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LAS POLÍTICAS ECONÓMICAS (PLANES SEXENALES CONTEMPORÁNEOS). Estas se desarrollan en las diferentes épocas desde poco antes del porfiriato hasta las que tenemos hoy. PRIMERA ETAPA DE LAS POLÍTICAS ECONÓMICAS EL PORFIRIATO Prácticamente, desde 1810 y hasta 1884, México estuvo envuelto en una encarnizada lucha por el poder; eran constantes las guerras, guerrillas y asonadas, situación que provocó un nulo crecimiento económico, el campo y la industria no producían, amén de que el comercio y la inversión extranjera eran inexistentes. Lo anterior trajo como consecuencia la pauperización extrema de un amplio sector de la sociedad. El periodo que va de la restauración de la República (1867) al término del gobierno de Sebastián Lerdo de Tejada (1876), el campo no producía, que había desempleo y que la industria tuvo nimios avances. Pero, el estado de las cosas comienza a cambiar bajo la salvaguardia del General Porfirio Díaz, quien gobernó México en dos periodos distintos: de 1776 a 1880 y de 1884 a 1911. 1776 a 1880 el primer periodo de gobierno lo utilizó básicamente para pacificar al país y sentar las bases para su perpetuación en el poder. 1884 a 1911 el segundo, construyó la estabilidad política y la paz necesaria para alcanzar la prosperidad sobre la base del liberalismo económico nacional, pero, sobre todo, internacional. la estabilidad política, la paz orgánica nacional y el adecuado contexto internacional coadyuvaron a que durante esos años hubiera en México un impresionante crecimiento económico Continuó desarrollándose la agricultura de exportación gracias al ferrocarril, la ganadería creció en el norte del país, pudiendo abastecer a poblaciones urbanas distantes; también crecieron la industria mediana en los ramos textil y papelero, y la minería industrial, aumentó el comercio, tanto nacional como internacional. De hecho, la exportación de productos naturales fue superior a la importación de manufacturas, por lo que se consiguió tener un superávit comercial por primera vez en la historia este crecimiento económico no fue, en forma alguna, armónico y sustentable, presentaba importantes taras de origen que lo hicieron romperse en el último tercio del gobierno de Díaz, siendo la principal, la excesiva concentración de la riqueza en empresas y personas extranjeras. Bajo tales circunstancias, en la última etapa del periodo porfirista (el primer período del siglo XX) la decadencia fue total, hubo crisis en casi todos los ámbitos de la vida nacional, siendo comprensible que afectara más a unos que a otros. Es incuestionable que el sector de la población que mayormente padeció la decadencia de la economía porfirista fue la población desprovista, quienes, ante la falta de apoyo de los gobiernos liberales del momento, la excesiva explotación de que eran objeto por hacendados y patrones, aunado a la marcada desigualdad social, pusieron en la palestra de la discusión la necesidad de una justicia social que les mejorara las condiciones de vida. Esto fue caldo de cultivo para que Madero los incitara a participar en la Revolución del 20 de noviembre de 1910.
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