Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
SÍNDROME DEL OPERCULO TORÁCICO INTRODUCCIÓN El síndrome del operculo torácico es un complejo clínico de enorme impor- tancia desde el punto de vista de manejo del dolor, no solamente por sus aspectos diagnósticos, en los cuales uno de los pilares es la sintomatología de heperalgesia de la extremidad com- prometida, sino desde el ángulo mismo del tratamiento, que tiene unas impli- caciones de gran importancia para el cirujano y en particular para el aneste- siólogo especializado en este campo, DEFINICIÓN La palabra "OPERCULO" está defi- nida en el Diccionario de la Lengua Española como: "Pieza generalmente redondeada que cierra algunas apertu- ras del cuerpo de los animales a modo de tapadera". El síndrome del Operculo torácico es el conjunto de síntomas y signos se- cundarios a la comprensión de estruc- turas del piejo branquial y, secundaria- mente, del sistema arteriovenoso sub- Daniel Alvarez, M.D. Fernando Guzmán Mora, M.D.** Fernando Vargas Vélez, M.D.*** clavio, debido a anomalías óseas y musculares que estenosan el área ana- tómica de la salida del tórax hacía el miembro superior. Este síndrome ha tenido una gran cantidad de sinónimos: Síndrome de la Salida del tórax Síndrome de la costilla cervical Síndrome de los escalenos Síndrome costoclavicular Síndrome de hiperabducción de los miembros superiores Síndrome de la primera costilla dorsal Síndrome Hombro-Mano Síndrome del Martil lo neumático Trombosis venosa de esfuerzo Síndrome del pectoral menor Síndrome subcoracoideo Síndrome braquiocefálico Síndrome de la cabeza humeral Braquialgia parestésíca nocturna Se presenta más frecuentemente en mujeres que en hombres, con una relación de 4:1 y en edades que oscilan entre los 25 y los 40 años. • Cirujano Cardiotorácico, Jefe, Cirugía de Tórax. Fundación Santa Fé de Bogotá. Profesor de Ciru- gía Escuela Colombiana de Medicina y Colegio Mayor del Rosario. Miembro correspondiente Aca- demia Nacional de Medicina, '* Residente I I I . Cirugía General Hospital de La Sarmaritana. Universidad Javeriana. * * * Cirujano Cardiovascular. Jefe. Cirugía Cardiovascular Fundación Santa Fé de Bogotá. 55 Alvarez, D. y col. En niños no se encuentran casi nunca debido al proceso de osificación de la clavícula y las costillas. HISTORIA La primera referencia clínica a un Síndrome del opérculo torácico se debe a Wil l iam Harvey en 1627. Sir Astley Paston Cooper describió en 1821 los síntomas déla compresión vasculonerviosa de la salida del tórax. En 1861 A. Coote planteó la resec- ción de la primera costilla cervical anómala como el tratamiento de elec- ción en este síndrome La compresión por la primera costilla fue enunciada por F. Branwell en 1903 y su resección propuesta por T. Murphy en 1910. A. Adson y J. Coofey diseñaron la escalenectomía en 1927. El abordaje axilar fue descrito por D. Ross y J. Owen desde 1966. Lord, en 1971, propone la resección de la clavícula. D. Ross añade la resección de la segun- da costilla como parte integral del tratamiento, así como la sección del tendón costocoracoideo y del músculo escaleno medio. ANATOMÍA En los esquemas se puede ver que las estructuras que van a sufrir la compresión en casos de síndrome del opérculo torácico son los troncos del piejo branquial, la arteria subclavia y la vena subclavia, las cuales se encuen- tran delimitadas por la clavícula, el músculo escaleno anterior, el músculo subclavio, la apófisis transversa de la primera costilla y el músculo escaleno medio. (Fig. 1). 56 Figura 1 Anatomía del opérculo torácico FISIOPATOLOGIA Y CLÍNICA Los sitios de compresión pueden ser: - Triángulo interescalénico (Escalenos medio y anterior unidos a la primera costilla. - Espacio costoclavicular. - Ángulo coracoideo-pectoral. - Costilla cervical. Desde otro punto de vista, esta compresión sobra la primera costilla puede ser debido a dos causas funda- mentales; 1. Fibromuscular: Escaleno anterior, Pectoral menor, ligamento costoco- racoideo, membrana costoclavicular e hipertrofia del músculo subclavio. 2. Oseo: Costilla cervical, proceso transverso largo, clavícula anómala y articulación de la primera a la segunda costilla. Opérculo torácico Los hallazgos histopatológicos de la compresión neurológica son progresi- vos en la secuencia siguiente: Cambios en la vascularización del nervio perifé- rico, degeneración del tejido conectivo, cambios localizados de la fibra nerviosa y cambios difusos de degeneración Walleriana. Las velocidades de conducción se correlacionan con el grosor de la vaina de mielina y su amplitud con el número de fibras presentes. Por ésto, al comien- zo los estudios electrodiagnósticos pue- den ser normales. CUADRO CLÍNICO De acuerdo al sitio de compresión, los síntomas se pueden agrupar en: 1. Arteriales: Varían del vasoespasmo a la franca gangrena isquémica se- cundaria a trombosis. Pueden ade- más observarse algunas formas de aneurisma, distrofia vasomotora re- fleja, síndrome de Raynaud y claudi- cación intermitente de la mano. 2. Venosos: Cianosis de la mano, ede- ma y distensión venosa. Ocasional- mente puede presentarse una t rom- bosis venosa axilosubclavia (Sín- drome de Paget Schroetter), trombo- flebitis del miembro superior, t rom- boembolismo pulmonar, fístulas ar- teriovenosas y edema linfático del antebrazo y la mano. 3. Neurológicos: Se agrupan en dos tipos: A. Compresión de la parte alta del piejo braquial (C4-C7), con síntomas de dolor en cabeza, cuello y nuca. B. Compresión de la parte baja del piejo braquial (C8-T1), con síntomas a nivel de brazo, antebrazo y mano. Ambos grupos pueden presentar parestesias, dolor, debilidad y atrofia de grupos musculares. Desde el punto de vista clínico se encuentran tres estados: 1. Síntomas tempranos provocados mediante maniobras posicionales. 2. Síntomas moderados, correspon- dientes a compresión de las fibras nerviosas. Estos pueden ser tipo sensitivo: parestesias de mano y antebrazo, dolor torácico, dolor cer- vical y dolor del hombro. Y síntomas motores si se comprome- ten las respectivas fibras. 3. Síntomas severos, secundarios o de generación walleriana. En este caso se pueden observar atrofias muscu- lares localizadas y áreas hipo e hiperestesia en el miembrosuperior. Lo anterior tiene implicación clínica: El fenómeno de doble aplastamiento nervioso. Cuando un nervio se encuen- tra comprimido en algún sitio anatómico, la parte distaI se hace susceptible a compresiones en otras áreas de su trayecto. La piel de la mano posee corpúsculos mecanoceptores de presión (Complejo de Merkel) y de movimiento (Corpúscu- los de Paccini y de Meissner). Las pruebas pueden buscar dos tipos de sistemas receptores: El de adaptación rápida, que se investiga mediante la identificación de objetos a través de presión. El de adaptación lenta, que se estu- dia a través de la función de garra y presión continua de la mano. Existen pruebas ya bien diseñadas para investigar estos sistemas aún más específicamente: El umbral de sistema de adaptación lenta, o de presión, se mide a través de los monofilamentos de Semines Weinstein y el de adaptación 57 Alvarez, D. y col. rápida con pruebas vibratorias con el denominado bioestesiómetro. La presencia de fasciculaciones y fíbrilación muscular son signos de muy mal pronóstico, Los estudios electrofisiológicos son fundamentales en la evaluación de estos pacientes. Probablemente el más popular sea el test de velocidad de conducción del nervio cubital de Urschel. El período de latencia a través de un segmento ner- vioso determinado y su amplitud de respuesta son medidos luego de estí- mulo del nervio. La velocidad se calcula en base a estos hallazgos. Debe insístirse en el tipo de actividad que provoca los síntomas en el pacien- te, incluyendo posiciones durante el sueño. Es además indispensable des- cartar la presenciade compresiones extrínsecas debidas a tumores, trauma y enfermedades sistémicas. Las maniobras clínicas son tres: 1. Prueba de Adson. En esta se valora la presencia de pulso radial y bra- quial asociado a la aparición de síntomas al elevar la mandíbula y extender el cuello. Luego se pide al paciente rotar la cabeza hacia el lado afectado. Con ésta se valoran los músculos escalenos, (Fig. 2). 2. Prueba costoclavicular de Falconer y Weddell. En ella se evalúa el pulso y la aparición de síntomas al elevar los hombros hacia adelante y hacía atrás. (Fig, 3). Figura 3 Prueba Costoclavicular de Falconer-Wedell 3. Prueba de hiperabducción de Wright. Al colocar el brazo en hiperabducción y la mano en rotación externa se valora la ausencia de pulsos en el brazo y el antebrazo. Se completa elevando los brazos por encima de la cabeza. (Fig. 4) Figura 4 Prueba de Wright (Hiperabducción) Alvarez, D. y col. D IAGNOSTICO DIFERENCIAL En el diagnóstico diferencial deben considerarse las siguientes entidades: - Discopatía cervial - Síndrome del túnel carpiano - Bursitis y tendinit is del hombro - Espondilitis cervical - Compresión cubital a nivel del codo - Esclerosis múltiple - Tumor medular - Angina pectoris - Mastodinia - Vasculitis de miembros superiores. EXAMENES PARACLINICOS Sirven para confirmar la impresión clínica e incluyen Radiografías de la columna cervical, rayos X de tórax y Arteriografía subclavia, En casos especiales se solícita ade- más Flebografía y Tomografía Axial de la región para descartar otros diagnós- ticos. Cuando sea necesario se pueden practicar estudios con Doppler, Pletis- mografía digital y Dúplex Scan. TRATAMIENTO Es inicialmente a base de fisiotera- pia dirigida basada en los llamados "Ejercicios de Peet", que equilibran el balance muscular en hombro y cuello. Se acepta que en 10 a 20 sesiones debe haber mejoría desde el punto de vista clínico y de pruebas paraclínicas. La cirugía se indica específicamente en las siguientes circunstancias: 1. Dolor intratable. 2. Compromiso de la función motriz de la mano. 3. Incapacidad para trabajar por claudi- cación vascular. 60 4. Excesiva medicación para controlar los síntomas. 5. Alteraciones de personalidad se- cundarias al dolor. 6. Signos de compresión vascular. El procedimiento quirúrgico se en- camina a liberar el mecanismo o "Dis- posit ivo" osteomuscular que ocasiona el atrapamiento de la arteria y los nervios. El cirujano debe ir preparado a efectuar lo que sea necesario para obtener un buen resultado anatómico y funcional, incluyendo la resección de la primera costilla, de la segunda, de costillas cervicales anómalas, de ban- das fibrosas o musculares, e incluso de exploración de la arteria, la vena y los nervios atrapados. Los abordajes quirúrgicos se clasifi- can en: 1. Supraclavicular 2. Transaxilar 3. Subclavicular 4. Posterior. El más aceptado hoy en día es el transaxilar de Ross y Owens, pues se encamina a resecar la estructura ósea que constituye la raíz del problema: La primera costilla. (Fig. 5) Sin embargo, el criterio del cirujano debe dirigirse a aliviar la compresión neuroarterial y en esto se incluyen otras estructuras ya mencionadas, como las costillas cervicales, la segunda costilla y los tejidos fibromusculares a que se ha hecho mención previamente. La exposición quirúrgica con esta técnica es excelente, excepto en casos de inflamación axilar asociada, en fa cual la disección puede ser difícil y requiere de buena experiencia para evitar lesionar las estructuras vascula- res y nerviosas locales. (Fig. 6) Opérculo torácico La vía subclavícular t iene indicación específica en casos de opérculo torácico bilateral, para exposición combinada, La vía posterior es complicada, br in- da una exposición limitada e implica sección muscular amplia. Se indica únicamente en reoperaciones. COMPLICACIONES Aparte de las complicaciones se- cundarias a cualquier procedimiento quirúrgico y anestésico mayor, se des- criben principalmente las siguientes: 1. Lesión del piejo braquial Se debe a lesión directa de las raíces nerviosas, sea por excesiva manipula- ción quirúrgica, compresión por separa- dores mecánicos o sección inadvertida de la raíz de T1 . Esto ocasiona déficit motores que pueden ser irreversibles. 2. Dolor postoperatorio Puede llegar a la causalgia, descrita como dolor quemante intenso de todo el brazo. 3. Lesión del Nervio Torácico Largo Se ocasiona debilidad del músculo serrato anterior, con aparición de la denominada "Escápula alada". 4. Neumotorax. 5. Síntomas recurrentes. Se deben a varias causas: A. Atrapamiento cicatricial en el lecho de la primera costilla. B. Regeneración de la primera costilla. C. Compresión entre la segunda costi- lla y la clavícula. D. Resección incompleta de la primera costilla. 61 Figura 6 Resección de la Costilla El abordaje supraclavicular se reser- va para aquellos casos en que se demuestre compromiso de las estructu- ras altas del piejo braquial. Tiene la enorme desventaja del re- sultado estético. Además, pueden lesio- narse con facilidad estructuras nervio- sas y la misma arteria subclavia. Su indicación se limita a casos en que se requiera reconstrucción arterial y se usa, en general, asociado con el abordaje arterial conjunto. Alvarez, D, y col. E. Resección de la segunda costilla únicamente (Recordar que ésta pue- de ser la causa de la compresión en estos pacientes). F. Compresión por costilla cervical a pesar de la resección de la primera costilla. REOPERACiONES Debido a que las fallas en el trata- miento quirúrgico son frecuentes, a pesar de una técnica impecable, se deben evaluar los síntomas postopera- torios de acuerdo al tipo de compresión que ya se ha mencionado, baja o alta. Se puede utilizar de nuevo el aborda- je transaxilar, con resección de la primera costilla no resecada o incom- pletamente resecada, resección de las inserciones de los músculos escalenos, sección de bandas fibrosas alrededor de la arteria, neurolisis de raíces nerviosas (C5-C8). Otros utilizan el abordaje posterior con buenos resultados. La resección de segmentos adicio- nales de la primera costilla» o de costi- llas adicionales, no deja limitaciones funcionales graves y puede efectuarse sin complicaciones. REFERENCIAS 1. fvlaekinnom S. Thoracie Outlet Syndrome - Brachial Plexus Nerve Compression: A Basis forSensory Evaluation and Testing - Postgra- duate Course. American College of Surgeons. SanFrancisoo, 1990. 2. Gill iat R., LeQuesne P., Summer S. Wast ing of the hand Associated w i t h a cervical rrbor band, J. Neurol. Neurosurg. Psichíatry 1970; 33: 615-626, 3. Urschel H„ Razzuk M., Parekh M. et al. Objective diagnosis (Ulnar Conduction Veloci- ty} and Current Therapy of the Thoracie Outlet Syndrome. Ann Thorac Surg. 1971 ; 12:608-620. 4. Roos D. The place for scalenotomy and f irst rib reseotíon in thoracie outlet syndrome. Surgery 1982; 92 :1077-1085. 5. Rooa D. Thoracie outlet syndrome. A rch . Surg.. 1966; 93 : 71-74. 6. Roos, D. Congenital anomalias associated w i t h thoracie outlet sundrome. A m . J. Surg. 1976; 132: 771-778. 7. Sanders R„ Monsour J., Gerber W. et al . Scalenotomy versus first ríb resection for treatment of thoracie outlet syndrome. Surge- ry 1979; 85: 109 -121 . 8. Qvarfordt P., Ehrenfeld W., Stoney R. et al Supraclavicular radical scalenotomy and transaxil lary f irst rib resection for the thoracie outlet syndrome. A m . J. Surg. 1984; 148:111 - 116. 9. Urschel H., Razzuk M. Management of the thoracie outlet syndrome. N. Engl. J. Med. 1972; 286: 1140-1143. 10. Urschel H., Razzuk M., Alberts J. et a l . Reoperation for recurrent thoracie outlet syndrome. Ann Thoracie Surg. 1976; 2 1 ; 19- 25, 11 . Urschel H., Razzul M. The failed operat ionfor thoracie Outlet Syndrome: The díff iculty of diagnosisand menagement. Ann Thoracie Surg. 1986; 42: 523-528. 12. Sessions R. Reoperation for toracic outlet syndrome. J. Cardiovasc. Surg. 1989; 434 - 444. 62
Compartir