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Dr. Fernando D. Saraví RESEÑA ANATÓMICA El aparato reproductor masculino está formado por los testículos y epidídimos, el escroto, los conductos deferentes, las vesículas seminales, la próstata y el pene (Fig. 1). Testículos y epidídimos Los testículos son las gónadas masculinas, cuyas funciones son la formación de espermatozoides y la secreción de testosterona, llamadas respectivamente espermatogénesis y esteroidogénesis. Los epidídimos son largos conductos donde se produce la maduración de los espermatozoides. Los testículos tienen forma ovoide, ligeramente aplanada, con un diámetro mayor de 4 cm y un diámetro transversal medio de 2.5 cm. El volumen promedio del testículo adulto es de 18 cm3 (rango normal, 12 a 30 cm3). Los epidídimos tienen forma de coma y se ubican en el polo superior de cada testículo. Constan de un conducto notablemente tortuoso cuya extensión total se estima en 6 m. Los testículos y epidídimos se ubican fuera del abdomen en el saco escrotal, recubiertos por la túnica albugínea. Por fuera de la túnica albugínea se encuentra una túnica fibrosa, el cremáster (músculo esquelético), la fascia de Cooper, el dartos (músculo liso) y la piel escrotal, que es delgada, muy distensible y posee folículos pilosos, glándulas sudoríparas y sebáceas, pero no grasa subcutánea. Los testículos y epidídimos reciben sangre por las arterias testiculares, ramas de la aorta que nacen inmediatamente por debajo de las arterias renales. Las arterias testiculares se ramifican hasta dar una densa red vascular llamada plexo pampiniforme, inmediatamente por dentro de la túnica albugínea. El plexo drena a las venas testiculares. La vena testicular derecha drena a la vena cava inferior, mientras que la izquierda desemboca en la vena renal isolateral. El drenaje linfático se dirige a los ganglios lumbares y paraórticos. En el testículo, la función espermatogénica y esteroidogénica está compartamentalizada. La espermatogénesis se produce en túbulos seminíferos enrollados que desembocan en el epidídimo, mientras que la testosterona es secretada por las células de Leydig que se encuentran en el intersticio existente entre los túbulos seminíferos. Las células de Leydig son grandes células de aspecto espumoso por su alto contenido de lípidos. En los testículos humanos hay 200 millones de células de Leydig que ocupan 2 % del volumen testicular (10 a 20 % del volumen del intersticio). Cada testículo está dividido por tabiques de tejido conectivo en 250 a 300 lóbulos (Fig. 2). Cada lóbulo contiene uno a tres túbulos seminíferos. Cada túbulo seminífero mide 60 cm, de modo que la longitud sumada de los ~ 600 túbulos seminíferos de cada testículo es de 360 m. Los túbulos seminíferos ocupan de 60 a 80 % del volumen testicular y alojan las células precursoras de los gametos masculinos. Están Sistema reproductor masculino Posgrado-00 Sello Sistema reproductor masculino Dr. Fernando D. Saraví 2 rodeadas por varias capas de células peritubulares contráctiles llamadas miofibroblastos, que elaboran matriz extracelular y son responsables del transporte de los espermatozoides hacia el epidídimo. Por dentro de las células peritubulares hay una membrana basal, sobre la cual asientan, en el interior de los túbulos, las células de Sertoli, únicas células del interior de los túbulos que no pertenecen a la progenie de los espermatozoides.1 Esta célula proporciona el sostén estructural y metabólico imprescindible para la espermatogénesis. Además, las uniones estrechas entre las células de Sertoli son responsables de la barrera hematotesticular (llamada así por analogía con la barrera hematoencefálica). Las características y funciones de las células de Sertoli, la barrera hematotesticular, y los precursores de los gametos masculinos se describen luego bajo el título ESPERMATOGÉNESIS. El epidídimo está recubierto por un epitelio que posee células ciliadas que contribuyen al avance de los espermatozoides y células secretoras que proporcionan nutrición y factores de maduración. Por fuera del epitelio hay dos capas de músculo liso, una interna, circular y otra externa, longitudinal. El músculo liso genera movimientos peristálticos que contribuyen al avance de los espermatozoides. Conductos deferentes y vesículas seminales Cada conducto deferente tiene continuidad con el respectivo epidídimo y posee una estructura de epitelio y músculo liso similar a éste. La longitud del conducto deferente es de 45 cm. Transita por el cordón espermático e ingresa al abdomen por el anillo inguinal superficial, extendiéndose hasta desembocar en el ducto de la vesícula seminal, para formar con éste el ducto eyaculador, que desemboca en la porción prostática de la uretra. Las vesículas seminales son estructuras saculares de 5 cm de longitud, ubicadas en la base de la vejiga, por delante del recto. Poseen un epitelio columnar pseudoestratificado que tiene funciones secretorias y contribuye en buena medida al volumen del eyaculado. Por fuera del epitelio hay una doble capa de músculo liso, como en el epidídimo y el conducto deferente. 1 La célula fue descrita inicialmente por Enrico Sertoli (1842-1910) en 1865, cuando aún era un estudiante de medicina en la Universidad de Pavia. La célula que hoy lleva su nombre fue llamada muy apropiadamente “célula nodriza” por su descubridor. La irrigación del conducto deferente y la vesícula seminal proviene de la arteria vesicular inferior, que en el escroto se anastomosa con la arteria testicular. Los linfáticos drenan a los ganglios ilíacos externos e internos. Próstata Es un órgano en parte glandular y en parte muscular ubicado en la base de la vejiga, rodeando la porción inicial de la uretra masculina. Su volumen en adultos de 20 a 55 años es de 20 a 30 cm3. Su secreción contribuye al volumen y composición del eyaculado. Según MacNeal, la próstata se divide en cuatro zonas: anterior, transicional, periférica y central (Fig. 3). La parte anterior es mayormente fibromuscular. La zona transicional, o lóbulo medio, tiene forma de cuña y rodea la uretra, separándola de los ductos eyaculadores. Cuando se hipertrofia (en varones mayores) causa grados variables de obstrucción. El tejido propiamente glandular comprende las zonas central y periférica (esta última de mayor volumen). Ambas presentan lóbulos mal definidos con pequeños ductos que desembocan directamente en la uretra. La irrigación de la próstata proviene generalmente de las arterias pudenda interna y glútea inferior. El drenaje venoso se realiza mediante un plexo de venas muy delgadas que se anastomosa con el plexo de la vejiga, drenando a las venas ilíacas internas. El citado plexo también se anastomosa con los plexos venosos vertebrales. El drenaje linfático se dirige a las cadenas de ganglios ilíacos. Sistema reproductor masculino Dr. Fernando D. Saraví 3 Pene Es un órgano cuya función biológica es depositar el semen en el interior de la vagina. Su forma es la de un cilindro aplanado, con una dilatación en su extremo (glande) (Fig. 4). Está formado principalmente por tejido eréctil o cavernoso, y en su interior transcurre la parte distal de la uretra masculina.2 Está recubierto de una piel glabra, delgada y distensible, sin grasa subcutánea. La parte de la piel que recubre el glande se denomina prepucio. En la zona interna, el prepucio es una mucosa que se continúa con la mucosa que reviste el glande. El prepucio puede retraerse dejando el glande al descubierto. El prepucio a menudo se extirpa por razones religiosas o médicas (circuncisión). Tras la circuncisión, la mucosa del glande sufre una metaplasia, pero la ausencia de prepucio no afecta la función peniana, la intervención es de bajo riesgo y es recomendable por razones higiénicas.3 En ausencia de erección la longituddel pene es muy variable. El pene erecto mide en término medio 14 cm de largo (rango 10 a 20 cm) y su circunferencia en la parte media es de 9 a 10 cm (lo que correspondería a 3.4 cm a 3.8 de diámetro si fuera perfectamente cilíndrico). No hay buena correlación entre las dimensiones del pene fláccido y el pene erecto. El tejido eréctil se organiza en tres columnas: dos cuerpos cavernosos paralelos en la parte dorsal y un cuerpo esponjoso en la parte ventral, que es continuo proximalmente con el bulbo del pene y distalmente con el glande. La uretra transcurre por el cuerpo esponjoso y desemboca en el meato urinario en el polo del glande. La base del pene, formado por el bulbo y las raíces de los cuerpos cavernosos, se encuentra en el periné; se fija a los huesos de la pelvis mediante el ligamento suspensorio (transversal) y la adherencia de las raíces de los cuerpos cavernosos al isquion. El tejido eréctil 2 A diferencia de muchos mamíferos, por ejemplo los carnívoros y primates como chimpancé y gorila, el pene humano carece de hueso (hueso peniano u os penis) y por tanto depende exclusivamente de la tensión del tejido eréctil para su función en el coito. 3 La circuncisión reduce la incidencia de carcinoma de pene, infección urinaria y algunas enfermedades de transmisión sexual, en particular el contagio de VIH. Ver Task Force on Circumcision: Male Circumcision. Pediatrics 130: e756-e785, 2012. está rodeado por túnicas conectivas análogas a las del escroto. El tejido eréctil es un sistema de cavidades semejante a una esponja que forma trabéculas de fibras elásticas, colágenas y músculo liso, revestidas por endotelio. La erección se debe a su distensión por el ingreso de sangre arterial al tiempo que se reduce o detiene el drenaje venoso. La irrigación arterial del pene depende de las arterias pudendas internas, que originan dos arterias dorsales que transcurren a lo largo de los cuerpos cavernosos; las arterias del bulbo, ramas de las arterias perineales, y las arterias uretrales. La sangre que irriga la piel y las túnicas drena a la vena dorsal superficial del pene hacia la vena safena magna y luego a la femoral. La sangre que irriga el tejido eréctil retorna por las venas cavernosas, la vena dorsal profunda del pene y de allí al plexo venoso vesical superficial de Santorini. El drenaje linfático se dirige al grupo medial de ganglios inguinales superficiales. El pene tiene una triple inervación (somática, simpática y parasimpática) que se describe en FUNCIÓN SEXUAL MASCULINA. ESPERMATOGÉNESIS Como ya se dijo, la espermatogénesis se produce en los túbulos seminíferos, donde se encuentra el epitelio germinal y células de soporte o células de Sertoli. Células de Sertoli Son células somáticas que asientan sobre la lámina basal del túbulo. Permanecen inactivas hasta la pubertad, pero proliferan rápidamente cuando aumentan las gonadotrofinas. Su maduración, reflejada en la expresión de marcadores específicos (como productos secretorios y proteínas de uniones intercelulares) es dependiente de andrógenos. Las células de Sertoli dejan de dividirse cuando establecen uniones estrechas entre sí y las células germinales completan su primera Sistema reproductor masculino Dr. Fernando D. Saraví 4 división meiótica. En cada testículo desarrollado, el número de células de Sertoli se estima en 109 (mil millones) y ocupan 35 a 40 % del volumen tubular. Las células de Sertoli coordinan el proceso espermatogénico tanto espacial como funcionalmente. Hasta su etapa final, la espermatogénesis se produce sobre la superficie de las células de Sertoli, las cuales poseen numerosas extensiones citoplásmicas con especializaciones de membrana a las cuales se anclan las células germinales, en una proporción de 10 células germinales por cada célula de Sertoli. Las células de Sertoli poseen retículos endoplásmicos rugoso y liso bien desarrollados, que reflejan su capacidad de sintetizar, respectivamente, proteínas y esteroides. El notable aparato de Golgi se vincula con su capacidad de transportar productos secretorios. Las uniones especializadas entre las células de Sertoli constituyen la barrera hematotesticular (BHT) y dividen el interior de los túbulos en dos compartimientos; uno basal donde se encuentran las células troncales y otro llamado adluminal donde se dispone ordenadamente el resto de la progenie germinal, anclada hasta la última etapa a la membrana de las células de Sertoli (Fig. 5). Las células de Sertoli son responsables de la secreción del fluido contenido en los túbulos seminíferos, que mantiene la apertura de su luz y constituye un ambiente especial en el cual se desplazarán los espermatozoides. Dicho fluido tiene una composición diferente que un ultrafiltrado de plasma. Posee mayor concentración de K+ y menor concentración de Na+; además contiene Mg2+, Ca2+, Cl-, HCO3-, glucosa, inositol, carnitina, glicerofosforilcolina, aminoácidos, prostaglandinas, citokinas y factores de crecimiento. Las células de Sertoli proporcionan sustrato para el metabolismo energético de las células germinales. Aunque poseen mitocondrias, las células de Sertoli obtienen gran parte de la energía por glucólisis anaerobia, Sistema reproductor masculino Dr. Fernando D. Saraví 5 cuyo producto final, el lactato, es transferido para su utilización por las células germinales. Otra función de las células de Sertoli es la de fagocitar células germinales que no completan su desarrollo y porciones de citoplasma que las células germinales pierden durante la espermiogénesis. Barrera hematotesticular La BHT difiere de otras similares, como la barrera hematoencefálica, porque además de poseer uniones estrechas (zonulae occludens) como esta última, tiene otras uniones intercelulares específicas, como desmosomas, uniones comunicantes (gap junctions) y especializaciones ectoplásmicas (Fig. 6). Además poseen transportadores especializados que regulan el flujo de diversas sustancias, inclusive fármacos. La BHT es una estructura sujeta a una delicada regulación. La unión entre células de Sertoli adyacentes se desarma cuando la célula germinal en desarrollo debe atravesarla y luego de esto, vuelve a ensamblarse. La BHT cumple una doble función. En primer lugar, como ya se indicó, proporciona un ambiente con una composición regulada y apropiada para las células germinales en desarrollo y los espermatozoides. En segundo lugar, pero no menos importante, mantiene los túbulos seminíferos como una zona de privilegio inmunológico. Esto se debe a que, por una parte, impide el acceso de moléculas y células del sistema inmune desde el intersticio hacia los túbulos, y por otra impide el escape de antígeno de las células germinales desde los túbulos al intersticio. Epitelio germinal Las células germinales, cuya diferenciación y división culmina en la producción de espermatozoides son las espermatogonias, los espermatocitos y las espermátides. Todo el ciclo demanda ~ 64 días. Este ciclo se encuentra en diferentes etapas de su desarrollo en distintos segmentos de un mismo túbulo seminífero (Fig. 7). Las espermatogonias se encuentran en el compartimiento basal del túbulo y se clasifican en espermatogonias A y B. Se reconocen dos clases de espermatogonias A, llamadas Ad (por dark, oscura) y Ap (por pale, pálida). Las Sistema reproductor masculino Dr. Fernando D. Saraví 6 primeras (Ad) son células troncales que no se dividen excepto cuando la población total de espermatogonias se reduce notablemente, por ejemplo tras la exposición del testículo a radiaciones ionizantes. Las Ap sí participan en la espermatogénesis y en cada ciclo mitótico dan lugar a otra espermatogonia Ap (que mantiene la población de células precursoras) y a una espermatogonia B. Esta etapa de la espermatogénesisdura 16 días. Las espermatogonias B se dividen mitóticamente para dar lugar a los espermatocitos más primitivos (preleptotene), que inician la primera meiosis, duplican su ADN y pasan al compartimiento abluminal. El número de espermatogonias que ingresan a la primera meiosis es el principal punto de control de la espermatogénesis en primates. En la primera meiosis hay una larga profase (24 días) durante la cual los espermatocitos pasan por las etapas de leptotene, zigotene, paquitene, diplotene y diakinesis. Luego siguen rápidamente la metafase, la anafase y la telofase. Cada espermatocito primario se divide en dos espermatocitos secundarios, que en 4 a 5 horas sufren una segunda meiosis y originan las espermátides, con un número haploide de cromosomas. Las espermátides son células pequeñas postmitóticas, inicialmente redondeadas, que sufrirán una diferenciación irreversible a espermatozoides por el proceso de espermiogénesis, en el cual se distinguen cuatro etapas (Fig. 8): 1. Fase de Golgi: se forman vesículas acrosómicas sobre el núcleo y se inicia la asimetría craniocaudal. Los centriolos se dirigen a la región caudal y uno de ellos comienza a formar la cola. 2. Fase capsular: El núcleo se condensa y se desarrolla el acrosoma, que rodea el núcleo, mientras la células comienza a alongarse. 3. Fase acrosómica: El núcleo se condensa más y se elonga, perdiendo la mayoría de las histonas. La transcripción del ADN cesa en esta fase, lo que significa que cualquier síntesis adicional de proteínas dependerá de ARN ya transcripto. Las mitocondrias migran hacia la cola y los microtúbulos se disponen entre la cabeza y la cola, por detrás del núcleo, para formar el cuello. El desarrollo del flagelo se completa en esta fase. 4. Fase de maduración: Se elimina el exceso de citoplasma como un cuerpo residual, que es fagocitado por las células de Sertoli. Mientras se produce la fagocitosis, comienza un nuevo ciclo espermatogénico. La liberación del espermatozoide o espermiación se produce por rotura de las uniones con las células de Sertoli, mediada por diversas enzimas como activador del Sistema reproductor masculino Dr. Fernando D. Saraví 7 plasminógeno y oligopeptidasas. Los espermatozoides que no se liberan son fagocitados. Control de la temperatura testicular La temperatura de los testículos es 3 a 4 ºC inferior a la temperatura central (media de 37 ºC). La menor temperatura de los testículos no afecta mayormente la función endocrina pero es importante para mantener una espermatogénesis normal, proceso cuya temperatura óptima es de 34 ºC. El exceso de calor causa estrés oxidativo y afecta principalmente la meiosis I; además puede causar disfunción del epidídimo. Aunque no se ha medido directamente, presumiblemente los procesos sintéticos y la espermatogénesis generan cantidades significativas de calor, que deben ser disipadas para mantener constante la temperatura testicular. La regulación de la temperatura testicular depende de dos sistemas relativamente independientes. En primer lugar, las variaciones de la temperatura ambiental causan modificación del estado contráctil del músculo liso peritesticular (dartos y cremáster). El cremáster tiene inervación somática mientras que la inervación motora del dartos es simpática (α1- adrenoceptores). La contracción de ambos músculos puede lograrse en forma refleja mediante estímulos mecánicos apropiados, pero también se produce cuando el escroto es expuesto al frío. La temperatura del escroto es 1.5 a 2 ºC inferior a la temperatura del interior del testículo, lo cual proporciona un gradiente de temperatura favorable para la disipación de calor. Cuando el dartos y el cremáster están relajados, la piel del escroto se distiende y aumenta su superficie considerablemente, lo que facilita la disipación de calor. Las glándulas sudoríparas del escroto también favorecen tal disipación. Por el contrario, frente a la exposición al frío ambos músculos se contraen, reduciendo notablemente la superficie del escroto y por tanto limitando la disipación de calor (Fig. 9). El empleo de ropa interior ajustada o térmicamente aislante (como poliéster) interfiere con este mecanismo y en el largo plazo puede alterar la espermatogénesis. El segundo mecanismo termorregulador depende de la irrigación sanguínea y se debe a un intercambio calórico por contracorriente. El flujo sanguíneo en cada testículo es de ~ 3 mL/min. Las arterias testiculares tienen un trayecto tortuoso y están rodeadas en estrecha proximidad por las venas que forman el plexo pampiniforme (Fig. 10). Como el flujo sanguíneo en las arterias y las venas tiene sentido opuesto, la sangre venosa recibe calor de la sangre arterial, de modo que esta última se enfría. La sangre arterial ingresa entonces al testículo con una temperatura de ~34 ºC, mientras que la sangre venosa ingresa al abdomen con una temperatura próxima a 37 ºC. Pese a la producción de calor en el testículo, la sangre venosa que sale de él puede tener una temperatura algo menor que la sangre arterial que ingresa, debido a la pérdida de calor por el escroto (Fig. 11). El mecanismo de intercambio vascular de calor se altera cuando las venas testiculares Sistema reproductor masculino Dr. Fernando D. Saraví 8 sufren dilatación varicosa, condición llamada varicocele, que afecta a 15 % de los varones (en 85 % de los casos el varicocele afecta al testículo izquierdo). Cerca de 40 % de los hombres con varicocele padecen reducción de la fertilidad. Maduración en el epidídimo Los espermatozoides liberados a la luz de los túbulos seminíferos tienen escasa movilidad y se desplazan hacia el epidídimo suspendidos en el fluido tubular con ayuda de la contracción de las células peritubulares. En el epidídimo, inicialmente el avance se produce por acción de las células ciliadas y el músculo liso. El epidídimo posee un epitelio pseudoestratificado con diversos tipos celulares, que cumplen funciones diferentes (Fig. 12). Las uniones intercelulares entre las células principales (80 % de las células epiteliales) constituyen una barrera físicoquímica e inmunológica similar a la BHT. La función del epidídimo requiere de andrógenos (en particular dihidrotestosterona) y de factores no identificados provenientes de los túbulos seminíferos, ya sea como secreciones de las células de Sertoli o como moléculas acarreadas por los propios espermatozoides. En el ser humano, los espermatozoides demoran 1 a 6 días en recorrer el epidídimo. Allí adquieren una maduración funcional importante en términos de movilidad, resistencia a cambios de osmolaridad y capacidad fecundante. Esto se atribuye a la secreción epididimaria de glicoproteínas, oxiesteroles y otros factores que producen, entre otros fenómenos, una remodelación de su membrana. El epitelio epididimario también tiene capacidad fagocítica y se encarga de eliminar espermatozoides mal formados. ESTEROIDOGÉNESIS EN EL TESTÍCULO Se denomina andrógenos a las hormonas sexuales masculinas. La principal de ellas es la testosterona. Los andrógenos son indispensables para el desarrollo y la diferenciación testiculares y de los caracteres sexuales secundarios, la espermatogénesis, la masculinización cerebral y del sistema músculoesquelético. El 95 % de los andrógenos circulantes en el varón provienen del testículo. El 5 % restante proviene mayormente de la corteza adrenal, que en la mujer es normalmente la principal fuente de andrógenos. La producción testicular de testosterona ocurre en las células intersticiales de Leydig, bajo el efecto estimulante de la hormona luteinizante (LH). En el varón adulto, los testículos producen normalmente 6 a 7 mg de Sistema reproductor masculino Dr. Fernando D. Saraví 9 testosterona por día, y asimismo pequeñas cantidades de dihidrotestosterona (DHT ; 0.05 a 0.1mg), 17-hidroxiprogesterona (1 a 2 mg), y estradiol (10 a 15 μg). Biosíntesis La testosterona se sintetiza a partir de colesterol, que puede a su vez ser sintetizado en la célula de Leydig a partir de acetato, o provenir de la sangre. El colesterol es llevado a las células por lipoproteínas de alta densidad (HDL) y captado mediante una proteína integral de membrana llamada receptor basurero (scavenger receptor) clase B, miembro 1 ó SRB1, codificado por el gen SCARB1, localizado en 12q24.31. El colesterol captado de la sangre puede ser empleado de inmediato o almacenado como éster en gotitas lipídicas. El colesterol es incorporado a la mitocondria por el transportador StAR1 (proteína esteroidogénica regulatoria aguda). Allí es transformada por el citocromo P450ssc (ssc = corte de cadena lateral) en pregnenolona, que abandona la mitocondria. En el retículo endoplásmico, a partir de la pregnenolona, se sintetiza la testosterona por una de dos vías, llamadas Δ4 y Δ5 según la posición del doble enlace en el esteroide precursor (Fig. 12). En el ser humano, la más importante vía sintética es la Δ5. La testosterona puede ser transformada en el mismo testículo a estradiol por una aromatasa o bien a DHT por la enzima 5 α- reductasa (la DHT es entre 2 y 3 veces más potente como andrógeno que la propia testosterona). Sin embargo, en el varón la principal fuente de DHT y estradiol es el metabolismo de la testosterona en diversos tejidos fuera del testículo. Existen tres isoformas (1 y 2) de 5 α-reductasa que poseen una homología de aproximadamente 50 % y diferentes características (Tabla 1). Sistema reproductor masculino Dr. Fernando D. Saraví 10 Transporte en la sangre y distribución Las células de Leydig no almacenan cantidades importantes de testosterona4 y la vida media de la hormona en plasma es de solamente 12 min. Por tanto, los niveles estables de testosterona séricos requieren la liberación continua de la hormona a la circulación. La sangre arterial que ingresa al testículo tiene una concentración de testosterona media de 500 ng/dL (17 nmol/L) mientras que en la sangre venosa que deja el testículo la concentración de testosterona es 15 veces mayor (7000 ng/dL = 238 nmol/L). El rango de concentración normal de testosterona total en el varón adulto es de 300 a 1000 ng/dL (~ 10 a 34 nmol/L). Más de 90 % de los andrógenos circulantes se encuentran unidos a proteínas. La testosterona libre en plasma es solamente 2 % de la testosterona plasmática total. El 44 % se une a una β-globulina transportadora de hormonas sexuales (SHBG, sexual hormone binding globulin) y el 54 % restante a la albúmina y otras proteínas plasmáticas. La SHBG se sintetiza en el hígado y es también producida por las células de Sertoli, donde se la llamó inicialmente proteína ligadora de andrógenos (ABP por Androgen Binding Protein). La SHBG/ABP tiene máxima afinidad por la DHT, intermedia para la 4 El Profesor Charles Édouard Brown-Séquard (1817-1894), quien en 1850 describió el síndrome de hemisección medular que lleva su nombre y que en 1878 sucedió a Claude Bernard en su cátedra del College de France, informó en 1889 un aumento de su vigor y bienestar tras haberse inyectado extractos de testículo de perro y cobayo. Dada la escasísima cantidad de testosterona presente en tales testículos, es probable que la mejoría subjetiva se haya debido a un efecto placebo. La imposibilidad de confirmar los hallazgos de Brown-Séquard no sólo desacreditó a este notable científico, sino que retrasó décadas la investigación de la función endocrina del testículo. testosterona y mínima para el estradiol. La concentración de SHBG en el varón es la mitad o un tercio de la existente en la mujer, porque los estrógenos aumentan la síntesis hepática de SHBG, mientras que los andrógenos la reducen. En el varón adulto, la concentración de SHBG es de 20 a 60 nmol/L (los adultos jóvenes tienen menores valores que los mayores de 60 años). La albúmina tiene 100 veces menos afinidad por la testosterona que la SHBG, pero debido a que la concentración plasmática de albúmina es mucho mayor, la cantidad de testosterona que ligan SHBG y albúmina es aproximadamente igual. La interacción de las proteínas que ligan testosterona con el glicocálix endotelial libera testosterona, que difunde libre a los tejidos. En las células con receptores para testosterona se expresa una proteína endocítica llamada megalina, que es miembro de la superfamilia de receptores para lipoproteínas de baja densidad. La megalina incorpora testosterona unida a SHBG, produciéndose luego la disociación intracelular de testosterona. Ya que 44 % de la testosterona circula unida a SHBG, la vía de la megalina es cuantitativamente importante para proporcionar testosterona a sus tejidos blancos. La vía de la megalina establece una excepción a la regla general de que solamente la fracción libre de una hormona esteroide es biológicamente activa. Metabolismo de la testosterona Aproximadamente 7 % de la testosterona es transformada en DHT por acción de la 5 α- Tabla 1. Comparación de las 5 α-reductasas humanas tipos 1 y 2 (Azzouni F y col. Adv Urol 2012; Article ID 530121). 5 α-reductasa 1 5 α-reductasa 2 5 α-reductasa 3 pH óptimo 7.5 5.0 6.7 Distribución tisular Hígado y piel no genital Hígado y sistema urogenital Tracto gential masculino y femenino, hígado, piel, SNC, otros órganos Km para testosterona 3 μM 5 μM ? Ki para finasterida 360 nM 69 nM 17 nM Actividad en deficiencia de 5 α-reductasa Normal Escasa o nula Normal Sistema reproductor masculino Dr. Fernando D. Saraví 11 reductasa, especialmente en los tejidos sensibles a los andrógenos, como próstata, escroto, pene, piel; y además en el hígado. La DHT no puede ser aromatizada a estrógenos. Menos de 1 % de la testosterona es aromatizada a estradiol. Parte de la testosterona y otros andrógenos (incluyendo los de origen adrenal) se metabolizan a 17-cetosteroides y se eliminan como tales por orina. El resto se conjuga en el hígado con glucuronato o sulfato antes de su excreción renal. ACCIONES DE LOS ANDRÓGENOS El mecanismo de acción de los andrógenos es similar al de otras hormonas esteroides (ver MECANISMOS DE ACCIÓN HORMONAL). En síntesis, las células sensibles a la testosterona poseen en su núcleo receptores específicos que están ligados a proteínas de golpe de calor (heat-shock proteins, HSP). La unión del andrógeno con su receptor desplaza la HSP y el receptor se dimeriza. Dos receptores así unidos al andrógeno y desligados de las HSP se dimerizan. La exclusión de las HSP expone sitios de los receptores con afinidad por determinados sitios del ADN llamados elementos de respuesta a la hormona (hormone response element, HRE). El complejo dimérico hormona-receptor actúa como un factor de transcripción que regula la expresión de genes que codifican las proteínas cuya síntesis produce las respuestas típicas a los andrógenos. Adicionalmente, al igual que otros esteroides, los andrógenos poseen acciones rápidas mediadas por mecanismos no genómicos. Prácticamente todos los tejidos expresan el receptor androgénico, pero los principales órganos y tejidos que son blancos de la acción de los andrógenos son el sistema nervioso central, los túbulos seminíferos y órganos sexuales secundarios, el músculo esquelético, el hueso, la médula ósea y la piel (Fig. 14). Los diferentes efectos de los andrógenos también se relacionan con la etapa del desarrollo, como se verá a continuación. Desarrollo fetal y perinatal Durante el desarrollo fetal, la testosterona induce el desarrollo del epidídimo, los conductos deferentes y las vesículas seminales a partir de los conductos de Wolff. La próstata y los genitalesexternos (pene y escroto) se desarrollan por efecto de la DHT. Durante el período perinatal, en el sistema nervioso central la testosterona suprime la capacidad del Sistema reproductor masculino Dr. Fernando D. Saraví 12 hipotálamo de secretar liberar LRH (gonadoliberina) en la forma cíclica característica de la hembra y responsable, en la mujer, del ciclo menstrual. El efecto que se produce en esta etapa del desarrollo y no posteriormente es irreversible. Un hipotálamo masculinizado es incapaz de ciclar. La exposición a andrógenos en estas etapas del desarrollo contribuye a la identidad de género y a las características psicológicas propias del varón, aunque es discutible hasta qué punto participen en la orientación sexual. Desarrollo puberal En la pubertad los andrógenos comienzan a segregarse en mayor cantidad y estimulan el crecimiento y la maduración de los genitales masculinos externos e internos, además de la espermatogénesis y las secreciones de las glándulas sexuales secundarias. Los andrógenos aumentan la masa de las cuerdas vocales y producen un aumento de 1 cm en la longitud de la laringe. Esto provoca el cambio puberal de la voz masculina, que una vez producido es prácticamente irreversible.5 La testosterona es responsable por el crecimiento del vello según el patrón masculino y de la regresión de la línea de inserción del cuero cabelludo. Además estimula las glándulas sebáceas, lo cual favorece el acné. La testosterona y otros andrógenos estimulan el crecimiento lineal del esqueleto, pero a la vez aceleran el cierre de las epífisis, de modo que el crecimiento cesa tras una aceleración transitoria en la etapa puberal. En los testículos, el receptor androgénico se expresa en las células de Leydig, de Sertoli y peritubulares, pero no en las células germinales. De manera sinérgica con la FSH, la testosterona estimula la síntesis de ABP por parte de las células de Sertoli. Estas últimas poseen aromatasa, que transforma la testosterona en estradiol en los túbulos seminíferos. La espermatogénesis requiere una elevada concentración local de andrógenos: Los niveles de testosterona en el intersticio testicular son 100 veces superiores a los del plasma venoso sistémico. Si dichos niveles disminuyen se detiene la producción de espermatozoides.6 5 Este es uno de los problemas experimentados por transexuales (masculino femenino). El único tratamiento efectivo para que su voz suene femenina es la reeducación vocal por un fonoaudiólogo. 6 Debido a esto, los hombres que emplean andrógenos como anabólicos (por ej., fisiculturistas) pueden ser subfértiles o infértiles. Los andrógenos Efectos anabólicos Los andrógenos poseen diversos efectos anabólicos. Promueven la síntesis de proteínas y aumentan la masa de los músculos esqueléticos y con ella la masa magra total, que es en término medio 50 % mayor en el varón que en la mujer. En una muestra de jóvenes mendocinos de 18 a 19 años, la masa magra media fue de 54 ± 3.9 kg en los varones y de 36.5 ± 3.8 kg en las mujeres. Por sus efectos sobre el anabolismo de las proteínas y por efectos directos sobre el riñón facilitan la retención de nitrógeno, sodio, calcio, fosfato y sulfato. Los andrógenos aumentan la masa de glóbulos rojos en forma indirecta y directa. Por una parte, estimulan la síntesis de eritropoyetina en el riñón, y por otra estimulan directamente la síntesis de hemoglobina en los precursores eritroides. También estimulan la granulopoyesis y la trombocitopoyesis, aunque la importancia de estos últimos efectos no es clara. Los andrógenos aumentan la masa ósea y el contenido mineral óseo. Los huesos del adulto normal tienen igual densidad mineral en el varón y en la mujer, pero los huesos son más grandes en el varón. En la muestra mendocina antes mencionada, los varones tuvieron un contenido mineral óseo del esqueleto 26 % mayor que las mujeres (3110 ± 235 g versus 2468 ± 424 g). En el adulto, la testosterona contribuye a mantener la masa ósea, al parecer luego de su conversión a estradiol. La declinación de la masa ósea que ocurre con la edad en el varón no guarda correlación con la testosterona plasmática, pero sí con el estradiol. Los andrógenos son necesarios de manera continua para mantener el estado trófico y funcional del epidídimo, las vesículas seminales y la próstata. Si bien participan la testosterona y el estradiol, actuando este último sobre receptores estrogénicos tipo β (ver APARATO GENITAL FEMENINO), esta acción se debe principalmente a DHT.7 Efectos sobre la piel exógenos bloquean la secreción de LH y por tanto reducen la secreción de testosterona y su concentración en el intersticio testicular. 7 Por esta razón, los inhibidores de la 5 α-reductasa 2, como finasteride, se emplean para tratar la hiperplasia prostática benigna. Sistema reproductor masculino Dr. Fernando D. Saraví 13 La testosterona estimula el crecimiento de las glándulas sebáceas y su secreción, particularmente en el rostro y la parte superior del tronco (los estrógenos tienen el efecto opuesto). La testosterona y en particular la DHT estimulan el crecimiento del vello corporal. Este efecto, al parecer mediado por una estimulación de la sintasa de óxido nítrico, se produce en el vello axilar y la parte inferior del vello pubiano con concentraciones relativamente bajas de andrógenos, como las que tienen los varones en el inicio de la pubertad o las que tienen las mujeres púberes o adultas.8 Por otra parte, el 8 El síndrome de feminización testicular, hoy llamado síndrome de resistencia a los andrógenos, se debe a mutaciones en el receptor androgénico, con pérdida de función, En la forma completa del crecimiento del vello en la parte superior del pubis y en el torso y miembros, así como de la barba, requiere concentraciones plasmáticas de andrógenos sustancialmente mayores. Sistema nervioso central adulto Sobre el sistema nervioso del adulto, los andrógenos tienden, tanto en el varón como en la mujer, a incrementar el impulso y deseo sexuales; dicho efecto parece requerir la aromatización a estradiol a nivel central. También participan en otras características masculinas como iniciativa, agresividad, capacidad de concentración y orientación en el espacio. La deficiencia de testosterona causa con frecuencia pérdida de líbido, pérdida de iniciativa, tendencia al comportamiento pasivo y estado de ánimo depresivo. CONTROL CENTRAL DE LA FUNCIÓN TESTICULAR La doble función esteroidogénica y gametogénica del testículo se encuentra bajo el control hipotálamo-hipofisiario (Fig. 15). Gonadotropinas Las hormonas adenohipofisiarias que controlan la función testicular son la hormona luteinizante (LH) y la hormona estimulante del folículo (FSH), así llamadas por las principales funciones que cada una cumple en la gónada femenina. En el varón, principal función de la LH es estimular la esteroidogénesis en las células de Leydig, mientras que la FSH síndrome, el fenotipo es femenino pero además falta por completo el vello axilar y pubiano. Sistema reproductor masculino Dr. Fernando D. Saraví 14 promueve la espermatogénesis actuando sobre las células de Sertoli. No obstante, como se mencionó antes, la espermatogénesis requiere altas concentraciones locales de testosterona, por lo cual la espermatogénesis también depende, indirectamente, de la LH. La hipófisis de varones normales contiene ~ 700 UI de LH y 200 UI de FSH. Tanto la LH como la FSH son glicoproteínas sintetizadas en las células gonadotropas de la pars distalis(ver HIPOTÁLAMO E HIPÓFISIS). La glicosilación no influye en la afinidad de estas hormonas por sus receptores, pero es importante para desencadenar la respuesta intracelular a la unión de la hormona al receptor. Las gonadotropinas son heterodímeros que tienen una cadena α muy similar, codificada en 6q12.21 para la LH y en 6p21.1-23 para la FSH. El gen de la cadena β de la LH se localiza en 19q13.32 y el de la cadena β de la FSH en 11p13. Luego de sintetizadas, LH y FSH se almacenan en gránulos diferentes dentro de la célula gonadotropa. El contenido de los gránulos es liberado al medio extracelular por el estímulo de la hormona liberadora de gonadotropinas (gonadoliberina o GnRH). No obstante, parte de la LH y FSH no se almacena en gránulos y es secretada constitutivamente. Las concentraciones séricas en el varón adulto normal son de aprox. 2 a 10 UI/L para la LH y de 1.5 a 14 para la FSH. Aunque ambas gonadotropinas son glicoproteínas, la estructura precisa de la glicosilación es diferente. La LH es rica en residuos de sulfato de N- acetilglucosamina, mientras que la FSH es rica en ácido siálico. Esto determina una diferencia en la vida media de cada gonadotropina. La LH es depurada más rápidamente por el hígado que la FSH. En consecuencia, la vida media plasmática de la LH (20 min) es seis veces menor que la de la FSH (120 min). Aunque ambas gonadotropinas se secretan en forma pulsátil, debido a su breve vida media los pulsos de LH son mucho más evidentes que los de FSH. La LH y la FSH ejercen sus efectos a través de receptores de membrana, ambos en 2p21 y pertenecientes a la familia de receptores acoplados a proteína G. Ambas gonadotropinas estimulan la adenilato ciclasa cuando activan sus respectivos receptores. También pueden aumentar el ingreso de Ca2+ a las células que activan. La LH estimula la síntesis de testosterona, parte de la cual difunde a las células de Sertoli. La FSH activa la aromatasa en estas células, de modo que aumenta la producción local de estradiol (Fig. 16). El estradiol puede retrodifundir hacia el intersticio, estimulando la síntesis de proteína en las células de Leydig; parte difunde a los capilares. En los túbulos seminíferos, el estradiol generado en las células de Sertoli favorece la espermatogénesis. Aunque las células germinales carecen de receptor androgénico, sí expresan receptores estrogénicos y actividad de aromatasa (Fig. 17). El estradiol actúa sobre las células germinales por medio de una acción no genómica mediada por un receptor de Sistema reproductor masculino Dr. Fernando D. Saraví 15 membrana acoplado a proteína G. El estradiol es también importante para mantener la función del epidídimo. La FSH y la testosterona tienen efectos sinérgicos complejos sobre las células de Sertoli y las células germinales. Ambas hormonas actúan sobre las células germinales principalmente como factores de supervivencia que evitan la apoptosis (la forma más conocida de muerte celular programada). Las dos vías clásicas de la apoptosis son la vía extrínseca, iniciada por receptores de membrana activados Sistema reproductor masculino Dr. Fernando D. Saraví 16 por señales extracelulares, y la vía intrínseca, iniciada por señales intracelulares. Ambas vías pueden ser inhibidas por la FSH y la testosterona (Fig. 18). La testosterona también controla la función de la célula de Sertoli por mecanismos no clásicos (Fig. 19). Una de estas vías involucra la activación de la kinasa src por el receptor androgénico, seguida de fosforilación activadora del receptor para el factor de crecimiento epidérmico (EGFR). En la otra vía, la testosterona actúa extracelularmente sobre un receptor acoplado a proteína G que activa la fosfolipasa y promueve el ingreso de Ca2+. La activación de esta segunda vía promueve la adhesión de las células germinales en desarrollo a las células de Sertoli, mientras que la activación de la vía mencionada en primer lugar sirve de señal para que los espermatozoides se disocien de las células de Sertoli (espermiación). Control de la secreción de gonadotropinas La secreción de LH y FSH está regulada por un doble control: Un control central (hipotalámico) que estimula su secreción y un control periférico (testicular) que es predominantemente inhibidor. lo inhibe. El control central se explicó con detalle en FISIOLOGÍA DE LA PUBERTAD. En resumen, los núcleos hipotalámicos arcuato y anteroventral paraventricular (AVPV) poseen neuronas que emplean como neurotransmisor la kisspeptina y envían sus eferencias a las neuronas secretoras de GnRH. La kisspeptina activa el receptor GPR54 en estas últimas y estimula la secreción de GnRH. La GnRH liberada en la eminencia media estimula a las células gonadotropas para que secreten gonadotropinas. El control periférico de la producción de gonadotropinas se realiza por asas de retroalimentación, que en el varón es exclusivamente negativa. La testosterona secretada por las células de Leydig inhibe las neuronas productoras de kisspeptina y por tanto reduce la estimulación de las neuronas secretoras de GnRH, con lo cual disminuye la secreción de LH y FSH (asa larga). Además la testosterona inhibe directamente la secreción de LH por un efecto directo sobre las células gonadotropas (asa corta). Inhibinas, activinas y folistatina La testosterona inhibe en forma potente la secreción de LH, pero su efecto sobre la FSH es mucho más débil. Además, los varones con atrofia de los túbulos seminíferos que secretan testosterona en forma normal tienen bajo nivel Sistema reproductor masculino Dr. Fernando D. Saraví 17 sérico de LH pero FSH elevada. Por esta razón, desde la década de 1920 se buscó una hormona originada en los túbulos seminíferos que pudiera reducir la secreción de FSH, lo cual llevó a la identificación de las inhibinas. Las inhibinas son péptidos diméricos que pertenecen a la superfamilia del factor de crecimiento transformante β (TGF β). La molécula de inhibina consta de una cadena peptídica glicosilada llamada α de 18 kDa y una cadena no glicosilada llamada β de 14 kDa. Hay dos clases de cadenas β, llamadas βA y βB, y por tanto dos inhibinas según la subunidad β que posean llamadas A (αβA) y B (αβB). Se descubrió además que las subunidades β podían ensamblarse como homodímeros (βAβA ó βBβB) o heterodímeros (βAβB), pero las moléculas resultantes fueron llamadas activinas (A, B y AB) porque eran capaces de estimular la síntesis de FSH. Se han identificado dos tipos de receptores para activinas, llamados 1 y 2, que pertenecen a la familia de receptores acoplados a kinasas de serina y treonina. Hasta ahora no se ha identificado con claridad el o los receptores para inhibinas. Las inhibinas, especialmente la inhibina B, actúan como antagonistas de las activinas. También se identificaron glicoproteínas llamadas folistatinas, que se unen a las activinas y bloquean sus efectos. En el varón, la responsable de regular por retroalimentación negativa la secreción de FSH es la inhibina B, producida en las células de Sertoli. Aunque estas células también producen activinas y folistatinas, el papel regulador de estas proteínas no es claro, porque ambas se sintetizan en muchos tejidos y porque la orquiectomía (en la rata) no reduce los niveles plasmáticos de activina. Esto indica que el testículo no es el principal responsable de la secreción de este péptido. Es posible que tanto las inhibinas como las activinas y las folistatinas tengan un papel en la regulación local (paracrina y autocrina) de la espermatogénesis. La activina tiene también funciones inmunorreguladoras y su síntesis es incrementada frente a estímulos inflamatorios como lipopolisacáridos bacterianos. Declinación de la función testicular con el envejecimiento En la mujer, la función gonadal hormonal y gametogénicacesa irreversiblemente. Esto es indicado por la menopausia (último ciclo menstrual) que normalmente se produce entre los 45 y 55 años. Aunque a veces se habla de una “andropausia” (término poco feliz), en el varón no hay un verdadero equivalente de la menopausia. En lugar de una desaparición de la fertilidad y la función hormonal de la gónada, lo que ocurre con la edad en el varón normal es una declinación lenta y progresiva de la fertilidad, la cual puede, no obstante, mantenerse hasta edades muy avanzadas. De igual modo, la secreción de testosterona declina con la edad, de modo que entre los 50 y 60 años (sexta década) es aproximadamente un tercio que entre los 20 y 30 años (tercera década); Fig. 20. No obstante, incluso los testículos de varones de edad muy avanzada continúan produciendo testosterona. FUNCIÓN SEXUAL MASCULINA La fertilización acontece en el interior del tracto genital femenino, de modo que se requiere un contacto íntimo del varón y la mujer para que ocurra. En el ser humano, las relaciones sexuales tienen aspectos afectivos, psicológicos y sociales que exceden lo meramente reproductivo. La juventud y el aspecto saludable son poderosos atrayentes sexuales en todas las culturas estudiadas. Sistema reproductor masculino Dr. Fernando D. Saraví 18 Respuesta sexual masculina La respuesta sexual comienza con un proceso de atracción, en el cual los estímulos apropiados pueden ser múltiples y son muy variables según los individuos: psicológicos, visuales, táctiles, olfativos y auditivos. Aunque esto es válido para ambos sexos, en general el varón es más predeciblemente excitado por estímulos visuales explícitos. En la mujer influye más lo afectivo emocional y los vínculos personales. Esto probablemente explica por qué la afición o adicción a la pornografía es más frecuente en el varón. Desde los estudios clásicos de William H. Masters (1915-2001) y Virginia E. Johnson (n. 1925), la respuesta sexual se divide en cuatro fases: excitación, meseta, orgasmo y resolución (Fig. 21). Excitación. En el varón, la respuesta excitatoria más precoz es la erección del pene. Puede iniciarse por estímulos psicológicos o somáticos. Las señales ambientales o endógenas (mentales) se integran en el sistema límbico y se transmiten a vías descendentes que estimulan eferentes viscerales (sistema nervioso autónomo) y voluntarios, somáticos. Durante esta fase inicial, la erección es sensible a la interrupción por señales externas. Meseta. Durante esta fase la erección se hace más intensa y resistente a estímulos externos. Se retrae el escroto y se elevan los testículos. Aumenta la tensión muscular, la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la ventilación. Orgasmo. Los cambios de la fase de meseta se acentúan. Es acompañado de intenso placer y de sensación de liberación de la tensión sexual. Normalmente en esta fase se produce la emisión de semen y la eyaculación. Hay contracciones rítmicas de los músculos lisos de la uretra y los músculos estriados isquio y bulbocavernosos. Resolución. Cede la erección del pene en dos etapas, una muy rápida inicial, seguida de una más lenta en la cual el pene recupera su flaccidez normal. En el varón, la resolución es generalmente seguida de un período refractario de duración variable durante el cual es imposible una erección o sólo puede lograrse con estimulación intensa. Sin embargo, algunos varones afortunados no presentan período refractario. Aspectos neurofisiológicos Los genitales tienen una triple inervación (Fig. 22): parasimpática (sacra), simpática (toracolumbar) y somática (sacra), proporcionada por los nervios pudendos. Sistema reproductor masculino Dr. Fernando D. Saraví 19 La sensibilidad del pene depende principalmente del nervio dorsal del pene, rama del nervio pudendo. Hay dos poblaciones de axones en el nervio pudendo: una inerva el glande y la otra el cuerpo del pene y la uretra. Con el pene fláccido, los nervios pudendos tienen un trayecto ondulante, que permite que se acomoden sin estirarse cuando se produce la erección. También hay aferentes viscerales (que viajan con las fibras eferentes del simpático y el parasimpático). A diferencia de otros músculos lisos, como el del tracto digestivo, que poseen tanto inervación intrínseca como actividad biogénica, el músculo liso del tejido eréctil es completamente dependiente de la inervación autónoma extrínseca para su regulación. Control del tejido eréctil Durante la erección, los cuerpos cavernosos y el cuerpo esponjoso se ingurgitan de sangre por relajación de su músculo liso y dilatación de los vasos que los irrigan (Fig. 23). Dado que el tejido eréctil está rodeado por la túnica albugínea, relativamente poco extensible, la ingurgitación no solo aumenta el volumen del pene sino también su consistencia, por aumento de la presión interna. La relajación del músculo liso se produce por liberación de acetilcolina (receptores M3) en células endoteliales, que estimulan la producción de óxido nítrico (NO). También hay nervios que emplean el NO como neurotransmisor y contribuyen al mismo efecto. A su vez, el NO activa la guanilato ciclasa soluble del músculo liso y aumenta la concentración intracelular de cGMP (relajante). El VIP puede contribuir al efecto Sistema reproductor masculino Dr. Fernando D. Saraví 20 relajante del músculo liso (Fig. 24). El sildenafil, más conocido como Viagra, es un inhibidor de la fosfodiesterasa que degrada al cGMP y por ello facilita y prolonga la erección. La actividad de los músculos estriados que se insertan en el pene (isquiocavernoso y bulboesponjoso) contribuyen al mantenimiento e intensificación de la erección. Por otra parte, los nervios simpáticos no contribuyen a la erección (de hecho, tienden a inhibirla), pero tanto el simpático como el parasimpático estimulan la secreción de fluido seminal. Con la continuación de la excitación, se producen contracciones repetidas del músculo liso de los conductos deferentes, las vesículas seminales y la próstata. Simultáneamente se contrae el esfínter interno de la vejiga. Ambos efectos sobre el músculo liso se producen por activación de alfa-adrenoceptores. En estas condiciones, el semen se acumula en la uretra proximal La eyaculación es un reflejo espinal, que consiste en la eyección forzada del semen acumulado en la uretra. Normalmente es una reacción refleja a la acumulación de semen en la uretra. Puede ocurrir de manera involuntaria pero está bajo control cerebral. Se acompaña de contracciones rítmicas de los músculos esqueléticos isquiocavernoso y bulbocavernoso. En la Fig. 25 se esquematiza el control neural de la actividad sexual masculina. Como se mencionó, la eyaculación ocurre normalmente de manera simultánea con el orgasmo masculino. No obstante, la eyaculación es un reflejo espinal, mientras que el orgasmo es básicamente un fenómeno cerebral. Por ello, es posible la eyaculación sin un orgasmo simultáneo. Esto puede ocurrir ocasionalmente en el varón normal, pero si ocurre en forma habitual es aconsejable la consulta a un especialista.
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