Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
Evidencia 1: La trevesía del héroe 08/05/2022 - A01704776Ana Paula Ramos Varela mailto:a01704776@tec.mx Nací en Acapulco, al igual que mi padre, hermanos, abuelos, primos y tíos. Vivir ahí era mi mundo conocido, todos los lunes comía con mi familia, todos los días veía a mis primos en la escuela, todos los viernes iba a la casa de playa, en general era una vida muy tranquila de rutina que apreciaba mucho. Un día encontré un periodico en mi cocina en donde hablaban de asesinatos muy cerca de mi casa, no entendí muy bien el por qué pero recuerdo que ahí empezó el miedo de que me pasara algo, cada vez salíamos menos a la calle y cada vez tenía más pesadillas. Dos años después mis papás nos llamaron a las sala, mis dos hermanos y yo escuchamos atentamente como nos decían que nos iríamos de Acapulco, toda mi vida estuve ahí así que como cualquier niña de 8 años, decidí negarme y llorar, mis papás lo habían decidido ese día, sabían que no nos podían poner más en peligro, al día siguiente nos despedimos de toda mi familia. Nadie se lo esperaba pero sabían que era lo mejor, tras recibir la bendición de todos fue que partimos hacia Querétaro. No estaba lista, faltaba solo una semana para entrar a clases, ya tenía todos mis útiles y cuadernos para mi antigua escuela, pero esta nueva escuela era diferente, había clases en inglés y yo no hablaba el idioma, tampoco tenía el uniforme listo y no tenía amigos. Me alisté en el hotel dónde vivimos por unas semanas, fui a la escuela y todos me miraban porque no tenía uniforme, me pasarón al frente en honores y me presentaron junto a mi hermana, llegué a mi casa llorando porque nadie me quiso hablar ese día. Diario le pedía a mis papás que regresaramos pero mi llanto siempre fue en vano, mi nana Mary me hablaba todos los días de como estaba Acapulco, solo me decía las cosas buenas, me hablaba de mi familia y lo mucho que me extrañaban todos, Mary me ayudó a seguir adelante me hizo entender que mi papás tomaron una decisión para que todos estuviéramos más seguros. La Ana Pau de 8 años no lo hubiera creído pero cada vez necesitaba menos las llamadas de Mary, comencé a hacer amigos, encontramos una casa que nos hacía muy felices, conocí nuevos lugares y mis pesadillas pararon. Fue una etapa difícil en mi vida, todo era nuevo y todo me asustaba, pero siempre tuve a mi lado a mi familia que me apoyaba en todo momento, salí muchas veces de mi zona de confort y cree una vida de la que me siento muy orgullosa en la actualidad, a los 8 años siempre dije que regresaría a Acapulco y ahora sé que no será necesario, mi hogar es aquí.
Compartir