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• La supresión del pensamiento: La supresión de los pensamientos, un ejemplo de despliegue atencional, consiste en esforzarse para redirigir nuestra atención de unos pensamientos específicos e imágenes mentales hacia otros contenidos para así modificar nuestro estado emocional. Aunque la supresión de pensamientos puede aportar un alivio temporal de pensamientos no deseados, paradójicamente esto puede acabar incitando la producción de incluso más pensamientos incómodos. Esta estrategia generalmente es considerada inadaptativa, estando más asociada con el desorden obsesivo-compulsivo. Estrategia 3. Despliegue atencional
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