Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
Sistema cardiovascular • Características del corazón • Cronotrópico = Automatismo (capacidad de auto estimularse) • Inotrópico = Contractibilidad (capacidad de contraerse) • Lusitrópico = Relajación (capacidad de distenderse) • Batmotrópico = Excitabilidad (capacidad de reaccionar a un estímulo eléctrico) • Dromotrópico = Conductividad (capacidad de transmitir los impulsos a las demás células –todo o nada) • La función ventricular global depende de la interacción de 4 factores que regulan el volumen de sangre expulsado por el corazón (volumen minuto). Tres de ellos, la precarga, la poscarga y la contractilidad, determinan el volumen de sangre que expulsa el corazón con cada latido o volumen de eyección, mientras que la frecuencia cardíaca actúa directamente sobre el volumen minuto. • Todos estos factores están influenciados por el tono simpático. • La precarga o fuerza que distiende el miocardio antes de contraerse está representada por la presión de la pared ventricular al final de la diástole. También intervienen el tamaño del ventrículo y el espesor de su pared, así como la volemia, el tono venoso, la distensibilidad ventricular y la contribución de la aurícula al llenado ventricular. • La poscarga es la fuerza contra la cual se contrae el músculo cardíaco, es decir, la fuerza que debe desarrollar el ventrículo para abrir las válvulas sigmoideas y enviar la sangre a las arterias aorta y pulmonar. • La poscarga se equipara a las resistencias vasculares periféricas, que son el principal componente de resistencia contra el que ha de operar el ventrículo como bomba. por lo que un aumento de las resistencias periféricas disminuirá el volumen minuto. • La contractilidad es la fuerza que desarrolla el corazón al contraerse, está determinado por la concentración de calcio intracelular libre, Ca2+, y el tono simpático. • La frecuencia cardíaca está controlada por el tono vegetativo. En el miocardio sano, el aumento de la frecuencia cardíaca incrementa tanto el volumen minuto como la contractilidad cardíaca. Inotrópicos • Los fármacos inotrópicos pretenden aumentar la contractilidad y el volumen minuto cardíaco a fin de adaptarlo a las necesidades metabólicas del organismo, actuando directamente sobre los miocitos cardíacos. • Su utilidad será máxima en la insuficiencia cardíaca asociada a reducción de la función sistólica, que cursa con marcada cardiomegalia, disminución de la fracción de eyección y aumento de la presión de llenado del ventrículo izquierdo. • Los glucósidos cardiotónicos, que aumentan la contractilidad y el volumen minuto, a la vez que disminuyen los mecanismos de activación neurohumoral (digoxina). • Los fármacos inodilatadores, que incrementan la contractilidad y producen vasodilatación periférica Digoxina • Digoxina aumenta la velocidad de acortamiento y la fuerza contráctil máxima, a la vez que acelera la relajación muscular, por lo que disminuye la duración de la sístole, es decir, produce una contracción más rápida, más corta y más potente. • Produce una vasoconstricción arteriovenosa moderada que aumenta ligeramente las resistencias sistémicas y la presión arterial, a la vez que disminuye el retorno venoso, facilitando la acumulación de sangre a nivel portal, ósea disminuye, el volumen minuto. • Restaura el efecto inhibitorio de los barorreceptores arteriales sobre la actividad simpática y reduce la actividad nerviosa simpática periférica y los niveles plasmáticos de noradrenalina y renina. • Esta inhibición neurohumoral contribuye a reducir la frecuencia cardíaca, las resistencias vasculares periféricas y los signos de congestión e hipoperfusión periférica en pacientes con insuficiencia cardíaca. • El aumento del volumen minuto también disminuye la vasoconstricción renal y la activación del sistema reninaangiotensina- aldosterona, lo que conduce a un aumento del flujo sanguíneo renal y la velocidad de filtración glomerular. • Disminuye la reabsorción de Na+ y agua, y produce un efecto natriurético que contribuye también a reducir la presión de llenado ventricular y la presión capilar pulmonar. • Incrementando la frecuencia de los marcapasos ectópicos cardíacos a nivel auricular (nodo auriculoventricular y haz de Purkinje) Inodilatadores • El proceso rítmico de contracción y relajación cardíacas está asociado a los respectivos aumento y disminución del Ca2+. • Los agonistas b-adrenérgicos, incrementarán la Ca2+. A nivel cardíaco, ello representa un incremento de la contractilidad cardíaca (efecto inotrópico positivo) y de la frecuencia cardíaca (efecto cronotrópico positivo). Además, la estimulación b-adrenérgica facilita la reincorporación de Ca2+ intracelular en el retículo sarcoplásmico, lo que acelera la velocidad de relajación cardíaca (efecto lusitrópico positivo). A nivel vascular, aumenta la captación de Ca2+ en el retículo sarcoplásmico y la salida de Ca2+ a través de la membrana, por lo que se produce la relajación de la fibra muscular lisa vascular. • Los agonistas de los a1-adrenoceptores, incrementan también la Ca2+ y la contractilidad cardíaca, pero, a diferencia de la estimulación b-adrenérgica, el aumento de la contractilidad no se acompaña de un aumento importante de la frecuencia cardíaca. • Dopamina: Estimula principalmente los receptores D1 vasculares y renales, produciendo vasodilatación arterial y aumento de la velocidad de filtración glomerular, del flujo urinario y de la excreción renal de Na+; y la estimulación de receptores D2, que inhibe la liberación de aldosterona por la corteza suprarrenal. • Estimula también los b1 y b2-adrenoceptores cardíacos y aumenta la liberación de noradrenalina desde los terminales simpáticos cardíacos, aumenta la contractilidad y el volumen minuto, el aumento de la frecuencia cardíaca es muy variable, dependiendo del grado de estimulación b1-adrenérgica y de la vasodilatación producidas, que causa por vía refleja una respuesta taquicardizante. • Dobutamina: Estimula preferentemente los b1-adrenoceptores y, en menor grado, los b2 y a1-adrenoceptores cardíacos. Aumenta la contractilidad y el volumen minuto, y disminuye la presión de llenado ventricular, pero apenas modifica la frecuencia cardíaca, la presión arterial, el flujo renal o las demandas miocárdicas de O2. • Estimula también los b2-adrenoceptores, produciendo vasodilatación coronaria y de la musculatura esquelética y los a1- adrenoceptores produciendo vasoconstricción esplácnica y renal; estas acciones contrapuestas explican por qué la presión arterial no se altera. Antihipertensivos Vasodilatadores venosos • En el corazón normal, la precarga determina el volumen minuto, pequeñas variaciones de la precarga se acompañan de cambios muy importantes del volumen minuto. • La precarga puede disminuirse reduciendo la volemia mediante el control de la ingesta de sodio y la administración de diuréticos, o aumentando la capacitancia del territorio venoso mediante fármacos venodilatadores. Los vasodilatadores venosos disminuyen la presión y el volumen telediastólicos ventriculares, la presión capilar pulmonar y los signos de congestión pulmonar. Vasodilatadores arteriales • La poscarga regula el volumen minuto, de tal forma que el aumento de las resistencias vasculares sistémicas producido por la activación neurohumoral disminuye el volumen minuto cardíaco. Los vasodilatadores arteriales disminuyen las resistencias vasculares periféricas (poscarga) y, como consecuencia, aumentan el volumen minuto y disminuyen los signos de hipoperfusión periférica. • A dosis altas, podrían producir una reducción excesiva de la presión arterial, que disminuiría la presión de perfusión coronaria con el consiguiente efecto deletéreo sobre la cardiopatía isquémica. Ahora bien, la reducción de las resistencias vasculares periféricas no implica necesariamente una reducción de la presión arterial, ya que los vasodilatadores arteriales también aumentan el volumen minuto (presión arterial = volumen minuto x resistenciavasculares periféricas). • Tener presente el riesgo de hipotensión arterial en pacientes con valores límites de presión arterial (presión arterial sistólica < 100 mm Hg). Nitratos • La nitroglicerina, el dinitrato de isosorbida y el 5-mononitrato de isosorbida actúan como vasodilatadores venosos, estando su acción vasodilatadora mediada por la activación de la guanilatociclasa y de la formación de GMPc . Reducen el volumen y la presión de llenado ventricular (precarga), la presión de la aurícula derecha y la presión capilar pulmonar, pero apenas modifican el volumen minuto. La reducción de la precarga y de la tensión de la pared ventricular disminuye las demandas miocárdicas de O2; a su vez, los nitratos producen vasodilatación coronaria Hidralazina • Es un vasodilatador fundamentalmente arterial, que reduce la poscarga y aumenta el volumen minuto cardíaco, potenciándose su eficacia cuando se asocia a vasodilatadores venosos (nitratos). La vasodilatación arterial es más marcada a nivel renal, esplácnico y coronario, y mínima en piel y mucosas. En pacientes hipertensos, la reducción de las resistencias vasculares periféricas y de la presión arterial, se acompaña de taquicardia refleja, retención hidrosalina y aumento de la secreción de renina. Inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA) • La estimulación de los receptores AT1 por la angiotensina II (AT II) produce una marcada vasoconstricción arteriovenosa, aumenta el tono simpático vasoconstrictor y la liberación de vasopresina y produce retención renal de Na+ por una acción directa tubular y otra indirecta, mediada por la liberación de aldosterona. Los IECA, al bloquear competitivamente la enzima de conversión, reducen los niveles plasmáticos y tisulares de AT II y aldosterona. Como consecuencia, producen una acción vasodilatadora arteriovenosa y disminuyen los niveles plasmáticos de noradrenalina y vasopresina. • El sistema renina-angiotensina desempeña un papel nítido en la hipertensión renovascular y un papel importante en las demás formas de hipertensión, por otra parte las más frecuentes. En el individuo normal, los niveles de sodio son determinantes para definir la respuesta de este sistema, cuya función principal es mantener las cifras tensionales dentro de la normalidad, así como regular el equilibrio hidroelectrolítico y el volumen plasmático. • Los IECA ejercen una potente acción hipotensora por disminución de las resistencias periféricas totales. Este efecto, que se produce en los territorios arterial y venoso, es resultante de la acción combinada sobre los sistemas renina-angiotensina y del incremento en bradicinina, que a su vez genera producción de óxido nítrico. No obstante, el componente principal de la acción sería el bloqueo de la conversión de angiotensina I a angiotensina II. • Además los IECA aumentan los niveles de cininas. Las cininas son potentes vasodilatadoras y, además, liberan NO, prostaglandinas vasodilatadoras (E2 y F2) y activador tisular del plasminógeno (t- PA). • Finalmente, la AT II y el aumento del tono simpático ejercen potentes acciones mitógenas, que facilitan los procesos de hipertrofia y remodelado de la pared ventricular, que también son inhibidos por los IECA. • Los IECA producen una vasodilatación arteriovenosa que es más marcada a niveles coronario, renal, cerebral y muscular esquelético. Antagonistas de los receptores angiotensina (ARA II) • Bloquean de forma competitiva las acciones de la angiotensina II mediadas por la estimulación de los receptores AT1. La principal ventaja de estos fármacos es su buena tolerancia clínica, apareciendo durante el tratamiento vértigo y mareos. Estos fármacos no producen tos, por lo que constituyen una importante alternativa en pacientes en los que esta reacción adversa les impide seguir el tratamiento con un IECA. • Los antagonistas de los receptores AT1 interactúan con los aminoácidos del dominio transmembrana del receptor, previniendo la unión del agonista. Asimismo, existe un mecanismo que es el que da lugar a la desensibilización de las células diana, consistente en la «interiorización » de los receptores. Bloqueantes de los canales de calcio • Estos fármacos producen un importante efecto inotrópico negativo y cronotrópico negativo. Por su potente acción vasodilatadora, estos fármacos producen una marcada activación neuroendocrina, aumentando al comienzo del tratamiento los niveles plasmáticos de noradrenalina, renina y AT II. • dichos efectos se debían a la inhibición del proceso de acoplamiento excitación-contracción, como consecuencia de la reducción de la entrada de Ca2+ desde el exterior hacia el interior del miocito cardíaco, a través de los canales de Ca2+ dependientes del voltaje. • Bloquear los canales de Ca2+ del subtipo L, a nivel cardíaco y en la fibra lisa vascular y no vascular Alfa bloqueantes • La estimulación a-adrenérgica determina una respuesta presora que se previene por la administración de los antagonistas, disminuyendo las resistencias periféricas e implicando a los vasos de capacitancia en los que, asimismo, producen relajación. Los a1-bloqueantes prazosina, terazosina y doxazosina se pueden utilizar en el tratamiento de la hipertensión arterial leve o moderada • Presentan asimismo una discreta actividad disminuidora de la masa ventricular izquierda. Junto a estas acciones se añaden efectos metabólicos. Mejoran también los síntomas obstructivos e irritativos en el paciente con hipertrofia benigna de próstata. • El efecto indeseable más común es la producción de una acentuada hipotensión, particularmente de índole postural Hipotensores de acción central • La clonidina y alfa metildopa, presentan como actividad principal la capacidad de estimular los a2-adrenoceptores en el SNC, determinando una disminución de las descargas pre y posganglionares en el sistema noradrenérgico, dando lugar a hipotensión, bradicardia y disminución del gasto cardíaco. Beta bloqueantes • Disminuyen la frecuencia sinusal a dosis que suprimen los marcapasos ectópicos cardíacos. La reducción de la frecuencia sinusal es mínima en reposo, pero reducen el aumento de la frecuencia provocado por el ejercicio o estados emocionales. • Suprimen los potenciales de acción Ca2+-dependientes provocados por las catecolaminas que se conducen muy lentamente y que facilitan la reentrada del impulso cardíaco. • Deprimen la excitabilidad, la velocidad de conducción • Los b-bloqueantes disminuyen la fuerza contráctil del miocardio, así como la frecuencia cardíaca, por lo que inicialmente reducen el gasto cardíaco. Ello pone en marcha un reflejo, mediante barorreceptores, que tiende a incrementar las resistencias vasculares periféricas, a pesar de lo cual la tensión arterial desciende. • La actividad hiporreninémica, con la disminución consecuente de la actividad angiotensina II, así como los efectos sobre el SNC en el sentido de atenuar la activación adrenérgica • También suprimen el automatismo anormal que aparece en tejidos cardíacos anormalmente despolarizados (isquemia y fibrosis) y la actividad desencadenada por pospotenciales tempranos y tardíos causados por las catecolaminas en el miocardio isquémico. • Exhiben propiedades antianginosas, ya que mejoran la perfusión subendocárdica, disminuyen las demandas miocárdicas de O2 (reducen la frecuencia, la contractilidad y la poscarga) e inhiben la agregación plaquetaria, la lipólisis y la captación miocárdica de ácidos grasos. Diuréticos • Los diuréticos (clasificados como diuréticos del asa, tiazidas y ahorradores de K+) producen una pérdida neta de Na+ y agua del organismo actuando directamente sobre el riñón. • Los diuréticos más utilizados para el tratamiento de la hipertensión son las tiazidas y su derivado, la clortalidona, y los diuréticos del asa. Si bien todos incrementan la pérdida de sal y agua con la consiguiente reducción del volumen plasmático a corto plazo, unos y otros actúan de manera diferente a nivel renal. En lo que se refierea la acción antihipertensora, la diferencia principal entre ellos estriba en que las tiazidas precisan de una función renal aceptable para tener efecto (creatinina sérica menor de 2,5 mg/dl), mientras que los diuréticos del asa incluso pueden actuar con función renal disminuida. • La acumulación de ácidos orgánicos endógenos en la insuficiencia renal da lugar a un bloqueo del propio transporte tiazídico en el túbulo proximal, con pérdida de la respuesta. • Las tiazidas interfieren en el transporte de sodio, incrementando la eliminación de sodio, cloruros y agua; asimismo aumenta la excreción de potasio, magnesio, fosfatos, bromuros y yodo. La acción antihipertensiva, en definitiva, se atribuye a la dilatación arteriolar y consiguiente disminución de resistencias periféricas, por disminución del contenido celular en sodio y disminución de la excitabilidad • Los diuréticos ahorradores de potasio espironolactona y amilorida poseen una actividad antihipertensora moderada. • La propiedad de reducir la eliminación renal de iones K+ parece que produce mejores efectos que el suplemento de K+ sobre las concentraciones celulares de éste. Por ello se utilizan ampliamente como medicación combinada con las tiazidas y análogos en el tratamiento de la hipertensión. • Diuréticos de asa: Poseen mayor efecto natriurético y eliminan mayor cantidad de agua libre en comparación con los diuréticos tiazidicos. • Administrados en dosis elevadas para el manejo de insuficiencia renal severa conservan su acción diurética, característica que no poseen los diuréticos tiazidicos. Antianginosos • Una de las causas más frecuentes de muerte es la cardiopatía isquémica ocasionada por un déficit de riego sanguíneo coronario. La principal manifestación sintomática de esta patología es la angina de pecho, que se caracteriza por un dolor retrosternal intenso y de carácter compresivo, que a menudo irradia al hombro izquierdo y a la superficie flexora del brazo izquierdo o a otras localizaciones. • Otras manifestaciones clínicas de la cardiopatía isquémica son el infarto agudo de miocardio, la muerte súbita y la insuficiencia cardíaca. • a) Angina de esfuerzo. El dolor se desencadena por ejercicios físicos, emociones u otras circunstancias que aumentan la demanda de oxígeno por el miocardio. En ella se diferencian cuatro grados progresivamente crecientes de gravedad, según si el esfuerzo que la desencadena es desde extenuante (grado I) hasta mínimo (grado IV). La angina de esfuerzo suele deberse a una aterosclerosis coronaria oclusiva. • b) Angina de reposo. Ocurre de forma espontánea, sin relación con esfuerzos. Aparentemente se debe a un vasospasmo coronario que reduce el aporte de oxígeno al miocardio. • c) Angina mixta. Coexisten la angina de esfuerzo y la de reposo sin predominio claro de ninguna de ellas. • Asimismo, según su forma evolutiva se puede diferenciar entre angina estable e inestable. La angina estable es aquella cuyas características clínicas no han variado en el último mes; suele tratarse de una angina de esfuerzo de larga evolución. La angina inestable ha aparecido o empeorado en los últimos 30 días. Por lo general se debe a un empeoramiento agudo de la irrigación cardíaca por rotura parcial de una placa ateromatosa con trombosis coronaria incompleta, aunque también puede deberse a vasospasmo u otras causas. • En condiciones basales, el corazón extrae gran parte (65-75 %) del oxígeno contenido en la sangre coronaria que lo irriga. Cuando existe un aumento del trabajo cardíaco, se incrementan los requerimientos miocárdicos de oxígeno. Estos mayores requerimientos no pueden satisfacerse exclusivamente por una extracción adicional del oxígeno sanguíneo, por lo que es preciso aumentar el riego coronario. En un individuo normal, el flujo sanguíneo coronario puede incrementarse de 4 a 6 veces si es necesario. • el riego sanguíneo de las distintas regiones cardíacas es heterogéneo y comparativamente existe una irrigación menor de la región subendocárdica que de la subepicárdica. Esto se debe a que durante la sístole todo el músculo cardíaco se contrae hacia el centro del ventrículo, lo que genera un gradiente de presión intramiocárdica. Así, la presión en el área subendocárdica es mucho mayor que en la región subepicárdica y el flujo sanguíneo coronario en los vasos transmurales y subendocárdicos es mínimo. • Para compensar esta relativa isquemia subendocárdica causada por la contracción cardíaca, durante la diástole se pone en marcha un mecanismo autorregulador que favorece una vasodilatación coronaria subendocárdica y genera mayor aporte sanguíneo a esta zona que a la subepicárdica. • En cualquier caso, a pesar de este mecanismo compensador, los aumentos de la demanda o las disminuciones de la oferta de oxígeno al corazón podrán causar alteraciones isquémicas más fácilmente y en mayor medida en la zona subendocárdica Antiarrítmicos • Las alteraciones del ritmo cardíaco son el resultado de anomalías en: a) la génesis del impulso cardíaco (alteraciones del automatismo), y b) la secuencia de activación del miocardio (alteraciones de la conducción o reentrada). • El impulso cardíaco nace en el nodo sinoauricular (SA) que genera 60-90 potenciales de acción por minuto. Desde allí, el impulso se propaga a las aurículas, atraviesa el nodo auriculoventricular (AV) y, mediante el sistema especializado de conducción de His- Purkinje, invade ambos ventrículos que responden a la onda de propagación contrayéndose de forma sincrónica. La conducción del impulso por el nodo AV es un proceso lento que permite que la contracción auricular participe en el proceso de llenado ventricular antes que los ventrículos se contraigan. • Grupo I: fármacos cuyo mecanismo de acción es el bloqueo de los canales de Na+ dependientes del voltaje. Los fármacos pertenecientes a este grupo inhiben la Na y, por lo tanto, disminuyen la velocidad de conducción y la excitabilidad cardíacas. • Grupo II: fármacos que actúan bloqueando receptores b-adrenérgicos. • Grupo III: fármacos cuyo mecanismo de acción es producir una prolongación de la duración del potencial de acción y, por lo tanto, del período refractario. • Grupo IV: fármacos bloqueantes de los canales de Ca2+ dependientes del voltaje de tipo L. Al inhibir la Ca, disminuirán la velocidad de conducción y el período refractario de las células cardíacas de los nodos SA y AV, así como de células cardíacas anormalmente despolarizadas. Grupo I • Este efecto produce, como consecuencia, una disminución de la excitabilidad y de la velocidad de conducción intracardíaca. Esta disminución de la velocidad de conducción es capaz de suprimir las arritmias por reentrada, ya que el área de bloqueo unidireccional se convertirá en un área de bloqueo bidireccional. • Subgrupo IA: fármacos con cinética de recuperación intermedia (comprendida entre 1 y 6 seg). • Subgrupo IB: fármacos con cinética de recuperación rápida (comprendida entre 0,3 y 1 seg) que además acortan la duración del potencial de acción. • Subgrupo IC: fármacos con una cinética lenta de recuperación del bloqueo (mayor de 8 seg). • • Quinidina: Por su capacidad para inhibir la Na, disminuye la excitabilidad y la velocidad de conducción intraauricular e intraventricular, por lo que ensancha el complejo QRS del ECG. • A nivel vascular, produce vasodilatación e hipotensión tanto por una acción directa sobre la fibra muscular lisa vascular como por sus propiedades bloqueantes a-adrenérgicas. • Procainamida: Es un derivado del anestésico local procaína con propiedades similares a las de la quinidina. Sin embargo, presenta menor acción antimuscarínica, lo que explica por qué produce mayor efecto depresor de la frecuencia sinusal y de la conducción AV. También presenta propiedades bloqueantes ganglionares y vasodilatadoras directas que son responsables de la hipotensión. • Lidocaína: No modifica la frecuencia sinusal, pero suprime el automatismo del sistema de His-Purkinje, el automatismo anormaly la actividad desencadenada por pospotenciales tempranos y tardíos. Tampoco altera la excitabilidad, la velocidad de conducción de las células auriculares, del nodo AV o del ventrículo. • Amiodarona: presenta propiedades antiarrítmicas, vasodilatadoras y antianginosas. La acción antiarrítmica de la amiodarona es múltiple, ya que bloquea diversas corrientes de salida de K+ (grupo III), la Na (grupo I) y la Ca (grupo IV), exhibe propiedades vasodilatadoras y antianginosas y, además, a altas dosis bloquea de forma no competitiva los a y b-adrenoceptores (grupo II). Inotrópico Antianginoso Beta bloqueantes Bloqueadores de calcio IECA ARA II Diuréticos Bibliografía • Flórez, J., Armijo, A., & Mediavilla, A. (1998) Farmacología humana. Consideraciones generales, Barcelona –España, tercera edición • Vademecum farmacoterapéutico del Ecuador 2011, Tercera edición
Compartir