos siempre algo de paso, sino 
que permanentemente dejamos también de desear algo, o modificamos el 
deseo. Muchas veces no lo habíamos pensado así en absoluto, sólo 
estábamos por un momento entusiasmados con eso y enseguida deseamos 
otra vez algo diferente. Al universo le da lo mismo. Aquello que es deseado, 
es entregado, aunque tal vez ya no nos sirva en absoluto. Y de pronto 
estamos en un revoltijo de deseos enviados y ya no tenemos ninguna visión 
global sobre nuestra vida. Ocurren entonces innumerables cosas diferentes 
y contradictorias alrededor de nosotros y en todo el caos ya no nos damos 
cuenta de que somos los creadores de todas las cosas.
18
Desear con Exito
Se agregan también todos nuestros deseos inconscientes, que no 
queremos tener en realidad. 
Y estamos nuevamente allí donde ya no quisiéramos estar. Ocurren cosas 
y nosotros no tenemos idea quién ha encargado todo eso. 
Nuestros primeros deseos deberíamos entonces realizarlos mejor 
totalmente conscientes. Y darles, con la anotación por escrito, una clara 
orientación e importancia. 
Por lo menos para el comienzo, recomiendo también crearse un pequeño 
ritual. 
Mi deseo me es tan valioso, 
que vale la pena que me dedique a él. 
Por eso deja que el momento se convierta en un momento especial. 
Tómate el tiempo y la tranquilidad En este momento configuras tu vida. 
Tal vez puedes poner bonita música, encender algunas velas o bien 
permanecer en absoluto silencio. Lo importante en eso es que te relajes. 
Cuando estamos relajados, la vida se ve mucho más agradable y nuestro 
deseo se forma de manera esencialmente más positiva. Y los pensamientos 
positivos son un catalizador para nuestra energía de deseo. Más adelante 
hablaremos detalladamente de por qué eso es así. 
Cuando hayas formulado tu deseo en forma totalmente clara para ti, 
anótalo por escrito, con la profunda certeza de que se cumplirá. 
Dobla el papel y colócalo en un lugar especial. Debe ser un lugar bonito, 
porque ese lugar nos indica cuán importante y “sagrado” es nuestro deseo 
para nosotros. Puede ser un lugar secreto y no visible para ojos extraños. Lo 
importante es solamente que sabemos de la fuerza del deseo enviado, y eso 
se refuerza, entre otras cosas, por medio de un lugar especial para nuestro 
pequeño papel. 
El hecho de anotar en una hoja de papel o en una tarjeta o en un diario, 
tiene, además, otras ventajas. Es al mismo tiempo una argumentación 
fabulosa para nuestra razón. 
Porque ya después de poco tiempo, la mayoría de las veces ya no 
sabemos muy exactamente lo que hemos escrito. 
Por cierto conocemos todavía el sentido aproximado de nuestro deseo, 
pero las palabras se tergiversan en nuestro recuerdo con el correr del 
tiempo. No es de asombrarse, ya que cada día vienen hacia nosotros 
numerosas influencias nuevas. 
19
Desear con Exito
Nosotros cambiamos, nuestros pensamientos cambian, y con eso también 
nuestro recuerdo, que la mayoría de las veces nos simula una mezcla de 
verdad, cosas pensadas y cosas esperadas que no se pueden separar. 
Si el deseo es entonces entregado y se puede volver a leer el pedido 
original, se experimenta casi siempre una maravillosa sorpresa. Lleno de 
asombro se constatará cuán exactamente se ha cumplido el deseo, 
efectivamente de acuerdo con nuestro encargo escrito. 
Sin la anotación por escrito del deseo, con seguridad se estará muchas 
veces ante problemas sin solución. En todo caso, así me ha ocurrido a mí. 
Aunque mi deseo había sido expuesto con toda exactitud, al principio no 
sabía que hacer con él, porque no lo había anotado por escrito y 
naturalmente dentro de mi alegría había olvidado la redacción exacta de mi 
deseo. 
El paquete de regalo llegó, pero no se puede abrir
Hace más o menos diez años, después de nuestra última película de cine 
“Y este es recién el comienzo”, estábamos casi en quiebra. Habíamos 
invertido todo nuestro dinero en nuestra propia firma productora. Aunque 
la película tuvo una acogida asombrosamente buena, no produjo suficiente 
dinero. Además, Michaela y yo habíamos trabajado renunciando a una gran 
parte de nuestros sueldos, en favor de la película. 
Después que se agotaron todas las posibilidades financieras, tuvimos 
finalmente que cerrar nuestra firma y no sabíamos exactamente cómo sería 
nuestro futuro económico. Eso también se puede expresar en forma un poco 
más drástica: Habíamos perdido todo y estábamos ante un riguroso nuevo 
comienzo. La situación era más que tensa. De mi actividad como autor 
todavía no podíamos vivir, y cuando también nuestros últimos ahorros se 
acabaron más rápidamente que lo que habíamos pensado, se extendió 
lentamente el pánico en mí y le comuniqué a Michaela todas mis 
preocupaciones. Le pinté los peores escenarios y en mi temerosa 
desesperanza yo era completamente convincente. Por lo menos así me 
parecía. Le dejé en claro en forma inequívoca que, o comenzábamos de 
inmediato nuevamente con las actuaciones, o debíamos dejar la casa 
costosa. 
Lo mejor sería que nos instaláramos lo antes posible en un departamento 
chico. Sólo así tendríamos la oportunidad de mantener todos los gastos 
dentro de un marco soportable, hasta que tal vez ganara la primera 
cantidad de dinero con la escritura. 
20
Desear con Exito
Michaela sólo sonrió. Y cuando Michaela sonríe, no se le puede negar 
nada. Por lo menos yo no. Cuando Michaela sonríe, sonríe su alma y se sabe 
que todo estará bien. Al mismo tiempo yo tenía en claro que ninguna de 
mis proposiciones sería aceptada. 
La única solución que era aceptable para ella era entregarle al universo 
un deseo con garantía de éxito. Michaela hacía eso desde que tenía once 
años de edad y lo maravilloso en ella es que hay sólo pocas cosas que 
podrían asustarla. Por que por fin ella tiene un importante aliado en su vida 
– sí, naturalmente aparte de mí – el universo. 
Cuando Michaela y yo nos encontramos por primera vez, se encontraron 
dos “deseadores” activos. Y cada vez que uno de nosotros está “abajo”, el 
otro lo levanta nuevamente y nos recordamos mutuamente que en realidad 
no necesitamos hacer otra cosa que emplear nuestra fuerza de deseo. 
Esa tarde era Michaela la que sonriente proponía la única solución 
realmente práctica. Sólo teníamos simplemente que desear con éxito. 
Cuando ya no se puede hacer nada más,
desear se puede siempre.
Naturalmente. ¿Cómo pude olvidar eso? Solamente a través de la 
seguridad que irradiaba Michaela, encontré el camino de vuelta hacia mi 
antigua confianza. 
Si escribir es verdaderamente mi “asunto” y en el futuro debía seguir 
escribiendo, el universo tenía que encargarse por la seguridad económica. 
Entonces era obvio que mi encargo sería recibido y de inmediato entregado. 
En ese entonces todavía pensaba que necesitaba una especie de 
autorización así para mis deseos. 
¿Cuándo dinero necesitaba? ¿Cuánto tiempo tendríamos que vivir de 
eso? ¿Cuánto sería una hermosa suma? ¿Cuánto dinero habíamos perdido a 
través de la firma?¿Cuánto dinero había dejado de recibir, por medio de 
renunciar a la mayor parte de mi sueldo como director y autor? Nosotros 
debíamos poder vivir con ese dinero por lo menos un año sin 
preocupaciones y debía ser más o menos igual a la cantidad a la que yo 
había renunciado por nuestra película. 
Pronto llegué a una suma aproximada a los 80.000 marcos. Pero una 
cantidad realmente hermosa sería 77.777 marcos. Finalmente el deseo 
estaba claro. 
21
Desear con Exito
Agradecí de inmediato el cumplimiento del deseo, pues estaba seguro que 
llegaría el dinero y no quise pensar más en eso, para no caer así en la 
tentación de dudar. Mi deseo debía mantener su fuerza y energía. 
Algunas semanas después fuimos invitados los dos en Düsseldorf a la 
gala de Unesco, para vender allí boletos para un sorteo con un buen 
propósito. 
Como cada vez, también nos compramos nosotros mismos algunos. Pero 
esa tarde no ganó ninguno de nuestros números. Ni siquiera un libro o un 
secador de pelo o un simple CD. Todos los números premiados ya habían 
salido y habían sido repartidos a los felices ganadores, aparte de uno: el 
premio principal, un flamante auto Jaguar nuevo. 
De pronto, en el mismo segundo, cuando la enorme rueda con los 
números comenzó a girar por última vez, supe que ese era el momento en 
que se materializaba mi deseo. Ese era el gran momento. En ese instante yo 
estaba consciente del universo y todos sus regalos. Yo sabía que en ese 
momento se cumplía mi deseo. Yo estaba conectado, yo era uno y 
balbuceaba: “Oh, mi Dios, ahora sucede”, y Michaela me miraba 
desconcertada. 
Y sin embargo, aunque yo lo “presentía”, estaba igual de perplejo que 
Michaela, cuando Kai Pflaume, el moderador de la tarde, anunció mi 
número. Kai estaba tan sorprendido de verme sobre el escenario, que de 
inmediato revisó mi boleto varias veces. Pero no había duda, yo había 
ganado el premio principal de la tarde, un auto Jaguar de un valor de 
111.000 marcos. Ahora surgía la pregunta, qué precio podríamos obtener 
por el auto, porque que no queríamos quedarnos con él, lo teníamos en 
claro Michaela y yo. El ingreso era por fin para asegurar que yo siguiera 
escribiendo. Una prestigiosa empresa automovilística se hizo cargo de la 
venta y fijo el precio en 104.000 marcos. Pasó una semana, una segunda y 
todavía otra. El auto no se vendía. Había suficientes clientes, pero todos 
pasaban de largo por nuestro auto y compraban el mismo modelo, pero por 
el precio total. Después de tres semanas bajamos el precio a 99.000 marcos. 
A la empresa no le pareció bien. Temían perjudicar ellos mismos sus 
precios. Pero finalmente cedieron a mi presión. Pasó una semana, una 
segunda, y el auto no se vendía. Después de mucho luchar, se bajó 
nuevamente el precio a 88.000 marcos. En vano. El auto seguía sin venderse. 
Nadie lo comprendía. El auto era una ganga, no faltaba clientela, pero nadie 
quería tener ese auto, que entretanto estaba directamente en la entrada. 
Tampoco por 85.000 marcos. 
22
Desear con Exito
Michaela y yo ya no comprendíamos el mundo. El dinero deseado estaba 
prácticamente ante nuestros ojos, pero parecía no haber ninguna forma de 
cómo podía llegar a nosotros. 
Con seguridad la solución tenía que ser simple. Al fin y al cabo hasta 
ahora siempre habíamos deseado con éxito. El hecho de ganar el auto era 
una prueba suficiente. Pese a eso no comprendíamos qué había andado mal. 
Entonces nos sentamos bien tranquilamente y preguntamos hacia dentro. 
 De pronto nos dimos cuenta de las verdaderas circunstancias. No lo 
comprendíamos. Pero la razón rara vez lo puede ayudar a uno con una 
entrega exitosa. La mayoría de las veces es la intuición la que le indica el 
camino correcto. La respuesta era tan lógica como obvia. Yo había pedido 
que se me compensara la suma de nuestra película a la que había 
renunciado y nosotros debíamos vivir un año con eso. 
 La cantidad que yo había pedido era aproximadamente de 80.000 
marcos. ¿O no? Pero entonces – naturalmente – me pude acordar. A mí me 
había gustado la repetición del número divino 7. Eso significa que la 
cantidad exacta que yo había deseado era de 77.777 marcos. 
Agitado llamé por teléfono a la empresa automovilística, pero allí no se 
mostraron en absoluto entusiasmados. Se negaban a entregar el auto a un 
precio tan bajo. Recién después de una larga discusión, aceptaron de mala 
gana. Pasó una semana, una segunda, el auto no se vendía. Yo ya no 
comprendía el mundo. Ahora todo estaba correcto. ¿Por qué mi pedido no 
era entregado? 
Llamé de nuevo por teléfono. ¿Se había ofrecido el auto realmente a 
77.777 marcos? Después de largos rodeos, me confesaron que yo recibiría 
de ellos por cierto los 77.777 marcos, pero que ellos también querían ganar 
un poco, y habían ofrecido el auto en 82.000 marcos. Tan sólo una vez que 
insistí en forma vehemente que se le colocara al auto el precio acordado, 
aceptaron. Tal vez solamente por deshacerse por fin de mí. 
No habían pasado dos horas cuando sonó el teléfono. Habían vendido el 
auto de inmediato a ese precio. En medio de la alegría, comencé también a 
enojarme un poco. ¿Por qué yo, idiota, no había deseado 88.888 o 99.999 – o 
el dinero para dos años? Entonces habría recibido mucho más por el Jaguar. 
¿Pero habría recibido en realidad más de 77.777? Con ese dinero nos 
arreglamos los dos excelentemente bien. Probablemente era exactamente la 
cantidad adecuada que me correspondía. ¿O simplemente el pedido fue 
hecho con toda exactitud? 
¿O fue solamente una sucesión de casualidades? 
23
Desear con Exito
Pero lo más asombroso en toda esa historia es lo siguiente. ¡Menos de un 
año antes, mi maravillosa Michaela también había ganado un auto! Un 
pequeño Toyota rojo, que todavía tenemos actualmente.
¿Cómo ocurrió eso? Pues bien, Michaela dijo que algunas semanas antes 
le había indicado al universo que deseaba ese auto. Pero sobre ese 
maravilloso premio relataré más adelante en forma detallada. 
Volvamos al Jaguar: Si en ese entonces hubiera anotado mi deseo por 
escrito, me habría ahorrado algunos quebraderos de cabeza y algunas 
semanas de espera. Cuando el deseo se cumplió, yo sabía sólo vagamente lo 
que en realidad había deseado exactamente. 
Lo que por cierto también ocurre bastante a menudo, es que ciertas partes 
de la entrega no nos gustan o ya no nos gustan. Tal vez tampoco las 
habíamos pensado jamás así. Entonces la mayoría de las veces estamos 
firmemente convencidos de que el pedido fue hecho en forma errónea. Pero 
lo escrito verifica la formulación original del deseo y nos indica cuán 
exactamente ha trabajado el cosmos y cuán inexactamente hemos 
formulado. 
Justamente por medio de la anotación por escrito del deseo, se aprende, 
dentro de poco tiempo, a manejarse con la diferencia entre lo deseado y lo 
efectivamente entregado. Ya por medio del trabajo comparativo, 
rápidamente uno habrá precisado su deseo de tal manera, que la vida se 
organiza maravillosamente. Con la formulación adecuada, desear con éxito 
es bastante sencillo. 
En todo caso, por medio de anotar por escrito nuestro deseo, tenemos una 
prueba de que nuestra pequeña fábrica de deseos funciona y que no es 
ninguna fantasía. Dentro de poco tiempo tendremos finalmente muchos de 
esos pequeños papelitos y nuestras dudas iniciales se convertirán por fin de 
asombro creyente en conocimiento convencido. 
Nada es tan exitoso como el mismo éxito,
porque atrae más éxito hacia él. 
Cuando comencé nuevamente a desear, coleccioné muchos de esos 
papelitos. Necesitaba muchas de aquellas pruebas, porque al fin y al cabo 
yo venía de un colegio científico. Comose sabe, allí se forman 
principalmente escépticos realistas. Yo necesitaba, por lo tanto, un cierto 
tiempo para reeducar mi mente y convencerla de la efectividad del hecho de 
desear. 
24
Desear con Exito
Pero finalmente las notas también fueron suficientemente convincentes 
para mi razón. Ésta comprendió que eso funcionaba y ahora seguía 
trabajando en la dirección deseada. 
Me gusta por cierto trabajar con notas. En mi cuarto de trabajo, dos 
tableros para clavar notas cubren el largo de la pared, y de esa manera el 
“caos creativo” se puede abarcar con la vista. Pero esa “papelería” no es 
asunto de cualquiera y muchos me han contado que prefieren escribir sus 
deseos en un libro diario extra para deseos o en libro diario normal, con 
otro color. 
Eso tiene efectivamente varias ventajas: 
Por un lado, se puede comprender después cómo se ha desarrollado la 
formulación del deseo, desde el primer impreciso: “Yo quiero 
muchísimo…”, hasta la versión definitiva. La próxima vez es posible 
ahorrarse muchos de los pasos intermedios. 
Otra ventaja es que en todo momento se tienen para consultar, los deseos 
y el modo en que se cumplieron. Incluso años después. De eso no sólo se 
puede aprender para formulaciones futuras. También se tiene una prueba 
irrefutable en blanco y negro para la razón, cuando ésta dude nuevamente 
y quiera atribuirlo todo a la “casualidad”. Además, con eso siempre se 
encuentra nuevamente suficiente motivación para desear con éxito algo 
otra vez. No siempre se piensa justamente en esa posibilidad, sobre todo 
cuando uno nuevamente tiene el agua hasta el cuello. 
¡Y al fin y al cabo simplemente entretiene anotar por escrito sus 
experiencias de éxito! 
Formular claro, corto y preciso
Mientras más preciso se es con la formulación del deseo, más 
exactamente se efectúa el pedido. Mientras más vaga y difusamente se 
procede, más posibilidades existen de obtener algo diferente a lo que uno se 
ha imaginado en realidad. 
Si se desea, por ejemplo, un armario para su sala de estar, hay que 
describir qué aspecto debe tener el armario y dónde debe encajar. Qué 
color, cuál madera, qué tamaño e igualmente qué objetos deben caber en él. 
Si uno no es verdaderamente preciso, hay simplemente mucha distancia 
entre lo pensado y lo entregado y tal vez uno reciba algún armario que ni 
siquiera se puede usar. 
Sin importar cuántos puntos tenía nuestro pedido, y cuán detalladamente 
lo hemos anotado, todos los puntos son entregados correctamente. 
25
Desear con Exito
Pese a eso, a veces con la entrega nos llama la atención de que había 
otros puntos que hemos olvidado y que ahora nos molestan mucho. Por eso 
no es en absoluto tan importante elaborar un catálogo con mil puntos, 
porque habrá otros cien mil puntos que no se nos han ocurrido y que 
entonces son entregados como más bien no los hubiéramos deseado. 
Trate de expresarlo 
en dos o tres frases. 
Eso suena como contradicción, pero no lo es. Porque mientras más 
preciso y corto hay que ser, más se está forzado a llegar hasta la verdadera 
esencia de su deseo. Si uno puede expresarlo con dos frases, sabe más 
exactamente lo que realmente desea. 
Cuando un autor debe presentar su idea a los productores, siempre se 
pide expresar la idea en una frase. Porque si uno no logra transmitir su 
historia con pocas palabras, menos lo logra con muchas. 
Por eso los autores trabajan muchas veces durante mucho tiempo en 
expresar la idea principal de la historia lo más brevemente posible. Algo 
muy similar les ocurre a los redactores de textos publicitarios, que a veces 
deben usar sólo dos o tres palabras. No obstante, en esas pocas palabras 
tiene que estar contenida con exactitud la esencia total. 
Por lo tanto, mientras más corto se formula, más preciso es el deseo. 
Mientras más palabras se usan, más vago y difuso es el pedido, y por 
consiguiente también la entrega. Una formulación de deseo más corta y 
exacta es esencialmente más poderosa que un escrito de dos páginas. 
Cuán poderosas pueden ser pocas palabras, lo he podido experimentar 
con suficiente frecuencia. 
Deseado sin querer y, sin embargo, exitosamente
Con 22 años yo ya era muy conocido a través de la televisión. Pero no en 
el teatro. La televisión y el teatro no eran compatibles en ese tiempo. En el 
mundo del teatro los actores de televisión eran despreciados y se los 
consideraba como actores de segunda categoría. 
Que una estrella de televisión como yo pudiera obtener alguna vez un 
buen papel en un teatro famoso, se consideraba como extremadamente 
poco probable. 
Pero un día vi en el Teatro Residencial la función “Hamlet”, con Michael 
Degen. 
26
Desear con Exito
Esa presentación me dejó impresionado y quería a toda costa trabajar 
también en ese teatro. Una pretensión imposible. Ni siquiera obtuve una 
cita con el director Kurt Meisel o con el dramaturgo de aquel entonces. Eso 
me molestó tanto, que escribí toda mi frustración en una hoja grande de 
papel. Furiosamente decía ahí con grandes letras: “¡Yo actúo en ese teatro! 
¡Todavía en este año! ¡Y yo mismo me elijo el papel!”
Y para que todos pudieran ver mi sublevación, coloqué ese papel en mi 
pared. Corto, preciso y certero. Y yo estaba convencido de que eso 
ocurriría. 
Tres meses después me llamaron por teléfono del Teatro Residencial. 
Ellos querían que fuera. ¿Qué había ocurrido? Michael Degen estaba 
produciendo Fausto 1 y Fausto 2 y no quería ocupar los papeles con actores 
del mismo teatro, sino con personas nuevas, frescas, no gastadas, con 
actores como yo. Entonces fui a hacerle una demostración. Primero el papel 
de director de teatro de Fausto 1. 
 Michael Degen me envió a la casa y después de tres días me hizo hacer 
el papel de alumno. Y después me preguntó de hecho, cuál papel me gustaba 
más y cuál quería representar. 
Pedí un tiempo para pensarlo y le pregunté a mi padre. Él me recomendó 
representar al alumno, un papel clásico que en Fausto 2 sería muy 
importante. 
Y así ocurrió que todavía en el mismo año actué en el Teatro Residencial 
en München, en un papel que yo mismo había elegido. 
Todavía en la misma semana estaba sentado con el director Kurt Meisel, 
quien me ofreció un contrato de tres años. Pero yo no quería 
comprometerme por tanto tiempo con un teatro fijo. Yo había visto a todos 
los colegas, que recién en la cartelera se enteraban, cuál papel tenían que 
representar posteriormente. Para eso simplemente yo pensaba demasiado 
libremente. 
Sin saberlo, ya entonces había deseado en forma muy exacta y precisa y 
lo había manifestado con una nota en mi pared. Para mí no había ninguna 
duda de que así tenía que ocurrir. 
27
Desear con Exito
Regla 3
Agradecer – el generador para
desear con éxito 
Una vez que hemos anotado nuestro deseo en un papel, terminamos el 
pedido con un agradecimiento. ¡Eso es muy importante! Agradecer contiene 
tantos aspectos positivos para nuestro desear con éxito, que aquí sólo los 
puedo mencionar de pasada.
Incrementar lo bueno 
Con el agradecimiento comenzamos a considerar en nuestra vida las 
cosas que andan bien. Dirigimos nuestra atención a los maravillosos 
sucesos que nos ocurren cada día. Les entregamos atención y 
reconocimiento. Con eso ya reconocemos que increíblemente mucho en 
nuestra vida ya está completamente en orden. Tomamos consciencia de 
cuánto hemos aceptado hasta ahora como algo obvio y de cuánta atención 
le hemos prestado a lo poco que tal vez todavía no esté en orden. 
Si escribimos espontáneamente una pequeña lista en la que estén todas 
las cosas que andan bien en nuestra vida, nos asombraremos de cuántas hay 
en esa lista. Muchas veces es justamente así, que de diezcosas ocho 
funcionan maravillosamente, pero nosotros siempre nos fijamos en los 
pocos puntos negativos. Naturalmente la carencia obtendrá importancia 
entonces y todo lo maravilloso se perderá cada vez más. Si siempre sólo 
observamos justamente lo que no nos agrada, alguna vez dejará de 
agradarnos la vida completa. 
La permanente mirada a nuestra carencia
nos bloquea la vista hacia nuestra riqueza
Tal vez simplemente miremos básicamente demasiado lo negativo. O 
vivimos demasiado intensamente comparándonos con otros. Porque la 
mayoría de las veces es solamente la comparación la que nos hace ser 
infelices. Extrañamente siempre observamos en otros justamente sólo las 
cosas positivas y con eso caemos en sentimientos de inferioridad, porque no 
podemos tener todo eso tal como ellos. 
El pequeño ejercicio siguiente con la lista, nos ayuda bastante bien a 
observarnos alguna vez a nosotros mismos desde afuera. 
28
Desear con Exito
Elige un momento tranquilo y siéntate relajado. Concéntrate en ti mismo. 
Obsérvate con una sonrisa. Y acuérdate de todos los momentos hermosos en 
tu vida. Cuánto ya has logrado. Todo lo que ya has logrado. A cuántas 
personas ya has ayudado. Quién ya ha sido feliz a través de ti. Obsérvate 
nuevamente en esos maravillosos momentos de tu vida. Obsérvalos sin 
melancolía. De todo eso has sido capaz hasta ahora. Esa es tu fuerza, tu 
talento y tu capacidad. De eso también serás capaz una y otra vez en el 
futuro. Todo eso lo puedes lograr reiteradamente. 
Y ahora obsérvate en tu entorno. Observa a tu familia, a tus amigos, a tus 
parientes. Tú eres importante para ellos. Porque significas algo en su vida. 
Tu amor hacia ellos es tu riqueza. Tú eres un apoyo y un ejemplo para 
ellos. Por medio de la fuerza de tus palabras, por medio de cada una de tus 
acciones, también cambias su vida. A través de ti ellos logran muchas cosas 
que sin ti quizá no las hubieran logrado. Sin tu aliento, tu protección y tu 
amor. Muchas veces incluso fue tal vez solamente tu pura presencia. 
Siente tu agradecimiento por las posibilidades que la vida te ha ofrecido 
hasta ahora de mostrar grandeza. 
Y ahora concéntrate en los momentos en que tus amigos y conocidos y tu 
familia te han ayudado hasta ahora. ¿Cuántas personas piensan bien sobre 
ti? ¿Cuántos te quieren, aunque no siempre puedan demostrarlo? ¿Cuánta 
fuerza y satisfacción te dan ellos una y otra vez? ¿Cuán a menudo luchan 
ellos contigo por la verdad, porque tú les eres importante? 
Y ahora obsérvate en tu entorno directo. Qué maravillosamente lo has 
logrado hasta ahora, pese a las condiciones a veces difíciles. Echa un vistazo 
mentalmente. Todo eso los has creado de la nada. Eres creador de tu propio 
mundo. Obsérvate lleno de bondad y calor. La vida también te da 
abundantemente. Siente cuán maravilloso es todo eso. Siente tu 
agradecimiento. 
Y ahora abre tus ojos y comienza a escribir todas las cosas maravillosas 
en tu pequeña lista. Estarás asombrado de cuánto ya marcha 
maravillosamente en tu vida. 
Y con eso ponemos en movimiento un ciclo de otro tipo. En vez de 
cavilar siempre sobre nuestros problemas, reconocemos lo bueno que ya 
existe en nuestra vida. Mientras más a menudo hacemos el ejercicio, más 
claramente nos damos cuenta de las cosas de nuestra vida que trabajan para 
nosotros. Nos damos cuenta que la vida ya fluye en muchas áreas. 
29
Desear con Exito
Por medio de agradecer
se multiplica lo maravilloso. 
A lo que uno dirige su atención, le suministra energía. Por medio del 
agradecimiento se multiplican todas las cosas buenas que ya hay en nuestra 
vida, porque se les suministra más energía. La vida se hace cada vez más 
maravillosa, porque uno adapta su consciencia a las cosas buenas de su 
vida. El agradecimiento llena el corazón. El agradecimiento lo convierte a 
uno en una fuente pura de energía. Mientras más clara y pura sea la 
energía, con mayor rapidez y precisión pueden actuar todos nuestros 
deseos. 
Traer al presente
Pero la idea básica del agradecimiento no es solamente unirse con el 
universo y con el flujo de la vida, sino también trasladar al presente el 
suceso deseado. 
En el momento en que agradecemos, el deseo es escuchado y ya se 
manifiesta. Porque agradecer traslada el deseo al presente. 
Eso es comparable con el amén al final de una oración. Amén, traducido, 
significa: ¡Realmente, ciertamente! Así es ahora. 
Las energías de la oración y del deseo son muy parecidas. En ambos 
casos llamamos a un orden superior y pedimos una solución. Las dos las 
sellamos o las terminamos con el amén o con el agradecimiento. 
Fortalecer la fe
El agradecimiento elimina también todas las dudas y preocupaciones. Se 
cree en la realización. Se está seguro. Tal como en la vida cotidiana, uno 
agradece solamente por las cosas que ya están confirmadas. “Gracias 
porque haces eso por mí”. 
Se agradece entonces solamente por aquello que se está absolutamente 
seguro de que se realiza. Con el agradecimiento confirmamos nuestra 
petición. El deseo está sellado. Es como la firma en un documento. Ahora 
ya no hay más espacio para dudas. Eso funciona también en las situaciones 
más desesperadas, como las que experimentamos una y otra vez Michaela y 
yo. Tal como ya he mencionado, Michaela y yo nos ganamos dos autos 
dentro de un año. Del asombroso premio del Jaguar ya he relatado. Y menos 
de doce meses antes, había sucedido un “milagro” muy similar. 
30
Desear con Exito
El deseo de tener un auto
Michaela tuvo un accidente con uno de los dos autos que teníamos y 
vendimos ese viejo cacharro que había quedado gravemente abollado. En 
ese tiempo yo tenía que viajar todos los días de Bonn a Köln para la 
preparación de nuestra película “Y ese es recién el comienzo”. Es decir, 
necesitábamos urgente un segundo auto para Michaela. ¿Pero de dónde 
sacar? Simplemente desear. En vez de enojarnos por el accidente, le dimos 
la bienvenida al cambio en nuestra vida y estábamos dispuestos a permitir 
un nuevo auto. ¿Cómo? Eso ya no debía ser nuestro problema. 
Algunas semanas después, cuando ya habíamos olvidado el deseo hacía 
tiempo, estábamos invitados a una gala en Köln, donde compramos 
formalmente números de rifa para un beneficio, pero el sorteo se hizo 
esperar eternamente. Al final ya estábamos cansados, le entregamos los 
números a una pareja de amigos y nos fuimos a casa. 
A la mañana siguiente el amigo nos despertó. Pasaría de inmediato por 
nuestra casa, uno de nuestros números había ganado, pero solamente algo 
pequeño, pero él quería entregarnos personalmente nuestro pequeño 
premio. 
Estábamos grabando en nuestra cocina. Allí habíamos construido una 
pequeña cámara y Clelia Sarto hablaba para un papel en nuestra nueva 
película, cuando apareció el mencionado amigo. El regalo que él mantenía 
en alto era realmente pequeño. Era una llave. Una llave de auto. El auto al 
cual pertenecía esa llave estaba en el salón de los estudios MCM listo para 
retirarlo. El número de sorteo de Michaela había sido efectivamente sacado 
en la noche como ganador principal. ¡Y todo eso sin que la prensa hubiera 
sabido algo! – Era casi fantasmal, porque el deseo más secreto de Michaela 
era, que incluso si alguna vez ganara algo grande, nadie debía saberlo. A 
ella no le gusta cuando tales cosas se divulgan. 
La situación era realmente casi grotesca. Cuando entramos al salón, los 
operarios ya estaban desmontando la gala. Y en medio de todo el 
movimiento estaba nuestro auto solitario, abandonado, olvidado y, sin 
embargo, todavía a la vista de todos. Nadie se preocupó de nosotros cuando 
fuimos hacia el auto. No se hicieron preguntas, cada uno estaba ocupado 
consigo mismo. 
Sacamos la llave, entrababien. Con el corazón palpitando hicimos 
funcionar el auto. El motor ronroneaba en forma sobresaliente. Michaela no 
podía entender en absoluto su suerte. Metimos todos los globos de 
felicitaciones en el auto y salimos inadvertidos del salón, pasando por el 
31
Desear con Exito
lado de los operarios y de las maquinarias de construcción, en medio del 
mayor tumulto. Michaela se sentía profundamente agradecida y aceptada 
por el universo. 
Algunos días después nos enviaron los documentos. A propósito, todavía 
andamos en ese auto e incluso es el único que tenemos actualmente. 
Nuestro deseo se había cumplido nuevamente entonces del modo más 
maravilloso. Estábamos felices. ¿Quién no lo estaría naturalmente? Pero en 
rigor, simplemente sólo había sucedido lo que habíamos deseado y atraído a 
nuestra vida al desearlo. Increíble, pero, sin embargo, tan simple. 
Simplemente entregar los problemas
El agradecimiento ofrece, además, otra ventaja. El agradecimiento 
confirma que finalmente uno ha entregado la búsqueda de la solución de 
sus problemas. 
Lo maravilloso de desear con éxito es que podemos simplemente 
entregarles a “otros” nuestras preocupaciones y problemas y confirmar eso 
con el agradecimiento. 
“Querido cosmos, queridos ángeles, querido Dios o quienquiera que esté 
encargado de eso, encárguense por favor de eso y háganme saber si puedo 
hacer algo. Pero yo espero señales claras. Porque ahora yo hago lo que 
ustedes más prefieran. Dejo que me vaya bien. Les agradezco por su ayuda”. 
Desde ese mismo momento no necesitamos más dedicarnos a eso. 
Porque de lo contrario eso significaría que dudo de aquellos a los que les 
he encomendado el asunto. Cuando hemos realmente entregado nuestros 
problemas, sabemos que se están encargando de ellos y podemos disfrutar el 
día nuevamente de buen humor. 
Entregar los problemas en vez de hacerlos girar
Eso es exactamente lo que yo hago desde hace años con mis 
preocupaciones. Simplemente los entrego. Ya no cavilo más, no hablo más 
permanentemente conmigo mismo o mentalmente con otras personas, ya no 
pienso variantes y alternativas, no hago girar problemas de un lado para 
otro, no trato de forzar una solución de acuerdo con la razón. Simplemente 
entrego. Y tan sólo cuando recibo un impulso para entrar en acción, lo 
hago. Y de hecho eso es la mayoría de las veces lo correcto. 
El “entregar los problemas” he tenido primero que aprenderlo por cierto. 
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Desear con Exito
Cuando fui abandonado de la noche a la mañana
Hace muchos, muchos años, yo había sido hundido en la más profunda 
desesperación en forma totalmente sorpresiva. Mi pareja de aquel entonces, 
con la cual había convivido cinco años, había conocido a otro hombre. Ella 
quería estar junto a él. Pasaba sus días y sus noches con él y yo me 
encontraba en la más profunda desdicha. No comía nada y no podía dormir 
bien de puro mal de amores. Eso me destrozó el corazón. Lloraba, rabiaba, 
me desesperaba. 
Además, la prensa informaba ampliamente del feliz nuevo romance de 
ellos dos y me consideraba como perdedor, como la innecesaria quinta 
rueda, como fracasado, que solamente estorbaría el nuevo amor. Herido 
profundamente en mi interior, expuesto a la opinión pública, alcancé el 
punto más bajo. 
Entonces, después de una semana, me llegó un libro a las manos, en el 
cual, entre otras cosas, aparecía esta oración: 
Señor, dame la serenidad
para aceptar cosas
que no puedo cambiar,
y el valor para cambiar
lo que puedo cambiar. 
Y la sabiduría 
para diferenciar lo uno de lo otro. 
Leí eso más bien de pasada. ¿Qué podría ayudarme una oración en mi 
situación? 
A la mañana siguiente, después de diez días de la más profunda 
desesperación, pronuncié de nuevo esa oración mentalmente. En mi 
agotamiento ya no había nada más que retener, nada más por qué luchar. 
Mi pareja quería vivir con ese otro hombre, ya no había nada que cambiar. 
Me di por vencido. Estaba derrotado. Me entregué por completo. 
Entonces las palabras dichas en forma distraída comenzaron 
repentinamente a desarrollar una vida propia. Yo estaba animado. Como si 
alguien hubiera encendido una luz, yo estaba satisfecho, inundado de la 
más profunda confianza. En mi casa comencé a bailar, a cantar, a cocinarme 
algo; en mi más profunda desdicha yo estaba feliz. La experiencia de 
felicidad era tan enorme, que repetidamente se me asomaban lágrimas en 
los ojos. 
33
Desear con Exito
Ese estado duró casi un año. Invadido de profunda felicidad, yo 
experimentaba el mundo de un modo completamente nuevo. Lleno de esa 
sensación de ser llevado, de la conexión con el universo, o con Dios, o con 
mi Yo superior, o como se le quiera llamar, yo estaba completamente feliz. 
Todo era irrelevante y fundamental al mismo tiempo. 
Mi pareja regresó a mí. Ella sentía la fuerza que salía de mí. Pero yo ya 
no encontré el amor anterior hacia ella. Sentía deber de protección y 
respeto, aprendí a perdonar y a reconocer errores propios. Pero ante todo 
aprendí a permitir que el amor viniera hacia mí y a dejarlo fluir dentro de 
mí en cada acción. La prensa me ofreció informar detalladamente sobre mi 
visión de las cosas, me ofrecieron desagravio, pero de pronto eso ya no era 
importante. Yo estaba feliz y satisfecho. No, la opinión pública ya no me 
era importante. Quien quisiera ver la verdad, la vería. Mi razón habría 
dicho seguramente algo diferente, pero yo le pregunté a mis sentimientos, a 
mi intuición y desde ese día eso me ha resultado muy bien. 
Tan sólo mucho después estuve consciente de qué había causado mi 
sensación de felicidad: Yo simplemente había entregado mis 
preocupaciones. Todo el peso había salido de mí. Desde ese momento pude 
organizar mi vida libremente y con naturalidad. Podía disfrutar mi vida. No 
había nada que tenía que forzar. Se cuidaba de mí. 
¿Para qué preocuparse por algo que no se puede cambiar? No tiene 
sentido y es un derroche de energía. 
Yo podía utilizar toda mi energía para la creación de lo hermoso en mi 
vida. 
A través de esa experiencia me enteré que la mayoría de los problemas 
extrañamente sólo lo son en nuestra mente. Porque casi siempre lo que 
primero he sentido como negativo, después ha resultado ser por mi bien. 
Da lo mismo si ha sido el tranvía que se me ha ido, el guión rechazado o 
el rechazo de mi pareja. Detrás siempre ha esperado algo superior y me ha 
guiado hacia un nuevo “milagro” fantástico. 
Todo sucede por mi bien
Esa es la profunda certeza que tengo desde ese entonces. Todo lo 
desagradable, “negativo”, es solamente una corrección, que me lleva de 
vuelta a mi camino hacia la felicidad. Por medio del drama del amor quedé 
nuevamente libre para otra pareja, y de ese modo conocí a Michaela. La 
mayor felicidad en mi vida. 
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Desear con Exito
Regla 4 
Convencer a la razón 
De nuestra infancia hemos aprendido la manera más rápida de que se nos 
cumplan nuestros deseos: mendigar, lloriquear y gritar todo el tiempo 
necesario hasta que por fin recibamos el chupete. 
Pero con desear funciona justamente al revés: No mendigamos, no 
indicamos lo que nos falta ni lo desdichados que somos por eso – 
totalmente al contrario:
Nosotros sabemos 
que recibimos lo que deseamos,
que eso nos corresponde y
que siempre está a disposición. 
Eso significa para la mayoría de nosotros, cambiar primero su modo de 
pensar: ¿Cómo es eso de que todo está siempre a disposición? ¿Por qué 
funciona en realidad desear? 
Hasta ahora he usado la idea del universo como una enorme empresa de 
venta por correspondencia, pero ahora dediquémonos un poco a los 
aspectos físicos de fondo, para que también nuestra razón esté convencida 
de que nuestros deseos efectivamente se cumplen. 
No hay que preocuparse, noes difícil, solamente tiene suspenso. La 
mayoría de eso ya lo hemos escuchado en clase de física, aunque tal vez 
eso era un tema aburrido que no tenía ninguna relación con nuestra vida. 
Ahora los hechos adquieren una nueva vida. Conectados unos con otros, 
producen una imagen completamente nueva de la realidad. Solamente 
tenga valor y aventúrese en ese viaje al mundo más allá de lo visible. Para 
nuestra razón ese viaje es indispensable, para que desear con éxito se haga 
“comprensible” para ella y apoye nuestros esfuerzos en el futuro. 
Un poco de física
Todo es energía. No existe otra cosa que energía. También la materia es 
pura energía. También nosotros los seres humanos estamos formados 
exclusivamente de energía. Igualmente los pensamientos, los sentimientos, 
las emociones, sucesos y situaciones, son solamente diferentes 
manifestaciones de energía. 
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Desear con Exito
¿De qué consta entonces la materia? De partes diminutas que se llaman 
átomos. Los objetos se diferencian básicamente sólo por el tipo de átomos 
de que están compuestos y por la forma en que éstos están ordenados. Toda 
la materia de este mundo está compuesta solamente de esos átomos. Los 
átomos se unen con otros átomos, contraen cohesiones mayores o vuelven a 
separarse. 
Los átomos se pueden dividir en partículas subatómicas todavía más 
pequeñas, básicamente en protones, neutrones y electrones. De un modo 
simplificado, podemos imaginarnos eso así: Entre los protones y neutrones 
que forman el núcleo del átomo, y los electrones que giran en órbitas 
alrededor de éstos, hay mucho espacio vacío. Inimaginable pero cierto: Si el 
núcleo de un átomo fuera del tamaño de una arveja, la cubierta de 
electrones estaría a 170 metros de distancia. Entonces la mayor parte de lo 
que “vemos” es sólo vacío. Sin embargo, lo percibimos como materia. 
Solamente lo percibimos así, en realidad no es así. 
Nada es como lo vemos.
Nosotros solamente captamos las diferentes vibraciones y procesamos las 
informaciones en nuestro cerebro, formando la idea de algo concreto. Las 
“traducimos”. Después que casi todas las personas las traducen de un modo 
muy similar, por lo menos suponemos eso, también “vemos” y “sentimos” 
las cosas de un modo muy similar. 
Los colores, por ejemplo, en realidad no existen en absoluto tal como los 
percibimos. Llegan vibraciones a nuestros ojos, ahí son transformadas en 
impulsos eléctricos y nuestro cerebro produce lo que “vemos”. Las 
diferentes frecuencias de colores producen incluso emociones en nosotros, 
hacen vibrar algo en nosotros. Por eso sentimos algunos colores como fríos 
o cálidos, aunque el material mismo siempre tiene igual temperatura. 
Todo se compone entonces de átomos, éstos a su vez de partículas 
subatómicas y éstas son a su vez una enorme acumulación de energía. 
Tan sólo una vez que comprendamos que cada objeto de esta Tierra, cada 
persona y cada situación solamente son energía en diferentes formas, 
podremos darnos cuenta de qué manera podemos influir sobre la materia. 
En 1933 los físicos Marie y Pierre Curie observaron cómo se puede 
originar materia de la “nada”. Descubrieron científicamente que la energía 
se puede transformar en masa. 
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Desear con Exito
Aquí entra en juego ahora un elemento muy importante para nuestro 
desear con éxito: la energía se puede dirigir, y justamente por medio de la 
fuerza del pensamiento. Nuestros pensamientos son algo así como una 
pistola láser que puede dirigir la energía sobre un punto. La luz de una 
ampolleta y la de un láser se diferencian esencialmente en que una es 
difusa, los protones se mueven en todas direcciones, y la otra es dirigida. 
Exactamente así, nuestra fuerza de pensamiento dirige la energía que existe 
siempre y en todas partes, de manera que ésta se condensa en una forma 
determinada. 
• Nada es como lo vemos.
• La materia es energía, se origina por medio de energía y es mantenida 
en su estado por medio de energía.
• Si no hay energía, no hay materia.
• La energía se puede dirigir.
• Cada pensamiento es pura energía y actúa a su vez sobre la energía. 
Si la energía produce materia y los pensamientos son pura energía, 
permanentemente se originan, alrededor de nosotros, cosas que nosotros 
materializamos. 
Porque al fin y al cabo nosotros pensamos permanentemente. Para dirigir 
concretamente nuestros deseos a nuestra vida, solamente tenemos que 
hacer las siguientes cosas: 
• Utilizar la fuerza de los pensamientos.
• Desarrollar la capacidad de hacer repercutir lo que deseamos. 
Para eso hacemos uso de dos leyes.
1. La ley de la conservación de energía
Existe una ley física fundamental, según la cual se forma toda nuestra 
vida. Ésta dice, tal como ya hemos escuchado, que cada forma manifestada 
se compone de energía y se puede convertir en otra forma. Pero también 
dice que la energía jamás se pierde, sino solamente se puede transformar. 
Puede cambiar, se puede transformar, pero jamás desvanecerse en el aire. 
El filósofo naturalista Demócrito (460-371 a.C.) descubrió que en realidad 
nada de este mundo puede desaparecer, sino siempre sólo transformarse. 
Sobre esa teoría se basa nuestra física actual. 
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Desear con Exito
¿Pero qué significa eso para nuestro desear con éxito? 
Tal como la materia se puede convertir en otras formas o en energía 
invisible para nosotros, también una energía, que primero ha sido invisible, 
se puede convertir en materia. Y nosotros podemos influir sobre esa 
conversión de las formas. 
Siempre es solamente la energía la que crea nuevas formas. La energía es 
dirigida y mantenida por medio de la consciencia. 
Lo que pensamos se materializa.
Eso también puede ser lo aparentemente imposible. Como ganar dos 
autos dentro de un año, encontrar el gran amor de su vida, el trabajo 
adecuado, la casa ideal o también solamente una lavadora usada. 
Porque cada deseo es energía. Éste es enviado y quiere concretarse, es 
decir, transformarse en materia. Mientras más intensos son los 
pensamientos que se envían, más poderosa es la energía. Mientras más 
fuertemente estén cargados emocionalmente, más fuerza de empuje 
adquieren. 
Desgraciadamente en lo negativo también es así. También los 
pensamientos negativos quieren consolidarse. A la energía le da lo mismo lo 
que nosotros pensemos. No hace diferencia entre bueno y malo, no conoce 
moral y tampoco evalúa. A la energía le da lo mismo en lo que se 
transforme. Simplemente sólo cambia de forma. Al hacerlo, obedece a la ley 
fundamental: 
La energía sigue siempre a la atención. 
Si somos desdichados, enviamos muy a menudo pensamientos negativos 
al cosmos. 
“Soy tan desdichado”. “Me va tan mal”. “Nadie me quiere”. “Soy para 
compadecerse”. “”Todo es irremediable”. – Todas esas son órdenes 
energéticas para el universo. Nuestra desgracia se reforzará. 
Pero el mismo principio puede trabajar para nosotros. – La energía 
mental es enviada y se condensa. Se juntan diferentes energías, personas las 
cogen al vuelo, las consideran ideas propias, experimentan y trabajan en eso 
y de pronto está ante la puerta la pareja deseada, el suceso esperado o el 
objeto largamente anhelado. Todo es solamente una forma de energía.
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Desear con Exito
En rigor existe en nuestro mundo un surtido increíble de todo. Es sólo 
cuestión de distribución. Hay de todo. Para todos. También para nosotros. 
Es sólo cuestión de oferta y demanda. Depende de lo que demandemos 
energéticamente, se distribuye o se construye de manera que entre en 
nuestra vida. Si vivimos en un mundo de carencia, nosotros hemos 
encargado justamente esa carencia. Lo que recibimos es la experiencia de 
carencia, mientras que nuestro vecino tal vez nada en riqueza,

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