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Políticas Públicas según la cosmovisión indígena: Las experiencias de la 
Organización Indígena de Antioquia, OIA, y la Organización Nacional 
Indígena de Colombia, ONIC, en el marco de una nueva institucionalidad 
étnica1. 
Elabora: Juvenal Arrieta González2 
Medellín, mayo de 2009. 
Resumen 
 
La sistematización de las experiencias organizativas de la Organización Indígena 
de Antioquia, OIA, y de la Organización Indígena de Colombia, ONIC, dan como 
resultado un escenario novedoso en la definición teórica y metodológica de una 
nueva interpretación y afirmación de otra realidad política, social y cultural en la 
Ciencia Política. Las Políticas Públicas Indígenas basadas en las disposiciones del 
Gobierno Propio (indígena), la ley de Origen, el Derecho Mayor, el Derecho 
Propio, la participación comunitaria que se estructura en los planes de vida, los 
mandatos políticos derivados de los escenarios de participación de las 
organizaciones y comunidades indígenas reconocidos por el Estado y, los 
Tratados Internacionales, presentan un marco diferencial de nociones étnicas de 
Políticas Públicas según la cosmovisión indígena. 
 
De igual forma, las nuevas demandas sociales y culturales en el marco 
globalizado de la humanidad, y las respuestas contemporáneas de políticas 
propias de las organizaciones y comunidades indígenas, referencian una nueva 
institucionalidad étnica, con características particulares, que por un lado 
responden a la esencia reivindicativa del movimiento indígena colombiano y por el 
otro, presentan una estructura institucional moderna presta a responder a las 
dinámicas globales sobre derechos étnicos en el siglo XXI. 
 
 
1 Algunas consideraciones aquí plasmadas constituyen objetos a desarrollar en futuras 
investigaciones que logre profundizar con mayor rigurosidad sobre los temas enunciados, por 
ahora se describen únicamente los que a consideración nuestra, luego de haber desarrollado la 
sistematización de las experiencias organizativas de la OIA y la ONIC, se presentan como 
relevantes para el presente artículo. Reconocemos que hay precisiones conceptuales en ello 
como: Política Pública Indígena, Planes de Vida, Política Organizativa, Ley de Origen, Derecho 
Mayor, Derecho Propio, Ciencia Política indígena y la estructura de una Nueva Institucionalidad, 
que ameritan hacer un trabajo a mayor profundidad que dé como resultado una base teórica de 
una forma étnica de hacer ciencia política. Esto nos motiva seguir profundizando en la 
investigación sobre estos relevantes temas para la politología, indiana, latinoamericana y 
contemporánea. 
2 Universidad de Antioquia, Facultad de derecho y Ciencias políticas. Pregrado en Ciencia Política. 
Artículo para optar al Titulo de Politólogo 
 2 
Palabras Claves 
 
Movimiento indígena colombiano, pensamiento político indiano, Movimiento 
Indígena Latinoamericano, políticas públicas indígenas, Gobierno Propio, Ley de 
Origen, Derecho Mayor, Derecho Propio, Nueva Institucionalidad, Consejo de 
Gobierno Indígena, Organización Indígena de Antioquia OIA, Organización 
Indígena de Colombia ONIC. 
 
 
A manera de Introducción 
El presente artículo surge como resultado del trabajo de una práctica académica 
realizada por el autor y desarrollada entre los meses de agosto de 2008 y enero 
de 2009, consistente en la sistematización de las experiencias organizativas de 
dos organizaciones étnicas del país: La Organización Indígena de Antioquia, OIA, 
y la Organización Nacional Indígena de Colombia, ONIC3 . 
Las fases del trabajo se dieron en dos momentos específicos: Una primera parte 
se basó en la recolección de información de fuentes secundarias, principalmente 
textos bibliográficos sobre los procesos organizativos y la historia de lucha del 
movimiento indígena a mediados de los años sesentas, setentas, ochentas, y 
noventas del siglo XX, hasta el 2008; así mismo, se tomaron otras fuentes de 
información de la literatura occidental relacionadas con los temas del movimiento 
indígena y sus prácticas organizativas, institucionales y procesos de lucha. 
En segundo lugar, se participó (en el transcurso de cinco meses), en distintos 
escenarios a nivel departamental y nacional, tales como las juntas directivas de la 
OIA y la ONIC, asambleas zonales, encuentros macro-regionales, talleres de 
capacitación, la Minga Social y Comunitaria, y el Octavo Congreso de los Pueblos 
Indígenas de Antioquia, realizado del seis al once de octubre de 2008. 
 
3 En cada parte de este trabajo cada vez que se haga referencia a la Organización Nacional 
Indígena de Colombia se utilizará la sigla (ONIC), al igual que a la Organización Indígena de 
Antioquia (OIA). 
 3 
Como componente esencial de la metodología para desarrollar este trabajo, se 
recolectó información de los procesos de secularización históricos y políticos del 
movimiento indígena reflejado en las dos organizaciones referenciadas al igual 
que un conjunto de elementos derivados de la presencia en diferentes escenarios 
de decisión y participación política de los pueblos indígenas en el orden regional y 
nacional. 
Así el objetivo del presente trabajo gira en torno a la sistematización de las 
experiencias de la OIA y la ONIC, en el marco de los avances de la “Política 
Organizativa” de la primera de estas organizaciones, y la estructura de “Gobierno 
Propio” para el caso de la segunda, con el fin de describir o construir categorías de 
políticas públicas según la cosmovisión indígena, desde una perspectiva propia en 
el marco de una nueva institucionalidad étnica, sustentado esto por los avances 
característicos de la política de administración de la OIA, fomentada desde la 
experiencia de la ONIC, lo cual será desarrollado en el artículo. 
La sistematización de las experiencias da cuenta también de las prácticas de 
gestión y administración existentes en la OIA, desde la política organizativa, la 
Ordenanza 032 de /04 del Departamento de Antioquia, y desde las acciones de la 
ONIC en el orden institucional, político y administrativo. 
Se busca pues, comparar y analizar las nociones de gobierno, gestión, 
administración y políticas públicas existentes en la teoría política de occidente, con 
las nociones existentes en las organizaciones indígenas. Tal comparación en las 
prácticas de nociones de gobierno, gestión, administración y políticas públicas en 
occidente y en las organizaciones y comunidades indígenas4, podrían responder a 
características específicas de similitud en la conducta del Estado-nación, y las 
organizaciones indígenas, porque tanto la gestión, la administración y las políticas 
 
4 Es pertinente aclarar que no es lo mismo organizaciones que comunidades indígenas, lo que 
queremos plantear es que la existencia de las organizaciones responden a criterios, acuerdos y 
compromisos internos, que se coordinan en las organizaciones dependiendo el contexto y los 
tiempos, por eso cada vez que se hable en este trabajo de organizaciones se hablara de 
comunidades indígenas, sin que con ello se entienda que es lo mismos, pues las dos responden a 
características diferentes, pero la una, va de la mano con la otra en el desarrollo de las acciones 
políticas. 
 4 
públicas, están sujetas a fuentes legítimas de los gobiernos, según sea el sistema 
político social de cada uno de estos, en los distintos modelos de sociedad5. La 
diferencia, entre una política pública general y una política pública indígena, 
estriba en el valor que cada una presente en la sociedad que interviene y la forma 
como se construyen posturas normativas de valor a la hora de presentarse y 
construirse como acciones legitimas. 
Si para occidente las políticas públicas “son líneas de intervención estatal para 
mantener un orden burocrático o desestabilizar ese mismo orden. En esta misma 
línea de ideas, las políticas públicas como policy, que responde a una estructura 
racional, de designación de propósitos y programas de autoridadespúblicas, no 
solo terminan siendo acciones que responden a problemáticas sociales sino que 
por lo general las políticas acaban constituyéndose en instrumentos de 
legitimación de los gobiernos. Junto a Roth, podemos decir que si el Estado es 
legitimo las políticas públicas, a priori a su esencia y acción tienen legitimidad 
perse” (Roth y Arrieta. 2008 pag 12 y13). 
En la práctica encontramos que si las políticas públicas son instrumentos de 
legitimación de los gobiernos, habría que reconocer entonces que si los gobiernos 
indígenas son legítimos en sus territorios, puede afirmarse que sus acciones y 
erogaciones son políticas públicas indígenas, porque estas se dan bajo el principio 
básico de un gobierno propio6, que tiene sus propias normas, instituciones y base 
social constitutivas de su propia legitimidad y que son reconocidos en la 
legislación tanto nacional como internacional. 
 Además la base esencial de las políticas públicas indígenas, son los Planes de 
Vida, entendidos estos como “Una estrategia política y técnica para continuar la 
 
5 Se podría afirmar que no es lo mismo una política pública en un Estado socialista que en un 
Estado capitalista, al igual que una política pública indígena. Las primeras responden a paradigmas 
de los Estados de occidente mientras que en las últimas sostiene criterios propios de su cultura 
ancestral, pero a la vez, se presentan como elementos competitivos del Estado. 
6 Entiéndase por Gobierno Propio, las estructuras de gobierno indígena, representado en prácticas 
y conductas ancestrales, cuyo fundamento esencial responde a la vinculación de autoridad 
horizontal con el territorio y las comunidades. Esta figura de gobierno coordina la integralidad de lo 
político propio con las disposiciones de las normas externas que reconocen la existencia de los 
gobiernos indígenas como autoridad de carácter público especial (Mandato séptimo Congreso de 
la ONIC. 2007 Pag 5 y 6) 
 5 
lucha iniciada por nuestros ancestros por preservar la vida, nuestras cosmogonías 
y nuestras maneras propias de ser, de estar, de pensar, de sentir y vivir como 
indígenas, en medio de sociedades no indígenas. El Plan de Vida es el fruto de un 
pacto (acuerdo) construido entre todos los niños, jóvenes, adultos, ancianos, 
hombres y mujeres para trabajar juntos por la vida que queremos” (OIA. 2008. 
Pág. 15). 
Todos estos procesos de los Planes de Vida, como esencia de las políticas 
públicas indígenas, se dan en el marco de un proceso de transición institucional 
que se denominarán en este trabajo como “nueva institucionalidad étnica”, definida 
como “las estructuras institucionales contemporáneas de las organizaciones 
indígenas que dan respuestas a las transformaciones institucionales de los 
Estados y al cambio acelerado del orden global, por el auge de la globalización 
tecnológica, política y económica”7. En ese sentido las organizaciones indígenas 
han venido construyendo nuevas políticas de resistencia8, en pro de salvaguardar 
sus derechos territoriales y culturales, que se entienden como nuevas demandas a 
las que hay que ajustar las instituciones de las organizaciones en dos sentidos, en 
primer lugar, la nueva institucionalidad debe mantener los principios y criterios de 
los procesos de reivindicación en las acciones de lucha, en la exigencia de sus 
derechos ante el Estado, las Empresas Transnacionales, los actores del conflicto 
armado y ante una clase social que ve las luchas étnicas como un obstáculo al 
desarrollo occidental. En segundo lugar, las nuevas demandas de derechos y la 
 
7 Esta parte será objeto de futuras investigaciones, que den cuentan de un orden sistémico de 
conducta de las instituciones de las organizaciones indígenas en un contexto contemporáneo. 
8 En el caso latinoamericano encontramos ejemplos como los de Bolivia y Ecuador, con la apuesta 
de transformación del Estado europeo por los Estados plurinacionales, Tribunal Constitucional 
Plurinacional y las políticas étnicas de integración a su propio desarrollo (Coordinadora Andina de 
Organizaciones Indígenas - CAOI. 2008. pág. 254, 255 y 256). En el caso colombiano el Consejo 
Regional Indígena del Cauca CRIC, con la política de la Liberación de la Madre tierra, que 
pretende recuperar las tierras que los terratenientes le usurparon a los Indígenas caucanos en la 
colonia y así hacer de sus planes de vida territoriales un apuesta integra en la vida cultural de los 
pueblos indígenas del Cauca. Para el caso de la OIA, con su política de Volver a Recorrer el 
Camino de los Ancestros, busca crear conciencia en las comunidades de la memoria y de la 
historia de los pueblos indígenas de Antioquia, para que desde ese legado ancestral estos pueblos 
puedan orientarse a un mejor futuro en la que se combinen formas de organización contemporánea 
y formas de organización ancestral. Y por último, como ejemplo está la apuesta a la consolidación 
del Gobierno Propio de la ONIC, que busca construir en todos los niveles organizativos, (local, 
zonal, regional y nacional estructuras organizas con principios de los gobiernos ancestrales. 
 6 
promoción de los mismos en el marco o contexto de la geopolítica global, requiere 
de organizaciones que en su interior cuenten con instituciones modernas y 
dinámicas prestas a enfrentar los cambios externos y así responder a las 
dinámicas nacionales como agentes político-administrativos que cumplen algunas 
funciones de Estado9. 
Así, las anteriores son las consideraciones que para este trabajo de 
sistematización de experiencias resultan relevantes y que son pertinentes a la 
hora de desarrollar el presente trabajo estructurado en tres momentos: En la 
primera parte se contemplan las posibilidades de un recorrido contextual y 
organizativo de la OIA y la ONIC, pasando por los antecedentes históricos y 
presentando la noción de unas organizaciones contemporáneas producto de una 
nueva estructura de pensamiento indianista, diferencial de los indigenismos 
externos de naturaleza occidental. En la segunda parte se presenta un esquema 
de análisis teórico, resultado de reflexiones sobre aspectos fundamentales desde 
el punto de vista organizativo. Las políticas públicas indígenas, que dan muestras 
de las acciones, decisiones y las formas de participación de las organizaciones y 
comunidades indígenas como actos promotores de políticas desde una 
cosmovisión indígena. Al igual que el desarrollo de una nueva metodología 
conceptual sobre los procesos de cambios de las instituciones indígenas 
denominadas en el presente trabajo como una nueva institucionalidad indígena, 
presta a responder a las novedades de cambios del mundo global de occidente y a 
los procesos de reivindicación contemporánea. Y por último, se presentan como 
resultado del análisis teórico y la sistematización contextual y organizativa, unas 
conclusiones sobre los aspectos más relevantes del presente trabajo. 
 
 
9 El manejo del Sistema General de Participaciones, SGP, la administración de los recursos en 
salud y la participación electoral, son algunos ejemplos de la responsabilidad en la administración 
pública oficial de estas comunidades. 
 7 
1. Contexto Organizativo: La Organización Indígena de Antioquia, OIA y la 
Organización Nacional Indígena de Colombia, ONIC. 
1. 1. Antecedentes históricos: Entre indianismo e indigenismo10. 
 Son muchas las categorías de análisis implementadas en los estudios sobre el 
movimiento indígena latinoamericano y colombiano a la hora de encontrar una 
respuesta a la conducta, formas de actuación, lucha social, política y formas de 
organización de estos actores en la reivindicación de sus derechos. 
En palabras de Nieves Zúñiga, entender las luchas de los movimientos indígenas 
es de una responsabilidad profunda a la hora de abordar su interpretación, porque 
estos actores no solo combinan la lucha “física de poder, sino la lucha del poder 
espiritual y cultural quela forma ordinaria de entenderlas es a través del escucha o 
el estereotipo que construyen los conceptos” (Zuñiga, 2004. Pág., 38- 39). La 
misma autora plantea que para entender las luchas de los pueblos originarios de 
América, es necesario definir las categorías que los encierra como estructuras, 
que se expresan y legitiman en sus organizaciones, que presentan no solo unas 
formas de actuación política sino que sostienen una forma de combinación 
institucional, es decir, son organizaciones de talla reivindicativa pero a la vez, de 
competencia pública con funciones de Estado y de gobierno indígena. 
Entiéndase bien que al hablar de las funciones de Estado no significa, tácitamente 
en el sentido de la palabra, que las organizaciones de los pueblos indígenas 
quieran ser Estado11, ni mucho menos copiar todos los principios de poder del 
Estado como Abstracción política, de poder y burocracia, pues lo que se trata de 
explicar desde este punto de vista, es que las organizaciones indígenas combinan 
una doble función que oscila entre las responsabilidades de los gobiernos propios 
de estos pueblos y las nuevas competencias de tipo administrativo en la 
administración pública. Dicho en otras palabras, parece la contradicción más 
 
10 Esta parte del documento se basa en: Arrieta 2008. pág. 5, 6 y 7. 
11 También aclarar que cada vez que se habla de gobierno no necesariamente se refiere al Estado, 
hay muchos pueblos en el mundo que son pueblos con gobiernos propios y no son reconocidos 
como, o por el Estado. Ejemplo, el Pueblo Kurdo, los pueblos indígenas, el pueblo Palestino entre 
otros. 
 8 
profunda que pueda existir, al combinar una acción de gobierno propio y una 
acción de gobierno occidental (colombiano), que podría terminar en acción 
funcional a un modelo extraño de poder político. 
Como se dijo al principio de esta parte, para entender las luchas de los pueblos 
originarios de América, es necesario definir las categorías que los encierra como 
estructuras colectivas que luchan de una forma diferenciada. Esta sugerencia 
resulta relevante por la fuerza de la necesidad de replantear las formas de 
entendimiento sobre los modelos institucionales de política, que se han venido 
entendiendo como políticas públicas propias que salen de otra cosmovisión12. 
Entender las formas de gobierno en el movimiento indígena amerita hacer una 
reinterpretación de la memoria ancestral que debe salir desde la naturaleza misma 
de un concepto propio. Es decir, es pertinente presentar una definición propia 
antes de hablar de política, organización e institución indígena inscrita en una 
descripción de las tipologías de indianismo (indigenismos)13, su contraposición al 
Estado y naturaleza de función legítima. 
Para Zúñiga, el movimiento indígena latinoamericano y colombiano no puede 
hablar de sus organizaciones y acción de política en el marco del indigenismo, eso 
si entendemos que el indigenismo como concepto, tiene su origen en el Primer 
Congreso Indigenista celebrado en Pátzcuaro- México en 1940. Por “indigenismo 
se entiende la política de los Estados para atender y resolver los problemas de las 
poblaciones indígenas, y establecer las medidas necesarias con el fin de 
 
12 Entiéndase como políticas públicas indígenas, el conjunto de decisiones y mandatos 
emanados de los gobiernos propios de los pueblos indígenas, y que son reconocidos por las 
normas nacionales y los tratados internacionales. Este ejercicio es construido mediante la 
participación comunitaria y legitimado por las mismas, en los distintos espacios que le son propios 
(congresos indígenas, asambleas regionales, zonales y comunitarias, al igual que los espacios de 
participación en las ceremonias espirituales de cada pueblo. Es de anotar que esta definición fue 
trabajada con el Cabildo Indígena Chakiama en el Municipio de Ciudad Bolívar Antioquia, en el 
marco de la investigación “las políticas Públicas según la cosmovisión Indígena la experiencia del 
Resguardo Chakiama, Municipio de Ciudad Bolívar. A partir de la Constitución Política de 1991. 
Escuela de Gobierno y Políticas Públicas Guillermo Gaviria Correa. Medellín. 2007-2008”. 
13 Las tipologías del indianismo (indigenismo), son las que en este trabajo se entiendan como: a) 
indianismo, (indigenismo) colonial, b) indianismos (indigenismo) republicano, c) indianismo 
(indigenismo) moderno y d) indianismo (indigenismo) contemporáneo. Cada uno de estas 
definiciones se desarrollarán en el presente trabajo. Véase en (Arrieta. 2008.) 
 9 
asimilarlas o integrarlas a la vida nacional correspondiente. Se trata de las 
políticas de los no indios para resolver los problemas de los indios” (Zúñiga, 2005, 
pág. 38). 
En ese mismo orden de ideas, se debe entender que el indigenismo desde esa 
naturaleza también ha constituido nuevos referentes de interpretación y 
construcción de conceptos y métodos de análisis que deben ser vistos con un 
lente retrospectivo en los intentos de asimilación metodológica y práctica a la hora 
de definir sus periodos y contextos en más de 517 años de existencia en la 
literatura occidental. 
Según Manuel Marzal, existen tres tipos de indigenismos14 que vistos desde el 
mundo propio de los pueblos indígenas serían tipologías de indianismos: 1) El 
“indigenismo colonial, que durante la colonia perseguía que los indios debían 
conservarse, pero bajo el control (defensa explotación) de la sociedad dominante. 
2) Indigenismo republicano, que “a partir de la independencia, procuraba la 
asimilación de la población indígena a la sociedad nacional con el fin de formar 
una sola nación mestiza. Ello suponía la desaparición del indio como resultado de 
la aplicación del principio de igualdad, y de la construcción de un concepto de 
cultura nacional basado en la idea de que las culturas indias no existían, y si 
existían no tenían mucho que aportar a la cultura nacional”. 
3) Indigenismo moderno, que “a principios del siglo XX, sustituyó la idea 
asimilacionista anterior por la de la integración de los indígenas a la sociedad 
nacional considerando ciertas características culturales consideradas como 
positivas – en general estas características eran de carácter folklórico” Zúñiga, 
2005. Pág. 39) 
 
14 Solo se cuestionaba el indigenismo como una categoría, política, porque esta se convertía en 
una metodología de intervención del gobierno y de “expertos no Indígenas”, que buscaban 
mediante una apuesta asimilacionista, acabar con las luchas indígenas y campesinas. El concepto 
de indígena no se cuestionaba en ese entonces pues los pueblos llevaban más de cuatro siglos 
para ese entonces, nombrados con ese adjetivo, no importaba este último, pero si acabar con la 
metodología de intervención gubernamental, que desconocía la historia de los pueblos originarios 
de México. 
 10 
Zúñiga, nos ayuda a pensar que el indigenismo como categoría política, no puede 
quedarse definido en los tres estadios expuestos anteriormente. El indigenismo, 
siendo una categoría no propia de los indígenas, sirvió como plataforma de lucha 
diez años después en México, para que la primera célula del zapatismo15 surgiera 
en la lucha por cambiar el concepto, que hasta ese momento era propiamente 
mecánico y despolitizado, visto desde una perspectiva propia de la cosmovisión de 
los pueblos indígenas y campesinos. 
 Esta primera expresión de lucha, que posteriormente diera origen al zapatismo 
surge para honrar la memoria de Emiliano Zapata, que como lo describió Eduardo 
Galeano, son los primeros que empiezan a dar la lucha política por el cambio de 
las directivas del Congreso de Pátzcuaro, empezando por la reforma del Instituto 
Indigenista mexicano. 
Entender el indigenismo desde esta perspectiva es comprender que las luchas en 
el marco de la transformación del Estatuto Indigenista, y por ende del concepto de 
indigenismo por indianismo que se daba en México y paralelamente en América 
Latina,no solo alimentaba su esencia en un orden transformador de conceptos y 
políticas estatales sino que ponía en tela de juicio las luchas de los indígenas por 
conquistar el escenario conceptual que diera el paso de unas políticas indigenistas 
desde el Estado y los expertos, a las propuestas indianistas desde los principios 
indígenas que, para mediados de los cincuentas y sesentas, luchaban al lado del 
movimiento sindical, obrero y campesino de la región latinoamericana. 
Los indígenas de América Latina eran conscientes para este periodo que la 
transformación conceptual de la reivindicación política por sus derechos étnicos, 
territoriales y culturales, era el primer paso para ganar en las acciones que dieran 
el reconocimiento de una identidad milenaria diferenciada del movimiento 
campesino que en mayor proporción era de orientación marxista, socialista y 
comunista. 
 
15 No quiere decir que sea el zapatismo en sí, esta es una expresión que compone las mismas 
prácticas que posteriormente diera como resultado al zapatismo mexicano. Lo que se quiere 
explicar con la relación del ejemplo son las estructuras de luchas, pues en los dos casos las 
acciones eran dadas por indígenas y campesinos por la tierra y la identidad cultural. 
 11 
Según palabras de Alvaro Ulcué, que reivindicaba el pensamiento de Manuel 
Quintín Lame16, hoy definido por varios dirigentes del movimiento indígena 
colombiano como quintinlanismo, “El marxismo, el socialismo y el comunismo, 
eran la cara contrapuesta al liberalismo, al conservadurismo y al republicanismo, 
con el mismo objetivo, la obtención del poder estatal para beneficios particulares. 
En este tipo de ideologías existe una obsesión por el poder burocrático, político y 
personal que beneficia siempre a un grupo de pequeños intelectuales y 
ambiciosos a consta del sacrificio de las mayorías de los ciudadanos más 
oprimidos”17. 
En palabras de este dirigente del Pueblo Páez, asesinado por paramilitares en la 
década de los ochenta del siglo XX, el indianismo urgía de una necesidad 
específica, para la reivindicación propia de la identidad y cosmovisión de los 
pueblos originarios, para apartarse o tomar un rumbo distinto al que lo estaba 
llevando el movimiento campesino. 
Aquí encontramos la ruptura más profunda del movimiento campesino, para el 
caso colombiano agrupado en la Asociación de Usuarios Campesinos, ANUC, con 
el movimiento indígena, “que se definía como una nueva estructura indianista o de 
pensamiento indiano. Pues la identidad se daba como un elemento imperante 
sobre las estructuras sindicalistas”. Para algunos dirigentes indígenas, acá 
podemos hablar de otra tipología de indianismo (indigenismos) y es lo referido a 
un indianismo quintinlanista de naturaleza étnica, que parte de un punto de 
quiebre o de ruptura contextual y temporal en el siglo XX, y que da paso del 
 
16 Para mayor información sobre este indio luchador del pueblo Páez, se puede referenciar una de 
las obras que hablan sobre su vida y lucha. “El indio que se Educó en la Selva”. Pensamiento de 
Quintín Lame. 
17 Ulcué Chicué, Alvaro. Ponencia presentada al quinto (5) Congreso del Consejo Regional 
Indígena del Cauca – CRIC, realizado en el Municipio de Toribio, Cauca, octubre 15 al 17, de 1979 
“memoria para siempre, centro de documentación Cric y archivos históricos centro de 
documentación nacional. ONIC. 
 12 
indigenismo (indianismo) moderno18, a un indianismo (indigenismo) 
quintinliniano19. 
Posterior a este último tipo de indianismo, encontramos un indianismo 
contemporáneo, que se expresa y legitima para el caso colombiano, a partir de 
1971, con la constitución del Consejo Regional Indígena del Cauca – CRIC, que 
empieza pregonando un discurso y una estructura teórica metodológica, política y 
práctica propiamente desde la cosmovisión indígena Quintinliniana, de identidad 
cultural20. Y que posteriormente se estructuraría a nivel nacional en la 
Organización Nacional Indígena de Colombia, ONIC, en 1982, y en el 
Departamento de Antioquia a partir de 1985, con la creación de la OIA. (Arrieta, 
Asamblea juvenil ONIC, 2008). 
Desde esta misma perspectiva de análisis y visto en el ámbito colombiano y 
contemporáneo se puede afirmar que los cambios en la dirección política 
reivindicativa, empiezan a reestructurar un nuevo orden en las estrategias de 
lucha y reconfiguración institucional que tenía que pasar por la transformación 
lingüística y conceptual de las acciones políticas del movimiento indígena. 
El primer Congreso Nacional de la ONIC– 1982 y los demás congresos de sus 
organizaciones filiales, mandataban que aquello que a mediados de los cincuentas 
y sesentas se llamó estructuras institucionales sindicales, debía tomar un nombre 
propio de organización y estructura institucional que pasara por aplicar políticas 
propias según la cosmovisión de los pueblos originarios, no solo por lo que el 
concepto significa o representa para ese momento, sino porque la estructura de 
gobierno propio, luego de ser un acto de reivindicación, era una afirmación y 
reafirmación de una identidad cultural en la política indianista. 
 
18 Los periodos de los distintos indianismos, van en primera instancia desde la colonia en el siglo 
XV, (1492), dando paso al siglo XIX, con la era republicana, posteriormente, con la entrada del 
siglo XX, que oscila desde 1914, 1930 a 1960 y por último de 1971, a 1991. 
19 Arrieta. Juvenal, ponencia I Asamblea Nacional de Juventudes de la ONIC, Resguardo Indígena 
de San Lorenzo, Municipio de Rio-Sucio, caldas. Marzo 2008. 
20 Se entiende por quintinlanismo contemporáneo una corriente de pensamiento, que se legitima en 
las organizaciones y luchas del movimiento indígena colombiano del siglo XXI. 
 13 
Por eso, entender la esencia de las organizaciones indígenas colombianas de hoy, 
es poder ahondar en la compresión de una forma diferente de entender los 
gobiernos indígenas y sus instituciones. Interpretar este orden institucional en esta 
dimensión es aceptar que el pensamiento y las políticas públicas indígenas, que 
salen de los mandatos de los congresos, asambleas y juntas comunitarias, son la 
herencia de lucha en la reivindicación que los ancestros que estructuraron el 
pensamiento indiano (indianismo), legaron para el movimiento indianista 
contemporáneo. 
1.2 Organización Indígena de Antioquia, OIA21 
La Organización Indígena de Antioquia, surge al igual que la mayoría de las 
organizaciones regionales del país, en la lucha del movimiento indígena nacional, 
gestado en el Consejo Regional Indígena del Cauca y refrendado en la 
Organización Nacional Indígena de Colombia. La OIA, nace con unos principios 
básicos, que eran la lucha por las reivindicaciones territoriales y culturales de los 
indígenas de este Departamento22. 
La OIA, que se constituye en 1985, no solo tiene como principios básicos la 
reivindicación en este contexto específico, sino la profundización en el mismo de 
los principios del movimiento indígena nacional que pasaba por una plataforma de 
lucha anclada bajo cuatros criterios fundamentales: 
La UNIDAD. La entendíamos como “ese ejercicio necesario de unirnos como pueblos 
originarios de Antioquia. En ese sentido, era una necesidad llegar a un punto de encuentro 
que lograra integrar al pueblo Zenú, al pueblo Tule y al pueblo Embera; para juntos 
emprender la lucha por nuestros derechos en el marco de trabajo del movimiento nacional. 
La TIERRA o (territorio), entendíamos que si no teníamos territorio, no se podía ejercer la 
unidad y que el territorio era la estructura integral del valor de la vida y por eso había que 
luchar por recuperar al menos una parte de lo que nos pertenecía ancestralmente. 
 
21 La Organización Indígena de Antioquia, OIA, es según Decreto 1088 de 1993, una asociación de 
cabildos indígenas, de este Departamento, cuya razón social es la reivindicación de los derechos 
de los pueblosindígenas de Antioquia 
22 www.oia.org.co 
 14 
La CULTURA, esta categoría era necesaria por la identidad de los tres pueblos que 
fundamos la OIA, pues, la identidad o la cultura era el centro mitológico y cosmogónico de 
cada una de estas culturas y que la organización regional debía partir de esos principios 
culturales que en 1985 denominábamos como encuentros de saberes, y por último, 
La AUTONOMÍA, la entendíamos como ese ejercicio del gobierno propio en el que 
pudiéramos ejercer jurisdicción propia, definir nuestras propias prioridades de desarrollo y 
ejercer el control territorial. La autonomía era la reivindicación de ejercer el gobierno propio 
bajo los principios de cosmovisión indígena que posteriormente denominaríamos Ley de 
Origen23, Derecho Mayor24 y Derecho Propio25 de cada pueblo”26. 
Planteados los principios de referencia de la lucha en el orden regional, 
alimentado desde lo nacional, la reivindicación creaba una necesidad de ordenar 
la OIA, bajo unos criterios de política institucional y de política indígena. Y es con 
base en esa necesidad que se constituye el Plan de Etno-desarrollo, entre el 
1991-1992, el cual se estructuraba bajo los principios de administración, 
demografía, territorio y cultura, constitutivos de dicho Plan, y que transformaban 
una base de simple reivindicación a una nueva estructura institucional gestora de 
política pública indígena27. 
Esta forma institucional se mantuvo hasta el año 2000, cuando el Sexto Congreso 
de la OIA, habló de una nueva necesidad en los principios de la participación 
generacional, dando paso con ello a la transformación de las cuatro políticas 
 
23 “La Ley de Origen es la ciencia tradicional de la sabiduría y del conocimiento ancestral indígena 
para el manejo de todo lo material y lo espiritual. Su cumplimiento garantiza el equilibrio y la 
armonía de la naturaleza, el orden y la permanencia de la vida, del universo y de nosotros mismos, 
como pueblos indígenas guardianes de la naturaleza. Así mismo, regula las relaciones entre los 
seres vivientes desde la piedra hasta el ser humano, en la perspectiva de la unidad y la 
convivencia en el territorio ancestral legado desde la materialización del mundo”. (ONIC. 2008. 
Pág. 15). 
24 “Para el Pueblo indígena Misak (guambiano), el Derecho Mayor, como derecho histórico, 
cultural y colectivo, nace de la tierra que les ha pertenecido antes que a nadie; se constituye en 
fundamento político de sus reivindicaciones y luchas, como instrumentos para legitimar su ejercicio 
de Gobierno Propio con autonomía” (ONIC. 2008 Pág. 16). 
25 “Es el derecho que se construye en medio de la diversidad étnica y cultural del país, es 
simplemente proponer una coyuntura reflexiva, de dialogo y acercamiento entre las múltiples 
visiones del mundo con el propósito de fortalecer y afianzar la autonomía de los pueblos indígenas, 
dada desde el mandato de la Ley de Origen”. (ONIC. 2008. Pag 17). 
26 CAISAMO, Guzmán. Ponencia a la Mesa Departamental de Juventud Indígena de Antioquia. 
Medellín octubre de 2008, Centro Pastoral Santa Inés. Memoria Organización indígena de 
Antioquia. 
27 www.oia.org.co 
 
 15 
anteriormente mencionadas. Desde este nuevo escenario logró dar paso a un 
ajuste de la estructura administrativa, de planeación y proyección institucional, 
esta vez bajo cinco políticas, dado que el Sexto Congreso había mandatado la 
constitución de una quinta política que se conoce hoy como “Genero, Generación 
y Familia”. (OIA. 2005, pág. 151). 
Ahora bien, es en el Séptimo Congreso de la OIA, realizado en 2004, en que se ve 
la importancia de hacer claridad en las funciones administrativas de las formas de 
acción política para las comunidades por parte de la OIA. Desde allí se empiezan 
a estructurar unas categorías que son, por un lado, de naturaleza cultural como los 
planes de vida y de elementos políticos de occidente como lo es la política pública 
departamental suscrita en la Ordenanza 032 de 2004. 
Esta dimensión conceptual que por supuesto presenta una estructura novedosa, al 
menos en el organigrama de la OIA como institución, lleva a una preocupación por 
la necesidad de entendimiento de las dos, pues según la Política Organizativa, la 
Política Pública “es el instrumento de relacionamiento de la OIA, con el Estado. 
Adicionalmente, los planes de vida representan los pactos comunitarios para vivir 
bien, desde lo cultural, lo territorial y desde el gobierno propio de cada pueblo, 
pero a la vez en ese mismo juego de categorías y de conceptos se encuentra 
inmersa la política organizativa que representa el ejercicio reivindicativo de la 
autonomía política y cultural de los pueblos de la OIA” (OIA. 2005. Pág. 7 y 8). 
 
Esa triada de conceptos se define en la OIA de la siguiente forma: 
 16 
 
 
Expuestos los tres elementos ilustrativos de presentación de la política 
Organizativa de la OIA, se considera pertinente explicar que en el marco del 
mandato del Octavo Congreso se replantearon algunas consideraciones sobre las 
acciones políticas de la misma organización, y se propuso un orden lógico y 
político de mayor orden y claridad, que cumpliera el papel de sujeto promotor y 
coordinador entre los planes de vida, la política pública departamental y la política 
2. “Política Organizativa. 
Es el conjunto de 
acciones y decisiones de 
las comunidades, 
mediante mandatos de 
los congresos”. 
3. “Planes de vida. Son 
los pactos comunitarios. 
Para vivir bien, acá lo 
cultural se impone ante 
lo técnico-racional de 
occidente”. 
1. “Función de la 
política pública en la 
OIA. Relación, 
Organización con el 
Estado. Ordenanza 032 
de 2004”. 
3. Elementos 
ilustrativos. 
 17 
organizativa. Este sujeto promotor de estas categorías es el Consejo de Gobierno 
Indígena, antes conocido como Comité Ejecutivo. 
 
Según el mandado del Octavo Congreso, el objetivo del cambio no obedecía solo 
al direccionamiento político de las tres categorías acá expuestas, el cambio 
representaba para los pueblos indígenas de Antioquia, una transformación en su 
estructura institucional, porque se pasaba de una figura de dirección de carácter 
vertical a una figura de Gobierno indígena pensada desde en un orden colectivo u 
horizontal. 
 
A manera de ejemplo se ilustra el contraste: 
Antes 
Comité Ejecutivo28 
Después 
Consejo de Gobierno Indígena29 
 
Como se puede apreciar las 
diferencias son de una dimensión 
enorme, pues, la situación de la OIA 
durante 20 años, en el orden de 
gobierno, respondió durante todo este 
tiempo a una figura sindical y 
jerarquizada, ajena a los principios 
identitarios del gobierno propio 
tradicional de los pueblos indígenas 
 
Acá la situación es particularmente 
diferente. En la actualidad hay que 
reconocer que esta figura, de 
gobierno indígena, apenas está en 
 
28 Véase en los Estatutos de la Organización Indígena de Antioquia, hasta el 2008. 
29 Cambio aprobado en el octavo congreso de la OIA, Dabeiba, octubre de 2008. 
 18 
de Antioquia. 
En ese mismo orden de ideas, se 
puede afirmar que, dicha estructura 
de dirección de la OIA no solo 
representaba una figura externa 
ajena, a la naturaleza indígena, sino 
que en sus prácticas político-
institucionales muestra indicios de los 
mismos vicios de la política, de la 
administración pública y del poder no 
propio de estas comunidades. A 
manera de ejemplo se puede 
mencionar cómo el Plan de etno-
desarrollo se presentaba como un 
Plan de desarrollo ordinario y no 
como un Plan de Vida pensado desde 
la cosmovisión indígena. 
A eso se le suma que la dirección 
administrativa de la OIA, estaba 
encabezada por el presidente y por el 
director de planeación, concentrando 
con ello las mismas prácticas de 
poder de las instituciones del Estado. 
 
proceso de reglamentación. 
 
Lo que si hay que tener claro, es, que 
al cambio de la figura de dirección del 
gobiernoindígena debe sumarse una 
transformación profunda de las 
políticas públicas indígenas, y desde 
ese mismo ejercicio dar claridad sobre 
la nueva estructura institucional de 
esta organización. 
La reestructuración profunda, debe 
pasar por mantener la relación espiral 
en la coordinación y promoción de 
todas las ramas de la institucionalidad 
indígena, con esto nos referimos a 
que no puede haber una 
concentración de poder en una 
persona y no puede haber una sola 
rama de ejecución, en este caso 
planeación como único elemento en 
las propuestas de materialización del 
Plan de Acción de la OIA, en las 
comunidades. 
Para tal ejercicio, se ha propuesto que 
cada uno de los consejeros, sea el 
responsable político de las cinco 
políticas30 de la OIA que componen la 
Política Organizativa. 
Desde este punto de vista, nadie 
 
30 Las cinco políticas de la OIA, son 1) Gobierno y Administración, 2) Territorio y Medio Ambiente, 
3) Cultura y Educación, 4) Salud y, 5) Género Generación y Familia. 
 19 
puede mandar a nadie, y por el 
contrario, los consejeros se ven 
obligados a mantener una 
permanente coordinación entre ellos, 
que en el otro escenario, los ubica en 
la necesidad de articular programas, y 
por ende aplicar el principio de 
corresponsabilidad institucional. Esto 
se ha definido como el paso de 
transición a una nueva 
institucionalidad étnica (indígena). 
 
1. 3. Organización Nacional Indígena de Colombia, ONIC31 
La ONIC, es el resultado de un pacto nacional de las organizaciones regionales 
que a mediados de los años ochentas del siglo XX, vieron la necesidad de tener 
una organización nacional que lograra facilitar canales de representación en un 
orden superior. 
Esta necesidad de coordinación nacional se daba por tres razones específicas: En 
primer lugar, se necesitaba una organización que llevara a las distintas regiones, 
los mismos principios que se habían gestado en 1971, con el nacimiento del CRIC. 
Se trataba, de posicionar el quintinlanismo en otras regiones, incluyendo la 
amazonía y la orinoquía, que por encima de sus particularidades contextuales, 
territoriales y culturales, aceptaban el pacto nacional. 
En segundo lugar, era necesario mantener la coordinación con sectores populares 
de naturaleza campesina, sindical, obrera, académica y estudiantil, que aunque 
sus acciones se daban con sus propias particularidades ideológicas, políticas e 
institucionales, se mantenía la coordinación en la lucha con estas organizaciones, 
integrantes todas ellas del movimiento popular colombiano. 
 
31 www.onic.org.co 
 20 
Y en tercer lugar, la lucha territorial por los pueblos debía ser una política del 
movimiento indígena nacional, que a través de los principios de Unidad, Tierra, 
Cultura y Autonomía, debía darse en toda la geografía del territorio colombiano. 
Así: 
“La ONIC, pensada como una gran “maloka” de los pueblos indígenas del país, surgió en 
1982 como resultado de un consenso de los pueblos indígenas reunidos en el primer 
Congreso Nacional”. (ONIC. 2007. Pág. 7) 
Aquí conviene detenerse un momento a fin de señalar que, por encima de ese 
pacto nacional, la ONIC respetaba y sigue respetando los procesos regionales y 
antes de afectarlos desde la estructura nacional, se alimenta de estos procesos de 
base. La ONIC, sin mantener una situación de quietud en su acción y desde su 
creación, ha mantenido una plataforma de lucha bajo su fuero nacional en 
coordinación con las regiones, las zonas y las localidades. En consecuencia, la 
plataforma de lucha de la ONIC, se da: 
“en la defensa de la autonomía indígena. Defensa de los territorios y recuperación de las 
tierras usurpadas. Propiedad de los resguardos. Control de los recursos naturales situados 
en territorios indígenas. Defensa de las tradiciones indígenas, los planes de vidas de los 
pueblos y la lucha por la pervivencia cultural” (ONIC, 2007, Séptimo Congreso). 
Cabe señalar que aunque la ONIC sea resultado de un pacto de los pueblos en el 
orden nacional, en palabras de su consejero mayor Luis Evelis Andrade, se debe 
considerar: 
“A la ONIC, como una organización reivindicativa nacional que a la vez se presenta como 
una entidad política obedece a unas prácticas específicas institucionales, diferente a la de 
sus asociados, a las determinadas por los contextos sociales de los pueblos indígenas y a 
las del Estado colombiano. En este sentido el mandato del marco misional vigente de la 
ONIC, con sus postulados, principios y enunciados que recogen lo sustantivo del ideario 
político del movimiento indígena nacional, debe ser el instrumento que oriente la reflexión 
entorno a un proceso evaluativo de la entidad desde los ejes políticos y administrativos”32. 
 
32 Evelis, Andrade. Plan de trabajo presentado a la Junta directiva de la ONIC, Bogotá agosto de 
2007. Pg 3. 
 21 
Para la ONIC, resultaba pertinente dar claridad de una autonomía propia en su 
estructura administrativa e institucional, no solo por ordenar su Plan de Acción 
sino por darse así misma mayor claridad al ser una institución de naturaleza étnica 
que responde a una figura de representación política basada en los principios de 
gobierno propio. 
De esta manera, la ONIC que en su estructura política era vista antes de su 
Séptimo Congreso como una Ong indígena de carácter nacional, ve la necesidad 
de hacer una apuesta política definiendo, primero que todo, su estructura de 
participación, decisión y de gobierno indígena. En razón de ello logró, bajo 
acuerdo de las autoridades regionales, darse un organigrama que brindara las 
herramientas metodológicas pertinentes a la hora de interiorizar su propia forma 
de poder y que esto sirviera en el 2007 como propuesta para el séptimo Congreso. 
Veamos, la situación antes y después del séptimo Congreso. 
 
Antes del séptimo Congreso 
 
 22 
Después del séptimo Congreso 
 
 
Como se puede apreciar, la transformación del organigrama, antes y después del 
séptimo Congreso es sustancial, pues no solo se aprecia un cambio en la 
estructura del cuerpo directivo y de la representación a nivel nacional, pasando de 
Comité Ejecutivo a Consejo Mayor de Gobierno, sino que puede verse un cambio 
importante en la estructura de la institucionalidad, de la política y de las funciones 
del gobierno indígena33. 
 
33 La ONIC, desde su creación, se preocupó más por coordinar los procesos regionales, que se 
daban en sus 30 organizaciones filiales, eso se prestó para que durante más de 20 años, no solo 
sus estructuras jurídicas sino su estructura política tuvieran una dirección jerarquizada en la que 
hay una organización reguladora y un presidente ejecutor. En últimas, la ONIC era vista como una 
ong o Fundación indígena que aunque sus acciones respondieran a los mandatos indígenas 
necesitaba cambiar esa estructura sindical externa a los criterios políticos propios. Por eso el 
séptimo congreso, realizado en la Ciudad de Ibagué Departamento de Tolima, tuviera como 
fundamento en su mandato, pasar de ser, un cuerpo coordinador de carácter sindical a un cuerpo 
coordinador de gobierno indígena. Para eso el Congreso cambió su estructura de orden 
institucional, que se encontraba orientado en más de 15 programas sin articulación clara, a un 
organigrama horizontal, que diera mayor claridad en las funciones administrativas y políticas y 
brindará una mejor eficiencia en la aplicación de los mandatos. También posibilita a mayor escala 
articularse con las regionales en la construcción de la nueva figura, entendemos que esta nueva 
estructura hace de la ONIC, un cuerpo flexible de asimilación de los procesos regionales, zonales y 
 23 
En la nueva estructura se encuentra en lenguaje de la Administración Pública y la 
Ciencia Política, una apuesta de modernización, eficiencia y nueva forma 
institucional. El mandato del VII Congreso de la ONIC, no solo quiso replantear 
sus accionesreivindicativas sino adecuar su institucionalidad social y política a 
nuevas demandas derivadas del contexto de la globalización y la modernización 
del Estado y, de las nuevas demandas para satisfacer necesidades de los pueblos 
en el ejercicio de la reivindicación de sus derechos colectivos. 
No se puede desconocer que la postura de la ONIC está en proceso de 
construcción, se trata pues de una búsqueda hacia la consolidación institucional, 
acorde a nuevas realidades políticas, considerando el cambio de institución 
política de tinte privado a un escenario de gobierno indígena, que se desarrollará 
según sea el compromiso de las organizaciones regionales filiales a la misma y a 
sus comunidades socias. 
2. Análisis Organizativo y teórico 
En los últimos cuarenta años, el movimiento indígena latinoamericano y 
particularmente el colombiano, viene generando nuevos espacios de discusión en 
los escenarios de la esfera pública de los Estados, centros académicos y las 
sociedades contemporáneas. Por un lado, experiencias como las de Bolivia y 
Ecuador, han marcado en la última década un hito en la historia de la política de la 
región y han alimentado en cierto sentido las reivindicaciones de otros grupos 
étnicos y sociales en el mundo. Por el otro lado, las luchas indígenas en cierto 
sentido han sido complejas a la hora de darse a entender y entenderlas entre otras 
cosas, por razones como el racismo, el nacionalismo, el estatismo y lo político. 
Estos grupos reivindican derechos que en las democracias liberales, son vistos no 
solo como un acto de folklorismo descontextualizado, sino que en muchas 
naciones no han tenido el alcance necesario para expresar su real sentido de vida 
cultural como apuesta política ante la crisis de los modelos políticos de occidente. 
 
locales. Reconocemos que esta nueva forma de gobierno de la ONIC, está en construcción y el 
éxito o fracaso de ello depende de sus organizaciones integrantes. 
 24 
Pero la complejidad no se agota en el mero escenario político pues lo mismo 
ocurre con los espacios académicos. Disciplinas como la antropología, la 
sociología y el mismo derecho, no han presentado una propuesta clara y profunda 
a la hora de entender la institucionalidad indígena. Al parecer ninguna de estas 
disciplinas ha abordado con rigurosidad los nuevos comportamientos políticos que 
a consideración de Alejandro Tascón: 
 “Las nuevas instituciones y realidad política del movimiento indígena se presenta como un 
problema de hibridez complejo de entender, sobre todo cuando hablamos de las funciones 
o el papel de los gobiernos indígenas. Al encontrase cruzados por conceptos de hoy. 
Ejemplo, los Estados plurinacionales, Tribunal constitucional plurinacional, políticas 
públicas, Planes de desarrollo, desarrollo con identidad, Planes de Vida, Política 
Organizativa, Gobierno Propio, Ley de Origen, Derecho Mayor, Democracia, justicia, 
equidad entre otros…son entre tantos, las categorías que hacen de la gobernabilidad y la 
institucionalidad indígena un problema de interpretación político y cultural. Pues, ante la 
falta de claridad conceptual y teórica de lo que hoy tenemos en los sueños de nuestros 
gobiernos, vale la pena afirmar que por un lado, este nuevo estilo de gobierno indiano es 
por esta extraña naturaleza lingüística y teórica unos gobiernos anfibios que en ocasiones 
no sabemos cuando actúan como gobierno propio, y, cuando actúan como gobierno que 
responde a las competencias dadas por el Estado. En otras palabras, en ese mismo 
sentido, la gobernabilidad indígena se ve desbordada a la hora de entenderla y definirla, 
pues, la gobernabilidad como ejercicio legítimo de las acciones de políticas indígenas, que 
necesariamente deben pasar por las organizaciones que representa la estructura 
institucional de estos pueblos, no es clara, al menos para entender qué tipo de instituciones 
son las que tenemos y hacia qué valor responde. Planteo esto, porque si de crear nuestras 
propias políticas indígenas se trata, hay que buscar un orden definitorio y plantear en su 
sistematización una propuesta clara para que desde allí haya una mejor orientación de la 
gobernabilidad indígena y así nuestros gobiernos puedan con mayor claridad determinar 
cuál es nuestro modelo de institución, organización y de políticas públicas para nuestros 
resguardos, la OIA y la ONIC. Por último, creo que los cambios políticos del mundo, de los 
Estados, del movimiento indígena, de sus organizaciones y comunidades, necesariamente, 
debe llevar a estas últimas a construir una nueva institucionalidad que pueda responder a 
las nuevas demandas sociales y problemáticas de los pueblos indígenas. Si no es así, 
estaríamos enfrentados a una fase compleja, en la que la lucha indígena pierda su 
estructura orgánica y de paso a una nueva estructura organizativa institucional de lo 
 25 
indígena; esta vez funcional a los sistemas externos que siempre han negado nuestros 
derechos ancestrales”34. 
Con base en el anterior planteamiento, reconocemos que las instituciones juegan 
un papel importante en el desarrollo de los pueblos, es a través de ellas que los 
acuerdos o pactos políticos se desarrollan. Las instituciones de los pueblos 
indígenas que hacen legítimo el mandato de las organizaciones acá citadas 
carecen a nuestro juicio, de claridad desde el punto de vista teórico, metodológico 
y conceptual. Pues en el contexto contemporáneo, es necesario que las 
organizaciones indígenas conceptualicen sobre qué modelo institucional es el que 
tienen en el seno de sus reivindicaciones. Será que ¿Estas instituciones si estarán 
respondiendo al desarrollo de las comunidades? O será que al ¿Contrario solo se 
hacen las acciones sin la preocupación de conceptualizar o describir tal conducta 
cualquiera que esta sea? 
Eso si se entiende que el movimiento indígena contemporáneo, combina una 
cualidad muy particular frente a los otros sectores sociales, pues no solo presenta 
el lado reivindicativo de su esencia, sino que aplica competencias de gobierno 
dadas por los Estados y que a la hora de actuar los presenta como un elemento 
de contradicción profunda, compleja de aclarar y difícil de entender. 
En algunas ocasiones no se entiende qué tipo de política es la que estamos 
planeando y qué tipo de política es la que queremos para los pueblos. Como 
ejemplo de ello tenemos la política Organizativa de la OIA, y la apuesta a la 
consolidación del Gobierno Propio de la ONIC: la primera nos brinda una particular 
presentación entre la Política Organizativa como política mayor a la que subyace 
la de gobierno y administración como política menor. 
En ese sentido, veamos un ejemplo de presentación metodológica excelente pero 
confuso desde la práctica, sobre todo a la hora de entenderla en su plena 
aplicación conceptual. 
 
34 TASCÓN, Alejandro. Ponencia, “religiosidad, espiritualidad y política en el mundo Embera en el 
contexto contemporáneo. Presentada a la Asamblea de dirección zonal (suroeste). Resguardo 
Indígena de Cristiania, Municipio de Jardín. Enero 23, 24 y 25. De 2009. 
 26 
“la política de gobierno y administración de la OIA, presenta un dilema y un 
escenario de ambigüedad que se da en el ejercicio, de relacionar con claridad, las 
categorías expuestas en la Política Organizativa, entendiendo que ésta se muestra 
como si existiera un deslinde tácito de la tríada: a) política organizativa, b) políticas 
públicas y c) planes de vida. (OIA. 2005. Pág 7 y 8) 
Se hace esta afirmación considerando que es de importancia estratégica mantener 
claras las diferencias entre las tres categorías para que cada una de ellas 
mantenga su orden establecido y no termine suplantándose, remplazándose o 
subsumiendo una a la otra. Eso si se considera que la OIA, ha estructurado en 
más de dos décadas de existencia una estructura fuerte de institucionalidad 
propia. Si se entiende así, se debeaplicar a esta forma organizativa e institucional 
el principio de corresponsabilidad institucional, como paso necesario para que las 
políticas indígenas actúen en cooperación, articulación, coordinación y no en 
desorden y desencuentros. 
 Se plantea lo anterior porque en el desarrollo de la sistematización de las 
experiencias de las dos organizaciones aquí referenciadas, se encuentra que la 
política de gobierno y administración35 de la OIA, no se muestra claro en el 
ejercicio de sus acciones. Tal ejercicio no es claro, porque los puntos de 
encuentros son necesarios y en la Política organizativa no se contempla, cómo, 
cuándo y cuál será su definición y ubicación, frente la noción, concepto y categoría 
a la hora de la transversalización de la tríada conceptual (política pública, planes 
de vida y política organizativa), por parte de la política de gobierno y 
administración. 
Muestra clara de ello es el poco alcance que tienen decisiones comunitarias como 
las posturas de los planes de vida frente a acciones sustantivas como las políticas 
generales del Estado y las empresas transnacionales. Eso porque se ha visto que 
los planes de vida solo se quedan en la intención de mantener pactos 
comunitarios sustentados en las tradiciones de gobierno propio y cultura ancestral 
 
35 Se dice que la política de Gobierno y administración será la que logre monitorear el normal 
funcionamiento de la política organizativa, los planes de vida y la política pública. 
 27 
y no dan respuestas a demandas más generales que viven las comunidades de 
hoy, afectadas en cierto sentido por las problemáticas de occidente, que son en 
mayor escala los problemas más grandes de las comunidades. No obstante no se 
ha negado que parte del objetivo de los planes de vida sea reconocer y mantener, 
la memoria ancestral de los pueblos indígenas. 
Puede decirse entonces que desde esa misma tónica la política organizativa se 
enfrenta a problemas de falta de legitimidad racional y práctica de reivindicación 
entre los pactos y las acciones de autonomía territorial y política. Esta situación se 
presentaría porque, ni los pactos comunitarios ni las acciones de reivindicación, 
brindarían las posibilidades de acción y coordinación efectiva sobre las 
comunidades, que subsumidas en tal dificultad, los planes de vida dejan de ser 
una alternativa en materia de estabilidad y bienestar comunitario y, la política 
organizativa presentaría problemas de margen de maniobra ante la falta de 
canales de representación y legitimación frente al escenario regional” (Arrieta. 
2008. Pág. 4, 5 y 6). 
En la misma situación encontramos la política pública, que queda en tela de juicio 
al ser definida por la misma política organizativa como el “escenario de 
relacionamiento entre el Estado y la OIA”. Se puede afirmar que ésta queda sola y 
en el mismo estado de debilidad y sin posibilidades de coordinación, considerando 
que los planes de vida y la política organizativa son, en palabras de los emberas 
“sus horcones hermanos”, y presentan mayor dificultad de claridad en sus 
acciones. 
También hay un problema a la hora de la definición de la política pública, que se 
muestra como un mero instrumento pasivo de relacionamiento, desconociendo 
que una política pública de naturaleza indígena, debe reconocer que las formas de 
relación del movimiento indígena con el Estado, histórica y políticamente, no han 
sido armónicas ni generosas, por el contrario, estas han sido desde la 
confrontación y siendo así, la política pública debe entenderse como un elemento 
de permanente exigencia de derechos y no de negociación pasiva. 
 28 
Desde el punto de vista anterior, vale la pena aclarar que si de política pública 
indígena se trata, las políticas públicas como puentes de interacción entre la 
organización y el Estado, no pueden tener principios eficientes de acción étnica 
desde un gobierno propio y comunitario por la falta de un punto de encuentro claro 
entre las categorías, nociones, conceptos y referentes teóricos poco efectivos ante 
las realidades de planeación y administración de las comunidades y la misma 
organización regional. 
Por último “las políticas públicas, son el instrumento de relacionamiento de la OIA 
con el Estado, la política organizativa representa el ejercicio reivindicativo de la 
autonomía política y los planes de vida representan los pactos comunitarios para 
vivir bien, desde lo cultural, lo territorial y desde el gobierno propio de cada pueblo” 
(Arrieta 2008.Pág. 6 y 7). En ese orden de ideas se ha encontrado que el círculo 
de la tríada gira con posibilidad de distanciamiento y encuentros, pero sin 
nociones de claridad sustantiva para que las acciones de la política de gobierno y 
administración y planeación indígena mantenga un orden claro, eficiente y 
estratégico a la hora de dimensionar cada una de las categorías a monitorear. 
Como están planteadas, cada una de ellas existe pero manteniendo un ambiente 
de desorden en el ejercicio de corresponsabilidad, por la falta de claridad en la 
asignación del lugar pertinente para cada una, y con posibilidad de suplantar 
competencias entre si, o, simplemente no tener efecto en el tiempo y el espacio 
organizativo. 
Se ha considerado que “ese punto de encuentro, distanciamiento y de desorden, 
lo puede remediar la política de Gobierno y Administración, siempre y cuando, 
parta de una planeación participativa que vaya desde las bases de entendimiento 
metodológico y corresponsabilidad práctica, entendiendo la planeación como una 
política y no como programa en el que se asientan “expertos indiológos” a pensar 
sobre cómo se debe resolver los problemas de los indios. 
Una planeación integral, horizontal que salga desde las bases (comunidades) y no 
del orden regional logrará, no solo movilizar a los planes de vida, la política pública 
 29 
y la política organizativa de una forma efectiva y ordenada sino que le dará a cada 
una de estas tres categorías su papel con claridad en el desarrollo institucional y 
político de la OIA. En otras palabras, la triada es una decisión política para el 
desarrollo de unas políticas públicas propias y para la consolidación de una nueva 
institucionalidad indígena. 
La misma situación presenta la ONIC, aunque desde otra dimensión y desde otra 
propuesta, esta organización luego de su séptimo Congreso, representa una 
estructura de gobierno propio que trata de promover la articulación y la 
coordinación de acciones con sus organizaciones filiales, a través de otros 
órganos de coordinación que son el “Parlamento Indígena, que legislará desde las 
Leyes de Origen, el Derecho Mayor y el Derecho Propio y las normas 
constitucionales, legales y tratados internacionales. 
“En esta parte hay que hacer claridad, que mientras no se trabaje sobre las 
funciones claras no se puede hablar sobre cuáles serán las acciones específicas 
de este órgano promotor de leyes indianas que está en construcción y que 
depende de la capacidad de gestión y de convocatoria del Consejo Mayor de 
Gobierno Indígena hacia los asociados filiales a esta organización nacional para 
su desarrollo” (Arrieta 2008 Pág. 8) 
 “En la misma situación podríamos ubicar el estado del Consejo Nacional Indígena 
de Justicia que funcionará como un organismo coordinador sobre los temas de 
justicia, investigación de delitos, resolución de conflictos y orientador en el marco 
legal de las leyes propias y externas a la justicia de las comunidades y 
organizaciones regionales”.36 Acá lo importante es ver hasta dónde ésta 
experiencia, que es reciente en Colombia, pueda funcionar al menos, en una 
organización de carácter nacional. 
 
36 Documento aprobado en el 7° Congreso de la ONIC, Ibagué Tolima, Diciembre de 2007. vale la 
pena aclarar que aun por encima de las grandes críticas que ha tenido este cambio en la estructura 
de la organización nacional, es difícil hablar eneste trabajo de avances y retrocesos, puesto que 
es una experiencia nueva que apenas está en proceso de constitución y que serán las 
organizaciones regionales, zonales y locales las que contribuirán para que esta apuesta que es 
política prospere o fracase. No es el momento de hacer juicios de valor sobre lo bueno y lo malo de 
esta propuesta sin antes ver sus efectos. 
 30 
 La justicia indígena en el país luego de surtir cambios profundos con la 
Constitución Política de 1991, sigue siendo actos de oralidad, y de aplicación 
interna de las comunidades. El movimiento indígena nacional en su historia de 
lucha no ha tenido experiencias de concentración, así sea para coordinar la 
justicia, esta postura de la ONIC, debe pasar solo por la coordinación y no por la 
suplantación de justicia de sus comunidades. En ese sentido, ésta también es una 
propuesta en construcción y su desarrollo dependerá de la vinculación de las 
bases y de la coordinación de todas las organizaciones que la componen. (Arrieta, 
2008 Pág. 9). 
La ONIC es sin duda, según el mandato del séptimo Congreso, la organización 
que representa una decisión a la consolidación de una nueva institucionalidad en 
el contexto nacional por fuera de los cabildos y las autoridades tradicionales que 
son las instituciones que han mantenido la característica de gobierno propio en el 
orden local y comunitario. Por eso, es de suma importancia tratar de articular las 
experiencias de las dos organizaciones, una porque gira alrededor de la 
consolidación del gobierno propio desde el contexto nacional y, la otra porque 
mantiene la intención de seguir consolidando la política reivindicativa como 
plataforma de lucha desde los planes de vida. 
Por último, la ONIC en su nueva estructura ha venido desarrollando la política de 
diplomacia, para interactuar con los movimientos sociales, los Estados y las 
demás organizaciones indígenas de la región y del mundo, aspecto este de gran 
importancia estratégica para los pueblos indo-americanos. Esta propuesta de una 
nueva política hace de la ONIC una organización cuya estructura institucional es 
una propuesta reivindicativa en el orden global que a la vez se muestra como una 
organización moderna en su orden político e institucional, que puede responder a 
los requerimientos de un mundo globalizado en el que las luchas de los pueblos 
indígenas de Colombia y de la región ameritan tener una organizaciones 
adecuadas para la nuevas demandas de la interacción política. 
 31 
2.1. Política Pública Indígena 
El Profesor André Noel Roth sostiene que: 
“En los últimos años el tema de las políticas públicas se ha vuelto un tema recurrente en 
los escenarios políticos y sociales, por los innumerables procesos que hablan de la 
modernización del Estado, pero también por el auge de la participación en los espacios de 
decisión gubernamental y que tiene que ver particularmente con la democracia 
participativa. Igualmente, se ha dado una reconfiguración del concepto de las políticas 
públicas en los espacios académicos, sociales e institucionales que forman y reflexionan 
alrededor de las expresiones de la política y lo político, dado el reconocimiento del 
tratamiento interdisciplinar y complejo a las formas, procesos e implicaciones de las 
decisiones institucionales que afectan el interés general de las sociedades 
contemporáneas. No en vano se viene aludiendo a las políticas públicas en Colombia, 
como un campo de estudio particularmente emergente desde la Ciencia Política. (Roth 
2006, Pág. 11) 
Plantear un acercamiento a un tema tan complejo, como las Políticas Públicas 
indígenas lleva en principio a reconocer que lo que encontraremos en este trabajo 
será una lectura diferente alrededor de una noción que en la teoría existente, 
puede contar con pocas definiciones. Esta lectura por supuesto, está inscrita en 
los procesos y experiencias de algunas de las tantas organizaciones indígenas 
que representan los escenarios contextuales, políticos y culturales de los puentes 
de legitimidad del movimiento indígena colombiano, que se ha caracterizado por 
tener inscritos en sus hábitos estructurales y reivindicativos, las manifestaciones 
propias de unos pueblos ancestrales y que es prueba concreta de la diversidad 
cultural y política reconocida hoy en la Constitución colombiana de 1991 y algunos 
Tratados Internacionales. 
En este orden de ideas, el tema de la diversidad es esencial como preámbulo a la 
reivindicación de otras lecturas o miradas sobre tópicos de la política, caso 
específico Políticas Públicas indígenas. “Una política de reconocimiento puesta en 
práctica de los derechos indígenas, reconocidos local e internacionalmente hace 
honor a la promoción de la diversidad cultural, pero no necesariamente es una 
política que le dé centralidad, sustancialidad e identidad a las diversas 
 32 
manifestaciones, situaciones y demandas de la diversidad”. (Zambrano 2006. Pág. 
30). Por lo tanto, es necesario, aparte de los reconocimientos formales, 
reconocimientos reales sustentados en la exploración, sistematización y 
socialización de sentidos, valores y nociones relacionados con el comportamiento 
y la práctica política. 
Ahora bien, al interior de las organizaciones y comunidades indígenas se toman 
decisiones “de todo tipo, y si partimos de la idea de que las decisiones de gobierno 
o de Estado son políticas públicas, entonces habrá que reconocer que las formas 
organizativas de los pueblos indígenas también dan cuenta de políticas públicas 
desde una perspectiva institucional y cultural étnica. Sus decisiones de gobierno y 
autoridad tradicional son públicas y tienen sentido único ante todo para el conjunto 
indígena”. (Arrieta, 2008. Pág. 2) 
Existen múltiples enfoques, definiciones e interpretaciones de las políticas públicas 
desde la perspectiva de la teoría política, por ello resulta complejo dar una sola 
definición que establezca a las políticas públicas como un planteamiento exclusivo 
y preponderante para esta situación particular en la que el tema étnico (indígena) 
juega un papel relevante en la construcción de política. 
Lo que si se quiere señalar, es que las acciones de gobierno indígena son actos 
legítimos ante sus organizaciones, comunidades y resguardos y son de alguna 
manera, disposiciones públicas que responden a una representación de autoridad 
propia, constitucionalmente reconocida. En esta interpretación se ha considerado 
que si el gobierno indígena aplica sus propias leyes, mantiene su orden 
participativo, legítimo y de decisión como gobierno propio, entonces sus políticas y 
programas son políticas públicas propias y eso se da porque su naturaleza nace 
de autoridades legítimas para los pueblos indígenas y gobiernos públicos 
reconocidos por el Estado colombiano. 
 Aunque esta analogía de política y de gobierno indígena, con la de política y 
gobierno de occidente está por desarrollarse desde el punto de vista teórico, 
existen definiciones desde la misma teoría política contemporánea y la Ciencia 
 33 
Política, que nos pueden ayudar a entender si se aplica o no, al ejercicio acá 
comparado. 
Muller sostiene que “una política pública se representa bajo la forma de un 
programa de acción gubernamental, en un sector de la sociedad o en un espacio 
geográfico determinado”. Esta afirmación nos ayuda a aclarar que las 
disposiciones gubernamentales del mundo indígena, también son enfocadas a 
sectores de la sociedad de estos grupos en las comunidades y hacia el mundo 
exterior. Junto a este mismo autor se reconoce que desde las comunidades los 
“procesos de mediación social, en la medida en que el objeto de cada política 
pública, es tomada a su cargo para concretar los desajustes que pueden ocurrir 
entre un sector, otros sectores y el gobierno indígena, aun entre éste último y la 
sociedad global”. (Mény y Claude, 1998. Pág. 21. Cursiva fuera de texto).Muller hace énfasis en lo sustancial que resultan siendo las políticas públicas no 
solo en los gobiernos, sino en el papel que éstas juegan en las transformaciones 
de la sociedad política. “Las políticas públicas transforman la vida política, todas 
estas transformaciones conducen, finalmente, a una modificación del código de la 
acción política. Más exactamente, los actores políticos, como mediadores que son, 
deben dominar un doble lenguaje, de un lado, deben hablar el lenguaje del 
enfrentamiento partidista, que establece una posición radical entre los adversarios; 
del otro, deben expresarse en el lenguaje del manejo político institucional” (Mény y 
Claude. 1998. Pág 22. Cursiva fuera de texto). 
Desde este punto de vista entendemos que las políticas públicas no se agotan en 
los escenarios particulares del Estado. Las políticas públicas también son parte 
esencial en los juegos de roles de poder, los sectores sociales y de los partidos 
políticos, y en este caso de los pueblos indígenas y sus organizaciones. 
Para entender mejor este último ejemplo veamos lo planteado desde el punto de 
vista de Chaqués Bonafon, para esta autora las políticas públicas, “surgen como 
un resultado de la interacción conflictiva entre grupos sociales, en la que cada una 
de las partes desarrolla una estrategia orientada a dominar el resto, a partir de 
 34 
valores de ideas antagónicas sobre problemas que afectan a la comunidad” 
(Chaqués. 2004. Pág. 14 y 15). 
De esta manera debe entenderse, que las políticas públicas no son meras 
disposiciones gubernamentales de un Estado en acción, sino que éstas 
constituyen también, las posibilidades de confrontación social. Desde esta 
perspectiva podríamos reconocer que en el mundo indígena también existe una 
confrontación permanente, entre pueblos, organizaciones y generaciones 
diversas, que en la OIA, se conoce como género, generación y familia. 
En las organizaciones y comunidades indígenas las políticas públicas propias no 
se presentan solo por la disposición de sus gobiernos sino por las posibilidades de 
participación de los integrantes en su constitución, ejemplo claro de ello, son los 
mandatos de las asambleas comunitarias, que se dan también en las diferentes 
zonas y en los congresos de las organizaciones. 
En ese sentido, los planes de vida como pactos de comunidad son unos de los 
tantos referentes constitutivos que ayudan a componer las políticas públicas 
indígenas y su escenario principal son los procesos organizativos que luego se 
materializan en las estructuras institucionales en los distintos niveles del 
movimiento ya sea de carácter local, zonal, regional, nacional o internacional. 
En ese mismo orden de planteamientos, las políticas públicas no tienen su orden 
legitimador solo en el Estado o gobierno. Extrapolando este ejemplo a la realidad 
indígena, las políticas públicas al interior de las comunidades indígenas deben 
también promover la participación comunitaria y aplicar principios de equidad en 
los sectores indígenas que la promueven. Este ejercicio hará honor a una opción 
legítima comunitaria y a la memoria ancestral de cada pueblo que sustenta los 
principios de igualdad, reciprocidad y justicia. Las políticas públicas indígenas 
miradas desde este punto de vista, serán referentes legitimadores de los 
gobiernos indígenas, sus procesos y sus instituciones37. 
 
37 Los procesos comunitarios en la mayoría de las comunidades indígenas antes que privilegiar a 
las estructuras de gobierno, se preocupa más por mantener un orden en la participación de las 
 35 
Este tipo de políticas públicas mantienen los pactos políticos de los pueblos 
indígenas y refrendan el mandato constitucional de la pluralidad, no solo aplicada 
y exigida al Estado y la sociedad no indígena, sino también materializada en sus 
estructuras comunitarias, sociales, políticas e institucionales. 
Por último, si se entiende que en occidente uno de los enfoques preponderantes 
sobre política pública es el que presenta a las mismas como un sistema de 
erogación de un Estado en acción de los gobiernos hacia la sociedad civil y la 
ciudadanía. Y si son también escenarios de participación de poder social 
interactuando en red con el Estado y otros sectores de poder. De otro lado, si las 
organizaciones legitimadoras del movimiento indígena son escenarios de políticas 
públicas indígenas, al responder estas a los pueblos indígenas que tienen 
gobierno propio, leyes de origen, derecho mayor, para el caso del Pueblo Misak 
(“guambiano”), por ejemplo que tiene su propia Constitución Política, sus propias 
formas de sanción, todo ello nos da a entender que las erogaciones de sus 
gobiernos en materia social y política son políticas públicas propias indígenas. 
Y por último, al interior de los pueblos indígenas, de sus organizaciones e 
instituciones, existen espacios propios de participación y decisión, donde se tejen 
sus políticas, así en la mayoría de los casos sean definidas en sus propias 
lenguas. Esto lleva a concluir que si de políticas públicas se trata, a la hora de 
relacionar los gobiernos y sus programas, los pueblos indígenas son gestores, 
promotores y ejecutores de sus propias políticas públicas que surgen desde el 
pensamiento propio y que son reconocidas por la legislación nacional e 
internacional38. 
 
comunidades, por eso en la mayoría de la veces las asambleas o congresos son orientados por 
personas que manejar los asuntos espirituales que representa el poder de la participación integral 
de todos incluyendo el territorio como actor principal. 
38 Ejemplo claro de ello son las disposiciones en el Convenio 169 de OIT, ratificado por Colombia 
mediante Ley 21 de 1991. La Declaración Americana y la Declaración de la ONU, sobre el 
reconocimiento de la pluralidad del mundo y las posibilidades que tienen los pueblos originarios de 
pensar en su propio desarrollo y en sus propias políticas públicas. 
 36 
2.2. Nueva institucionalidad étnica39 (indígena) 
Se reconoce que las experiencias de estas dos organizaciones, la OIA y la ONIC, 
son totalmente diferentes, pero al mismo tiempo se entiende que tienen muchos 
elementos en común, en especial sus estructuras institucionales, pues estas dos 
organizaciones, hijas del movimiento indígena, tienen sus particularidades 
organizativas pero las dos han venido presentando cambios sustanciales en su 
orden institucional. Sin embargo, los propios indígenas no han hecho los esfuerzos 
necesarios para entender qué tipo de institucionalidad tienen ni cómo deben 
entenderse las transformaciones aceleradas que éstas han presentado, a la hora 
de construir los lenguajes adecuados para su entendimiento. 
A raíz de esta situación debe afirmarse que las instituciones indígenas en la última 
década han transformado de una forma acelerada sus instituciones. Esto obedece 
a tres razones claras: la primera es que los nuevos fenómenos globales han 
llevado a que las instituciones oficiales de los Estados contemporáneos y de las 
distintas corporaciones, implementen nuevas políticas ajustadas a nuevos 
paradigmas competitivos desarrollados en el marco del modelo de las ventajas 
competitivas de la economía global. Esto obedece en parte, a la crisis político 
económica del sistema financiero mundial, pero a la vez, a la polarización política 
en la que se divide el mundo40. 
La segunda razón, es que la modernización del Estado-nación suscrito a las 
mismas lógicas competitivas y de “integración” de la comunidad cosmopolita, 
justificada en los principios de solidaridad trasnacional y de la democracia global, 
transforman sus políticas institucionales con el fin de jugar en el mismo nivel y 
 
39 Entendiendo que la categoría de étnico, (étnia), etnicidad, son categorías sociológico-políticas y 
culturales, que representan una gran fuente de variables, definitivas, interpretativas y aplicables a 
conductas específicas de los patrones

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