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UNIVERSIDAD MEXIQUENSE DEL BICENTENARIO Fisiopatología Lic. Enfermería El pH es una medida de la acidez o alcalinidad de una disolución que depende de la concentración de iones hidrógeno (H+) en ella1. El pH de la sangre debe mantenerse dentro de un rango estrecho entre 7,35 y 7,45 para garantizar el correcto funcionamiento del organismo2. Para ello, existen tres sistemas de control del pH en el organismo: · Los amortiguadores o tampones: son sustancias que pueden captar o liberar H+ según sea necesario para neutralizar las variaciones del pH. Los principales amortiguadores del organismo son el sistema bicarbonato/carbonato (HCO3-/CO2), el sistema fosfato (HPO42-/H2PO4-), el sistema proteico (proteínas plasmáticas y hemoglobina) y el sistema óseo (carbonato cálcico)34. · El sistema respiratorio: regula la concentración de CO2 en la sangre mediante el ajuste de la frecuencia y profundidad de la ventilación pulmonar. El CO2 se combina con el agua para formar ácido carbónico (H2CO3) que se disocia en H+ y HCO3-. Por lo tanto, si hay exceso de H+ en la sangre, se aumenta la ventilación para eliminar más CO2 y disminuir el ácido carbónico. Si hay déficit de H+, se disminuye la ventilación para retener más CO2 y aumentar el ácido carbónico3 . · El sistema renal: regula la concentración de HCO3- en la sangre mediante su reabsorción o excreción por los túbulos renales. Además, puede secretar o reabsorber H+ según sea necesario para mantener el equilibrio ácido-base. El riñón también puede generar nuevos HCO3- a partir de sustancias como el amonio (NH4+) o los fosfatos orgánicos34. Estos sistemas actúan de forma coordinada e integrada para compensar los trastornos del equilibrio ácido-base que pueden ser respiratorios (causados por alteraciones en la ventilación) o metabólicos (causados por alteraciones en la producción o eliminación de ácidos o bases)34.
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