Logo Studenta

Las tecnologías emergentes en la conservación de alimentos

¡Estudia con miles de materiales!

Vista previa del material en texto

Las tecnologías emergentes en la conservación de alimentos están desempeñando un papel 
cada vez más importante en la industria alimentaria. Estas nuevas tecnologías ofrecen 
alternativas innovadoras y prometedoras para mejorar la seguridad alimentaria, prolongar la 
vida útil de los productos y preservar la calidad nutricional y sensorial de los alimentos. 
Algunas de las tecnologías emergentes más destacadas incluyen la radiación ionizante, el 
plasma frío y los campos eléctricos pulsados. 
 
La radiación ionizante es una técnica que utiliza fuentes de radiación, como rayos gamma o 
electrones acelerados, para inactivar microorganismos y reducir la carga microbiana en los 
alimentos. Esta tecnología se basa en la capacidad de la radiación para dañar el ADN de los 
microorganismos, lo que impide su crecimiento y reproducción. La radiación ionizante se 
utiliza ampliamente en la industria alimentaria para la desinfección de alimentos, 
especialmente en productos como especias, hierbas, frutas secas, mariscos y productos 
cárnicos. 
 
La aplicación de la radiación ionizante en la conservación de alimentos ofrece varias ventajas. 
En primer lugar, es un método eficaz para eliminar patógenos y microorganismos 
deteriorantes en los alimentos, incluyendo bacterias, virus, hongos y parásitos. Además, la 
radiación ionizante tiene la capacidad de penetrar en los alimentos, alcanzando incluso áreas 
de difícil acceso, lo que garantiza una desinfección más completa. Además, la radiación 
ionizante no deja residuos químicos en los alimentos tratados, lo que lo convierte en una 
opción segura y respetuosa con el medio ambiente. 
 
A pesar de sus beneficios, el uso de la radiación ionizante en la conservación de alimentos 
también tiene desafíos y preocupaciones asociadas. Uno de los principales desafíos es la 
necesidad de ajustar cuidadosamente las dosis de radiación para garantizar la eliminación de 
microorganismos dañinos sin afectar negativamente las características nutricionales y 
sensoriales de los alimentos. Además, la radiación ionizante puede causar cambios en la 
textura, el sabor y el color de los alimentos, aunque en muchos casos estos cambios son 
mínimos y aceptables para los consumidores. 
 
El plasma frío es otra tecnología emergente que está ganando reconocimiento en la industria 
alimentaria. El plasma frío se refiere a un estado altamente ionizado de la materia que se 
forma al aplicar energía eléctrica a baja temperatura y presión atmosférica. El plasma frío 
produce una mezcla de especies activas, como radicales, iones y electrones, que pueden 
desactivar microorganismos y eliminar contaminantes en los alimentos. 
 
El uso del plasma frío en la conservación de alimentos ofrece varias ventajas. En primer lugar, 
el plasma frío es altamente eficaz para la inactivación de microorganismos, incluyendo 
bacterias patógenas y mohos. Además, el plasma frío puede ser aplicado directamente sobre 
los alimentos o en su entorno, lo que lo hace adecuado para una amplia gama de aplicaciones, 
incluyendo el tratamiento de superficies, el envasado y la descontaminación de equipos. 
Además, el plasma frío no requiere el uso de productos químicos adicionales, lo que lo 
convierte en una opción respetuosa con el medio ambiente y segura para los alimentos y los 
consumidores. 
 
Sin embargo, también existen desafíos asociados con el uso del plasma frío en la industria 
alimentaria. Uno de los desafíos es la necesidad de una comprensión más profunda de los 
mecanismos de acción del plasma frío y su impacto en las características nutricionales y 
sensoriales de los alimentos. Además, la implementación del plasma frío en la industria 
alimentaria requiere la optimización de los equipos y los procesos para garantizar una 
aplicación efectiva y segura. 
 
Los campos eléctricos pulsados (CEP) son otra tecnología emergente que ha demostrado su 
eficacia en la conservación de alimentos. Los CEP involucran la aplicación de pulsos eléctricos 
de alta intensidad a los alimentos, lo que causa la inactivación de microorganismos y la 
degradación de enzimas responsables del deterioro de los alimentos. Los CEP pueden aplicarse 
a líquidos, alimentos sólidos y semisólidos, y se han utilizado en productos como jugos, purés 
de frutas, lácteos y carnes. 
 
Los CEP ofrecen varias ventajas en la conservación de alimentos. Por un lado, los CEP son 
capaces de inactivar microorganismos patógenos y deteriorantes en los alimentos, sin afectar 
significativamente las características nutricionales y sensoriales. Además, los CEP pueden 
desactivar enzimas que causan cambios indeseables en los alimentos, como la degradación de 
pigmentos, la oxidación de lípidos y la pérdida de textura. Además, los CEP pueden ayudar a 
mejorar la eficiencia de los procesos de extracción y fermentación en la industria alimentaria.

Continuar navegando