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Una Vida de excelencia [Resumen]

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Vida de excelencia
1 Vida de excelencia
La excelencia como forma de vida, parte de principios simples y de reglas rígidas, un profundo sentido
del liderazgo y la capacidad de reinventarse a uno mismo.
Si alguna vez en la intimidad has sentido la necesidad de hacer un cambio en tu vida porque estás
insatisfecho, aprovecha este impulso y dirige ese cambio.
Algunas veces la necesidad de cambiar surge de la necesidad de estar llenos y de alejar el vacío.
El vacío es insatisfacción, nace de nuestra incapacidad de vivir con excelencia y nos llena de
frustración, que nace de nuestro egoísmo caprichoso.
La plenitud es vivir la excelencia, es estar satisfecho de uno mismo, es saberse el dueño del imperio de
uno mismo.  Es amarse a sí mismo y consagrarse al servicio de los demás, especialmente a los que
tenemos más cerca, padres, hermanos, algún día hijos, familiares, los amigos y aquellos a los que
apreciamos, incluso a los extraños.
El cambio es una constante de vida, la vida es un movimiento constante, pero el tiempo y el destino
están en nuestras manos, el cambio debe ser dirigido por nuestra propia voluntad.
La dirección que tomemos pude acercarnos o alejarnos de los demás, si el cambio es bueno, nos
acercará, si es malo nos alejará.
Nuestra capacidad de reinventarnos es nuestra capacidad de cambiar, estar más cerca de los
demás implica una capacidad de ser deseados a los ojos de las personas; si damos lo mejor de
nosotros seremos apreciados y deseados, extrañados y amados, nos habremos reinventado a los ojos
de los demás.
Cuando la gente nos acepta es porque somos agradables, positivos, útiles; la gente desea que
estemos cerca porque damos soluciones y nuestra presencia irradia satisfacción, ilusión, alegría;
porque somos auténticos y nos mostramos como somos, esto nos acerca a los demás.
La prueba de fuego llega cuando vemos hacia adentro de nosotros mismos, cuando nos buscamos a
nosotros, ahí dentro debemos buscar los que nos anima, ambición, poder, dinero, placer, nada, vacío,
la excelencia.
Si dentro de mí he descubierto lo que me anima, entonces he descubierto quien soy yo, porque lo que
me anima es lo que yo soy, si lo que me anima es la pasión por ser excelente entonces seré excelente,
es la capacidad de ser mejor.
El rumbo de la excelencia está trazado por los valores, la verdad, la bondad, la belleza, la superación
personal y el bien común.
La intención de cambiar no es suficiente, el cambio debe pasar del corazón a las manos, para
entregar a todos lo mejor de uno mismo, para crear una cultura de excelencia.
Los hábitos de excelencia deben ser adecuados a las necesidades de aquellos con quienes
convivimos. En el darnos a los demás está la excelencia, en el hacerlo hasta que duela, para que esté
bien hecho, en el servir, en el hacerlo bien, con pasión, con ilusión.
La excelencia es una manera permanente de ser, es hacer las cosas bien, sin errores, con actitud y
voluntad de servir.
El liderazgo comienza con nuestro propio convencimiento de que buscamos la excelencia como
forma de vida, por el bien que nos otorga a nosotros mismos y los que nos rodean.
Si nos convencemos de adoptar la excelencia como forma de vida, con pasión, entonces ya está en
nosotros la capacidad de ser líderes.
http://formacionenlinea.academica.mx/mod/book/view.php?id=72713&chapterid=7820
La perfección no existe, no es propia de los hombres, pero la excelencia y la mejora continua son
capacidades a nuestro alcance.
El cambio empieza por nuestras actitudes, pero si cambiamos de actitud nos acercamos al cambio de
hábitos. Esta es la clave para ser líderes del siglo XXI.

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