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Interés simple e interés compuesto

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Curso: Ing. Económica “A”
Los intereses son casi tan antiguos como cualquier forma de comercio, por más simple o primitiva que esta fuera. Los humanos que inicialmente nos dedicamos a la caza y recolección para saciar el hambre, con el tiempo se vio de forma evidente que era más factible que las personas se especializaran en una sola labor para obtener mayores resultados, que tener que realizar todas las labores necesarias para cumplir todas sus necesidades. Es decir, que en vez de que cada persona tuviera que pescar, recolectar y cazar sus propios alimentos, se especialice en una sola de estas áreas, de esta forma puede utilizar los bienes sobrantes de su trabajo como medio de cambio para obtener otros que requiera. Es así como surge la primera forma de comercio, el trueque, un simple intercambio de bienes, servicios o activos, donde ambas partes recibían algo que les fuera de mayor utilidad. Si los intercambios eran efectuados en zonas cercanas o aledañas, y estos eran en pequeñas cantidades, no representaban ningún problema para la entrega, pero en los casos contarios, se complicaba el llevar bultos tan grandes y pesados para ser intercambiados. Es por esto que surge la necesidad de implementar la moneda. La moneda no solamente facilitaba el realizar intercambios de forma más eficaz, ya que se volvió universalmente aceptable, sino que también impulsó la capitalización de los comercios, ya que, anteriormente los pagos podrían ser efectuados con alimentos u otros tipos de vienes, los cuales no eran fácilmente cambiables por otros y limitaban la economía, pero al implementarse la moneda el comercio pudo aumentar su producción exponencialmente. 
Es así como probablemente en algún punto muy cercano al inicio de la primera forma de comercio, alguien se dio cuenta que podría negociar de cierta forma, para adquirir o vender a crédito algún tipo de bien o servicio. La palabra crédito viene del latín “creditum”, el cual es el sustantivo del verbo creer, en latín “credere”. Se puede evidenciar como en 1850 AC ya se implementaba el concepto de interés, mediante la ley Babilónica tallada en piedra en el Código de Hammurabi “Si un mercader ha hecho un préstamo de grano o plata, por el grano tomará un panu y cuatro sutu por cada kur. Si hizo un préstamo de plata tomará un sexto de shekel y seis granos por cada shekel.” Para tener una referencia, historiadores apuntan que en el primer caso se refiere a un 33% y en el segundo de un 22%. Se puede notar que no se menciona el factor tiempo en esta ley, lo que dio pie al abuso desmedido, donde se podían cobrar tasas de interes bajo, con la intensión de hacer efectivo el cobro en periodos de tiempo muy cortos. 
En la antigua Roma se conocía el concepto de interés, sin embargo, no estaba regulado, dejando que las personas que se dediquen a realizar prestamos fijen ellos mismos la tasa de interés y todo con respecto al crédito. Quienes no pudieran cumplir con sus obligaciones podrían ser tomados como esclavos por sus prestamistas o incluso pagar con pena de muerte. Bruto, quien fue un famoso prestamista, cedía créditos con una tasa de interés del 45%. En Roma se utilizaba el término usurero para estas personas, el cual permanece hasta hoy en día. Como era necesario se tomaron medidas para regular el tema de las deudas por los intereses.
en la Lex Licinia Sextia del 367, en el plebiscito Genucio del 342 y en la Lex Poetelia-Papiria del 326 a.C. En la primera se acordó la amortización de los préstamos en tres plazos anuales; la segunda fijó una tasa legal de interés que no podría ser superada por los acreedores y, en fin, la tercera prohibió la esclavitud por deudas (es decir, el nexum, que suponía una relación de dependencia temporal o una esclavización más que la esclavitud, propiamente dicha), lo que supuso un cierto alivio en la precaria situación económica del grupo plebeyo, principal beneficiario de* estas medidas legislativas.( Gonzalo Bravo,1998, 33)
Luego de la caída del Imperio Romano y la llegada del cristianismo decrecen los negocios lucrativos por medio de tasas de interés, puesto que los cristianos, no podían practicar este comercio, ya que era considerado un pecado. Santo Tomás de Aquino argumenta contra el interés porque dice que: “sólo Dios dispone del tiempo”.(Dra. Kisbye y Dr.Levstein, 2010, 12). Es importante resaltar que ya se menciona el factor tiempo al hablar del cálculo de los intereses. Solamente quienes no eran parte de la religión, podían ejerces este oficio, puesto que no le representaba un cargo de conciencia. 
Aristóteles, al igual que otros grandes filósofos griegos, consideraban indigno la implementación de las matemáticas para comerciar el dinero, pensaban que esto era una forma de aprovecharse de otros para generar dinero. Decía «el dinero es estéril, y no genera dinero» (pecunia pecuniam non parit, o nummus nummum non paritf) Aristóteles pensaba que más digna de admiración era la economía natural, la cual le proporcionaba al hombre únicamente lo que requería. 
En El “Tratamiento de los Intereses en el Derecho Canónico y en el Derecho Islámico”(Francisco Javier Jiménez Muñoz, 2008) Encontramos detalladamente cómo se desarrolló la aceptación de la iglesia católica a los intereses, puesto que, en la edad media, la iglesia compartía la creencia aristotélica, que sostiene que, el dinero es inerte y no puede reproducirse a sí mismo, considerando este negocio un pecado de usura, estableciendo el Derecho Canónico, que prohíbe la usura. Los judíos, quienes no tenían tal prohibición, fueron creciendo en el negocio hasta llegar a tener las primeras casas de préstamos e instituciones bancarias. Pronto los judíos llegaron a ser sinónimo de usureros. Con la creación del Montes de Piedad, por parte de los franciscanos en Italia, donde se ofrecían créditos con tasas de interés bajas, que iban de un 4% hasta un 10%, las cuales fueron aceptadas debido a que eran supuestamente destinadas únicamente a los gastos de gestión de la entidad propia. Por lo que Leon X, reconoce en la Bula a los Montes de Piedad, como una institución, aludiendo que se reduce el porcentaje de usura, los cuales se restringen a los gastos que producía la actuación y mantenimiento de dicha institución. Es así como se va flexibilizando la visión de los Intereses por parte de la iglesia, justificándose en los casos de inversiones, por el riesgo tomado por el prestatario. Pero los intereses no son aceptados, si no hasta 1917, que surge el nuevo Código del Derecho Canónico. Mientras que el Derecho Islámico, mantienen en la actualidad, de forma similar la prohibición de los Intereses. 
Luego, con el tiempo, poco a poco el sistema económico se iba desarrollando, e iban surgiendo nuevos tipos de Intereses que llamaban la atención de economistas y mandatarios, por su gran impacto dentro del desarrollo del comercio de las naciones. El estado comenzó a regularizar las tasas y tipos de intereses que se implementaría en estos. Y es así como transcurre el tiempo hasta la actualidad, donde el concepto del interés es bien conocido e implementados por todos. 
Fundamentos de prestamos con interés 
Para efectuar una operación financiera se requiere de un prestamista, quien otorga una cantidad P de dinero, por un tiempo determinado n, con el fin de que el prestatario regrese esa misma cantidad de dinero más con un Interés o valor agregado I. 
Pero ¿Por qué se debe cancelar un monto adicional al finalizarse el préstamo? A este valor agregado se denominó como el valor por la utilidad perdida, el cual explica Jeremy Bentham (1748-1832) en el siglo XVIII, con la doctrina utilitarista, que argumenta que el prestamista al ceder su dinero al prestatario, deja de gozar de la utilidad que este le puede brindar en ese momento, lo cual supone una compensación adicional al momento de saldar el préstamo.
En el siglo XX, Irving Fisher, economista neoclásico, complementa esta lógica en su obra “Teoría del Interes”(1930), en ella revela que no solamente influye la utilidad, sino que, también forma parte importanteel factor del tiempo. En su obra revela la noción de tasa nominal y la tasa real de interés, relacionando a ambas con la tasa de inflación. Por esto Fisher es considerado uno de los economistas más importantes de la historia.

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