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Dr. Fernando D. Saraví Una vez que la sangre sale de los vasos, los elementos formes, especialmente las plaquetas cuando se irritan por el contacto con cuerpos externos, liberan trombocinasa dentro del plasma. La trombocinasa, a su vez, forma trombina, junto con trombógeno y sales de calcio. Paul Morawitz (1905)1. Para la nutrición de órganos y tejidos es indispensable la adecuada circulación de la sangre por los vasos sanguíneos. Estos últimos pueden romperse de manera espontánea o a causa de traumatismos o enfermedades. Cuando un vaso sanguíneo se rompe, se produce una hemorragia. La detención de la hemorragia se denomina hemostasia o hemostasis. La hemostasia supone un complejo conjunto de procesos que involucran al vaso lesionado, componentes tisulares, moléculas del plasma y elementos formes de la sangre. Por otra parte, tras la detención de la hemorragia se ponen en marcha mecanismos destinados a reparar la pared vascular y restablecer la circulación de sangre a sus condiciones previas a la lesión. La hemostasia consta de tres componentes principales, cuyos efectos se superponen parcialmente en el tiempo e interactúan entre sí: 1. Contracción sostenida del músculo liso de la pared del vaso lesionado 2. Adhesión y agregación de plaquetas que origina un tapón inicial 3. Coagulación localizada de la sangre con formación de una red insoluble de fibrina 1 Paul Morawitz (1879-1934) nació en la ciudad rusa de San Petersburgo, pero se educó en Alemania, en las Universidades de Jena, Munich y Leipzig. En Leipzig fue jefe de la Clínica Universitaria. Sobre la base de trabajos previos y propios formuló la teoría clásica de la coagulación de la sangre, que a pesar de muchos refinamientos mantiene su vigencia un siglo más tarde. La cita proviene de Izaguirre-Ávila (2006). La reacción vascular y plaquetaria produce la hemostasia primaria, que es reforzada y sostenida por el coágulo, cuya formación se denomina por ello hemostasia secundaria. En conjunto, las plaquetas aglutinadas y el coágulo constituyen un eficaz tapón hemostático. A su vez, dicho tapón estimula la reparación vascular. Una vez reparada la pared vascular, el tapón debe disolverse mediante mecanismos fibrinolíticos que permiten el restablecimiento de la circulación de la sangre. Vasoconstricción Cuando la pared de un vaso se lesiona, su calibre tiende a reducirse por intensa contracción del músculo liso de la propia pared vascular que reduce el flujo de sangre (vasoconstricción). El flujo puede hasta interrumpirse por este mecanismo en vasos pequeños como arteriolas y vénulas. Los capilares carecen de músculo liso, pero en ellos el flujo puede detenerse por contracción de los esfínteres precapilares (véase Microcirculación). La vasoconstricción se produce por un triple mecanismo: 1. Neurogénico, dependiente de la inervación autonómica del vaso. Es mediado por noradrenalina liberada por las fibras postganglionares simpáticas y dura hasta 30 s. 2. Miogénico, independiente de la inervación. Se debe a la respuesta del músculo liso a la lesión, y a la falta de liberación de sustancias vasodilatadoras (como óxido nítrico y prostaciclina) por el endotelio ausente en la zona de la lesión. Puede perdurar por 1 h. 3. Hemogénico, debido a sustancias vasoconstrictoras liberadas por las plaquetas (serotonina, tromboxano A2) o por la activación de proteasas que intervienen en la coagulación (bradikinina, fibrinopéptido B). Es más duradero que los anteriores. Función plaquetaria Las plaquetas o trombocitos (Fig. 1) son células discoides anucleadas de 2 a 4 μm de diámetro cuyo citoplasma tiene en la microscopía óptica dos sectores: El hialómero es el sector claro periférico, que rodea a un sector rico en gránulos de tinción intensa (púrpura con la tinción 1. Hemostasia y función plaquetaria Posgrado-00 Sello Hemostasia Dr. Fernando D. Saraví 2 rutinaria) llamada cromómero. En el hialómero, próximos a la membrana plasmática, hay haces de microtúbulos, además de la proteína contráctil trombostenina, formada por actina y miosina. El citoplasma tiene asimismo un sistema de túbulos densos, que contienen una elevada concentración de Ca2+. Las plaquetas tienen un sistema canalicular continuo con el líquido extracelular que penetra al interior de ellas. La membrana del sistema canalicular, cuyo contenido es medio extracelular, es continua con la membrana plasmática. La membrana plasmática está recubierta por un denso glicocálix, en el cual hay varias glicoproteínas integrales de membrana que funcionan como receptores y transductores de señales intracelulares necesarios para la activación de las plaquetas (véase más abajo). Los trombocitos poseen tres clases de gránulos: 1. Gránulos alfa de 350 a 500 nm de diámetro, que contienen fibrinógeno, factor de crecimiento derivado de plaquetas (PDGF), factor de von Willebrand, P-selectina y otras proteínas (véase más abajo). Son los gránulos más notables del cromómero. 2. Gránulos delta de 250 a 300 nm de diámetro, que contienen ADP, ATP y 5- hidroxitriptamina (=5-HT, serotonina). 3. Gránulos lambda de 150 a 200 nm, que son lisosomas con enzimas proteolíticas. Existen normalmente de 140 000 a 400 000 plaquetas/mm3 (140 a 400 millones/mL) en sangre periférica. Se estima que una tercera parte de las plaquetas presentes en la circulación se encuentra en el bazo. Una vez liberadas desde la médula ósea, las plaquetas tienen una vida media de 7 a 10 días. Los trombocitos participan en las reacciones inflamatorias, en los mecanismos de reparación y en la inmunidad innata y adaptativa, pero sus dos funciones principales y mejor conocidas se relacionan con la hemostasia, a saber: 1. La formación del tapón plaquetario. 2. La promoción de la coagulación (actividad procoagulante) Luego de la lesión de un vaso, la solución de continuidad debe ser ocluída por un tapón plaquetario, cuya formación puede describirse como un fenómeno con dos etapas, llamadas adhesión (o cohesión) y activación. Las plaquetas activadas cambian drásticamente su aspecto discoide en el de esferas con prolongaciones (filopodios) y adquieren propiedades adhesivas y procoagulantes (Fig. 2). ADHESIÓN PLAQUETARIA Las plaquetas circulantes se dirigen hacia la pared del vaso, lo cual es facilitado porque los eritrocitos tienden a circular por el centro del vaso y marginan a las plaquetas. Normalmente, las plaquetas circulantes no se adhieren entre sí ni al endotelio intacto. La adhesión plaquetaria se debe a la lesión del endotelio, que expone el colágeno de la matriz extracelular perivascular. El factor de von Willebrand es una glicoproteína (10 a 20 % de su masa es carbohidrato) con dos subunidades idénticas de Fig. 1: Estructura de una plaqueta en reposo, con sus principales componentes. Según Amy Shapiro, World Federation of Hemophilia (www.wfh.org). Fig. 2: Micrografías de una plaqueta en reposo (A) y activada (B). De www.platelet-research.org Hemostasia Dr. Fernando D. Saraví 3 Fig. 3: Unión de GP VI al colágeno y vía de señalamiento intracelular. GPO, secuencia glicina-prolina- hidroxiprolina. De Nieswandt y Watson (2003). 2050 aminoácidos cada una, unidas por puentes disulfuro. Este dímero tiene una masa de aprox. 500 KDa, pero está también presente en el plasma como multímeros de masa molecular diversa (10 a 20 MDa) que pueden alcanzar longitudes de 1.3 μm cuando son lineales, y diámetros de 0.3 a 0.4 μm cuando están enrollados. El factor de von Willebrand se sintetiza en el endotelio y se almacena en los cuerpos de Weibel-Palade, desde donde es secretado de manera constitutiva y también frente a estímulos. Como se dijo antes, los gránulos α de las plaquetas también transportan factor de von Willebrand, pero no lo liberan constitutivamente,sino sólo en respuesta a estímulos. El factor de von Willebrand cumple dos funciones. Por una parte es una molécula transportadora del factor VIII de la coagulación (globulina antihemofílica; ver más abajo). En ausencia de factor de von Willebrand la vida media plasmática del factor VIII se acorta notablemente. Por otra parte, ante una lesión vascular que daña el endotelio, el factor de von Willebrand se adhiere al colágeno y sirve como un adaptador para la adhesión de las plaquetas. En ausencia de factor de von Willebrand, la adhesión de los trombocitos al colágeno es débil y fácilmente desecha por el propio flujo sanguíneo. Bajo las condiciones de flujo sanguíneo prevalentes in vivo, las plaquetas se unen al colágeno en forma indirecta y directa. La unión indirecta es mediada por el factor de von Willebrand circulante, que se liga al colágeno por una parte y por otra a una glicoproteína plaquetaria llamada GP Ib-IX-V. Esta última es un heptámero en el cual GPIbα y Ibβ están unidas por puentes disulfuro y asociadas de manera no covalente con GPIX y GPV en una relación 2:2:2:1. La unión directa se realiza mediante otra glicoproteína de la membrana plaquetaria conocida como GP VI. Ambas uniones son relativamente inestables. Sin embargo, la unión de GPVI al colágeno inicia complejas vías de señalización intracelular en la plaqueta que resultan en uniones más estables y en la secreción de mediadores químicos que reclutan más plaquetas. ACTIVACIÓN PLAQUETARIA GP VI es un miembro de la superfamilia de los receptores de inmunoglobulinas. Posee un breve dominio intracelular que está ligado a la cadena γ de FcR que posee un motivo de activación basado en tirosina de inmunorreceptor, o ITAM (Immunoreceptor Tyrosine-based Activation Motif , Fig. 3). Cuando se une al colágeno, el GP VI forma complejos diméricos, su conformación se modifica y la cadena γ de FcR recluta varias kinasas de tirosina (Lyn/Fyn, Syk). A su vez, estas kinasas activan enzimas efectoras como fosfolipasa C y fosfoinositósido 3-kinasa. La fosfolipasa C produce trifosfato de inositol y diacilglicerol, que a su vez causan, respectivamente, liberación de Ca2+ de depósitos intracelulares y activación de la proteína kinasa C. Como consecuencia se producen varios fenómenos importantes. Las integrinas GP Ia-IIa (= α2β1) y GP IIb- IIIa (= αIIbβ3) se activan mediante un cambio conformacional que les permite ligarse firmemente al colágeno, estabilizando la adherencia de las plaquetas. Las integrinas también permiten que las plaquetas se adhieran unas a otras con el factor de von Willebrand o con el fibrinógeno como molécula intermediaria (Fig. 4). Hemostasia Dr. Fernando D. Saraví 4 También se activa la fosfolipasa A2 que aumenta la producción de ácido araquidónico. La ciclooxigenasa transforma al ácido araquidónico en prostaglandina G2, que por acción de la tromboxano sintetasa forma tromboxano A2. El tromboxano A2 se libera por difusión y actúa sobre las plaquetas favoreciendo su activación y sobre el músculo liso vascular causando vasoconstricción. Además, se produce la exocitosis del contenido de los gránulos, incluyendo ADP y otras sustancias activas. El ADP es un activador de las plaquetas por su acción agonista sobre receptores purinérgicos de membrana. El tromboxano A2 y el ADP actúan en forma autocrina sobre las mismas plaquetas adheridas y en forma paracrina sobre plaquetas circulantes, produciendo la activación de las integrinas de estas últimas. Las plaquetas sufren una reorganización de su citoesqueleto, de modo que pierden su forma esferoide y adoptan una forma aplanada con numerosas prolongaciones (filopodios), que les permiten ligarse a otros trombocitos. Además de ser capaces de ligarse al colágeno, las integrinas pueden ligarse al fibrinógeno y al factor de von Willebrand. Como cada una de estas moléculas puede unirse a dos integrinas y cada plaqueta posee de 60 a 80 mil moléculas de GP IIb-IIIa en su membrana, a continuación se produce un reclutamiento de plaquetas circulantes que se pegan a las que están adheridas al colágeno. De esta manera las plaquetas sufren una agregación irreversible que forma el tapón plaquetario. SUSTANCIAS PROHEMOSTÁTICAS DE LAS PLAQUETAS La activación de las plaquetas resulta en la liberación de sustancias con actividad: a. Vasoconstrictora: Tromboxano A2 y serotonina. b. Proagregante: ADP, tromboxano A2, factor de von Willebrand, fibrinógeno, trombospondina (refuerza la unión de las plaquetas mediante GP IIb-IIIa y fibrinógeno) y fibronectina, que permite la adhesión de las plaquetas al endotelio activado. c. Procoagulante: Además de fibrinógeno, las plaquetas liberan factor V de la coagulación y factor plaquetario 4 (PF4) que tiene actividad antiheparínica. El FP4 rompe la unión entre el heparán sulfato y la antitrombina III, con lo cual se reduce notablemente la acción anticoagulante de esta última. Además, las plaquetas activadas exponen en su membrana fosfolípidos aniónicos (PF3), en especial fosfatidilserina, que sirven como superficie o sustrato para el ensamblado de complejos enzimáticos procoagulantes (ver más abajo). d. Antifibrinolítica: Los gránulos α contienen inhibidores de la activación del plasminógeno (PAI) que se liberan al activarse las plaquetas e impiden o dificultan la formación de plasmina, principal enzima responsable de la destrucción del coágulo. e. Trófica. El PDGF estimula la activación y proliferación de fibroblastos y de células musculares lisas, como también la formación de matriz extracelular por parte de estas células. Fig. 4: Agregación de las plaquetas en una superficie con factor de von Willebrand y fibrinógeno en condiciones de flujo rápido (flechas). Izquierda, la adhesión inicial involucra la formación de “riendas”. Centro, las plaquetas se adhieren reversible e inestablemente. Derecha, adhesión estable con cambio de forma y emisión de filopodios. De Maxwell y col. (2007). Hemostasia Dr. Fernando D. Saraví 5 DINÁMICA DE LA AGREGACIÓN Y ACTIVACIÓN PLAQUETARIA Cuando existe lesión del endotelio, el primer acontecimiento es la adhesión de las plaquetas al subendotelio. El mecanismo preciso de la adhesión depende de las características del flujo sanguíneo en el vaso lesionado, en particular de la tasa de corte (véase Reología de la sangre). Cuando la tasa de corte es elevada, como ocurre en el sector arterial, es esencial la interacción de la integrina Ib/V/IX con el factor de von Willebrand ligado al colágeno. Esto permite que las plaquetas se adhieran, aunque esta adhesión es inestable. Las plaquetas pueden aún desplazarse, quedando unidas al sitio de adhesión por “correas” (tethers) de su propia membrana que pueden alcanzar decenas de micrometros de longitud. Para que se forme una capa de trombocitos en el sitio de la lesión, es necesaria la participación de otras integrinas plaquetarias, como IIb-IIIa, Ia-IIa y VI. Al parecer, la unión de la integrina Ib/V/IX genera un aumento transitorio del Ca2+ citosólico por liberación desde depósitos intraplaquetarios. El Ca2+ causa una reagrupación de las moléculas de GP IIb-IIIa, que tiene tres consecuencias importantes. 1) Las GP IIb-IIIa activadas causan una reorganización del citoesqueleto, como consecuencia de la cual las plaquetas adquieren forma aplanada y se adhieren mejor al subendotelio. 2) Las GP IIb- IIIa activadas inician picos de liberación intracelular de Ca2+ (posiblemente mediados por la kinasa de inositol trifosfato), que a su vez activan canales de Ca2+ de la membrana. Como resultado, el ión ingresa al citosol también desde el líquido extracelular. El aumento del Ca2+ inicia el proceso de desgranulación y activa la fosfolipasa A2, lo cual causa la liberación de los agonistas de la activación plaquetaria, ADP y tromboxano A2. 3) La reorganización de la integrina GPIIb-IIIa permite que, en presencia de factor de von Willebrand, fibronectina o fibrinógeno (o fibrina), más plaquetas se adhieran a la capa de trombocitos unida al subendotelio. Si bien cualquiera de las moléculas citadas puede servir por sí misma de adaptadora para la unión de plaquetas mediante integrinas, el efecto es más intenso en presencia de dos o más de ellas. Por su parte, la adhesión directa al colágeno de las integrinas GP VI y Ia-IIa también genera señales mediadas por activación de la fosfolipasa Cγ, que produce diacilglicerol y trifofato de inositol, causando liberación de Ca2+ al citosol en forma sinérgica con el efecto de la integrina IIb-IIIa (Fig. 5). Pese a la importancia de las integrinas, sus efectos no bastan para la activación plena de las plaquetas. Se requieren además mediadores solubles que actúan sobre receptores de membrana ligados a proteínas G. Los principales de estos mediadores son el ADP, el tromboxano A2 y la trombina (Fig. 6). Tanto el tromboxano A2 como la trombina activan receptores acoplados a proteína G12, que está acoplada a la vía Rho-GEF (Guanine Exchange Factor). Las kinasas activadas por esta vía participan en el cambio de forma de las plaquetas porque inhiben a la fosfatasa que defosforila las cadenas livianas de miosina. Esto facilita la contracción de la actomiosina y la centralización de los gránulos secretorios. Se depolimeriza la red circunferencial de microtúbulos, lo cual permite que el trombocito adopte forma esferoide. Además, durante el cambio de forma se ensamblan nuevos filamentos de actina que Fig. 5: Papel del factor de von Willebrand y del colágeno en promover la activación de las plaquetas en su adhesión inicial (A) y algunas vías de señalización intracelular iniciadas por estas interacciones (B). De Jackson y col. (2003). Hemostasia Dr. Fernando D. Saraví 6 generan una red submembranosa y causan la extensión de filopodios. Tanto el tromboxano A2 como la trombina activan receptores acoplados a proteína G12, que está acoplada a la vía Rho-GEF (Guanine Exchange Factor). Las kinasas activadas por esta vía participan en el cambio de forma de las plaquetas porque inhiben a la fosfatasa que defosforila las cadenas livianas de miosina. Esto facilita la contracción de la actomiosina y la centralización de los gránulos secretorios. Se depolimeriza la red circunferencial de microtúbulos, lo cual permite que el trombocito adopte forma esferoide. Además, durante el cambio de forma se ensamblan nuevos filamentos de actina que generan una red submembranosa y causan la extensión de filopodios. El ADP actúa sobre dos receptores purinérgicos (P2Y1 y P2Y12), que por una parte activan a la fosfolipasa Cβ y por otra inhiben a la adenilato ciclasa (ver más abajo). El tromboxano A2, actuando sobre sus receptores, contribuye a activar la misma fosfolipasa. Por su parte la trombina, enzima que transforma el fibrinógeno en fibrina, actúa sobre PAR-1 y PAR-4, receptores activados por proteasas (PAR, Protease Activated Receptors). La proteólisis de la porción extracelular de estos receptores también genera señales intracelulares mediadas por proteínas Gq que activan la fosfolipasa Cβ y Gi que inhiben la adenilato ciclasa y, por medio de la subunidad βγ de la proteína Gi activan una kinasa de fosfatidilinositol. La activación de receptores acoplados a proteínas Gq y Gi es importante en la agregación y la desgranulación de los trombocitos. A medida que se agregan más plaquetas al trombo en crecimiento, se multiplican las uniones mediadas por integrina IIb-IIIa y otras moléculas de adhesión (CAMs), reduciendo la distancia entre las plaquetas. Además, la remodelación del citoesqueleto y el aumento del Ca2+ citosólico hace contraer los filamentos de actomiosina de las plaquetas. Todo esto otorga mayor cohesión al trombo y, al reducir el volumen del intersticio entre las plaquetas, aumenta la concentración de los mediadores solubles liberados. En resumen, la adhesión y activación inicial mediada por integrinas es amplificada por vías intracelulares activadas por mediadores solubles, principalmente ADP, tromboxano A2 y trombina, todo lo cual lleva a la formación del tapón plaquetario (Fig. 7). RESTRICCIÓN DE LA ACTIVACIÓN DE LAS PLAQUETAS Para una hemostasia eficaz es indispensable que las plaquetas se activen en zonas de lesión vascular. De igual importancia para la circulación normal es que los trombocitos no se activen cuando no es necesario. Entre los factores que restringen la activación de las plaquetas se Fig. 6: Principales agonistas solubles que actúan sobre receptores acoplados a proteínas G y su papel en la activación de las plaquetas. Ver el texto. Hemostasia Dr. Fernando D. Saraví 7 encuentran la integridad física y funcional del endotelio, funciones metabólicas propias de las plaquetas, y la metaloproteasa ADAMTS12 (Fig. 8). La integridad física del endotelio inhibe la agregación y activación de las plaquetas al impedir que éstas entren en contacto con el colágeno. Además, el endotelio produce y libera de manera continua prostaciclina y óxido nítrico (NO) que son vasodilatadores e inhibidores de la agrega-ción plaquetaria. La prostaciclina actúa sobre recep-tores de membra-na acoplados a proteína Gs, que activa la adenilato ciclasa y aumenta la síntesis de cAMP. El NO difunde al citosol plaquetario y activa la guanilato ciclasa soluble aumentando la síntesis de cGMP. Ambos nucleótidos cíclicos inhiben la agregación y la desgranulación. El endotelio normal expresa además en su membrana endoluminal la molécula de adhesión plaqueta- célula endotelial (PECAM-1 = CD31), que también está en la membrana trombocítica. La unión de PECAM-1 de células endoteliales con las PECAM-1 de las plaquetas produce la fosforilación de estas últimas, con reclutamiento de varias fosfatasas que reducen la acción de las kinasas activadoras y de las fosfolipasas C y A2. La interacción reduce la liberación de Ca2+ intracelular en las plaquetas e inhibe la activación plaquetaria mediada por las GP Ib y VI. Ciertas células endoteliales también secretan CD39, una enzima capaz de hidrolizar el potente agonista ADP y por tanto de reducir su acción sobre las plaquetas. La PECAM-1 de los trombocitos también puede activarse por agonistas de la agregación plaquetaria. En este caso, PECAM-1 formaría parte de un circuito de retroalimentación negativa, que aumentaría el umbral para la formación de un tapón y limitaría el tamaño del trombo formado. La acción antiagregante de la proteasa ADAMTS12 se debe a que despolimeriza al factor de von Willebrand, que como se dijo tiene un papel fundamental en la adhesión de las plaquetas y también participa en la agregación como molécula acopladora entre integrinas. Fig. 7: Resumen sobre la formación del tapón plaquetario. MEC, matriz extracelular; vWf, factor de von Willebrand; TXA2, tromboxano A2; Fg, fibrinógeno. De Offermanns (2006). Hemostasia Dr. Fernando D. Saraví 8 2. Coagulación Dr. Fernando D. Saraví Se denomina coagulación al paso de la sangre del estado de sol al de gel. La coagulación se debe a la transformación del fibrinógeno en fibrina y la polimerización de ésta para formar una malla insoluble. La coagulación es un fenómeno complejo en el cual participan proteasas de serina presentes en la sangre como zimógenos. En presencia de ciertos cofactores, cada una de estas proteasas activa a otra que le sirve como sustrato. Como cada molécula de proteasa puede a su vez catalizar la activación de muchas moléculas de su propio sustrato, una vez iniciado el proceso existe una considerable amplificación. Los factores de la coagulación se nombran convencionalmente con números romanos, con el sufijo “a” cuando el factor está activado (Tabla 1). La coagulación in vitroCuando se extrae sangre y se coloca en un tubo de ensayo, la coagulación se produce en 6 a 10 min. Se puede evitar la coagulación de la sangre extraída si se le reduce la concentración de Ca2+, por ejemplo con citrato de sodio. En estas condiciones la sangre permanece sin coagular por tiempo indefinido. Si se separa el plasma de esta sangre y se le añade Ca2+, la coagulación se produce en 2 a 4 min. Si además de Ca2+ se le agrega fosfolípidos, el tiempo que demora en coagular se reduce a 60-90 s. Con el agregado de Ca2+, fosfolípidos y cristales insolubles de silicato de aluminio (kaolín), la coagulación del plasma previamente descalcificado se produce en 20 a 40 s. Este procedimiento es una prueba hemostática de rutina que se llama tiempo de tromboplastina parcial con kaolín o TTPK. Por otra parte, si al plasma descalcificado se le añade Ca2+ y un extracto acuoso de cerebro llamado tromboplastina, el plasma normal coagula en solamente 10 a 12 s. Esta prueba se denomina tiempo de protrombina (TP). El estudio de pacientes con diferentes defectos de la coagulación permitió identificar las proteasas y sus cofactores que participan en el proceso de la coagulación. En la década de 1960, sobre la base de las observaciones anteriores se propuso un esquema para describir la coagulación, que luego sufrió algunas modificaciones (Fig 1). Según el esquema, la coagulación podía iniciarse alternativamente por una de dos vías, llamadas intrínseca y extrínseca. La vía intrínseca es iniciada por el contacto con una superficie extraña, como vidrio o los cristales de kaolín. En presencia de kininógeno de alto peso molecular (HMWK, High Molecular Weight Kininogen) el contacto activa al factor XII a XIIa. La enzima kalicreína, que es activada por el propio factor XIIa en presencia de HMWK, facilita el proceso. El factor XIIa activa al factor XI en presencia de Ca2+ y HMWK. El factor XIa activa Tabla 1: Factores de la coagulación. Factor Nombre común Masa (kDa) Concentra- ción (mg/mL) % mínima coagulante1 Vía intrínseca (I), extrín- seca (E) o común (C)2 I Fibrinógeno 340 3000 30 C; origina la fibrina II Protrombina 72 100 40 C; como trombina actúa sobre I, V, VIII, XI, XIII III Factor tisular 47 - - E, cofactor de VII IV Ca2+ 0.04 50 - E, I, C V Proacelerina 300 10 10-15 I, cofactor de X VII Proconvertina 50 0.5 5-10 E, activa a X VIII Globulina antihemofílica 300 0.1 10-40 I, cofactor de IX IX Factor Christmas 56 5 10-40 I, activa a X X Factor Stuart-Prower 56 10 10-15 C, activa a II y VII XI PTA1 160 5 20-30 I, activa a IX XII Factor Hageman 76 30 0 I, activa a XI XIII Protransglutaminasa 320 30 1-5 C, estabiliza fibrina - Precalicreína 82 40 0 I, cofactor de XII - HMWK2 108 100 0 I, cofactor de XII 1 Mínimo necesario para la coagulación como porcentaje de la concentración media. 2 Las vías de la coagulación se explican en el texto. 3 Antecedente tromboplástico del plasma; 4 kininógeno de alto peso molecular. Hemostasia Dr. Fernando D. Saraví 9 al factor IX. El factor IXa, en presencia de factor VIIIa, fosfolipidos y Ca2+ activa al factor X. Por su parte, la vía extrínseca se inicia cuando el factor tisular (factor III), una glicoproteína presente en los tejidos, se une al factor VII presente en el plasma. El complejo de factores III-VII también activa por proteólisis al factor X. Por tanto, ambas vías convergen en la activación del factor X. El factor Xa, con Ca2+, fosfolípidos y factor Va como cofactores, cataliza la transformación de la protrombina (factor II) en trombina (IIa). La trombina escinde dos péptidos del fibrinógeno (factor I), transformándolo en fibrina. Los monómeros de fibrina se polimerizan espontáneamente formando una red inestable. La red de fibrina así formada es estabilizada por una transglutaminasa, el factor XIIIa. La activación de los factores XIII, V y VIII es catalizada por la trombina. Cuando un paciente tiene un TTPK prolongado con un TP normal, se concluye que la anormalidad se encuentra en la vía intrínseca (factores XII, XI, IX u VIII). Por el contrario, si el TP está prolongado pero el TTPK es normal, el problema está en la via extrínseca y corresponde a un déficit de factor VII. Finalmente, si tanto el TTPK como el TP están prolongados, lo más probable es que el defecto se encuentre en la vía final común (más raramente, puede haber simultáneamente un déficit combinado de factor VII y de un componente de la vía intrínseca). Si bien este esquema clásico conserva parte de su valor, debe recordarse que estrictamente se aplica a la situación in vitro. Como se verá más abajo, en la coagulación in vivo ambas vías interactúan y se complementan. Por ejemplo, un paciente con defectos en los factores IX o VIII padece un trastorno hemorrágico severo (hemofilia) a pesar de la integridad de la vía extrínseca y común. A la inversa, un paciente con déficit severo de factor VII también padecerá hemorragias, aunque las vías intrínseca y común cuenten con todos sus factores. Además, las personas con déficit de factor XII, HMWK o prekalicreína tienen un TTPK prolongado, pero no padecen hemorragias espontáneas. Esto indica que estos factores no son indispensables para la coagulación normal. Bioquímica de la coagulación Nótese que en la mayoría de los casos, la hemostasia puede ser normal con concentraciones de cada factor mucho menor que la media (Tabla 1). Esto significa que en la sangre normal, los factores de la coagulación se encuentran en Fig. 1: Vías clásicas de la coagulación in vitro. Las flechas rojas indican retroalimen-tación positiva. La flecha azul indica conexión entre la vía extrínseca e intrínseca. Hemostasia Dr. Fernando D. Saraví 10 exceso, lo cual puede representar un margen de seguridad frente a circunstancias donde su consumo está aumentado. Los factores con menor margen de seguridad son la protrombina y el fibrinógeno. Las proteínas plasmáticas que participan en la coagulación son sintetizadas en el hígado. Los zimógenos que, cuando se activan adquieren actividad de proteasa de serina (II, VII, IX, y X) poseen su porción catalítica en una extensión de aprox. 200 aminoácidos en el extremo carboxiterminal. Durante su procesamiento postraslacional en el retículo endoplásmico, de 10 a 12 residuos de glutamato presentes en el extremo aminoterminal son carboxilados a γ- carboxiglutamato (Gla) por una carboxilasa que emplea vitamina K como cofactor (Fig. 2). Durante la carboxilación la vitamina K se oxida y debe ser reducida para participar en un nuevo ciclo. La carboxilación de los residuos glutamato es imprescindible para que estas proteasas sean capaces de ligar Ca2+. En los pasos de la cascada que requieren Ca2+, este ión participa permitiendo la unión de la proteasa con su sustrato y el cofactor proteínico. Una vez activadas, las proteasas IXa, VIIa y Xa tienen escasa actividad si se encuentran libres en solución. Su capacidad catalítica aumenta enormemente en presencia de sus cofactores proteínicos, Ca2+. En los pasos que requieren fosfolípidos o fragmentos de membranas celulares, ellos actúan como plantillas sobre las cuales se ensambla la proteasa y el cofactor proteico, unidos a los fosfolípidos por los iones Ca2+. El cofactor proteico participa en facilitar la orientación espacial adecuada del sitio catalítico de la proteasa y de su sustrato, (Fig. 3). El complejo activador del factor X (ten en inglés) es a veces llamado tenase (“diezasa”). En la vía intrínseca, requiere el ensamble de los factores IXa, VIIIa y X en una superficie fosfolipídica negativa en presencia de Ca2+. In vivo, la superficie fosfolipídica es proporcionada por la membrana plaquetaria. Cuando las plaquetas se activan, exponen en su superficie fosfolípidos aniónicos como fosfatidilserina y fosfatidilinositol que permiten que se ensamble el mencionado complejo activadordel factor X. Estos fosfolípidos se encuentran normalmente en la cara interna de la membrana, y son exteriorizados por la activación de las células, en particular las plaquetas. El factor X también puede ser activado por el complejo de factor tisular (III)-factor VII de la vía extrínseca, en presencia de Ca2+. A su vez, el factor Xa facilita la activación del factor VII, lo cual crea un asa de retroalimentación positiva. El complejo que activa al factor II es llamado protrombinasa, y está formado por el factor Xa, su cofactor Va, fosfolípidos (o membranas plaquetarias) y Ca2+. El factor Va sirve como adaptador para orientar a la enzima (Xa) y el substrato (protrombina) de manera que favorece la catálisis. La protrombina es una proteína con una cadena única de 72 kDa, que es escindida por el factor Xa en dos sitios, transformándola en trombina. La trombina tiene dos cadenas unidas por un puente disulfuro, con una masa de 34 kDa. El factor tisular es una glicoproteína integral de membrana, llamado también tromboplastina y CD142, que posee una masa de 47 kDa. Su gen está localizado en el cromosoma 1, específicamente en 1p22-23 y posee seis exones. El factor tisular posee 263 aminoácidos y tiene tres dominios principales. El dominio 1 (aminoácidos 1-219) es hidrofílico, extracelular y posee gran afinidad por el factor VII y VIIa. El dominio 2 (aminoácidos 220-242) atraviesa la membrana, es hidrofóbico y responsable por la fijación del factor tisular a aquélla. El dominio 3 es intracelular y comprende los aminoácidos 243 Fig. 2: Carboxilación del glutamato dependiente de vitamina K (factores II, VII, IX y X). Hemostasia Dr. Fernando D. Saraví 11 a 263. La expresión constitutiva de factor tisular varía en los diversos tejidos. Es alta en la piel, el corazón, el cerebro, el pulmón, el riñón, el útero y la placenta, mientras que el hígado, el bazo, el músculo esquelético, las articulaciones y el timo expresan niveles bajos. Por otra parte, la expresión del factor tisular en diversas células es aumentada por lipopolisacáridos bacterianos, la propia trombina y diversas citokinas. La trombina posee numerosas acciones (Tabla 2), de las cuales la más importante es transformar al fibrinógeno en fibrina. El fibrinógeno es una molécula de 340 kDa formada por tres pares de cadenas idénticas llamadas Aα, Bβ y γ. Las cadenas se mantienen unidas por varios puentes disulfuro. Las porciones A y B de las cadenas Aα y Bβ se denominan fibrinopéptidos. Estos tienen entre 14 y 16 residuos aminoacídicos, varios de los cuales son aspartato y glutamato que le confieren carga negativa al fibrinógeno. Esto favorece la solubilidad en el plasma e impide la asociación de moléculas de fibrinógeno. La trombina escinde los fibrinopéptidos por hidrólisis de enlaces peptídicos entre arginina y glicina, formando monómeros de fibrina, es decir (α-β−γ)2 (Fig. 4). Los monómeros de fibrina tienen dominios llamados E, en el centro de la molécula (regiones N-terminales de las cadenas) y dominios D en los extremos libres (regiones C- terminales). se polimerizan espontáneamente de manera no covalente (Fig. 5 A). La red de fibrina así formada es débil y puede disolverse en una disolución de urea de 5 mol/L. No obstante, el factor XIIIa (activado por la trombina) cataliza una reacción mediante la cual se producen enlaces peptídicos (covalentes) entre el nitrógeno amídico de la glutamina y el grupo ε-amino de lisinas de los monómeros de fibrina (Fig. 5 B). Estas reacciones de transglutaminación tornan la red tridimensional de fibrina mucho más resistente e insoluble en urea. La trombina también activa a los factores V y IX por proteólisis. Aunque puede generarse trombina en ausencia de la activación del factor V, su formación se acelera grandemente en presencia de Va. Se cree que la formación inicial de pequeñas cantidades de trombina en ausencia de Va lleva a la activación del factor Va, lo cual origina un asa de retroalimentación positiva. Fig. 4: Formación de monómeros de fibrina. Fig. 3: Formación del complejo de protrombinasa y formación de trombina. Hemostasia Dr. Fernando D. Saraví 12 La trombina activa al factor VIII por un mecanismo diferente. Normalmente el factor VIII circula ligado al factor de von Willebrand, y en estas condiciones es inactivo. La trombina hidroliza los enlaces entre el factor de von Willebrand y el factor VIII, con lo cual éste puede, como VIIIa, participar en el complejo activador del factor X. La trombina y el factor XIa son las únicas proteasas de la coagulación cuya actividad enzimática no requiere de la formación de complejos sobre superficies fosfolipídicas. No obstante, la actividad anticoagulante de la trombina sí requiere la formación de un complejo, como se explica posteriormente. La coagulación in vivo Las vías intrínseca y extrínseca no pueden operar fisiológicamente como vías alternativas y redundantes, sino que son complementarias. Los fosfolípidos que se añaden en los ensayos in vitro , como el TTPK, son proporcionados in vivo por superficies celulares, donde participan dos tipos de células: las que expresan en su superficie factor tisular y las plaquetas. Según el modelo actualmente aceptado, la coagulación in vivo es un proceso dependiente de la presencia de células, que transcurre en tres etapas que se superponen: iniciación, amplificación y propagación (Fig. 6). Fase de iniciación La iniciación de la coagulación exige la presencia de células que expresen factor tisular, las cuales se hallan normalmente fuera de los vasos (pero véase más abajo). Cuando se produce extravasación de la sangre, el factor VII plasmático se une al factor tisular en la superficie de las células. La unión al factor tisular aumenta la actividad proteolítica del factor VII cerca de 20 millones de veces. El factor VII se diferencia de otros factores de la coagulación en que una fracción de él (0.5 a 1 %) está normalmente activado en el plasma. El complejo III-VII cataliza la formación de pequeñas cantidades de factores Xa y IXa y también de más factor VIIa (autocatálisis). Siempre sobre esta superficie, el factor Xa se acopla con factor Va para formar el complejo de protrombinasa. La escasa cantidad de factor Va necesario tiene varios posibles orígenes. Primero, el propio factor Xa puede catalizar la activación del factor V. Segundo, algunas proteasas plasmáticas no relacionadas directamente con la coagulación pueden también activar parte del factor V. Tercero, mientras las reacciones citadas tienen lugar sobre la superficie de células que expresan el factor tisular, también hay adhesión y activación de plaquetas, cuyos gránulos α liberan factor V parcialmente activado. El complejo de protrombinasa activado sobre la superficie celular genera cantidades de trombina insuficientes para una adecuada coagulación y también contribuye a activar al factor VII. Por otra parte, el factor Xa que se disocia de la superficie celular es rápidamente inactivado por varios inhibidores presentes en el plasma, que serán tratados más adelante. Por el contrario, el factor IXa formado por el complejo III-VIIa sí puede difundir en cantidades significativas desde células con factor tisular a plaquetas vecinas, activando con el factor VIIIa más factor Xa en la superficie plaquetaria. Además, la trombina producida en la superficie de las células que poseen factor tisular difunde a las plaquetas, donde se liga con alta afinidad a la GP Ib, la cual sirve como una plataforma desde la cual la trombina puede ejercer sus múltiples acciones sobre diferentes sustratos, incluyendo los factores V y VIII. ´ Fig. 5: A. Polimerización espontánea de la fibrina. B. Estabilización de la fibrina por el factor XIIIa. Hemostasia Dr. Fernando D. Saraví 13 Fase de amplificación Las pequeñas cantidades de trombinageneradas en la superficie de células que expresan factor tisular cumplen diversas funciones: 1) actuar como un agonista para la activación plaquetaria actuando sobre los receptores activados por proteasas PAR-1 y PAR-4 (véase más arriba); 2) activar los cofactores V y VIII sobre la superficie plaquetaria y 3) activar al zimógeno factor XI en el mismo lugar. Todas estas acciones posibilitan una generación mayor de trombina durante la fase de amplificación y proporcionan las condiciones para la fase siguiente. Fase de propagación Esta tercera fase acontece sobre plaquetas activadas. En su superficie se produce una generación de factor Xa suficiente para desencadenar un pico de generación de trombina suficiente para escindir la cantidad de fibrinógeno necesaria para que se forme la red de fibrina. Las plaquetas son las únicas células conocidas en las cuales la fase de propagación puede producirse de manera eficaz. En ellas se produce el ensamblado del complejo activador del factor X de la clásica vía intrínseca y del complejo de protrombinasa. Dado que un gran número de plaquetas son concentradas en el sitio de lesión vascular, ellas proporcionan una gran superficie fosfolipídica, apta para la formación de trombina en una escala muy superior a la posible durante la iniciación. La trombina generada en la superficie de las plaquetas contribuye a su activación, como también a la activación de componentes de la vía intrínseca y de las propias plaquetas. Parte de la trombina es liberada a la fase soluble, donde produce más fibrina. Adicionalmente, la trombina activa a una procarboxipeptidasa que es un efectivo inhibidor de la fibrinolisis denominado inhibidor de la fibrinólisis activado por trombina o TAFI (Thrombin-Activated Fibrinolysis Inhibitor). El TAFI reduce la degradación de la red de fibrina porque corta las lisinas carboxiterminales de la fibrina e impiden así que esta última como cofactor para la formación de plasmina, enzima que degrada la red de fibrina (véase más abajo). Una vez formado el tapón hemostático maduro, la pared del vaso debe ser reparada. La trombina tiene un papel importante en reclutar y activar las células involucradas en la reparación, como macrófagos, fibroblastos, células endoteliales y células musculares lisas. En resumen, según este modelo la coagulación in vivo es iniciada sobre células que expresan factor tisular y clásicamente pertenecen a la llamada vía extrínseca. El proceso es transferido principalmente a la superficie de las plaquetas durante la fase de amplificación, y en ellas tiene lugar también la generación de Tabla 2: Acciones de la trombina en respuesta a la lesión vascular (adaptado de Furlán 2002). Tipo de efecto Ejemplos Procoagulante Transformación del fibrinógeno en fibrina Activación de factores V, VII, VIII y X (retroalimentación positiva) Activación del factor XIII – estabilización del coágulo Estimulación de la síntesis y liberación endotelial de factor tisular Activador de plaquetas Adhesión, agregación y secreción plaquetaria Estimulación de liberación del factor de von Willebrand endotelial Estimulación de la liberación de factor activador de plaquetas endotelial Anticoagulante Activación (con trombomodulina) de la proteína C Liberación endotelial de inhibidor de la vía del factor tisular y otros Antiplaquetaria Inducción de síntesis y liberación endotelial de prostaciclina Antifibrinolítica Liberación endotelial del inhibidor del activador del plasminógeno (PAI-1) Activación del inhibidor de la fibrinólisis TAFI Profibrinolítica Liberación de activadores del plasminógeno tisular y tipo urokinasa Proinflamatoria Translocación de la E-selectina endotelial que interactúa con leucocitos Translocación de P-selectina en endotelio y plaquetas Quimiotaxis de monocitos y neutrófilos Trófica y cicatrizante Estimula liberación plaquetaria de factor de crecimiento (PDGF) Estimula proliferación de células endoteliales, fibroblastos, macrófagos, linfocitos y células musculares lisas Retracción de las neuritas de células nerviosas Hemostasia Dr. Fernando D. Saraví 14 trombina en gran escala, principalmente mediada por componentes de la vía intrínseca. La tasa de producción de trombina y la concentración de trombina una vez formada la red de fibrina contribuyen a determinar las propiedades del coágulo. Este modelo permite explicar algunas inconsistencias de aplicar el esquema clásico a la situación in vivo. Por ejemplo, el déficit de factor XII, HMWK o kalicreína no ocasionan clínicamente trastornos hemorrágicos. Esto se debe a que la vía “intrínseca” se inicia in vivo a partir del factor XI activado sobre las plaquetas por pequeñas cantidades de trombina y es amplificada por retroalimentación positiva que causa la generación de más trombina. Otro ejemplo de inconsistencia es la condición hemorrágica hereditaria conocida como hemofilia, que se debe a déficit de factor VIII (hemofilia A) ó IX (hemofilia B). Estos pacientes tienen una vía extrínseca intacta, a pesar de lo cual sufren hemorragias severas. Es interesante el hecho de que, en los pacientes hemofílicos, las articulaciones y el músculo esquelético son sitios frecuentes de hemorragia. Estos tejidos son pobres en factor tisular, y probablemente por esta razón los déficits de la vía intrínseca son más evidentes aquí. Coagulación ociosa En el plasma de individuos normales, en ausencia de hemorragia, se detectan concentraciones bajas de los péptidos que resultan de la activación de factores de la coagulación, lo cual indica un nivel basal de activación que se ha denominado coagulación ociosa (idling). Una explicación de este hecho es que el endotelio capilar deja pasar las proteínas plasmáticas en escasa proporción, y se encuentran en la linfa en proporción inversa a su masa molecular. Es posible entonces que el factor VII salga al espacio extravascular y se ligue al factor tisular, lo cual activaría a los factores X y IX en el intersticio. Normalmente este proceso no produciría la formación de coágulos porque el complejo factor de von Willebrand-factor VIII y las plaquetas permanecen dentro de los vasos. Clásicamente se admitía que el factor tisular estaba confinado exclusivamente al espacio extravascular. Luego se halló que ciertas células sanguíneas, en particular los monocitos, sintetizan factor tisular. No obstante, este permanece encriptado (oculto) ya sea por hallarse en localización intracelular o bien en la membrana, pero limitado a microdominios o balsas lipídicas (rafts) que no favorecen su acción procoagulante. La disrupción de las balsas Fig. 6: Concepción moderna de la coagulación in vivo como un proceso dependiente de la presencia de células tanto para su inicio como para su amplificación y propagación. Hemostasia Dr. Fernando D. Saraví 15 aumenta la actividad procoagulante, probablemente por dispersión del factor tisular a la parte fluida de la membrana, lo cual se acompaña de expresión de fosfolípidos aniónicos, en particular fosfatidilserina, que favorecen la formación y actividad del complejo III-VIIa. Los lipopolisacáridos bacterianos y diversas citokinas pueden aumentar la transcripción de factor tisular. Al parecer pequeñas vesículas, llamadas micropartículas, pueden desprenderse de los monocitos, y tal vez de otros leucocitos. Las micropartículas tienen una membrana con fosfatidilserina y complejo III-VIIa en su superficie y pueden contribuir a la coagulación en sitios donde se agregan plaquetas, reclutando factores solubles de la fase fluida del plasma. Las micropartículas expresan en su superficie el receptor llamado ligando glicoproteico para P-selectina 1 (PSGL-1, P- Selectin Glycoprotein Ligand-1). La P-selectina es el principal miembro de una familia de factores de adhesión, que son importantes en fenómenos inflamatorios por mediar la unión inicial de los leucocitosal endotelio. Se ha hallado que los cuerpos de Weibel-Palade del endotelio, que contienen factor de von Willebrand, también tienen P-selectina, al igual que los gránulos α de las plaquetas. La P- selectina puede mediar parte de la adhesión de las plaquetas al endotelio, mediada por la integrina plaquetaria Ib. La P-selectina expresada en las plaquetas y el endotelio activado puede contribuir al reclutamiento de las micropartículas en un sitio de lesión. Los animales deficientes en P-selectina tienen prolongación del tiempo de sangría y otras alteraciones hemostáticas. Las micropartículas y las interacciones mediadas por P-selectina pueden explicar parte del recambio “ocioso” de factores de la coagulación. Por otra parte, también pueden participar en fenómenos trombóticos y estados de hipercoagulación, como la coagulación intravascular diseminada. Otro tanto ocurre con una forma soluble de factor tisular, carente del dominio transmembrana, que está presente en muy baja concentración en condiciones normales pero aumenta sustancialmente en la coagulación intravascular diseminada, el infarto de miocardio y la sepsis, entre otras condiciones trombogénicas. Hemostasia Dr. Fernando D. Saraví 16 3. Fibrinólisis y regulación de la hemostasia INHIBIDORES DE LA COAGULACIÓN La coagulación es un proceso de gran importancia para la hemostasia y la posterior cicatrización de los vasos lesionados. Sin embargo, es crucial que la actividad de las cascadas enzimáticas con varias asas de retroalimentación positiva que se ponen en marcha para producir las redes de fibrina permanezca limitada espacial y temporalmente en la región lesionada, en lugar de propagarse por vasos intactos. Un mecanismo propuesto para la restricción de la coagulación es la existencia de umbrales de activación de las reacciones limitantes y retroalimentadas positivamente. Por debajo de estos umbrales el proceso se detendría. La coagulación solamente se produciría si los acontecimientos iniciales de activación adquieren suficiente magnitud como para superar el umbral. Adicionalmente, existen varios procesos y factores que inhiben activamente la coagulación. Los más importantes son tres (Fig. 1). El primero es la inhibición de la vía extrínseca por el TFPI (Tissue Factor Protein Inhibitor). El segundo es la inhibición de la trombina y otras proteasas por las antitrombinas. El tercero es el sistema constituido por la trombomodulina y la proteína C. Inhibición de la vía extrínseca El TFPI es una proteína presente en la superficie del endotelio, donde forma complejos con glicosaminoglicanos. El TFPI también circula en el plasma en forma inactiva, unido a lipoproteínas de baja densidad (LDLP). Finalmente, los gránulos α de las plaquetas también contienen TFPI. En la superficie de las células donde se forma el heterodímero factor tisular-VIIa, el TFPI se une a éste en presencia de factor Xa, formando un complejo cuaternario. El TFPI tiene centros reactivos que ocupan las regiones catalíticas de los factores VIIa y Xa. Estos centros reactivos contienen lisina y arginina (aminoácidos básicos) y actúan como pseudos-sustratos, pues su estructura rígida impide la proteólisis. Esto suprime la actividad catalítica de los factores VIIa y Xa en forma permanente, pues el complejo es estable una vez formado (Fig. 2). Antitrombinas Las antitrombinas, también llamadas serpinas (Serine-Protease Inhibitors) son proteínas que inhiben las proteasas involucradas en la coagulación. La más importante es la antitrombina III, en adelante llamada simplemente antitrombina. Debe notarse que esta serpina no solamente inhibe la trombina, sino también los factores Xa, XIa y IXa. Se une a la trombina por medio de un centro activo que, a diferencia del TFPI, no es rígido. La trombina escinde un enlace peptídico de la antitrombina (Arg393-Ser-394). Durante la reacción se establece un complejo intermedio trombina- antitrombina unido covalentemente. En otras reacciones catalizadas por la trombina, luego de la proteólisis el complejo se disocia. No obstante, Fig. 1: Principales inhibidores de la coagulación (recuadrados). Las flechas continuas indican activación y las flechas con guiones indican inhibición. Fig. 2: El inhibidor de la vía del factor tisular (TFPI) se liga irreversiblemente a los factores VIIa y Xa unidos al factor tisular. Hemostasia Dr. Fernando D. Saraví 17 la antitrombina permanece firmemente unida a la trombina y la inhibe de manera irreversible. Se cree que un mecanismo similar es responsable la inhibición de otras proteasas de serina (IXa, Xa y XIa). Por sí sola, la antitrombina es un inhibidor relativamente débil de la trombina. Su potencia es aumentada en gran medida por la presencia de glicosaminoglicanos, como el heparán sulfato. La antitrombina se une con gran afinidad a una secuencia pentasacárida de la heparina. La unión a la heparina produce un cambio conformacional que aumenta la capacidad inhibitoria. Además, la heparina también se une a la trombina, de modo que una misma molécula de heparina liga antitrombina y trombina, facilitando el acercamiento de ambas moléculas necesario para la inactivación de la trombina (Fig. 3). Una vez formado de esta manera, el complejo trombina-antitrombina es estable, y la molécula de heparina queda libre para interactuar con otras moléculas de trombina y antitrombina. Sistema de la trombomodulina y proteína C La trombomodulina y las reacciones favorecidas por ella tienen un papel fundamental en evitar la propagación excesiva de la coagulación. La trombomodulina es una proteína integral presente en la membrana endotelial, con una porción extracelular compleja que le permite ligar trombina. Cuando la trombina se une a la trombomodulina, varía drásticamente su especificidad de sustrato. En lugar de activar los factores de la coagulación XI, IX, VIII y V y de producir fibrina, la trombina unida a la trombomodulina funciona como un activador de la proteína C. La proteína C es un zimógeno de origen hepático que, como las proteasas de la coagulación, incorpora postranslacionalmente residuos de γ-carboxiglutamato, de manera dependiente de vitamina K. Estos residuos le permiten a la proteína C unirse, en presencia de Ca2+, a fosfolípidos. No obstante, existe asimismo un receptor endotelial específico para proteína C (EPCR, Endothelial Protein C Receptor) que se considera más importante para la interacción de la proteína C con la superficie endotelial. La proteína C unida al receptor es transformada por el complejo trombina-trombomodulina en proteína C activa (Fig. 4 A). Esta última cataliza la proteólisis de los factores VIIIa y Va, con lo cual limita la extensión y magnitud de la coagulación (Fig. 4 B). Para ejercer su acción inactivadora de los factores Va y VIIIa, la proteína C requiere cofactores. Uno de ellos es la proteína S, que también posee un dominio aminoterminal rico en carboxiglutamato (dependiente de vitamina K). La proteína S, producida en el hígado, circula en el plasma en forma inactiva, unida a una proteína que liga el componente C4 del complemento (C4BP). La proteína S unida al endotelio parece actuar como un adaptador que favorece el posicionamiento adecuado de los factores Va y VIIIa para su inactivación por la proteína C. La degradación del factor VIIIa requiere la presencia de factor V como cofactor de la proteína C. Existe una mutación presente en 2 a 15 % de los europeos denominada factor V Leiden, en la cual el factor V no puede actuar como cofactor de la proteína C. En estas personas el riesgo de trombosis venosa está aumentado cinco veces con respecto a los que poseen el gen normal. Fibrinolisis Una vez producida la hemostasia puede iniciarse el proceso de reparación. El tapón hemostático debe ser suficientemente estable como para detener la hemorragia, pero tambiéndebe ser removido cuando la lesión de la pared vascular está cerrada. La disolución del coágulo es Fig. 3: Complejo de trombina, antitrombina y heparina. El asa 148 y el sitio de unión a Na+ de la trombina interactúan con el cuerpo de la antitrombina y la heparina refuerza la unión. Según Gomez y col. (2005). Hemostasia Dr. Fernando D. Saraví 18 realizada por un sistema enzimático que disuelve la fibrina (fibrinolísis). Un sistema fibrinolítico eficaz es indispensable no solamente para remover coágulos causados por lesiones vasculares, sino también para impedir la deposición intravascular de fibrina que se asocia con el desarrollo de aterosclerosis. Generación de plasmina La principal enzima responsable de la fibrinolisis es la plasmina. La fibrinólisis es básicamente un proceso que ocurre en dos etapas. Primero tiene lugar la activación del zimógeno circulante en plasma, plasminógeno, a plasmina. El plasminógeno es una proteína de 791 aminoácidos, sintetizada principalmente en el hígado. Tanto el plasminógeno como la plasmina tienen glutamato en su extremo aminoterminal, y por eso esta forma suele llamarse glu- plasminógeno o glu-plasmina, respectivamente. Las moléculas responsables transformar plasminógeno en plasmina se denominan activadores del plasminógeno. Existen dos activadores de importancia fisiológica. El principal es el activador tisular del plasminógeno (t-PA, tissue Plasminogen Activator). El otro activador del plasminógeno, denominado u-PA o tipo urokinasa, es secretada por los epitelios de las vísceras huecas y puede recobrarse en escala industrial de la orina humana. El u-PA se une a un receptor específico de la membrana (u-PAR, también llamado CD87) y activa preferentemente plasminógeno unido a las células. El u-PA contribuye a evitar la obstrucción de la vía urinaria por coágulos, pero parece menos importante que el tPA para la fibrinólisis intravascular. El t-PA es una proteasa de serina de 68 kDa sintetizada principalmente por el endotelio, que lo almacena en gránulos diferentes de los gránulos de Weibel-Palade y lo libera constitutivamente, de modo que existen pequeñas concentraciones de tPA en el plasma normal. No obstante, la mayor parte del t-PA plasmático es inactivo por estar unido a diversos inhibidores, de los cuales el más importante es el PAI-1 (Plasminogen Activator Inhibitor-1). Existe asimismo una liberación facultativa de t-PA que puede ser estimulada por diversos agentes como bradikinina y sustancia P. Más importante es que las proteasas, factor Xa y trombina, son potentes estimulantes de la liberación de t-PA que actúan sobre receptores específicos ligados a proteína C que provocan un aumento de la concentración intracelular de Ca2+. Por esta razón se produce una liberación aumentada de t-PA en la vecindad de un coágulo (Fig. 5). El plasminógeno y el t-PA tienen afinidad por los residuos de lisina de la fibrina y ésta última actúa como un cofactor en la generación de plasmina. El t-PA escinde al glu- plasminógeno en glu-plasmina, que tiene dos cadenas unidas por un puente disulfuro. Cuando la fibrina está intacta, el plasminógeno se une a ella con afinidad relativamente baja, y la cantidad de plasmina generada es escasa. No obstante, es suficiente para cortar varios enlaces entre lisina y arginina. Esta fibrina parcialmente digerida exhibe un número mayor de lisinas carboxiterminales que permiten a la fibrina formar enlaces más firmes con el t-PA y el plasminógeno. Además, la fibrina modificada es un potente cofactor para la transformación del plasminógeno y la plasmina. Otro fenómeno amplificador es la escisión de los residuos 1-77 Fig. 4: Vía inhibitoria de la proteína C. A, La proteína C es activada a APC por la trombina unida a trombomodulina. EPCR, receptor endotelial de proteína C. B, Inactivación del factor Va por el complejo APC-proteína S. De Dahlbäck y Villoutreix (2005). Hemostasia Dr. Fernando D. Saraví 19 del glu-plasminógeno y la glu-plasmina, con lo cual ambos quedan con una lisina en el extremo aminoterminal (lys-plasminógeno y lys- plasmina). Esta reacción es catalizada por la glu- plasmina y, una vez que se ha comenzado a formar, por la propia lys-plasmina. De este modo se genera más lys-plasmina, en un asa de retroalimentación positiva. Esto permite la digestión de la fibrina. Los restos celulares son fagocitados por macrófagos. Inhibidores de la fibrinolisis Al igual que la coagulación, la fibrinólisis es un proceso controlado por varios inhibidores. Los principales son el inhibidor de activador de plasminógeno 1 (PAI-1), el inhibidor de la fibrinólisis activado por trombina (TAFI) y la α2- antiplasmina. El PAI-1 es una glicoproteína de 45 kDa con actividad de serpina, presente en el plasma en una concentración variable, del orden de 25 ng/L. Es producido por las células endoteliales, del músculo liso vascular, del estroma del tejido adiposo y por fibroblastos y monocitos. No se almacena en las células, sino que es secretado constitutivamente tan pronto como es sintetizado. La secreción de PAI-1 tiene un ritmo circadiano con un máximo en la mañana y un mínimo hacia el crepúsculo, que es inverso al ritmo exhibido por la secreción constitutiva de t- PA. Puede ligarse a la proteína S y a la vitronectina, y dicha unión modifica su actividad; por ejemplo, el PAI-1 unido a vitronectina es un potente inhibidor de la trombina. El mecanismo de acción del PAI-1 es análogo al de la antitrombina. Se une a sus sustratos (t-PA y u-PA) formando inicialmente un complejo reversible, que luego se transforma en irreversible por el establecimiento de enlaces covalentes entre el centro activo del PAI-1 y el sitio catalítico de la proteasa. El TAFI es una glicoproteína de cadena simple con una masa de 60 kDa (25 % carbohidratos), sintetizada en el hígado, cuya concentración plasmática media es de aprox. 10 μg/L (166 nmol/L). Se lo llamó originalmente procarboxipeptidasa plasmática B, U ó R. El TAFI es un zimógeno que adquiere actividad de carboxipeptidasa por proteólisis. En las concentraciones elevadas que alcanza durante el proceso de hemostasia, la trombina soluble puede transformar por sí misma al TAFI a su forma activa (TAFIa). Presumiblemente esta acción es importante para prevenir la lisis prematura de un coágulo en formación. No obstante, el más potente activador del TAFI es la trombina unida a trombomodulina. El TAFIa corta los residuos de lisina carboxiterminales de la fibrina, con lo cual se reduce la afinidad del t-PA y del plasminógeno por la fibrina y decrece la formación de plasmina. Fig. 5: Respuesta fibrinolítica endotelial a un trombo luminal. Diversos agonistas estimulan, vía receptores acoplados a proteínas G (GPCR) la liberación de activador tisular del plasminógeno, t-PA (1) que es liberado (2) y se une a la fibrina (3), catalizando la formación de plasmina (4). La plasmina ataca la fibrina (5) y luego es inactivada por varias vías. FDPs, productos de degradación de la fibrina. De Oliver y col. (2005). Hemostasia Dr. Fernando D. Saraví 20 El TAFIa es inestable y su acción decrece espontáneamente. Debe notarse que la trombina unida a trombomodulina se torna un inhibidor importante tanto de la coagulación como de la fibrinólisis, ya que el complejo trombina-trombomodulina activa a la proteína C y al TAFI. Puede conjeturarse que esto contribuye al balance entre la tasa de formación y de degradación de la fibrina (Fig. 6). Finalmente, la acción fibrinolítica de la plasmina permanece localizada en la región donde es generada, ya que la forma soluble de la enzima es rápidamente inactivada en el plasma por la α2-macroglobulina y una serpina más específica llamada α2-antiplasmina (Fig. 5). Cabe destacar que la coagulación y la fibrinólisis tienen varias características generales comunes a ambas. Ambas son iniciadaspor un factor liberado por células no hemáticas, respectivamente factor tisular y t-PA. En ambas hay conversión de zimógenos a proteasas activas. Ambos procesos tienen asas de retroalimentación positiva y por tanto luego de iniciados sufren amplificación local. Además, las serpinas o inhibidores específicos de proteasas antagonizan tanto la coagulación (TFPI, antitrombina) como la fibrinolisis (PAI-1, TAFI, antiplasmina). Finalmente, así como la como generación de trombina ocurre fisiológicamente sobre superficies celulares, también la plasmina puede generarse sobre la membrana de células que tienen receptores para plasminógeno. Evaluación de los mecanismos hemostáticos Existen numerosas pruebas de la función hemostática, de las cuales se mencionarán solamente las de uso más frecuentes para evaluar la fragilidad capilar, la función de las plaquetas y la coagulación. Fragilidad capilar La prueba de Rumpel-Leede o prueba del lazo se realiza actualmente mediante la insuflación del manguito (brazalete) de un esfigmomanómetro a un valor de presión intermedio entre las presiones arteriales sistólica y diastólica. Se marca sobre la piel un círculo de 3 cm de diámetro. Se deja el manguito inflado por 5 min. Normalmente deben aparecer menos de 20 petequias dentro del círculo. La prueba es positiva en el escorbuto, en el dengue y también en diversos trastornos que afectan las plaquetas. Plaquetas Recuento de plaquetas La concentración de plaquetas es normalmente de 140 000 a 400 000/mm3 (1 mm3 = 1 μL). Si las plaquetas son funcionalmente normales, la hemostasia no se afecta a menos que la concentración se reduzca por debajo de 50 000/mm3. Por debajo de este valor el riesgo de sangrado aumenta en forma proporcional al déficit. Cuando se informa un valor bajo en un análisis automatizado es necesario corroborarlo con el examen directo de un extendido, pues puede deberse a un artefacto. El recuento es bajo en la púrpura trombocitopénica idiomática, el hiperesplenismo y la coagulación intravascular diseminada, entre otros trastornos. Tiempo de sangría En esta prueba se punza la piel del lóbulo de la oreja o del pulpejo de un dedo con una lanceta descartable de tamaño estándar. Las gotas de sangre que se forman se secan con un papel de filtro. Normalmente la pérdida de sangre se detiene en 2.5 a 9.5 min. El tiempo de sangría se prolonga cuando existen alteraciones de las plaquetas cualitativas o cuantitativas (trombocitopenia), déficit del factor de von Fig. 6: Contribución de la trombina al balance entre formación y degradación de fibrina. PDF, productos de degradación de la fibrina. Basado en Nesheim (2003). Hemostasia Dr. Fernando D. Saraví 21 Willebrand o ingestión de fármacos antiagregantes plaquetarios como la aspirina. El tiempo de sangría generalmente no se afecta en las coagulopatías, pero puede variar según la técnica, la temperatura ambiental (si es alta causa vasodilatación), el espesor de la piel y la presencia de edema subcutáneo. Un tiempo de sangría prolongado es una indicación para realizar pruebas adicionales sobre la función plaquetaria. Factor de von Willebrand La enfermedad de von Willebrand es la diátesis hemorrágica hereditaria más común, y puede ser causada por alteraciones cuantitativas o cualitativas en el factor homónimo. La concentración del antígeno del factor de von Willebrand puede determinarse mediante un inmunoensayo. La función del factor de von Willebrand se explora mediante la prueba de agregación plaquetaria frente al agregado del antibiótico ristocetina. La agregación está disminuida en la mayoría de los casos, aunque en un subtipo la agregación puede estar normal y en otro subtipo aumentada. Cuando existe déficit de factor de von Willebrand debe también evaluarse el factor VIII, pues ambas proteínas circulan asociadas en el plasma. Agregación plaquetaria in vitro Las pruebas de agregación plaquetaria miden la respuesta de los trombocitos a diferentes agonistas como ADP, ácido araquidónico (se transforma en tromboxano A2), colágeno o adrenalina. La agregación es anormal en el déficit de la integrina IIb-IIIa (trombastenia de Glanzmann), de la integrina Ib-V-IX (síndrome de Bernard-Soulier), la administración de aspirina o fármacos similares y otras condiciones que afectan la función plaquetaria. Existen diversos métodos para evaluar la función plaquetaria in vitro, que se basan en diferentes principios, como por ejemplo la detección de la agregación mediante medición óptica o eléctrica (cambio de impedancia), la citometría de flujo y otras. Aquí describiremos brevemente un aparato empleado para medir el tiempo de formación del tapón plaquetario, llamado Analizador de Función Plaquetaria 100 (PFA-100); Fig. 7. Se coloca en el aparato una muestra de sangre entera citratada de 0,8 mL. El aparato emplea cartuchos con un extremo capilar y un orificio, con una membrana recubierta de colágeno en presencia de ADP o adrenalina. El extremo del capilar se sumerge en la muestra al tiempo que se ejerce presión subatmosférica (- 4 kPa) en el cartucho para aspirar la sangre con una alta tasa de corte (> 200 s-1). En sangre de sujetos normales, esto causa formación del tapón plaquetario y obstrucción del orificio al cabo de 1 a 3 min; este lapso se denomina tiempo de cierre. Coagulación Cuando se extrae sangre y se la deja coagular en un tubo de vidrio la coagulación se produce en 4 a 10 min. Este tiempo de coagulación es una prueba muy poco sensible y por esta razón ha sido reemplazada por otras, en las cuales la sangre se trata con un compuesto como citrato de Na o EDTA para eliminar el Ca2+ plasmático. La sangre así tratada permanece sin coagular. Por centrifugación se separan los elementos formes Hemostasia Dr. Fernando D. Saraví 22 del plasma y este último se emplea para las pruebas que se mencionan a continuación. Concentración de fibrinógeno La concentración de fibrinógeno normal es de 150 a 400 mg/dL. Puede estar bajo por afibrinogenemia o por consumo excesivo, por ejemplo en la coagulación intravascular diseminada. Los productos de degradación de la fibrina, en particular los dímeros D de fibrina, aumentan en plasma como resultado de la fibrinolisis. Tiempo de tromboplastina parcial activada Se mide el tiempo que demora en formarse un coágulo de fibrina en plasma citratado al cual se le agrega Ca2+, fosfolípidos y partículas que actúan como factor de contacto, como el kaolín (TTPK). El valor normal es de 25 a 39 s. El TTPK se prolonga en las deficiencias de factores de la vía intrinseca y común. Entre los primeros los más importantes son la hemofilia A (déficit de factor VIII) y hemofilia B (déficit de factor IX). Tiempo de protrombina Es el tiempo que demora en formarse el coágulo de fibrina en plasma citratado luego de agregar Ca2+ y tromboplastina (un extracto de factor tisular y fosfolípidos). Se prolonga en la deficiencia de factor VII, de algún factor de la vía final común (X, V, II ó I) y cuando el paciente recibe anticoagulantes orales del tipo de la dicumarina. El valor normal es de 10.5 a 14.5 s. Para el monitoreo de la terapia anticoagulante, se emplea la denominada razón normalizada internacional (INR, International Normalized Ratio), que es el cociente entre el tiempo de protrombina del paciente y el tiempo de protrombina normalizado según un patrón internacional. El INR oscila normalmente entre 0.78 y 1.22. En los pacientes anticoagulados se desea en la mayoría de los casos que el INR se mantenga entre 2 y 3. Si es menor que 2 aumenta el riesgo de trombosis, y si es mayor de 4 aumenta el riesgo de hemorragia. Tiempo de trombina Se determína el tiempo que demora en formarse el coágulo de fibrina luego de la adición de Ca2+ y trombina al plasma citratado. Es de 11.5 a 18.5 s. Se prolonga en la hipofibrinogenemia, en presenciade productos de degradación del fibrinógeno, heparina o inhibidores directos de la trombina. Estabilidad del coágulo Una vez formado el coágulo de fibrina, normalmente debe ser estable en urea 5 mol/L. El coágulo es soluble cuando hay un déficit severo (< 5 %) del factor XIII. Debe realizarse en trastornos hemorrágicos cuando el TTPK, el tiempo de protrombina y el tiempo de trombina son normales. Antitrombóticos y anticoagulantes En diversas condiciones clínicas, como la isquemia coronaria, está indicada la modificación farmacológica de mecanismos hemostáticos. Se mencionan algunos ejemplos. Antiagregantes plaquetarios Aspirina La aspirina o ácido acetilsalicílico inactiva irreversiblemente la ciclooxigenasa (COX) por acetilación. La ciclooxigenasa constituye el paso limitante en la síntesis de eicosanoides. En las plaquetas, la aspirina en bajas dosis (100 a 300 mg/día) reduce la síntesis de tromboxano A2, que es agonista central de la agregación plaquetaria. La inhibición de la COX endotelial podría tener efecto adverso por reducir la síntesis del antiagregante y vasodilatador, prostaciclina. No obstante, a diferencia de los trombocitos, las células endoteliales pueden sintetizar nueva COX. Además, las células endoteliales expresan constitutivamente COX2, que es menos sensible a la aspirina que la COX1 de las plaquetas. La aspirina también puede acetilar la integrina GP IIb-IIIa y con ello reducir la adhesión plaquetaria. La aspirina posee además propiedades anticoagulantes, ya que inhibe la síntesis de factor tisular y la generación de protrombina, de trombina y de factor XIIIa. Finalmente, la aspirina favorece la fibrinolisis por facilitación de la liberación de t-PA. Clopidogrel El clopidogrel es un profármaco que, luego de ser activado en el hígado, se torna un bloqueante específico de los receptores P2Y12 para ADP, el cual es un potente agonista para la activación de las plaquetas. Se emplea solo o combinado con aspirina para prevenir la trombosis cerebral o cardíaca (por ejemplo en pacientes sometidos a angioplastia coronaria). Hemostasia Dr. Fernando D. Saraví 23 Dipiridamol Es un inhibidor de la fosfodiesterasa cuya administración aumenta los niveles de cAMP en las plaquetas. Como agente antiplaquetario es mucho menos eficaz que los anteriores, pero se emplea junto con anticoagulantes orales para reducir el riesgo de embolia en pacientes con válvulas cardíacas artificiales. Antagonistas de la integrina IIb-IIIa La integrina IIb-IIIa tiene un papel importante en la agregación plaquetaria mediada por fibrinógeno, factor de von Willebrand y fibronectina. Recientemente se ha desarrollado varios bloqueantes de esta interacción: un fragmento Fab de anticuerpo (abciximab), un péptido (eptifibatide) y un fármaco no peptídico (tirofiban). Anticoagulantes Anticoagulantes de uso in vitro Son quelantes de los iones Ca2+ (esenciales en diversos pasos de la coagulación). El empleo del citrato de sodio fue iniciado por Luis Agote2. El método continúa en uso para el almacenamiento de sangre y para diversas pruebas de laboratorio. El ácido dietilaminotetraacético (EDTA) también puede emplearse para quelar el calcio. Los quelantes no pueden emplearse para la anticoagulación in vivo pues para anticoagular la sangre se requiere una reducción de la concentración de Ca2+ plasmático que no es compatible con la vida. Heparina y análogos La heparina es un glicosaminoglicano sintetizado por los mastocitos y almacenado en sus gránulos, que existe en formas de diverso tamaño molecular (5 a 30 kDa). Comercialmente se producen también derivados de menor masa molecular, que son actualmente los más empleados. La heparina es un potente anticoagulante tanto in vitro como in vivo. En este último caso 2 Luis Agote (1868-1954), doctor en medicina e investigador argentino, fue médico del Hospital Rawson y Profesor de Clínica Médica en la Universidad de Buenos Aires. Realizó la primera transfusión empleando sangre citratada el 9 de noviembre de 1914. Fue también un prolífico escritor y actuó en política como diputado y senador de la provincia de Buenos Aires. debe administrarse por vía parenteral (endovenosa o subcutánea, según el caso). La heparina aumenta la capacidad anticoagulante de la antitrombina, que inhibe a la trombina y otras proteasas de la coagulación, como los factores Xa y IXa. No es eficaz contra el factor VIIa. Por su acción rápida, la heparina se emplea en el tratamiento inicial de la trombosis venosa y la tromboembolia pulmonar, mientras se inicia la administración de un anticoagulante oral. También se indica en el tratamiento de la angina inestable y el infarto agudo de miocardio, durante la cirugía cardíaca con circulación extracorpórea y la angioplastia coronaria. Anticoagulantes orales En 1939 se descubrió un compuesto, el dicumarol, que causaba trastornos hemorrágicos en el ganado. Un análogo sintético más potente, la warfarina (de Wisconsin Alumni Research Foundation, la entidad que lo patentó) se introdujo como raticida en 1948. Desde 1951 se introdujo en terapéutica humana y su uso continúa hasta hoy. Otros fármacos como el acenocumarol y la anisindiona tienen efecto similar. La warfarina y sus análogos son antagonistas de la vitamina K, que es un cofactor indispensable para la carboxilación de los residuos de glutamato N-terminales de los factores II, VII, IX y X, la proteína C y la proteína S. Durante la reacción de carboxilación, la vitamina K se oxida y debe ser reducida por la enzima 2,3-epóxido reductasa. Esta enzima es inhibida por la warfarina. Por tanto, los factores se sintetizan pero al no ser carboxilados no pueden formar los correspondientes complejos procoagulantes. El efecto de los anticoagulantes orales se hace manifiesto luego de varios días de administración. Se emplean para la prevención de la trombosis asociada con ciertos procedimientos quirúrgicos, válvulas cardíacas artificiales y fibrilación auricular. También está indicada en la prevención secundaria a largo plazo de trombosis venosa y tromboembolismo pulmonar en pacientes inicialmente tratados con heparina. El grado de anticoagulación con la warfarina y análogos debe monitorearse periódicamente mediante la determinación seriada del tiempo de protrombina y del INR. La anticoagulación se considera apropiada si el INR está entre 2 y 3. Valores menores que 2 o mayores que 3 exigen, respectivamente, aumentar o disminuir la dosis del fármaco. Más recientemente se han sintetizado otros fármacos anticoagulantes orales, que son Hemostasia Dr. Fernando D. Saraví 24 inhibidores del factor Xa o del factor IIa (trombina). Entre los inhibidores del factor Xa están el apixaban y el rivaroxaban; entre los inhibidores de la trombina pueden mencionarse el dabigatrán y el ximelagatrán. Todos estos fármacos son muy eficaces, su efecto es rápido, se administran en una o dos dosis diarias y no requieren monitoreo del INR. No obstante, hay razones para dudar de su seguridad, ya que en diversos ensayos clínicos se ha encontrado una tasa inaceptablemente elevada de eventos hemorrágicos. Hemostasia: Sumario 1. La hemostasia es el conjunto de procesos que participan en detener la hemorragia luego de la lesión de un vaso sanguíneo. Tiene lugar en etapas sucesivas que se superponen espacial y temporalmente e interactúan entre sí: vasoconstricción, adhesión y activación de las plaquetas, y coagulación de la sangre. 2. La vasoconstricción se produce por un triple mecanismo: neurógenico, miógenico y hemogénico, este último debido a sustancias vasoconstrictoras, liberadas sobre todo por las plaquetas. La vasoconstricción aumenta la resistencia hemodinámica del vaso y tiende a reducir el flujo sanguíneo. 3. Las plaquetas o trombocitos prácticamente
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