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Promoción del sueño
Fisiología del sueño
El sueño es un proceso fisiológico cíclico que se alterna con largos períodos de vigilia. Este ciclo sueño-vigila incide sobre las funciones fisiológicas y respuestas conductuales y las regula.
Fases del sueño
Fase 1: NREM
• Dura pocos minutos.
• Corresponde con el grado más ligero de sueño.
• La actividad fisiológica disminuye empezando con una caída gradual de las constantes vitales y del metabolismo.
• La persona se despierta fácilmente con estímulos sensoriales, como el ruido.
• Cuando se despierta, la persona cree haber estado soñando despierto.
Fase 2: NREM
• Dura de 10 a 20 min.
• Período de sueño más profundo.
• Relajación progresiva.
• Las funciones corporales continúan enlenteciéndose.
• La persona se despierta con relativa facilidad.
Fase 3: NREM
• Dura de 15 a 30 min.
• Implica las etapas iniciales de sueño profundo.
• Los músculos están completamente relajados.
• Las constantes vitales descienden, aunque permanecen regulares.
• Es difícil despertar a la persona y raramente se mueve.
Fase 4: NREM
• Dura aproximadamente de 15 a 30 min.
• Es la etapa del sueño más profundo.
• Si hay falta de sueño, esta etapa ocupará la mayor parte de la noche.
• Las constantes vitales están significativamente más bajas que durante las horas de vigilia.
• Puede aparecer sonambulismo y enuresis (mojar la cama).
• Es muy difícil despertar al paciente.
Sueño REM
• Empieza alrededor de 90 min después de haberse quedado dormido.
• La duración aumenta con cada ciclo y tiene una media de 20 min.
• Pueden tener lugar sueños vívidos a todo color; en las otras etapas se dan menos sueños vívidos.
• Se caracteriza por el movimiento rápido de los ojos, frecuencias cardíacas y respiratorias fluctuantes, el aumento y la fluctuación de la tensión arterial, la pérdida de tono del músculo esquelético y el incremento de las secreciones gástricas.
• Resulta muy difícil despertar a la persona.
NREM, no movimiento rápido de los ojos; REM, movimiento rápido de los ojos.
Ritmos circadianos
Las personas experimentan ritmos cíclicos como parte de su vida diaria. El ritmo más común es el de 24 h, el ciclo día-noche conocido como ritmo circadiano o diurno.
Los ritmos circadianos inciden en los patrones de las funciones mayores biológicas y conductuales. Los cambios predecibles de la temperatura corporal, la frecuencia cardíaca, la tensión arterial, la secreción hormonal, la agudeza sensorial y el estado de ánimo dependen del mantenimiento del ritmo circadiano de 24 h.
Factores como la luz, la temperatura, las actividades sociales y las rutinas de trabajo inciden sobre los ritmos circadianos, incluyendo los ciclos diarios de sueño-vigilia. Todas las personas tienen relojes biológicos que sincronizan sus ciclos de sueño.
Técnica para la higiene del sueño
Objetivo: Mantener en lo posible un horario regular, tanto para acostarse como para despertar por las mañanas. Tener en cuenta que cada persona tiene su propia necesidad de sueño y descanso, y que la cantidad y la calidad del sueño pueden verse afectadas por factores biopsicosociales y espirituales.
· Aunque fomentaremos los periodos de descanso que el paciente necesite, se dormirá la siesta solo cuando sea necesaria y se evitarán, sobre todo, los sueños a última hora de la tarde.
· Llevar un horario con actividades durante el día. Incluir al paciente en actividades acordes con sus preferencias y posibilidades, pero evitar ejercicios más intensos en las horas previas al sueño, sobre todo si aumentan la disnea o la fatiga del paciente.
· Minimizar las interrupciones del sueño durante la noche, en la medida de lo posible.
· Evitar permanecer despierto durante la noche por periodos prolongados en situaciones de tensión, y si esto ocurre, favorecer rutinas relajantes antes de volver a dormir.
· Eliminar estímulos desagradables, tanto a la vista como al tacto, al oído o al olfato.
· Hay que ofrecer apoyo al paciente, disponibilidad cuando nos necesite y rápida presencia, porque esto le ayuda a sentirse seguro y a disminuir sus temores por la noche.
· Evitar medicaciones o alimentos estimulantes en las horas previas a acostarse. 
· El hambre y las comidas copiosas pueden alterar el sueño.
· Mantener un adecuado alivio del dolor durante la noche, preferiblemente con analgesia de vida media larga, para evitar administraciones nocturnas que interrumpan el descanso.
· Usar la medicación adecuada tras la evaluación del insomnio.
¿Cómo influye el ambiente en el sueño?
El entorno en el que dormimos influye de manera determinante en la calidad de nuestro descanso. La habitación y el ambiente que nos rodea, determinan la duración y la estructura del sueño. Por esto, necesitamos un entorno ambiental adecuado que favorezca la conciliación y el mantenimiento del sueño.
Enfermería en cuidados paliativos y al final de la vida, 2.ª Edición
Martínez Cruz, M.ª Belén
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