Bolilla II

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BOLILLA II
Las primeras grandes civilizaciones aparecen aproximadamente en el 4000 a.C., con los sumerios, fenicios y egipcios. 
No obstante, se considera como fecha convencional del origen del derecho internacional público propiamente dicho el año 1648, en que se produce la Paz de Westfalia, y que se entiende, da comienzo al surgimiento de nuevos actores en la escena internacional: los Estados- naciones.
En los 6000 años de historia que tiene la humanidad han existido distintos sistemas políticos, pero no fue hasta el año 1648 con la Paz de Westfalia que puso fin a la Guerra de los Treinta Años (1618-1648) que se produce el surgimiento de los Estados como los conocemos hoy, es decir como sujetos o unidades políticas soberanos e independientes. Es a partir de la misma que comienza a generalizarse el sistema de Estados en Europa.
El desencadenante o detonante de este conflicto bélico fue una cuestión religiosa. La Iglesia Católica que detentaba el máximo poder se ve cuestionada desde su mismo seno por Calvino y Lutero. Es también el comienzo del protestantismo.
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Anteriormente a 1648 existían solamente unidades políticas, provenientes del sistema feudal de la Edad Media, que consistían en reinos, principados, marquesados o ducados. Dentro de un reino podían existir un principado y varios marquesados, o bien podía darse la circunstancia de existir un solo ducado por separado, etc.
Esa estructura piramidal del feudalismo culminaba en el Papa y el Emperador, como jefes espiritual y temporal respectivamente, es decir que todos los Estados tenían en el vértice a dos entidades que imponían dominio sobre los demás. El Emperador del Sacro Imperio Romano era coronado por el Vicario de Cristo, adquiriendo de esta manera legitimidad, la cual estuvo ligada durante muchos años a la divinidad.
De esto podemos inducir que no existía la soberanía pues hasta el más poderoso de los reinos se encontraba subordinado al Papado y al Emperador.
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El sistema medieval constituía una continuación del sistema imperial romano, el cual previamente a su caída se había cristianizado. Su caída y posterior descomposición estuvo vinculada a múltiples causas.
Fundamentalmente el Imperio no pudo hacer frente al progresivo avance de los pueblos germanos del norte sobre su vasto territorio por lo que terminó fragmentándose en unidades menores individuales con distintas lenguas, tradiciones e idiosincrasias no siempre afines. Sin embargo las tribus germánicas no chocaron religiosamente con los pueblos que iban dominando, sino que por el contrario se adaptaron a ellos.
Además de esto, no obstante la caída del Imperio Romano la Iglesia tenía una visión de universalidad por lo que el Papado se mantenía en pie. Es así que el Vaticano buscó reinstalar o reconstituir el antiguo sistema imperial romano contando a su favor con la unidad religiosa. 
Las unidades políticas resultantes de la descomposición del antiguo Imperio Romano fueron gradualmente aceptando los intentos del Vaticano por restaurarlo lo que desembocó finalmente en la constitución del Sacro Imperio Romano-germano.
El Papa coronaba a uno de los jefes de las distintas tribus como Emperador, dándole una investidura casi celestial y los demás señores feudales se subordinaban a él.
Durante la Edad Media el 90% de la población era analfabeta y sólo un grupo reducido compuesto por los sacerdotes y religiosos sabía leer y escribir. Fueron ellos los que guardaron y custodiaron el conocimiento en las abadías y monasterios. Esto le daba a la Iglesia un completo dominio cultural e intelectual.
Por otra parte, además del poder espiritual la Iglesia contaba con poder terrenal representado en inmensos ejércitos (los cruzados) y manejaban también el poder político.
Las cruzadas fueron un intento de Europa de recuperar y reconquistar Tierra Santa de manos de los infieles: árabes y turcos otomanos.
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El inicio del sistema estatal trae aparejado importantes cambios. 
En primer lugar estas nuevas unidades políticas se distinguían de las anteriores por un componente novedoso: el concepto de soberanía del Estado, esto es, que no hay sobre los Estados que componen la comunidad internacional forma alguna de poder superior. Jurídicamente desaparece el sistema piramidal/vertical y todos los estados quedan en situación de igualdad (horizontalidad).
El principio de la igualdad jurídica de los Estados es corolario de la soberanía estatal. En lugar de la pirámide feudal, la comunidad se acható a un solo plano de príncipes que no reconocían encima de ellos poder alguno y que eran, por ende, iguales entre sí.
Esto fue así a tal punto que ni el Papa ni el Emperador fueron invitados a la celebración de la Paz de Westfalia, a partir de la cual se consolidó el sistema de Estados soberanos e independientes.
Recién cuando aparecen los Estados nos encontramos en presencia del Derecho Internacional. A partir de 1648 y hasta la mitad del siglo XX el concepto de Derecho Internacional fue el de: “Conjunto de normas jurídicas que regulan las relaciones de los Estados de la comunidad internacional”. 
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Luego de 1648, cada unidad política va a estructurar su poder interno en una situación de completa independencia. El poder detentado por cada una es concentrado cada vez más hacia su interior, oprimiendo los derechos y libertades de las poblaciones. 
Es así que hasta 1789 hablamos de Estados absolutos, sistema que estalla aquel año con la Revolución Francesa. Estos ideales revolucionarios se extienden rápidamente por toda Europa bajo la premisa de libertad, igualdad y fraternidad (liberté, égalité, fraternité) y su influencia trae aparejado grandes cambios para todo el continente y también para América que progresivamente se va independizando.
A pesar de ser hijo de estos ideales revolucionarios, al llegar al poder Napoleón Bonaparte se vuelve tan o más absolutista que sus predecesores, convirtiéndose en emperador de Francia.
Austria, Rusia, Prusia e Inglaterra se unen para enfrentar a una Francia con ansias expansionistas y derrotan a Napoleón.
Derrotado Napoleón, nació del Tratado de Paz de París de 1815 y del Congreso de Viena de ese mismo año, el primer ensayo de organización de la comunidad internacional bajo la égida de las grandes potencias. Se constituye de esta manera una alianza formada por los vencedores de Napoleón, la Tetrarquía, alianza de Austria, Gran Bretaña, Prusia y Rusia, que se transformó en Pentarquía cuando la Francia de Luis XVIII adhirió al Tratado. 
Una nueva etapa empieza con la celebración del Congreso de Viena en 1815, en el que se realizará un nuevo gran arreglo territorial y político europeo. Esta pentarquía sólo respetaría aquellos territorios que estuviesen gobernados por monarcas legítimos y en aquellos que se encontrasen bajo el control de grupos revolucionarios restaurarían a los monarcas derrocados. El cambio es radical, porque significa una relativización de la soberanía estatal y de la igualdad jurídica de los Estados. Se impone el principio de legitimidad, o sea el de que los tronos corresponderían a aquellas personas señaladas por las leyes de sucesión monárquica.
El último intento de devolver América a España fue la Batalla de Ayacucho en la que el General Sucre se enfrentó y venció a la expedición europea. Los europeos habían venido debilitados pues Inglaterra no se había sumado, inmersa como se encontraba en su afán de convertirse en potencia mundial.
Ya desde el principio, sin embargo, Gran Bretaña fue reticente a la intervención de la Santa Alianza en los asuntos internos de los Estados. Sostenía que los pueblos que eligieron libremente su destino debían ser respetados en su voluntad. En particular, no convenía a sus intereses comercialesla reconquista de España de sus antiguas colonias ya que el restablecimiento del monopolio español constituiría una obstrucción a su comercio. En 1825 Lord Canning anunció, en persecución de esa política, el reconocimiento de las repúblicas sudamericanas independizadas de España.
De esta manera se va gestando una nueva forma de legitimidad dada por el componente humano que le otorga a la unidad política homogeneidad de lenguas, religión, costumbres, constitución. Toma ímpetu el principio de las nacionalidades. A partir de este momento todos los países que cuentan con nación son considerados pares jurídicamente, de allí el reconocimiento a los países americanos. Se trata de los Estados Nacionales.
Según este nuevo principio de legitimidad todos aquellos territorios que no poseyesen nación (homogénea) podían ser colonizados, ocupados y apropiados libremente, lo que se produjo efectivamente en el caso de África. Es así que todos los países europeos se lanzan a la conquista y se produce una segunda oleada colonial en África.
En el Congreso de Berlín de 1885 se fijaron las reglas y pautas jurídicas de la expansión colonial europea respecto a la ocupación y adquisición de territorios. 
Sin embargo, esta distribución fue completamente arbitraria ya que no tuvo en cuenta a las tribus y etnias preexistentes. Tampoco todas las potencias quedaron totalmente conforme y se producían constantes conflictos y discusiones por lo que éste período es conocido como “la paz armada”. Austria, Prusia y Rusia formaron un bando con intereses opuestos a los de Gran Bretaña y Francia.
El proceso europeo, por su parte, se fue encaminando lentamente hacia la guerra de 1914/18, con el enfrentamiento de dos bandos: Alemania, Austria y Turquía de un lado y Francia, Gran Bretaña y Rusia, luego también Italia, del otro, más la tardía pero decisiva intervención de los Estados Unidos.
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Las Conferencias de La Haya de 1899 y 1907 marcan el principio de la codificación del derecho internacional a través de tratados multilaterales. La primera, convocada por el Zar Nicolás II agrupó a veintiséis Estados. Produjo declaraciones sobre la limitación de las hostilidades en la guerra y mecanismos tendientes a regular la neutralidad.
En la segunda, de 1907 fruto de la iniciativa de Estados Unidos apoyado por Rusia, estuvieron representados cuarenta y cuatro Estados, entre ellos por primera vez la República Argentina y tuvo por ende carácter universal. 
Sin embargo todos estos esfuerzos por evitar un conflicto armado resultaron estériles pues solo siete años después de la segunda conferencia estalló la Gran Guerra, conocida también como la “guerra del fin de los imperios” por acarrear la derrota de los imperios alemán, austrohúngaro y otomano, la cual se extendió hasta 1918. 
Estados Unidos se incorpora a la guerra, pero al no sufrir los efectos del conflicto en su territorio su economía permanece intacta, experimentando incluso un crecimiento de su productividad, proceso que finalmente eclosiona en 1929 al producirse un exceso de oferta sobre la incapacidad de la demanda para responder adecuadamente.
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Se produce en 1917 la revolución comunista en Rusia, que se encontraba en decadencia y la aparición posterior de la Unión Soviética.
El sistema de los zares es reemplazado por los soviets (marxistas) con Lenin a la cabeza, por lo que Rusia se retira de la guerra e inicia un proceso de reconstrucción de su orden interno, política, económica y socialmente. 
La Unión Soviética aplica los principios marxistas y rápidamente comienza a experimentar un crecimiento económico importante, mientras que el mundo capitalista se desintegra arrastrado por la crisis de Wall Street.
Al finalizar esta devastadora y brutal guerra los países vencedores quisieron organizar el mundo a través de un sistema diferente que preservara la paz. De esta manera se crea la Sociedad de las Naciones (SN) en 1919, un sistema de cooperación internacional que nace de la necesidad de contar con un ámbito donde las disputas pudieran ser resueltas evitando el enfrentamiento directo entre países. En la misma estaban representadas las grandes potencias vencedoras de la guerra (las potencias aliadas y asociadas). 
Estados Unidos a pesar de ser la principal promotora de dicha organización no se incorpora a la misma por no contar el presidente Wilson con el apoyo del Congreso. Esta sensible ausencia afectó a la Organización desde sus orígenes y constituyó una de las causas de su ulterior fracaso.
Tampoco la URSS forma parte de la Sociedad de las Naciones en un primer momento ya que se le exigía como requisito el pago de la deuda externa, que la nueva elite gobernante, los soviets, clamaban ilegítima por haber sido contraído por los zares en beneficio propio y no del pueblo, negándose a saldarla. Aún así en 1936 la URSS ingresa a la Sociedad de las Naciones luego de haber pagado su deuda.
Por otra parte las potencias vencedoras no sólo no aceptaron la incorporación a la Sociedad de las Naciones de los países vencidos, sino que los humillaron y denigraron. 
A Alemania le fueron quitados territorios y fue obligada a pagar los gastos de la guerra. Esta situación de opresión alimentó el nacionalismo del pueblo alemán y finalmente provocó su reacción. Hitler encarna el espíritu germánico dándole un halo de superioridad y el pueblo lo consagra a través del sufragio como su líder en lo que se veía como una reivindicación del sentir alemán.
De forma análoga, Italia, a pesar de resultar vencedora se encontraba moral y económicamente destruida. El agravio sentido por los italianos se ve rescatado por Mussolini que implementa un sistema novedoso, corporativista y de partido único, que es impuesto al pueblo a través del terror para evitar la entrada del comunismo.
En España la lucha contra el comunismo desemboca en la guerra civil de 1936-1939.
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Ante la caída del capitalismo y para evitar el avance del comunismo los distintos países buscan un sistema alternativo, sin raíces en tradiciones anteriores como el marxismo (comunismo) o el liberalismo (democracia/capitalismo). Así nace un tercer sistema: el nacional-socialismo, una oleada que inunda Italia (fascismo), Alemania (nazismo), España (franquismo) y se expande rápidamente por toda Europa excepto Inglaterra: Francia, Portugal, Austria, Bélgica, llegando incluso a Latinoamérica.
Estos gobiernos totalitaristas de nacionalismo exacerbado instalados a partir de 1919 llevan a un quiebre en 1939. El ambiente de conflictividad general que se venía experimentando finalmente desemboca en una guerra aún más sangrienta que la anterior.
Se conforma un eje de países con sistema imperial y nacionalista conocido como el eje Berlín-Tokio-Roma.
Inglaterra para enfrentarlo hace un pacto con la URSS. Ésta en un principio no iba a incorporarse al conflicto puesto que tenía un pacto secreto de no agresión con Alemania, por el cual ambas potencias se dividían Polonia. No obstante, Hitler viola dicho acuerdo por lo que la URSS pasa a formar parte de los aliados e Inglaterra promete su protección a Polonia.
España se declara neutral en la guerra aunque es claramente simpatizante de las ideas nazis.
También Estados Unidos ingresa a la guerra en 1942 y todo el continente americano lo apoya a excepción de Argentina que al momento tenía una visión filo nazi. Ésta última solo declara la guerra a una Alemania vencida y derrotada.
La guerra estalla y enfrenta al eje con los aliados: Inglaterra, Francia, la URSS y finalmente Estados Unidos.
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Al terminar la Segunda Guerra Mundial en 1945 surge nuevamente la necesidad de contar con un instrumento para evitar el estallido de una tercera conflagración mundial. Se convocó así a la Conferencia de San Francisco, donde se aprobó la Carta de las Naciones Unidas, quees el intento más logrado hasta ahora de organización de la comunidad internacional. 
El objetivo primordial de la Organización de Naciones Unidas es el mantenimiento de la paz y de la seguridad internacionales y la promoción de la cooperación de todo orden entre los Estados.
Se habilita la participación en la misma de todos los países y no solo de los vencedores.
Sin embargo en 1946 se produce un quiebre de la estrategia de los países aliados o vencedores, entre Estados Unidos y la URSS que ya venían cuestionándose mutuamente. Es así que hasta 1989 se da un período conocido como Guerra Fría, un enfrentamiento sin guerra entre los Estados Unidos y la URSS, que competían por el liderazgo político. Ambos ayudan y participan en distintos conflictos de la comunidad internacional, ya sea de forma abierta o solapada, pero nunca combatiendo directamente entre ellos. Algunos de estos sucesos en los que ambas potencias se inmiscuyen son: las guerras de Corea y Vietnam, el problema árabe-israelí, la instauración de gobiernos de facto en Latinoamérica, la primavera de Praga, el levantamiento polaco de solidaridad, guerra Irak-Irán, etc. (No obstante de incluirse dentro de los márgenes temporales de la Guerra Fría no puede considerarse a la Guerra de Malvinas como parte de la primera).
La Guerra Fría generó un mundo bipolar, el de los Estados Unidos y el de la URSS, con sus respectivos aliados. Mientras que América y Europa occidental se posicionan bajo la órbita de Estados Unidos, Europa del Este y Asia se alinean con la URSS. Tuvo un carácter político, económico, social y cultural.
Los Estados Unidos garantizaban las fronteras de aquellos países que a través de sus fuerzas militares aseguraran la estabilidad interna del país, es decir que eliminaran la penetración progresiva del comunismo por medio de partidos de izquierda. Se alentaba así la instauración de gobiernos de facto, situación que se consideraba preferible a tener gobiernos democráticos que pudieran implementar políticas pro soviéticas.
La Guerra Fría culmina con la caída del Muro de Berlín en 1989 y con la posterior disolución de la URSS en 1991.
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Al desaparecer el sistema socialista se produce una flexibilización de las barreras políticas y geográficas de los distintos Estados, que condicionaban se forma significativa la cooperación internacional. 
Se produce además un desarrollo extraordinario y rápida difusión de las tecnologías de informática y electrónica que, una vez desregularizados los centros y mercados financieros y monetarios internacionales, facilitan enormemente la circulación de flujos de capitales por el mundo entero. También las nuevas tecnologías de comunicación vinculan en tiempo real a personas que se encuentran a miles de kilómetros. Es la llamada globalización.
Todo esto ha producido cambios fenomenales en la producción económica, coadyuvando a reducir los costos fijos de producción de los fabricantes en un período menor a través de la competitividad por la cual cada región produce productos y/o servicios especializados, es decir aquellos sobre los cuales posee ventajas y beneficios dada su localización geográfica. También ha abaratado enormemente los productos debido a la producción masiva (economía de escala).
Este proceso conduce necesariamente a una globalización en los usos, costumbres y comportamientos culturales, dada por la mayor movilidad entre nacionales de distintos países.
Entre sus desventajas podemos contar el hecho de que algunos, principalmente los países más ricos y poderosos, se benefician, mientras que otros, como los países pobres y subdesarrollados se perjudican. 
También acarrea una disputa a nivel mundial por captar y controlar el flujo de capital pues es éste el que regula el empleo y la industria.
Por otra parte la globalización acarrea riesgos sociales, principalmente porque en el sistema capitalista sólo sobrevive el más apto para desenvolverse en éstas condiciones, pudiendo generar inequidad.
A pesar de esto se han producido cambios importantes de perspectiva societaria, política y cultural a nivel mundial. Cuando la ONU inició sus sesiones solo existían 24 países con sistemas democráticos, en tanto que actualmente hay más de 150. Los pueblos quieren constituirse en decisores activos de sus destinos.
También la cuestión de la defensa y el reconocimiento de los derechos humanos comunes a todas las personas por el solo hecho de ser tales surge con la Organización de las Naciones Unidas y se acentúa aún más con la llegada de la globalización.
Pese a sus evidentes crisis y fallas el capitalismo continúa con su dinamismo, conduciéndonos hacia un nuevo orden internacional, que se caracteriza por un proceso de integración de los Estados a través de acuerdos internacionales que tienden a la gobernabilidad del sistema mundial.