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Elena Bercoff Psiquiatría Adultos Conceptos introductorios a la disciplina_6c4e043d9bcf0f46155a461f3bfca2c3 - agustina martin

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Psiquiatría adultos
Prof. Elena Bercoff
Dra. en Medicina (UNR)
Especialista en Psiquiatría (UNR)
rOSARIO 2023
ISSN 2796-8278
conceptos introductorios a la disciplina
ÍNDICE
Introducción
Recorrido histórico
1. Orígenes
2. Nacimiento de la Clínica psiquiátrica: Philippe Pinel 
El obstáculo del método anátomo-clínico
3. El DSM y los “trastornos mentales”
4. El camino abierto por Freud: el pasaje al terreno de 
lo psíquico
5. La Psicofarmacología y el tratamiento del síntoma
Salud Mental
Ley de Salud Mental: atolladeros de la Psiquiatría 
actual
¿Por qué se consulta al Psiquiatra?
Entrevista
1. ¿Cómo se lleva adelante una entrevista?
2. Historia clínica
Consideraciones finales
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PSIQUIATRÍA ADULTOS
CONCEPTOS INTRODUCTORIOS
Introducción
De manera rápida, y para introducirnos en el tema, podemos situar a la 
Psiquiatría como una de las especialidades médicas que se ocupa de las 
patologías que le competen a su territorio. Por ejemplo: Neurosis, Psicosis, 
Adicciones, Problemáticas alimentarias, entre otras. 
Pero, a medida que avancemos en los desarrollos, se pondrá de manifiesto 
la complejidad, desde antes de sus orígenes, inherente a esta disciplina. 
Complejidad que, por diversos aspectos, se mantiene en la actualidad y, se 
vincula fundamentalmente a las múltiples lecturas acerca de la génesis de 
las problemáticas clínicas, y por ende, a la modalidad de abordaje terapéu-
tico de las mismas.
Es imprescindible que el profesional médico, cualquiera sea la especialidad 
que elija, esté consustanciado con este aspecto del padecimiento, ya que un 
alto porcentaje de pacientes que asisten a las consultas por dolencias orgá-
nicas, a los servicios de guardias, o llaman a una emergencia, están aque-
jados por una problemática psíquica. Este padecimiento psíquico puede 
ser, en sí mismo, un motivo de consulta; de hecho, a edades cada vez más 
tempranas.
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Prof. Elena Bercoff
Recorrido histórico
1. Orígenes.
Quizá los hechos históricos resulten tediosos; no obstante, pueden des-
pertar interés y curiosidad en algunos. Solo la historia, por más que se trate 
de una tenue línea orientadora, será el referente del estado actual de las 
cosas, permitiendo reflexionar si realmente hemos evolucionado, o bien 
cambiamos el ropaje.
El modo de averiguarlo es ubicándonos en la Edad Media, más precisa-
mente en el periodo que va del Siglo XIV al XVII. La Lepra dejaba su 
sitio vacante (fines del Siglo XV) para otra rara y temerosa expresión de 
una supuesta encarnación del mal, a los ojos del poder de la Iglesia y de la 
sociedad. 
Francia era el epicentro de los fenómenos. También Inglaterra, Alemania y 
otros países europeos estaban azotados por las plagas de la época. Plagas 
que debían mantenerse a una distancia considerable y en reductos creados 
para tal fin de modo que no contaminasen el territorio de la nobleza. 
El mal había abandonado al cuerpo para ubicarse en el espíritu generando 
temor y perturbando el orden. 
Si bien las enfermedades venéreas ya estaban identificadas, de ellas se ocu-
paba la Medicina. Las rarezas del espíritu no corrieron la misma suerte y 
fueron segregadas conjuntamente con los delincuentes, los vagabundos, 
las prostitutas y los pobres. 
El fenómeno de la locura bajo este paradigma, previo a considerarse una 
enfermedad, era pensado como producto de acciones sobrenaturales, que 
capturaban a los espíritus débiles o corruptos.
Michel Foucault documentará los sucesos históricos, de manera prolija y 
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PSIQUIATRÍA ADULTOS
CONCEPTOS INTRODUCTORIOS
magistral, en su obra: “Historia de la locura en la época clásica”. Narra en 
el texto acerca de “… la nave de los locos, extraño barco ebrio que navega 
por los ríos tranquilos de Renania y los canales flamencos”1. Dirá: 
“… existieron esos barcos, que transportaban de una ciudad a 
otra sus cargamentos insensatos. Los locos de entonces vivían 
ordinariamente una existencia errante. Las ciudades los expul-
saban con gusto de su recinto; se les dejaba recorrer los campos 
apartados, cuando no se les podía confiar a un grupo de merca-
deres o de peregrinos”2.
El autor advierte la tendencia de asociar, por aquel entonces, el agua y la 
locura. El agua que purifica a las almas extraviadas, como, así también, la 
vinculación de tal perturbación a “un elemento oscuro y acuático”3.
Hago estas referencias por diferentes motivos. Uno de ellos: en la Grecia 
antigua, un filósofo llamado Empédocles describió la Teoría de los humo-
res, en relación a los cuatro elementos de la naturaleza: aire, fuego, tierra y 
agua. También se describió la existencia de cuatro humores en el cuerpo: 
sangre, bilis negra, bilis amarilla, flema. Los mismos se corresponderían con 
cuatro tipos de temperamentos según su prevalencia: el sanguíneo, el melan-
cólico, el colérico, el flemático. 
Acorde a la prevalencia de alguno de ellos, se daría determinada enferme-
dad. Ejemplo: la melancolía respondería a la prevalencia de la bilis negra. 
Otro dato no menor es la aplicación de duchas frías desde tiempos inmemo-
rables como modo de tratamiento, al que se le llamaba Hidroterapia. 
Sin embargo, no todos los locos correrían “la misma suerte”; muchos de 
ellos terminaban en prisiones en pos de la seguridad social y la imposi-
1 Foucault, M. (1986). Historia de la locura en la época clásica. Tomo I. México: Fondo de Cultura Económica, 
p. 21.
2 Ídem.
3 Ídem, p. 27.
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bilidad de ser incluidos en el campo médico, siendo sometidos a los más 
variados y brutales excesos. 
2. Nacimiento de la Clínica psiquiátrica: Philippe Pinel - El obstáculo del método 
anátomo-clínico.
En el Siglo XIX la Revolución francesa (1789-1799) marca un cambio sus-
tancial en los asuntos sociales y políticos. El tema de la locura, de la mano 
del Médico Philippe Pinel, cambia de estatuto. Pinel es quien, literalmente, 
libera de las cadenas al alienado y excluido. Así nace la Psiquiatría en Fran-
cia comenzando a estudiarse las llamadas enfermedades mentales a partir 
de las magníficas descripciones de los fenómenos clínicos observados en 
los ya considerados enfermos. 
Entonces, con este Médico, nace la Clínica psiquiátrica.
Citando a Paul Bercherie: “… se encuentra en Pinel un espíritu claro y sin-
tético muy dotado para la observación y provisto de un dinamismo poco 
común” […] “… en el plano de método, veremos que funda una tradición: 
la de la Clínica, como camino consciente y sistemático”4.
Entonces, se observa a partir de una mirada sagaz, se describe lo observa-
do, se agrupan fenómenos para clasificarlos y otorgarles un nombre como 
producto final. 
El asunto no termina aquí. La locura deberá atravesar un nuevo obstáculo, 
y es el de separarse de aquellas enfermedades con origen orgánico. La Psi-
quiatría pretendía seguir el modelo de la Parálisis general descripta en 1822 
por Bayle, encontrando sus límites y falta de respuesta por ese camino. 
Se trataba del método anátomo-clínico, donde la búsqueda de lesión en el 
cerebro respondería a la causa. 
Nuevamente, hay que jerarquizar los estudios de Pinel, quien se opone a 
4 Bercherie, P. (1980). Los fundamentos de la clínica. Buenos Aires: Manantial, p. 15.
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PSIQUIATRÍA ADULTOS
CONCEPTOS INTRODUCTORIOS
sus contemporáneos, al descartar firmemente todo lazo entre la locura y 
un posible daño cerebral, siendo una excepción los cuadros de demencia 
e idiotismo.
Además de la escuela francesa, se destaca la escuela alemana como refe-
rente de las investigaciones y saberes de la época. La escuela alemana tiene 
como fundador a Wilhelm Griesinger. Cabe mencionar la escuela italiana 
que siguió los lineamientos de las anteriormente mencionadas. 
Importantes hombres construyeron la historia de esta disciplina debatien-
do la génesis de los cuadros nosológicos, siempre con la impronta de la 
ciencia positivista. Dicha impronta, si bien con distintos presupuestos teó-
ricos, se sostiene hasta la fecha. 
3. El DSM y los “trastornosmentales”.
Si avanzamos en el análisis, por un lado, la prolija y exquisita Clínica psi-
quiátrica sufrió un detrimento por parte de los manuales clasificatorios 
gestados por los norteamericanos. En la actualidad llegamos hasta el DSM 
V (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales). También 
contamos con el CEI 10 (Clasificación internacional de las enfermedades) 
de la OMS. 
Los grandes síndromes y las entidades clínicas pasaron a llamarse “tras-
tornos mentales”. 
Por otro, el método anatomo-clínico se correlaciona, en cierto sentido, 
con las neurociencias, la investigación de los neurotransmisores y el apo-
geo de la genética en estos últimos años. 
Dicha posición epistémica se fortaleció con los sofisticados estudios de 
neuroimágenes, los numerosos test y escalas evaluatorias de trastornos. 
Y, como si fuera poco, el gran remate viene de la mano de la famosa Ley 
Nacional de Salud Mental sancionada el 25 de Noviembre de 2010. 
Los acontecimientos así mencionados no son sin consecuencias, tanto por 
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Prof. Elena Bercoff
generar confusiones teóricas, como riesgo en los pacientes y, por qué no, 
para los terapeutas. 
Este no es un dato menor; si el origen se asienta en el cerebro se produce, 
por ende, un corrimiento y anulación de lo que hace a la responsabilidad 
en el proceso salud-enfermedad. Ello incidirá, sin duda, en la dirección 
de los tratamientos. Estas cuestiones atraviesan a ambos protagonistas: el 
paciente y el psiquiatra. 
Se puede decir que los alienados de la Edad Media son los trastornados de 
hoy, con una Ley que, lejos de dar protección y orientar a una cierta lógica 
terapéutica que responda a la singularidad, por el contrario, desampara 
desde el desconocimiento cabal del sujeto y del padecimiento psíquico. 
Es aquí donde necesitamos subrayar que lo mental no equivale a lo psí-
quico. La Psiquiatría no atiende los desajustes o lesiones cerebrales, salvo 
en determinados casos clínicos, en donde una lesión cerebral se manifiesta 
por síntomas y signos específicos. 
Por ejemplo, las llamadas Psicosis orgánicas causadas por: Traumatis-
mos de cráneo, Tumores y metástasis cerebrales, Sustancias tóxicas, las 
Demencias, etc.
Así también el Psiquiatra, como cualquier otro médico, tiene que saber que 
hay enfermedades orgánicas que por su fisiopatología se manifiestan por 
síntomas y signos específicos. Vemos Depresiones secundarias a: Neo-
plasias, entre ellas, de pulmón, páncreas y estómago; Patologías endócrinas 
como el Hipotiroidismo; Enfermedades neurológicas: en etapas iniciales 
de las Demencias, Parkinson; Infecciones; Enfermedades inmunológicas; 
Enfermedades cardiovasculares; Enfermedades respiratorias, Colageno-
patías; Anemia crónica, entre otras. Incluimos, a su vez, el Dolor crónico, 
los Medicamentos, etc.
Episodios de ansiedad, de manía o hipomanía secundarios a: Dro-
gas, Hipertiroidismo, Enfermedad de Cushing, Feocromocitoma, Fluctua-
ciones de la glicemia en pacientes diabéticos, Síndrome metabólico, etc.
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PSIQUIATRÍA ADULTOS
CONCEPTOS INTRODUCTORIOS
Con estos conocimientos podrá intervenir, derivar e interactuar con el 
especialista correspondiente. 
4. El camino abierto por Freud: el pasaje al terreno de lo psíquico.
Retomando las distinciones conceptuales, hacer referencia a lo psíquico 
es cambiar de terreno epistemológico. Terreno donde se ubica el gran 
descubrimiento de Sigmund Freud: “El inconsciente y sus leyes”. Incons-
ciente hecho de escritura. Territorio constituido por lo que le es negado a 
la consciencia y que solo de modo indirecto podrá acceder al campo de la 
consciencia: mediante los sueños, lapsus, actos fallidos, chistes, el tiempo 
del síntoma. 
Se trata, entonces, de un lenguaje con un discurso y una lógica propia.
Freud fue un Médico neurólogo, de origen judío, que nació el 6 de Mayo 
de 1856 en Freiberg, Moravia (República checa). Vivió gran parte de su 
vida en Viena (Austria). Luego de la Segunda guerra mundial se trasladó a 
Inglaterra. El 23 de Septiembre de 1939, a los 83 años, fallece en Londres 
a causa de un cáncer de laringe.
Sus primeras investigaciones se enfocaron al sistema nervioso; tal es así, 
que estuvo a punto de descubrir la neurona. Descubre, por otra parte, las 
propiedades analgésicas de la cocaína. 
Estudió y trabajó con Theodor Meynert (Neurólogo y Psiquiatra), que 
trataba las “afecciones nerviosas” con electroterapia. 
Posteriormente, en París, ingresa como Neurólogo a la Clínica Salpêtrière, 
a cargo del Médico Neurólogo Jean Martín Charcot, donde investigará las 
manifestaciones de la histeria.
Deja París para instalar, en Viena, su consultorio privado. Si bien sus in-
vestigaciones siguieron otro curso, utilizaba la electroterapia y la hipnosis 
como tratamiento.
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Prof. Elena Bercoff
Continuó con el método catártico. Finalmente llegó al método que hizo 
a su gran creación: el Psicoanálisis, con la asociación libre por parte del pa-
ciente; la atención flotante por parte del terapeuta.
El Método psicoanalítico representó una revolución para la época y su 
cuerpo teórico es de tal vigencia, que no quedan dudas de su rigurosidad 
a la hora de dar sentido a esa otra escena que subyace a los fenómenos clíni-
cos descriptos por los grandes maestros de la Psiquiatría clásica. Situamos 
al Psicoanálisis en sus dos vertientes: investigación y tratamiento de las 
afecciones psíquicas. 
5. La Psicofarmacología y el tratamiento del síntoma.
Cabe destacar una arista relevante que corresponde al campo de la Psi-
quiatría: el gran capítulo de la Psicofarmacología, cuyo inicio se sitúa en el 
año 1950 con la síntesis de la clorpromazina de indudable utilidad en las 
manifestaciones clínicas de las psicosis. Desde entonces hasta la actualidad 
se continuaron desarrollando psicofármacos para aliviar los síntomas que 
generan los padecimientos psíquicos. 
Como dije al comienzo, hay que poner atención en lo que hace a la gé-
nesis de estos padecimientos, ya que es el primer escollo que atraviesa la 
Psiquiatría generando confusiones a la hora de la dirección de la cura de 
pacientes. Con esta idea rectora, al prescribir un psicofármaco estaremos 
advertidos y así se transmitirá al paciente sobre cual es la función del mis-
mo: “alivianar los síntomas”. 
Un paciente no debe soportar el efecto de parálisis generado por los mon-
tos de angustia que desbordan su aparato psíquico. Tampoco es posible 
pensar en dejar a la intemperie a un paciente atormentado por delirios y 
alucinaciones. 
El tratamiento psicofarmacológico bien administrado es una herramienta 
más, pero no la única. Tiene que estar a cargo de especialistas formados en 
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PSIQUIATRÍA ADULTOS
CONCEPTOS INTRODUCTORIOS
tal disciplina para que no se cometan efectos iatrogénicos en los pacientes. 
Estos especialistas también tendrán que estar preparados para escuchar, 
no solo los signos y síntomas, sino escuchar a ese sujeto sufriente produc-
to de una historia singular. De no ser así, los Psiquiatras pueden cometer 
efectos iatrogénicos a la hora de indicar un psicofármaco, ya que los sig-
nos y síntomas son la portada o expresión de una estructura psíquica que 
subyace. 
Para finalizar, es interesante contemplar positivamente en la historia que el 
Médico Psiquiatra fue incluido en los Centros de atención primaria al igual 
que en los hospitales generales, lo que permite un acceso más directo a los 
pacientes y un trabajo interdisciplinario entre los profesionales de la salud. 
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Salud Mental
Siendo fiel a la formulación que lo mental no equivale a lo psíquico, veamos 
de qué se trata el constructo teórico: Salud Mental.
Nuevamente recurriremos a la historia. Me guiaré por una conferencia del 
Dr. Vicente Galli, quien fuera Director Nacional de Salud Mental en nues-
tro país. Conferencia fechada en Septiembre de 1985 y que tuvo lugar en 
el Primer Congreso Latinoamericano Interinstitucional de Psicopatología 
y Salud Mental.
Como lo señaló Galli, estábamos saliendo delterrorismo de estado. Época 
donde determinado sector de profesionales fueron perseguidos y “desa-
parecidos”. Al mismo tiempo, habiendo sido testigo directo de aquellos 
tiempos de horror, se reconoce que muchos Psiquiatras participaron acti-
vamente en el proceso militar y posterior a él, amparando a torturadores 
e internándolos en clínicas psiquiátricas y así ser declarados inimputables. 
Los mismos, en rondas materas y en el mismo ámbito que se alojaban a 
verdaderos sufrientes, hacían alardes de sus maniobras perversas.
Simultáneamente, surgía el Programa Nacional de Salud Mental y se incor-
poraría la Salud Mental como prioridad dentro de los Programas de Salud 
Pública.
El autor enfatiza la dificultad en cuanto a dar una definición del área de 
la Salud Mental, ya que entiende que en Salud hay, o tiene que haber, 
un entrecruzamiento de disciplinas; como ser: Antropología, Psicología, 
Ecología, Sociología, Psicoanálisis, Medicina, Psiquiatría (paradójicamen-
te, parece separar la Psiquiatría del campo de la Medicina), Sistemas eco-
nómicos, Salud pública. 
Galli sostiene que en el entrecruzamiento de estas disciplinas se genera 
una actividad que es llamada, a nivel de Salud Pública, Cuidado de la Salud 
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PSIQUIATRÍA ADULTOS
CONCEPTOS INTRODUCTORIOS
Mental. A partir de actividades tanto científicas como populares, tendrá 
como objetivo fomentar, proteger, conservar, restablecer y rehabilitar la 
salud mental de las personas y los grupos. 
Arribará finalmente a definiciones, planteando que la Salud Mental, más 
que una disciplina, es un estado personal. En palabras de Galli, “estado 
sujeto a crisis, pero donde se reconoce como Salud Mental la posibilidad 
de la persona o grupo de participar en sus propios cambios y en los cam-
bios del contexto”5. 
Si bien coincidimos en que Salud Mental no es una disciplina, y aten-
der a los distintos aspectos de lo que se entiende por Salud (que no es 
justamente lo promulgado desde la OMS, como un estado de completo 
bienestar físico, mental y social) compete a numerosos estamentos y nive-
les, planteamos que de este modo descuidamos y confundimos territorios 
epistémicos. 
En todo caso, en Salud intervienen diferentes disciplinas, cada una de ellas 
con sus propios constructos teóricos. Constructos teóricos que deberán 
permanecer fieles a su objeto. Y el objeto “mente” nada tiene que ver con 
el objeto “psiquis”: alma humana para los griegos. Territorio del incons-
ciente freudiano. 
Lo mental tiene sustrato orgánico, se vincula con el cerebro y los procesos 
conscientes. Lo psíquico nos referencia al aparato psíquico y su constitu-
ción histórica a través del lenguaje; lenguaje que precede al sujeto, atraviesa 
generación tras generación. Hace a la singularidad estructural y constituti-
va del ser hablante. 
Con esta perspectiva podemos situar a la “Salud y la Enfermedad Mental” 
como objeto de una Psiquiatría ubicada en paradigmas positivistas que 
responden a determinadas normas y que parecieran desconocer las para-
dojas del deseo y el infortunio de la vida cotidiana. 
5 Se desconoce si el texto, que tomamos de la desgrabación de una conferencia, ha sido editado como libro. 
La cita textual se toma de un texto del Dr. Vicente Galli que se ha titulado “Campo Salud. Problemas y 
perspectivas en Salud Mental”.
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Prof. Elena Bercoff
A la hora de escuchar a un paciente, en el marco de una consulta, hay 
que ser sumamente cuidadosos para no hacer caer su decir en la bolsa sin 
fondo de los manuales diagnósticos. Ello no implica olvidar la clínica. Ello 
es revisar lo que entendemos por salud y por enfermedad, donde por los 
intersticios de dichos conceptos se cuela el malentendido y el conflicto 
consubstancial a lo humano. Se cuelan los múltiples afectos que nos ha-
bitan: angustia, tristeza, desesperanza, etc., sin que siempre desemboquen 
en una patología. 
En este mismo camino, se impone revisar lo que actualmente está en boga: 
la felicidad, y aún más, quien la provee y quien la garantiza. 
En nombre de la salud, de lo mental, de la felicidad, se incurre en prácticas 
que transgreden principios éticos básicos pero absolutamente necesarios 
para el resguardo de la vida y la subjetividad humana. 
Retomando lo promulgado por la OMS, cuando reza el “estado de com-
pleto bienestar físico, mental y social” para definir el concepto de salud, 
es obviar al gran descubrimiento freudiano: el inconsciente, sus leyes y mani-
festaciones. El deseo, patrimonio del ser hablante, siempre va a contrapelo 
de la completud. 
Hacer referencia a lo completo, lejos de ser indicador de salud, amerita 
a poner un signo de interrogación. Desde el instante que advenimos al 
mundo y pretendemos habitar la cultura, se instala el malestar inherente e 
imposible de soslayar. La cuestión radica en las herramientas con las que 
contamos para transitar por el malestar que la cultura impone.
Entre esos malestares podemos mencionar el encuentro con el cuerpo 
erógeno, los avatares de la sexualidad, el encuentro y desencuentro en lo 
familiar y en el lazo social.
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PSIQUIATRÍA ADULTOS
CONCEPTOS INTRODUCTORIOS
Ley de salud mental: atolladeros de la 
Psiquiatría actual
En esta instancia quiero remarcar las falencias que encuentro en la Ley de 
Salud Mental. Falencias debatidas en los medios de comunicación cuando 
suceden tragedias a causa de patologías pero que no son consideradas y 
atendidas a tiempo en los estamentos correspondientes.
Uno de los puntos primordiales de la ley está relacionado con las interna-
ciones voluntarias o involuntarias haciendo énfasis en el consentimiento 
por parte del paciente y su lucidez.
También el paciente internado bajo su consentimiento, de acuerdo a la ley, 
puede voluntariamente pedir el alta. 
Siguiendo con las patologías severas, por ejemplo: Psicosis, Adicciones, 
Problemáticas alimentarias con riesgos de vida para el paciente, desde la 
evaluación semiológica el paciente no necesariamente tiene comprometi-
do el estado de consciencia, es decir, puede estar lúcido, orientado en tiem-
po y espacio. Ello no implica que dimensione la labilidad psíquica o física 
en la que se encuentra. Por lo tanto, les compete a los profesionales que lo 
asisten informar con claridad a la familia e indicar el tratamiento acorde a 
la problemática. Y, si el terapeuta entiende que la internación es lo adecua-
do, debería tener la facultad para instrumentarla sin impedimentos legales.
No olvidemos que la familia está inmersa en la problemática del paciente, 
y en determinadas situaciones, entorpecen los tratamientos.
Tampoco olvidemos que un paciente suele ser el emergente y portavoz de 
un núcleo familiar conflictivo. Niños y adolescentes de familias aparente-
mente “bien constituidas” sufren problemáticas que pasan desapercibidas 
o son naturalizadas, eclosionando en tiempos coyunturales del desarrollo 
como la pubertad y la adolescencia.
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Prof. Elena Bercoff
Hay desamparo desde lo familiar, lo asistencial y desde el estado. En este 
sentido hablo de la “intemperie subjetiva” en la que se encuentran los 
padecientes. 
Otro punto equívoco de la Ley de Salud Mental es plantear que las inter-
naciones tienen que llevarse a cabo en hospitales generales y en nombre 
de prejuicios infundados se habla de discriminación si ello no se cumple. 
Para internar un paciente con padecimientos subjetivos graves en hospi-
tales generales, los mismos tendrían que contar con una infraestructura 
adecuada tanto en recursos humanos como edilicios, lo que dista de la 
realidad actual. No solo ello, los planes de estudios universitarios deberían 
modificarse. 
La Psiquiatría, como tal, desapareció en el año 2001 con el “Nuevo plan de 
estudio de la Carrera de Medicina de la U.N.R”. Los temas de la especia-
lidad están incluidos en Seminarios “no obligatorios” en diferentes áreas 
disciplinares. También hay materias electivas a opción de los alumnos. 
En el año 2021 se incluyeron temas introductorios en el programa de Cre-
cimientoy desarrollo, también en Nutrición. 
Si bien queda mucho por hacer, celebro que hoy la Psiquiatría tenga su voz 
disponible para los ingresantes a la Carrera. 
En el intento de salvaguardar el verdadero cuidado del sujeto sufriente, lo 
atinente a la Ley Nacional de Salud Mental amerita un análisis exhaustivo 
que impone efectivizarse en los ámbitos académicos y trasladarse al Esta-
do. 
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PSIQUIATRÍA ADULTOS
CONCEPTOS INTRODUCTORIOS
¿Por qué se consulta al Psiquiatra?
No hay una respuesta única a esta pregunta, y no es precisamente por el 
amplio campo que abarca la psicopatología. De hecho en algunas circuns-
tancias, al transitar crisis vitales, se apela a un espacio terapéutico con la 
esperanza de poder verbalizar temores o dudas que acucian y no se des-
pliegan en otros ámbitos. 
De ello se desprende que el Psiquiatra, como cualquier especialista, es un 
referente. Los Médicos tienen que conocer esa función y el lugar que ocu-
pan para sostenerlo de modo ético. 
La ética es un gran capítulo de la Medicina, trasgredido en numerosas 
oportunidades y por diversos motivos que van desde intereses económi-
cos, hasta la imposibilidad de poner entre paréntesis temas personales a la 
hora del encuentro con un paciente en el marco de la consulta. 
Las conflictivas no trabajadas, y por lo tanto no resueltas, llevan a los mé-
dicos en algunos casos a identificarse con el paciente y ocupar la escena. 
Se desdibujan los límites y las funciones. Ocurre también que, en virtud 
de lo insoportable que resulta afrontar temáticas álgidas planteadas por el 
paciente, el médico se repliega instalando una distancia y asepsia entorpe-
ciendo el establecimiento de la relación Médico-Paciente, traduciéndose 
en un ejercicio profesional técnico y mecánico. Se pierde lo esencial de la 
relación: el acto de escuchar y acompañar.
Entonces: ¿por qué se consulta al psiquiatra? En el recorrido nombramos 
patologías psíquicas y orgánicas que incumben a la especialidad; en años 
avanzados de la carrera podrán estudiarlas detenidamente. Sin embargo, es 
oportuno abordar ciertos elementos clínicos de jerarquía. 
Un alto porcentaje de consultas se dan por síntomas físicos al especialista 
pertinente. Podemos ubicar aquí a las Enfermedades psicosomáticas, la 
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Prof. Elena Bercoff
Hipocondría, los síntomas y signos que se presentan en las distintas for-
mas clínicas de la Neurosis y remedan una afección orgánica. Luego de 
atender o descartar patología orgánica se efectúa la interconsulta/deriva-
ción al Psiquiatra. 
Producto de la patología, hay pacientes que no se reconocen en situación 
de enfermedad y no solicitan atención. Situamos en esta categoría, entre 
otros, los pacientes afectados por Psicosis ya sean agudas o crónicas, de 
origen psíquico u orgánico. 
Los desencadenamientos psicóticos agudos, en general, son atendidos por 
médicos de emergencia o en guardias de Sanatorios u Hospitales generales. 
De allí la importancia de estudiar e identificar los signos y síntomas que 
permiten diagnosticar, y así estar preparados para asistir a pacientes con 
problemáticas severas e instrumentar luego la derivación al especialista. 
Son los familiares quienes consultan y acompañan. También puede haber 
intervención judicial y ser llevados por la policía en casos de excitación 
psicomotriz con riesgo para su vida y la de terceros. 
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PSIQUIATRÍA ADULTOS
CONCEPTOS INTRODUCTORIOS
Entrevista
En el apartado anterior delineamos los motivos y circunstancias en las que 
un paciente puede llegar a la consulta con el Psiquiatra. En el marco de esa 
consulta se generará la entrevista. La Historia clínica, documento clínico 
de jerarquía, se elabora en las sucesivas entrevistas. Luego ahondaremos 
en ella. 
Antes de avanzar se impone señalar algunas situaciones elementales que, 
lamentablemente, no se tienen en cuenta y van en detrimento de la fun-
ción y de la práctica médica. Estas omisiones generan efectos en la entre-
vista. Una de ellas es la puntualidad a respetar; que un médico llegue tarde 
a su lugar de trabajo, y eso haga que se acumulen pacientes en la sala de 
espera, da ciertas pautas sobre él. Que no se considere determinada calidez 
y tranquilidad en el espacio físico son elementos que entran en juego y va-
loración. Como se ha señalado oportunamente, que se borren los límites 
entre el médico y el paciente, o se instale una asepsia, es parte del desco-
nocimiento y carencias propias del profesional. 
Podría seguir enumerando desatenciones en las que se incurren, pero nos 
desviarían del tema. Sí confío en que ustedes puedan reflexionar para lle-
var adelante una práctica digna. 
Continuando con los desarrollos, la RAE, en su 2da. acepción, define la 
entrevista como: “Vista, concurrencia y conferencia de dos o más personas 
en un lugar determinado, para tratar o resolver un negocio determinado”.
Si analizamos la definición y la contextualizamos en lo que nos concierne, 
el paciente puede concurrir solo o acompañado según la problemática que 
lo aqueja. El lugar será el consultorio de una guardia si se trata de una 
emergencia. Las emergencias también suelen ameritar atención en el do-
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Prof. Elena Bercoff
micilio del paciente. Las entrevistas programadas se llevarán a cabo en el 
consultorio del profesional elegido. 
La cantidad de personas a participar dependerá de la situación clínica y de 
la edad del paciente; es decir, enfatizamos la singularidad, el caso por caso. 
Y, como no es un “negocio a resolver”, tanto el médico, el paciente o la 
familia verán qué es lo adecuado.
Por ejemplo, un adolescente que concurre con sus padres y solicita pasar 
solo al consultorio. Es importante priorizar su pedido y luego de esa ins-
tancia se le explicará que por su edad los padres tienen que incorporarse 
en la entrevista. Ello ubica, ordena y al mismo tiempo permite estudiar 
la dinámica familiar y un primer acercamiento a vislumbrar el lugar que 
ocupa ese hijo en el discurso de los padres.
1. ¿Cómo se lleva adelante una entrevista?
Algunos autores diseñan la entrevista en abierta, cerrada y mixta. Se plantea, 
además, un corte transversal y longitudinal en ella.
En la entrevista abierta el paciente habla libremente sin condicionamientos 
por parte del profesional. En la entrevista cerrada es el profesional quien 
pone las pautas mediante un cuestionario preestablecido. La forma mixta 
se daría por la conjunción de las dos primeras modalidades. 
El corte transversal supone circunscribirse al estado actual del paciente y al 
motivo puntual que lo lleva a la consulta. El corte longitudinal atañe a indagar 
la línea histórica que se inicia con el nacimiento y prosigue con las diferen-
tes etapas de la vida del paciente. 
Si bien dichas modalidades y diseños son orientadoras nada debe ser es-
tático ya que se perdería lo genuino de una entrevista. Por ello entiendo y 
propongo la entrevista como un espacio a construir mediante un arte, un 
saber hacer con esa herramienta privilegiada, patrimonio del ser hablante, 
que es la palabra. 
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PSIQUIATRÍA ADULTOS
CONCEPTOS INTRODUCTORIOS
La palabra como elemento tercero circulando libremente permitirá un 
movimiento dialéctico que posibilite el establecimiento de una relación, 
de un vínculo. Se trata de la relación médico-paciente que se funda por el 
lenguaje y el discurso como su vehiculizador. Para que la relación Médico-
Paciente se establezca, las diferencias de lugares tendrán que mantenerse. 
Partiendo de la diferencia se vuelve posible escuchar al otro: al paciente en 
nuestra función médica. Desde la diferencia se le dará un lugar de privile-
gio a lo que le acontece y por lo cual consulta. 
En ello radica la función y el acto médico donde paulatinamente se llevará 
adelante la construcción de la entrevista. 
Hay que destacar que los silencios forman parte del lenguaje y merecen 
respetarse. Los tiempos también deben respetarse y no invadir o condicio-
nar al paciente con inquietudes propias del médico. 
Claro está que si nosencontramos en un escenario de gravedad y emer-
gencia, como fue explicitado previamente, el profesional tiene que poder 
intervenir de inmediato con un criterio diagnóstico y una indicación tera-
péutica para proteger al paciente. 
2. Historia clínica
La historia clínica no es sinónimo de entrevista. En general, para realizar 
una historia clínica lo más minuciosa posible, se requiere de varias entre-
vistas. 
En sí misma, es un instrumento posibilitador de aproximación diagnósti-
ca. Además es un documento de utilidad legal. Por ello hay que destacar su 
jerarquía e implementación y señalar que por diversas causas, entre las que 
se puede mencionar la “subespecialización”, se fue perdiendo la práctica 
de entrevistar y confeccionar una historia clínica, llevando, en ocasiones, a 
yerros terapéuticos. 
Una historia clínica consta de diversos pasos. Existen modelos para su 
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Prof. Elena Bercoff
confección pero, acorde a mi experiencia, les plantearé los que creo rele-
vante para un médico en formación. 
Comencemos enumerando los siguientes pasos orientadores: 
1-Datos personales
2-Motivo de consulta
3-Enfermedad actual
4-Antecedentes personales
5- Hábitos 
6-Antecedentes familiares
7-Examen semiológico
8-Comorbilidades
9-Estudios complementarios
10-Aproximación diagnóstica 
11-Diagnósticos diferenciales 
12-Evolución y pronóstico
13-Tratamiento
 
1-Datos personales: Nombre del paciente, edad, fecha de nacimiento, 
lugar de origen y de residencia, estudios cursados, profesión u ocupación, 
estado civil, religión. 
2-Motivo de consulta: Consiste en los síntomas o signos que generaron 
preocupación y motivaron a efectivizar la consulta. Los mismos pueden 
ser las guías de un abanico que al desplegarse cambien completamente el 
sentido y redireccionen la problemática del paciente. 
3-Enfermedad actual: Se hace un desarrollo pormenorizado de los sín-
tomas y signos, investigando los posibles factores desencadenantes. En 
algunas ocasiones pasan desapercibidos en los pacientes y en la familia. 
Preguntar cómo vivencia el paciente lo que le acontece y con qué lo asocia. 
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PSIQUIATRÍA ADULTOS
CONCEPTOS INTRODUCTORIOS
Tener en cuenta el lenguaje verbal y gestual que utiliza para describir lo 
que siente. 
Existen numerosas metáforas para describir la angustia, la ansiedad, la tris-
teza, etc. 
Ejemplos en la angustia: “Tengo una vincha que me aprieta en la cabeza 
y no me deja pensar”. “Una piedra que me aplasta el pecho”. “Siento una 
hoja que me toma el pecho”. “Un oso que me abraza”, etc.
La sensación de extrañeza y distancia con el propio cuerpo y el pensa-
miento son expresiones de montos de angustia imposibles de regular por 
el aparato psíquico generando intenso temor. 
Cuando los montos de angustia llegan a una magnitud exacerbada puede 
no registrarse como tal. Se cancela la posibilidad de verbalización.
Suele ser de utilidad hacer constar el relato textual del paciente o de la 
familia. 
Es de interés el tiempo transcurrido desde el inicio o detección de la pro-
blemática hasta la decisión de consultar. 
4-Antecedentes personales: Comprende la línea histórica respecto a epi-
sodios clínicos similares o de otra naturaleza sufrida a lo largo de la vida 
del paciente. 
Tratamientos psicológicos o psiquiátricos previos. 
5-Hábitos: Alimentación, cuidado personal, sueño, consumo de sustan-
cias tóxicas, etc.
6-Antecedentes familiares: Problemáticas psíquicas en los integrantes 
del grupo familiar, miembros de la familia en tratamientos actuales o pre-
vios. 
Contempla las tres generaciones por vía materna y paterna del paciente. 
7-Examen semiológico: Si bien cada problemática clínica tiene sus par-
ticularidades semiológicas, en este punto haremos énfasis en datos semio-
lógicos de orden general. 
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Prof. Elena Bercoff
El aspecto físico, en sus manifestaciones, dan pautas clínicas: el rostro, la 
mirada, la postura corporal, el modo de caminar, la vestimenta, la higiene, 
etc.
El lenguaje en su forma de expresión y en el contenido traducen o reflejan 
sobre las funciones cognitivas superiores: nivel de consciencia, ubicación 
en tiempo y espacio, atención, concentración y memoria. 
Son indicadores clínicos: el mutismo, semimutismo, la logorrea, los soli-
loquios, etc.
En el discurso se puede detectar alteraciones sensoperceptivas como las 
alucinaciones. 
En el contenido del pensamiento se evidencian: delirios, ideas obsesivas, 
ideas fóbicas, ideas hipocondríacas, etc. 
En el curso del pensamiento: interceptación, disgregación, aceleración o 
enlentecimiento del curso del mismo, etc.
Los afectos: ira, irritabilidad, disforia, angustia, distimia, tristeza, hipoma-
nía, manía, etc. son datos semiológicos. 
8-Comorbilidades: Corresponden a las patologías asociadas tanto físicas 
como psíquicas que sufre el paciente. Por las interacciones medicamen-
tosas, es importante que en la historia clínica consten los medicamentos 
prescriptos en el caso de las patologías concomitantes.
9-Estudios complementarios: Exámenes de laboratorio o por imágenes 
indicados para hacer diagnósticos diferenciales o descartar patología orgá-
nica, Test Neurocognitivos, etc. 
10-Aproximación diagnóstica: A menos que la patología ya esté instala-
da, difícilmente se arribará a un diagnóstico en el transcurso de las entre-
vistas. Por ello señalamos aproximación diagnóstica: una orientación a partir 
de las herramientas anteriormente descriptas.
Es interesante hacer un diagnóstico de la situación o contexto en que la 
problemática clínica se manifiesta. 
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PSIQUIATRÍA ADULTOS
CONCEPTOS INTRODUCTORIOS
El correlato psíquico o el diagnóstico de estructura psíquica también re-
quieren de tiempo y escucha. Es elemental no dar un cierre con diagnós-
ticos apresurados. Sí es fundamental la escucha atenta por los impases del 
discurso.
La cautela o prudencia en cuanto al diagnóstico no invalida la indicación 
de un tratamiento psicofarmacológico si el cuadro clínico que sufre el 
paciente lo requiere. 
11-Diagnósticos diferenciales: Varias son las patologías que comparten 
signos y síntomas. Distinguir para aproximar un diagnóstico. 
12-Evolución y pronóstico: Caso por caso. Prima la singularidad. 
Como elementos orientadores, en la historia clínica tiene que constar los 
cambios clínicos del paciente. Deben figurar los cambios de terapéutica 
psicofarmacológica si los hubiere. 
13-Tratamiento: El tratamiento será caso por caso, teniendo en cuenta 
la necesidad de abordar la problemática en su génesis. Ello permitirá el 
movimiento de esa otra escena que lo causa. De ser necesario se indicará 
un tratamiento psicofarmacológico. Estos dos aspectos (el abordaje de la 
problemática y la psicofarmacología) no resultan contradictorios, sino que 
su compaginación dependerá de la pericia del Psiquiatra.
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Consideraciones finales
La idea rectora de esta clase surge de la compleja y atractiva misión de 
brindar conocimientos introductorios de la disciplina “Psiquiatría adul-
tos”; tarea delicada teniendo en cuenta a quiénes está dirigida: jóvenes que 
deciden elegir la Carrera de Medicina, atravesados por un sinfín de imagi-
narios. Imaginarios donde se ciernen las marcas de una historia personal.
Conforme a lo mencionado durante el trabajo, es imprescindible que el 
profesional médico, cualquiera sea su especialidad, no se desentienda del 
padecimiento psíquico. Con un recorrido histórico, teórico y clínico, vi-
mos cómo el tratamiento de esta dolencia ha tomado distintos caminos. 
Siguiendo a Tomas Kuhn, sabemos que los lentes con los que percibimos 
el mundo sólo se vuelven visibles tras períodos de crisis. El conocimiento 
no avanza en línea recta sino por rupturas. Al llegar a callejones sin salida, 
es necesario frenar y cambiar el rumbo. 
En ese sentido, el recorrido histórico es el testimonio de cómo otros han 
abordado la cuestión, para seguir el ejemplo, o bien para evitar determi-
nados atolladeros. Mencionamos que la locura pasóde una creencia de 
posesión demoníaca a un campo de trabajo dentro de la medicina. Frente a 
tal cambio de estatuto, el problema será el modo de tratar el padecimiento. 
La posición en la práctica no es dato menor. Partiendo de este punto, he-
mos nombrado distintos modelos. Privilegiamos durante el escrito la línea 
que iniciara Freud, en la que se tiene en cuenta las singularidades de cada 
caso. Ello no implica dejar de lado la psicofarmacología, ya que muchas 
veces resulta una herramienta imprescindible. Posteriormente, analizamos 
la historia del médico dentro del campo de la salud mental. ¿A qué instan-
cias críticas nos han conducido la OMS, el DSM, la Ley de Salud Mental, 
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PSIQUIATRÍA ADULTOS
CONCEPTOS INTRODUCTORIOS
etc.? ¿Cómo podemos pensar una práctica que se guíe por la ética, noción 
fundamental en nuestro campo?
Como verán, mi apuesta es transmitir algunas inquietudes, preguntas, y so-
bre todo un deseo: que lleven adelante esta experiencia estando advertidos 
de que la teoría se encuentra en los textos, pero los saberes son construc-
ciones propias que alojan riqueza.

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