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CRONOLOGÍA El 14 de enero a las 8:12 de la mañana, el buque italiano Mare Doricum llega al Callao, a las 2 de la tarde atraca en el terminal multiboyas número 2 de la refinería La Pampilla, la embarcación queda fija con ocho amarras a cinco boyas, una delantera y 4 traseras. A las 5:10 se realiza la conexión de dos mangueras que bombearán el crudo hasta un tubo de acero que transportará el petróleo a la refinería, y a las 7:10 de la noche se inicia la descarga de los 985 mil barriles de petróleo. El sábado 15 de enero ya habían sido drenadas dos terceras partes del petróleo cuando a las 5:18 pm se rompe uno de los dos amarres de la boya número 5. A los 7 minutos de la rotura del amarre, el petróleo empezó a emerger del mar por lo que se detuvo el bombeo del hidrocarburo. Dos minutos después se cerraron las válvulas, parando la circulación del petróleo que iba a una velocidad de 20 a 30 mil barriles por hora desde el barco hasta tierra. Dos días después, el 17 de enero, a las 5:25 de la tarde, una representante de Repsol declaró que sólo se habían derramado 7 galones (0.16 barriles) por el desprendimiento del PLEM (estructura donde van conectadas las mangueras) y que se había cumplido con informar a la OEFA. Con el pasar de los días la mancha negra que cubría el mar se extendía cada vez más, lo que hacía suponer que la versión de Repsol era falsa. En total, según la Unidad de Emergencias Ambientales de las Naciones Unidas, fueron derramados 11 900 barriles de petróleo crudo al océano, liberando aproximadamente 2100 toneladas del combustible al entorno marino, muy por encima de las 700 toneladas establecidas como el límite para ser clasificado como un gran derrame según la Federación internacional de propietarios petroleros contra la contaminación (International Tanker Owners Pollution Federation Limited) (ITOPF). RESPONSABLES El capitán indica que, si bien la rotura del amarre se dio por un oleaje anómalo, Repsol cometió muchísimas faltas que están registradas en una serie de cartas de protesta. La responsabilidad de la empresa por la magnitud del desastre es indiscutible. Primero, porque la Marina de Guerra no fue alertada del derrame por Repsol, sino por el capitán del buque, quien indica en sus cartas de reclamos que reportó la contaminación de las amarras de las boyas y la demora en la llegada de los buzos para hacer una revisión submarina. Pisani también asegura que las barreras de contención no fueron las suficientes. Además, cuando Repsol finalmente comunica el derrame al Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), manifiesta un “derrame limitado” de 0,16 barriles de crudo (unos 25 litros) en un espacio de apenas 2,5 metros cuadrados. Además, según la OEFA, Repsol no sólo había dado información inexacta, sino que además no contaba con un plan de contingencia para este tipo de emergencias. DESASTRE ECOLÓGICO - DERRAME DE PETRÓLEO EN EL MAR PERUANO 2022 Por si fuera poco, la empresa también informó que su sistema HEADS, herramienta capaz de detectar fugas de hidrocarburos en el mar de forma automática con un tiempo de respuesta inferior a 2 minutos, había fallado. Esto sin sumar que al pasar las semanas Repsol siguió mintiendo sobre la cantidad de barriles derramados, aceptando primero 6000 y finalmente 10 400 barriles. IMPACTO AMBIENTAL, ECONÓMICO Y SOCIAL La zona afectada compromete diversas playas y dos áreas protegidas: la Reserva Nacional Sistema de Islas, Islotes y Puntas Guaneras y la Zona Reservada Ancón, áreas de gran biodiversidad e importancia económica para los locales. La corriente de Humboldt es la que le otorga gran riqueza al mar peruano, presentando las características ideales para el desarrollo de una variedad de especies de flora y fauna, entre las cuales encontramos importantes especies como las aves guaneras, peces de importancia económica y especies endémicas y en peligro de extinción. El petróleo crudo presenta una densidad de 0.835 g/mL, mientras que el agua de mar presenta una densidad de 1.025 g/ml. Esto, combinado con la hidrofobicidad del crudo, hace que el mismo al entrar en contacto con el agua, flote formando una película en la superficie. Esta película impide la entrada de la luz, provocando que las algas y microorganismos no puedan realizar fotosíntesis y por ende, mueran, afectando principalmente a los peces y organismos filtradores, quienes son alimento de aves y mamíferos marinos, llegando a afectar así a todas los niveles de la cadena trófica. En la superficie, el petróleo se evapora y libera sustancias tóxicas a la atmósfera perjudicando a la fauna, flora marina y poblaciones cercanas. Asimismo, algunas partículas se dispersan hacia el fondo del mar por un proceso de emulsión, se sedimentan y degradan volviendo así tóxica el agua para los organismos acuáticos y contaminando el fondo marino, afectando puntualmente a la fauna abisal. Hasta el jueves 3 de marzo, se registró la muerte de 461 animales, entre rescatados y encontrados. Según un reporte realizado por el Serfor, el grupo de vertebrados más afectado fue las aves, particularmente las especies: cormorán guanay (Phalacrocorax bougainvillii), cormorán (Phalacrocorax brasilianus), cormorán chuita (Phalacrocorax gaimardi), pingüinos de Humboldt (Spheniscus humboldti), piqueros (Sula variegata), gaviotas (Larus belcheri), zarcillo (Larosterna inca) y playerito (Calidris sp.). La irresponsabilidad de esta empresa y del Estado se puede abordar también desde una perspectiva económica. La principal actividad afectada es la pesca, pues las casi 893 hectáreas afectadas, entre la costa y la superficie marina, abarcan más de 20 playas y muchos puertos que se encuentran inhabilitados. Los pescadores de las zonas contaminadas tienen pérdidas de más de 100 soles diarios, pues no pueden exponerse a los gases volátiles, y aunque pudiesen ingresar al mar, todo lo que pesquen estará sucio, intoxicado o muerto antes de sacarlos del agua. Muchos de estos son el sustento económico de sus familias, especialmente los pescadores artesanales. Por otra parte, las actividades recreativas y turísticas de las playas y los distritos cercanos se han visto muy reducidas, incluso se han restringido por completo en algunas playas. Esto afecta considerablemente debido a la temporada, pues estos municipios y negocios aprovechaban la gran cantidad de visitantes para asegurar ingresos y ya habían destinado buena parte de su inversión hacia los bañistas. El Ministerio de Comercio Exterior y Turismo estimó alrededor de 52 millones de dólares de pérdidas solo en el mes de enero, y los principales negocios perjudicados son los establecimientos de comida, alojamiento, transporte y venta de artículos de baño. Estamos hablando de miles de puestos de trabajo perdidos o que tendrán una baja remuneración, miles de familias que ven reducidas las posibilidades de saciar sus necesidades básicas de comida, vivienda y también salud. Porque la inhalación de hidrocarburos no ocurre únicamente en el mar o en las playas, sino que se puede presentar también en ciudades aledañas, debido a que la temperatura del verano facilita la evaporación del petróleo, y la brisa marina lo transporta ligeramente hacia el Este. Es importante que los habitantes de los distritos costeros sean examinados para descartar o tratar posibles intoxicaciones, pero será difícil acceder por cuenta propia, sobre todo los sectores pobres. Ante la situación, muchas personas, organizaciones y algunas empresas mostraron su lado más empático con la naturaleza y las personas. Comenzaron campañas de recolección de comida, salud y apoyo económico para las familias afectadas, asumiendo una responsabilidad que no les corresponde, pero que deciden tomar como propia ante la nula respuesta de la empresa Repsol. SITUACIÓN ACTUAL - TRABAJOS DE RECUPERACIÓN DEL ÁREA CONTAMINADA Actualmente, ya ha pasado aproximadamente un mes y medio desde el derrame, sin embargo, la fauna y los pobladores de las zonas afectadas siguensufriendo las consecuencias. Lamentablemente, los primeros días tras el suceso, Repsol no tomó las medidas de contingencia necesarias, perdiendo tiempo clave para aminorar las consecuencias. Sin embargo, por la presión mediática y ciudadana, empezaron a tomar acciones más acordes a la magnitud del suceso y empezaron la limpieza de las playas afectadas. Al 11 de marzo, Repsol indica haber limpiado el 92% del mar y litoral afectado, así como también haber realizado más de 1400 tomas de muestras en mar y tierra para analizar el estado en el que se encuentran tras la limpieza. La OEFA está realizando supervisión constante a los trabajos realizados por la empresa española desde la fecha del suceso, por lo cual se identificó que si bien las acciones de Respol mejoraron con el paso del tiempo, aún seguían teniendo falencias importantes, como por ejemplo: No realizar la correcta identificación de zonas afectadas por el derrame, no realizar la correcta contención y recuperación del hidrocarburo y no realizar la limpieza de todas las playas; por lo cual la OEFA les impuso tres multas coercitivas que ascienden a 1 millón 380 mil soles, además de ya haber iniciado otros procesos legales frente a lo sucedido. En el último reporte realizado por la OEFA a la fecha, se reportó la presencia de hidrocarburos en playas de Chancay y Aucallama, sin embargo, también se encontró a personal encargado de la limpieza realizando sus labores. Asimismo, reportaron la realización de talleres informativos a las asociaciones de pescadores. COMENTARIOS FINALES El petróleo, que abarca hasta el momento 115 Km de playas, impactará duramente en la distribución y en la mortalidad de especies de la costa en esta región; la recuperación total de las zonas costeras y fondos marinos podría tardar varias décadas y hasta un siglo, así las tareas de limpieza culminen en unos pocos meses. La responsabilidad de Repsol se está determinando por la vía administrativa, penal y civil, por la afectación de áreas protegidas, la no implementación de medidas de alerta temprana y difusión a las poblaciones aledañas, el no adoptar las acciones de primera respuesta establecidas en la normativa o en el Plan de Contingencia, la indemnización a los pescadores afectados, entre otros. También es preciso comentar la difusión mediática dada a este derrame en Lima, considerando que es esta la difusión, preocupación generalizada y la concentración de esfuerzos que esperan las comunidades de la Selva para responsabilizar los derrames de petróleo que existen con mucha más frecuencia en esta parte del país. Solo en el periodo entre 2000 y 2019 se reportaron 470 derrames en la selva, dañando la salud de las personas, su economía y acabando con la biodiversidad. No dejemos pasar por alto sucesos como este, sea donde sea que sucedan, siempre mantengámonos vigilantes, informémonos sobre el manejo de las empresas de las que consumimos y estemos siempre dispuestos a ser la voz de la naturaleza.
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