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La Fijación de metas [Resumen]

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Condicionamientos y metas I
6 Fijación de metas y liderazgo personal
NUESTRAS METAS EN LA VIDA
Para lograr el éxito en la vida a través del liderazgo personal es fundamental tener en la mira unas
metas que lograr, nazcan de mí o me vengan dadas por otros como objetivos a lograr.  Una persona
que no tenga claras en la vida ciertos objetivos o metas, nunca llegará a tomarlas con pasión y, por
tanto, a convencer a otros de ellas. Los grandes líderes son aquellos que han sabido captar alguna
meta, basarla en sólidos valores personales o sociales, y lanzarse a realizarlas, incluso sacrificando otros
valores de la vida.  S. Pablo decía: El Reino de Cristo me urge, y para esa meta vivió y por esa meta
murió.  Naturalmente hay metas que comprometen toda la vida y hay metas que se van fijando para
lograr ciertos objetivos.
LAS BASES PARA UNA FIJACIÓN DE METAS
No debe confundirse la fijación de metas con los sueños, con el dejarse llevar por la fantasía.  Las
metas son el preludio de la acción, un camino a recorrer. Son un ejercicio del deseo de liderazgo
personal. Para fijar, pues, las metas hay que seguir unas pautas y seguir unas reglas:
Metas personales y concretas: Cada líder, a la hora de establecer unos objetivos, ha de procurar
forjarse para su acción unas metas en las que él realmente crea y que al mismo tiempo sean
concretísimas. A menos que sus metas estén basadas en sus propios valores internos, ni siquiera
podrá visualizarlas correctamente. Las metas deben ser aquellas realidades en las que uno cree.
Pero, al mismo tiempo, han de ser muy concretas. No se puede en un liderazgo perseguir un
objetivo etéreo. Cuanto más concretas las metas, más fácil de analizar, conseguir y obtener.
Metas positivas: Una meta, expresada negativamente, quita a un liderazgo una cierta eficacia.
Una responsable de equipo, ante un problema de puntualidad, hallará más respuesta en dicho
equipo, si sabe formular positivamente una meta que acabe con la impuntualidad que si
simplemente dice: "no hay que ser impuntuales". Emocional y mentalmente ayuda más una idea
positiva, aunque exija esfuerzo y lucha, que una idea negativa. A una persona que hace dieta le
ayudará más imaginarse a sí misma esbelta, flaca y sana, que pensar en los 20 kilos que ha de
bajar de peso.
Metas realistas: No se habla de metas pobres o mediocres. Realistas significa que debe tratarse de
objetivos que una persona es capaz gustosamente de trabajar. Hay en la vida metas muy altas,
pero al mismo tiempo son realistas. De hecho, además, una meta alta es más fácil de alcanzar
que una pobre. Mientras más pobre es la meta, menor será su valor motivacional. Las metas
pobres acarrean desgana. El realismo implica también el saber esperar para lograr un objetivo con
un grupo humano. Tal vez hoy no es posible lograr lo que puedo lograr mañana y pasado mañana
sería ya tarde.  Ahora bien, también el realismo tiene mucho que ver con lo que un líder espera de
aquellos a los que lidera.
Metas profundas: Se puede perder el tiempo en la vida en la lucha por metas cuyo significado es
instrascendente. Una vez logradas, uno se da cuenta de que no ha logrado nada. Es por ello
importante que el líder busque objetivos en profundidad, que, una vez conseguidos, solucionen
definitivamente los problemas que trae entre manos.  La captación de líderes es difícil, pero
soluciona de una vez por siempre los grandes problemas de la iglesia actual. Los grandes líderes
siempre han dejado una huella significativa en el mundo. Los líderes de pacotilla han levantado
mucho humo, pero el humo se ha disipado enseguida. Así por ejemplo, las metas dirigidas al "ser"
(en cualquiera de sus dimensiones), gozan de mayor valor que las dirigidas al "tener".
 
http://formacionenlinea.academica.mx/mod/book/view.php?id=72715&chapterid=7834
http://formacionenlinea.academica.mx/course/view.php?id=1948&section=7
CLASES DE METAS
No todas las metas son iguales. No todas tienen iguales poderes de automotivación.  Algunas están a
mano, y otras quedan lejos. Unas metas versan sobre cosas, otras sobre el cambio de la persona.
Algunas son claras y nítidas, y otras son difíciles de conceptualizar. Por todo ello es necesario darles un
orden adecuado que ayude a su consecución.
Metas a corto plazo: Ayudan mucho a adquirir confianza en sí mismo. Mientras a más corto plazo
sean, más motivación se suele tener. Y, si se alcanza una meta importante, el entusiasmo
aumentará. También ayudan a subir un escalón y a tener una visión más amplia de lo que se
quiere, sin embargo, no hay que confundir nunca estas metas con metas pobres. No hay meta sin
reto. Son a corto plazo en el sentido del tiempo requerido, pero no en cuanto al esfuerzo. A pesar
de todo, es importante no habituarse a trabajar sólo con metas a corto plazo.
Metas a largo plazo: Un líder es una persona que sabe mirar hacia el futuro. El futuro, no sólo para
contemplarlo, sino para afrontar con una serie de objetivos a lograr. Es signo de gran madurez en
el liderazgo saber planear a futuro. En la visión de un líder las metas a largo plazo constituyen una
necesidad. Hay realidades que sólo se pueden conseguir a largo plazo. Las metas a largo plazo
exigen un trabajo detallado, previsor, paciente a corto plazo, que cristaliza a largo plazo en metas
grandes, eficaces y atractivas. Quien no sabe esperar, dejará que se pierdan grandes bienes.
 
METAS TANGIBLES E INTANGIBLES
Metas tangibles: Hay en la vida metas fácilmente visualizables, que nacen de necesidades
inmediatas o urgentes. Nada le cuesta al que tiene hambre formular la meta de conseguir
comida. En estas metas tangibles se proyectan en el campo del liderazgo aquellos objetivos más
claros y necesarios que tiene un líder, sea a corto o largo plazo. Es algo que se toca y que, por
tanto, se siente con urgencia. Es importante saber catalogarlos y dedicar a ellos la energía
necesaria para salir adelante en el liderazgo.
Metas intangibles: Se trata de metas más profundas, no siempre visualizables, pero demasiado
importantes para lograr un objetivo. Para un presidente municipal es más fácil visualizar la
necesidad de pavimentar una calle con baches que pensar en un programa de elevación de las
costumbres morales de la población. Pero ciertamente, el líder que no es capaz de ahondar en
profundidad en la orientación de su liderazgo puede terminar por ser un líder mediocre. Hay que
conocer demasiado bien lo que se busca, para poder fijar metas también adecuadas.

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