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Qué son relieves e intaglio - Sol Caro QwQ

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¿Qué son relieves e intaglio?
Sol Salcedo 9B
Relieves
Un relieve es algo así como una escena que ha de ser ordenada. En el curso de la historia han existido diferentes medios de representación comunes a la pintura y a la escultura. Se trataba de determinar de alguna manera la colocación de las figuras en el espacio. Esto se puede efectuar de una manera convencional, que se denomina sistema «conceptual» o, por el contrario, acogerse a una representación óptica basada en la visión humana, la «perspectiva».
Hasta los tiempos clásicos predominaron los procedimientos conceptuales. En Oriente privó el sistema «procesional», para escenas militares o litúrgicas. No hay sino una fila de personajes, todos en el mismo plano y dirección, formando lo que se llama «serie». El formato del relieve es apaisado, y el saliente poco pronunciado. Y cuando intervienen otros elementos, como edificios o montañas, se distribuyen en altura, a veces por fajas. Son estas capas las que expresan la distancia; el tamaño es indiferente, pues una casa puede tener la misma dimensión que una persona. La ocupación del espacio en profundidad se indica por la repetición. Para la representación de un grupo la serie insiste en el mismo motivo: un carro de guerra tirado por caballos se representa por una seriación oblicua de cabezas y patas, todas iguales. Esto es ya una penetración hacia el fondo.
El formato vertical se presta para la representación enumerativa. En los temas de lucha, en vez de reunir en una sola escena y en un plano todo el conjunto, se van sumando hacia arriba las escenas, con un ritmo en zigzag o helicoidal. Los romanos adoptaron muchas veces este procedimiento, usando como línea de apoyo el propio suelo. A lo largo de la Edad Media se prefirió el sistema de distanciamiento por medio de pisos paralelos o registros.
Relieves
Para expresar el espacio se usaban también sistemas híbridos y contradictorios. Así, en Bizancio, se empleó la perspectiva «inversa». Al planismo de las figuras se sumaba la perspectiva que ofrecían los objetos, tales como mesas, sillas y bancos. En vez de converger hacia el fondo, lo hacían en sentido opuesto, como si el espectador estuviera detrás. Los personajes situados en la parte inferior son menores que los de la parte superior, que se supone más alejada. La convergencia y el tamaño obedecen a convencionalismos que tienen que ver con motivaciones simbólicas. La figura sagrada es de mayor tamaño que las demás.
Otro principio de ordenación conceptual es el radiado, usado en la India. Las figuras convergen en forma de rueda en un punto central, conforme al principio dinámico impuesto por la religión.
Griegos y romanos comenzaron a usar la perspectiva que se ajusta a los principios científicos de la «pirámide óptica», en que los rayos llegan hasta la pantalla de la retina rectos y convergentes. Cualquier intersección de esta proyección convergente determina un relieve o un cuadro.
Los romanos no aplicaron una convergencia sino varias, a lo largo de un eje vertical, con lo cual se obtiene una disposición denominada espina de pescado. Otras veces la convergencia no se realiza sobre un eje, sino sobre una «zona» más o menos central. Pero es difícil advertir este hecho; en la apreciación rápida la obra parece tener una convergencia perspectiva en un solo punto.
Imágenes de Relieves
Intaglio
El grabado a buril o talla dulce​ es una técnica de huecograbado en la que se dibuja sobre una plancha de metal excavando líneas sobre una matriz ayudándose exclusivamente del buril; herramienta compuesta de un mango en cuyo extremo se ha sujetado una pieza alargada, de metal, con forma de cilindro al que se le han excavado dos caras que se cortan en una arista y se han afilado en bisel. Más que una técnica, es una manera de entender el grabado calcográfico, propia de los siglos XVII y XVIII en Europa.
El buril recuerda en su forma a un arado, y el grabador lo utiliza de una manera semejante; haciendo surcos sobre la plancha, de manera que cuanto mayor es la presión que ejerce, consigue realizar una incisión más profunda sobre ella, lo que provocará que se aloje luego una mayor cantidad de tinta. Los surcos producidos por el buril retendrán la tinta que posteriormente pasará al papel al impresionarlo en el tórculo o prensa.
Se diferencia del punta seca en que lo que retiene la tinta es un surco, no una rebaba como en el caso de la punta seca, por lo que la duración de la plancha es mayor. Además las calidades que produce son distintas, las líneas son más nítidas y moduladas.
Se parte de un grabado al aguafuerte matizándolo después con buril para obtener tonos con exquisitas modulaciones incidiendo más o menos profundamente sobre los trazos de aguafuerte. Es una técnica sumamente trabajosa, que exige una perfecta planificación y un largo oficio para obtener resultados profesionales.
Las estampas realizadas según la talla dulce tienen un aspecto característico, que en buena parte proviene de la utilización más o menos ortodoxa de la teoría de los trazos, que permitía traducir cada tono de gris de un dibujo o cada color de un cuadro copiado con asombrosa delicadeza cruzando líneas en ángulos normalizados. Entre los grabados realizados por los talleres profesionales de entonces destacan sobre todo las copias de cuadros de colecciones, como las magníficas copias de Velázquez que se pueden hallar en la Calcografía Nacional de España.
Se puede reconocer un grabado de talla dulce por su típica textura de rombos, un aspecto pulcro y trabajado y por la modulación de los trazos al ver la estampa muy aumentada.
Hoy en día esta técnica ha caído en desuso, si bien se utiliza al menos su aspecto gráfico para realizar los originales de los billetes de banco, en los que los dibujos se forman a base de miles de líneas cruzadas y con grosores modulados.
Imágenes de Intaglio

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