Caso 3 - kmi vinueza (4)

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Esta dinámica de "interpretar, decidir, gestionar y maximizar" la materializan las personas que la integran a todo nivel de la Organización, y pueden leerse como la forma en que dichas personas "gozan y/o padecen" la Organización de la que forman parte. La cultura organizacional se visualiza a través de la manera de gestionar y mediante los comportamientos, conocimientos, decisiones de negocio y compromisos individuales y grupales de quienes la integran.
En realidad, lo que primero resulta imprescindible es consensuar el vínculo y el impacto que los mencionados factores moldeadores primarios generarán en el camino hacia el escenario de negocios pretendido. Recién a partir de allí, definir los comportamientos y la forma de medirlos y evaluarlos, crear instancias de desarrollo de conocimientos, y compromisos de cara a los objetivos de negocio que impulsan la necesidad de un cambio.
En tal sentido, trabajar la "cultura organizacional" no es un aspecto ajeno a la realidad del negocio, sino que es la esencia por la cual una organización establece ventajas competitivas y maximiza su rentabilidad por ella la gente que la integra.
Las empresas exitosas, se «meten» con su cultura, considerando sus aspectos moldeadores, como un indicador de gestión esencial a la hora de tomar decisiones de negocio. Una empresa no gana nada por tener un alto nivel de conocimientos, en la medida que no los transforme en ventajas competitivas rentables de ser posible, más rápido que sus competidores.
Gestionar la cultura , previene o alerta acerca de posibles consecuencias no deseadas de los cambios a realizar de acuerdo a la situación de negocios proyectada. Estamos hablando de un proceso más complejo que adquirir conocimientos y compromiso a través de un curso que a menudo, por no revisar los factores moldeadores, sugieren prácticas que en sí no son buenas o malas, pero que van en contra de la cultura vigente o simplemente, resultan inocuas para la concreción de objetivos, en «esa» cultura específica. Resulta necesario establecer la relación entre la cultura organizacional y las ventajas competitivas.
Una posible respuesta pasa por instalar procesos orientados a gestionar la cultura para convertirla en «ventaja competitiva». Es decir, una cultura capaz de gestionar la tensión constante entre opuestos, o lo que yo llamo las culturas paradójicas. Una cultura capaz de administrar las fortalezas y falencias del personal está actualmente vigente en el mundo de los negocios.