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250 © 2022. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos Estreñimiento Johanna C. Iturrino y Anthony J. Lembo 19 ÍNDICE DEL CAPÍTULO DEFINICIÓN Y SÍNTOMAS DE PRESENTACIÓN . . . . . . . . . . . . 250 EPIDEMIOLOGÍA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 251 Prevalencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 251 Incidencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 251 Perspectiva de salud pública . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 251 FACTORES DE RIESGO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 251 Sexo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 251 Edad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 252 Grupo étnico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 252 Clase socioeconómica y nivel educativo . . . . . . . . . . . . . . . . 252 Dieta y actividad física . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 252 Uso de medicamentos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 252 FUNCIÓN DEL COLON . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 253 Contenido luminal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 253 Absorción de agua y sodio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 253 Diámetro y longitud . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 253 Función motora . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 253 Inervación y células intersticiales de Cajal . . . . . . . . . . . . . . 254 Función de la defecación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 254 Tamaño y consistencia de las heces . . . . . . . . . . . . . . . . . . 254 CLASIFICACIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 254 FISIOPATOLOGÍA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 254 Estreñimiento de tránsito normal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 254 Estreñimiento de tránsito lento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 255 Trastornos de la defecación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 255 CAUSAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 256 Trastornos anorrectales y del suelo pélvico . . . . . . . . . . . . . 256 Trastornos sistémicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 257 Enfermedades del sistema nervioso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 258 Trastornos estructurales del colon, el recto y el ano . . . . . . . 259 Medicamentos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 260 Trastornos psicológicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 260 Impactación fecal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 260 VALORACIÓN CLÍNICA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 261 Anamnesis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 261 Exploración física . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 261 PRUEBAS DIAGNÓSTICAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 261 Pruebas de enfermedades sistémicas . . . . . . . . . . . . . . . . . 261 Pruebas de enfermedad estructural . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 262 Mediciones fisiológicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 262 TRATAMIENTO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 265 Medidas generales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 265 Compuestos terapéuticos específicos . . . . . . . . . . . . . . . . . 267 Otras formas de tratamiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 273 El estreñimiento es un término usado para describir la percepción que tiene una persona de alteración de la defecación, que incluye heces duras, dificultad para la defecación y sensación de evacuación incom pleta, entre otras. El estreñimiento crónico se diagnostica cuando una persona describe síntomas de estreñimiento, al menos durante 3 me ses consecutivos. El estreñimiento crónico habitualmente se debe a un trastorno de la propulsión colónica y/o de la evacuación rectal1 y puede dividirse en 3 categorías: estreñimiento de tránsito lento, estreñimiento de tránsito normal y trastorno de la evacuación rectal. Existe un solapamiento importante entre estas entidades1,2. Las causas secundarias de estreñimiento crónico son menos frecuentes e incluyen trastornos mecánicos, neurológicos, hormonales y metabólicos, así como los efectos de tratamientos farmacológicos. El estreñimiento crónico afecta a una proporción sustancial de la población occidental y es especialmente prevalente en mujeres, niños y ancianos. Muchas personas con estreñimiento no acuden al médico, pero, puesto que el estreñimiento afecta al 331% de la población, aún generó casi 3 millones de consultas médicas en EE. UU. en 20103. En la mayoría de las personas afectadas, no requiere ninguna intervención o esta es mínima, mientras que, para otros, el estreñimiento puede ser difícil de tratar y afecta negativamente a su calidad de vida. En estos casos hay que descartar causas secundarias de estreñimiento. DEFINICIÓN Y SÍNTOMAS DE PRESENTACIÓN En inglés, los términos más frecuentes usados por adultos jóvenes sanos para definir el estreñimiento son straining («hacer fuerza», 52%), hard stools («heces duras», 44%) e inability to have a bowel movement («incapacidad de realizar una deposición», 34%)4. El análisis de los datos de la National Health Interview Survey (NHIS) de EE. UU. encontró que, en 10.875 personas mayores de 60 años, hacer fuerza y deposiciones duras eran los conceptos más asociados con estreñimiento autorreferido5. La definición de estreñimiento también varía entre los profe sionales sanitarios6. La definición médica clásica de estreñimiento, basada en el límite de confianza inferior al 95% para adultos sanos en Norteamérica, ha sido de tres deposiciones o menos a la semana7. Las descripciones de frecuencia de deposiciones, no obstante, a menudo son inexactas y se correlacionan mal con las quejas de estreñimien to8 y las personas que refieren estreñimiento tienen a menudo un conjunto más amplio de síntomas, como heces duras, sensación de evacuación incompleta, molestias abdominales, plenitud, esfuerzo excesivo, sensación de bloqueo durante la defecación y distensión abdominal2. En un intento de estandarizar la definición de estreñimiento, se desarrolló una definición de consenso inicialmente por parte de expertos internacionales en 1992 (criterios del comité de consenso de Roma I)9, que fue revisada en 1999, 2006 y 201610 (criterios de Roma II,III y IV, respectivamente [cuadro 19.1])11,12. Los criterios de Roma incorporan los múltiples síntomas del estre ñimiento, de los cuales la frecuencia de deposiciones solo es uno, y requieren la presencia de dos síntomas como mínimo en, al menos, el 25% de las deposiciones. Los criterios de Roma incluyen síntomas indicativos de disinergia del suelo pélvico u obstrucción de la salida (p. ej., sensación de obstrucción o taponamiento anorrectal y uso de maniobras para facilitar la defecación) y permiten que los pacientes tengan episodios infrecuentes de heces sueltas sin usar laxantes. Los Descargado para Juan Escorcia Gomez (jescorcia@unab.edu.co) en Autonomous University of Bucaramanga de ClinicalKey.es por Elsevier en febrero 12, 2023. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2023. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. CAPÍTULO 19 Estreñimiento 251 19 © E ls ev ie r. Fo to co p ia r si n a u to ri za ci ó n e s u n d el it o . criterios de Roma requieren que los síntomas estén presentes en los 3 me ses previos, con un inicio, al menos, 6 meses antes del diagnóstico. Los criterios de Roma IV reconocen que los trastornos funcionales del intestino, como el SII con estreñimiento y el estreñimiento cró nico, forman parte de un espectro y que puede haber síntomas que se solapen13. El American College of Gastroenterology define el estreñimiento como defecación insatisfactoria caracterizada por deposiciones infre cuentes, dificultades con la defecación o ambos14. Las dificultades con la defecación incluyen hacer fuerza, sensación de dificultad para evacuar las heces, evacuación incompleta, heces duras/con bultos, tiempo de defecación prolongado o necesidad de maniobras manuales para evacuar las heces. EPIDEMIOLOGÍA Prevalencia La prevalencia estimada de estreñimiento es del 14% (intervalo de confianza [IC] del 95%, 1217) según un metaanálisis de 41 estudios con más de 261.000 individuos de todo el mundo15. La prevalencia de estreñimiento oscila entre el 3 y el 31% de la población en los países occidentales1631, y varía según las características demográficas de la población, definición de estreñimiento (p. ej., síntomas referidos, menos de tres deposiciones a la semana, criterios de Roma) y método de encuesta (p. ej., cuestionario postal, entrevista). Por lo general, la prevalencia es más alta cuando el estreñimiento es referido por la propia persona16 y mínima si se aplican los criterios de Roma. La frecuencia es mayor en mujeres, ancianos y personas con nivel socioeconómico menor. Según la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición (NHANES), la prevalencia de estreñimiento en la población general de EE. UU. definida por la consistencia de las heces (es decir, tipo 1 o 2 en la escala de Bristol32, fig. 19.2) era mayor que la definida por la frecuencia de deposiciones (es decir, menos de 3 por semana) (7,2%; IC95%, 78, frente al 3,1%, IC95%, 34, res pectivamente)33. Incidencia Talley y cols. evaluaron a 690 habitantes no ancianos del condado de Olmsted, Minnesota, EE. UU., en un momento basal y tras 12 20 meses34. El estreñimiento, definido como hacer fuerza a menudo al defecar y evacuar heces duras, realizar menos de tres deposiciones semanales o ambas cosas, estaba presente en el 17% de los que res pondieron al primer estudio y en el 15% en el segundo. La tasa de estreñimiento nuevo en este trabajo resultó de 50/1.000 personasaño, mientras que la tasa de desaparición era de 31/1.000 personasaño. En un estudio similar se valoró a los residentes en el momento basal y unos 12 años después. La incidencia acumulada de estreñimiento a lo largo del periodo de 12 años era del 17,4% y, en las personas menores de 50 años, resultaba más alta en las mujeres (18,3%) que en los hombres (9,2%)35,36. Perspectiva de salud pública El estreñimiento es un motivo de consulta médica frecuente y pare ce que la frecuencia de estas visitas y los costes asociados van en aumento. Entre 2007 y 2012, el estreñimiento representó casi 3 mi llones de visitas ambulatorias en EE. UU.3. Según datos de la National Emergency Department Sample, la frecuencia de consultas a urgencias por estreñimiento en EE. UU. aumentó el 41,5% entre 2006 y 2011, y los costes asociados aumentaron el 121,4%37. Apro ximadamente, el 85% de las consultas médicas por estreñimiento motivaban la prescripción de laxantes o catárticos38. En el contexto de una organización de mantenimiento de la salud, la media de los costes sanitarios directos anuales para el estreñimiento se ha estimado en 7.522 dólares, con costes a cuenta de las personas de 390 dólares al año39. A lo largo de 15 años, las mujeres con estreñimiento incu rrieron en unos costes médicos directos (63.591 dólares) de más del doble de las mujeres sin estreñimiento (24.529)40. En 2004, los costes directos del estreñimiento se aproximaron a 1.600 millones de dólares, con costes indirectos de 140 millones, lo que coloca al estreñimiento entre las 10 primeras causas de trastornos digestivos en costes directos atribuibles41. En un análisis de consultas médicas por estreñimiento en EE. UU. entre 2001 y 2004, el 33% de los pacientes que precisaron atención médica fueron visitados por internistas y médicos de familia, seguido de pediatras (21%) y especialistas en el aparato digestivo (14,1%)42. Sin embargo, no todos los pacientes consultan al médico por estreñimiento. Como se mostró en una encuesta canadiense a escala nacional, solo el 34% de las personas que refirieron estreñimiento habían acudido a un médico por sus síntomas16. FACTORES DE RIESGO Aunque los factores de riesgo para el estreñimiento no se han evaluado sistemáticamente, el sexo femenino, la edad avanzada, pertenecer a un grupo étnico distinto del blanco, un nivel bajo de ingresos y educativo, y la actividad física escasa se han asociado al estreñimiento crónico8,15,30,43. Otros factores de riesgo consisten en el uso de algunos fármacos (p. ej., paracetamol [>7 comprimidos a la semana], ácido ace tilsalicílico, otros AINE)20 y algunos trastornos médicos subyacentes (v. más adelante). La dieta y el estilo de vida también podrían afectar al desarrollo de estreñimiento (cuadro 19.2). Sexo La prevalencia de estreñimiento autorreferido es de dos a tres veces mayor en las mujeres que en los hombres18,26,30,44, especialmente en mujeres en edad fértil, y las deposiciones infrecuentes (p. ej., una vez a la semana) son descritas casi exclusivamente por las mujeres32. En un metaanálisis de 26 estudios, la prevalencia agrupada de estreñimiento en las mujeres era del 17,4% (IC95%, 13,421,8), casi el doble que la prevalencia en hombres, que era del 9,2% (cociente de probabilidades, 2,2; IC95%, 1,872,62)15. No se conoce el motivo del predominio CUADRO 19 .1 Criterios de Roma IV para el estreñimiento funcional 1. Deben estar presentes dos o más de los siguientes*: a. Fuerza excesiva durante al menos el 25% de las deposiciones. b. Heces con bultos o duras† al menos en el 25% de las depo siciones. c. Sensación de evacuación incompleta al menos en el 25% de las deposiciones. d. Sensación de obstrucción/taponamiento anorrectal al menos en el 25% de las deposiciones. e. Maniobras manuales para facilitar al menos el 25% de las deposiciones (p. ej., evacuación digital, soporte del suelo pélvico). f. Menos de tres deposiciones espontáneas a la semana. 2. Las heces sueltas raramente están presentes sin el uso de laxantes. 3. Criterios insuficientes para SII. *Los criterios se cumplen en los 3 meses previos, con un inicio de los síntomas al menos 6 meses antes del diagnóstico. †Tipos 1 o 2 de la escala de Bristol (v. fig. 19.2). Tomado de Lacy BE, Mearin F, Chang L, et al. Bowel disorders. Gastroenterology. 2016;150:13931407.e5. CUADRO 19 .2 Factores de riesgo de estreñimiento Edad avanzada. Escasa actividad física. Grupo étnico distinto del blanco.Nivel de educación bajo. Nivel socioeconómico bajo. Sexo femenino. Uso de algunos medicamentos (v. cuadro 19.3). Descargado para Juan Escorcia Gomez (jescorcia@unab.edu.co) en Autonomous University of Bucaramanga de ClinicalKey.es por Elsevier en febrero 12, 2023. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2023. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. PARTE III Síntomas, signos y problemas biopsicosociales252 femenino. El tiempo de tránsito colónico es considerablemente mayor en las mujeres durante la fase lútea del ciclo menstrual que en la fase folicular, cuando las concentraciones de estrógenos son relativamente bajas45. Se ha observado una reducción de las concentraciones de hormonas esteroideas en las mujeres con estreñimiento idiopático grave, aunque la relevancia clínica de este hallazgo es dudosa46. Se ha descrito que la sobreexpresión de receptores de progesterona en las células del músculo liso del colon regula a la baja proteínas G contráctiles y al alza proteínas G inhibidoras47. La sobreexpresión de receptores de progesterona en las células epiteliales del colon también se asocia con reducción del transportador de serotonina, concentraciones altas de 5hidroxitriptamina (5HT) y normales de triptófano hidroxilasa48. Además, la sobreexpresión del receptor B de progesterona en las células musculares del colon, que las harían más sensibles a las concentraciones fisiológicas de progesterona, se ha propuesto como explicación del estreñimiento grave de tránsito lento en algunas mujeres49. Edad La prevalencia de estreñimiento autocomunicado en los ancianos oscila entre el 15 y el 30%, y la mayoría de los estudios18,43,50,51, aun que no todos15,16,18,20,30,52, muestran un incremento de la prevalencia con la edad. El estreñimiento en los ancianos se debe a esfuerzo excesivo y heces duras53 más que a un descenso de la frecuencia de deposiciones. En una muestra comunitaria de 209 personas de 65 a 93 años, el síntoma principal usado para describir el estreñimiento era la necesidad de hacer fuerza para la defecación; solo el 3% de los hombres y el 2% de las mujeres referían que la frecuencia promedio de deposiciones era inferior a tres a la semana54. Causas posibles de la mayor frecuencia de fuerza excesiva en los ancianos son menor ingesta de alimentos, movilidad reducida, debilitamiento de los músculos de la pared abdominal y pélvica (síndrome del periné des cendente), enfermedades crónicas, factores psicológicos y medica mentos, especialmente analgésicos55. Los ancianos también tienden a acudir al médico por estreñimiento con más frecuencia. En un análisis de consultas médicas por estreñimiento en EE. UU. entre 1958 y 1986, la frecuencia estaba en torno al 1% en las personas menores de 60 años, el 12% en las de 60 a 65 años y el 35% en las mayores de 6538. El estreñimiento resulta especialmente problemático en los ingresados en residencias, ya que se ha descrito en la mitad de dicha población, y el 5074% usan laxantes diariamente55. Del mismo modo, los ancianos hospitalizados parecen tener un riesgo alto de desarrollar estreñimiento. Un estudio de pacientes en una planta de geriatría en Reino Unido mostró que hasta el 42% tenía impactación fecal56. Un estudio en 34 residencias de EE. UU. mostró que la frecuencia de estreñimiento crónico era del 71% (IC95%, 6774), con una frecuencia autorreferida de impactación fecal del 47% (IC95%, 4451)57. En un estudio en Finlandia, el 79% de las mujeres y el 81% de los hombres en una residencia refirieron estreñimiento crónico o un trastorno de evacuación rectal5861. El estreñimiento también es frecuente en los niños menores de 4 años62. En Gran Bretaña, la frecuencia de consultas por estreñi miento en medicina general fue del 23% para los niños de 0 a 4 años, en torno al 1% para las mujeres de 15 a 64, el 23% en ambos sexos con 6574 años y el 56% de los pacientes de 75 o más años. La retención fecal con escape de heces es una causa frecuente de alteración de la calidad de vida y necesidad de atención médica en la infancia. Grupo étnico En Norteamérica, los grupos étnicos no blancos refieren estre ñimiento con más frecuencia que los blancos. En un estudio de 15.014 personas, la frecuencia fue del 17,3% en los no blancos y el 12,2% en los blancos8,30,63. En ambos grupos se encontraron aumentos de la prevalencia específicos de la edad8. Los datos rela tivos al estreñimiento en los países en desarrollo son limitados. Un metaanálisis que incluyó estudios principalmente de Norteamérica y Europa del Norte, y unos pocos estudios de Sudamérica y Oriente Medio mostró que la prevalencia de estreñimiento crónico era similar en todos los países, entre el 14 y el 16%15. Un estudio que comparaba la frecuencia en Sudamérica y Asia encontró frecuencias de estreñimiento equiparables, con tasas del 21,7% en Colombia y el 16,7% en Corea del Sur51. En países asiáticos, como China, Corea, Hong Kong e India, la prevalencia de estreñimiento oscila entre el 8,2 y el 16,8%6466. En Sri Lanka describían estreñimiento (definido según los criterios de Roma III mediante una encuesta autoadministrada) el 15,4% de los niños entre 10 y 16 años. La prevalencia de estreñimiento era considerablemente mayor en los niños con antecedentes familiares de estreñimiento (el 49 frente al 14,8%), los residentes en un área afectada por la guerra (el 18,1 com parado con el 13,7%) y los asistentes a colegios urbanos (el 16,7 fren te al 13,3%)67. Clase socioeconómica y nivel educativo Se ha descrito que un nivel socioeconómico y un nivel educativo más bajos son factores de riesgo para el estreñimiento crónico. En estudios poblacionales, las personas con menores ingresos tienen tasas de estreñimiento más altas que los que tienen más ingresos8,12,28,30. De forma similar, las personas con menor nivel educativo tienden a presentar una prevalencia de estreñimiento mayor que los que tienen un nivel educativo más alto8,16,30,63. Datos agrupados de un metaanálisis mostraron un aumento modesto de la prevalencia de estreñimiento crónico en personas de nivel socioeconómico más bajo, comparado con individuos de mayor nivel socioeconómico15. Estos resultados se han reproducido en otros países, como Brasil, Alemania y Croacia6870. Dieta y actividad física Los estudios transversales no han relacionado una ingesta escasa de fibra con el estreñimiento33,71, aunque los datos indican que un mayor consumo de fibra reduce el tiempo de tránsito colónico y aumenta el peso y la frecuencia de las heces72. Un análisis del Nurses Health Study, que valoró el hábito intestinal autorreferido de 62.036 mujeres entre 36 y 61 años, puso de manifiesto que las mujeres que estaban en el quintil más alto de ingesta de fibra (mediana de la ingesta, 20 g al día) y que hacían ejercicio diariamen te tenían el 68% menos de probabilidades de referir estreñimiento, definido como dos deposiciones semanales o menos, que las mujeres que estaban en el quintil menor de ingesta de fibra (mediana de la ingesta, 7 g al día) y hacían ejercicio menos de una vez a la semana43. Aunque otros estudios observacionales han respaldado un efecto protector de la actividad física sobre el estreñimiento, los resultados de estudios diseñados para comprobar esta hipótesis son contradictorios. En uno, los síntomas de estreñimiento no mejoraron tras un programa de ejercicio de 4 semanas73. Del mismo modo, entre empleados del Department of Veterans Affairs, los niveles de actividad física no se diferenciaban entre los que padecían estreñimiento o los que no74. Se ha identificado la deshidratación como un factor de riesgo potencial del estreñimiento. Algunos estudios observacionales, aunque no todos, han encontrado una asociación entre el tránsito intestinal lento y la deshidratación75,76. Sin embargo, en alumnas japonesas de dietética, la ingesta total de agua no se asociaba con el estreñimiento71.Aunque a los pacientes con estreñimiento se les aconseja siempre que aumenten su ingesta de líquidos, el beneficio de una mayor ingesta de líquidos no ha sido investigado exhaus tivamente. Uso de medicamentos En una revisión de 7.251 pacientes con estreñimiento crónico (y con troles no estreñidos) de una base de datos de medicina general, los medicamentos asociados de manera importante con estreñimiento fueron opiáceos, diuréticos, antidepresivos, antihistamínicos, espasmo líticos, antiepilépticos y antiácidos a base de aluminio (cuadro 19.3)52. Se descubrió, además, que el uso de paracetamol (>7 comprimidos a la semana), ácido acetilsalicílico y otros AINE estaba asociado con un riesgo mayor de estreñimiento20. Descargado para Juan Escorcia Gomez (jescorcia@unab.edu.co) en Autonomous University of Bucaramanga de ClinicalKey.es por Elsevier en febrero 12, 2023. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2023. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. CAPÍTULO 19 Estreñimiento 253 19 © E ls ev ie r. Fo to co p ia r si n a u to ri za ci ó n e s u n d el it o . FUNCIÓN DEL COLON Contenido luminal El contenido principal de la luz colónica son residuos alimenta rios, agua y electrolitos, bacterias y gas. Los hidratos de carbono no absorbidos, como almidones y polisacáridos no almidones, que llegan al ciego sirven de sustrato para la proliferación y fermentación bacteriana, y se transforman en ácidos grasos de cadena corta y gas (v. cap. 17). De promedio, las bacterias representan cerca del 50% del peso de las heces77. En un análisis de heces de nueve personas sa nas con una dieta británica metabólicamente controlada, las bacterias constituían el 55% de los sólidos totales y la fibra representaba, apro ximadamente, el 17% del peso de las heces78. Se está empezando a explorar la implicación de la microbiota intestinal en el estreñimiento (v. cap. 3)79,80. Un metaanálisis indicó que el salvado de trigo aumenta el peso de las heces y reduce el tiempo de tránsito colónico medio en voluntarios sanos78. El efecto del salvado podría deberse, principalmente, al aumento de la masa en la luz del colon; la masa mayor estimula la actividad motora propulsora. La naturaleza particulada de algunas fibras quizás estimule también el colon. Se demostró que la ingesta de salvado grueso (10 g dos veces al día) reduce el tiempo de tránsito colónico en torno a un tercera parte, mientras que la ingesta de la misma cantidad de salvado fino no lograba descensos significativos77. Del mismo modo, la ingesta de partículas de plástico inerte de un tamaño similar al del salvado grueso aumentaba la producción fecal a casi el triple de su propio peso y disminuía el tiempo de tránsito colónico81. Absorción de agua y sodio El colon absorbe ávidamente sodio y agua (v. cap. 101). El colon extrae la mayor parte de los 1.0001.500 ml de líquido que atraviesan la válvula ileocecal y deja solo 100200 ml de agua fecal al día. El intercambio sodiocloro y el transporte de ácidos grasos de cadena corta son los mecanismos principales para estimular la absorción de agua en el colon. La absorción de agua en el colon también depende de una función intacta de la barrera epitelial que evite la difusión retró grada de electrolitos y otros solutos una vez que han sido absorbidos a través del epitelio1. Un mecanismo fisiopatológico propuesto en el estreñimiento es que el tránsito retrasado deja más tiempo para la degradación bacteriana de los sólidos fecales y aumenta la absorción de NaCl y agua, reduciendo así el peso y la frecuencia de las deposiciones y aumentando su consistencia82,83. Diámetro y longitud Un colon ancho o largo podría conducir a una velocidad menor de tránsito colónico (v. cap. 100). Aunque solo una pequeña proporción de los pacientes con estreñimiento tiene megacolon o megarrecto, la mayoría de los pacientes con dilatación del colon o recto refieren estreñimiento. Una anchura del colon superior a 6,5 cm a la altura del anillo pélvico en la radiografía realizada con enema de bario es anómala y se ha asociado con estreñimiento crónico84. Función motora El músculo del colon desempeña cuatro funciones principales (v. cap. 100): 1) retrasa el paso del contenido luminal para dejar tiempo a la absorción de agua; 2) mezcla el contenido y permite el contacto con la mucosa; 3) permite que el colon almacene heces entre las defecaciones, y 4) propulsa el contenido hacia el ano. La actividad muscular resulta afectada por el sueño y la vigilia, la comida, las emociones, el contenido del colon y los fármacos. El control nervioso es, en parte, intrínseco y, en parte, extrínseco, por los nervios simpáticos y el flujo de salida sacro parasimpático. El tiempo de tránsito colónico medio en voluntarios sanos es de 3435 h, con un límite superior de la normalidad de 72 h85,86. En algunos pacientes, el tránsito colónico lento se debe al retraso en el paso de material en el colon ascendente y transverso (colon proximal) más que en el colon izquierdo8789. Otros pacientes muestran tránsito lento en el lado izquierdo y derecho del colon90. El peristaltismo es intrínseco del intestino y consiste en contracción segmentaria combinada con relajación distal. Las neuronas motoras excitadoras activadas por acetilcolina causan contracciones del mús culo liso intestinal, mientras que las neuronas inhibidoras activadas por ATP y óxido nítrico causan relajación1. El peristaltismo puede activarse por estímulos químicos o mecánicos que son detectados por las células enterocromafines y los mecanorreceptores de los gan glios entéricos. Una vez iniciado, el peristaltismo puede propagarse a largas distancias, moviendo así material a lo largo del intestino1. Las células enterocromafines sintetizan serotonina (5HT) en respuesta a nutrientes, ácidos grasos de cadena corta, sales biliares y estímulos mecánicos. La 5HT activa de forma retrógrada las neuronas motoras excitadoras y de forma anterógrada las neuronas motoras inhibidoras, produciendo así peristaltismo. CUADRO 19 .3 Causas secundarias de estreñimiento OBSTRUCCIÓN MECÁNICA Cáncer colorrectal. Compresión extrínseca. Estenosis. Estenosis anal. Rectocele o sigmoidocele. MEDICAMENTOS Agonistas del receptor µopioide (p. ej., fentanilo, loperamida, morfina). AINE (p. ej., ibuprofeno). Antagonistas de la 5hidroxitriptamina 3 (p. ej., alosetrón). Antiácidos (con aluminio). Anticolinérgicos (p. ej., fármacos antiparkinsonianos, antipsicóticos, espasmolíticos, antidepresivos tricíclicos). Antiepilépticos (p. ej., carbamazepina, fenobarbital, fenitoína). Antineoplásicos (p. ej., derivados de la vinca). Bloqueadores de los canales del calcio (p. ej., verapamilo). Diuréticos (p. ej., furosemida). Paracetamol (>7 comprimidos a la semana). Suplementos de calcio. Suplementos de hierro. TRASTORNOS METABÓLICOS Y ENDOCRINOS Diabetes mellitus. Feocromocitoma. Gestación. Hipercalcemia. Hipertiroidismo. Hipopotasemia. Hipotiroidismo. Intoxicación por metales pesados (p. ej., arsénico, plomo, mercurio). Panhipopituitarismo. Porfiria. TRASTORNOS NEUROLÓGICOS Y MIOPÁTICOS Accidente cerebrovascular. Amiloidosis. Dermatomiositis. Enfermedad de Chagas. Esclerodermia generalizada. Esclerosis múltiple. Lesión medular. Neuropatía autónoma. Parkinsonismo. Pseudoobstrucción intestinal. Síndrome de ShyDrager. Descargado para Juan Escorcia Gomez (jescorcia@unab.edu.co) en Autonomous University of Bucaramanga de ClinicalKey.es por Elsevier en febrero 12, 2023. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2023. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. PARTE III Síntomas, signos y problemas biopsicosociales254 Las propulsiones del colon son de dos tipos básicos: contracciones propagadas de baja amplitud (CPBA) y contracciones propagadas de alta amplitud (CPAA)91. La frecuencia y la duración de las CPAA están reducidasen algunos pacientes con estreñimiento. En un estudio que incluyó a 14 pacientes con estreñimiento de tránsito lento, durante un periodo de 24 horas 4 pacientes no tuvieron ningún movimiento peristáltico, mientras que en los otros 10 los movimientos peristálticos fueron menores en número y de duración más corta en comparación con los controles sanos92. Contracciones retrógradas repetitivas de 2 a 6 ciclos por minuto en el rectosigma pueden servir como mecanismo de «freno». Inervación y células intersticiales de Cajal El estreñimiento, especialmente el de tránsito lento, puede estar relacionado con disfunción autónoma93,94. Los estudios histológicos han demostrado cifras anómalas de neuronas del plexo mientérico implicadas en el control inhibidor o excitador de la motilidad coló nica, que provocan, por tanto, una cantidad reducida de sustancia P, un transmisor excitador95, y mayores cantidades de los transmisores inhibidores polipéptido intestinal vasoactivo (VIP) y óxido nítri co (NO) (v. cap. 4)96. Las células intersticiales de Cajal (CIC) son células marcapasos intestinales que desempeñan un papel en la mediación de señales excitadoras e inhibidoras entre el sistema nervioso entérico y las células del músculo liso (v. caps. 99 y 100)1. Inician ondas lentas a lo largo de todo el tubo digestivo. Las imágenes confocales de las CIC en los pacientes con estreñimiento de tránsito lento muestran no solo un número reducido de CIC, sino también una morfología anómala, con marcas irregulares de superficie y un número menor de dendritas. En los pacientes con estreñimiento de tránsito lento, se ha demostrado que la cifra de CIC está reducida en el colon sigmoide97 o en todo el colon98,99. El examen anatomopatológico de piezas de colectomía de 14 pacientes con estreñimiento grave intratable ha revelado cifras reducidas de CIC y células ganglionares mientéricas por todo el colon100. Función de la defecación El proceso de la defecación en las personas sanas comienza con un periodo predefecación durante el cual aumenta la frecuencia y amplitud de las secuencias de propagación (tres o más ondas de presión sucesi vas). Estímulos como caminar y las comidas (reflejo gastrocólico, también conocido como reflejo gastroileal) estimulan este proceso. En pacien tes con estreñimiento de tránsito lento, este periodo predefecación está amortiguado y puede faltar91. El reflejo gastrocólico también está re ducido en personas con estreñimiento de tránsito lento. A menu do hay heces en el recto antes de sentir la necesidad de defecar. Habitualmente, esta se experimenta cuando las heces contactan con receptores en el conducto anal superior. Cuando se resiste la necesidad, es posible que se produzca un movimiento retrógrado y el tiempo de tránsito aumenta en todo el colon (v. cap. 100)101. Aunque la posición de sedestación o en cuclillas parece facilitar la defecación, el beneficio de esta última no ha sido bien estudiado en pacientes con estreñimiento102. La flexión completa de las caderas alarga el conducto anal en una dirección anteroposterior y abre el ángulo anorrectal, lo que promueve el vaciamiento del recto103. La contracción del diafragma y los músculos abdominales eleva la presión intrapélvica y el suelo pélvico se relaja simultáneamente. La actividad del músculo estriado expulsa el contenido rectal, con escasa contribución de las ondas propulsoras colónicas o rectales. La relajación coordinada del músculo puborrectal (que mantiene el ángulo anorrectal) y el esfínter anal externo en el momento en que la presión está aumentando en el recto provoca la expulsión de las heces (fig. 19.1). La longitud del colon vaciado en la defecación espontánea se extien de con más frecuencia desde el colon descendente hasta el recto104. Cuando la acción propulsora del músculo liso es normal, la defecación suele requerir solo un mínimo esfuerzo voluntario. Si las ondas coló nicas y rectales son infrecuentes o faltan, sin embargo, es posible que no aparezca la necesidad normal de defecar105. Tamaño y consistencia de las heces En un estudio con personas sanas a quienes se les pidió que expulsaran esferas duras de distintos tamaños desde la ampolla rectal, la presión intrarrectal y el tiempo necesario para evacuar los objetos estaban en relación inversa a sus diámetros. Las heces pequeñas y duras son más difíciles de expulsar que las grandes y blandas. Cuando se estudiaron heces simuladas de mayor tamaño, las heces duras tardaban más en expulsarse que un objeto de goma y silicona blando de, aproximada mente, el mismo tamaño y volumen. Del mismo modo, más personas fueron capaces de expulsar un balón comprimible lleno de 50 ml de agua que una esfera dura de 1,8 cm106. Las heces humanas varían en consistencia de pequeñas masas duras a líquidas. El contenido en agua de las heces determina su consistencia. Un tránsito colónico rápido del residuo fecal conduce a una menor absorción de agua y (quizás, en contra de lo que se pueda pensar,) un aumento del contenido bacteriano de las heces. La escala de heces de Bristol32 se usa en la evaluación del estreñimiento y está considerada el mejor descriptor de la forma y consistencia de las heces (fig. 19.2). La consistencia fecal al parecer es un mejor factor predictivo del tiempo de tránsito intestinal total que de la frecuencia de defecaciones o del volumen de las heces107. CLASIFICACIÓN Hay que descartar causas secundarias de estreñimiento (p. ej., obs trucción del intestino delgado o grueso, medicamentos, enfermedades sistémicas), especialmente en pacientes que se presentan con estreñi miento de nuevo comienzo (v. cuadro 19.3). La mayoría de las veces, el estreñimiento crónico se debe a función alterada del colon o el recto (a veces denominado estreñimiento funcional). El estreñimiento funcional se divide en tres grandes categorías: estreñimiento de tránsito normal, estreñimiento de tránsito lento y trastornos de la defecación o evacuación rectal (tabla 19.1). En un estudio de más de 1.000 pacientes con estreñimiento crónico evaluados en la Mayo Clinic, se encontró que el 59% tenían estreñimiento de tránsito normal; el 25%, tras tornos de la defecación; el 13%, estreñimiento de tránsito lento, y el 3%, una combinación de un trastorno de la defecación y estreñimiento de tránsito lento108. FISIOPATOLOGÍA Estreñimiento de tránsito normal En el estreñimiento de tránsito normal, las heces se desplazan a lo largo del colon con una velocidad normal109. Estos pacientes pueden tener ideas erróneas sobre su frecuencia de deposiciones y a menudo muestran problemas psicosociales110. Algunos tienen anomalías de la función sensitiva y motora anorrectal indistinguibles Fig. 19.1 Fisiología de la defecación. La defecación precisa la relajación del músculo puborrectal, con descenso del suelo pélvico y apertura del ángulo anorrectal durante el esfuerzo, así como la relajación del esfínter anal interno. (Tomado de Lembo A, Camilleri M. Chronic constipation. N Engl J Med 2003;349:13608.) Descargado para Juan Escorcia Gomez (jescorcia@unab.edu.co) en Autonomous University of Bucaramanga de ClinicalKey.es por Elsevier en febrero 12, 2023. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2023. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. CAPÍTULO 19 Estreñimiento 255 19 © E ls ev ie r. Fo to co p ia r si n a u to ri za ci ó n e s u n d el it o . de las presentes en pacientes con estreñimiento de tránsito lento111. No está claro si una mayor capacidad de distensión rectal y menor sensación del recto son consecuencias del estreñimiento crónico o contribuyen a la ausencia de percepción de la necesidad de defecar, pero la mayoría de los pacientes tienen pruebas fisiológicas normales (v. más adelante). Estreñimiento de tránsito lento El estreñimiento de tránsito lento es el más frecuente en las mujeres jóvenes y se caracteriza por deposicionesinfrecuentes (menos de una a la semana). Los síntomas asociados son dolor abdominal, distensión y malestar general. Los síntomas suelen ser intratables y las medidas conservadoras, como suplementos de fibra y laxantes osmóticos, resultan habitualmente ineficaces112,113. El inicio de los síntomas es gradual y, por lo general, se produce alrededor de la pubertad. El estreñimiento de tránsito lento se debe a un trastorno de la función motora del colon. Los pacientes que tienen retrasos leves del tránsito colónico presentan síntomas similares a los observados en personas con SII (v. cap. 122)114. En los pacientes con síntomas más graves, la fisiopatología incluye retraso del vaciamiento del colon proximal y menos CPAA después de las comidas. Inercia colónica es el término usado para describir el trastorno en los pacientes con síntomas en el extremo más grave de la línea continua. En este trastorno, la actividad motora del colon no aumenta después de una comida115, ingestión de bisacodilo116 ni administración de un inhibidor de la colinesterasa como neostigmina117. Trastornos de la defecación Los trastornos de la defecación surgen de la imposibilidad de vaciar eficazmente el recto por incapacidad de coordinar los músculos abdominales, anorrectales y del suelo pélvico. Muchos pacientes con trastornos de la defecación también tienen estreñimiento de tránsito lento118. Los trastornos de la defecación también se conocen como anismo, disinergia, disinergia del suelo pélvico, síndrome del suelo pélvico espástico, obstrucción de la salida o defecación obstructiva. Estos trastornos son aparentemente adquiridos y pueden comenzar en la infancia. Podrían ser una conducta aprendida para evitar las molestias asociadas a la expulsión de heces duras de gran tamaño o el dolor asociado al intento de defecación ante una fisura anal activa o hemorroides inflamadas. Las personas con trastornos de la defecación a menudo tienen contracciones inapropiadas del esfínter anal cuando hacen fuerza (fig. 19.3). Este fenómeno puede aparecer en pacientes asintomáticos, pero es más frecuente en los que refie ren defecaciones difíciles119. Algunos pacientes con un trastorno de la defecación son incapaces de elevar la presión intrarrectal hasta el grado necesario para expulsar las heces, alteración que se manifiesta clínicamente por ausencia de descenso del suelo pélvico al hacer fuerza120. Fig. 19.2 Escala de las formas de heces de Bristol. Se muestran las formas fecales frecuentes y su consistencia en relación con el tiempo de tránsito intestinal total. (Tomado de Heaton KW, Radvan J, Cripps H, et al. Defecation frequency and timing, and stool form in the general population: A prospective study. Gut 1992;33:81824.) TABLA 19.1 Clasificación clínica del estreñimiento funcional Categoría Características Resultados de las pruebas fisiológicas Estreñimiento de tránsito normal Evacuación incompleta; puede haber dolor abdominal, pero no es una característica predominante Normales Estreñimiento de tránsito lento Deposiciones infrecuentes (p. ej., ≤1 a la semana), falta de necesidad de defecar, mala respuesta a la fibra y los laxantes, síntomas generalizados (p. ej., malestar general, cansancio); más prevalente en las mujeres jóvenes Retraso del tránsito colónico (p. ej., retención en el colon de >20% de los marcadores radiopacos 5 días después de su ingesta) Trastorno de la defecación* Episodios frecuentes de esfuerzo excesivo, evacuación incompleta, necesidad de maniobras manuales para facilitar la defecación Prueba de expulsión del balón y/o manometría anorrectal anómalas *Disfunción del suelo pélvico, anismo, síndrome del periné descendente y prolapso rectal. Fig. 19.3 Registros de electromiografía (EMG) y presión durante la defecación en una persona sana (control) y un paciente estreñido con un trastorno de la defecación. En ambos, la tos produce un aumento de la presión. Cuando el individuo control hace fuerza (registro superior), la actividad en el EMG del esfínter anal externo se inhibe y la presión en el conducto anal desciende. En un paciente estreñido con un trastorno de la defecación, la actividad en el EMG del esfínter anal no está inhibida al hacer fuerza y la presión en el conducto anal aumenta (registro inferior). Esta contracción paradójica ha recibido los nombres de anismo, disinergia anal y periné espástico. (Tomado de Preston DM, LennardJones JE. Anismus in chronic constipation. Dig Dis Sci 1985;30:41318.) Descargado para Juan Escorcia Gomez (jescorcia@unab.edu.co) en Autonomous University of Bucaramanga de ClinicalKey.es por Elsevier en febrero 12, 2023. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2023. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. PARTE III Síntomas, signos y problemas biopsicosociales256 Los trastornos de la defecación son especialmente frecuentes en los ancianos con estreñimiento crónico y esfuerzo excesivo al defecar: muchos de ellos no responden al tratamiento médico habitual121. Rara vez, estos trastornos se asocian con anomalías estructurales (p. ej., inva ginación rectal, rectocele obstructivo, megarrecto, descenso perineal excesivo)122. Los pacientes con trastornos de la defecación refieren, a veces, deposiciones infrecuentes, fuerza ineficaz y excesiva, y necesidad de desimpactación manual, pero los síntomas, especialmente en el caso de disfunción del suelo pélvico, no se correlacionan con los hallazgos fisiológicos123. Un grupo de trabajo de Roma ha especificado los criterios del diagnóstico de trastorno de la defecación recogidos en el cuadro 19.4124. Para que cumplan los criterios de Roma de un trastorno de la defecación, los pacientes deben cumplir los criterios de Roma de estreñimiento y tener evidencia de disfunción de los músculos del suelo pélvico determinada por pruebas fisiológicas (v. más adelante). La disinergia del suelo pélvico afecta a un subgrupo de estos pacientes en quienes el esfínter anal no se relaja más del 20% de su presión de reposo basal en el intento de defecación, a pesar de la presencia de fuerzas propulsoras correctas en el recto. Los pacientes con trastornos de la defecación tienen un volumen mayor de gas rectal comparado con otros tipos de estreñimiento, indicando así que las pruebas de imagen del recto (es decir, la TC) pueden ser un método sensible (>70%) y razonablemente específico (>60%) para distinguir un trastorno de la defecación de otros subtipos de estreñimiento125. La retención fecal funcional (RFF) es el trastorno de la defeca ción más frecuente en los niños. Se trata de una conducta aprendida que resulta de evitar la defecación, a menudo por temor a que sea dolorosa o por motivos sociales126. Los síntomas son frecuentes y pueden resultar en encopresis secundaria (incontinencia fecal) debida a la salida de heces líquidas alrededor de una impactación fecal. La RFF es la causa más frecuente de encopresis en la infancia (v. cap. 18)127. CAUSAS Trastornos anorrectales y del suelo pélvico Rectocele Un rectocele es la protrusión o desplazamiento del recto a través de un defecto en la pared rectal anterior. En las mujeres, el cuer po perineal soporta la pared rectal anterior (vaginal posterior) por encima de la unión anorrectal y una capa de fascia discurre desde el fondo de saco rectovaginal de Douglas hasta el cuerpo perineal y se adhiere a la pared posterior de la vagina. La pared rectal ante rior carece de soportes por encima del nivel del cuerpo perineal y el tabique rectovaginal puede protruir anteriormente formando un rectocele (fig. 19.4). Los rectoceles surgen del daño infligido al tabique rectovaginal o sus estructuras de soporte en el parto vaginal. Estas lesiones resultan agravadas por los incrementos repetitivos de la presión intraabdominal y los efectos a largo plazo de la gravedad. Puede haber prolapso de otros órganos pélvicos.La incontinencia urinaria y antecedentes de histerectomía son más frecuentes en los pacientes con rectocele que en los pacientes con defecación difícil sin rectocele demostrable128. Los estudios en los que se empleó defecografía (v. más adelante) han demostrado que los rectoceles son frecuentes en las mujeres sanas asintomáticas y pueden protruir hasta 4 cm desde la línea de la pared rectal anterior sin causar síntomas intestinales, aunque 2 cm es el límite inferior aceptado habitualmente de un rectocele que Fig. 19.4 Desarrollo de un rectocele. A, Anatomía normal de la pelvis femenina. La lámina del elevador es casi horizontal y da soporte al recto y la vagina. El cuerpo perineal da soporte a la pared posteroinferior de la vagina; por encima se encuentra el tabique rectovaginal. B, La debilidad del suelo pélvico provoca que el plano de la lámina del elevador sea más vertical. El cuerpo perineal está atenuado, lo que favorece la formación del rectocele. La laxitud del suelo pélvico también favorece el prolapso de la mucosa rectal. (Tomado de Loder PB, Phillips RKS. Rectocele and pelvic floor weakness. In: Kamm MA, LennardJones JE, editors. Constipation. Peterfield U.K.: Wrightson Biomedical; 1994. p 281.) CUADRO 19 .4 Criterios de Roma IV de los trastornos funcionales de la defecación* 1. El paciente tiene que cumplir los criterios diagnósticos de estreñimiento funcional y/o de SII con estreñimiento. 2. Durante varios intentos de defecar, el paciente debe tener signos de evacuación insuficiente, demostrada al menos por dos de las tres pruebas siguientes: a. Prueba de expulsión del balón anormal. b. Patrón de evacuación anorrectal anormal en la manometría o EMG de superficie anal. c. Evacuación rectal alterada en las pruebas de imagen. *Los criterios se cumplen los 3 meses anteriores, con un inicio de los síntomas al menos 6 meses antes del diagnóstico. Tomado de Rao SSC, Bharucha AE, Chiarioni G, et al. Anorectal disorders. Gastroenterology. 2016;150(6):143042. Descargado para Juan Escorcia Gomez (jescorcia@unab.edu.co) en Autonomous University of Bucaramanga de ClinicalKey.es por Elsevier en febrero 12, 2023. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2023. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. CAPÍTULO 19 Estreñimiento 257 19 © E ls ev ie r. Fo to co p ia r si n a u to ri za ci ó n e s u n d el it o . podría ser considerado como clínicamente relevante129. Los pacientes sintomáticos refieren incapacidad de completar la evacuación fecal, dolor perineal, sensación de presión local y aparición de una protu berancia en la apertura vaginal al hacer fuerza. Las mujeres refieren en ocasiones que tienen que usar los dedos para dar soporte a la pared posterior de la vagina y completar la defecación128. También es posible que describan la necesidad de usar los dedos para evacuar digitalmente el recto. La defecografía puede usarse para poner de manifiesto un rectocele, medir su tamaño y determinar si el bario queda atrapado en su interior. En un estudio, el atrapamiento de bario en los rectoceles variaba con el grado de vaciamiento rectal y se relacionaba con el tamaño del rectocele130. No obstante, no se ha demostrado que el tamaño del rectocele o el grado del vaciamiento en la defecación se correlacionen con los resultados de la reparación quirúrgica131,132. Las mujeres asintomáticas con rectoceles no requieren tratamiento quirúrgico. Los ejercicios de Kegel (diseñados para fortalecer los músculos del suelo pélvico que dan soporte a la uretra, la vejiga, el útero y el recto) y las instrucciones de evitar aumentos repetidos de la presión intraabdominal podrían ayudar a prevenir la progresión del rectocele133. Solo hay que considerar la cirugía en las pacientes que muestran retención de contraste en la defecografía y en quienes su estreñimiento se alivia mediante presión de los dedos en la vagina para facilitar la defecación134. La reparación quirúrgica puede realizarse con un abordaje endorrectal, transvaginal o transperineal. También es posible que haya otros tipos de prolapso genital y, en ocasiones, resulta apropiada la colaboración entre el cirujano y el ginecólogo. En pacientes bien seleccionadas, la reparación quirúrgica es útil en el 75% de los casos. En una revisión de 89 mujeres a las cuales se les realizó una reparación del rectocele transvaginal y transanal combinada por síntomas de defecación obstructiva, la reparación tuvo éxito en el 71% de las pacientes, así valorado por ausencia de síntomas des pués de 1 año135. Un estudio subsiguiente136 halló que los síntomas intestinales mejoraban en el 50% de pacientes y que la necesidad de digitación durante más tiempo era un factor de riesgo para síntomas postoperatorios persistentes. La reducción de tamaño del rectocele, evaluada con defecografía, no parece correlacionarse claramente con la mejoría de los síntomas132. Síndrome del periné descendente En el síndrome del periné descendente, el suelo pélvico desciende en mayor grado de lo normal (14 cm) cuando el paciente hace fuerza durante la defecación y la expulsión rectal es difícil. El ángulo ano rrectal se ensancha como resultado de la debilidad del suelo pélvico y el recto está más vertical de lo normal. El cuerpo perineal es débil (lo que facilita la formación de rectoceles) y el soporte muscular laxo favorece la intususcepción de la mucosa intrarrectal o el prolapso rectal. Es posible que el suelo pélvico no aporte la resistencia necesaria para la evacuación de heces sólidas a través del conducto anal. Una causa frecuente de debilidad del suelo pélvico es el traumatismo o distensión durante el parto. En algunos casos, parece que la defecación repetida y prolongada es un factor perjudicial. Los síntomas consisten en estreñi miento, evacuación rectal incompleta, fuerza excesiva y necesidad de evacuación rectal digital137. Los estudios electrofisiológicos muestran una denervación parcial del músculo estriado y datos de lesión en el nervio pudendo (v. más adelante). El examen histológico de las piezas quirúrgicas de los músculos del suelo pélvico confirma la pérdida de fibras musculares. Sensibilidad rectal reducida La necesidad de defecar depende, en parte, de la tensión en la pared rectal (determinada por el tono del músculo circular de la pared rectal), la tasa y el volumen de la distensión rectal y el tamaño del recto. Algu nos pacientes con estreñimiento al parecer sienten el dolor de forma normal a medida que el recto se distiende hasta el máximo volumen tolerable, pero con volúmenes intermedios no sienten la necesidad de defecar138. En un estudio de mujeres con estreñimiento idiopático grave era necesaria una corriente de estimulación eléctrica más alta de lo normal aplicada a la mucosa rectal para provocar dolor, lo que apunta a una posible neuropatía sensitiva rectal139. La hiposensibilidad rectal (HR) se define como insensibilidad del recto a la distensión con balón en el estudio fisiológico anorrectal, aunque la fisiopatología de la HR no se ha dilucidado por completo. El estreñimiento es el síntoma de presentación más frecuente de la HR. En un estudio de 261 pacientes con HR, el 38% tenían antecedentes de cirugía pélvica; el 22%, de cirugía anal, y el 13%, de traumatismo raquídeo140. Prolapso rectal y síndrome de la úlcera rectal solitaria El prolapso rectal de espesor completo y el síndrome de la úlcera rectal solitaria son parte de un conjunto de defectos que surgen del debilitamiento del suelo pélvico. Algunos pacientes refieren múltiples visitas infructuosas al cuarto de baño, haciendo fuerza durante mucho tiempo en respuesta a un deseo constante de defecar. El paciente tiene una sensación de evacuación incompleta y puede llegar a pasar 1 h o más todos los días en el inodoro. Es habitual la expulsión infrecuente de heces pequeñas y duras, al igual que otras características de un trastornointestinal funcional, como dolor y distensión abdominal. Prolapso rectal significa protrusión completa del recto a través del ano (v. cap. 129). Se ha encontrado prolapso rectal oculto (asintomá tico) en el 33% de los pacientes con rectoceles clínicamente conoci dos y disfunción de la defecación141, y se identifican fácilmente en la exploración física pidiendo al paciente que haga fuerza como si fuera a defecar. El tratamiento recomendado es una rectopexia laparoscópica, en la que se eleva el recto prolapsado y se fija con suturas a la fascia adyacente142. El síndrome de la úlcera rectal solitaria es un trastorno infrecuente caracterizado por eritema o ulceración, habitualmente de la pared anterior del recto, como resultado de la fuerza ejercida crónicamen te (v. cap. 119). Es posible que se expulse moco y sangre cuando el paciente hace fuerza durante la defecación143,144. Los hallazgos endoscópicos pueden incluir eritema, hiperemia, úlceras de la mucosa y lesiones polipoideas. Los hallazgos heterogéneos del síndrome y el nombre engañoso (no es necesaria la presencia de una úlcera) pueden llevar a un diagnóstico erróneo. En un estudio de 98 pacientes con síndrome de úlcera rectal solitaria, el 26% habían recibido inicial mente un diagnóstico incorrecto. En pacientes con úlcera rectal o hiperemia de la mucosa, los diagnósticos erróneos más frecuentes fueron enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa. Los que tenían una lesión polipoidea recibieron más a menudo el diagnóstico de pólipo neoplásico145. La histología de las piezas de espesor completo de la lesión revela la extensión de la capa muscularis mucosae entre las criptas y desorganización de la muscular propia. La defecografía, la ecografía transrectal y la manometría anorrectal son útiles en el diagnóstico. En asociación con el síndrome de la úlcera rectal solitaria, hay varios grados de prolapso rectal. Este y la contracción paradójica del músculo puborrectal pueden provocar traumatismo rectal de forma secundaria a las elevadas presiones generadas en el interior del recto. Además, está reducido el flujo sanguíneo de la mucosa rectal146. El tratamiento médico puede ser difícil. Hay que recomendar a los pacientes que resistan el impulso de defecar. Los laxantes formadores de masa y la fibra dietética a veces resultan útiles147. En ocasiones es precisa la cirugía; la técnica más realizada es la rectopexia. Tras la cirugía del síndrome de la úlcera rectal solitaria con prolapso rectal, el 5560% de los pacientes refieren satisfacción a largo plazo, aunque cerca de una tercera parte necesitan, en última instancia, una colos tomía148. Se ha descrito que la fulguración con argón plasma reduce el sangrado y mejora la curación149. La reparación de un prolapso rectal puede agravar el estreñimiento. Parece que la biorretroalimentación es un tipo de terapia prometedora para los pacientes con síndrome de úlcera rectal solitaria150,151. Trastornos sistémicos Hipotiroidismo El estreñimiento es el problema digestivo más frecuente en los pacientes con hipotiroidismo. Los efectos patológicos se deben a la alteración de la función motora intestinal y a la posible infiltración del intestino por tejido mixedematoso. El ritmo eléctrico básico que Descargado para Juan Escorcia Gomez (jescorcia@unab.edu.co) en Autonomous University of Bucaramanga de ClinicalKey.es por Elsevier en febrero 12, 2023. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2023. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. PARTE III Síntomas, signos y problemas biopsicosociales258 genera ondas peristálticas en el duodeno disminuye en el hipotiroidis mo y el tiempo de tránsito del intestino delgado está aumentado152. El megacolon por mixedema es infrecuente, pero puede resultar de la infiltración mixedematosa de las capas musculares del colon. Los síntomas son dolor abdominal, ventosidades y estreñimiento (v. cap. 37)153. Diabetes mellitus El tiempo de tránsito colónico medio es mayor en los diabéticos que en los controles sanos. En un estudio, la media del tiempo de tránsito colónico total en 28 pacientes diabéticos (34,9 ± 29,6 h; media ± DE) era considerablemente mayor que la de 28 individuos sanos (20,4 ± 15,6 h; P <0,05)154. De los 28 pacientes diabéticos, 9 de 28 (32%) cumplían los criterios de Roma II para el estreñimiento y 14 de 28 (50%) tenían neuropatía autónoma cardiovascular. Los tiempos de tránsito colónico medio en los pacientes diabéticos con y sin neuropatía autónoma cardiovascular eran similares. Por el contrario, un estudio previo describió que los pacientes diabéticos asintomáticos con neuropatía autónoma cardiovascular tenían tiempos de tránsito del intestino completo mucho mayores (aunque dentro del intervalo normal) que un grupo control sin neuropatía155. En otro trabajo, los pacientes diabéticos con estreñimiento leve presentaron retraso de las respuestas mioeléctricas y motoras del colon tras la ingestión de una comida estándar, mientras que los diabéticos con estreñimiento grave no tenían incrementos en esas respuestas después de la comida. La neostigmina aumentaba la actividad motora del colon en todos los pacientes diabéticos, lo que indica que el defecto era nervioso más que muscular (v. cap. 37)156. Hipercalcemia El estreñimiento es un síntoma frecuente de la hipercalcemia secunda ria a hiperparatiroidismo157. También puede ser una manifestación de la hipercalcemia debida a otros trastornos (p. ej., sarcoidosis, neoplasias malignas óseas [v. cap. 37]). Enfermedades del sistema nervioso Pérdida del control consciente La discapacidad cerebral o demencia con una reducción o pérdida completa de la percepción corporal puede provocar defectos de la defecación, posiblemente por inatención. Enfermedad de Parkinson El estreñimiento es frecuente en los pacientes con enfermedad de Parkinson (EP)158 y a menudo precede al diagnóstico de EP159. El estreñimiento afecta considerablemente a las actividades de la vida diaria y la calidad de vida del paciente. En un estudio de 12 pa cientes con EP comparados con controles, el tránsito colónico lento, la reducción de las contracciones rectales fásicas, la contrac ción débil de los músculos de la pared abdominal y la contracción paradójica del esfínter anal en la defecación eran manifestaciones de los pacientes con EP y estreñimiento frecuente160. Los facto res asociados al desarrollo de estreñimiento en pacientes con EP incluyen mayor edad y edad de inicio, mayor tiempo de evolución de la enfermedad, estadio más avanzado y síntomas motores y no motores más graves158. La pérdida de neuronas con dopamina en el sistema nervioso central (SNC) es el defecto subyacente en la EP; también puede haber defectos en las neuronas dopaminérgicas del sistema nervioso entérico. Los estudios histopatológicos de los plexos mientéricos del colon ascendente en 11 pacientes con EP y estreñimiento revelaron que en nueve pacientes el número de neuronas positivas para dopamina era la décima parte o menos que en los controles. Las concentraciones de dopamina en la muscularis externa fueron mucho más bajas en los pacientes con EP que en los controles (P <0,01)161. Otro posible contribuyente al estreñimiento es la incapacidad de algunos pacientes con EP de relajar los músculos estriados del suelo pélvico en la defecación. Este hallazgo es una manifestación local del trastorno motor extrapiramidal que afecta al músculo esquelético. Las observaciones preliminares indican que la inyección de toxina botulínica en el músculo puborrectal es un posible tratamiento de este tipo de disfunción de la evacuación (v. cap. 37)162,163. Esclerosis múltiple El estreñimiento es frecuente en pacientes con esclerosis múltiple (EM)164. En un grupo no seleccionado de 280 pacientes con EM, la frecuencia de estreñimiento (definido como frecuencia escasa de deposiciones, uso de los dedos para facilitar la defecación o usode laxantes) era del 43%. Casi el 25% de los participantes tenían menos de tres deposiciones a la semana y el 18% usaban un laxante más de una vez a la semana. El estreñimiento se correlacionaba con el tiempo de evolución de la EM, pero precedía al diagnóstico en el 45%. No se correlacionaba con la inmovilidad ni el uso de medicamentos165. En otro estudio a base de cuestionarios de 221 pacientes con EM, la frecuencia de estreñimiento alcanzó el 54%166. El estreñimiento en pacientes con EM puede ser multifactorial y relacionado con una reducción de la actividad motora posprandial del colon, actividad físi ca reducida y medicamentos. Los pacientes con EM avanzada y estreñimiento presentan indicios de neuropatía visceral. En un grupo de pacientes con EM avanzada y estreñimiento grave, todos tenían datos de afectación de la médula espinal lumbosacra y menor capacidad de distensión del colon. No se produce el aumento habitual de la actividad motora co lónica después de las comidas. En los pacientes menos graves se han demostrado tránsito colónico lento y datos manométricos de disfunción muscular del suelo pélvico y del esfínter anal. Los pacientes pueden tener incontinencia fecal167,168. Se ha descrito que el tratamiento con biorretroalimentación mejora el estreñimiento y la incontinencia fecal, aunque en un estudio de 13 pacientes con EM y estreñimiento o incontinencia solo el 38% mejoraron con esta técnica (v. caps. 18 y 37)169. Lesiones de la médula espinal Lesiones por encima de los segmentos sacros Las lesiones o afectación de la médula espinal por encima de los segmentos sacros producen un trastorno de neurona motora supe rior con estreñimiento grave. El retraso resultante en el tránsito colónico afecta, principalmente, al rectosigma170,171. En un estudio de pacientes con lesión grave de la médula espinal dorsal, la disten sibilidad colónica era anómala, con un aumento rápido de la presión colónica al instilar volúmenes de líquido relativamente pequeños. La actividad motora no aumentaba después de las comidas, pero la respuesta del colon a la neostigmina era normal, descartando así la miopatía. Los estudios de la función anorrectal en pacientes con lesión traumática grave de la médula espinal han mostrado que la sensibi lidad rectal a la distensión está abolida, aunque algunos pacientes notan una ligera sensación pélvica ante los niveles máximos de dis tensión rectal con balón. La relajación anal con la distensión rectal es exagerada y tiene lugar con un volumen del balón menor que el de personas sanas. La distensión del recto produce un aumento lineal de la presión rectal, sin la meseta en valores intermedios observada en individuos sanos, y termina en contracciones rectales de alta presión tras haberse instilado un volumen relativamente pequeño (100 ml). Como cabría esperar, la presión rectal generada al hacer fuerza es menor en los pacientes que en los controles y más reducida con las lesiones medulares altas que con las bajas. Los pacientes presentan pérdida del control consciente del esfínter anal externo y el esfínter no se relaja al hacer fuerza, lo que indica que en las personas sanas existen vías inhibidoras descendentes172. Estos hallazgos explican por qué algunos pacientes con lesiones medulares no solo sufren estreñimiento, sino también expulsio nes rectales súbitas e incontrolables con incontinencia. Otros pacientes son incapaces de vaciar el recto con laxantes o enemas, posiblemente por la ausencia de relajación del esfínter anal externo, y pueden requerir evacuación manual. Descargado para Juan Escorcia Gomez (jescorcia@unab.edu.co) en Autonomous University of Bucaramanga de ClinicalKey.es por Elsevier en febrero 12, 2023. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2023. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. CAPÍTULO 19 Estreñimiento 259 19 © E ls ev ie r. Fo to co p ia r si n a u to ri za ci ó n e s u n d el it o . La estimulación eléctrica de las raíces sacras anteriores S2, S3 y S4 a través de electrodos implantados para el control urinario en pacientes parapléjicos produce un aumento de la presión en el colon sigmoide y el recto, y la contracción del esfínter anal externo. La contracción del recto y la relajación del esfínter anal interno se mantienen algún tiempo después de cesar el estímulo. Mediante el ajuste apropiado del estímulo, 5 de 12 pacientes parapléjicos fueron capaces de evacuar las heces completamente y la mayoría de los demás aumentaron la frecuencia de defecación y redujeron el tiempo que empleaban en vaciar el recto173. En otro estudio, el tiempo de tránsito del colon izquierdo disminuía con la estimulación regular de los nervios sacros174. Lesiones de los segmentos sacros, el cono medular, la cola de caballo y los nervios esplácnicos pélvicos (S2-S4) La integración nerviosa del control del esfínter anal y la propulsión rec tosigmoidea tiene lugar en los segmentos sacros de la médula espinal. Las neuronas motoras que inervan los músculos estriados del esfínter se agrupan en el núcleo de Onuf a la altura de S2. Hay indicios de que los nervios parasimpáticos eferentes que surgen de los segmentos sacros llegan al colon en la región de la unión rectosigmoidea y se extienden distalmente en el plano intermuscular para alcanzar el nivel del esfínter anal interno y proximalmente hasta la parte media del colon a través de los nervios colónicos ascendentes, que conservan la estructura de nervios periféricos (v. cap. 100)175. Las lesiones de los segmentos sacros de la médula espinal o de los nervios eferentes provocan estreñimiento grave. Los estudios radioscópicos muestran la pérdida del avance de las contracciones en el colon izquierdo. Cuando el colon está lleno de líquido, la presión intraluminal generada es menor de lo normal, a diferencia de lo que sucede con lesiones más altas de la médula. El colon distal y el recto pueden dilatarse, y es posible que las heces se acumulen en el colon distal. En ocasiones hay espasticidad del conducto anal. La pérdida de sensibilidad de la piel perineal puede extenderse hasta el conducto anal y la sensibilidad rectal disminuye. El tono de la pared rectal depende del nivel de la lesión medular. En un estudio de 25 pacientes con lesión medular, el tono rectal era considerablemente mayor de lo normal en pacientes con lesiones supracónicas agudas y crónicas, pero mucho menor de lo normal en pacientes con lesiones agudas y crónicas del cono medular o la cola de caballo176. Trastornos estructurales del colon, el recto y el ano Obstrucción La atresia anal en la lactancia, la estenosis anal en etapas posterio res de la vida o la obstrucción del colon pueden manifestarse por estreñimiento. La obstrucción del intestino delgado se presenta, por lo general, con dolor abdominal y distensión, pero también son posibles el estreñimiento y la imposibilidad de ventosear (v. caps. 98 y 123). Trastornos del músculo liso Miopatía del músculo colónico La miopatía congénita o adquirida del colon suele manifestarse como pseudoobstrucción. El colon se encuentra hipotónico e inerte (v. cap. 124). Miopatía hereditaria del esfínter anal interno La miopatía hereditaria del esfínter anal interno es un trastorno infrecuente caracterizado por estreñimiento con dificultades para la expulsión rectal y episodios de proctalgia fugaz grave, definida como inicio súbito de episodios breves de dolor en la región anorrectal177179. Se han descrito tres familias afectadas. El tipo de herencia al parecer es autosómica dominante con penetrancia incompleta. En las personas sintomáticas, el músculo del esfínter anal interno está engrosado y la presión anal de reposo se encuentra enormemente elevada. En dos pacientes, el tratamiento con un antagonista del calcio mejoraba el dolor, pero no tenía efectos sobre el estreñimiento. En otra familia, dos pacientes fueron tratados conmiomectomía de una tira del esfín ter anal interno: uno mejoró notablemente y el otro notó alivio del estreñimiento, pero solo una ligera mejoría del dolor. El examen de las tiras de músculo reveló alteraciones miopáticas con cuerpos de poliglucosano (polímeros de glucosa) en las fibras de músculo liso y mayor fibrosis del endomisio. Esclerosis sistémica progresiva La esclerosis sistémica progresiva (esclerodermia) puede causar estre ñimiento180. En los pacientes con esclerosis sistémica progresiva y estreñimiento, 9 de 10 no mostraban ningún aumento de la actividad motora del colon tras la ingesta de una comida de 1.000 kcal. El examen histológico de las piezas colónicas de estas personas reveló atrofia del músculo liso de la pared del colon (v. cap. 37)181. Distrofias musculares Las distrofias musculares suelen considerarse trastornos del mús culo estriado, pero el músculo liso visceral también puede ser anómalo. En la distrofia muscular miotónica, trastorno en el cual el músculo esquelético no se relaja normalmente, puede haber megacolon y se demuestra una función anómala del esfínter anal182. Se han descrito casos asociados con pseudoobstrucción intestinal (v. cap. 124)183. Trastornos de los nervios entéricos Aganglionosis o hipoganglionosis congénita La ausencia o reducción congénita del número de ganglios en el colon provoca una obstrucción funcional del colon con dilatación proximal, como se observa en la enfermedad de Hirschsprung y trastornos relacionados (v. cap. 98). En la enfermedad de Hirschsprung no hay células ganglionares en el colon distal debido a una detención de la migración caudal de las células de la cresta neural en el intestino durante el desarrollo embrionario. Aunque la mayoría de los pacientes debutan al inicio de la vida, a menudo con retraso en la expulsión del meconio, algunos con un segmento de colon afectado relativa mente corto se presentan en etapas posteriores184. Por lo general, el colon se estrecha en el área que carece de células ganglionares y la porción proximal al estrechamiento suele estar dilatada. Se han identificado dos defectos congénitos en pacientes con enfermedad de Hirschsprung: una mutación en el protooncogén RET (reorde nado durante la transfección), que participa en el desarrollo de las células de la cresta neural, y una mutación en el gen responsable del receptor de endotelina B, que afecta a las concentraciones de calcio intracelular185,186. Cuando se observan ganglios mientéricos pequeños y dispersos, se informa de hipoganglionosis. Los recuentos neuronales pueden llevarse a cabo en muestras de tejido de espesor completo y compararse con valores de referencia publicados obtenidos de material de autopsias. Debido a las variaciones en la densidad normal de neuronas, no es sencillo establecer el diagnóstico de hipoganglionosis187. En pacientes con estreñimiento de tránsito lento grave, también se observan reduc ciones cuantitativas del número de neuronas en el sistema nervioso autónomo y se caracteriza morfológicamente como hipoganglionosis oligoneuronal188. Hiperganglionosis congénita (displasia neuronal intestinal) La hiperganglionosis congénita o displasia neuronal intestinal es un defecto del desarrollo caracterizado por hiperplasia del plexo nervioso submucoso. Las manifestaciones clínicas de la enfermedad son simi lares a las propias de la enfermedad de Hirschsprung e incluyen edad de inicio temprana y síntomas de obstrucción intestinal (v. cap. 98). A diferencia del estreñimiento funcional, los niños afectados no tie nen síntomas de manchado ni evidencia de fecaloma189. Un estudio multicéntrico sobre la variación interobservador de la interpretación histológica de los hallazgos en niños con estreñimiento causado por anomalías del sistema nervioso entérico mostró un consenso total en el diagnóstico de enfermedad de Hirschsprung, pero coincidencia de solo el 14% en los niños con trastornos de la motilidad colónica distintos de la aganglionosis. Algunas de las características clínicas y alteraciones histológicas asociadas anteriormente con la hipergan glionosis congénita podrían pasar a ser normales cuando el niño crece187. El diagnóstico de hiperganglionosis congénita puede esta Descargado para Juan Escorcia Gomez (jescorcia@unab.edu.co) en Autonomous University of Bucaramanga de ClinicalKey.es por Elsevier en febrero 12, 2023. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2023. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. PARTE III Síntomas, signos y problemas biopsicosociales260 blecerse por hiperganglionosis del plexo submucoso con ganglios gigantes y, al menos, una de las siguientes características en muestras de biopsia rectal: 1) ganglios ectópicos; 2) aumento de la actividad acetilcolinesterasa (AChE) en la lámina propia, y 3) aumento de las fibras nerviosas con AChE alrededor de los vasos sanguíneos submu cosos. La mayoría de los pacientes con hiperganglionosis congénita responden al tratamiento conservador, laxantes incluidos. Puede realizarse una miectomía del esfínter anal interno si el tratamiento conservador fracasa190. Neuropatías adquiridas La enfermedad de Chagas, debida a la infección por Trypanosoma cruzi, es la única neuropatía infecciosa conocida. No está claro el motivo de la degeneración neuronal en este trastorno, pero tal vez tenga una base inmunitaria191. Los pacientes con enfermedad de Chagas se presentan con síntomas progresivamente más graves de estreñimiento y distensión abdominal resultantes de un megaco lon segmentario que puede complicarse con vólvulo sigmoideo (v. cap. 113). En ocasiones se produce una neuropatía visceral paraneoplásica asociada a tumores malignos extradigestivos, especialmente carcinoma de células pequeñas del pulmón y tumores carcinoides. El examen anatomopatológico del intestino afectado revela degeneración neu ronal o inflamación del plexo mientérico192. Se ha identificado un anticuerpo contra un componente de las neuronas mientéricas en algunos pacientes con este trastorno (v. cap. 124)193. La alteración de las CIC se ha asociado con un caso de trastorno de la motilidad colónica paraneoplásico por un carcinoma de células pequeñas de pulmón194. Neuropatías de causa desconocida Están descritas neuropatías agudas graves que se presentan, princi palmente, con síntomas obstructivos en vez de estreñimiento. Como mencionamos, en algunos pacientes con estreñimiento grave idiopático pueden aparecer características neuropáticas en el colon. Medicamentos El estreñimiento puede ser el efecto secundario de un fármaco o preparado tomado crónicamente. El cuadro 19.3 recoge los fármacos implicados habitualmente (v. antes). Responsables frecuentes son opiáceos usados para el dolor crónico, anticolinérgicos (espasmolíticos incluidos), suplementos de calcio, algunos antidepresivos tricíclicos, AINE, fenotiazinas usadas como neurolépticos crónicos y antimus carínicos empleados para el parkinsonismo. Trastornos psicológicos El estreñimiento puede ser un síntoma de los trastornos psiquiátricos o un efecto secundario de su tratamiento (v. cap. 22). Los hombres sanos socialmente extrovertidos, enérgicos y optimistas (y no ansio sos), y que se describían a sí mismos en términos más favorables que otros, tienen heces más pesadas que los hombres sin estas caracterís ticas de personalidad195. Los factores psicológicos asociados con un tiempo de tránsito colónico prolongado en pacientes estreñidos son estado afectivo muy deprimido y control de la ira frecuente196. En un estudio, las mujeres con estreñimiento tenían puntuaciones más altas de somatización y ansiedad que los controles sanos, y las pun tuaciones psicológicas se correlacionaban inversamente con el flujo sanguíneo de la mucosa rectal (utilizado como índice de inervación del colon distal)197. En un estudio que valoraba las características psicológicas de los ancianos con estreñimiento, el tránsito
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