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Sistemas Funcionais do Corpo Humano

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•Los sistemas funcionales
•El sistema musculosquelético
•El sistema circulatorio
•El sistema endocrino
•El sistema linfático
•El sistema nervioso
•El aparato digestivo
•El aparato respiratorio
•El aparato reproductor
•El aparato urinario
•Los sentidos
•La piel
ANATOMÍAANATOMÍA
Portadillas. Autod. 10/31/07 6:28 PM Page 9
LOS SISTEMAS 
FUNCIONALES
Células y tejidos
El cuerpo humano es la estructura
más compleja de la naturaleza. La
unidad fundamental que forma el
cuerpo humano es la célula. La agru-
pación de varias células del mismo
tipo constituye un tejido. En el cuer-
po humano existen seis tipos de te-
jidos:
Tejido de revestimiento. Forma la
piel y las mucosas, o revestimiento in-
terno de la boca y de los diversos ór-
ganos huecos del cuerpo humano (es-
tómago, intestino, etc.).
Tejido conjuntivo. Une los múscu-
los, forma las cápsulas de las articu-
laciones, mantiene a los órganos en su
lugar y se encuentra debajo de la piel,
proporcionándole consistencia.
La sangre. Se encarga de transpor-
tar las sustancias necesarias para la
vida a todos los puntos del organismo.
Los tejidos son agrupaciones de células encargadas de una misma función para la que se hallan organizadas. En la imagen aparecen
microfotografías de los principales tipos de tejidos humanos.
Fotografías de cabecera: lámina de Anatomicae institutiones corporis humani (1611), de Caspard Berthelsen Bartholin (izq.), y exploración craneal mediante
resonancia magnética (der.).
Tejido adiposo. Tejido nervioso.
Tejido epitelial. Tejido del músculo cardíaco.
01. Sist.Funcio. (95a96•2) 10/24/07 12:32 PM Page 95
Tejido muscular. Forma los múscu-
los, que sirven al cuerpo de sostén y
le permiten sus movimientos y tam-
bién forma parte de casi todos los ór-
ganos del cuerpo humano.
Tejido nervioso. Formado por célu-
las de gran excitabilidad y conducti-
vidad. Se diferencia de todos los de-
más en su incapacidad para regene-
rarse cuando ha resultado dañado.
Tejido glandular. Tejido del que es-
tán formadas las glándulas del orga-
nismo.
Órganos y sistemas
La organización de los diferentes teji-
dos para llevar a cabo una función
constituye lo que se llama un órgano.
Ejemplos de órganos son el corazón,
el riñón, el ojo y otros muchos.
Finalmente, al conjunto de órganos
que trabajan de forma conjunta para
realizar una función se le denomina
sistema. La actuación coordinada de
todos estos sistemas forma el cuerpo
humano. En términos generales, se
puede considerar que existen ocho
sistemas funcionales o aparatos:
Sistema musculosquelético. El es-
queleto está formado por huesos y es
el armazón que sostiene al cuerpo hu-
mano. El esqueleto humano está for-
mado por 200 huesos, unidos entre sí
por las articulaciones, que permiten
su movimiento. Los músculos, que en
un ser humano son algo más de 600,
son los que impulsan a los huesos
para que se muevan. Además de los
músculos de las extremidades, que
son los más conocidos, existen otros
músculos para mover todas las par-
tes del cuerpo, desde los párpados
hasta la punta del pie.
Sistema circulatorio. Está formado
por el corazón y los vasos sanguí-
neos que transportan la sangre a to-
dos los tejidos. La sangre es la encar-
gada de llevar el oxígeno y las sustan-
cias nutritivas a las células de todos
los tejidos del cuerpo.
Sistema endocrino. Está formado
por una serie de órganos (tiroides, su-
prarrenales, hipófisis) que producen
unas sustancias llamadas hormonas,
imprescindibles para el correcto fun-
cionamiento del organismo.
Sistema linfático. Está formado
por los vasos linfáticos, los ganglios
linfáticos y algunos órganos linfáti-
cos, como el bazo. Por los vasos linfá-
ticos circula el líquido linfático o lin-
fa, que es el encargado de transportar
los alimentos a la linfa, que no pasa
directamente de la sangre. Los gan-
glios y órganos linfáticos también son
los encargados de producir las célu-
las que intervienen en la defensa del
organismo frente a las infecciones o
inmunidad.
Sistema nervioso. Es el encargado
de enviar las señales o impulsos a los
músculos para que se muevan o rea-
licen su función. Está formado por el
cerebro y gran cantidad de nervios
que llegan a todas las zonas del orga-
nismo. El cerebro es el encargado de
decidir qué parte del cuerpo se desea
mover y coordina también el funcio-
namiento de los restantes órganos,
que no se realiza de una forma cons-
ciente.
Aparato digestivo. Sirve para pro-
porcionar al organismo la energía que
necesita para llevar a cabo los movi-
mientos y funciones orgánicas. Esta
energía se obtiene de los alimentos,
que el aparato digestivo se encarga de
hacer asimilables para el organismo.
Aparato respiratorio. Está forma-
do por los pulmones y las vías por las
que circula el aire hasta ellos (fosas
nasales y boca, laringe, tráquea y
bronquios y sus ramificaciones). La
misión del sistema respiratorio es lle-
var el oxígeno del aire hasta los pul-
mones durante la inspiración. El oxí-
geno es esencial para utilizar la ener-
gía procedente de los alimentos.
Mediante el sistema respiratorio se
elimina el anhídrido carbónico, que
es el gas residual del proceso respira-
torio y que se expulsa durante la es-
piración. Las necesidades de oxígeno
varían según el esfuerzo que se reali-
za, de ahí que al correr o al realizar
grandes esfuerzos se respire más de-
prisa para captar más oxígeno.
Aparato genitourinario. Formado
por el aparato reproductor masculino
o femenino, según el caso, y por el
aparato urinario. El objetivo del apa-
rato reproductor es la formación de
un ser vivo nuevo semejante a los pro-
genitores a partir de una célula mas-
culina y otra femenina. El aparato uri-
nario está formado por los riñones, los
uréteres, la vejiga y la uretra. Su prin-
cipal función es la eliminación del
agua, minerales y productos de dese-
cho que el organismo no necesita.
96 ANATOMÍA __________________________________________________________________________________________________
_
Preguntas de repaso
1. ¿Cuáles son los tejidos funda-
mentales del cuerpo humano?
2. ¿En qué consiste el sistema en-
docrino?
Todos los sistemas funcionales
actúan de forma coordinada
para conseguir el correcto fun-
cionamiento del cuerpo huma-
no. Cuando alguno falla aparece
la enfermedad. Por lo general, to-
dos los tejidos tienen capacidad
para regenerarse cuando han su-
frido una alteración que ha des-
truido algunas de sus células,
con la excepción del tejido ner-
vioso y del muscular. Las células
nerviosas o neuronas no pueden
multiplicarse, de modo que si se
destruyen no pueden ser reem-
plazadas por otras. Las células
musculares tampoco pueden re-
generarse, aunque sí pueden
aumentar de tamaño y, en con-
secuencia, hacer que los múscu-
los estén más o menos desarro-
llados.
La
coordinación
de los sistemas
01. Sist.Funcio. (95a96•2) 10/24/07 12:32 PM Page 96
l sistema musculosquelético es
el conjunto de huesos, ligamen-
tos, cartílagos y músculos que forman
el armazón del cuerpo humano. Los
huesos, ligamentos y cartílagos sostie-
nen al cuerpo y los músculos le per-
miten realizar los movimientos.
El esqueleto
Se denomina esqueleto al conjunto de
huesos del organismo humano. El nú-
mero de huesos del cuerpo es de dos-
cientos, sin contar los del oído. Los
huesos constan de dos partes:
– Sustancia ósea. Es la parte más
dura del hueso y la que le da forma.
Está recubierta por el periostio, que
es un tejido por el que transcurren
los vasos sanguíneos que nutren al
hueso. Hay dos tipos de sustancia
ósea:
E
EL SISTEMA 
MUSCULOS-
QUELÉTICO
Cráneo
Clavícula
Húmero
Fémur
Peroné
Tibia
Radio
Cúbito
Columna
vertebral
Vista anterior y posterior del esqueleto humano y de los principales huesos que lo conforman.
Fotografías de cabecera: lámina de Anatomicae institutiones corporis humani (1611), de Caspard Berthelsen Bartholin (izq.), y exploración craneal mediante
resonancia magnética (der.).
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• Sustancia compacta, o parte dura
que forma ladiáfisis o parte central
de los huesos largos.
• Sustancia esponjosa, integrada
por delgadas columnas y placas, que
forma los huesos del cráneo y los ex-
tremos o epífisis de los huesos largos.
– Médula ósea, contenida en el in-
terior del hueso compacto y en los es-
pacios intermedios de la sustancia es-
ponjosa. Es en la médula ósea donde
se forman las células que terminarán
dando lugar a las células de la sangre
(hematíes, leucocitos y plaquetas).
Existen dos tipos de médula ósea: la
roja y la amarilla. En los niños, toda
la médula ósea es roja, mientras que
en el adulto se va convirtiendo en mé-
dula amarilla, exceptuando los hue-
sos del cráneo y del tronco, que con-
tienen médula roja durante toda la
vida. La coloración amarilla de la mé-
dula se debe a la aparición de una
cantidad de grasa progresivamente
mayor.
En la sustancia compacta se loca-
lizan unos conductos finos que re-
ciben el nombre de conductos de Ha-
vers, por los que transcurren vasos
sanguíneos, aunque también es
posible encontrar algo de tejido me-
dular. Estos conductos están comuni-
cados por otros más pequeños y ter-
minan abriéndose a las superficies
interna y externa del hueso y a
los conductos nutricios, que son unos
conductos que recorren todo el hue-
so (sólo se encuentran en los huesos
largos) y que van desde el agujero nu-
tricio hasta desembocar en la médula
ósea. Cada conducto nutricio contie-
ne un vaso sanguíneo nutricio, que
sirve para irrigar la médula.
El cráneo y la cara
El cráneo es una estructura que cons-
tituye la parte superior y posterior del
esqueleto de la cabeza. Dentro de él
se alojan el cerebelo, el cerebro, la pro-
tuberancia y otras estructuras nervio-
sas. La parte anterior e inferior la
constituyen los huesos de la cara, ca-
torce en total, que forman la porción
ósea de la nariz, los pómulos y la ca-
vidad oral.
Los huesos que componen el crá-
neo y la cara son los que figuran en
los recuadros de la página siguiente.
Columna vertebral
La columna vertebral constituye el
eje del cuerpo y se extiende desde la
base del cráneo hasta la parte más
baja del tronco. Está for-
mada por 33 o 34 huesos
llamados vértebras. Las
vértebras son unos hue-
sos que constan de las si-
guientes partes:
– Cuerpo, o parte más ancha.
– Arco vertebral, de forma aplana-
da y consistencia menos dura.
– Agujero vertebral, formado por la
unión del cuerpo y el arco verte-
brales.
La superposición de todos los
cuerpos vertebrales, y por consi-
guiente de todos los agujeros, per-
mite la formación de un conducto,
el vertebral o raquídeo, en el que se
aloja la médula espinal. Según la re-
gión en que se encuentren, las vér-
tebras reciben el nombre de cervica-
les, dorsales, lumbares, sacras y coc-
cígeas.
Vértebras cervicales. Se denomi-
nan así las siete primeras vértebras de
la columna vertebral, que se encuen-
tran en el cuello. La primera y segun-
da vértebras cervicales tienen una
forma algo diferente de las demás y
reciben el nombre de atlas, la prime-
ra, y axis, la segunda.
Todas las vértebras tienen una pro-
longación hacia atrás que se conoce
con la denominación de apófisis espi-
nosa. En la séptima vértebra cervical,
esta apófisis es especialmente grande
y puede palparse perfectamente al
pasar la mano por encima de la co-
lumna.
Vértebras torácicas o dorsales. Las
doce vértebras dorsales tienen la ca-
racterística específica de poseer una
superficie para articularse con las cos-
tillas.
Vértebras lumbares. Son cinco y se
encuentran a continuación de las dor-
98 ANATOMÍA __________________________________________________________________________________________________
Epífisis
Metáfisis
Diáfisis
A
B
Vaso
sanguíneo
Hueso 
esponjoso
Hueso compacto
Laminillas concéntricas del hueso
El dibujo muestra los
elementos constitutivos de
un hueso largo (A) y la
estructura microscópica del
mismo (B).
Las técnicas radiológicas permiten
determinar de inmediato cualquier
lesión o traumatismo en el tejido
óseo. En la imagen, singular
radiografía de la columna vertebral
con una bala alojada entre dos
vértebras.
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sales. Su tamaño es mayor que el de
las cervicales y las dorsales.
Vértebras sacras. Su número es va-
riable, por lo general son cinco, y a ve-
ces pueden ser seis y en raras ocasio-
nes cuatro. En el niño y el joven, estas
vértebras están separadas, pero al lle-
gar a la edad adulta se fusionan y for-
man un solo hueso, el sacro.
Cóccix. Es un pequeño hueso de
forma triangular, que se localiza en el
extremo inferior de la columna verte-
bral, por debajo del sacro.
El tórax
El tórax o caja torácica es una estruc-
tura ósea que se encuentra entre el
cuello y el abdomen. Alberga dentro
de ella órganos tan importantes como
el corazón y los pulmones, a los que
protege. Está constituido por las cos-
tillas y el esternón.
Costillas. Las doce costillas nacen
de las vértebras dorsales. Tienen for-
ma de tallos finos y hacen una curva
para doblarse hacia delante. Las siete
primeras se articulan con el esternón
y reciben el nombre de costillas ver-
daderas. Las cuatro siguientes no se
articulan directamente con el ester-
nón, sino que cada una se une a la in-
mediatamente superior, y reciben el
nombre de costillas falsas. Por último,
las dos últimas costillas acaban libre-
mente entre los músculos, son más
cortas que las demás y reciben el
nombre de costillas flotantes.
Cada costilla termina en una zona
no ósea llamada cartílago costal, que
es el que realmente se articula con el
esternón.
Esternón. Hueso impar, plano, con
forma alargada, que se encuentra en
la línea media de la pared anterior del
tórax. Este hueso tiene tres porciones:
manubrio, cuerpo y apéndice xifoi-
des. En las partes laterales del ester-
nón se localizan las superficies arti-
culares para las costillas.
Las vértebras dorsales, las costillas
y el esternón forman la jaula torácica,
que delimita la cavidad torácica.
Las extremidades superiores
En las extremidades superiores pue-
den distinguirse el cinturón escapu-
lar, formado por las dos escápulas y
las dos clavículas, y el miembro supe-
rior propiamente dicho.
Escápula u omóplato. Hueso par,
plano, con forma triangular, situado
en la parte posterior del tórax y que
se apoya sobre la pared posterior de
la caja torácica, ocupando el espacio
entre la segunda o tercera y séptima
u octava costillas. Se articula con la
clavícula y el húmero y tiene gran
movilidad.
Clavícula. Hueso par, alargado,
con forma de S, aunque de escasa lon-
gitud. Se articula por un lado con el
esternón y por otro con la escápula.
La cara anterior del hueso está situa-
da por debajo de la piel, por lo que
puede palparse perfectamente desde
el exterior.
Húmero. Hueso par, largo, que se
articula por arriba con la escápula y
por abajo con los huesos del antebra-
zo. Como todos los huesos largos, el
húmero consta de dos partes, la zona
central larga o diáfisis y los extremos
o epífisis. El extremo superior, más
próximo al hombro, está formado por
un ensanchamiento en el que se loca-
____________________________________________________________________________________ El sistema musculosquelético 99
Cornete nasal inferior. Hueso par que forma la parte inferior de la pared externa de la cavidad nasal en ambos lados.
Lagrimal o unguis. Hueso par, muy pequeño, situado en la parte anterior de la pared interna de la cavidad orbitaria.
Nasal. Hueso par que integra la raíz nasal y la parte superior del dorso de la nariz.
Vómer. Hueso impar que forma la parte posterior del tabique nasal que separa ambas fosas nasales.
Maxilar superior. Hueso par que forma el suelo de la cavidad orbitaria, parte del tabique que separa las cavidades nasal y
bucal (paladar óseo) y parte de la pared externa de las fosas nasales, y que contiene unas cavidades llamadas alveolos,
donde se asientan los dientes.
Palatino. Hueso par que forma parte de la pared lateral de las fosas nasales y del paladar óseo.
Cigomático o pómulo. Hueso par que forma las paredes externae inferior de la cavidad orbitaria.
Maxilar inferior. Hueso impar que forma la parte inferior del esqueleto de la cara y en él se asientan los dientes inferiores.
Hioides. Hueso impar que se encuentra entre los músculos del cuello y no tiene contacto directo con ningún otro hueso.
Huesos de la cara
Occipital. Hueso impar que forma la parte posterior de la cabeza o nuca.
Esfenoides. Hueso impar situado en la parte media de la base del cráneo.
Temporal. Hueso par situado entre el occipital y el esfenoides. Contribuye a formar la base y la pared lateral del cráneo.
Frontal. Hueso impar que forma la parte anterior del cráneo, así como la frente, la región orbitaria y la región nasal.
Parietal. Hueso par que ayuda a formar la parte superior y lateral del cráneo.
Etmoides. Hueso impar que interviene en la formación de la cavidad nasal y de la orbitaria.
Huesos del cráneo
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liza la cabeza, que tiene una forma se-
miesférica. La cabeza del húmero se
articula con la escápula y permite una
amplia gama de movimientos. En el
extremo inferior del hueso se encuen-
tran dos prominencias en las que se
fijan los ligamentos y cartílagos que
forman la articulación del codo. Este
extremo se articula con los huesos del
antebrazo, cúbito y radio.
Cúbito. Forma junto con el radio
los huesos del antebrazo. Es un hue-
so par, largo y más grueso en su ex-
tremo superior que en el inferior.
Consta de diáfisis o cuerpo y epífisis
o extremidades superior e inferior.
Se localiza en la parte interna del
brazo. Se articula por la parte supe-
rior con el húmero y por la parte in-
ferior con los huesos del carpo. A su
vez, el cúbito y el radio se articulan
entre sí, tanto en el extremo superior
como en el inferior, lo que permite
movimientos de rotación.
Radio. Hueso par, largo, que ocu-
pa la parte externa del brazo. Consta
de cuerpo o diáfisis y de extremida-
des o epífisis superior o cabeza del ra-
dio e inferior. Con el brazo colgando
en reposo, el cúbito y el radio se si-
túan en paralelo. El radio es más an-
cho en su extremo inferior que en el
superior. En este último se articula
con el húmero y en su extremo infe-
rior forma parte de la articulación de
la muñeca, articulándose con los hue-
sos escafoides y semilunar. Tiene mo-
vimientos de rotación alrededor del
cúbito.
Huesos del carpo. Son ocho huesos
dispuestos en dos filas de cuatro hue-
sos cada una. La fila superior está for-
mada por los huesos escafoides, se-
milunar, piramidal y pisiforme; la fila
inferior la forman los huesos trapecio,
trapezoide, grande y ganchoso. En la
fila superior, los huesos escafoides y
parte externa del semilunar se articu-
lan con el radio, mientras que la par-
te interna del semilunar y el pirami-
dal no se articulan directamente con
el cúbito, sino que lo hacen con un li-
gamento triangular que se interpone
entre ellos. El pisiforme sólo lo hace
con el piramidal. La segunda fila de
los huesos del carpo se articula con los
cinco metacarpianos.
Metacarpianos. Son cinco huesos
largos, y aunque son de pequeño ta-
maño, constan de cuerpo o diáfisis y
extremos o epífisis. Se articulan con
la cara inferior de los huesos de la se-
gunda fila del carpo por un lado, y
con las falanges por el otro.
Falanges digitales. Las falanges
son huesos largos, de pequeño tama-
ño, aunque también constan de diáfi-
sis o cuerpo y dos extremidades o epí-
fisis. En el pulgar existen dos falan-
ges, mientras que en el resto de los
dedos su número es de tres, recibien-
do el nombre de primera, segunda y
tercera falange.
Las extremidades inferiores
Los huesos de las extremidades infe-
riores son los dos coxales, que forman
el cinturón pelviano, y los huesos de
la extremidad inferior propiamente
dicha, es decir, de la pierna.
Hueso coxal. Hueso par que junto
al del otro lado, el sacro y el cóccix (en
la línea media) forman la pelvis. Ésta
es un anillo óseo, muy reforzado, so-
bre el que descansa la columna verte-
bral. A los lados se articula con el
fémur.
Cada hueso coxal está formado por
tres fragmentos de hueso que hasta la
pubertad están unidos por cartílago
y que al llegar a ella se osifican y for-
man un solo hueso. Estos tres huesos
son el ilion, el isquion y el pubis. En
la parte externa del coxal existe una
gran fosa, que recibe el nombre de
acetábulo, y en la que se articula el
fémur.
Las pelvis masculina y femenina
presentan diferencias importantes, en
cuanto que la femenina es más ancha
y está preparada para el desarrollo
del feto y para su salida al exterior du-
rante el parto.
Fémur. Hueso par, es el más largo
del cuerpo y forma el esqueleto del
muslo. Como todos los huesos largos,
se divide en diáfisis y dos extremida-
des o epífisis. En la extremidad supe-
rior se encuentra la cabeza femoral,
unida al resto por el cuello del fémur.
La cabeza tiene forma esférica y se ar-
ticula con el hueso coxal en el acetá-
bulo.
La extremidad inferior del fémur
está formada por dos grandes promi-
nencias llamadas cóndilos, que se ar-
ticulan con la tibia. En la parte ante-
rior presenta una superficie lisa, don-
de se sitúa la rótula en los movimien-
tos de extensión y flexión ligera de la
rodilla.
Rótula. Hueso impar, pequeño,
con forma redondeada, situado de-
lante de la extremidad inferior del fé-
mur. Forma parte del tendón termi-
nal del músculo cuádriceps femoral.
Tibia. Hueso par, largo y grueso,
muy resistente. Se encuentra situado
en la zona interna de la pierna. Se ar-
ticula en su extremidad superior con
el fémur, para lo cual presenta dos ca-
ras articulares, llamadas cavidades
glenoideas, que se articulan con los
cóndilos femorales. En la cara lateral
externa de la extremidad superior, la
tibia se articula con el peroné.
En su extremo inferior, la tibia se ar-
ticula con el peroné por la parte late-
ral externa. En su cara lateral externa
presenta una prominencia, conocida
como maléolo tibial y que se aprecia
fácilmente desde el exterior. Por su
cara inferior se articula con el astrá-
galo.
Peroné. Hueso par, largo, delgado,
situado en la parte externa de la pier-
na. En su extremidad superior se ar-
ticula con la tibia y en la inferior lo
hace también con la tibia y con el tar-
so. La extremidad inferior del peroné
constituye el maléolo peroneo o ex-
terno; en su cara interna se articula
con la tibia y con el astrágalo.
Tarso. Está constituido por siete
huesos:
– Astrágalo, cuya cara superior se
articula con la tibia y el peroné, la cara
inferior con el calcáneo y su cabeza
con el escafoides.
– Calcáneo, situado debajo del as-
trágalo, se articula con este último a
través de la cara superior. La cara pos-
terior sirve de inserción al tendón de
Aquiles. Por su cara anterior se arti-
cula con el cuboides.
– Escafoides, situado por delante
del astrágalo, se articula por su cara
posterior con el astrágalo, por la an-
terior con los tres huesos cuneiformes
y por su parte externa lo hace con el
cuboides.
– Cuboides, que se encuentra por
delante del calcáneo, en el lado exter-
no del tarso. Se articula en su cara
posterior con el calcáneo, en la ante-
100 ANATOMÍA __________________________________________________________________________________________________
02. Sist.MuscEsque. (97a107•11) 10/24/07 12:37 PM Page 100
rior con los metatarsianos y en la in-
terna con el tercer cuneiforme y a ve-
ces con el escafoides.
– Tres huesos cuneiformes, situa-
dos delante del escafoides, en la par-
te más interna del pie. Por su cara
posterior se articulan con el escafoi-
des y por la anterior con los metatar-
sianos. El tercer cuneiforme se articu-
la con el cuboides. Los tres primeros
están superpuestos, no en fila, por lo
que la tibia y el peroné sólo se articu-
lan con el astrágalo. Los otros cuatro,
el cuboides y los tres cuneiformes, es-
tán situados uno junto a otro y en la
parte más anterior del pie.
Metatarsianos. Son cinco huesos
largos, de pequeño tamaño. Se articu-
lan por su cara posterior con los hue-
sos del tarso y con las falanges por la
anterior.Falanges. Son iguales a las de la
mano en cuanto a número y situación.
La única diferencia es que son algo
más cortas.
Articulaciones
Son los elementos que contribuyen a
la unión de los huesos y que permi-
ten su movimiento. Existen varios ti-
pos de articulaciones, que posibilitan
diversos grados de movimiento.
Sinartrosis. Se denomina así a las
articulaciones fibrosas que no permi-
ten ningún movimiento, es decir, que
son fijas. Las articulaciones de este
tipo más características son las que
existen entre los huesos del cráneo,
también llamadas suturas.
Anfiartrosis. Se refiere a las articu-
laciones cartilaginosas o semimóvi-
les, que sólo permiten movimientos
limitados de los huesos que unen. Ar-
ticulaciones de este tipo son los dis-
cos intervertebrales de la columna
vertebral, la de la sínfisis del pubis, la
sacroilíaca y la esternal superior.
Diartrosis. Se denominan así las ar-
ticulaciones móviles, que pueden ser
de varios tipos:
– Planas o artrodias. Corresponden
a este tipo las que existen entre el atlas
y el axis, las costovertebrales latera-
les, las condroesternales, la acromio-
clavicular, las carpianas, carpometa-
carpianas e intermetacarpianas, las
peroneotibiales
superior e infe-
rior, la astraga-
localcánea y las
metatarsianas e
intermetatarsianas.
– Trocoides. Son la atlantoodontoi-
dea y las radiocubitales proximal y
distal.
– Trócleas. La del codo, las interfa-
lángicas de la mano y del pie y la ti-
biotarsiana.
– Sellares. La esternocostoclavicu-
lar, la trapeciometacarpiana y la cal-
caneocuboidea.
– Condíleas. La occipitoatlantoi-
dea, la temporomandibular, la de la
muñeca, las metacarpofalángicas y
las metatarsofalángicas y la de la ro-
dilla (esta última es en realidad bicon-
dílea).
– Enartrosis o esfe-
roideas. Escapulohu-
meral y coxofemoral.
Los elementos que
constituyen las arti-
culaciones diartrósi-
cas son los siguien-
tes:
– La cápsula articu-
lar, de tejido fibroso,
poco elástico, que une
ambos huesos y man-
tiene la articulación en
su sitio.
– El cartílago articular, que es un
tejido que recubre los extremos de
los huesos y que impide que éstos
se rocen o dañen durante el movi-
miento.
– La membrana sinovial es la par-
te interna de la cápsula y recubre
toda la superficie interna de la ar-
ticulación, excepto las zonas de ro-
zamiento.
– Los ligamentos, estructuras for-
madas por un tejido fuerte, que unen
los huesos entre sí y soportan las ten-
siones que se ejercen sobre las articu-
____________________________________________________________________________________ El sistema musculosquelético 101
Microfotografía de
osteocitos, o células
óseas.
Las articulaciones son los puntos
de unión entre los huesos y
permiten y facilitan el movimiento
de un hueso respecto al otro. En la
imagen, ilustración que muestra 
la estructura de la articulación 
de la rodilla.
Vaso 
sanguíneo
Nervio
Hueso
Cavidad
articular
Cápsula
articular
Cartílago 
articular
02. Sist.MuscEsque. (97a107•11) 10/24/07 12:37 PM Page 101
laciones sin deformarse. Los liga-
mentos refuerzan las articulaciones.
Los movimientos que permiten las
diartrosis en general son los de fle-
xión, extensión, aducción o aproxi-
mación, abducción o separación, des-
lizamiento y rotación.
Los músculos
Como encargados de hacer que una
articulación se mueva, los músculos
son los responsables del movimiento
del cuerpo humano.
El tejido muscular es peculiar, ya
que tiene la propiedad de acortarse
para tirar del hueso y hacer que se
mueva. Para realizar el movimiento
contrario, el músculo acortado se re-
laja y vuelve a su estado inicial, sien-
do el músculo encargado de la fun-
ción contraria el que se contraerá para
colocar de nuevo a ese hueso en la
postura inicial. El punto en el que los
músculos se unen al hueso recibe el
nombre de inserción. Por lo general,
los músculos no se insertan directa-
mente en el hueso, sino que lo hacen
a través de los tendones.
La unidad que integra el tejido
muscular es la fibra muscular. Cada
fibra muscular está compuesta por
numerosas miofibrillas, formadas a
su vez por unas proteínas llamadas
actina y miosina, que son las que pro-
vocan la contracción del músculo.
Existen dos tipos de fibras:
– Fibra muscular lisa, que es la que
forma las capas musculares de los ór-
ganos internos, y sus movimientos
son involuntarios. Ejemplo de esta
musculatura es la del estómago y la
del intestino, entre otros.
– Fibra muscular estriada, que es la
que forma los músculos esqueléti-
cos que llevan a cabo los movimien-
tos voluntarios, es decir, se mueve
una pierna o la mano o un brazo si se
desea hacerlo.
La única excepción es el corazón,
que está formado por músculo esque-
lético, pero cuyos movimientos no
son voluntarios.
Según la forma, existen varias cla-
ses de músculos esqueléticos:
– Largos, en forma de huso y que se
unen a los huesos a través de los ten-
dones. Son típicos de las extremi-
dades.
102 ANATOMÍA __________________________________________________________________________________________________
Esternocleidomastoideo
Gastrocnemio 
o gemelos
Deltoides
Pectoral mayor
Recto del abdomen
Trapecio
Tríceps
braquial
Glúteo
mayor
Tendón 
de Aquiles
Flexores de
la muñeca y
los dedos
Bíceps
braquial
Extensores
de la
muñeca y
los dedos
Recto anterior
del muslo
Vista anterior y posterior del sistema muscular humano y de los principales músculos que lo conforman.
02. Sist.MuscEsque. (97a107•11) 10/24/07 12:37 PM Page 102
– Cortos, que se encuentran entre
huesos pequeños, por ejemplo los de
la columna vertebral.
– Esfínteres, en forma de anillo y
que suelen controlar el paso de algo.
Ejemplo de ellos es el esfínter anal o
el vesical.
– Orbiculares, que son músculos de
forma circular con un orificio en su in-
terior, como el de los ojos o el de los
labios.
Los músculos de la cabeza
Los músculos de la cabeza son muy
numerosos y variados en cuanto a
forma y disposición. Desempeñan
funciones tan diversas como la mas-
ticación, la gesticulación, y la apertu-
ra y cierre de los ojos y de la boca. En
el recuadro superior se recoge una re-
lación de los mismos y de sus diferen-
tes funciones específicas.
Los músculos del cuello
Los músculos del cuello son fuertes y
potentes y entre sus funciones están
la sujeción de la cabeza y el movi-
miento de la misma en sentidos late-
ral, transversal, de giro y de estira-
miento. En el primer recuadro de la
página 104 se especifican cuáles son
los principales músculos de esta par-
te del cuerpo y sus funciones.
____________________________________________________________________________________ El sistema musculosquelético 103
Frontal. Tira de las cejas y arruga la frente.
Occipital. Tira de la piel de la cabeza hacia atrás.
Piramidal. Tira de la piel que cubre la nariz hacia abajo.
Elevador superficial del ala de la nariz, elevador profundo y cigomático menor. Elevan el ala de la nariz y el surco nasolabial.
Orbicular de los párpados. Tira de las cejas hacia abajo y adentro, y de la piel de la mejilla hacia arriba y adentro, ensancha el
saco lagrimal y cierra los párpados.
Superciliar. Provoca un pliegue vertical en la piel junto a la raíz de la nariz.
Transverso de la nariz. Ensancha las partes blandas de la nariz.
Cigomático mayor. Tira de la comisura de la boca hacia arriba y afuera.
Canino. Desplaza la comisura labial hacia arriba y hacia dentro.
Risorio. Desplaza la comisura labial hacia fuera, provocando la aparición de la fosita mentoniana.
Triangular. Desplaza la comisura bucal hacia abajo, y junto al del otro lado hace descender el labio superior cerrando la boca.
Cuadrado de la barba. Desplaza el labio inferior abajo y afuera.
Orbicular de los labios. Estrecha la abertura de la boca y pone los labios en forma de hocico.
Borla del mentón. Levanta y arruga la piel del mentón.
Auricular anterior. Desplaza el pabellón auricular hacia delante.
Masetero. Eleva el maxilar inferior.
Temporal. Eleva el maxilar inferior y tira hacia atrás del cóndilo del maxilar.
Bucinador. Tira dela comisura bucal hacia fuera, cierra la abertura de la boca, y comprime los labios y las mejillas contra los
dientes.
Pterigoideo externo. Tira del maxilar inferior hacia delante.
Pterigoideo interno. Tira del maxilar inferior hacia arriba.
Epicraneano temporoparietal. Mueve el pabellón auricular.
Auricular posterior. Tira del pabellón del oído hacia atrás.
Transverso de la nuca. Conjunto de fibras que se extiende desde el occipital hasta el músculo auricular posterior.
Músculos de la cabeza
Músculo frontal
Orbicular de los labios
Risorio de Santorini
Orbicular de los
párpados
Triangular de los labios
Buccinador
(Vista lateral) (Vista anterior)
Orbicular de los
párpados
Transverso de la nariz
y mirtiforme
Elevador común del ala
de la nariz y el labio
superior
Elevador propio 
del labio superior
Vista lateral y anterior de los músculos de la cabeza.
02. Sist.MuscEsque. (97a107•11) 10/24/07 12:37 PM Page 103
Los músculos del tórax
Los músculos del tórax desempeñan
una función importante en el proceso
de la respiración, al actuar contrayen-
do y expandiendo la caja torácica, lo
que a su vez permite que los pulmones
se distiendan y tomen aire durante la
inspiración y les ayuda a expulsarlo
durante la espiración. Existen otros
además cuya función básica es de sos-
tén de la columna y otros, por último,
104 ANATOMÍA __________________________________________________________________________________________________
Pectoral mayor. Tira de la escápula hacia delante, desplaza el brazo hacia dentro y adelante, provoca la rotación del brazo
hacia dentro y el descenso desde la posición vertical; con el cinturón escapular fijo eleva las costillas, detalle importante
para la respiración artificial.
Pectoral menor. Gira la escápula hacia abajo y la hace girar, y con la escápula fija eleva las costillas tercera, cuarta y quinta.
Subclavio. Tira de la clavícula hacia abajo y hacia delante.
Serrato mayor. Tira de la escápula hacia delante y la hace girar.
Músculos intercostales externos. Se contraen durante la inspiración.
Músculos intercostales internos. Intervienen en la espiración y la inspiración.
Músculos subcostales. Se contraen durante la espiración.
Triangular del esternón. Tira de las costillas hacia abajo.
Diafragma. Al contraerse se desplaza hacia abajo, ampliando la cavidad torácica y permitiendo la expansión de los pulmo-
nes al respirar.
Trapecio. Eleva y aproxima el hombro y rota e inclina la cabeza.
Dorsal ancho o gran dorsal. Aproxima el brazo y lo rota hacia atrás, y cuando el brazo está en posición vertical provoca su
descenso.
Romboideo mayor y menor. Desplazan la escápula hacia dentro y arriba.
Angular del omóplato. Eleva y acerca la escápula, y con la escápula fija inclina la columna.
Serrato posterior superior. Eleva las costillas segunda, tercera, cuarta y quinta.
Serrato posterior inferior. Desplaza hacia abajo las cuatro últimas costillas.
Esplenio de la cabeza y del cuello. Hace girar la cabeza hacia el mismo lado que se contrae y hacia arriba, y extiende el cue-
llo y lo inclina lateralmente.
Dorsal largo e iliocostal. Forman la masa común de los músculos espinales y su función es sostener, extender, inclinar y gi-
rar la columna vertebral.
Espinoso o epiespinoso. Se fija en todas las apófisis espinosas de las vértebras, desde las lumbares hasta las cervicales; su
acción es extender la columna.
Músculo transversoespinoso, músculos transversocostales, interespinosos cervicales, intertransversos. Todos estos mús-
culos participan en el movimiento de la columna.
Músculos recto posterior mayor y menor de la cabeza, oblicuo mayor y oblicuo menor. Inclinan y rotan la cabeza.
Músculos del tórax
Cutáneo del cuello. Eleva la piel del cuello y desplaza la comisura bucal hacia abajo y afuera.
Esternocleidomastoideo. Permite la rotación de la cabeza hacia el lado opuesto si sólo se contrae el de un lado; si se contraen am-
bos a la vez y se mantiene fija la columna cervical, echa la cabeza hacia atrás; si se mantiene fija la cabeza, eleva la clavícula.
Digástrico del cuello. Junto al hueso hioides fijo hace descender el maxilar inferior, y con el maxilar inferior fijo desplaza el hioi-
des hacia arriba.
Estilohioideo, omohioideo y esternohioideo. Actúan sobre el hueso hioides.
Esternotiroideo. Tira hacia abajo del cartílago tiroides.
Tirohioideo. Acerca el hueso hioides y el cartílago tiroides.
Milohioideo. Eleva el hueso hioides y la lengua.
Genohioideo. Eleva el hueso hioides y el suelo de la boca.
Recto lateral de la cabeza. Inclina la cabeza hacia un lado.
Recto anterior menor de la cabeza. Inclina la cabeza hacia delante.
Recto anterior mayor de la cabeza. Flexiona la cabeza y las vértebras cervicales e inclina lateralmente la columna cervical.
Largo del cuello. Flexiona la columna cervical hacia delante y lateralmente.
Escaleno anterior. Junto a las vértebras cervicales fijas eleva la primera costilla y junto a la primera costilla fija flexiona e incli-
na lateralmente las vértebras cervicales; cuando actúa junto al del otro lado, sólo flexiona la columna cervical.
Escaleno medio. Junto a las vértebras cervicales fijas eleva la primera costilla y junto a la costilla fija inclina lateralmente la co-
lumna cervical.
Escaleno posterior. Tiene la misma función que el anterior, pero junto a la segunda costilla.
Músculos del cuello
02. Sist.MuscEsque. (97a107•11) 10/24/07 12:37 PM Page 104
____________________________________________________________________________________ El sistema musculosquelético 105
Deltoides. Eleva el brazo hacia fuera, hacia delante con un movimiento de rotación interna y hacia atrás con un
movimiento de rotación externa.
Subescapular. Es el responsable de la rotación interna del brazo y separación del brazo del cuerpo.
Redondo mayor. Desplaza el brazo hacia atrás y adentro.
Bíceps braquial. Levanta el brazo hacia delante y flexiona y supina el antebrazo.
Coracobraquial. Eleva el brazo hacia delante y lo separa.
Braquial anterior. Flexiona el antebrazo.
Supraespinoso. Eleva con fuerza el brazo hacia afuera (abducción), con ligera rotación externa.
Infraespinoso. Permite la rotación externa del brazo con ligero desplazamiento hacia delante.
Redondo menor. Es el responsable de la rotación externa y aproximación del brazo.
Tríceps braquial. Aproxima el brazo y extiende el antebrazo.
Supinador largo. Flexiona el antebrazo; con el brazo flexionado coloca la mano en pronación (con la palma hacia abajo) y
con el brazo extendido la coloca en supinación (con la palma hacia arriba).
Palmar menor. Pronador del antebrazo, flexiona la mano y también la primera falange de los cuatro últimos dedos.
Pronador redondo. Permite la flexión y pronación del antebrazo.
Palmar mayor. Es el responsable de la pronación del antebrazo y flexiona y aproxima la mano.
Cubital anterior. Flexiona y aproxima la mano.
Flexor común superficial de los dedos. Flexiona la mano, acercándola ligeramente, y flexiona la segunda y tercera falanges
de los cuatro últimos dedos.
Flexor común profundo de los dedos. Flexiona y acerca la mano, y flexiona las tres falanges de los cuatro últimos dedos.
Flexor largo del pulgar. Flexiona la mano y la acerca ligeramente al cuerpo, mueve el pulgar hacia delante y flexiona la
primera falange.
Pronador cuadrado. Mueve el antebrazo en pronación.
Supinador corto. Supina el antebrazo.
Primer radial externo. Flexiona el antebrazo; con el antebrazo en extensión es supinador y con el brazo en flexión es
pronador; extiende y separa la mano.
Segundo radial externo. Extiende la mano.
Extensor común de los dedos. Extiende la mano, extiende la primera falange de los cuatro últimos dedos y separa los
dedos.
Extensor propio del meñique. Extiende la primera falange del quinto dedo y lo separa del cuarto.
Ancóneo. Extiende el antebrazo.
Cubital posterior. Aproxima la mano.
Abductor largo del pulgar. Separa con fuerza la mano, separa el pulgar y lo lleva hacia detrás.
Extensor corto del pulgar. Realiza los mismos movimientos que el anterior,pero además extiende la primera falange del
pulgar.
Extensor largo del pulgar. Extiende y separa la mano, lleva al pulgar hacia atrás y extiende sus falanges.
Extensor propio del índice. Extiende el dedo índice y lo lleva hacia la parte cubital del brazo.
Finalmente, existe un gran número de músculos que mueven los dedos de las manos y que son los siguientes: palmar
cutáneo, abductor corto del pulgar, abductor del meñique, flexor corto del meñique, músculos lumbricales, oponente
del pulgar, flexor corto del pulgar, aductor del pulgar, oponente del meñique, interóseos palmares e interóseos dorsales.
Músculos de las extremidades superiores
Deltoides
Deltoides
(seccionado)
Pectoral
mayor
Vista anterior de los músculos del tórax.
02. Sist.MuscEsque. (97a107•11) 10/24/07 12:37 PM Page 105
106 ANATOMÍA __________________________________________________________________________________________________
Cuadrado lumbar. Desplaza la última costilla hacia abajo e inclina la columna lumbar hacia fuera y hacia atrás.
Iliopsoas. Está formado por el músculo psoas menor, que inclina lateralmente la columna lumbar; el músculo psoas ma-
yor, que inclina lateralmente la columna lumbar, flexiona el muslo con fuerza y con el muslo fijo flexiona la pelvis hacia
delante, y, finalmente, el músculo ilíaco, que flexiona el muslo y con éste fijo flexiona la pelvis y el tronco hacia delante.
Obturador interno. Rota el muslo hacia fuera; estando sentado lo separa y estando de pie lo aproxima.
Coccígeo. Junto con el elevador del ano, mantiene en posición las vísceras pélvicas.
Obturador externo. Provoca la rotación del muslo hacia fuera, lo flexiona y lo aproxima.
Piramidal. Permite que el muslo se separe, rote hacia fuera y se extienda.
Sartorio. Flexiona y aproxima el muslo con ligera rotación hacia fuera, y flexiona la pierna y provoca su rotación interna.
Pectíneo. Flexiona y acerca el muslo.
Recto interno. Aproxima y flexiona el muslo y flexiona la pierna.
Cuádriceps femoral. Está integrado por cuatro músculos: músculo recto anterior, que flexiona y separa el muslo y extiende
la pierna; músculo vasto externo, que extiende la pierna; músculo crural, y músculo vasto interno, que extiende la
pierna.
Aductor mediano. Aproxima y flexiona el muslo.
Aductor menor. Aproxima y flexiona el muslo con cierta rotación hacia fuera.
Aductor mayor. Aproxima y extiende el muslo.
Subcrural. Tensor de la sinovial de la rodilla.
Tensor de la fascia lata. Flexiona y separa el muslo con rotación interna.
Glúteo mayor. Extiende y aproxima el muslo con rotación externa; actuando los de ambos lados a la vez se comprimen las
nalgas.
Semitendinoso. Extiende y separa el muslo con rotación interna y flexiona la pierna también con rotación interna.
Semimembranoso. Igual acción que el anterior.
Glúteo mediano. Separa el muslo y provoca su flexión y rotación hacia dentro o su extensión y rotación hacia fuera.
Géminos superior e inferior. Rotación externa del muslo, de pie aproximan y extienden el muslo y sentado lo separan.
Glúteo menor. Separa el muslo y lo flexiona con rotación interna.
Cuadrado femoral. Permite la rotación externa potente del muslo.
Bíceps femoral. Extiende y aproxima el muslo con rotación externa y flexiona la pierna también con rotación externa.
Tibial anterior. Es el responsable de la flexión dorsal del pie.
Extensor común de los dedos. Permite la flexión dorsal del pie, con pronación (planta del pie hacia arriba) y separación del
mismo; extiende los cuatro últimos dedos.
Extensor propio del dedo gordo. Extiende el dedo gordo del pie, flexión dorsal con pronación y separación del pie.
Tríceps sural. Está integrado por los músculos gemelos y el músculo sóleo. Los tres acaban en un tendón común, el tendón
de Aquiles, que se inserta en el calcáneo.
Gastrocnemio o gemelos. Flexionan la pierna, flexión plantar del pie y supinación y aproximación del mismo.
Sóleo. Permiten la flexión plantar del pie y la supinación y aproximación del mismo.
Plantar delgado. Realiza la misma acción que los músculos gemelos.
Poplíteo. Es el responsable de la rotación interna de la pierna y desplaza el menisco de la rodilla hacia atrás.
Flexor largo común de los dedos. Permite la flexión plantar o extensión del pie y supinación y aproximación del mismo,
además de flexionar la última falange de los cuatro últimos dedos.
Flexor largo propio del dedo gordo. Es el responsable de la flexión plantar del pie, con supinación y aproximación del mis-
mo, y de la flexión de los tres primeros dedos.
Tibial posterior. Permite la flexión plantar, la supinación y la aproximación del pie.
Peroneo lateral largo. Es el responsable de la extensión del pie, con pronación y separación.
Peroneo lateral corto. Realiza la misma acción que el anterior.
Flexor corto plantar. Permite la flexión de la segunda falange de los cuatro últimos dedos.
Abductor del quinto dedo. Posibilita la flexión de la primera falange del quinto dedo y lo mueve hacia afuera.
Cuadrado carnoso de Silvio o accesorio del flexor largo. Flexiona la tercera falange de los cuatro últimos dedos.
Lumbricales. Flexionan la primera falange de los cuatro últimos dedos.
Flexor corto del dedo gordo. Permite la flexión del dedo gordo.
Aductor del dedo gordo. Flexiona y aproxima el dedo gordo.
Pedio. Posibilita la extensión de los cuatro primeros dedos con desplazamiento hacia fuera.
Interóseos dorsales y músculos interóseos plantares. Actúan extendiendo o flexionando los cuatro primeros dedos.
Flexor corto del quinto dedo y músculo oponente del quinto dedo. Mueven el quinto dedo del pie.
Abductor del dedo gordo. Permite la abducción de dicho dedo.
Músculos de las extremidades inferiores
02. Sist.MuscEsque. (97a107•11) 10/24/07 12:37 PM Page 106
que participan también en el movi-
miento de la cabeza (para más detalle,
v. segundo recuadro de pág. 104).
Los músculos del abdomen
Entre sus funciones están las de en-
volver y proteger las vísceras del ab-
domen, posibilitar el proceso de de-
fecación y facilitar algunos de los mo-
vimientos de la columna (v. primer
recuadro de esta página).
Los músculos de las
extremidades superiores
Estos músculos son los responsables
de la movilidad del brazo y del ante-
brazo. Unos actúan sobre las articula-
ciones del hombro, el codo o la muñe-
ca. Algunos posibilitan movimientos
amplios de extensión o de flexión.
Otros nos facultan para realizar mo-
vimientos tan delicados como dibujar
o escribir. En el recuadro de la página
105 se recoge una relación de los mis-
mos, con sus funciones diferenciales.
Los músculos de las
extremidades inferiores
Los músculos del muslo, de la pierna
y del pie son, ante todo, los responsa-
bles de la deambulación y del mante-
nimiento de la posición erecta. Son
muchos y variados y cada uno de
ellos desempeña una función especí-
fica (la movilidad de la cadera, de la
rodilla o del talón; movimientos de
extensión y de flexión; movilidad
de los dedos del pie, etc.), como figu-
ra en la amplia relación recogida en el
recuadro de la página 106.
____________________________________________________________________________________ El sistema musculosquelético 107
Existen numerosos trastornos que pueden afectar a los huesos, articulaciones y músculos, si bien el más frecuente y conocido es
la artrosis. Se trata de una enfermedad producida por la desaparición de los cartílagos articulares que recubren las articulacio-
nes, tras lo cual el roce continuo de las superficies óseas entre sí provoca su destrucción. Generalmente se trata de un trastorno
propio del envejecimiento y, aunque no pone en peligro la vida, provoca dolor y en ocasiones obliga incluso a sustituir algunas
articulaciones por prótesis artificiales. Las articulaciones que se afectan con mayor frecuencia son las de la cadera y la de la ro-
dilla.
Otra afectación relativamente frecuente es la artritis, un proceso inflamatorio de varias articulaciones que suele afectar a las
mujeres jóvenes. Un problema importante también de un gran número de mujeres es la osteoporosis,que consiste en la descalci-
ficación generalizada de los huesos que desarrollan las mujeres tras la menopausia y que predispone a las fracturas.
Por otra parte, los huesos pueden verse afectados por tumores, infecciones y fracturas, además de otras afecciones más raras,
como las anomalías congénitas y otras enfermedades.
Los músculos también pueden sufrir infecciones, enfermedades hereditarias y miopatías por efecto de algunos medicamentos.
La afectación muscular más frecuente quizá sea la atrofia, que consiste en la desaparición de las células musculares, generalmen-
te por falta de uso (como en el caso de inmovilizaciones prolongadas por traumatismos, enfermedades cerebrales, etc.) o por alte-
raciones en la inervación (como en el caso de la poliomielitis) que provocan su sustitución por tejido fibroso. En casos de inmovi-
lizaciones durante un tiempo determinado es posible recuperar esos músculos y evitar que la atrofia llegue a ser permanente.
Enfermedades más habituales del sistema
musculosquelético
_ Preguntas de repaso
1. ¿Qué es la sustancia ósea y cuántos tipos existen?
2. ¿Qué es la médula ósea y para qué sirve?
3. ¿Cómo se llaman los huesos que forman la columna vertebral y en cuán-
tas partes se divide ésta?
4. ¿Qué huesos forman las extremidades superiores?
5. ¿Cuáles son los músculos del abdomen?
Oblicuo mayor del abdomen. Tira del tórax hacia abajo, flexiona la columna vertebral, inclinándola hacia el lado del músculo
que se contrae, y con el tórax fijo desplaza la pelvis hacia arriba.
Piramidal. Pone en tensión la línea alba, provocando un surco en la parte media del abdomen, por debajo del ombligo.
Oblicuo menor del abdomen. La parte superior desciende las costillas, flexiona la columna y con el tórax fijo desplaza la pelvis
hacia arriba; la parte inferior del músculo hace descender las costillas y reduce el tamaño de la cavidad abdominal.
Recto del abdomen. Tira del tórax hacia abajo y flexiona la columna; con el tórax fijo eleva la pelvis.
Transverso del abdomen. Tira de las costillas hacia abajo y reduce el espacio de la cavidad abdominal.
Músculos del abdomen
02. Sist.MuscEsque. (97a107•11) 10/24/07 12:37 PM Page 107
EL SISTEMA 
CIRCULATORIO
l sistema circulatorio es el en-
cargado de transportar la san-
gre por todo el organismo. Está for-
mado por el corazón, las arterias, las
venas y los capilares, y sus funciones
principales son:
– Transportar la sangre oxigenada
desde los pulmones hacia el corazón
y desde éste a todos los territorios del
cuerpo a través de las arterias.
– Facilitar el intercambio gaseoso
(liberación de oxígeno hacia los teji-
dos y captación del anhídrido carbó-
nico eliminado por ellos) a través de
los capilares.
– Transportar la sangre desde los te-
jidos, tras el intercambio gaseoso, a
través de las venas hacia el corazón,
desde donde es enviada de nuevo a
los pulmones para su oxigenación.
El corazón
El corazón es un músculo que ejerce
funciones de bombeo en el sistema
circulatorio. Es una cavidad hueca,
del tamaño aproximado del puño del
individuo y cuyas paredes están for-
madas por músculo, que recibe el
nombre de miocardio.
Tiene una forma aproximadamen-
te cónica, con el vértice dirigido hacia
abajo y hacia la izquierda, ocupando
la parte media e izquierda de la cavi-
dad torácica, entre los pulmones y
por detrás de las costillas y el ester-
nón, que le sirven de protección. El
vértice de este cono se dirige hacia de-
lante y a la izquierda, situándose a ni-
vel del quinto espacio intercostal iz-
quierdo. Este vértice corresponde al
ventrículo izquierdo y es el lugar
E
Principales arterias y venas del cuerpo humano.
Fotografías de cabecera: lámina de Anatomicae institutiones corporis humani (1611), de Caspard
Berthelsen Bartholin (izq.), y exploración craneal mediante resonancia magnética (der.).
Arteria aorta
Vena cava superior
Arteria pulmonar
Arteria ilíaca
primitiva derecha
Arco palmar
superficial
Arteria femoral
Vena femoral
Vena poplítea
Arco venoso
dorsal del pie
Arteria poplítea
Vena cava inferior
Arteria ilíaca
primitiva izquierda
Corazón
03. Sist.Circulato. (108a116•9) 10/24/07 12:41 PM Page 108
donde mejor se percibe el latido car-
díaco.
Este músculo está dividido en dos
partes, con características anatómicas
y funcionales diferentes, por lo que
puede hacerse referencia a corazón
derecho y corazón izquierdo. Cada
una de estas partes está dividida en
dos cavidades: aurícula y ventrículo.
Así pues, el corazón está formado por
cuatro cavidades:
– Aurícula derecha.
– Ventrículo derecho.
– Aurícula izquierda.
– Ventrículo izquierdo.
Estas cavidades están revestidas
por una capa de tejido que recibe el
nombre de endocardio. El corazón
está envuelto en una capa de tejido
denominada pericardio. El pericardio
está formado por dos hojas, una inter-
na, o pericardio visceral, y una ex-
terna, o pericardio parietal. Entre am-
bas capas queda un espacio ocupado
por un líquido lubricante que permi-
te al corazón moverse libremente du-
rante el ciclo cardíaco.
Las aurículas están situadas encima
de los ventrículos, de los que están se-
paradas por las válvulas auriculoven-
triculares. Ambas aurículas están se-
paradas entre sí por un tabique, el ta-
bique interauricular. Las válvulas
consisten en dos o tres láminas de te-
jido (valvas) que se abren y cierran de
forma regular, y permiten que pase la
sangre de la aurícula al ventrículo,
según la fase del latido cardíaco. Su
función es que la sangre de las aurí-
culas llegue a los ventrículos y evitar
que pase de los ventrículos a las
aurículas. En el lado derecho, esta
válvula se llama válvula tricúspide y
está formada por tres valvas, mien-
tras que en el lado izquierdo se deno-
mina válvula mitral y está formada
por dos valvas.
Las valvas tienen unos bordes en-
grosados que ajustan perfectamente
entre sí cuando se cierran las válvu-
las. El movimiento de las valvas está
regido por unas cuerdas de tejido lla-
madas cuerdas tendinosas, que lle-
gan hasta unos engrosamientos de te-
jido muscular situados en las paredes
de los ventrículos y que reciben el
nombre de músculos papilares.
__________________________________________________________________________________________ El sistema circulatorio 109
Arteria aorta
Tronco de la arteria
pulmonar
Arterias pulmonares
izquierdas
Venas pulmonares
izquierdas
Ventrículo izquierdo
Tabique
interventricular
Vena cava superior
Arterias pulmonares
derechas
Venas pulmonares
derechas
Aurícula derecha
Arteria aorta
Arteria pulmonar
izquierda
Venas pulmonares
izquierdas
Rama circunfleja de
la arteria coronaria
izquierda
Arteria pulmonar
derecha
Venas pulmonares
derechas
Arteria
interventricular
posterior
Vena cava
superior
Arteria coronaria
derecha
Vena cava inferior
Arteria coronaria
izquierda
Arteria aorta
Rama descendente
anterior de la arteria
coronaria izquierda
Vista anterior del corazón y las arterias coronarias.
Vista anterior del corazón humano seccionado.
Vista posterior del corazón y las arterias coronarias.
03. Sist.Circulato. (108a116•9) 10/24/07 12:41 PM Page 109
Arterias coronarias
La circulación cardíaca depende de
las arterias coronarias y su conoci-
miento tiene especial interés, ya que
su obstrucción es la causa de la angina
de pecho y del infarto de miocardio.
Aunque puede haber tres arterias
coronarias, lo habitual es que haya
dos: la izquierda y la derecha. Ambas
tienen su origen en la salida de la ar-
teria aorta del corazón. La arteria co-
ronaria izquierda se divide en segui-
da en dos ramas, la arteria circunfleja
y la descendente anterior. La rama
descendente anterior o interventricu-
lar anterior se dirige hacia la punta
del corazón. La coronaria derecha
desciende por el surco interventricu-
lar posterior, recibiendo también el
nombre de descendente posterior.
Es importante tener en cuenta qué
zona del corazón depende de cada
rama de las arterias coronarias:
– La parte anterior del tabique in-
terventricular, la zona de los ventrícu-
los que lo rodeay la punta del cora-
zón están irrigadas por la rama des-
cendente anterior.
– La mayor parte del ventrículo de-
recho, la parte posterior del tabique
interventricular y la zona del ventrí-
culo izquierdo vecina a este tabique
posterior dependen de la arteria co-
ronaria derecha.
– El ventrículo izquierdo depende
de la arteria circunfleja.
Estas arterias coronarias principa-
les está unidas entre sí por numero-
sas arterias más pequeñas (arteriolas)
que tienen gran importancia como
circulación de ayuda o colateral.
La circulación 
de la sangre
La sangre procedente de los tejidos
penetra en el corazón a través de las
venas cavas superior e inferior, que
llegan a la aurícula derecha; desde
aquí pasa al ventrículo derecho a tra-
vés de la válvula tricúspide. Del ven-
trículo derecho sale la arteria pulmo-
nar, que lleva la sangre a los pulmones.
A la salida de dicha arteria pulmonar
existe otra válvula que recibe el nom-
bre de válvula pulmonar y que se
abre durante la contracción del ven-
trículo derecho (sístole) para permi-
tir la salida de la sangre. Al llegar a los
pulmones, la sangre se oxigena al pa-
sar por unos vasos muy finos, llama-
dos capilares, y ponerse en contacto
con el aire que entra en los pulmones
al respirar, llegando a unos pequeños
sacos llamados alveolos. Estos alveo-
los están en íntimo contacto con los
capilares, lo que hace que el aire y la
sangre se pongan en contacto y se
produzca el intercambio de gases. La
oxigenación consiste en captar el oxí-
geno introducido en los pulmones al
respirar y en eliminar el anhídrido
carbónico transportado por la sangre
desde los tejidos. Una vez oxigenada,
la sangre vuelve al corazón desde los
pulmones por las venas pulmonares.
Estas venas pulmonares, en número
de cuatro (dos derechas, superior e in-
ferior, y dos izquierdas, también supe-
rior e inferior), transportan la sangre
oxigenada hasta la aurícula izquierda,
desde donde pasa al ventrículo iz-
quierdo a través de la válvula mitral.
Del ventrículo izquierdo sale la ar-
teria aorta, que es la mayor del cuer-
po, y a la salida de la cual se encuen-
tra la válvula aórtica, que se abre para
permitir el paso de la sangre desde el
ventrículo izquierdo a la aorta. Esta ar-
teria se va dividiendo en ramas, que
son las encargadas de distribuir la san-
gre oxigenada por todo el organismo.
La arteria aorta se va dividiendo en
ramas (carótida, subclavia, ilíaca, fe-
110 ANATOMÍA __________________________________________________________________________________________________
CO2 O2
CO2
O2
CO2 O2
Capilares sistémicos
Vena cava superior
Arterias
pulmonaresPulmón
Capilares
pulmonares
Aurículas
AortaVentrículos
Vena cava
inferior
Venas pulmonares
Arteria sistémica
Circulación pulmonar
Capilares
sistémicos
Circulación a los
tejidos de la región
inferior del cuerpo
Circulación pulmonar
Circulación a los
tejidos de la cabeza
Esquema que muestra el flujo sanguíneo a través del sistema cardiovascular (circulación
pulmonar y circulación sistémica).
03. Sist.Circulato. (108a116•9) 10/24/07 12:41 PM Page 110
moral, etc.) cada vez más pequeñas
hasta llegar a los capilares en los teji-
dos. Es en estos capilares donde tiene
lugar el intercambio gaseoso, oxige-
nándose los tejidos y recogiendo el
anhídrido carbónico liberado por los
mismos. Esta sangre vuelve al cora-
zón por las venas, penetrando en la
aurícula derecha por las venas cavas,
y repitiéndose de nuevo el ciclo.
Como ya se ha indicado, la parte iz-
quierda del corazón es distinta de la
derecha. El ventrículo izquierdo es el
encargado de enviar la sangre a los
territorios alejados del cuerpo, lo que
hace que deba trabajar a mayor pre-
sión y que sus paredes sean mucho
más gruesas que las del ventrículo de-
recho, que sólo envía la sangre a los
pulmones.
La circulación pulmonar (ventrícu-
lo derecho ➟ arteria pulmonar ➟ pul-
mones ➟ venas pulmonares ➟ aurícu-
la izquierda) se denomina circulación
menor, en contraposición a la circula-
ción mayor, que es la encargada de lle-
var la sangre a los tejidos periféricos
del cuerpo a través del ventrículo iz-
quierdo y de la aorta, para recogerla
luego en la aurícula derecha, donde
desembocan las venas cavas.
Funcionalmente hablando, el siste-
ma circulatorio puede dividirse en
cuatro partes:
– Zona de reserva de presión, for-
mada por los grandes vasos y la aor-
ta, que al dilatarse amortiguan la
energía transmitida por la contrac-
ción cardíaca y la transforman en una
corriente de flujo continuo.
– Zona de resistencia, formada por
las arterias pequeñas y arteriolas y las
zonas que regulan la apertura de los
capilares arteriovenosos (denomina-
dos esfínteres), que se contraen o di-
latan permitiendo o evitando la en-
trada de sangre en función de las ne-
cesidades. Esto hace que no se abran
todos los capilares a la vez, sino que
lo hagan dependiendo de las necesi-
dades de cada tejido.
– Zona de intercambio, referida a
los capilares en los que tiene lugar el
intercambio de gases.
– Zona de reserva de volumen, for-
mada por las venas y que puede al-
macenar una cantidad mayor o me-
nor de sangre, según las necesidades.
El ciclo cardíaco
El funcionamiento del corazón recibe
el nombre de ciclo cardíaco, que cons-
ta de dos fases:
Sístole. Es el período de contrac-
ción del músculo cardíaco. Durante el
mismo, los ventrículos se contraen, se
abren las válvulas pulmonar y aórti-
ca y envían la sangre hacia sus res-
pectivos territorios, a los pulmones
por la arteria pulmonar desde el ven-
trículo derecho y al resto del organis-
mo por la arteria aorta desde el ven-
trículo izquierdo. Para evitar que la
sangre pase de nuevo a las aurículas,
las válvulas tricúspide y mitral per-
manecen cerradas.
Diástole. Es el período de relaja-
ción del corazón. En él los ventrícu-
los se llenan de sangre procedente de
las aurículas. El ventrículo izquierdo
se llena de la sangre ya oxigenada que
llega de los pulmones por las venas
pulmonares. El ventrículo derecho se
llena con la sangre venosa, todavía no
oxigenada, procedente de las venas
cavas. En la diástole, las válvulas
auriculoventriculares derecha e izquier-
da, tricúspide y mitral, permanecen
abiertas para que la sangre pase de la
aurícula al ventrículo. Por el contra-
rio, las válvulas pulmonar y aórtica
de los ventrículos permanecen cerra-
das para evitar que la sangre escape
antes de tiempo hacia las arterias aor-
ta y pulmonar.
El ciclo completo sístole-diástole se
percibe desde el exterior como latido
cardíaco. El número de latidos cardía-
__________________________________________________________________________________________ El sistema circulatorio 111
Válvula aórtica
Válvula 
mitral
Válvula
Tricúspide
Ventrículo derecho
Ventrículo
izquierdo
Válvula pulmonar
Diástole Sístole
Aurícula derecha
Aurícula
izquierda
Comportamiento de las cavidades y válvulas del corazón humano durante el ciclo cardíaco. Las flechas indican el flujo de la sangre.
03. Sist.Circulato. (108a116•9) 10/24/07 12:41 PM Page 111
cos por minuto se denomina frecuen-
cia cardíaca, que en el adulto normal
oscila entre los 60 y 90 latidos por mi-
nuto. La frecuencia cardíaca se incre-
menta con el ejercicio y las emocio-
nes, entre otras cosas, y disminuye
durante el sueño. El aumento anóma-
lo de latidos se conoce como taquicar-
dia y la disminución se denomina
bradicardia.
El corazón cuenta con un tejido es-
pecializado, encargado de producir y
propagar el estímulo eléctrico que de-
sencadena la contracción cardíaca.
Este tejido especializado está forma-
do por las siguientes estructuras:
– Nódulo sinusal de Keith-Flack, si-
tuado en la aurícula derecha, cerca de
la desembocadura de la vena cava su-
perior.
– Nódulo auriculoventricular de
Aschoff-Tawara, ubicado en la parte
inferior de la aurícula derecha.
– Fascículo de His, que consiste
en unas ramas nerviosas que salen
del nódulo auriculoventricular y si-
guen por el tabique interventricu-
lar, y del que parten numerosas ra-
mificaciones que se reparten por
toda la paredventricular, recibien-
do el nombre de red subendocárdi-
ca de Purkinje.
La frecuencia cardíaca está regula-
da por una parte del sistema nervio-
so, llamada sistema nervioso autó-
nomo. En este sistema existen unas
ramas que aceleran la frecuencia car-
díaca y dependen del llamado siste-
ma nervioso simpático, y otras ra-
mas que la disminuyen y dependen
del llamado sistema nervioso para-
simpático o nervio vago.
El sistema arterial 
y venoso
Aunque suelen confundirse, existen
claras diferencias entre las venas y las
arterias.
Las arterias conforman la “circula-
ción de ida” desde el corazón hasta
los tejidos periféricos. Sus paredes
son más gruesas que las de las venas,
ya que la sangre circula por ellas a
mayor presión. Las paredes de las ar-
terias son elásticas y, sobre todo en las
arterias más pequeñas o arteriolas, es-
tán formadas por tejido muscular dis-
puesto de forma anular, lo que permi-
te la contracción o relajación arterial,
contribuyendo así al control de la pre-
sión arterial. Finalmente, las arterias
terminan en los capilares, que son
unos vasos muy finos que carecen de
tejido muscular y que sólo poseen
una fina capa de células (llamadas en-
doteliales), a través de las cuales se
produce el intercambio de gases y
sustancias de desecho.
A la entrada de los capilares existen
unas zonas llamadas esfínteres, que
se contraen para impedir el paso de
la sangre o se relajan y permiten la cir-
culación de la misma, dependiendo
de las distintas necesidades de los te-
jidos según el tipo de actividad man-
tenida en ese momento.
Las arterias laten, ya que a través
de las mismas se transmite el impul-
so que genera la contracción de los
ventrículos. Además, las arterias no
son visibles a través de la piel, aun-
que sí pueden palparse gracias al la-
tido. Por el contrario, las venas no
laten y sí pueden verse a través de la
piel en forma de líneas azuladas, cons-
tituyendo la “circulación de vuelta”
desde los tejidos al corazón.
Al observar la zona de la muñeca
se aprecia claramente la diferencia
entre arteria y vena. Si se coloca un
dedo sobre la zona de la muñeca en
la que nace el dedo gordo, es pro-
bable que se perciba un latido que
corresponde a una arteria, la radial,
que no puede verse. En cambio, en
el centro de la muñeca pueden ob-
servarse unas líneas azuladas, que
corresponden a las venas, y que al
poner el dedo sobre ellas se aprecia
que no presentan latido.
Las arterias más próximas al cora-
zón son las que tienen mayor tama-
ño, siendo la aorta la arteria más
gruesa. A medida que se aleja del co-
razón, la aorta se va dividiendo en ar-
terias, que se dividen a su vez en otras
más pequeñas, hasta llegar a los capi-
lares, que son los vasos más finos del
cuerpo, por los cuales la sangre circu-
la con menor velocidad y presión. A
nivel de los capilares se produce la li-
beración de oxígeno y nutrientes des-
de la sangre hacia los tejidos, reco-
giendo de los mismos el material so-
brante y de desecho. Una vez
cumplida esta misión, los capilares
van uniéndose y formando vasos
cada vez de mayor tamaño que de-
vuelven la sangre al corazón. Estos
vasos son las venas, que apenas tie-
nen ya presión y no laten. Las pare-
des de las venas poseen unas válvu-
las que obligan a la sangre a circular
en el sentido adecuado.
Si se produce el corte de una vena,
la sangre saldrá lentamente, mientras
que si el corte es en una arteria, la san-
gre saldrá a presión. Si el corte tiene
lugar en una arteria grande, cercana
112 ANATOMÍA __________________________________________________________________________________________________
La presión de las arterias es el parámetro que mide el médico cuando toma la
tensión arterial. La cifra de la tensión arterial se mide en milímetros de mercu-
rio. El sistema para medir la presión arterial es muy sencillo: se enrolla alrede-
dor del brazo, por encima del codo, un manguito que tiene dos gomas, una aco-
plada a una bomba de aire en forma de pera y con una válvula para regular la
entrada y salida de aire, y otra acoplada a un manómetro de presión en milí-
metros de mercurio.
El médico hincha el manguito de goma con la pera y cierra la válvula. Cuan-
do la presión en el manguito es superior a la presión a la que circula la sangre
por la arteria, el pulso desaparece, momento en el que el médico acciona la vál-
vula y deja salir el aire del manguito. Mientras realiza esta maniobra, el médi-
co escucha a través del fonendoscopio colocado sobre una arteria por debajo
del manguito. Cuando la sangre vuelve a tener de nuevo mayor presión que el
manguito, pasa por la arteria y se empiezan a oír de nuevo los latidos. Al mirar
en ese momento la presión que marca la escala del manómetro se obtiene la ci-
fra de la tensión máxima o sistólica. Se continúa desinflando el manguito y,
cuando ya no se escucha el ruido del latido, se habrá determinado la presión
mínima, o diastólica.
La presión arterial
03. Sist.Circulato. (108a116•9) 10/24/07 12:41 PM Page 112
al corazón, la sangre saldrá a golpes,
siguiendo los latidos del corazón.
En la circulación mayor, las arterias
transportan la sangre oxigenada y las
venas la no oxigenada. En la menor,
las arterias pulmonares transportan
sangre venosa y las venas pulmona-
res sangre arterial, ya que en esta cir-
culación la “circulación de ida” es de
sangre venosa y la “de vuelta” de san-
gre arterial.
La sangre
La sangre es un líquido viscoso al tac-
to y de color rojo. En el adulto alcan-
za un volumen de 4-5 litros. La san-
gre es el líquido que circula por las ar-
terias, venas y capilares que forman
el sistema circulatorio. La sangre tie-
ne dos componentes fundamentales:
el plasma y las células sanguíneas.
El plasma. Es un líquido amarillen-
to en el que se encuentran numerosas
sustancias. Está formado sobre todo
por agua, sales minerales, iones (so-
dio, potasio y cloro son los más im-
portantes), proteínas (albúmina y glo-
bulinas), sustancias tóxicas y produc-
tos de desecho (urea), glucosa, grasas
(colesterol, triglicéridos), vitaminas y
hormonas, además de otras sustan-
cias en cantidades mucho menores.
Las células sanguíneas. Las células
que forman la sangre son los glóbulos
rojos o hematíes, los glóbulos blancos
o leucocitos y las plaquetas. Existen
varios tipos de leucocitos: granuloci-
tos (neutrófilos, basófilos y eosinófi-
los), monocitos y linfocitos. Las pla-
quetas son las células que intervienen
en la coagulación de la sangre.
El número de glóbulos rojos o hema-
tíes es de 4-5 millones por milímetro
cúbico. Son células que carecen de nú-
cleo y su forma es bicóncava. Su color
rojo se debe a la presencia de un pig-
mento llamado hemoglobina, que es
una proteína que contiene hierro y que
sirve para transportar el oxígeno. Los
__________________________________________________________________________________________ El sistema circulatorio 113
La sangre es un fluido de composición compleja en el que tienen lugar numerosos fenómenos fisiológicos y bioquímicos esenciales para el
desarrollo de los diferentes procesos vitales. El dibujo muestra las distintas células sanguíneas.
Glóbulos rojos
Plaquetas
LEUCOCITOS
Basófilo
Neutrófilo
Eosinófilo
MonocitoLinfocito
03. Sist.Circulato. (108a116•9) 10/24/07 12:41 PM Page 113
hematíes absorben el oxígeno de los al-
veolos pulmonares y lo transportan
hasta los tejidos en la hemoglobina.
Los hematíes se originan en la mé-
dula ósea (que se encuentra en el in-
terior de los huesos), en la que se for-
man continuamente, siendo expulsa-
das hacia la circulación sanguínea en
mayor o menor cantidad según las
necesidades. En caso de hemorragia
por cualquier causa o de carencia de
hierro, por ejemplo por una alimenta-
ción deficiente, la médula no es capaz
de producir tantos hematíes como se-
ría necesario, lo que da lugar a la apa-
rición de las anemias.
El número de glóbulos blancos o
leucocitos oscila entre los 4.000 y los
11.000 por milímetro cúbico. Dentro
de esta cifra, el porcentaje de cada
tipo de leucocito es el siguiente:
– Neutrófilos:55-60%.
– Basófilos: 0-1%.
– Eosinófilos: 1-4%.
– Monocitos: 5-8%.
– Linfocitos: 25-35%.
Estos porcentajes constituyen lo
que se denomina fórmula leucocita-
ria. Los glóbulos blancos se originan
en diferentes lugares: unos proceden
de la médula ósea (neutrófilos, basó-
filos y eosinófilos) y otros (monoci-
tos y linfocitos) tienen su origen en
los órganos linfoides, como el timo,
el bazo, los ganglios linfáticos y las
amígdalas.
Los leucocitos son células que sí tie-
nen núcleo y su función básica es la
de defender al organismo frente a los
agentes agresores, por ejemplo las
bacterias. Tienen la propiedad de des-
plazarse hacia el lugar de la infección,
abandonando la sangre y atacando a
los agentes infecciosos a los cuales
pueden capturar (mediante el proce-
so llamado fagocitosis) o combatir
mediante la producción de distintas
sustancias.
Las plaquetas son fragmentos de
células que se originan en unas cé-
lulas gigantes de la médula ósea. El
número normal de plaquetas está
entre 140.000 y 450.000 por milíme-
tro cúbico. Las plaquetas intervie-
nen en el proceso de coagulación de
la sangre.
Anatomía arterial
La aorta sale del ventrículo izquierdo
y se dirige hacia arriba. Justo a la al-
tura de la salida del corazón salen de
ella las arterias coronarias derecha e
izquierda. Sigue su recorrido hacia
arriba (aorta ascendente) y se dobla
hacia atrás y abajo, formando el lla-
mado cayado de la aorta. A partir de
ahí continúa en dirección descenden-
te, recibiendo el nombre de aorta des-
cendente.
Del cayado de la aorta salen tres ra-
mas que llevan la sangre hacia la ca-
beza y las extremidades superiores;
son éstas:
– El tronco braquiocefálico.
– La arteria carótida primitiva iz-
quierda.
– La arteria subclavia izquierda.
El tronco braquiocefálico sigue as-
114 ANATOMÍA __________________________________________________________________________________________________
Arteria vertebral. Se dirige hacia las vértebras cervicales, por las que asciende hasta alcanzar el bulbo raquídeo. A través de sus
diversas ramas irriga la médula espinal, los músculos espinales, el bulbo raquídeo y la protuberancia, el cerebelo y los lóbu-
los occipital y temporal del cerebro.
Tronco tirobicervicoscapular. Aporta diversas ramas que irrigan sobre todo los músculos de la nuca, parte posterior del cuello,
hombro, glándula tiroides, laringe y músculos de la zona escapular.
Arteria mamaria interna. Sus ramas irrigan, entre otras estructuras, la tráquea, el pericardio, el diafragma, costillas y cartílagos
costales, glándulas mamarias y músculos de la parte superior del abdomen.
Tronco cervicointercostal. Aporta riego a los músculos vertebrales y a algunas costillas.
Arteria escapular posterior. Irriga los músculos de la región escapular.
Principales ramas de la arteria subclavia
Tiroidea superior. Tiene ramas que irrigan la glándula tiroides, el músculo es-
ternocleidomastoideo y otras estructuras de esta zona.
Lingual. Irriga la lengua, el suelo de la boca y las encías.
Facial. A través de sus ramas irriga el velo del paladar, la faringe, las amígdalas,
la glándula submaxilar, la zona que rodea los labios, el tabique nasal y la
nariz.
Temporal superficial. Irriga la glándula parótida, la mejilla, el oído, la frente y la
zona que rodea el ojo.
Esternocleidomastoidea. Irriga el músculo del mismo nombre.
Occipital. Aporta sangre a algunos músculos y estructuras de la parte posterior
del cuello, la nuca, llegando hasta el pabellón del oído.
Auricular posterior. Irriga parte del pabellón del oído y algunas estructuras de
la región occipital.
Maxilar interna. Irriga sobre todo el tímpano y el conducto auditivo interno, las
raíces dentarias, las encías y el hueso maxilar, las meninges de las zonas tem-
poral, parietal y frontal, los músculos de la cara, la mucosa de la boca, la nariz
y la faringe.
Faríngea ascendente. Aporta riego sobre todo a la faringe y las meninges.
Principales ramas de la arteria
carótida externa
03. Sist.Circulato. (108a116•9) 10/24/07 12:41 PM Page 114
cendiendo y se divide en arteria caró-
tida primitiva derecha y arteria sub-
clavia derecha.
Las arterias carótidas primitivas
derecha e izquierda ascienden por el
cuello y se dividen en arterias caróti-
das externa e interna. La arteria caró-
tida externa se dirige hacia arriba y
termina en el cuello a nivel del maxi-
lar, desembocando en las ramas ter-
minales temporal superficial y maxi-
lar interna. En su trayecto aporta una
serie de ramas principales que se re-
cogen en el recuadro superior de la
página 114.
Donde se inicia el recorrido de la
arteria carótida interna existe un en-
sanchamiento conocido como seno
carotídeo, que desempeña un impor-
tante papel en el control de la presión
arterial y de la frecuencia cardíaca.
Ascendiendo por el cuello, la caróti-
da interna se dirige hacia la base del
cráneo, penetra en el cerebro a través
del conducto carotídeo del hueso
temporal y finaliza en sus ramas ter-
minales: la arteria cerebral anterior y
la arteria cerebral media. Aunque en
el cuello no da ninguna rama, des-
pués lo hace con las que figuran en el
recuadro superior.
De la arteria subclavia nacen todas
las arterias del hombro y del brazo.
Desde su nacimiento se dirige hacia
el brazo, convirtiéndose a nivel de la
región axilar en la arteria axilar. Sus
principales ramas son las que figuran
en el recuadro inferior de la página 114.
La arteria axilar se continúa en la
arteria humeral que, aproximadamen-
te a la altura del codo, se divide en las
arterias radial y cubital. Estas arterias
envían ramas que aportan riego a
toda la extremidad superior.
De la aorta torácica parten arterias
bronquiales, esofágicas, pericárdicas,
mediastínicas, intratímicas e intercos-
tales.
La aorta abdominal aporta las arte-
rias diafragmáticas, las lumbares, las
sacras y las suprarrenales y renales.
También salen de ella la arteria esper-
mática en el varón, o la ovárica en la
mujer, y el tronco celíaco, del que na-
cen las arterias que irrigan el estóma-
go, el hígado y el bazo.
__________________________________________________________________________________________ El sistema circulatorio 115
Rama caroticotimpánica. Se dirige
a la caja del tímpano.
Arteria oftálmica. Irriga el ojo, los
párpados, la nariz y la frente. La
principal rama de esta arteria es
la arteria central de la retina,
cuya obstrucción provoca la ce-
guera.
Cerebral media. Irriga diversas
zonas de los lóbulos cerebrales
frontal, parietal y temporal.
Cerebral anterior. Aporta riego a
numerosas zonas del cerebro.
Principales
ramas de la
arteria
carótida
interna
Las enfermedades que afectan con mayor frecuencia al corazón son la angina de pecho y el infarto de miocardio. La causa de
ambas es la obstrucción de las arterias que irrigan el corazón, provocando su estrechamiento (disminución del riego, que pro-
duce la angina de pecho) o su obstrucción completa (falta total de riego, con destrucción del tejido e infarto de miocardio). En
resumen, la enfermedad de base de estos dos procesos es la aterosclerosis, que consiste en la formación en las arterias de las
denominadas placas de ateroma, ocasionando un riego defectuoso no sólo en el corazón, sino también en las extremidades y
en otros órganos, como, por ejemplo, el cerebro.
Otra patología que afecta al corazón son las arritmias, que consisten en alteraciones del ritmo cardíaco. Si el ritmo cardíaco
se acelera se llaman taquicardias, y si se hace más lento, bradicardias. Hay muchos tipos de arritmias, desde algunas formas
leves generalmente bien toleradas, como la taquicardia sinusal, hasta formas mortales si no se instaura tratamiento inmedia-
to, como la fibrilación ventricular.
Otro grupo de enfermedades del corazón son las que afectan a las válvulas cardíacas, siendo las más frecuentes estenosis
mitral (estrechamiento de la válvula), insuficiencia mitral (afectación de la válvula que impide su cierre), estenosis aórtica e
insuficiencia aórtica. Por lo general, la causa de este trastorno es la afectación

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