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O Estilo de Línea Fina Mochica Tardío

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Castillo, El Estilo de Línea Fina Mochica 2
El Estilo Mochica Tardío de Línea Fina
de San José de Moro
Luis Jaime Castillo Butters
El estilo Mochica Tardío de Línea Fina (MTLF),
representado en la Colección Rodríguez Razetto por
las ocho magnificas botellas que figuran en la presente
sección es uno de los conjuntos cerámicos más
sobresalientes que jamás se desarrolló en el Perú
prehispánico. Entre los estilos pictóricos que
caracterizan a la alfarería Mochica tardía, éste se
distingue por la complejidad de sus abigarrados
diseños, detalladas ilustraciones de narraciones míticas
y de rituales seguramente representados en los
templos1. A diferencia de otros estilos cerámicos de
amplia distribución, el estilo MTLF estuvo muy
limitado en el espacio y el tiempo, puesto que se
desarrolló exclusivamente en el Valle de Jequetepeque
y sólo durante el periodo final de la cultura Mochica.
El estilo de Línea Fina se caracterizó por el uso de
líneas pictóricas muy delgadas sobre engobes blan-
cos que se usaron para ilustrar con gran detalle com-
plejas escenas sobre botellas ceremoniales preferen-
temente de asa de estribo (Fig. 1).
El estilo MTLF significó la más importante
ruptura con la tradición pictórica Mochica clásica,
representada en la cerámica de las fases III y IV de
la Región Mochica Sur (Figs. 2 y 3). Además de los
cambios en los estilos pictóricos y en pequeños cam-
bios en las formas de las botellas, la ruptura se mani-
festó especialmente en la reducción de la temática
representada y en la introducción nuevos temas y
motivos. Pero, a la vez, significó una continuidad de
la tradición iconográfica e ideológica Mochica preci-
samente por la permanencia de ciertos temas, de cá-
nones estéticos, convenciones de representación y
LuisJaime Castillo Butters. Profesor Principal del Departamento de Humanidades, Sección de Arqueología y Director de Relaciones
Internacionales y Cooperación de la Pontificia Universidad Católica del Perú. (lcastil@pucp.edu.pe)
Manuscrito para el Catálogo del Museo de Arte de Lima. Editor: Luis Jaime Castillo Butters
Fig. 1. Botella asa estribo con representación de Línea
Fina. Tomada deMcClelland,McClelland,Donnan 2007.
Castillo, El Estilo de Línea Fina Mochica 3
Muchas cosas acerca del Estilo de Línea Fina y
de su contexto cultural han llamado la atención de los
investigadores: su énfasis en temas femeninos y
marinos4, el escaso número de piezas decoradas en
este estilo, o su coexistencia con cerámica Mochica
Policroma y con artefactos de estilos cerámicos
foráneos como Wari, Nievería y Cajamarca 5. Ahora
bien, como veremos, las más substanciales
interrogantes son su restringida distribución y su ori-
gen. ¿Por qué aparece este estilo en un área tan pe-
queña en la parte norte del valle de Jequetepeque y
de dónde se habría originado ya que no evoluciona
de una tradición local?. Hasta donde ha sido posible
determinar, las botellas decoradas con este estilo en
su mayoría habrían sido halladas de un solo sitio ar-
queológico: San José de Moro, el cementerio y cen-
tro ceremonial regional Mochica Tardío más impor-
tante del Valle de Jequetepeque (Fig. 5). En cuanto a
su origen, todos los datos disponibles apuntan a una
migración de artistas de Chicama a Jequetepeque.
Fig. 4. Mapa del Valle de Jequetepeque indicando los
Sitios Mochica Mochica Medio y Mochica
Tardío más importantes.
técnicas de decoración. Esta aparente paradoja de
rupturas y continuidades se explica por el contexto
cultural en que éste estilo se desarrolló, en el Periodo
Mochica Tardío (650-850 d.C.); en una región cir-
cunscrita y periférica, el Valle de Jequetepeque; y en
condiciones de producción muy particulares (Fig. 4).
Fig. 2. Jarra de la Fase III con representación de Perso-
najes Supernaturales. Tomado de Donnan, McClelland
1999.
Fig. 3. Botella asa estribode la Fase IV con representa-
ción de corredores con tatuajes. Tomado de Donnan,
McClelland 1999.
Fig. 5. Zona Arqueológica protegida en San José de
Moro.
Castillo, El Estilo de Línea Fina Mochica 4
El estudio del estilo MTLF no sólo nos permitirá,
entonces, comprender la peculiaridades de un excep-
cional conjunto de artefactos, pero nos dará luces
acerca de cuán diferentes eran los estados Mochicas
de un valle y otro, de cuáles eran las relaciones entra
los artesanos y las elites que controlaban los siste-
mas rituales e ideológicos, y de cuál era la función de
los artefactos de más alta calidad en la sociedad
mochica. Finalmente, las imágenes que se produje-
ron en este estilo nos permiten imaginarnos como fue
la sociedad Mochica en su cenit.
La Decoración Pictórica y el Estilo de
Línea Fina
Christopher B. Donnan y Donna McClelland7
acuñaron el concepto «Pintura Mochica de Línea
Fina» [Moche Fineline Painting] para distinguir a
un conjunto de piezas cerámicas que fueron decora-
da con gran maestría y con las técnicas más refina-
das, de la cerámica genéricamente decorada con re-
presentaciones pictóricas, es decir con diseños pin-
tados sobre la superficie o el engobe de la vasija. Si
bien la decoración pictórica es muy frecuente en la
cerámica Mochica, por sí sola o decorando y deta-
llando representaciones tridimensionales, ésta se en-
cuentra con más frecuencia como motivos sueltos
en piezas sin mayor acabado. Cántaros o floreros
decorados con diseños de aves o serpientes, por ejem-
plo, son muy frecuentes y fueron ejecutados por ar-
tesanos que no necesariamente dominaron las técni-
cas de pintura. Técnicamente, en su confección y en
los materiales que se usaron para su fabricación, es-
tos artefactos pueden ser casi tan sencillos como la
cerámica doméstica. El taller de cerámica Mochica
IV excavado por Russell y Leonard en el sitio de
Mayal, Valle de Chicama (Fig. 6), produjo inmensas
cantidades de cerámica cualitativamente intermedia
y frecuentemente decorada con pequeños diseños o
motivos pictóricos8. Una característica peculiar del
arte pictórico Mochica es que, a medida que evolu-
cionó, los trazos fueron haciéndose más finos y del-
gados, hasta que en las fases III y IV adquirieron la
condición de verdaderos dibujos compuestos por lí-
neas finas (Figs. 7 y 8). A diferencia de otras tradi-
ciones artísticas donde la policromía estuvo a dispo-
sición de los pintores, el arte pictórico Mochica estu-
Fig. 6. Foto del Sitio de Mayal en el Valle de Chicama.
Fig. 7. Botella asa estribo de la Fase III con representa-
ción del Badminton ceremonial. Tomado de Donnan y
McClelland 1999.
Fig. 8. Botella asa estribo de la Fase IV con representa-
ción de la Ceremonia del Sacrificio. Tomado de Donnan
y McClelland 1999.
Castillo, El Estilo de Línea Fina Mochica 5
vo restringido al uso de un solo color de pintura, ge-
neralmente ocre o roja, en base a pigmentos
hematíticos, sobre engobes de colores blancos o cre-
mas. En nuestra apreciación general de la cerámica
pictórica Mochica, existe, sin embargo, una distor-
sión puesto que por un efecto de selección estética
hecha por coleccionistas y museos, parecería que
estuvo compuesta mayoritariamente por ejemplares
de línea fina, cuando éstos representan sólo una pe-
queña minoría.
En un trabajo arqueométrico sin precedentes,
dedicado al estudio tecnológico de la cerámica de
Línea Fina, Agnes Rohfrithsch, investigadora del
Laboratorio de Arqueo-Materiales de la Universitè
de Bordeaux III, ha logrado caracterizar con gran
detalle la cadena productiva y los materiales emplea-
dos en la preparación de ésta cerámica9 (Fig. 9). Las
técnicas de selección y preparación de las arcillas
(todas de origen local), el tamaño y tipo de los
desgrasantes y otros aspectos de la preparación de
la botellas no varía mucho entre una pieza y otra, no
se distingue mucho de piezas de menor calidad o sin
decoración pictórica y, en general, no es de gran ca-
lidad. Incluso la cocción de las piezas, que se habría
realizado en hornos pequeños y cerrados, alcanzan-
do muy altas temperatura (por encima de los 950 C.)
pero por periodos muy cortos de tiempo, no fue téc-
nicamente muy sobresaliente ydejo las piezas bas-
tante «crudas» y frágiles. En contraste, el tratamien-
to de la parte externa de la cerámica es notable, pues-
to que las superficies aparecen bien pintadas, pulidas
y cocidas, incluso ligeramente vitrificadas. Parecería
que el énfasis y la maestría de los artesanos estuvie-
ron puestos en la preparación de las superficies y el
pintado y pulido de las escenas, lo que podría impli-
car, como han sugerido Donnan y McClelland10, que
el artesano que preparaba las piezas y el que las pin-
taba eran dos personas diferentes. Las botellas, lue-
go de su construcción, eran pintadas con un raro
engobe rico en calcio que producía una superficie de
color claro: blanco, crema o incluso rosado depen-
diendo de la cocción. Generalmente se ha supuesto
que por su color, el engobe «blanco» de las botellas
Mochicas debía ser de origen kaolinítico, es decir en
base a arcillas blancas ricas en aluminio que se en-
cuentran solamente en los valles andinos. Sin embar-
go, los estudios de Rohfrithsch han demostrado que
los Mochicas, desde los periodos tempranos en Dos
Fig. 9. Muestra de la vasija procedente de San Jose de Moro Luz Blanca, Catodoluminiscencia. Vista del análisis para
observar la textura de la pasta. Tomado de Ágnes Rohfritsch 2006.
Castillo, El Estilo de Línea Fina Mochica 6
Fig. 10. Representación de Seres Miticos sobre balsas.
Fig.11. Representación de Confrontación de Seres Sobrenaturales. Tomado de Donnan y McClelland 1999.
Fig. 12. Representación de los corredores rituales de la región Mochica Sur. Tomado McClelland, McClelland y Donnan
2007.
Castillo, El Estilo de Línea Fina Mochica 7
Fig. 13. Representacion del Badminton Ceremonial. Tomado de McClelland, McClelland y Donnan 2007.
Fig. 14. Representación del Cara Arrugada y la Iguana Antropomorfizada en procesion musical.Tomado de McClelland,
McClelland y Donnan 2007.
Castillo, El Estilo de Línea Fina Mochica 8
de Balsas con Seres Míticos, Confrontaciones de
Seres Sobrenaturales, Descifradores, Badminton
Ceremonial, Procesiones Musicales, Corredores, el
Tema del Entierro, Figuras Geométricas, y represen-
taciones de seres sobrenaturales con atributos hu-
manos y animales (Figs. 10 al 14).
Sólo los artefactos creados por los mejores ar-
tesanos y pintores Mochicas pueden considerase
ejemplos del estilo de Línea Fina, ya que fueron eje-
cutados con un altísimo nivel de calidad en las com-
posiciones y trazos. Si bien aún no hemos encontra-
do evidencia arqueológica de los talleres donde se
produjeron estos artefactos, suponemos que fueron
decorados por artesanos que no sólo conocían las
técnicas de pintado, sino que además estaban plena-
mente familiarizados con los temas y composiciones
de este estilo. Algunas de las representaciones pare-
cen ilustrar ceremonias que podrían haber ocurrido
en la realidad, como una procesión funeraria ilustra-
da en gran detalle14 (Fig.15) o las mismas ceremo-
Cabezas11 y La Mina12 lograron arcillas y pinturas
blancas en base a un enriquecimiento con calcio. Fi-
nalmente, sobre la base clara se pintaban los diseños
con pinturas producidas en base a óxidos de hierro
que generaban, en la cocción, un color ocre, marrón
o incluso negro.
La pintura debió haber sido hecha por artesanos
experimentados y de gran maestría, familiarizados con
las composiciones y los detalles que se incluían en
los diseños de cada tema. Ahora bien, salvo las re-
presentaciones estandarizadas de la escena de la
Mujer en la Balsa de Totora, los diseños del estilo de
Línea Fina son muy diversos, lo que implicaría que
muchas de las obras fueron únicas, dentro de los lí-
mites que les imponían los temas representados, y
que en muchos de sus detalles se basaron en la inspi-
ración y la elocuencia de los artistas. Donnan y sus
colaboradores13 han hecho un detallado estudio de
los temas tratados en el estilo de línea fina Mochica
Tardía, entre los que destacan las representaciones
Fig. 15. Botella asa estribo con representación de Procesión compleja. Tomada de McClelland,McClelland y Donnan
2007.
Castillo, El Estilo de Línea Fina Mochica 9
cer artesanos específicos a través de sus obras15.
Los pintores que han podido reconocer son en reali-
dad conjuntos de artefactos que comparten los mis-
mos rasgos, las mismas formas de pintar caras, ma-
nos o atuendos, o de componer las representaciones
en los cuerpos esféricos o lenticulares de las bote-
llas. Así, por ejemplo, reconocen al «Pintor de Múnich»
por la forma peculiar de «representar vestimentas,
brazaletes, panoplias, y manos con uñas curvadas»16
(Fig. 17) o al «Pintor de Rodríguez» por «narices rec-
tangulares, barbillas puntiagudas y bocas en forma
de ojo de cerradura»17(Fig. 18).
Fig. 16. Botella asa estribo con decoración del Tema del Entierro registrada en el Rasgo 15 del Área 16 en San José de
Moro.
nias del entierro de grandes señores y señoras (Fig.
16). Seguramente algunos de los maestros artesanos
habrían tenido un sitial preferente en la ejecución de
los rituales, por lo que habrían tenido la posibilidad de
presenciarlos directamente para luego retratarlos en
las botellas. Es de suponerse que los artesanos pasa-
ban por un proceso de formación, seguramente en el
contexto de talleres de producción o bajo la vigilan-
cia de los artesanos más experimentados. Con el tiem-
po los artesanos se distinguían unos de otros por sus
técnicas de decoración y pintado. Donnan y
McClelland han planteado la posibilidad de recono-
Fig.17. Vasijas con representaciones reconocidas como hechas por el Pintor de Munich.Tomada de Donnan y
McClelland 1999.
Castillo, El Estilo de Línea Fina Mochica 10
Cerámica Importada y Cerámica
Mochica Polícroma
Coincidiendo con la aparición de cerámica de
Línea Fina en los contextos funerarios aparece cerá-
mica importada y cerámica del estilo Mochica Polí-
cromo18. Esta coincidencia debe estar relacionada
con las razones y oportunidades que explican el sur-
gimiento de la Línea Fina en San José de Moro. La
cerámica que encontramos proviene de Cajamarca
(Fig. 19), en la sierra aledaña; de Ayacucho en va-
rios estilos Wari (Chaquipampa primero y Viñaque
después) (Fig. 20) y de otras regiones al sur (por
ejemplo, Nievería del Valle del Rímac y Atarco de
Ica. En los mismos contextos donde aparecen estos
especímenes encontramos una cerámica que hemos
denominado Mochica Policroma, puesto que fue fa-
bricada por los ceramistas Mochicas imitando los
colores, diseños y formas de la cerámica Wari
(Fig.21).
Sería lógico que la secuencia de eventos que lle-
vó a la producción de estos estilos híbridos se hubie-
ra dado en tres momentos: primero, la aparición de la
Fig. 18. Botellas asa estribo con representación reconocidas como hechas por el Pintor Rodríguez. Tomada por Donnan
y McClelland 1999.
cerámica de Línea Fina y el establecimiento de los
artesanos y talleres en San José de Moro; seguido
por la importación de cerámica, vía Cajamarca, de
las sociedades sureñas; y finalmente, el desarrollo de
la cerámica Mochica Polícroma como efecto de la
influencia externa. Sin embargo, a la fecha los tres
eventos parecerían haberse dado al mismo tiempo
puesto que incluso en las primeras tumbas Mochica
Tardías, encontramos ejemplos de los tres tipos de
cerámica juntos. También es posible que esta evolu-
ción de haya dado en otro sitio o región, llegando a
Jequetepeque cuando los tres tipos de cerámica es-
taban plenamente constituidos.
En el estilo Mochica Polícromo podemos distin-
guir dos variedades: las piezas que son versiones
polícromas de la cerámica de Línea Fina o cerámica
Mochica con detalles decorativos en colores, y las
que son más bien copias de piezas Wari hechas por
los artesanos de Jequetepeque, a veces con ligeras
adiciones de su propio repertorio. El número de estas
piezas no es nada desdeñable y, en las tumbas en las
que los encontramos, son aún más frecuentes que la
cerámica de Línea Fina Mochica Tardía.
Castillo, El Estilo de Línea Fina Mochica 1 1
Fig. 19. Cerámica Cajamarca registrada en las
excavaciones en SanJosé de Moro.
Fig. 20. Vasijas policroma del estilo Wari y Wari-deriva-
do registradas en las excavaciones de San José de Moro
en el contexto funerario M-U1242.
Fig. 21. Vasijas Polícromas registradas en San José de
Moro.
El Contexto Cronológico y
Arqueológico de la Cerámica Mochica
Tardía de Línea Fina
Recientemente la última época de la cultura
Mochica ha sido sujeta de una serie de revisiones y
ajustes a partir de muchas y muy complejas
investigaciones. Larco había planteado en su
«Cronología Arqueológica de la Costa Norte»19 la
existencia de la fase Mochica V, que corresponde a
las botellas de asa triangular y decoración geométrica,
o las botellas de cuerpos altos, casi ojivales. En 1994,
en un trabajo conjunto con Christopher Donnan, plan-
teamos la existencia de dos regiones Mochicas, cada
una de las cuales habría tenido su propia cronología y
la existencia de múltiples estados Mochicas que se
habrían desarrollado en estas regiones o incluso en
cada uno de los valles dentro de las regiones (Fig.
22). Así, mientras que en el sur se desarrolló la fase
Mochica V, en el norte tendríamos el periodo Mochica
Tardío, ambos finalizando alrededor del año 850 d.C.
Pero la Huaca de la Luna, en el valle de Moche, ha
producido consistentemente fechas de 850 d.C. has-
ta su colapso y en asociación con cerámica Mochica
IV. Parecería, entonces, que en algún momento, qui-
zá hacia el 650-700 d.C. se produjo una separación
entre los valles de Moche y Chicama, el primero con-
tinúa con la tradición Mochica IV, mientras que sólo
Chicama evoluciona hacia el Mochica V. Es decir,
que en un mismo momento podrían haber coexistido
hasta tres tradiciones: Mochica IV en el valle de
Moche y los valles al sur; Mochica V en Chicama21;
y Mochica Tardío en Jequetepeque (Fig. 23). Es im-
Fig. 22. Cronología de la Región Mochica Norte y
Mochica Sur.
Castillo, El Estilo de Línea Fina Mochica 12
Fig. 23. Mapa de la Costa Norte del Perú con indicación
de las principales regiones y sitios Mochica.
del Línea Fina exclusivamente en asociación con la
ocupación Mochica Tardía del sitio. No se ha repor-
tado ningún ejemplo de Línea Fina para el periodo
Mochica Medio, que antecede al Mochica Tardío.
Llama la atención que en el periodo Mochica Medio
no exista prácticamente cerámica decorada con di-
seños pictóricos, salvo excepcionales botellas deco-
radas con gruesos diseños en una rara combinación
de morado sobre naranja28. En el otro extremo, en el
Periodo Transicional, encontramos algunas formas
derivadas del estilo de Línea Fina, como botellas con
decoración policroma. Fragmentos de cerámica de
Línea Fina son relativamente escasos incluso en San
José de Moro, y cuando se les encuentra se trata de
hallazgos fortuitos en capas de relleno. Cerámica de
Línea Fina se ha reportado en las tres fases del Pe-
riodo Mochica Tardío29 (Fig. 24), y siempre con la
peculiaridad que aparece en cantidades muy limita-
das, una, dos o a los sumo cuatro especímenes por
contexto, lo que implica que su producción nunca fue
masiva y que podría haber estado controlada por los
sacerdotes y sacerdotisas que operaban en el sitio.
La cerámica de Línea Fina se ha hallado tanto
en tumbas como en contextos de ocupación, y oca-
sionalmente en relleno, es decir sin asociaciones sig-
nificativas. De estas asociaciones las más frecuen-
tes son las tumbas, tanto en su variedad de bota como
de cámara. Los casos en que botellas decoradas en
Línea Fina han sido halladas en rellenos son raros y
no se puede decir prácticamente nada acerca de ellos.
Son más significativos los casos en que botellas han
sido halladas en contextos de ocupación. Una botella
portante señalar esta coexistencia puesto que, en-
tonces, queda claro que las influencias y las
interacciones que generaron el estilo de Línea Fina
en Jequetepeque debieron venir de Chicama y no de
la tradición del valle de Moche.
La cerámica Mochica Tardía de Línea Fina ha
sido reportada en varios lugares de la costa Norte.
Fragmentería cerámica decorada con Línea Fina ha
aparecido en los sitios de Mayal, Licapa y El Brujo,
en el valle de Chicama22. Shimada reporta botellas
decoradas en Línea Fina de Pampa Grande, en el
Valle de Lambayeque23 y Huaca Lucía, en el Valle
de La Leche24. Una singular botella de doble pico y
puente, decorada con pintura policroma de Línea Fina
fue hallada en el Valle de Chira25, otra muy semejan-
te fue reportada por Stumer en el sitio de Paredones,
en el Valle del Rímac26. La frecuencia aumenta
significativamente en el Valle de Jequetepeque, don-
de se ha reportado en los sitios de Huaca Colorada,
Portachuelo de Charcape, San Ildefonso y
Pacatnamú27, y donde la hemos hallado en Pacanga
Vieja y Cerro Chepén. Pero la inmensa mayoría de
los fragmentos de cerámica y prácticamente todas
las piezas completas han sido reportadas de San José
de Moro.
En San José de Moro se ha hallado cerámica Fig. 24. Cuadro Cronológico de San José de Moro
Castillo, El Estilo de Línea Fina Mochica 1 3
fue hallada dentro de una gran paica o tinaja, aparen-
temente colocada allí a medida que esta se enterra-
ba. Otra pieza fue hallada en un pequeño comparti-
miento, simplemente en asociación con el piso. Sin
embargo, el más significativo hallazgo fue el de una
botella decorada con el Tema del Entierro, que se
encontró en el piso de una alacena semisubterránea
(Fig. 25). Esta pequeña estructura, compuesta por
Fig. 25. Estructura denominada como el Rasgo 15
excavada en el Área 16 en SJM.
dos espacios rectangulares, albergaba una colección
de 38 artefactos incluyendo ollas, paicas pequeñas,
grandes cuencos y botellas de cuello efigie. En con-
junto, estos artefactos habrían servido para la prepa-
ración de la chicha y la alacena tendría que haber
sido una suerte de depósito de todos los artefactos
necesarios para producir este brebaje. En un cierto
momento se decidió clausurar la alacena, para lo cual
vertieron barro liquido en su interior hasta cubrir com-
pletamente todo el contenido, atrapando todo los ar-
tefactos en su posición original. En el centro de este
singular conjunto se encontró una botella de asa es-
tribo decorada en Línea Fina con un magnífico ejem-
plo del Tema del Entierro (Fig. 25). La botella estaba
debajo de un pesado adobe y fragmentada en mu-
chos pedazos, por lo que se presume que, antes de
llenar el espacio con barro, habrían «sacrificado» la
botella. La tradición de «sacrificar», es decir mutilar
de alguna forma las botellas, es bastante más fre-
cuente de lo que parece. Una gran parte de todas las
botellas de Línea Fina encontradas en tumbas de SJM
carecían del asa estribo, la que, además, no se en-
contraba dentro de la tumba. Suponemos que, en un
acto ritual, antes de colocarla dentro de la tumba, se
Fig. 26. Botella asa estribo con decoración de Línea Fina
registrado en el Rasgo 15 en SJM.
separaba el asa del cuerpo de la botella. Esta ampu-
tación a veces era tan abrupta que se rompía incluso
parte del cuerpo de la pieza, o que la misma quedaba
fragmentada (Fig. 26). Esta rotura, podría habría te-
nido que ver con la intención de liberar algún líquido
contenido dentro de la vasija o podría haber sido una
influencia de rituales Wari en los que grandes grupos
de cerámica fina eran sacrificados. Hallazgos como
éstos, sin embargo, son singulares, tanto por su baja
frecuencia como por su carácter único, lo que los
hace difícil de explicar.
La cerámica de línea fina ha aparecido en con-
diciones más relevantes en tumbas de bota y cáma-
ra, aunque en cantidades muy parecidas. La locali-
zación de las botellas Línea Fina en las tumbas es
variable, aunque la zona alrededor de la cabeza o
cerca de los brazos es más usual. Algunas piezas
parecen haber sido introducidas en las tumbas al fi-
nal de la colocación de las ofrendas, puesto que no
descansan directamente sobre el piso de la tumba,
sino sobre otros artefactos o sobre arena de relleno.
Tal es el caso de una botella decorada con el Tema
del Entierro, que apareció boca abajo en un nicho de
la tumba de cámara M-U 103 (Fig.27). Parecería
Castillo, El Estilo de Línea Fina Mochica 14
Línea Fina, de un total de 73 especímenes cerámicos
(Fig. 28) , mientas que la tumba de cámara de la
Joven Sacerdotisa de Moro (M-U 103) contenía tres
piezas de Línea Fina (Figs. 29 y 30), de un total de
241 especímenes cerámicos. En comparación, tum-
bas de bota como la xx y la xx han contenido dos
ejemplares de Línea Fina. En términos de calidad las
tumbas de bota pueden contener artefactos de la
misma o incluso mayor calidad que los que aparecen
en las tumbas de cámara. Las tumbas de cámara M-
U 26 y M-U 30 contuvieron solo una pieza de línea
fina cada una, en ambos casos representaciones muy
toscas de la Mujer sobre la Balsa (Figs 31 y 32) ,
mientras que la tumba de cámara M-U 102 no con-
tuvo ninguna botella de Línea Fina. Si bien no todas
las tumbas de bota contienen botellas de Línea Fina,
en algunas de ellas se han hallado piezas de gran
calidad. Tal es el caso de una botella decorada con
una representación de un Decapitador Alado (Fig.
33), que se encontró en una muy sencilla tumba de
fosa (M-U 743), asociada con un individuo masculi-
no adulto y otras cuatro piezas de cerámica nada
notables. En conclusión, no encontramos una rela-
ción cualitativa o cuantitativa ente el tamaño y la for-
ma de la tumba y las botellas de Línea Fina, solo
existe una relación de ausencia y presencia. Enton-
ces, deberíamos concluir que las botellas de Línea
Fina no fueron marcadores de distinción social, o que
las distancias sociales ente los individuos enterrados
en estos dos tipos de tumbas no fueron muy grandes.
Fig. 27. Vista de uno de los nichos de la cámara M-U103
donde se aprecia vasijas de Línea Fina.
que esta botella fue colocada cuando la cámara es-
taba, al menos parcialmente, rellenada con arena ya
que en la pieza se sostenía en la posición que se en-
contró solo por la matriz de arena que la rodeaba.
Hubiera sido lógico que la frecuencia de botellas de
Línea Fina hubiera sido mayor en las grandes tum-
bas de cámara, pero no es así, ya que son casi tan
frecuentes, o tan escasas, como en las tumbas de
bota. Por ejemplo, la tumba de cámara de la Sacer-
dotisa de Moro (M-U 41) contenía solo dos piezas de
Fig. 28. Botella asa estribocon decoración de Línea Fina
registrada en el M-U 41 en SJM.
Fig. 29. Copa con decoración de Línea Fina registrada
en el M-U 103 en SJM.
Castillo, El Estilo de Línea Fina Mochica 1 5
Fig. 30. Botella asa estribo con decoración de Línea Fina
registrada en el M-U 103 en SJM.
Fig. 31. Botella asa estribo con decoración de Línea Fina
registrada en el M-U 026 en SJM.
Fig. 32. Botella asa estribo con decoración de Línea Fina
registrada en el M-U 030 en SJM.
Fig. 33. Botella asa estribo con decoración de Línea Fina
con representación del Decapitador Alado registrado en
la Tumba M-U743 en SJM.
Castillo, El Estilo de Línea Fina Mochica 16
va convirtiendo en una luna creciente, o donde un
personaje es reemplazado por otro en la entrega de
conchas de Strombus en un ritual funerario, nos dan
pistas importantísimas acerca de la naturaleza de la
ideología dominante en San José de Moro y de sus
diferencias especificas con relación a otras regiones
Mochicas.
Lo primero que debe quedar claro es que el es-
tilo de Línea Fina no pudo originarse en los estilos
Mochica Medio de la Región Norte. Por el contrario,
la cerámica de este periodo asociada con las tumbas
de San José de Moro31, Pacatnamú32 o las tumbas
Reales de Sipán33 es de una notable pobreza
iconográfica, particularmente en lo que se refiere a
la decoración pictórica. Los ceramistas del periodo
Mochica Medio de esta región no desarrollaron las
mismas técnicas de pintura que aparecieron en la
misma época en la Región Sur. Las piezas más ela-
boradas en este periodo son escultóricas, e incluso
ellas son de menor complejidad que sus contrapartes
sureñas. Resulta paradójico que la cerámica Mochica
Medio haya sido tan pobre cuando la cerámica del
periodo Mochica Temprano en Jequetepeque y Piura
fue de altísima calidad técnica y artística. En contraste,
la metalurgia sí exhibe una continuidad en calidad y
técnica con los desarrollos alcanzados en el periodo
Temprano. ¿Acaso el énfasis iconográfico paso de
la cerámica a otros medios? Algunos de los textiles
encontrados por Ubbelhode-Doering en la tumba
Mochica Medio E1 de Pacatnamú tenían una
decoración iconográfica muy compleja, que rivalizaría
con la icnografía pictórica del los estilo III y IV del
sur34. Poco sabemos de la iconografía textil Mochica
puesto que pocos ejemplos verdaderamente comple-
jos se han conservado.
En segundo lugar, hay claras continuidades for-
males, estilísticas y temáticas entre la cerámica
Mochica V del Sur y la Cerámica Mochica Tardía de
Línea Fina de San José de Moro (Fig. 34) . Las téc-
nicas que se emplearon en la producción de cerámi-
ca son muy semejantes en ambas regiones, así como
las botellas de cuerpo esférico y carenado. Pero mien-
tras que en el norte no hay un antecedente para es-
tas técnicas y formas, en el sur podemos seguir una
larga tradición que lleva, ininterrumpidamente, hasta
la cerámica Mochica V. Algunas formas, en ambas
regiones, se desarrollaron después del contacto, por
ejemplo las botellas altas de cuerpos ojivales en el
Sur o las botellas de cuerpos exageradamente
carenados y las formas «experimentales» en
Jequetepeque. El estilo pictórico de línea fina, qué
El Origen y la Evolución de la Cerámica
del Estilo Mochica Tardío de Línea Fina
El problema central en el estudio de la cerámica
de Línea Fina, y desde mi punto de vista la clave que
permitirá resolver muchos aspectos de la sociedad
Mochica tardía es, sin duda, la cuestión acerca del
origen de esta cerámica. La hipótesis que hemos sos-
tenido es que la Cerámica de Línea Fina en
Jequetepeque fue el resultado de una migración de
alfareros, posiblemente de los talleres Mochica V del
valle de Chicama30. Su llegada, y el inicio de la pro-
ducción de cerámica de Línea Fina, marcarían el
comienzo del periodo Mochica Tardío en
Jequetepeque, pero también de otras importantes
transformaciones, como la llegada de cerámica im-
portada de Wari y Cajamarca, o la producción de
cerámica Mochica Polícroma. Pero no sólo se trata
de definir de dónde llegaron las influencias que per-
mitieron el desarrollo del estilo de Línea Fina en San
José de Moro, y por lo tanto de las interacciones en-
tre las sociedades Mochicas Tardías, sino que el es-
tudio del origen de este estilo nos permite trazar lí-
neas de evolución y cambio en diferentes sociedades
Mochicas. Las influencias y migraciones no genera-
ron copias idénticas de la cerámica ni imitación de
todos los motivos representados. Por el contrario,
muchas adaptaciones y cambios se produjeron a partir
del contacto, tanto en el estilo como en la temática.
En lo que se refiere al estudio de los aspectos
formales, las variaciones y líneas de evolución esti-
lística de la Línea Fina nos dan la oportunidad única
de estudiar una unidad de producción limitada, cir-
cunscrita, seguramente muy cercana a, o dependien-
te de las elites. Ella nos permite ver el rango de va-
riabilidad entre los talleres y los artistas que segura-
mente convivían uno al lado del otro y sin embargo
desarrollaron identidades, estilos y técnicas muy dis-
tintas, con una alta especialización temática.
Adicionalmente, al trazar una línea de tiempo desde
el origen, podemos estudiar la evolución del estilo
hacia formas cada vez más abstractas y simbólicas,
y la evolución del uso de las tecnologías y la disponi-
bilidad de las materias primas. Aun más interesante
es el estudio de la evolución temática, es decir, qué
es lo que se representaba en el estilo de Línea Fina
en diferentes momentos. Las sustracciones y adicio-
nes en la temática representada, los temas y motivos
que desaparecieron en algún momento o aparecie-
ron y se hicieron populares; las transformaciones te-
máticas, donde, por ejemplo, una balsa de totora se
Castillo, El Estilo de Línea Fina Mochica 1 7
Fig. 34. Botellas asa estribocon decoración de Línea Fina provenientes de San José de Moro.
Castillo, El Estilo de Línea Fina Mochica 18
Fig. 35. Botella asa estribo conocida como «Pieza Ganoza» con decoración deLínea Fina con representación del Tema
del Entierro tomada de Donnan y McCllenand 1999.
duda cabe, se originó en los estilos pictóricos com-
plejos de la cerámica Mochica IV y V, pero luego en
San José de Moro adquirió su propio carácter, ha-
ciéndose aun más abigarrado.
En cuanto a la temática representada, la mayo-
ría de temas iconográficos del estilo Mochica Tardío
de Línea Fina tienen su antecedente en la iconogra-
fía Mochica del sur, por ejemplo los Temas de la
Confrontación Mítica, del Entierro y de las Balsas de
Totora. Sin embargo, una vez trasplantados, adqui-
rieron su propio ritmo de evolución, separándose y
distinguiéndose de sus modelos originales. El caso
más notable es el del Tema del Entierro, cuyo origen
estuvo en representaciones Mochica IV de ceremo-
nias de presentación de conchas, entierros y sacrifi-
cios35. El tema se estandarizó en una composición de
cuatro escenas cuyo ejemplo más temprano es la pie-
za Ganoza, una botella Mochica V en la que se re-
presenta con gran detalle todos los aspectos de un
ritual funerario en una compleja configuración de
personajes y escenas36 (Fig. 35). En la cerámica
Mochica Tardía de Linea Fina de San José de Moro
se volvió un tema frecuente, pero con grandes trans-
formaciones que incluyen la sustitución de un perso-
naje por otro o la supresión de ciertos detalles, pero
respetando siempre la composición original. Los ar-
tesanos de San José de Moro no pudieron inventar el
Tema del Entierro por su cuenta, necesariamente tu-
vieron que estar familiarizados con la composición y
distribución de escenas y personajes Mochica V.
Otros temas frecuentes en San José de Moro, como
la ola antropomorfa, se originaron cuando se implan-
tó la técnica de Línea Fina, al tener los alfareros por
primera vez la posibilidad de representar imágenes
complejas.
Ahora bien, en lo que se refiere a los temas re-
presentados, el Estilo Mochica Tardío de Línea Fina
presenta una marcada reducción con relación a los
temas representados en la cerámica IV y V. Es posi-
ble que en el momento de la migración de los artesa-
nos haya habido una selección de los temas que se
podrían representar para un nuevo público. Hemos
indicado en un trabajo precedente, que casi todos los
temas donde participan seres humanos desaparecen
del registro iconográfico Mochica Tardío37. Interpre-
tamos estas transformaciones como adaptaciones
ideológicas, puesto que la iconografía no hace sino
retratar las narraciones que sirven los propósitos de
Castillo, El Estilo de Línea Fina Mochica 1 9
la sociedad. El traslado de los artistas se habría dado
a costo de que estos adapten su producción a los
estándares aceptados en la sociedad Mochica de
Jequetepeque.
Finalmente, ¿fue el estilo de Línea Fina produc-
to de una influencia cultural, o, fue necesario que se
trasladaran artesanos de Chicama a San José de
Moro? Si bien todos los Mochicólogos estarían dis-
puestos a aceptar la primera idea, la segunda reque-
rirá de una mayor profundización de nuestro conoci-
miento del fenómeno. Algunas pistas son el descen-
so de la calidad y cantidad de piezas con iconografía
compleja en la fase Mochica V en Chicama, donde
la inmensa mayoría de objetos estuvo decorada con
simples motivos geométricos. ¿Podría ser que esta
disminución cualitativa y cuantitativa se debió a la
migración de los artesanos? Por otra parte, no ve-
mos una fase de experimentación en el desarrollo del
estilo Mochica Tardío, es decir que se inició con téc-
nicas y diseños ya depurados. Esto significaría que
las personas que iniciaron la producción de la cerá-
mica de Línea Fina contaban ya con todos los cono-
cimientos técnicos e iconográficos. Con el devenir
del tiempo el estilo tomó características propias, pero
algunos ejemplos, seguramente los más tempranos,
son en esencia idénticos a formas que esperaríamos
encontrar en Chicama. Existen ejemplos de artefac-
tos Mochica V encontrados en Jequetepeque, en la
tumba MXII de Pacatnamú o en San José de Moro38,
que evidenciarían que hubo un contacto sostenido con
los productores de cerámica de Chicama.
El corto periodo de tiempo en que se produjo la
cerámica Mochica Tardía de Linea Fina en San José
de Moro fue una de las épocas de mayor creatividad
e innovación en la historia de las sociedades de la
costa norte del Perú. La coexistencia de este fenó-
meno con la aparición de la cerámica policroma, de
clara inspiración extranjera; con el colapso de la so-
ciedad Mochica y su transformación en el fenómeno
Transicional; y con los albores de los fenómenos
Lambayeque y Chimú, no son mera coincidencia.
Estos artefactos se dieron en una de las épocas más
complicadas para la historia regional, con un fracaso
monumental de la cultura Mochica, que había domi-
nado la tierra por más de quinientos años y en una
clara necesidad de reconstruir la estructuras de po-
der y legitimidad. La cerámica de Línea Fina no es
sino la expresión material de estas pugnas, y su pre-
sencia en los contextos arqueológicos nos hablan de
interacciones de larga distancia, estrategias de con-
trol y de dominación, y rituales de poder femenino.
En última instancia estos artefactos son la única voz
de una sociedad, que por todo lo demás, ha permane-
cido en silencio por más de mil años.
Fichas Extensas de Piezas:
1.- Botella de Asa Estribo con
representación del Tema del Entierro
Mochica Tardío de San José de Moro
650-850 d.C.
Pintura de línea fina Mochica Tardía
Esta botella de asa estribo ligeramente carenada
y de base anular que contiene la representación de
un magnífico ejemplo del Tema del Entierro. Formal-
mente la pieza es un ejemplo clásico de las botellas
de asa estribo Mochica Tardías, aunque es posible
que la parte superior del asa estribo no corresponda
a esta botella y haya sido añadida al momento de la
restauración, así como algunos elemento o secciones
de la pintura de linera fina podrían haber sido retoca-
dos. La base anular presenta motivos de ollas y el
asa estribo presenta representaciones de panoplias,
conjuntos de porra, escudo circular, dardos y hondas
típicos de este tipo de botellas (Fig. 36).
La representación de la escena del Entierro está
compuesta por tres secciones: la Presentación de la
Concha, el Sacrificio y en Entierro propiamente di-
cho, sin embargo comparando esta representación
con otras catorce conocidas39 es la sección del en-
tierro la que ocupa la mayor parte de la pieza, sacri-
ficando detalles y elementos de las otras secciones.
En la Presentación de la Concha una Sacerdotisa con
un tocado compuesto por múltiples plumas aparece
presentando grandes conchas, posiblemente de la
especie Strombus Galeatus, a un personaje que apa-
rece sentado cobre una estructura escalonada y ele-
vada. El personaje que recibe las conchas lleva un
tocado dividido y tres apéndices que acaban en ca-
bezas de serpientes. Llama la atención que este per-
sonaje, que en otros casos es claramente un guerre-
ro masculino, en este caso tiene el cuerpo en forma
de herradura decorado con círculos y puntos, y sobre
su espalda lleva un elemento que parece ser un apén-
dice del tocado que acaba en pequeños círculos. La
postura y el apéndice de tocado son típicos para las
representaciones de mujeres, particularmente de las
Sacerdotisas. Aparentemente se produce una evolu-
ción en la representación de este personaje que va
Castillo, El Estilo de Línea Fina Mochica 20
transformándose de un guerrero en una Sacerdotisa.
Esta transformación podría haberse dado a lo largo
del tiempo ya que las representaciones donde el per-
sonaje es claramente masculino son las más tempra-
nas, por ejemplo en la pieza Ganoza, una botella
Mochica V40, mientras que las piezas canónicamente
Mochica Tardías muestran una fuerte tendencia a
convertir el personaje en una mujer. ¿Podría ser esta
una prueba más del encumbramiento de mujeres po-derosas en San José de Moro?
La sección del Sacrificio presenta cuatro
componentes típicos de estas escenas. A la izquierda
aparece una mujer desnuda con el pelo rapado y la
cara desollada a la que le falta, además, el ojo dere-
cho. El cuerpo está abierto de piernas y brazos, los
senos y el pubis están claramente indicados y la ro-
dean gallinazos que parecen estar picoteándola, lo
que indicaría que se trata de un cadáver. Donnan y
McClelland interpretaban que podría tratarse de una
curandera que había fracasado en curar a un miem-
bro de la elite41. A continuación aparece Aia Paec, el
ser sobrenatural Mochica masculino, activo y gue-
rrero por excelencia, con su característico tocado de
felino, camisa escalonada y cinturones de serpientes,
representado en actitud de correr y sosteniendo en la
derecha una estólica y en la izquierda un conjunto de
dardos. Todos los apéndices y muchos objetos largos
terminan en cabezas de serpientes, en este caso par-
tes del tocado, los cinturones, la estólica y los dardos.
Debajo de la divinidad aparece un ave, posiblemente
un gallinazo, con las alas extendidas, atado a una suer-
te de cepo. Finalmente, a la derecha del conjunto,
aparece un personaje jalando dos cueras alas que
están atados un grupo de gallinazos. Este personaje
es singular puesto que a primera vista parecería un
ser humano, pero en realidad se trata de una Porra
Antropomorfa, lo que se puede constatar por el deta-
lle del elemento en punta que aparece entre sus pier-
nas.
La sección del Entierro ocupa más de la mitad
de todo el espacio en la botella. En la parte inferior y
a ambos lados apareen dos personajes, la Iguana
Antropomorfa y un felino igualmente humanizado,
que sostienes sonajeras, varas de las que penden
sonajas circulares de metal que producen sonido al
chocar unas contra otras. En la mayoría de los ejem-
plos del tema del entierro quien alterna en con la Igua-
na es el Aia Paec, sin embargo en esta representa-
ción ha sido sustituido por un felino, pero éste está
adornado con los atributos del Aia Paec. En la parte
superior del entierro aparecen Aia Paec a la izquier-
da y la Iguana a la derecha, sujetando a su vez a una
llama pequeña, ambos sosteniendo largas y gruesas
sogas con las que estarían bajando un ataúd a aun
cámara funeraria profunda. El ataúd esta represen-
tado por un rectángulo oscuro que remata en un ex-
tremo con lo que correspondería con la mascara fu-
neraria, sobre la cual aparece una concha de Stombus.
La cámara funeraria es larga y estrecha y aparece
llena de elemento que representarían platos carga-
dos de ofrendas, cántaros y un gallinazo. Los mis-
mos elementos aparecen entre las sogas con las que
se baja el ataúd. Finalmente, a ambos lados de las
sogas aparecen dos hileras de figuras que estarían
asistiendo al ritual funerario. A la izquierda aparece
un grupo de mujeres, con las posturas, tocados y apén-
dices típicos, y a la derecha aparecen tres venados y
tres felinos. Una serie de paralelos se pueden trazar
ente las tumbas de cámara Mochica Tardías
excavadas en San José de Moro y las que aparecen
representadas en las escenas del entierro. Las tum-
bas de cámara son generalmente muy profundas, por
lo que bajar los ataúdes requeriría de sogas; los ataú-
des son efectivamente cajas alargadas y están de-
Fig. 36. Botella asa estribo con representación del Tema
del Entierro.
Castillo, El Estilo de Línea Fina Mochica 2 1
coradas con máscaras funerarias; numerosos obje-
tos rodena a los ataúdes, particularmente vasijas de
cerámica, platos conteniendo «crisoles», y esquele-
tos de llamas pequeñas. Sin embargo, se han encon-
trado siquiera fragmentos de Stombus o huesos de
venados, felinos o gallinazos. La mayoría de las gran-
des tumbas de cámara excavadas contenían esque-
letos de mujeres, tanto dentro de los ataúdes, como
acompañándolos. El sexo del personaje enterrado en
las representaciones no es evidente, y se ha especu-
lado que podría tratarse del mismo personaje que en
la sección de la presentación de la concha aparece
recibiéndola. En cualquier caso, la contrastación y
comparación entre la arqueología funeraria y la ico-
nografía aporta importantes líneas de investigación.
2. - Botella de Asa Estribo con
representación del Tema la Sacerdotisa
sobre la Luna Creciente
Mochica Tardío de San José de Moro
650-850 d.C.
Pintura de línea fina Mochica Tardía
El Tema de la Sacerdotisa sobre la Balsa que se
transforma en una Luna Creciente es la representa-
ción más frecuente en la iconografía Mochica Tardía
de Línea Fina de San José de Moro, y ha sido inter-
pretada como una evidencia del encumbramiento de
las mujeres en esta región durante la fase final de la
Cultura Mochica. A lo largo de su historia el motivo
fue evolucionando y abstrayéndose en elementos y
formas convencionales, de forma tal que al final no
es evidente su representación. El ejemplar que se
presenta aquí es uno de los mejor conservados en su
pintura, aunque el asa estribo fue añadida al momen-
to de la restauración. En este caso el cuerpo de la
vasija es bastante esférico y no carenado o angular
como en la mayoría de ejemplos. La forma carenada
se presta muy bien para este diseño puesto que la
parte inferior de la pieza suele representar a la balsa/
luna creciente y, por lo tanto el motivo de la Sacerdo-
tisa aparece sólo en la parte superior (Fig. 37).
La sacerdotisa ha sido representada, en ambos
lados de la pieza, con un tocado compuesto por
múltiples elementos verticales, orejeras, un apéndice
que sale de la parte posterior del tocado y se proyecta
sobre la espalda de la figura. Este apéndice está
dividido en secciones y termina en una borla de
círculos, posiblemente se trató de una pieza semi rí-
gida que pendía de la parte posterior del tocado y que
remataba en sonajas esféricas de cobre. El cuerpo
de la Sacerdotisa está formado por una suerte de
herradura decorada con un patrón de red. No apare-
cen manos ni pies, que fueron omitidos por el artista,
y en su lugar aparecen una franja vertical con tres
círculos. Esta franja, que es la única parte diferente
entre ambas figuras, representa las mangas y la vas-
ta inferior decoradas del vestido. La omisión de las
manos implicó que la Sacerdotisa no aparezca aga-
rrando una copa ceremonial.
La parte inferior de las representaciones es una
línea ancha que se curva alrededor de las
Sacerdotisas. Esta ha sido interpretada como la
representación de una balsa de totora que se trans-
forma en una luna creciente. De cada uno de los
personajes emanan líneas que se proyectan hacia
arriba desde el cuerpo de la Sacerdotisa, y radialmente
desde la luna creciente. Finalmente, entre cada una
Fig. 37. Botella asa estribo con representación del Tema
de la Sacerdotisa sobre la Luna Creciente tomada de la
coleccion Rodríguez Razetto.
Castillo, El Estilo de Línea Fina Mochica 22
Fig. 38. Botella asa estribo con representación del Árbol
del Ulluchu y monos tomada de la colección Rodríguez
Razetto
de las representaciones aparecen diseños triangula-
res que incluyen círculos y elementos florales. Estos
diseños se interpretan generalmente como rayas
marinas, peces muy frecuentemente representados
en escenas asociadas con la Sacerdotisa.
El tema de la Sacerdotisa sobre la Luna Cre-
ciente se deriva del más antiguo y complejo Tema
de las Balsas o del Transporte Marítimo, donde se
representan dos balsas de totora de gran tamaño en
las que cabalgan la sacerdotisa y un personaje mas-
culino al que Donnan llama el remero (the paddler)42.
Ambos personajes aparecen en cuclillas sobre la cu-
bierta superior de balsas que presentan brazos y pier-
nas, indicando su movimiento. Los personajes esta n
en le centro de sus respectivas balsas y del cuerpo
de la Sacerdotisa emanan radialmente líneas, como
ya vimos, mientras que del remero emanan panoplias.
Las balsas a las que refieren estos diseños debieron
ser enormes, puesto que tienen proas y popas deco-
radas con múltiples cabezas de serpientes/felinos y
dos cubierta; en la superior están cómodamenteins-
talados los personajes, a veces acompañados por
servidores, y en la inferior llevan un cargo de vasijas
de cerámica y prisioneros. Las actividades que reali-
zan los personajes durante su travesía aparentemen-
te incluyen la pesca de un pez sobrenatural y otros
seres del mar. En las escenas de las balsas la pesca
se ha reducido bultos circulares con el diseño de las
redes, que contendrían el producto de la pesca. Fre-
cuentemente entre las basas aparecen representa-
ciones de rayas de gran tamaño.
Si bien el Tema de la Sacerdotisa sobre la Luna
Creciente se deriva de la representación de la Sa-
cerdotisa sobre la Balsa de Totora, el primero no eli-
mina al segundo. Está claro por el estilo de las repre-
sentaciones y forma de las botellas que ambos Te-
mas coexisten en el Periodo Tardío, pero que el pri-
mero adquiere mayor popularidad. Parecería que pri-
mero el Tema de las balsas comienza a ser represen-
tado solo en la parte que corresponde a la Sacerdoti-
sa, luego la balsa comienza a transformarse en una
luna creciente a la par que la sacerdotisa se transfor-
ma de una representación antropomorfa a la imagen
abstracta que hemos descrito previamente. La alta
frecuencia de los temas en los que participa la Sa-
cerdotisa no es cosa de todos los estados Mochica
sino de la tradición de San José de Moro. La popula-
ridad de este tema coincide con el alto status social y
económico que se le confiere a las mujeres en la so-
ciedad Mochica Tardía y que se manifiesta en las
más grandes tumbas de cámara que se han encon-
trado en San José de Moro.
3.- Botella de Asa Estribo con
representación del árbol del ulluchu y
monos.
Mochica Tardío de San José de Moro
650-850 d.C.
Pintura de línea fina Mochica Tardía
Uno de los grandes misterios de la iconografía
Mochica han sido, desde los albores de su estudio,
unos peculiares frutos en de forma alargada que fre-
cuentemente se representaron en las escenas ritua-
les de entierros o sacrificio humanos. Rafael Larco
fue el primeo en percatarse de la presencia de estos
frutos en las representaciones escultóricas y pictóri-
cas Mochicas, a los que llamo «ulluchus», haciendo
notar que se trataban de los mismos frutos que en su
museo se representaron como botellas de asa estribo
o como parte de escenas rituales. Larco nunca acla-
ró cuál era el origen de este nombre, o a qué fruto
moderno correspondían estas representaciones, o,
siquiera por que los llamo de esa manera. No se tuvo
siquiera una idea del tamaño de los frutos o si se
daban en arboles o arbustos y, por supuesto, nada
sabíamos de sus propiedades. Lo que si quedaba
claro era su importancia y protagonismo ritual. Todo
esto originó una pequeña historia de misterio destina-
da a desentrañar la verdadera identidad de los
«ulluchus» (Fig. 38).
Castillo, El Estilo de Línea Fina Mochica 2 3
4.- Botella de Asa Estribo y base
compuesta por lóbulos con
representación de lobos marinos
antropomorfos.
Mochica Tardío de San José de Moro
650-850 d.C.
Pintura de línea fina Mochica Tardía
Esta botella de asa estribo corresponde, por la
inusual forma de su base, a las «formas experimen-
tales» que aparecen en el periodo Mochica Tardío de
San José de Moro. Si bien la mayoría de ejemplares
de Línea Fina han aparecido en botellas de asa estri-
bo de cuerpos esféricos o carenados y bases anula-
res, algunas otras formas, de gran complejidad o difí-
cil manufactura, fueron exploradas por los artesanos
Mochicas de San José de Moro. En este caso la base,
compuesta por seis lóbulos, es totalmente atípica y
parecería demostrar el interés de los ceramistas por
explorar nuevas formas y diseños. La decoración pic-
tórica en el asa y en la base está compuesta por dise-
ños de aparente carácter decorativo: círculos, volutas,
líneas y ángulos formando figuras florales o abstrac-
ciones de irreconocible significado. En el cuerpo de
la botella se representaron tres lobos marinos con
tocados adornados con aves, una suerte de faja en la
cintura, barbas y colmillos protuberantes. Frente a
cada una de la focas, y delante de su boca, aparece
un círculo negro que se suele interpreta como una
de las piedras que comúnmente se encuentran en el
estómago de pinípedos y que les servirían como las-
tre o que facilitarían la digestión de los alimentos (Fig.
39). El Tema de la Caza de Focas, en el que guerre-
ros o cazadores aparecen apaleando lobos marinos
con la intención de obtener las estomacales, es muy
frecuente en la iconografía Moche IV, de donde se
habría originado el diseño43. En la iconografía
Mochica Tardía el Tema de las Focas prácticamente
desaparece, quedando el diseño distintivo de las fo-
cas antropomorfas que se populariza como otros te-
mas marinos (por ejemplo, la Sacerdotisa en la Balsa
de Totora o la Ola Antropomorfa).
 Considerando la relativamente pequeña canti-
dad de botellas de Línea Fina conocidas, un número
proporcionalmente grande corresponde a las formas
«experimentales», como tubos que atraviesan los
cuerpos vertical u horizontalmente, asas estribo do-
bles o bases con protuberancias. Parecería que los
ceramistas de San José de Moro pasaron por una
fase en la que experimentaron con formas complejas
y de casi imposible manufactura. La cerámica «ex-
perimental» parece corresponder mayoritariamente
con la fase media, o B, del Periodo Mochica Tardío,
que habría sido el momento de mayor proliferación y
variabilidad de la cerámica de Línea Fina. Los casos
más extremos de la cerámica «experimental» son
botellas de dobles cámaras, donde el cuerpo está for-
mado por dos esferas, una dentro de la otra, ambas
comunicadas con las asas. En los dos casos conoci-
dos el cuerpo exterior está pintado en Línea Fina y
perforado, de forma que es posible ver el interior.
Una de ellas presenta seis «ventanas» que dejan ver
pequeñas caras modeladas y pintadas en el cuerpo
interior44. Uno de los casos más destacados de cerá-
mica experimental apareció, recientemente, en una
tumba de cámara excavada en San José de Moro,
donde se encontraron dos botellas perforadas por un
grueso tubo que las atraviesa de lado a lado45. En los
extremos de los tubos se colocaron dos placas de
arcilla caladas en forma de felinos, uno de los cuales
tiene alas, pintados con detalles en Línea Fina. El
propósito de esta cerámica tan singular es aún un
misterio. La característica más frecuente en este tipo
de piezas son las perforaciones, la capacidad de ver
Fig. 39. Botella asa estribo con representación de lobos
marinos antropomorfos.Tomada de la colección
Rodríguez Razetto.
Castillo, El Estilo de Línea Fina Mochica 24
Fig. 40. Botella asa estribocon representación del Tema
de la confrontación mitica entre el Aia Paec, la Ola
Antropomorfa y el Demonio Strombus.
el interior o de ver a través. Ésta es quizá la propie-
dad que perseguían los artesanos, atribuyéndole un
sentido simbólico que hoy no es posible comprender.
En cualquier caso, estos artefactos son muestras de
la maestría de los artesanos, «experimentos» que estos
habrían realizado para probar los límites de su des-
treza.
Fichas Breves de Piezas:
1.- Botella de Asa Estribo con
representación del Tema de la
Confrontación Mítica entre el Aia Paec,
la Ola Antropomorfa y el Demonio
Strombus
Mochica Tardío de San José de Moro
650-850 d.C.
Pintura de línea fina Mochica Tardía
Esta Botella de forma singular con una repre-
sentación del Tema de las Confrontaciones Míticas,
es decir el ciclo de las luchas entre Aia Paec (o
Wrinkle Face) y un conjunto de seres marinos
antropomorfos. En este caso los oponentes de la di-
vinidad son la Ola Antropomorfa, personaje que en-
carna seguramente la fuerza del mar y su fecundi-
dad representada por los peces que están nadando
dentro de ella, y el Demonio Strombus, una bestia
con antenas, fauces, garras y cola puntiaguda que
emerge del caparazón de un gran caracol Marino, el
Strombus Galeatus. El dibujo en línea fina, el asa y
la atípica porción protuberante superior han sido se-
veramente alterados por la restauración de la pieza
(Fig.40).
2.-Jarra de asa lateral y cuello embudo
con representación de Demonios
Strombus Mochica Tardío
de San José de Moro
650-850 d.C.
Pintura de línea fina Mochica Tardía
Esta inusual botella de asa lateral y cuello en
forma de embudo, muy retocada durante su restau-
ración, contiene la representación de grandes con-
chas de Strombus, de las cuales emergen seres so-
brenaturales de cuerpos alargados con colmillos y
garras. También aparecen sobre sus cabezas pares
de antenas que rematan en círculos, los ojos propia-
mente de los caracoles reales. Lo inusual de estas
representaciones es que los «Demonios Strombus»
emergen de ambos lados de las conchas. Otras con-
chas de Strombus Galeatus y elementos de relleno
con puntos completan la escena (Fig. 41).
Fig. 41. Jarra con representación de Demonios
Strombus. Tomado de McClelland ,McClelland y
Donnan 2007.
Castillo, El Estilo de Línea Fina Mochica 2 5
3.- Botella de Asa Estribo con
representación de un cangrejo
 antropomorfo Mochica Tardío
de San José de Moro
650-850 d.C.
Pintura de línea fina Mochica Tardía
La figura del cangrejo antropomorfo es uno de
los personajes más frecuentes en la iconografía
Mochica Tardía, junto con otros seres de origen ma-
rino con el pez globo, la barracuda, el erizo, la raya,
el Demonio Stombus y la figura de la Ola
Antropomorfa. Estos seres se representan en el Tema
de las Confrontaciones Mítica, donde se enfrentan
con el Aia Paec, o bien solos, como en este caso, e
incluso como pequeños elemento decorativo en re-
lieve o pintados. Si bien no se ha tratado de determi-
nar la especia representada, parecería que más bien
es una suerte de cangrejo arquetípico, donde lo rele-
vante son dos grandes pinzas, muchas veces con un
número exagerado de articulaciones y una capara-
zón gigantesca. Este motivo aparece en la iconogra-
fía de la costa norte en todos los periodos, desde
Cupisnique hasta Chimú Inca (Fig. 42).
4.- Botella de Asa Estribo con
representación del Tema de la
Sacerdotisa sobre la Luna Creciente
Mochica Tardío de San José de Moro
650-850 d.C.
Pintura de línea fina Mochica Tardía
Esta botella de asa estribo es otro magnífico
ejemplo del Tema de la Sacerdotisa sobre la Luna
Creciente, comparable con la previamente descrita
(Fig. 43).
Fig. 42. Representación de un Cangrejo Antropomorfo.
Tomado de McClelland, McClelland y Donnan 2007.
Fig. 43. Botella asa estribo con la representación del
Tema de la Sacerdotisa sobre la Luna Creciente.
Castillo, El Estilo de Línea Fina Mochica 26
41 Donnan y McClelland 1979.
42 McClelland et al. 2007:30-61
43 Donnan y McClelland 1999:122
44 Donnan y McClelland 1999:142-145
45 Mauricio y Castro 2007; McClelland et al. 2007:11 deno-
minan a esta forma «doughnut-shape»
Notas
1 Para un estudio detallado de los estilos de Línea Fina
Mochica ver Donnan y McClelland 1999 y McClelland
et al. 2007
2 Castillo 2001
3 Castillo y Donnan 1994
4 Castillo y Holmquist 2000; McClelland 1990
5 Castillo 2000
6 Castillo et al. 2008
7 Donnan y McClelland 1999, también ver Donnan 1978
8 Russell y Leonard 1994
9 Rohfritsch 2006
10 Donnan y McClelland 1999
11 Donnan 2008
12 Narváez 1994
13 McClelland et al. 2007:29-159
14 McClelland el al. 2007:121
15 Donnan y McClelland 1999; McClelland et al. 2007
16 Donnan y McClelland 1999
17 Donnan y McClelland 1999
18 Castillo 2000
19 Larco 1948
20 Castillo y Donnan 1994
21 Hay evidencias de cerámica Mochica V en Pampa Gran-
de, en el Valle de Lambayeque. Sin embargo, las fechas
publicadas para este sitio sitúan su colapso alrededor
del año 700 d.C., es decir 150 años antes del colapso de
San José de Moro. Las relaciones entre Pampa Grande
y el estado Mochica V de Chicama no has sido aborda-
das aun.
22 Comunicaciones personales, Glenn Russell, 2000;
Michelle Koons, 2008; y Regulo Franco, 2006, respecti-
vamente.
23 Shimada 1994:231
24 Shimada 1994:244-245
25 Rowe 1942
26 Stumer 1958; el Museo de Sitio de Puruchuco conserva
en sus colecciones otra botella de doble pico y puente
decorada con diseños policromos de Línea Fina que
provendría del valle medio del Rímac.
27 Edward Swenson, comunicación personal 2008; Johnson
2008:271; Swenson 2008:427; McClelland 1997
28 Castillo et al. 2008
29 Castillo 2000
30 Castillo 2001
31 Del Carpio 2008; Ruiz 2008.
32 Ubbelohde-Doering 1983; Donnan y McClelland 1997
33 Alva 2004
34 Ubbelohde-Doering 1983
35 Donnan y McClelland 1999
36 Donnan y McClelland 1979; McClelland et al. 2007
37 Castillo 2001
38 Ubbelohde-Doering 1983; McClelland et al. 2007:151
39 McClelland et al. 2007:96-113
40 McClelland et al 2007:101
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