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ENSAYO-EL ROL DEL ABOGADO EN LA SOCIEDAD_SANCHEZ IBARRA JOSSELIN YAHAIRA (1) - Danyely Sanchez Giler (2)

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DEONTOLOGÍA JURÍDICA
SEGUNDO B
EL ROL DEL ABOGADO EN LA SOCIEDAD
El abogado no debe brillar sólo por su acopio de conocimientos, sino por la rectitud de su conducta. (Luis Garrido Díaz)
El Derecho, como profesión, se rige por una serie de normas y principios que reglamentan el orden de la sociedad, por medio de los principios de la justicia, regulación de la convivencia y resolución de conflictos de relevancia social e institucional. Para ello, los abogados, son los encargados de la defensa, asesoría y orientación jurídica de las partes involucradas en procesos judiciales o administrativos, por medio de las funciones y roles que cumplen en su accionar profesional. Por ende, los abogados pueden ejercer un sinnúmero de actividades profesionales desde el ámbito público o privado, como arbitrar o mediar en escenarios de conflictos, ejercer el derecho de defensa de los condenables, así como también, asesoramiento personal y empresarial, En tal sentido, el rol del abogado es de trascendencia en la sociedad, debido a que, por medio de ellos, y sus competencias profesionales, las mismas que se dividen en científicas o intelectuales, morales, físicas y espirituales se protegen los derechos de la sociedad.
Competencia científica
Al hablar de las competencias científicas, llamadas también intelectuales, se describen como la facultad de un sujeto para reconocer un lenguaje científico, tener capacidad de estudio, desarrollar una serie de habilidades de organización, previsión y disciplina, tener serenidad, memoria y de reflexión ante cualquier situación, implica la habilidad y conocimientos necesarios para comprender, aplicar y comunicar de manera efectiva los principios y métodos de la ciencia en la investigación y resolución de problemas en diferentes campos del conocimiento, entre otros desempeños.
 En tal sentido, las competencias científicas de un abogado ocupan un papel fundamental en su desempeño, debido a que, por medio del mismo, siempre deberá tener principalmente, la capacidad de estudio, mismo que, para la defensa y exposición de un caso, requerirá de conocimientos de las normas, doctrinas y jurisprudencias aplicables a la situación; además de ello, tendrá que estar en constante actualización de conocimientos, mismas que servirán para toda su trayectoria en el ejercicio profesional.
Por otro lado, se encuentra la disciplina como habilidad inherente al accionar profesional de un abogado, misma que se regirá por la constancia que le llevará a tomar las decisiones concretas para determinada situación, así como también, alcanzar las metas propuestas para la defensa de un caso. En el orden de ideas, se especifica que, sin disciplina, le será difícil para un abogado la preparación de un juicio, cuando es imprescindible un estudio y planteamiento bien gestionado del caso. Dentro de las competencias intelectuales, también se encuentra la memoria y la capacidad de atención, mismas que permitirán, recordar una información o dato particular, lo cual, permitirá el desenvolvimiento de un abogado evocando aspectos fácticos y jurídicos aplicables al caso que está defendiendo.
Competencia moral
Al referirse a esta competencia, que, sin duda alguna, también forma parte del papel ejercido por un profesional en abogacía, se enfatiza lo siguiente:
Todo abogado debe iniciar ejerciendo la abogacía en la rectitud de su propia conciencia, defender con moral lo que no es correcto, debido a que, la integridad en las acciones de un abogado en un conflicto en particular, ante los tribunales o juzgados y ante todo con su cliente, tiene que ser el eje principal del comportamiento ético de todo profesional que ejerce la práctica del derecho. 
De acuerdo a los planteamientos de la competencia moral se enfoca a la necesidad que el profesional en Derecho tiene de referirse al bien; misma que se expresa en el sentimiento de rechazo a todo lo injusto o que genera dudas e incertidumbre en la defensa de un caso. Vinculado a lo anterior, es imperante señalar que, la moralidad de un abogado consiste en los procedimientos de juicio relacionados a los valores y principios que entran en conflicto cuando se toma una decisión, o cuando se pone en cuestión la validez de las normas de este profesional. 
Siguiendo el orden de ideas, y en relación a lo expuesto con anterioridad, las competencias morales de un profesional en Derecho radican en el hecho de efectuar y hacer cumplir las normas que rigen en la sociedad, consideradas como buenas para dirigir o juzgar la conducta humana, en base a las particularidades del caso. Además, se caracteriza porque, ante un caso, los profesionales en Leyes tengan la facultad de diferenciar las respectivas intenciones, decisiones y acciones, tanto propias como impropias. Es decir, que las habilidades y actitudes morales permitirán un accionar correcto en las instancias pertinentes según el principio de justicia. 
Competencia física
Al hablar de competencias físicas se refiere a la facultad para interactuar con el mundo físico, tanto en sus aspectos naturales como en los generados por la acción humana. Así, forma parte de esta competencia la adecuada percepción del espacio físico en el que se desarrollan la vida y la actividad humana. Vinculado al ejercicio profesional de un abogado, estas competencias radican en la acepción de actitudes y habilidades que permiten que un profesional en Derecho pueda intervenir en su entorno de manera física, con estrategias y argumentos a favor de la defensa.
Se espera que las personas sean físicamente capaces de participar en los procedimientos legales, lo que implica tener la capacidad de entender y comunicarse de manera afectiva, así como poder moverse y realizar acciones necesarias en un entorno legal.
Las competencias de derecho [físicas] son: el trabajo en equipo, donde prima el respeto y la empatía; iniciativa e independencia, a fin de ser decisivos cuando las situaciones lo requieran; la resolución creativa de problemas, donde se debe explorar nuevas formas, caminos, estrategias, argumentos e ideas para lograr el resultado deseado; competencias de comunicación verbal y escrita, a fin de comunicar los argumentos y persuadir al juzgado sobre la defensa del caso. 
En tal sentido, las competencias físicas aluden al rol del abogado en todo momento, en virtud de que, por medio de este, se puede realizar actividades, según sea la función desempeñada en la intervención profesional. Por otro lado, autores como señalan que este tipo de competencias se agrupan en técnicas, teniendo conocimiento de las herramientas a utilizar y que permitirán un ejercicio efectivo de la profesión, así también; las competencias en adaptabilidad, mismas que dependerán del contexto donde se desarrolle la situación, debido a que la abogacía es una profesión en constante evolución y transformación, debido a su interacción con los demás individuos que forman parte de la sociedad. Las habilidades sociales también forman parte de las competencias físicas, debido a que, por medio de las mismas, se establece contacto físico con terceros, las cuales, coadyuvarán a resolver los diversos casos que defienden los abogados de manera efectiva.
Competencia espiritual
Por último, se encuentra la competencia espiritual que se suscriben al papel que ejercen los abogados por medio de su intervención profesional, entendida como la “capacidad de construir la propia identidad personal y descubrir el sentido de la vida”. Los profesionales en Derecho, al fortalecer esta competencia, tendrán la facultad de encontrarse preparados para preguntas profundas, generar conciencia, sensibilización y compromiso con la realidad de las exigencias del mundo actual que se configura en el marco de la sociedad. 
Esta competencia implica tener una comprensión profunda de los principios éticos y morales que guían la profesión jurídica, así como la habilidad de reflexionar sobre cuestiones espirituales y su impacto en la toma de decisiones legales. Esto permite al profesional del derecho abordar de manera adecuada las cuestiones espiritualesy morales que puedan surgir en su práctica legal y tomar decisiones éticas y justas.
El conjunto de habilidades, conocimientos y destrezas, que son adquiridas y/o fortalecidas a través de la práctica de la soledad, el gusto por el silencio, la contemplación y la comprensión de la realidad, que conforman el conocimiento de sí mismo y sentido de la vida con el compromiso en el mundo, entendido éste como comunidad de personas valiosas y lugar de encuentro, acogida, humanización y diálogo.
De esta manera, es menester indicar que, este tipo de competencias espirituales les permiten a los abogados, ejercer acciones que le permitan ser profesionales íntegros, integrales e integradores, individuos con actitudes, capacidades y destrezas para tener una visión en consonancia con su propósito o misión de vida personal, profesional y laboral, donde también se encuentran implícitas en el desarrollo personal y transpersonal; el autoconocimiento y gestión de emociones para hacerse responsable de sí mismos y del proyecto alineado a la misión de vida o de servicio a la sociedad.
En base a todo lo desarrollado en este ensayo, es imprescindible destacar que, los abogados son profesionales privilegiados, dado que, su accionar profesional cimentada en competencias y habilidades sociales, académicas y morales, se focaliza en la resolución de los problemas legales de las personas, por medio de la defensa de sus derechos y/o intereses ante los tribunales y juzgados, No obstante, sobre todo, los abogados tienen la cualidad de ser buenas personas, debido a que, la vocación de servicio, donde los clientes confían en su profesionalismo por la persecución de sus intereses sobre los propios, y actuar con ética frente a colegas en un litigio. Por otro lado, ha sido fundamental la descripción y análisis de cada una de las competencias que componen el rol de los abogados en la sociedad, basadas en las diversas áreas de intervención, debido a que, transmiten un conocimiento significativo sobre el conjunto de cualidades que versen sobre la figura de este profesional del Derecho.
“El éxito no es más que unas pocas disciplinas simples, practicadas todos los días” (Jim Rohn)
FECHA DE EMISÍON 11/04/2023
SANCHEZ IBARRA JOSSELIN YAHAIRA DR. LUIS CAÑARTE MANTUANO, PhD.
ESTUIDIANTE DOCENTE FACULTAD DE DERECHO

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