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FORO - Cristina Pavon

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Introducción 
El conflicto es una realidad inherente en todas las sociedades, y su impacto puede ser tanto negativo como positivo, desde la lucha por los recursos naturales hasta las luchas por el poder, el conflicto es una parte integral de la experiencia humana y por lo general, se asocia con la violencia y el caos. Por otro lado, descubrimos que el conflicto puede ser una oportunidad para transformar la sociedad, para aprender a construir otro tipo de relaciones, así como para prepararnos para la vida. Para considerar el conflicto un importante motor para el cambio social, debemos tomar en cuenta las circunstancias que propician un cambio social, por que surge principalmente de la necesidad de enfrentar problemas y desafíos, como la desigualdad, la pobreza o la exclusión social. El conflicto puede ser una fuerza catalizadora en este proceso, generando una presión social que obligue a la adopción de medidas transformadoras.
 Desarrollo 
El conflicto entre grupos o personas suele ocasionarse cuando tienen intereses y necesidades distintas. A medida que la cercanía y la prolongada relación diaria entre los grupos o personas, puede aumentar la probabilidad de que surjan conflictos. Además, cada individuo tiene múltiples roles y limitaciones de recursos, incluyendo laborales, académicas, culturales, de tolerancia y adaptación, que pueden afectar su capacidad para resolver los conflictos de manera efectiva. En consecuencia, el conflicto se vuelve negativo porque conlleva a un caos mayor que al que se tenía al principio (Álvarez, 2018). 
Según el autor (Vinyamata, 2003, pág. 315) El conflicto es una parte natural de la sociedad y un fenómeno necesario para la vida humana, consiguiendo ser un factor positivo para el cambio y crecimiento o de factor negativo de destrucción conforme a la forma de regularlo. Agrega el mismo que el conflicto se entiende como un proceso natural que no se caracteriza por ser bueno ni malo, sino que, una situación que puede ser controlada y que en su justa y equilibrada fuerza puede desarrollar a la naturaleza, producir energía y estimular la vida, realizar y transformar los cambios en la vida individual y en las ciudades. Pero que, de manera negativa, llega a destruir y detener el desarrollo de la vida.
En cuanto al cambio social es un fenómeno colectivo de transformación que es observable en el tiempo que afecta de alguna manera a la estructura o al funcionamiento de la organización social de una determinada colectividad y modifica el curso de la historia. El cambio social implica acción social, lo que a su vez involucra colaboración entre todos sus miembros y el establecer relaciones de horizontalidad entre ellos. Todos deben estar involucrados en un trabajo conjunto hacia una meta común (Canaval, 2000).
Del mismo modo el cambio social que surge del conflicto al desafiar las normas y los valores existentes. Cuando los conflictos surgen debido a la discriminación, la opresión o la exclusión de grupos marginados, puede haber una mayor conciencia y sensibilidad hacia estas cuestiones en la sociedad en general. El conflicto puede cuestionar las estructuras de poder y las jerarquías sociales, lo que puede llevar a un cambio de valores y normas sociales.
Por ejemplo de un conflicto que generó cambio social es el movimiento por los derechos civiles en los Estados Unidos en la década de 1950 y 1960. Este movimiento fue liderado por activistas como Martin Luther King Jr. y buscaba acabar con la discriminación racial y la segregación en la sociedad estadounidense (García, 2021).
El movimiento por los derechos civiles fue el resultado de años de discriminación y violencia que vivían las personas afroamericanas en los Estados Unidos. Los afroamericanos estaban sujetos a leyes segregacionistas que los discriminaban en la educación, el empleo, la vivienda e incluso en cuestiones de la vida cotidiana. El movimiento por los derechos civiles surgió como una respuesta a esta discriminación y exigió cambios significativos en las leyes y políticas que perpetuaban la desigualdad (García, 2021).
El movimiento por los derechos civiles incluyó una serie de marchas, protestas y boicots que llamaron la atención sobre la discriminación racial en los Estados Unidos. Estas acciones colectivas ayudaron a cambiar la opinión pública sobre la discriminación racial y presionaron al gobierno de los Estados Unidos para que promulgara nuevas leyes que protegieran los derechos civiles de todas las personas, independientemente de su raza (García, 2021).
Como resultado del movimiento por los derechos civiles, se promulgaron leyes importantes como la Ley de Derechos Civiles de 1964 y la Ley de Derecho al Voto de 1965, que prohibían la discriminación racial y aseguraban el derecho al voto de las personas afroamericanas. Estas leyes marcaron un cambio significativo en la sociedad estadounidense y ayudaron a promover la igualdad y la justicia social para todos (García, 2021).

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