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TALLER EDUCATIVO COMO HERRAMIENTA PARA LA DETECCIÓN TEMPRANA Y PREVENCION DEL DESARROLLO DE TRASTORNOS DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA EN EL RUNNING CROSS

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TALLER EDUCATIVO COMO HERRAMIENTA PARA LA DETECCIÓN TEMPRANA Y PREVENCION DEL DESARROLLO DE TRASTORNOS DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA EN EL RUNNING CROSS
ÍNDICE GENERAL
INTRODUCCIÓN
MARCO TEÓRICO
CAPÍTULO 1: RUNNING CROSS
1.1. ¿Qué es el Running Cross?
1.2. Historia del Running Cross
1.3. ¿Cómo se practica este deporte?
CAPÍTULO 2: TRASTORNOS DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA
2.1. Definición de TCA
2.2. Prevalencia de TCA en el deporte
2.3. Tipos de TCA en el deporte
2.3.1. Anorexia Nerviosa
2.3.1.1. Definición
2.3.1.2. Historia de la Anorexia Nerviosa
2.3.1.3. Prevalencia
2.3.1.4. Etiología
2.3.1.5. Factores de Riesgo 
2.3.1.6. Signos y síntomas
2.3.1.7. Complicaciones
2.3.1.8. Diagnóstico
2.3.1.9. Tratamiento
2.3.2. Bulimia Nerviosa
2.3.2.1. Definición
2.3.2.2. Historia de la Anorexia Nerviosa
2.3.2.3. Prevalencia
2.3.2.4. Etiología
2.3.2.5. Factores de Riesgo 
2.3.2.6. Signos y síntomas
2.3.2.7. Complicaciones
2.3.2.8. Diagnóstico
2.3.2.9. Tratamiento
2.3.3. Trastornos de la Conducta Alimentaria No Especificados
2.3.3.1. Definición
2.3.3.2. Prevalencia
2.3.3.3. Etiología
2.3.3.4. Factores de Riesgo 
2.3.3.5. Complicaciones
2.3.3.6. Tratamiento
2.3.3.7. Vigorexia
2.3.3.8. Ortorexia
CAPÍTULO 3: EDUCACIÓN COMO HERRAMIENTA PARA LA DETECCIÓN Y PREVENCIÓN DE TCA EN EL DEPORTE
3.1. Educación en TCA y contextualización en el ámbito deportivo
3.2. Actores principales involucrados en la Educación de TCA en el ámbito deportivo
3.2.1. El papel del entrenador y otros educadores
3.2.2. La influencia de la familia
3.2.3. El rol de los compañeros y pares
3.3. Principales temáticas educacionales a abordar en la prevención de TCA en deporte 
3.3.1. Educación Alimentario Nutricional
3.3.2. Educación Psicosociocultural
3.3.2.1. Autoestima
3.3.2.2. Imagen corporal
MARCO EMPÍRICO
CAPÍTULO 1: CONTEXTUALIZACIÓN
CAPÍTULO 2: DISEÑO METODOLÓGICO
2.1. Introducción
2.2. Variables
2.3. Muestra
2.4. Instrumentos de Medición y Técnicas
2.5. Procedimientos 
2.6. Hipótesis de trabajo
CAPÍTULO 3: RESULTADOS
CAPÍTULO 4: DISCUSIÓN
CAPÍTULO 5: CONCLUSIONES GENERALES
CAPÍTULO 6: RECOMENDACIONES
BIBLIOGRAFÍA
GLOSARIO
ÍNDICE DE FIGURAS
Figura 3.1. Efecto de la intervención educativa sobre el nivel de conocimiento de entrenadores de Running Cross del Club Lomas Social sobre los TCA.
Figura 3.2. Efecto de la intervención educativa sobre el nivel de conocimiento de entrenadores de Running Cross del Club Lomas Social sobre la dimensión Concepto.
Figura 3.3. Efecto de la intervención educativa sobre el nivel de conocimiento de entrenadores de Running Cross del Club Lomas Social sobre la dimensión Sintomatología.
Figura 3.4. Efecto de la intervención educativa sobre el nivel de conocimiento de entrenadores de Running Cross del Club Lomas Social sobre la dimensión Factores de Riesgo.
Figura 3.5. Efecto de la intervención educativa sobre el nivel de conocimiento de entrenadores de Running Cross del Club Lomas Social sobre la dimensión Complicaciones.
Figura 3.6. Efecto de la intervención educativa sobre el nivel de conocimiento de entrenadores de Running Cross del Club Lomas Social sobre la dimensión Tratamiento.
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ÍNDICE DE TABLAS
Tabla 2.1. Criterios para el diagnóstico de la Anorexia Nerviosa (DSM-IV-TR).
Tabla 2.2. Criterios para el diagnóstico de la Anorexia Nerviosa (CIE-10).
Tabla 2.3. Criterios para el diagnóstico de la Bulimia Nerviosa (DSM-IV-TR).
Tabla 2.4. Criterios para el diagnóstico de la Bulimia Nerviosa (CIE-10).
ÍNDICE DE ANEXOS o APÉNDICES
N° 1: Cuestionario de Nivel de conocimiento sobre TCA.
N° 2: Consentimiento informado.
N° 3: Planificación de la intervención educativa.
RESUMEN
Los TCA conforman un conjunto de patologías psicológicas en relación a la imagen corporal, las cuales tienden a modificar en menor o mayor medida los hábitos alimentarios de la persona afectada. Los TCA atentan contra la integridad física y psíquica de las personas que los padecen y en casos avanzados, pueden conducir a enfermedades graves e incluso la muerte. Su desarrollo se encuentra asociado a múltiples factores, entre los que se destacan agentes personales, sociales, biológicos, entre otros, sin embargo, suelen desarrollarse con mayor frecuencia en segmentos poblacionales que se encuentran subyugados a una influencia social y cultural de mayor intensidad, tal como sucede con individuos que se desempeñan en el ámbito deportivo.
Debido a las altas cifras de estas patologías en todo el mundo y el riesgo que producen en la población juvenil y deportiva resulta fundamental la elaboración de estrategias de detección precoz y prevención de los diferentes TCA. Las estrategias educativas con trabajo interdisciplinario que involucran diversas áreas profesionales han sido aplicadas como parte de programas efectivos en la prevención de estos trastornos, sin embargo, la mayoría de los programas educativos se encuentran dirigidos a deportistas y son pocas aquellas intervenciones dirigidas a entrenadores y educadores, quienes desarrollan un rol fundamental en cuanto a la detección y prevención de TCA en los deportistas.
Por lo expuesto anteriormente es que se consideró apropiado y alentador, trabajar en el presente proyecto con el objetivo principal de determinar el efecto de una intervención educativa sobre el nivel de conocimiento de entrenadores de Running Cross del Club Lomas Social sobre los TCA en pos de concientizar a los mismos acerca de la detección y prevención temprana de este tipo de trastornos en los deportistas.
Para ello se llevó a cabo una intervención educativa y se analizó el nivel de conocimiento sobre TCA en entrenadores antes y después de la instancia educacional. La información fue recolectada por medio de cuestionarios en ambos momentos y los datos hallados, fueron tabulados y luego analizados en el programa Microsoft Excel para determinar la existencia de diferencia significativa entre los resultados obtenidos previamente y posteriormente a la intervención.
Los conocimientos de los entrenadores antes y después de la instancia educativa demostraron una diferencia significativa (p<0.05), lo que permitió aceptar la H1, la cual establece que la intervención educativa tuvo efectos positivos sobre el nivel de conocimiento acerca de TCA en entrenadores de Running Cross del Club Lomas Social.
Palabras clave: prevención, educación, TCA, Running Cross, entrenadores. 
ABSTRACT
EDs make up a set of psychological pathologies in relation to body image, which tend to modify the eating habits of the affected person to a lesser or greater extent. Eating disorders threaten the physical and mental integrity of people who suffer from them and, in advanced cases, can lead to serious illnesses and even death. Its development is associated with multiple factors, among which stand out personal, social, biological agents, among others, however, they tend to develop more frequently in population segments that are subjugated to a social and cultural influence of greater intensity, such as happens with individuals who work in the sports field.
Due to the high numbers of these pathologies throughout the world and the risk they produce in the youth and sports population, it is essential to develop strategies for the early detection and prevention of the different eating disorders. Educational strategies with interdisciplinary work that involve various professional areas have been applied as part of effective programs in the prevention of these disorders, however, most educational programs are aimed at athletes and there are few interventions aimed at coaches and educators , who play a fundamental role in the detection and prevention of eating disorders in athletes.
Due to the above, it was considered appropriate and encouraging to work on this project with the main objective of determining the effect of an educational intervention on the level of knowledge of Running Cross coaches from Club Lomas Social about the importance of TCA in in order to make them aware of the early detection and prevention of this type of disorderin athletes.
For this, an educational intervention was carried out and the level of knowledge about ED in coaches was analyzed before and after the educational instance. The information was collected through questionnaires at both times and the data found were tabulated and then analyzed in the Microsoft Excel program to determine the existence of a significant difference between the results obtained before and after the intervention.
The knowledge of the trainers before and after the educational instance showed a significant difference (p <0.05), which allowed accepting H1, which establishes that the educational intervention had positive effects on the level of knowledge about ED in trainers of Running Cross of the Club Lomas Social.
Keywords: prevention, education, TCA, Running Cross, coaches.
INTRODUCCION
Se conoce como Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA) al conjunto de patologías psicológicas, las cuales se manifiestan por medio de conductas relacionadas con atención y ansiedad constante en relación a la imagen corporal y todo a lo que ello respecta: peso corporal, tejido graso, consumo y gasto energético, etc, las cuales tienden a modificar en menor o mayor medida los hábitos alimentarios de la persona afectada (1). La gravedad de los TCA puede observarse en la elevada morbimortalidad, la cronicidad del trastorno y el incremento de casos en todas las edades pero principalmente, se pueden encontrar con mayor frecuencia entre adolescentes y jóvenes de ambos sexos (2).
Su desarrollo se encuentra asociado a múltiples factores, entre los que se destacan agentes personales, sociales, biológicos, entre otros (3). Los TCA atentan contra la integridad física y psíquica de las personas que los padecen y en casos avanzados, pueden conducir a enfermedades graves e incluso la muerte. La American Psychiatric Association (APA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) manifiestan que existen dos trastornos dentro de los TCA que han sido ampliamente estudiados y son la Anorexia Nerviosa y Bulimia Nerviosa (4,5), sin embargo, destacan la existencia de los Trastornos del Comportamiento Alimentario No Especificados (TCA-NE) y aunque no concuerdan con las características diagnósticas de Anorexia y Bulimia, son comunes de hallarse en el ejercicio profesional diario y afecta primordialmente a mujeres jóvenes, pero también se ha detectado en hombres de distintas edades (6).
Los TCA se desarrollan con mayor frecuencia en segmentos poblacionales que se encuentran subyugados a una influencia social y cultural de mayor intensidad, tal como sucede con individuos que se desempeñan en actividades y trabajos vinculados con el cuerpo y que pueden precisar de un perfil de esbeltez y muchas veces de perfección, tal como ocurre en el ámbito deportivo (7).
Actualmente, las cifras de TCA en el ámbito deportivo crecen en forma significativa e incluso, diversos especialistas han señalado al deporte como una profesión de riesgo en el desarrollo de estas patologías (8).
Deportistas que han padecido de TCA han referido autoestima baja, distorsión de la imagen corpórea, sentimientos de culpa e ineficacia, alto grado de detalle y perfeccionismo, así como una sensación de menor control, en donde se manifiesta un mecanismo de compensación que se ejerce por medio de estrategias alimentarias y el empleo de diversos recursos para regular el peso, entre los que se destacan ayunos prolongados, uso de productos con efectos purgantes, autogeneración de vómitos, entre otros (9,10).
En relación a las cifras de estos trastornos, se llevaron a cabo diversas investigaciones alrededor de todo el mundo, las cuales demostraron los siguientes resultados: el porcentaje de deportistas de Noruega con TCA ronda el 18%, en relación al 4% en la población sedentaria (11). Del mismo modo, en Francia se determinó que la prevalencia de este tipo de trastornos fue mayor en atletas que en el grupo general, con cifras de 19% (12). En Australia, las cifras de TCA en deportistas alcanza 31% (13). Asimismo, 23% de atletas españoles padece algún tipo de trastornos alimenticios (14). Finalmente, en Argentina, según la Asociación de Lucha contra la Bulimia y Anorexia (ALUBA), 1 de cada 3 adolescentes sufre algún TCA, lo que ubica a este país, entre los que más trastornos alimenticios su población padece, con cifras de 29% según un relevamiento internacional (15,16). La Asociación de Psicología del Deporte Argentino, determinó que resulta complejo establecer de manera concreta la prevalencia de TCA en la población deportiva, debido a que muchos casos no son detectados y por lo tanto, no pueden contabilizarse en forma concreta. Aun así, en el año 2015 se demostró que 23% de deportistas argentinos cumplían con criterios para el diagnóstico de Anorexia y Bulimia Nerviosa (17).
Al día de hoy, son pocos los trabajos que relacionan el deporte y los TCA, a pesar de la prevalencia de los mismos. Debido a las altas cifras de estas patologías en todo el mundo y el riesgo que producen en la población juvenil y deportiva resulta fundamental la elaboración de estrategias de detección precoz y prevención de los diferentes TCA en la población en general y principalmente en el ámbito deportivo, debido a que en esa área se encuentra la mayor prevalencia para estas afecciones. Las estrategias educativas con trabajo interdisciplinario que involucran diversas áreas profesionales han sido aplicadas como parte de programas efectivos en la prevención de TCA. Es por ello que en el presente proyecto se planteó la siguiente pregunta de investigación: ¿Puede la educación conformar una herramienta eficaz en la detección temprana y prevención del desarrollo de Trastornos de la Conducta Alimentaria en el ámbito deportivo y principalmente en el Running Cross? 
A partir de la contextualización del problema de investigación, se consideró conveniente, de gran incentivo y provecho para la comunidad de educación y deportiva proponer en este proyecto un taller educativo como herramienta para la detección temprana y prevención del desarrollo de TCA en el Running Cross, dirigido a entrenadores, quienes desarrollan un rol fundamental en la práctica del deporte y pueden desempeñar una gran función en cuanto a la detección temprana y prevención de estos trastornos. 
Este proyecto persigue el objetivo principal de determinar el efecto de una intervención educativa sobre el nivel de conocimiento de entrenadores de Running Cross del Club Lomas Social sobre los TCA en pos de concientizar a los mismos acerca de la detección y prevención temprana de este tipo de trastornos en los deportistas. Del mismo modo, se han propuesto algunos objetivos específicos que se pretenden lograr con la realización del presente trabajo, los cuales se detallan a continuación:
· Evaluar el efecto de la intervención educativa en el nivel de conocimiento de TCA en la dimensión Concepto de los mismos en los entrenadores del Club Lomas Social.
· Evaluar el efecto de la intervención educativa en el nivel de conocimiento de TCA en la dimensión Sintomatología de los mismos en los entrenadores del Club Lomas Social.
· Evaluar el efecto de la intervención educativa en el nivel de conocimiento de TCA en la dimensión Factores y Hábitos de Riesgo de los mismos en los entrenadores del Club Lomas Social
· Evaluar el efecto de la intervención educativa en el nivel de conocimiento de TCA en la dimensión Complicaciones de los mismos en los entrenadores del Club Lomas Social.
· Evaluar el efecto de la intervención educativa en el nivel de conocimiento de TCA en la dimensión Tratamiento de los mismos en los entrenadores del Club Lomas Social.
Este trabajo inicia con una presentación preliminar de la temática a trabajar en este proyecto por medio de la presente Introducción, en donde se llevó a cabo una exposición superficial de los temas a abordar en este trabajo, así como también se presentaron los objetivos general y específicos.
A continuidad, se expuso el Marco Teórico, en donde se incluyó la información más importante relacionadacon los términos centrales del tema de investigación: Running Cross, TCA y educación como herramienta para la detección temprana y prevención en el deporte.
El trabajo se extiende con un Marco Empírico, el cual resumió el trabajo de campo realizado para lograr los objetivos planteados al inicio del trabajo. Este apartado incluyó el Diseño Metodológico, así como los Resultados obtenidos. Esta sección también contuvo la Discusión. El trabajo finaliza con la presentación de unas Conclusiones Generales y Recomendaciones.
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MARCO TEÓRICO
CAPÍTULO 1: RUNNING CROSS
En este apartado se llevó a cabo una compilación de la información más relevante relacionada al Running Cross. En este capítulo se incluyeron aspectos centrales como la definición de esta práctica deportiva y también incluyó un recorrido histórico por este deporte y finalmente se explicó la modalidad de desarrollo de esta disciplina.
1.1. ¿Qué es el Running Cross?
El Running Cross o Cross Running es también llamado Campo a Través (18) y conforma una “modalidad del atletismo”. Se lo conoce también como Cross Country o de la forma más pequeña: cross (19).
Consiste en un tipo de running, el cual se caracteriza por correr a campo abierto, por terrenos nativos, como senderos, cerros, etc; sin embargo, no se debe confundir con las carreras de montaña, ya que conforman un deporte diferente. El Cross Running constituye una opción más leve de ejercicio y competencia (18).
Esta práctica deportiva suele desarrollarse en áreas abiertas y/o frondosas naturales y no urbanizadas, siendo una de sus características distintivas, la diversidad y complejidad de los terrenos, con presencia de obstáculos propios de la naturaleza y del clima (18,20). Las distancias recorridas suelen ser cortas y las mismas rondan entre 3-12 kilómetros, según sea la dificultad del camino, donde los corredores repiten varias veces un perímetro cerrado, lo cual conforma una de las diferencias más importantes en relación al Trail. La sencillez de esta disciplina asentada en carreras al aire libre permite que todas las personas puedan llevarlo a cabo, sin la necesidad de conocimientos muy amplios (18,21).
Esta práctica colabora en la optimización de la resistencia, potencia, velocidad y destreza, así como en el mantenimiento de masa muscular en forma integral y evita lesiones de diversa índole. Además, al desarrollarse en contacto con la naturaleza, este deporte se encuentra ligado con la promoción de un mejor estado anímico y psicológico de quien practica esta disciplina, así como del desarrollo de una mayor concentración debido a los obstáculos que presentan los caminos. Entre otros de sus beneficios, mejora la estimulación y disminuye sentimientos de monotonía, por medio de constantes desafíos deportivos (18,20).
1.2. Historia del Running Cross
Este deporte se ha llevado a cabo tiempo antes de la existencia de documentos que puedan comprobar su origen, sin embargo, alguna persona se encargó de proporcionarle un reglamento y un formato a esta disciplina, para hacer de ella un deporte oficializado (21). El Cross Running se origina como disciplina deportiva durante el siglo XIX en Inglaterra, a la vez que nace el deporte (19,22). Este deporte fue muy popular en escuelas y entre aquellos individuos que querían practicar una actividad deportiva (21).
Recién en el siglo XX se llevó a cabo la primera carrera con un reglamento concreto, una organización definitiva y objetivos determinados. En 1903 se da inicio a la Cross Country de Naciones, cuya actividad se expandió a su vez con el formato atlético del Running Cross (21).
Este formato fue incluido en la International Amateur Athletic Federation & International Association of Athletics Federations (IAAF) en 1972 luego de 59 ediciones del Cross Country de Naciones, momento en que la IAAF incluyó el Cross Running en su programa y lo incorporó como competencia a nivel mundial. Así, desde 1973, se llevan realizando al día de hoy, 40 ediciones de la competencia más importante de Running Cross: “Campeonato Mundial de Campo a Través”, el cual se desarrolla en forma anual con diferentes sedes asignadas por la IAAF (19,21).
Además, este deporte conformó tres veces el programa de Juegos Olímpicos de Atletismo: en 1904 en San Louis (EE.UU); En 1912 en Estocolmo (Suecia); durante 1920 en Amberes (Bélgica) y en 1924 en París (Francia) (20). La competencia se realizaba bajo dos formatos: individual y en equipos. Las pistas de competencia se encontraban en bosques, cubiertos por herbaje y dificultades propias del terreno, los cuales hacían del área de carrera, un espacio entretenido y atrayente. Era común el agregado de obstáculos artificiales, en simulación de dificultades naturales en aquellos circuitos de competición en donde las dificultades naturales excedían el objetivo de la competencia (19,21).
Los circuitos de carrera, por lo general, poseían una longitud promedio entre 1750 y 2000 metros, sin embargo, se podía agregar una vuelta de menor tamaño que era recorrida al principio de la competencia, para así adecuar la distancia recorrida a la longitud recomendada (19). Cada vuelta debía contener como mínimo una pendiente de 10 metros (22).
En la primera porción del circuito, aproximadamente los primeros 1000 metros, se evitaban las angosturas y cualquier tipo de entorpecimiento del camino, debido a que el número de participantes era alto. Se evitaba la encrucijada con calzadas y cuando esto era imposible, esos trechos eran cubiertos con tierra, forraje y elementos de esa índole. Los únicos tramos rectos y extensos debían ser la “salida” y “llegada”, las cuales se encontraban debidamente resguardadas y cercadas (19,20). El circuito se encontraba perimetrado con cintas de ambos lados del sendero. La “salida” era anunciada con el disparo ejecutado por una pistola y las voces de los presentadores. Generalmente se avisaba en tres momentos la proximidad de la largada de la competencia: a los cinco minutos, a los tres y al minuto previo de la salida. En las zonas de “salida y llegada” se disponía de puestos con agua y esponjas (21,22).
El público presente podía atravesar el recinto solo por áreas definidas para tal fin y en el primer momento de la carrera. En las competencias de nivel se disponía de un pasaje separado para el ingreso de jueces y medios de comunicación. Existían puestos de salida y los participantes de un equipo debían formarse uno tras otro en una hilera. Asimismo, en las competencias de alto nivel había cajones de salida, que se sorteaban para determinar los puestos (21,22). 
En caso de que algún participante desertara por diversos motivos, se procedía a su descalificación. Actualmente, esta disciplina no conforma el programa de juegos olímpicos (22).
1.3. ¿Cómo se practica este deporte?
Por lo general, esta disciplina se lleva a cabo en dos niveles. En un primer momento, de manera individual y posteriormente, en equipos. Esta última instancia se realiza según el puntaje logrado de modo individual por cada participante. Los puntos se otorgan según el lugar que obtienen en el fin de la carrera (el puesto N°1 logra 1 punto, el puesto N° 2 adquiere 2 puntos y así sucesivamente) (23,24). De ese modo, al sumar los puntos, el equipo con menor puntaje o mayor número de participantes que se encuentren clasificados en la final, dará lugar a una mejor puntuación del equipo en cuestión. En competiciones internacionales, cada equipo consta normalmente de 6 participantes y los 4 primeros en puntuación (23,24).
La “salida” de la competición es anunciada por un árbitro de juego, por medio del disparo de un arma. Los participantes deben estar ocupando sus lugares en el área de “salida” con espacios entre ellos para poder comenzar la competencia. Los participantes deben salir al mismo tiempo, ya sea en forma individual o en equipos. En caso de que haya choques o caídas en los primeros 100 metros, los árbitros pueden solicitar el reinicio de la carrera, lo cual puede llevarse a cabo una única vez. Aquellos participantes que se adelanteno comiencen antes del disparo, pueden ser descalificados de la competencia (23,24).
Los circuitos se delinean, casi en su totalidad, por medio de áreas naturales y se evitan aquellas zonas con calzadas y elementos de origen artificial. En determinadas ocasiones, pueden realizarse cambios en el terreno natural, con la finalidad de reducir el tamaño o consecuencias que pueden ocasionar algunos obstáculos exagerados o para cubrir áreas con elementos no naturales (23).
Actualmente los caminos se perimetran a los costados y tanto en el área de “salida” como “llegada se garantiza un tamaño lo suficientemente amplio para que todos los participantes puedan iniciar la competencia con espacio adecuado (22,23). El perímetro suele realizarse con cintas, tiza o pintura en ambos lados del sendero, aunque también puede perimetrarse mediante el empleo de conos o elementos visibles, como banderines de colores específicos para guiar a los participantes en relación a las direcciones recorridas. Suelen utilizarse banderines rojos para señalizar giro hacia la izquierda; amarillos indican giros hacia la derecha y azules para dar indicio de camino recto. Del mismo modo, la distancia recorrida también suele indicarse en forma diferenciada, a razón de cada kilómetro, generalmente (23,24).
El circuito puede variar y suelen incluir pendientes de diferente índole e incluso algunas veces, presencia de ríos. A causa de la gran variedad de terrenos, la estandarización de los mismos resulta imposible y no siempre, deseable, ya que una característica muy distintiva de este deporte es la particularidad de cada terreno y las condiciones climáticas de los mismos (24).
Según las recomendaciones de la IAAF, un circuito de Running Cross debe medir entre 1750 y 2000 metros en terrenos al aire libre y cubierto con vegetación. Los circuitos suelen incluir algunas barreras y dificultades propias del terreno, pero esta disciplina fomenta la realización del circuito continuo y no son necesarios obstáculos muy grandes o exagerados, como zanjas o malezas de gran tamaño, como ocurre en otras prácticas deportivas. El circuito debe poseer entre 400 y 1200 metros de suelo plano antes de la primera dificultad y de ese modo disminuir la aglomeración inicial de participantes y permitir una adecuada afluencia de los mismos, aunque hay competencias cortas, cuya distancia de terreno uniforme inicial es menor (22-24). 
Un avance continuo de 5 metros da lugar a los participantes a comenzar a adelantarse de otros en el circuito, el cual debe encontrarse correctamente marcado para evitar retornos y la interferencia del público (23).
La carrera finaliza con la llegada de los competidores a la meta. Allí, los oficiales o árbitros de llegada corroboran los lugares de finalización de cada corredor. Actualmente se han comenzado a emplear sistemas automáticos, en donde a través de una fotografía es posible visualizar sin errores los resultados finales (23,25).
El equipo necesario para desarrollar este deporte es muy básico y sencillo. El mismo consta de ropa adecuada: pantalón corto y camiseta sin mangas de los colores de cada club o escuela y en condiciones de clima desfavorable se puede utilizar camisetas de mangas largas y mallas que permiten el mantenimiento de temperatura corporal y un adecuado movimiento; buen calzado: zapatillas deportivas, ligeras, con suelas de goma y puntas de metal atornilladas de diversos tamaños, según las dificultades del camino y un aparato con Sistema de Posicionamiento Global (GPS) (18,19,22,23).
CAPÍTULO 2: TRASTORNOS DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA
En esta sección se realizó una revisión bibliográfica de la literatura más relevante, acerca de los TCA. Este capítulo incluyó definición de los mismos, un recorrido por la prevalencia de TCA en los diferentes deportes y se detalló información fundamental (definición, prevalencia, etiología, factores de riesgo, signos y síntomas, diagnóstico y tratamiento) acerca de los TCA más conocidos y estudiados, tales como Anorexia, Bulimia y TCA No Especificados.
2.1. Definición de TCA
Se denomina TCA a un conjunto de patologías, generalmente de desarrollo crónico y de gran complejidad, las cuales se caracterizan por un alto grado de insatisfacción con la imagen corporal y diversos factores asociados con la misma, tales como peso corporal, acumulación de tejido adiposo, entre otros (26). Estos trastornos derivan en que las personas afectadas inicien alteraciones importantes en cuanto a conductas y empleo de diversas estrategias asociadas con hábitos de estilo de vida disfuncionales, principalmente en cuanto al proceso alimentario-nutricional, con trastornos en la ingesta y asimilación de nutrientes, así como la práctica de ejercicio físico (26,27).
Algunos autores defines a los TCA como patologías psíquicas de origen multicausal, con influencia de agentes psicológicos, físicos y ambientales, relacionados con su origen y desarrollo. Constituyen una de las principales afectaciones crónicas entre adolescentes y jóvenes de ambos sexos, con una incidencia mayor en el sexo femenino (28). Sin embargo, estas patologías también suelen observarse en niños y adultos avanzados (29).
El Instituto Nacional de Salud Mental del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos (NIMH) (30) define TCA como:
“enfermedad que causa graves perturbaciones en la dieta diaria, tales como comer cantidades muy pequeñas o comer en exceso. Una persona que tiene un trastorno de la alimentación puede haber comenzado por comer pequeñas o grandes cantidades de comida, pero en algún momento el impulso de comer más o menos se dispara fuera de control. Angustia severa o preocupación por la forma o el peso del cuerpo también se pueden caracterizar como un trastorno de la alimentación”.
Los TCA no conforman una temática novedosa. La bibliografía sugiere que ya se hablaba de ayunos y reducción de peso en la Edad Media. En el Antiguo Egipto, Grecia y Roma también se valoraba la imagen esbelta. De hecho, se cree que fue en Roma, donde se creó “el vomitorium”, espacio destinado a vomitar como estrategia de control de peso posteriormente a un gran banquete o evento (31,32).
Los trastornos de mayor diagnóstico son la Anorexia Nerviosa y Bulimia Nerviosa, así como los TCA-NE. Estas patologías comparten signos y síntomas comunes, los cuales se pueden sintetizar en una ansiedad y preocupación exagerada por la imagen corporal, la cual se halla distorsionada y la implementación de hábitos insalubres para el control y/o reducción del peso corporal, lo que decanta en un detrimento psíquico y físico de la persona que lo padece (28), ya que esa preocupación excesiva suele convertirse en el eje de vida de la persona con TCA (27).
En los últimos años, las cifras de TCA han incrementado en todo el mundo. Su desarrollo y tratamiento suelen ser de larga duración y se estima que el pronóstico es mejor cuando se diagnostican dentro de los primeros tres años, por lo que resulta fundamental una detección temprana de la patología para poder dar inicio a la terapia correspondiente, para lo cual es vital la motivación del paciente y el acompañamiento familiar. Estas patologías tan complejas suelen acompañarse de otras complicaciones médicas y psicológicas, que de manera potencial, pueden significar daños permanentes para el desarrollo del individuo (26,28). Por ello, los TCA requieren un tratamiento llevado a cabo por un equipo de trabajo interdisciplinario, el cual deben componerse de profesionales médicos, psicólogos, nutricionistas, profesionales de la educación física y en algunos casos especialistas en psiquiatría, con la finalidad de fomentar un estilo de vida saludable, en cuanto a la normalización de peso corporal, terapia alimentario-nutricional y eliminación de conductas negativas del proceso (26,28).
2.2. Prevalencia de TCA en el Deporte
En el terreno del deporte, un estilo de vida saludable y adecuado resulta fundamental para un óptimo rendimiento, por lo que las anormalidades alimentario-nutricionalespueden influenciar en forma negativa la productividad y resultados del atleta, lo que conlleva generalmente también al desarrollo de alteraciones en la personalidad de los deportistas (33,34). Los TCA se encuentran en todas las prácticas deportivas, sin embargo, las cifras varían según la disciplina y es por ello que la prevalencia de estos trastornos se halla entre 15-60% (35).
Teniendo en cuenta la alta presión a la que se encuentran sometidos la mayoría de deportistas en cuanto al mantenimiento de peso, esto podría conformar un elemento concluyente en relación al desarrollo de los TCA, como así también las características particulares de cada atleta, principalmente psicológicas, vinculadas a la búsqueda de un constante perfeccionismo, sumado a las expectativas que se asientan sobre ellos (36). Es por ello, que la influencia de la sociedad con respecto a la constante delgadez, sumado a la auto exigencia en relación al rendimiento de los deportistas son elementos que han sido analizados como agentes etiológicos de los TCA en el deporte (37,38). De todos modos, los estudios analizados sostienen que el nivel de competencia no conforma un elemento significativo como lo es el tipo de deporte en relación a la predisposición de un deportista en el desarrollo de TCA (39,40).
La prevalencia de TCA en el área deportiva se encuentra ampliamente por encima de las cifras de estos trastornos para la población general (41). Las alteraciones nutricionales se han observado en mayores cifras entre mujeres que se desarrollan en el área del ballet, así como en deportistas de distintos tipos de gimnasia, saltos de trampolín, corredores y en el patinaje, entre otras disciplinas relacionadas con una asociación social y cultural de que este tipo de deportes pueden desarrollarse únicamente con cuerpos esbeltos y delgados (42,43). 
Según la bibliografía estudiada, son 4 las prácticas deportivas en donde se desarrollan más frecuentemente TCA (44). El “Comité Olímpico Americano” en conjunto con diferentes organismos, tales como “Comités Olímpicos Nacionales” de diferentes países y el “Colegio Americano de Medicina del Deporte” realizaron un resumen con las disciplinas que se consideran de mayor riesgo en cuanto al desarrollo de trastornos alimentarios, las cuales se detallan a continuación (45):
· Deportes con Categorías de Peso, en donde el mismo conforma un elemento condicionante de los participantes en las diferentes categorías de la práctica deportiva (46).
· Deportes Estéticos, en los cuales la apariencia y la imagen de los deportistas conforma una sección a evaluar para colocar puntuaciones y dar a conocer los resultados de la competición (47).
· Deportes de Resistencia, en donde los deportistas pueden lograr beneficios en cuanto a un mejor rendimiento con menor peso corporal (48).
· Deportes de Gimnasio, en los cuales es frecuente que las personas lleven a cabo actividades sin la supervisión constante de un entrenador (49).
A su vez, existen agentes de riesgo relacionados al deporte, los cuales predisponen el desarrollo de TCA y entre ellos se destacan: 
· Carencia de satisfacción ante la imagen corporal debido a las altas presiones que existen sobre la alimentación y el peso corporal, en relación al rendimiento deportivo y de estética corporal (50). Conforma un factor fundamental en cuanto al desarrollo de TCA. A las típicas presiones socioculturales a la que los jóvenes padecen a causa de la sociedad, los deportistas añaden otro contexto que suma presión y es el deportivo. Existen autores que han demostrado en sus trabajos la gran exigencia a la que son sometidos algunos atletas para mantener un estricto control alimenticio y de peso corporal. Estas presiones suelen ser ejercidas por entrenadores principalmente y también compañeros e incluso algunas familias (50,51).
· Especialización deportiva temprana. Existen deportes que no permiten la elección de modalidades que se adapten a la composición corporal de cada individuo y algunas disciplinas demandan estereotipos extremos, sumado a las grandes exigencias en cuanto a entrenamiento y especializaciones desde edades tempranas. Hay autores que recalcan que los deportistas que crecen con estas exigencias, las mismas se vuelven más marcadas a medida que el atleta va creciendo, aumentando la insatisfacción en cuanto a su imagen corporal y rendimiento (52,53).
· Nivel de competencia. Anteriormente se creía que el desarrollo de TCA se daba con mayor frecuencia en los altos niveles de competición. Hoy se sabe que este tipo de trastornos puede hallarse en cualquier nivel de competencia, por lo cual ésta no conforma una variable a analizar de gran importancia en cuanto a TCA (54,55).
· Estrategias no saludables en búsqueda de la perfección. Las grandes restricciones alimentarias sumadas al gran desgaste físico de los exhaustivos entrenamientos conforman el principal factor asociado al desarrollo de TCA en deportistas. Entre las herramientas insalubres más empleadas para lograr la imagen corporal deseada entre atletas se encuentran dietas muy hipocalóricas, auto generación de vómitos, empleo de laxantes y diuréticos, ayunos muy prolongados, entre otros (56-60).
· Sucesos traumáticos. En el menor de los casos, algunos acontecimientos pueden llevar a desarrollar algún tipo de TCA, como por ejemplo, la pérdida de un entrenador, alguna lesión o patología que provoque la culminación del deporte en forma contundente, entre otros, han demostrado conformar factores importantes en cuanto al desarrollo de estos trastornos. (61,62)
Debido a la afirmación que mientras menos peso corporal, mayor será la resistencia y productividad deportiva, la permanente preocupación e insatisfacción por la propia imagen corporal conduce a la creencia de que con la delgadez, se concretarán mayores éxitos, por ello, suelen desarrollarse con frecuencia TCA en atletas de rendimientos bajos y medios (63).
En un trabajo llevado a cabo por el Comité Olímpico de los Estados Unidos se determinó que los atletas que refirieron sentirse más presionados en relación a los alimentos y el peso corporal por parte de las familias y los entrenadores, efectuaban actividades deportivas estéticas y específicamente fueron gimnasia rítmica (37%) y nado sincronizado (39%) y continuaban con altas cifras los deportes valorados por el peso corporal en categorías (26-29%) (61).
Diversos atletas padecen alteraciones alimenticias de variada complejidad (64). Hace algunos años, exactamente en el 1998, Wilmore y Costill (63) estimaron que 50% de deportistas de elite española padecían algún tipo de TCA, cifra que ya determinaba en aquel entonces una señal de alarma para la comunidad deportiva. En el trabajo realizado por Sánchez et al. (64) en el año 2001 se determinó que los TCA se encontraban entre 15-62% de deportistas españoles y estos afectaban mayormente al sexo femenino (64). En forma similar, Dosil (65) estimó una prevalencia de TCA en atletas españoles entre 4-40%.
Por otro lado, Sundgot-Borgen y Torstveit (62) llevaron a cabo un Ensayo Controlado Aleatorizado en Noruega, en donde se analizó la prevalencia de TCA en deportistas de todo el país, en contraste con la prevalencia de estos trastornos en la población general. El estudio incluyó  más de 3000 participantes y se halló que 14% de deportistas presentaron algún TCA, frente al 5% de la población control. Asimismo, esta prevalencia fue mayor en hombres que realizaban deportes antigravedad (22%), en contraste a los deportes con pelotas (5%) y de resistencia (9%). Finalmente, en el sexo femenino, se observó que los TCA se encontraban presentes en 42% de disciplinas con fines estéticos, 24% en deportes de resistencia y 16% en deportes con pelotas. Esto permite determinar que si bien, la prevalencia de TCA en deportistas se desarrolla en ambos sexos, ésta es notablemente mayor en deportistas del sexo femenino.
La Asociación de Psicología del Deporte Argentino, determinó que resulta complejo establecer de manera concreta la prevalencia de TCA en la población deportiva,debido a que muchos casos no son detectados y por lo tanto, no pueden contabilizarse. Aun así, en el año 2015, realizaron una estimación de cifras para estos trastornos. Se analizó una muestra de 695 deportistas y se demostró que 3% de los participantes cumplía con criterios para el diagnóstico de Anorexia Nerviosa y 20% para Bulimia. Asimismo, casi 60% de los atletas empleaban estrategias no saludables para la regulación del peso corporal, entre las que se destacaron: 24% consumo de dietas muy bajas en energía, con promedio de 600 calorías diarias; 12% describió realizar ayunos por más de 24 horas; 6% relató auto inducir vómitos; 4% el uso de laxantes; 3% empleo de diuréticos y 1,5% refirió utilizar purgas y enemas. Del total de los atletas valorados, 4% correspondía a gimnastas y casi un 50% eran corredores (17).
A partir de los artículos analizados en este apartado, es posible afirmar que los TCA se hallan con mayor frecuencia en deportistas, en comparación con la población general y es posible detectar estos trastornos en países de todo el mundo (66). Cabe destacar además, que el sexo más afectado por los TCA es el femenino (67). Finalmente, existen ciertas disciplinas con mayor riesgo de desarrollar TCA y la práctica de comportamientos no saludables en búsqueda de un peso e imagen exigida en el ámbito deportivo (68).
2.3. Tipos de TCA en el deporte
Los deportes que se llevan a cabo en equipos, tales como rugby, basquetbol, vóley, entre otros, suelen darle importancia al peso de los participantes, pero no se consideran actualmente deportes de riesgo para el desarrollo de TCA, mientras que los deportes que mayor énfasis ponen en esta variable son aquellos en donde el peso de los competidores conforma un requisito para la participación de dichas disciplinas, ya sean deportes estéticos, de peso o de resistencia, como por ejemplo: natación, boxeo, gimnasia rítmica y artística, running, ciclismo, entre otros (62,69).
 
Este tipo de deportes da lugar al desarrollo de TCA, ya que se relaciona un mejor rendimiento deportivo con un menor peso corporal, lo cual otorgaría mayor elasticidad y resistencia a los atletas. Estos deportes suelen presentar competencias durante todo el año, por lo que el peso corporal es una variable permanente en la mente de los competidores (67-69).
Incluso existen deportes en donde se fomenta la aplicación de estrategias y conductas de riesgo en los participantes, para lograr de esa manera el peso necesario para la competición. Por ejemplo, los participantes de fisicoculturismo, boxeo, lucha libre, etc suelen ayunar por varios días, realizar actividad física envueltos en plásticos, pasar largas horas en saunas, ingerir suplementos, entre otras prácticas no saludables, con el fin de lograr su objetivo en kilogramos de peso previo a las competencias (65,66). Estos deportistas también suelen buscar la pérdida intencional de líquido corporal previo a la competencia, con el riesgo de una deshidratación y en forma posterior a la competición, suelen ingerir altas cantidades de alimentos y líquidos, debido a la gran restricción producida previa al evento. Estos comportamientos solo conducen a una mayor probabilidad de desarrollar afecciones de diversa índole, principalmente gastrointestinales, cardiovasculares y enfermedades crónicas. Cabe destacar, que en la mayoría de los casos, estas conductas son avaladas e incluso fomentadas por los entrenadores (65-69). 
Siguiendo el trabajo citado de Sundgot-Borgen y Torstveit (62) los autores concluyeron su ensayo aportando que el TCA más prevalente entre la población analizada de deportistas fue Anorexia Nerviosa, principalmente en mujeres y en aquellos deportes con gran énfasis sobre el peso corporal y la imagen de esbeltez. De este modo, varios deportistas evaluados, refirieron además, haber acudido a estrategias no saludables para poder mantener el peso requerido. Asimismo, los deportistas del sexo masculino refirieron haber padecido más cantidad de atracones alimentarios, con posterior auto generación del vómito. 
Por otro lado, gran cantidad de participantes atletas afirmaron haber comenzado a emplear estrategias de disminución de peso a corta edad. Es sabido que las grandes restricciones energéticas y de líquido, en conjunto con la realización de jornadas de ejercicios de alta intensidad, conlleva a una alteración inevitable en relación a los alimentos, la aparición de depresión y otros cuadros psicológicos, con el desarrollo de TCA (62).
Del mismo modo, Borgen y Corbin (70) demostraron que 20% de estudiantes que realizaban actividades deportivas donde se valoraba la delgadez se encontraban muy interesados por su peso corporal y padecían algún tipo de trastorno relacionado con la alimentación. Asimismo, otra investigación realizada con mujeres del ámbito universitario y que realizaban algún deporte, mostró que 32% de ellas implementaba en forma regular por lo menos una estrategia no saludable de reducción de peso (71).
Diversos análisis han indicado un ascenso en cuanto a las cifras de TCA, principalmente Anorexia y Bulimia en bailarines. Brooks-Gunn et al., (72) y Evers (73) demostraron que 33% y 30% respectivamente de bailarines del ballet nacional de EE.UU. y Europa padecían TCA, precisamente Anorexia y Bulimia. Del mismo modo, Garner y Garcfinkeel (74) hallaron que 16% de los alumnos de ballet profesional padecían Anorexia Nerviosa y que la totalidad de ellos, a excepción de un estudiante, desarrollaron el trastorno posteriormente al inicio de las clases en la escuela de danza.
Las cifras presentadas por Kurtzman et al., (75) indican que 27% de bailarines desarrollaron Anorexia Nerviosa y las compañías de danza que trabajan por medio de audiciones y castings determinaron una prevalencia de 46% de TCA en relación a otros grupos de danza, cuya prevalencia fue del 20%. Brooks-Gunn et al., (72) contrastaron bailarines, patinadores, nadadores y corredores en relación al peso corporal y conductas alimentarias. Hallaron que bailarines refirieron las más grandes restricciones alimentarias, en relación a las demás disciplinas. Los autores relacionaron dicho hallazgo con los pesos tan bajos que son exigidos en esa práctica. 
Otra disciplina en donde es habitual la identificación de TCA y por lo tanto conforma otra práctica de riesgo para los mismos es la gimnasia artística y rítmica (76), en donde es fundamental contar con un cuerpo esbelto y de imagen corporal “perfecta” (77). Precisamente se valoró a 42 gimnastas de Michigan por medio de una encuesta elaborada para ser aplicada en deportistas y la detección de conductas de riesgo en relación al desarrollo de TCA y demostraron que el 100% de los participantes se encontraban “a dieta”, con la finalidad de optimizar su desenvolvimiento y para corregir los aspectos estéticos que consideraban que no cumplían con los estándares exigidos. A su vez, 60% de los deportistas analizados implementaban por lo menos una estrategia de regulación no saludable de peso y refirieron que las más replicadas eran pastillas para adelgazar, auto inducción de vómitos y ayunos muy prolongados (78). Contrariamente, Benson et al., (79) hallaron que los gimnastas presentaron una leve tendencia menor (1%) de desarrollar TCA que nadadores (11%). Del mismo modo, Rosen et al., (78) determinaron en su trabajo que 74% de gimnastas de colegios universitarios recurrían a la estrategia de auto inducción de vómitos al menos dos veces en forma semanal o ingerían sustancias con efectos purgantes, así como diuréticos o ayunos intermitentes muy prolongados.
Nadadores y corredores también han sido incluidos en diversas investigaciones dedicadas al estudio de TCA. Dummer et al., (80) demostraron que nadadores de competición presentaban una gran distorsión acerca de su imagen corporal, lo que los autores relacionaron con las presiones sociales y deportivas de la disciplina. Por otro lado, Weight y Noakes (81) determinaron que la Anorexia Nerviosa no es más habitual en corredores de competencia que en la población general,sin embargo, si demostraron que los corredores de elite presentan mayores problemas físicos y psíquicos relacionados con la Anorexia, en relación a corredores que no son de élite.
Los corredores y atletas de disciplinas de resistencia han referido sufrir exigencias y presiones muy elevadas por parte de los entrenadores en relación al mantenimiento de peso y grasa corporal bajos. En tales casos, una reducción de peso inicial puede producir un mejor rendimiento, lo que a su vez se relaciona con una estimulación para replicar en forma constante el descenso de peso en búsqueda de una mayor delgadez (82). Así es que ese descenso pronunciado de peso y masa grasa corporal produce consecuencias negativas para la salud y el rendimiento deportivo del atleta, quien no recibirá de forma correcta los nutrimentos necesarios para el funcionamiento óptimo del organismo para sus actividades vitales y para la realización de las competencias, en donde serán recurrentes los episodios de fatiga, lesiones, entre otros (83).
Según diferentes estudios, es posible confirmar que los deportes de riesgo son principalmente aquellos que se llevan a cabo en forma individual, por lo tanto en este tipo de disciplinas es más habitual hallar TCA. Entre los TCA más frecuentes en el ámbito deportivo se encuentran la Anorexia Nerviosa, Bulimia y TCA-NE. Resulta adecuado aclarar la existencia de ciertas prácticas deportivas que producen TCA no intencional, por ejemplo, los deportes realizados a grandes altitudes, como el alpinismo, el cual suele inhibir el hambre de los participantes (84,85).
A modo de resumen, a partir de los estudios incluidos en esta sección, se afirma que existen grupos de deportistas que presentan mayor riesgo de desarrollar TCA y entre ellos se encuentran los atletas de disciplinas que se practican mayormente de manera individual, por lo que deportes estéticos, de peso y resistencia conformarían los deportes más vinculados con este tipo de trastornos. A su vez, los trastornos que se observan con mayor frecuencia son Anorexia, Bulimia y TCA-NE.
2.3.1. Anorexia Nerviosa
2.3.1.1. Definición
La Anorexia Nerviosa (AN) o Anorexia conforma un TCA caracterizado principalmente por peso corporal bajo en relación al peso normal para la persona afectada y a su vez se encuentra acompañado de un miedo indescriptible al aumento de peso, así como una marcada distorsión de la imagen corporal. Las personas con Anorexia consideran un eje troncal en sus vidas el control de peso y estética corporal e incluso suelen practicar métodos no saludables para lograr su objetivo, los que pueden producir consecuencias graves en sus vidas y entre los que se destacan restricciones muy significativas de alimentos, control estricto de kilocalorías y el empleo de laxantes, diuréticos, suplementos dietarios e incluso auto inducción de vómitos. También es habitual, la realización en exceso de actividades físicas. Por lo general, este trastorno se desarrolla en el intento de enfrentar algunas dificultades emocionales (86)
La palabra Anorexia significa “falta de apetito” y suele emplearse también como síntoma de algunas enfermedades, como gripes y trastornos psicológicos como cuadros depresivos (87). En pacientes con anorexia se desarrolla normalmente la sensación de apetito (88), pero el sujeto no ingiere alimentos y se encuentra pensando constantemente qué alimentos son los adecuados para consumir sin que afecte a su peso y estado nutricional (89).
2.3.1.2. Historia de la Anorexia Nerviosa
Según la literatura revisada, desde los inicios de la medicina, la anorexia ya se hacía evidente en algunas mujeres de la época, pero se desconocían sus causas aparentes. De este modo, alrededor de los años 100-138 se especifican los primeros detalles relacionados con la Anorexia y el cese de la menarca, como signo de este trastorno. Igualmente, Galeno alrededor del año 150 realiza una descripción sobre una enfermedad caracterizada por la desnutrición, en donde el individuo estudiado no era capaz de alimentarse (90). Posteriormente, en el siglo IX, un religioso de Baviera describió un proceso de curación de una joven con una extraña afección. La muchacha, luego de un hambre descontrolada, comenzó a rechazar los diferentes alimentos, con episodios de vómitos y al poco tiempo directamente dejó de comer. De esta manera, se determina este episodio como un caso de AN (91) Asimismo, este trastorno también se encuentra descripto en los primeros textos médicos del siglo XI en Arabia, en donde un príncipe gravemente deprimido, se negaba a alimentarse (92). 
Las primeras descripciones clínicas de este TCA se enmarcan en el siglo XVI. En este período se hacen evidentes los casos de personas con caquexia, en donde sus comportamientos de restricción alimentaria son considerados anormales para la sociedad y religiosamente no se hallan justificativos para tal accionar. Estos casos generan inquietud en la comunidad, con sentimientos encontrados acerca de estos sujetos que intentan sobrevivir sin alimento en su cuerpo (93). En 1670, en Reino Unido, se conoce el caso de una niña de 11 años de edad con una desnutrición autogenerada. La niña sufrió un accidente que le generó graves daños, los cuales sumergieron a la paciente en un grave cuadro de depresión y tristeza. Este trastorno condujo a que la joven desarrolle amenorrea, con mayores restricciones alimentarias y también vómitos para no absorber los pocos alimentos que consumía (94). 
Alrededor de 1690, el “Real Colegio de Médicos de Inglaterra” llevó a cabo la primera publicación con descripción de la Anorexia Nerviosa (95). Posteriormente, se caracterizaron diferentes cuadros de anorexia, los cuales fueron denominados como “atrofia nerviosa” o “delirios hipocondríacos” (93). Luego, en 1870, se empezó a considerar al histerismo como causante de la anorexia y se le empezó a llamar “Anorexia histérica” (96). Este último cuadro es el que más se asemeja al cuadro contemporáneo, aunque, la etiopatogenia ha sido muy diferente en los ´últimos años. Hubo un período en el que se estimaba un origen nervioso como causa de la patología, sin embargo, diferentes autores caracterizaron la inanición “hipofisiaria” y se comenzó a suponer a la anorexia como un cuadro con origen pituitario. Pero recién en 1940 se demostró que la Anorexia Nerviosa y la Inanición Hipofisiaria conforman trastornos diferentes (97). A inicios del siglo XX, brotan las primeras suposiciones psíquicas y psicoanalíticas, en donde Freud manifiesta que la Anorexia se desarrolla a causa de una neurastenia vinculada con la reducción de libido, la cual se manifiesta por medio de un cuadro de histeria (98).
A partir de los años 60 y 70, las investigaciones acerca de Anorexia han incrementado notablemente, lo que determina el interés por la temática. Del mismo modo, las ramas de terapia se han ampliado. Posteriormente se comenzó a tomar conciencia de la distorsión de la imagen corporal (99). Se empezaron a manifestar predominantemente las aristas biológicas, psíquicas y sociales relacionadas con la etiología de la afección (100). Desde esos trabajos, diversos autores empezaron a enmarcar a la Anorexia como un TCA de etiología compleja, con signos y síntomas clínicos, los cuales resultan de múltiples agentes promotores, tales como fisiológicos, psicosociales, culturales, entre otros, tal como se considera actualmente (101).
2.3.1.3. Prevalencia
Las investigaciones epidemiológicas indican que el trastorno diagnosticado a través del cumplimiento de todos los criterios para AN revelan que este TCA se desarrolla entre 0,5 y 1% de mujeres entre 14 y 18 años de edad en países desarrollados, en donde la esbeltez se vincula con el éxito y la belleza. Asimismo, no existen datos concretos en cuanto a las cifras en países en vías de desarrollo (102, 103). La edad en donde se desarrolla con más frecuencia es alrededor de los 15 y 20 años y luego de estas edades, la prevalencia de AN es menor (99, 104) y es poco usual hallar esta patología en individuos de más de 40 años (103).Alrededor del 90% de casos se manifiesta en el sexo femenino (98,105), sin embargo, en el último tiempo han aumentado los casos en hombres, siendo la proporción aproximada de 10:1 (106). De igual modo, en cuanto a la raza, se ha llegado a la conclusión de que personas blancas y caucásicas son las razas donde más se desarrolla la AN (106-109). En relación al nivel socioeconómico, desde las primeras investigaciones se determinó que la AN se presenta predominantemente en el sector sociocultural de nivel medio y alto (110, 111).
La AN presenta un desarrollo crónico y puede presentar complicaciones de morbimortalidad. 25% de pacientes con AN continúan padeciendo dicho trastorno 5 años posteriores al diagnóstico original. De ellos, 40% manifiesta síntomas emocionales y 25% síntomas obsesivos. Se estima que aquellos pacientes que han sufrido AN por más de 10 años, precisan de un tratamiento más estricto, ya que resulta muy complicado erradicar algunas conductas ya internalizadas (112). Cuando el trastorno se ha mantenido por más de 20 años, la probabilidad de muerte ronda 18% (113). Si no se desarrolla en forma urgente un tratamiento adecuado, el sujeto con AN progresa en su desnutrición y se puede producir una disminución de 50% de su peso normal (114,115). 
En el ámbito deportivo no se conoce exactamente cuáles son las cifras de AN, debido a la complejidad de los TCA para ser detectados, sin embargo, se estima que en comparación al 1% de la población general que sufre TCA, entre 15 y 60% son los deportistas que padecen dichos trastornos, dejando en claro que las cifras para estas patologías son mucho mayores en el área de deporte a nivel mundial (116).
2.3.1.4. Etiología
La anorexia, al igual que otros TCA no presenta una única causa en su origen y desarrollo, sino que son vinculadas con un conjunto de factores biopsicosociales (86):
 
· Factores biológicos: aunque aún se encuentra en estudio y debate, se estima que existen determinadas alteraciones genéticas implicadas en ciertas personas, quienes presentan mayor probabilidad de padecer este trastorno (86, 117). 
· Factores psíquicos: pacientes con Anorexia han demostrado poseer rasgos obsesivos compulsivos en su personalidad, lo que colabora con el mantenimiento de conductas no saludables, como grandes restricciones alimentarias por períodos considerables, aun manifestando sensación de apetito. A su vez, gran parte de pacientes con Anorexia presentan personalidades muy perfeccionistas, detallistas y minuciosas y puede generar insatisfacción constante con su imagen y peso corporal, aun encontrándose estos parámetros muy por debajo de lo normal (118).
· Factores sociales: la delgadez siempre ha sido bien vista por la sociedad alrededor de todo el mundo. El éxito y la superación han sido relacionados con la esbeltez. Además, la presión ejercida por los pares suele impulsar la aspiración por la delgadez, principalmente en la población más joven (119).
La AN se encuentra asociada con un historial de problemas de autoestima, frustración a la hora de resolver situaciones problemáticas, grandes exigencias familiares, entre otros factores emocionales. Este tipo de trastorno también puede desenvolverse a causa de observaciones o críticas negativas por parte de personas del círculo íntimo, ya sea familiares, pares, entrenadores, etc así como de eventos traumáticos, como pérdida de personas importantes en la vida del sujeto en cuestión (120).
2.3.1.5. Factores de Riesgo
Esta patología se desarrolla con mayor frecuencia en el sexo femenino, aunque actualmente cada vez son más los hombres de todas las edades que desarrollan este trastorno, sin embargo, se da más frecuentemente entre adolescentes y jóvenes y se estima que en este momento biológico, los cambios fiscos y psíquicos que ocurren, promueven un mayor riesgo para el desarrollo de TCA como AN, sumado a la mayor presión de los pares y la vulnerabilidad durante este período de la vida, principalmente en cuanto a temas delicados, como el peso y la imagen corporal. Existen determinados agentes que incrementan las probabilidades de sufrir Anorexia, los cuales son (86):
· Herencia familiar: se cree que aquellas personas que poseen algún familiar de primer grado que haya padecido Anorexia, poseen mayor riesgo de desarrollar el mismo trastorno (86).
· Patrones alimentarios: una persona que vive “estando a dieta” posee mayores probabilidades de desarrollar TCA. Existe evidencia que sustenta que los síntomas de la Anorexia conforman síntomas de apetito, el cual influye negativamente en el sistema nervioso y en las emociones, con permanentes alteraciones en el estado anímico, pensamientos estructurados, preocupación, etc. El hambre y la búsqueda de un cuerpo perfecto pueden transformar las funciones cerebrales, lo que se vincula con la perpetuación de TCA y dificultades de lograr un tratamiento con resultados positivos (86, 121).
· Transiciones: existen algunas situaciones de la vida que suelen ocasionar ansiedad, estrés, preocupaciones, angustia, etc, lo cual puede incrementar el riesgo de desarrollar Anorexia, como por ejemplo cambio de colegio, mudanzas, fin de relaciones sentimentales, perdida de algún familiar o amigos, entre otros (86, 121).
A su vez, se ha propuesto una interacción de factores de predisposición, precipitación y de perpetuación para la AN y los mismos se detallan a continuación (112):
1. Factores de predisposición:
· Genética.
· Sexo femenino.
· Periodo de edad comprendido entre la adolescencia y juventud.
· Trastornos socio afectivos e interpersonales.
· Exceso de peso en la infancia.
· Nivel socioeconómico medio-alto.
· Adicciones.
· Antecedentes de TCA en la familia.
· Obesidad materna.
2. Factores de precipitación:
· Transformaciones corporales.
· Pérdidas y traumas afectivos.
· Comentarios y críticas negativas de los pares.
3. Factores de perpetuación:
· Aislamiento socio afectivo.
· Realización exagerada de actividad física.
· Falta de contención familiar y de los pares.
2.3.1.6. Signos y Síntomas
Los signos y síntomas suelen aparecer en forma paulatina, por lo que es importante observar atentamente los mismos, para el descubrimiento oportuno de la AN y un correcto diagnóstico y tratamiento (122). Entre los signos y síntomas más comunes en la anorexia se encuentran aquellos asociados con la caquexia. Este TCA involucra dificultades emocionales y conductuales en relación a la apreciación de una imagen corporal distorsionada y pánico por aumentar de peso. Al principio puede resultar complejo distinguir los signos y síntomas de este trastorno, ya que los afectados por Anorexia, suelen ocultar su estado de salud y hábitos alimentarios (86). 
1. Dentro de los signos y síntomas físicos de la anorexia se distinguen (86,122):
· Reducción exagerada de peso corporal e incluso peso por debajo de lo requerido para la edad, sexo y talla para el desarrollo normal.
· Delgadez.
· Resultados bioquímicos anormales.
· Debilidad.
· Insomnio.
· Vértigo y desvanecimientos.
· Cianosis en las falanges.
· Caída pronunciada de cabello, así como debilitamiento del mismo.
· Amenorrea en las mujeres y trastornos reproductivos en hombres, principalmente debido a alteraciones en las concentraciones de Testosterona.
· Constipación y distensión abdominal.
· Sequedad de piel y mucosas.
· Sensación de frío e intolerancia al mismo.
· Trastornos de la frecuencia cardíaca normal.
· Alteración de la presión sanguínea. 
· Perdida de líquido corporal.
· Extremidades superiores e inferiores hinchadas.
· Desgaste dentario y desarrollo de callos en los nudillos por auto inducción de vómitos.
· En algunos casos, los pacientes con Anorexia presentan eventos de atracones y purgas, similar a lo que sucede en los pacientes con Bulimia. De todos modos, las personas que padecen Anorexia lidian constantemente por mantenerse en un peso bajo que no es normal a través de diferentes estrategias no saludables.
2. Síntomas emocionales y conductuales. Los síntomas en cuanto a la conducta y emociones de los pacientes con Anorexiaincluyen la implementación de estrategias poco saludables para mantener su peso bajo y entre ellas se pueden detectar (86, 122):
· Distorsión corpórea y en la autopercepción de la propia imagen. El paciente con AN a pesar de tener un Índice de Masa Corporal (IMC) bajo o al límite del bajo peso, puede observarse “excedido de peso o con una silueta desproporcionada”. Existe una conducta obsesiva por el cuerpo, el peso, la imagen del mismo y la alimentación.
· Restricción total de alimentos durante el período dietario o de ayuno.
· Realización de actividad física en exceso.
· Círculo vicioso entre los atracones y posterior auto provocación de vómitos y suele incluir la administración de purgantes, diuréticos, etc.
· Ansiedad constante ante comidas, que incluso suelen preparar para otras personas pero ellos no las ingieren.
· Omisión de comidas.
· Negación de la sensación de apetito e invento de excusas para evitar el tiempo de las comidas.
· Descarte de alimentos en el plato, generalmente seleccionando aquellos alimentos bajos en grasas y energía.
· Repetición de conductas estrictas posteriormente a la ingesta de alimentos, como por ejemplo escupirlos luego de su masticación.
· Evasión para no comer acompañado.
· Engaños a sus personas más allegadas con respecto a las porciones ingeridas.
· Rutinas de pesajes y toma de medidas corporales en forma rigurosa varias veces al día.
· Evaluaciones corporales frecuentes frente a espejos.
· Expresiones frecuentes de insatisfacción o vergüenza o cualquier tipo de sentimiento negativo en contra de su cuerpo.
· Vestimentas con mucha cantidad de ropa.
· Apatía.
· Aislamiento social.
· Irritación.
· Vigilia nocturna.
· Poco o nulo interés por la sexualidad.
2.3.1.7. Complicaciones
La AN puede promover la aparición de complicaciones, las cuales se pueden clasificar de la siguiente manera (123):
· Fisiológicas: IMC< 17 kg/m2, malnutrición, anemia, afecciones cardíacas (arritmias, bradicardia, insuficiencia cardiovascular, entre otros), detenimiento de desarrollo, cese de la menarca en mujeres y alteraciones de la testosterona en hombres, afecciones dermatológicas, lanugo en el cuerpo, sequedad de piel y mucosas, así como debilitamiento de cabello y uñas, síntomas gastrointestinales (constipación, distensión abdominal, etc), perdida de la densidad mineral ósea, con mayor probabilidad de desarrollar Osteoporosis y por ende, fracturas; sarcopenia, hipotermia, desequilibrio de electrolitos, patologías renales, entre otros (86, 123).
· Conductuales: hiperactividad, dedicación de tiempo en exceso a actividades académicas, especialización y estudio de temas relacionados a la nutrición, el cuerpo y los alimentos (123).
· Cognoscitivas: alteraciones en cuanto a los conceptos de grande, chico; delgado, gordo; distorsión de las propias medidas corporales y negación de su estado físico y emocional (123).
· Psicosociales: relacionados con trastornos emocionales (irritabilidad, depresión, insomnio, sentimientos de vergüenza propia, problemas de aprendizaje, entre otros) (123).
Las complicaciones vinculadas con la Anorexia son múltiples. En casos avanzados, puede llevar a la muerte, la cual puede ocurrir en forma súbita, incluso si la persona afectada no se encuentra en estado de desnutrición. Esto puede deberse a fallas cardíacas o pérdida de equilibrio de minerales corporales. Cuando un paciente con Anorexia se encuentra en estado nutricional de desnutrición, todo el organismo puede padecer daños, incluso irreversibles. Igualmente, las complicaciones psíquicas y mentales también suelen ser frecuentes en este tipo de pacientes, con aparición de múltiples trastornos emocionales, como depresión, ansiedad, ataques de pánico, trastornos de la personalidad con pensamientos recurrentes e incluso intentos de suicidio; trastornos obsesivos compulsivos, ingesta de sustancias nocivas, autolesiones, entre otros (124).
2.3.1.8. Diagnóstico
Cuando existe preocupación y se sospecha que un paciente padece Anorexia Nerviosa, el médico solicitará la realización de análisis y determinadas pruebas para indicar un diagnóstico concreto, descartando otras afecciones que puedan producir disminución de peso corporal o de la sensación de hambre, tales como afecciones endócrinas (patologías tiroideas, diabetes, entre otras); infecciones (HIV, tuberculosis, etc), patologías gastrointestinales, algunos tipos de cáncer y afectaciones de la psiquis. Generalmente, estas pruebas incluyen (86, 122-124):
· Examen físico: a través de peso, talla, signos vitales, frecuencia cardíaca, presión arterial, control de mucosas, piel, uñas, así como sonido del corazón, pulmones y abdomen (122, 123).
· Estudios bioquímicos: hemograma, análisis sanguíneo profundo para determinar las concentraciones de proteínas, minerales y vitaminas, así como el funcionamiento hepático, renal y de la glándula tiroidea. Generalmente también se realiza un análisis de orina (123, 124).
· Examen psicosocial: por medio de sesiones que permitan conocer hábitos alimenticios, así como ideas y emociones respecto a los alimentos (124).
· Otros: placas radiológicas de densidad mineral ósea para determinar osteoporosis y/o fracturas, así como afecciones pulmonares y electrocardiograma para determinar complicaciones cardíacas (123). 
Las características según el Manual Diagnóstico de los Trastornos Mentales (DSM-IV-TR) (103) y la Clasificación internacional de enfermedades (CIE-10) (125) puntualizan los criterios empleados para el diagnóstico de Anorexia y los mismos pueden visualizarse en las Tablas 2.1 y 2.2. 
Tabla 2.1 Criterios para el diagnóstico de la Anorexia Nerviosa (DSM-IV-TR).
	A. Rechazo a poseer peso corporal igual o mayor al mínimo normal para la edad y la talla (por ejemplo, disminución de peso que da lugar a un peso menor al 85% del que se espera o fracaso en el aumento de peso normal durante el desarrollo, resultando en un peso corporal inferior al 85% del peso esperable).
	B. Pánico a la ganancia de peso, incluso cuando este se encuentra debajo de lo normal.
	C. Alteración de la percepción de la imagen corporal así como del peso, excesiva preocupación o negación de riesgos asociados con el bajo peso corporal
	D. En mujeres, amenorrea al menos tres ciclos menstruales consecutivos y se precisa de tratamientos hormonales para su recuperación.
Tabla 2.2. Criterios para el diagnóstico de la Anorexia Nerviosa (CIE-10).
	A. Reducción importante de peso (IMC<17,5 Kg/m2). Niños y adolescentes no demuestran una ganancia de peso propia del desarrollo.
	B. La reducción de peso es causada por el paciente por medio de restricciones alimentarias y acciones compensatorias de las ingestas (autoinducción de vómitos, purgas, diuréticos, intensa actividad física, entre otros).
	C. Alteración de la percepción de la imagen corporal así como del peso. Se considera una patología psíquica, en donde hay temor extremo por la ganancia de peso y el mismo paciente se obliga a mantenerse debajo del peso normal. 
	D. Trastorno endocrino con afección en el eje hipotalámico-hipofisario-gonadal, con desarrollo de amenorrea en mujeres y disminución de la funcionalidad sexual en los hombres. Pueden existir alteraciones tiroideas y segregación insulínica anormal. 
	E. Antes de la pubertad, se detiene el desarrollo y si hay pronta recuperación, el desarrollo puede completarse pero algunos aspectos pueden tardar como por ejemplo, la menarca. 
Se pueden diferenciar dos tipos de AN:
1. De Restricción: en donde el bajo peso ocurre a causa de la pobre ingesta alimentaria, ayunos prolongados y/o alto gasto energético a causa de una excesiva actividad física y en donde en los últimos tres meses no se han desarrollado episodios de atracones y/o acciones purgativas (122).
2. De purgación o compulsión: en los últimos tres meses, el paciente desarrolla con frecuencia sucesos de atracones y/o acciones purgativas, las cuales incluyen auto inducción de vómitos y empleo de diuréticos, laxantes, etc.
En caso de desaparecer algúnsíntoma, esto puede darse en forma parcial (deja de existir bajo peso, pero aún se manifiesta el pánico a aumentar de peso y la distorsión corporal) o completa (ya no hay síntoma de AN por un período significativo de tiempo) (122).
2.3.1.9. Tratamiento
Según el estado de la patología, se debe decidir la terapia más efectiva para el tratamiento de la AN. Los criterios a evaluar para la selección de un tratamiento con internación o no del paciente son:
· Presencia de la patología por 4 meses o más.
· Reducción de peso entre 25 y 30%.
· Relaciones interpersonales muy problemáticas y aislamiento social.
· Trastornos emocionales marcados (112, 126).
El tratamiento para Anorexia incluye un abordaje interdisciplinario, con profesionales médicos, psicólogos, nutricionistas e incluso profesionales de la actividad física. El tratamiento continuo y la educación alimentario-nutricional conforman un factor fundamental en el tratamiento eficaz. Los tratamientos suelen comprender (86-90):
· Internación: en casos graves y avanzados, en donde existan afecciones cardíacas, perdida electrolítica, alteraciones psicológicas significativas, entre otras. Existen instituciones que ofrecen hospitalizaciones diurnas o permanentes, según el requerimiento de cada paciente. De igual modo, la duración de los tratamientos se relaciona con la gravedad de cada trastorno (86,87).
· Atención médica: es necesario un constante monitoreo de signos vitales, las concentraciones de líquido y minerales así como el control de otras complicaciones. En casos avanzados, es común que los pacientes reciban alimentación enteral al principio del tratamiento (87,88).
Como principal objetivo del tratamiento, se trabaja en la normalización de peso corporal, así como en la asimilación de hábitos alimentarios saludables, conforme a la salud psicológica y física del paciente (122). Es indispensable el apoyo y la contención familiar.
En el caso de la terapia psicológica, la misma puede desarrollarse de manera individual o familiar. El fin de la misma es fomentar la normalización del peso corporal, por medio de la promoción de comportamientos alimenticios adecuados, así como también trabajar en evitar las ideologías distorsionadas de la imagen corporal y las creencias positivas en cuanto a las restricciones energéticas, disminuyendo el pánico en cuanto a un peso normal para la edad, sexo, talla y otros factores vinculados (86-90,126).
No existe medicación para el tratamiento de Anorexia, aunque suelen administrarse medicinas para tratar algunos aspectos psicológicos que suelen aparecer con los TCA, como depresión, estrés, ansiedad, angustia, etc (86). En algunos casos, se suelen administrar medicamentos en aquellos pacientes que presentan síntomas que interfieren en la recuperación, tales como situaciones de violencia, agresividad, etc. En esos casos, pueden emplearse algunos fármacos, entre los cuales el más empleado es el antidepresivo Fluoxetina (122) y también Amitriptilina, Clomipramina, Imipramina, Fluvoxamina, Paroxetina. Asimismo, suelen administrarse antianoréxicos (Ciproheptadina), ansiolíticos (Alprazolam, Buspirona) y antipsicóticos (Clorpromazina) (125).
2.3.2. Bulimia Nerviosa
2.3.2.1. Definición
La Bulimia Nerviosa (BN) o Bulimia es un TCA considerado muy peligroso. Esta patología se caracteriza principalmente por frecuentes eventos de grandes atracones, pérdida de control con respecto a los alimentos y posteriormente, se produce la auto inducción de vómitos, para evitar la asimilación de la energía proveniente de los alimentos ingeridos y por ende, prevenir el ascenso de peso corporal. Las estrategias empleadas por pacientes con Bulimia son diversos, pero predomina la auto generación de vómitos luego de grandes ingestas de alimentos, sumado a que también pueden emplear productos diuréticos, purgantes, productos adelgazantes, etc , así como realizar ayunos, dietas muy restrictivas y/o abusar de la actividad física, en forma posterior a los atracones (86). 
La palabra “Bulimia” procede del griego “bous: buey y limos: hambre”, lo que se traduce como “hambre incontrolable”. Clínicamente se observa en los episodios frecuentes de atracones con alimentos de diversa índole (87).
2.3.2.2. Historia de la Bulimia Nerviosa
En la Antigua Roma, la bibliografía expone que ya se acostumbraba en forma posterior a los banquetes, autogenerarse el vómito como “limpieza después de las grandes comilonas”, sin embargo, en aquel entonces no era mal visto ni mucho menos se consideraba una enfermedad. En el siglo XVIII se describió por primera vez un cuadro denominado “true boulimus”, representada por una gran inquietud y ansiedad luego de la ingesta de una comida voluptuosa en un pequeño período de tiempo, así como “caninus appetitus”, en donde luego de esa ingesta excesiva, se producían vómitos por parte de la persona afectada (127).
Durante el siglo XIX, se dio a conocer la primera descripción de la enfermedad, realizada por el investigador Zegers, cuya denominación en aquel entonces fue “Síndrome de hiperfagia y vómito secundario en la mujer joven” en la “Revista Chilena de Neuropsiquiatría” alrededor de 1972. A continuación se le atribuyó la primera caracterización de la patología en forma errónea a Rusell, científico que trabajó con 30 pacientes de estado nutricional normal, quienes demostraban un intenso miedo de robustecer y desarrollaban vómitos después de ingestas voluptuosas de alimentos. De ese modo, la enfermedad comenzó a llamarse “bulimia nerviosa”, como una variedad de Anorexia nerviosa y el término fue incluido en la primera edición de la “Enciclopedia Británica” y en el “Diccionario médico y quirúrgico de París” alrededor de 1830. Posteriormente, en 1980 se incorporó la BN como un término que hace referencia a una enfermedad diferente a la AN, avalada por la “Sociedad Americana de Psiquiatría” (127).
La historia de la BN es más reciente que la AN, con los primeros registros alrededor de los años 50´y los mismos se incrementaron en forma considerable en relación a los últimos 10-15 años. En este trastorno resulta fundamental considerar dos características: una pérdida de control en relación a la ingesta alimentaria, cuyos primeros registros datan del siglo XVIII y la restricción dietaria, desprecio a la ganancia de peso y métodos de compensación purgativos. Algunos autores consideraban a la BN como una variedad de la AN y hoy se conoce que muchos pacientes con BN han referido antecedentes de AN (127).
2.3.2.3. Prevalencia 
Las investigaciones epidemiológicas de BN son más recientes. Este trastorno fue incluido en los manuales de diagnóstico de 1980. Al día de hoy, la BN es considerada un TCA más frecuente que la AN. Las cifras de incidencia y prevalencia para este trastorno resultan complejo de establecer, ya que muchas veces esta patología no se conoce expresamente para su contabilidad. Aun así, las cifras generales de BN rondan entre 1 y 20% para la población general (128-130) y en el ámbito deportivo se estima una prevalencia entre 15 y 60% para TCA, dejando en evidencia que las cifras para dichos trastornos son mucho mayores en el área de deporte en todo el mundo.
La edad promedio de desarrollo de BN es a partir de los 11 años de edad, con un promedio para la misma entre 18 y 25 años (131) y es menos común, pero también existen algunos casos de desarrollo de BN hasta la edad de 40 años (132). Con respecto a la diferencia entre sexos, la relación entre mujeres y hombres para BN es 10:1, al igual que con AN, siendo mayor la incidencia en mujeres de países desarrollados (133)
2.3.2.4. Etiología
No existe una única causa para los TCA. Son diversos los factores que pueden ocasionar su desarrollo, entre los que se destacan factores genéticos, biológicos, emocionales, socioculturales, entre otros (86). Este tipo de trastorno se vinculan con diversos agentes, entre los cuales los más importantes son los socioculturales, en donde las altas presiones por la esbeltez y el deseo de conseguir una imagen perfecta para suplir una autoestima

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