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Estructura de las membranas celulares

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Estructura de las membranas celulares: 
Los lípidos fundamentales de las membranas biológicas son fosfolípidos de distinta clase y colesterol. Los lípidos son moléculas que poseen una cabeza polar o hidrofílica y grandes cadenas hidrocarbonadas apolares o hidrofóbicas. La estructura básica de las membranas celulares corresponde a una bicapa lipídica. 
El fosfolípido que predomina en las membranas celulares es la fosfatidilcolina. Le siguen, en ese orden, la fosfatidiletanolamina, la fosfatidilserina, la esfingomielina y el fosfatidilinositol. 
La membrana interna de la mitocondria contiene un fosfolípido doble llamado difosfatidilglicerol o cardiolipina. 
El colesterol es un componente cuantitativamente importante de las membranas celulares, especialmente en la membrana plasmática.
En la membrana del retículo endoplasmático existe un lípido especial llamado dolicol, necesario para la incorporación de los oligosacáridos a las moléculas proteicas durante la formación de algunas glicoproteínas. 
Las dos capas de la bicapa lipídica no son idénticas en su composición, razón por la cual se dice que las membranas son asimétricas. 
La fosfatidiletanolamina, la fosfatidilserina y el fosfatidilinositol predominan en la capa que está en contacto con el citosol, mientras que la fosfatidilcolina y la esfingomielina predominan en la capa no citosólica. 
Proteínas de las membranas celulares: 
Las proteínas periféricas se hallan sobre ambas caras de las membranas, ligadas a las cabezas de los fosfolípidos o a proteínas integrales por uniones no covalentes.
Las proteínas integrales se hallan empotradas en las membranas, entre los lípidos de la bicapa. Algunas se extienden desde la zona hidrofóbica de la bicapa hasta una de las caras de la membrana, por donde emergen. Otras, en cambio, atraviesan la bicapa totalmente, de ahí que se las llame transmembranosas.
Las membranas celulares responden al modelo llamado de mosaico fluido: 
Como los lípidos, las proteínas pueden girar en torno de sus propios ejes y desplazarse lateralmente en el plano de la bicapa. A esta propiedad dinámica de las membranas biológicas se le da el nombre de mosaico fluido. Algunas proteínas de la membrana plasmática tienen restringida su movilidad lateral por hallarse unidas a componentes del citoesqueleto, las cuales la inmovilizan en determinados puntos de la membrana. 
La fluidez de la membrana hace referencia al desplazamiento de los lípidos y las proteínas en el plano de la bicapa. Esta fluidez ha sido comprobada mediante anticuerpos ligados a fluorocromos, que son fáciles de detectar con el microscopio de fluorescencia. 
Si en un cultivo celular se fusionan dos células de especies diferentes se obtiene una célula con dos núcleos llamada heterocarión, que comparte los citoplasmas, los núcleos y las membranas plasmáticas de las células participantes. 
La unión de las células se consigue con la ayuda del virus sendai inactivado o del polietilenglicol, cuyas propiedades fusógenas propician el contexto y la integración de las membranas plasmáticas. 
El mecanismo molecular de fusión de membranas se produce en todos los procesos fisiológicos de fusión de membranas y en ellos intervienen agentes fusógenos presentes en el citosol. 
Otro método utilizado para estudiar el desplazamiento lateral de las proteínas en el plano de las membranas es la técnica de recuperación de la fluorescencia después 
del fotoblanqueo, conocida con la sigla FRAP. Aquí ciertas proteínas membranosas son marcadas con fluorocromos y un pequeño sector de la membrana es irradiado con rayos láser. Dicho sector se “blanquea”, es decir, queda sin fluorescencia. No obstante, pronto es invadido por proteínas fluorescentes provenientes de las regiones no irradiadas. La velocidad de recuperación de la fluorescencia puede calcularse mediante un índice llamado 
“coeficiente de difusión”.

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