Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
Grupo 703 TrastornosTrastornos hidroelectrolíticoshidroelectrolíticos Alumna: Luisa Fernanda Ascencio Guzmán 17 de febrero del 2022 Docente:Dr. Bernardo Figueroa Flores 1 Trastornos hidroelectrolíticos El agua constituye cerca de la mitad del peso corporal en las mujeres y 60% en los varones. Está distribuida en dos grandes compartimientos: 55 a 75% se encuentra en el interior de las células y 25 a 40% fuera de ellas. Cada compartimento de líquidos corporales debe obedecer al principio de electroneutralidad macroscópica; es decir, cada compartimento debe tener la misma concentración, en mEq/l, de cargas positivas (cationes) y de cargas negativas (aniones). No puede haber más cationes que aniones, ni viceversa. El principal catión del LEC es el sodio (Na+) y los aniones de equilibrio son cloro (Cl−) y bicarbonato (HCO3−). Los principales cationes del LIC son potasio (K+) y magnesio (Mg2+), y los aniones de equilibrio son proteínas y fosfatos orgánicos. La equivalencia se consigue porque el agua fluye libremente a través de las membranas celulares. Cualquier diferencia transitoria de la osmolaridad que haya entre el LIC y el LEC se disipa rápidamente por el movimiento del agua hacia el interior o el exterior de las células para restablecer la equivalencia. Las diferencias en la concentración de solutos a través de las membranas celulares se crean y se mantienen median- te mecanismos de transporte con gasto de energía en las membranas celulares. El más conocido de estos mecanismos de transporte es la Na+-K+ ATPasa (bomba de Na+-K+), que transporta Na+ del LIC al LEC y, simultáneamente, transporta K+ del LEC al LIC. Tanto el Na+ como el K+ se transportan contra sus gradientes electroquímicos respectivos; por tanto, se necesita una fuente de energía, el trifosfato de adenosina (ATP). La Na+-K+ ATPasa se encarga de crear los grandes gradientes de concentración de Na+ y K+ que se producen a través de las membranas celulares (es decir, la baja concentración intracelular de Na+ y la alta concentración intracelular de K+). La concentración intracelular de Ca2+ se mantiene a un nivel mucho más bajo que la concentración extracelular de Ca2+. Esta diferencia de concentración se establece, en parte, por una Ca2+ ATPasa de la membrana celular que bombea Ca2+ en contra de su gradiente electroquímico. 2 En general, el catión de sodio (Na+) es reabsorbido junto con el anión cloruro (Cl–); por eso, la homeostasis de cloruro también afecta el ECFV. A nivel cuantitativo, con tasa de filtración glomerular de 180 L/día y sodio sérico cercano a 140 mEq/L, los riñones filtran cerca de 25 200 mmol de sodio al día; equivale a 1.5 kg de sal de mesa que ocuparía alrededor de 10 veces el espacio extracelular; es necesario que se reabsorba 99.6% del cloruro de sodio filtrado para excretar 100 mM al día. Cerca de 66% del cloruro de sodio filtrado se reabsorbe en el túbulo proximal renal, con la participación de mecanismos paracelulares y transcelulares. Después, la rama ascendente del asa de Henle reabsorbe otro 25 a 30% del cloruro de sodio filtrado por el cotransportador de Na+-K+-2Cl– sensible a furosemida en la zona apical. La porción adyacente de la nefrona distal sensible a aldosterona, que comprende el túbulo contorneado distal, el túbulo conector y el conducto colector, se encarga del “ajuste fi no” de la excreción renal de cloruro de sodio. El cotransportador de cloruro de sodio apical sensible a tiazidas (NCC) resorbe 5 a 10% del cloruro de sodio filtrado, y lo hace pasar al interior de DCT. 3 Trastornos del sodio Los trastornos de la concentración sérica de Na+ son causados por anomalías en la homeostasis de agua, que ocasionan cambios en la proporción relativa de sodio/agua corporal. El consumo de agua y la AVP circulante constituyen dos efectores fundamentales en el mantenimiento de la osmolalidad sérica; los defectos en uno o en ambos de estos mecanismos de defensa causa la mayor parte de los casos de hipernatremia e hiponatremia. Por el contrario, las anomalías en la homeostasis de sodio por si mismas harán que surja un déficit o un exceso del contenido de cloruro de sodio de todo el cuerpo, factor determinante de ECFV y de la integridad circulatoria. Hiponatremia La hiponatremia, definida como la concentración de sodio plasmático <135 mEq/L, es un cuadro más frecuente y afecta inclusive a 22% de los sujetos hospitalizados; casi siempre es consecuencia del aumento en el nivel de AVP circulante o de una mayor sensibilidad renal a AVP, en combinación con el ingreso de agua libre, en cualquier cantidad; una excepción notable seria la hiponatremia causada por un ingreso bajo de solutos. La hiponatremia induce turgencia celular generalizada, consecuencia del desplazamiento de agua en el sentido del gradiente osmótico, del ECF hipotónico al ICF. Las manifestaciones de la hiponatremia son predominantemente neurológicas, lo que refleja la aparición de edema cerebral dentro del cráneo rígido. La respuesta neurológica inicial a la hiponatremia aguda es un incremento de la presión intersticial, lo que ocasiona derivación de ECF y sus solutos y el paso de ellos del espacio intersticial al líquido cefalorraquídeo, para después llegar a la circulación general; lo anterior se acompaña de la salida de los principales iones intracelulares de las neuronas cerebrales, que son el de Na+, de K+ y Cl–. Hipernatremia La hipernatremia es el aumento de la concentración plasmática de sodio >145 mEq/L. Es mucho menos frecuente que la hiponatremia, pero conlleva tasas de mortalidad incluso de 40 a 60%, que depende principalmente de la gravedad de los cuadros patológicos primarios acompañantes. La hipernatremia suele ser consecuencia de la combinación de déficit de agua y de electrolitos, con pérdidas de H2O mucho mayores que las de Na+. Con menor frecuencia, la ingestión o la administración yatrógena de sodio en exceso puede ser la causa; por ejemplo, después de administración IV excesiva de soluciones de cloruro de sodio hipertónica o de bicarbonato de sodio. La hipernatremia aumenta la osmolalidad del ECF, que genera un gradiente osmótico entre ECF e ICF, salida de agua intracelular y contracción de las células. Como ocurre en la hiponatremia, las manifestaciones de la hipernatremia son predominantemente neurologicas. La más común es la alteración del estado mental, que va de confusión leve y letargo a coma profundo. La contracción repentina de las neuronas cerebrales en la hipernatremia aguda puede hacer que surjan hemorragias en parénquima o plano subaracnoideo o hematomas subdurales; sin embargo, estas complicaciones vasculares se observan más bien en niños y recién nacidos. 4 Trastornos de potasio Los mecanismos homeostasicos conservan la concentración plasmática de K+ entre 3.5 y 5.0 mEq/L, a pesar de las variaciones importantes en la ingestión de K+ en los alimentos. En el sujeto sano y en estado de equilibrio, se excreta todo el K+ ingerido diariamente, en promedio 90% por la orina y 10% en las heces; por ello, el riñón interviene de modo predominante en la homeostasis del K+. Sin embargo, >98% del K+ corporal total está dentro de las células, principalmente en los músculos; en la regulación de la concentración plasmática de K+ es fundamental el amortiguamiento del K+ extracelular por esta gran reserva intracelular. Según lo expuesto, los cambios en el intercambio y la distribución del K+ dentro y fuera de las células puede ocasionar hipopotasemia o hiperpotasemia pronunciadas. La consecuencia es que la necrosis masiva con la liberación concomitante de K+ histico origina hiperpotasemia intensa, particularmente en el marco de la lesión renal aguda y una menor excreción de dicho K+. Hipopotasemia Es la concentración de K+ plasmático <3.5 mEq/L; aparece incluso en 20% de sujetos hospitalizados. Tal deficiencia se vincula con un incremento de las tasas de mortalidad intrahospitalaria de 10 tantos, por los efectos adversos que tiene dicho trastorno en el ritmo cardiaco, la presión arterial y la morbilidadcardiovascular. En términos mecanicistas, la hipopotasemia puede ser causada por redistribución de K+ entre los tejidos y ECF o por perdida de K+ de tipo renal y extrarrenal. La hipopotasemia tiene efectos importantes en las células cardiacas, de musculo estriado y de musculo intestinal. En particular, la hipopotasemia es el principal factor de riesgo para arritmias auriculares y ventriculares. La hipopotasemia predispone a toxicidad por digoxina por diversos mecanismos, lo que incluye disminución de la competencia entre K+ y digoxina por compartir los sitios de unión en la subunidades de Na+/K+-ATPasa cardiaca. Los cambios electrocardiográficos en la hipopotasemia pueden incluir aplanamiento de ondas T, depresión del segmento ST y prolongación del segmento QT; estos son más marcados con concentraciones séricas de K+ <2.7 mmol/L. La hipopotasemia también puede ser un factor desencadenante importante de arritmias en pacientes con otras causas genéticas o adquiridas de prolongación del segmento QT. La hipopotasemia también ocasiona hiperpolarizacion de musculo de fibra estriada y con ello disminuye la capacidad de despolarizarse y contraerse; las consecuencias son debilidad e incluso parálisis. También causa una miopatía de musculo estriado y predispone a la rabdomiolisis. Por último, los efectos paralíticos de la hipopotasemia en el musculo de fibra lisa de intestino pueden ocasionar íleo intestinal. Los pacientes con prolongación del intervalo QT o con otros factores de riesgo de arritmia deben ser vigilados con telemetría cardiaca continua durante el tratamiento de sustitución. Debe considerarse la sustitución urgente, pero cuidadosa, de K+ en pacientes con hipopotasemia redistributiva grave (concentración plasmática de K+ <2.5 mM) o cuando sobrevienen complicaciones graves; sin embargo, este método se acompaña del riesgo de hiperpotasemia de rebote después de la resolución aguda de la causa subyacente. 5 El elemento fundamental del tratamiento de la hipopotasemia es la sustitución con cloruro de potasio oral. El fosfato de potasio, oral o IV puede ser apropiado en individuos con la combinación de hipopotasemia e hipofosfatemia. Hiperpotasemia Se define a la hiperpotasemia como el nivel de potasio plasmático, de 5.5 mEq/L, que se manifiesta incluso en 10% de enfermos hospitalizados; la hiperpotasemia grave (>6.0 mEq/L) se detecta en cerca de 1% de ellos, lo cual aumenta en grado significativo el riesgo de mortalidad. La redistribución y la menor captación hística pueden causar de manera inmediata hiperpotasemia, pero la causa primaria más frecuente es la disminución de la excreción renal de K+. La hiperpotasemia grave ocasiona desaparición de la onda P y ensanchamiento progresivo del complejo QRS; el desarrollo de un ritmo sinoventricular sugiere fibrilación ventricular o asistolia inminentes. La hiperpotasemia también causa un patrón de Brugada tipo I en el trazo electrocardiográfico, con pseudobloqueo de rama derecha del haz de His y elevación persistente del segmento ST en al menos dos derivaciones precordiales. Este signo de Brugada por hiperpotasemia ocurre en pacientes graves con hiperpotasemia intensa que puede diferenciarse del síndrome de Brugada genético por la ausencia de ondas P, ensanchamiento notable del complejo QRS y eje anormal del complejo QRS. En el cuadro clásico, las manifestaciones electrocardiográficas en la hiperpotasemia evolucionan desde la aparición de ondas T con pico y altas (5.5 a 6.5 mEq/L) hasta la desaparición de las ondas P (6.5 a 7.5 mEq/L) y ensanchamiento del complejo QRS (7 a 8 mEq/L) y al final una pauta de onda sinusal (>8 mEq/L). Sin embargo, tales cambios son abiertamente insensibles, sobre todo en sujetos con nefropatía crónica o nefropatía terminal. El tratamiento urgente de la hiperpotasemia consiste en hospitalización, monitorización cardiaca continua y tratamiento inmediato. El tratamiento se divide en tres etapas: 1. Antagonismo inmediato de los efectos de la hiperpotasemia en el corazón. El calcio IV protege al corazón, en tanto se emprenden medidas para corregir la hiperpotasemia. El calcio aumenta el umbral de potencial de acción y aminora la excitabilidad, sin cambiar el potencial de la membrana en reposo. Restaurar la diferencia entre los potenciales en reposo y el del umbral, el calcio revierte el bloqueo por despolarización causado por la hiperpotasemia. La dosis recomendada es 10 mL de gluconato de calcio al 10% (3 a 4 mL de cloruro de calcio) en goteo intravenoso en un lapso de 2 a 3 min con vigilancia cardiaca. El efecto de la infusión comienza en 1 a 3 min y dura 30 a 60 min; habrá que repetir la dosis si no se modifican los signos electrocardiográficos o reaparecen después de mejoría inicial. La hipercalcemia potencia la toxicidad de la digoxina en el corazón, por lo que habrá que utilizar con extraordinario cuidado el calcio IV en pacientes que reciben tal fármaco. Si el medico juzga necesario, se pueden agregar 10 mL de gluconato cálcico a 100 mL de solución glucosada al 5%, que se administraran en infusión en un lapso de 20 a 30 min para evitar la hipercalcemia aguda. 6 2. Disminución rápida de la concentración plasmática de K+ por redistribución en las células. La insulina disminuye la concentración plasmática de K+ al desplazarlo al interior de las células. La dosis recomendada es de 10 unidades de insulina simple por via IV, seguidos inmediatamente de 50 mL de solución glucosada al 50% (25 g de glucosa total); el efecto comienza en 10 a 20 min, alcanza su máximo entre 30 y 60 min y dura 4 a 6 h. Nunca es adecuado usar un bolo de la solución glucosada al 50% sin insulina por el riesgo de empeorar inmediatamente la hiperpotasemia, a causa del efecto osmótico de la glucosa hipertónica. La hipoglucemia es frecuente con la insulina a la que se agregue glucosa; por eso, la maniobra anterior debe ser seguida del goteo de solución glucosada al 10% a razón de 50 a 75 mL/h con medición frecuente de la concentración de glucosa plasmática. En sujetos hiperpotasémicos con concentraciones de glucosa ≥200 a 250 mg/100 mL habrá que administrar la insulina sin glucosa, con vigilancia minuciosa de la glucemia. Bibliografía 7 Hall, J.E. (2016) Guyton y Hall Tratado de fisiología médic. Décimotercera ed. Barcelon:a: Elservier
Compartir