Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
Dr. Fernando D. Saraví El control de la ventilación es una función vital, que debe ser capaz de producir una ventilación alveolar adecuada en reposo (eupnea) durante la vigilia y el sueño. También debe adaptarse a condiciones de mayor demanda (ejercicio) o de menor aporte ambiental de oxígeno (hipoxia). Además, la actividad de los músculos respiratorios debe coordinarse con la de otros grupos musculares en actos diversos como olfatear, deglutir, toser, estornudar, bostezar, defecar y vomitar. Finalmente, debe estar sujeta al control voluntario durante actividades como hablar, cantar, ejecutar un instrumento de viento o bucear. Aunque la eupnea es en un sentido una función vegetativa, se encuentra bajo el control directo del sistema nervioso central. Dado que los músculos que intervienen en la ventilación son de tipo esquelético, carecen de actividad automática. Su contracción es controlada directamente por motoneuronas espinales y de algunos pares craneales. En el siglo II, Claudio Galeno observó que animales y gladiadores con lesiones espinales por debajo del cuello podían continuar ventilando espontáneamente, pero los que sufrían lesiones espinales a nivel cervical se asfixiaban. En 1760, antes que se descubrieran el dióxido de carbono y el oxígeno, el médico francés Anne Charles Lorry demostró que los componentes imprescindibles para producir la ventilación se hallaban en el tallo cerebral y la parte alta de la médula espinal. Su trabajo pionero fue continuado por Julien Legallois (1812), Pierre Flourens (1827) y Santiago Ramón y Cajal (1909). A pesar de que desde el siglo XX se hicieron notables avances, la complejidad de la regulación de la ventilación aún conserva interrogantes no resueltos. La descripción que sigue es actual, pero necesariamente provisoria y sujeta a futuras revisiones. Génesis y regulación de la ventilación Posgrado-00 Sello Regulación de la ventilación Dr. Fernando D. Saraví 2 Hoy se admite que en el tallo cerebral existe un generador central del ritmo respiratorio (GCR), cuya actividad es modificada por influencias reflejas y voluntarias. La ventilación es, al igual que la locomoción y la masticación, una actividad intrínsecamente rítmica. Si bien el ritmo respiratorio (como otros ritmos) puede ser modificado en amplitud y frecuencia, se admite que debe de existir un ritmo básico sobre el cual puedan actuar diversas influencias. Dicho ritmo es generado por los grupos de neuronas que, en conjunto, constituyen el GCR. EL RITMO RESPIRATORIO SE GENERA EN EL BULBO Clásicamente se suponía que la actividad rítmica basal de los músculos respiratorios es controlada por dos conjuntos de neuronas bulbares llamados grupo respiratorio dorsal (DRG) y grupo respiratorio ventral (VRG), que están próximos, respectivamente, al núcleo del tracto solitario y al núcleo ambiguo. Algunas de sus neuronas pertenecen a dichos núcleos y otras son parte de la formación reticular adyacente. Las neuronas de ambos grupos descargan de manera relacionada con la inspiración, la espiración o la transición entre inspiración y espiración. Los patrones de descarga registrados llevan a subdividir la fase espiratoria en una etapa temprana, breve, y otra tardía, más prolongada (Fig. 1). Algunas de las neuronas que descargan en relación con el ciclo respiratorio son interneuronas, otras son neuronas eferentes que inervan las motoneuronas de los músculos respiratorios y aún otras son motoneuronas de los pares IX al XII, que inervan las vías aéreas superiores. Según la concepción clásica, aún presente en muchos libros de texto, el DRG generaría el ritmo basal y sería responsable de la inspiración, mientras que el VRG participaría principalmente en la espiración. En la última década, este modelo se ha modificado. Actualmente se cree que el responsable de la generación del ritmo basal es una columna respiratoria ventral (VRC), de la cual el VRG forma parte. Por otro lado, hoy la función del DRG se considera importante para la regulación del ritmo respiratorio por aferentes que arriban al núcleo del tracto solitario. Antes de tratar la organización de las estructuras citadas, se describirá la forma de activación de los músculos respiratorios. EFECTORES MUSCULARES La ventilación involucra un gran número de músculos, que pueden clasificarse en tres grupos funcionales: 1. El diafragma, como el músculo principal de la inspiración, responsable de la ventilación durante la eupnea. Regulación de la ventilación Dr. Fernando D. Saraví 3 2. Músculos intercostales externos e internos, escalenos, esternocleido-mastoideos y de la pared abdominal. Si bien estos músculos no se contraen ostensiblemente durante la eupnea, los cambios en su tono determinan cambios en la rigidez de la caja torácica que modifican la eficiencia de la bomba diafragmática. 3. Músculos de las vías aéreas superiores, como los genioglosos, faríngeos y laríngeos, que controlan la resistencia al paso de aire en dicho sector, y por dicha razón se llaman también músculos valvulares. Las motoneuronas alfa que inervan estos tres grupos funcionales se encuentran en diferentes niveles del neuroeje. Las del tercer grupo mencionado tienen sus somas en los núcleos de los pares craneales. Las motoneuronas del segundo grupo se hallan en los niveles tóracolumbares de la médula espinal, mientras que las motoneuronas frénicas que inervan el diafragma están a nivel cervical (C3 a C5) (Fig. 2). A pesar de hallarse en diferentes niveles del neuroeje, todas estas motoneuronas son inervadas monosináptica u oligosinápticamente por el GCR, y excitadas rítmicamente, de manera que se activan con una secuencia precisa. Secuencia de activación de las motoneuronas Los músculos de las vías aéreas superiores, que Regulación de la ventilación Dr. Fernando D. Saraví 4 regulan la resistencia al flujo de aire en dicho sector, se activan primero. Esto permite el aumento del diámetro faríngeo y la apertura de la glotis antes de que el diafragma inicie su actividad. Los abductores de la glotis (cricoaritenoides posteriores) mantienen una descarga en meseta, que alcanza rápidamente su máximo y se mantiene así por el resto de la inspiración. Esto minimiza la resistencia laríngea al paso de aire durante toda la fase inspiratoria. Por su parte, en el nervio frénico se genera una descarga en rampa ascendente, que refleja el reclutamiento progresivo de unidades motoras. Este tipo de actividad resulta en una contracción creciente del diafragma. Cuando el diafragma se contrae, también lo hacen los músculos accesorios de la inspiración, como los intercostales externos. Aunque durante la eupnea los citados músculos accesorios no contribuyen directamente a la entrada de aire, el aumento cíclico de su tono mientras se contrae el diafragma evita la retracción de la caja costal. Por tanto, contribuyen a aumentar la eficacia de la acción del diafragma. Desde luego, durante una inspiración forzada, los músculos accesorios se contraen de manera obvia y contribuyen directamente a aumentar el volumen corriente. La espiración eupneica se inicia en forma totalmente pasiva, debido a la energía elástica almacenada durante la expansión tóracopulmonar. En la fase E1, la descarga frénica no cesa abruptamente, sino que decrece de manera gradual, produciendo una relajación controlada del diafragma. La relajación de los cricoaritenoides posteriores y la contracción de aductores de la glotis – como los músculos tiroaritenoides – aumentan la resistencia laríngea y contribuyen a enlentecer la espiración durante la eupnea. La fase final (E2) de la espiración se produce de manera pasiva durante laeupnea. Cuando aumenta la frecuencia respiratoria, la espiración es acelerada en la fase E2 por la contracción activa de los músculos espiratorios, como los intercostales internos y abdominales. Otros factores El GCR determina la frecuencia y la profundidad de la ventilación. Debe notarse, sin embargo, que la fuerza y el grado de acortamiento de los músculos clasificados como respiratorios dependerán también de otros factores. En primer lugar, en la médula espinal los aferentes proprioceptivos de los músculos respiratorios generan interacciones de tipo inervación recíproca (inhibición de antagonistas y facilitación de agonistas) tanto a nivel segmentario como intersegmentario. Desde luego, la citada información aferente también alcanza el GCR y niveles superiores del neuroeje, contribuyendo a la percepción consciente del esfuerzo respiratorio. En segundo lugar, los músculos respiratorios también cumplen funciones no respiratorias y por tanto participan también en diversos reflejos somáticos y movimientos voluntarios no respiratorios, algunos de los cuales (como la fonación) están bajo el control directo de la corteza cerebral. LA COLUMNA RESPIRATORIA VENTRAL La columna respiratoria ventral incluye varios compartimientos que forman microcircuitos que permiten interacciones locales y con otros microcircuitos. Estos compartimientos son, en sentido rostral-caudal (Fig. 3): Grupo respiratorio protuberancial Grupo del núcleo trapezoide/parafacial Complejo de Bötzinger (núcleo retrofacial) Complejo pre-Bötzinger Grupo respiratorio ventral (porciones rostral y caudal) Grupo respiratorio protuberancial Comprende el núcleo de Kölliker-Fuse y el complejo parabraquial (núcleos parabraquiales lateral y medial), además de otras áreas en la protuberancia ventral. Esta región corresponde aproximadamente a lo que antes se llamaba “centro pneumotáxico”. El grupo respiratorio protuberancial está conectado con los grupos bulbares e influye sobre la transición entre inspiración y espiración. También contribuye a la coordinación de la actividad de músculos de las vías aéreas superiores y músculos espiratorios. Finalmente, el grupo protuberancial recibe aferencias periféricas y participa en la integración entre la ritmogénesis central y su modulación refleja. Grupo del núcleo trapezoide/parafacial Este grupo se encuentra en la vecindad del núcleo motor del nervio facial (VII par). Muchas de sus neuronas son sensibles al nivel local de dióxido de carbono y reciben aferencias de los quimiorreceptores periféricos, de modo que es una de las principales regiones quimiosensibles. Este aspecto se detalla más adelante a propósito de los quimiorreceptores centrales. Este grupo genera señales excitatorias a los demás componentes bulbares y se considera Regulación de la ventilación Dr. Fernando D. Saraví 5 importante en adaptar la actividad neuronal respiratoria al estado metabólico del organismo. Es posible que también contribuya a facilitar la actividad de marcapaso del complejo pre- Bötzinger, que se describe luego. En resumen, el grupo del núcleo trapezoide/parafacial proporciona una influencia excitatoria tónica estimulante de la ventilación que depende de los quimiorreceptores centrales (sensibles a la pCO2) y una influencia cíclica que contribuye a sostener la actividad de marcapaso del complejo pre-Bötzinger. Complejo de Bötzinger Esta área posee principalmente neuronas que descargan durante la espiración y justo antes de la inspiración. Es una fuente importante de actividad neuronal vinculada con la espiración. Además participa en determinar la transición entre las fases inspiratoria y espiratoria del ciclo. Complejo pre-Bötzinger Estudios in vitro demuestran que el complejo pre- Bötzinger contiene el circuito esencial para la generación de actividad inspiratoria. Se cree que funciona como un marcapaso capaz de generar por sí mismo un ritmo respiratorio básico, que proporciona una activación cíclica de los circuitos que controlan las motoneuronas inspiratorias. Desde luego, en el individuo intacto existen complejas interacciones entre las neuronas del complejo pre-Bötzinger y otras áreas. Algunas de estas interacciones se describen más abajo. No está aún claro el mecanismo íntimo de la actividad de marcapaso (automatismo) de las neuronas del complejo pre-Bötzinger. Existen dos mecanismos principales de ritmicidad, que operan en neuronas diferentes presentes en el complejo pre-Bötzinger. Un grupo de neuronas descarga en forma rítmica debido a canales catiónicos inespecíficos, sensibles al cadmio (Cd 2+ ) cuyo cierre cíclico despolariza la membrana. En el otro, el ritmo de descarga es causado por una corriente de Na + llamada INaP (“P” por “persistente”) y no es afectado por Cd 2+ . Estos canales de Na + son sensibles al bloqueo por tetrodotoxina pero muestran una inactivación muy lenta comparada con los canales de Na + típicos (ver POTENCIAL DE ACCIÓN). La INaP permite la actividad automática cuando las corrientes de salida de K + no son grandes. El automatismo es suprimido por el riluzole, un antagonista de receptores de serotonina 5HT2A. Las dos clases de neuronas marcapasos tienen probablemente diferentes roles funcionales. Por ejemplo, las neuronas sensibles al Cd 2+ reducen su actividad durante la hipoxia, a diferencia de las que dependen de INaP. Además de las neuronas con automatismo intrínseco que activan las neuronas del grupo respiratorio ventral rostral, el complejo pre- Bötzinger posee otras dos clases: 1) interneuronas inhibitorias rítmicamente activas y 2) eferentes excitatorios (pre-motoneuronas) que inervan las motoneuronas de los pares craneales. Por lo expuesto, se considera que el complejo pre-Bötzinger cumple dos funciones Regulación de la ventilación Dr. Fernando D. Saraví 6 básicas: 1. La generación de la influencia inspiratoria rítmica que inicia la fase inspiratoria del ciclo respiratorio. 2. La coordinación del patrón de actividad cíclica y coordinada de inspiración e inspiración mediante las interneuronas inhibitorias. Grupo respiratorio ventral, región rostral Posee neuronas bulboespinales que activan motoneuronas del nervio frénico y los intercostales externos. Estas pre-motoneuronas inspiratorias tienen típicamente una frecuencia de descarga creciente durante la inspiración (en rampa). Las neuronas del esta porción carecen de actividad automática, pero son estimuladas por el complejo pre-Bötzinger e inhibidas por el complejo de Bötzinger. Grupo respiratorio ventral, región caudal Se encuentra en el núcleo ambiguo y en la formación reticular adyacente. Sus neuronas descienden a la médula e inervan las motoneuronas que controlan los músculos espiratorios. Son activadas principalmente por neuronas del complejo de Bötzinger. LOS NÚCLEOS DEL RAFE BULBAR Existen conexiones recíprocas entre los núcleos del rafe y las neuronas del grupo respiratorio ventral, en particular el complejo pre-Bötzinger. Los núcleos del rafe, en particular el núcleo oscuro, proporcionan una influencia excitatoria tónica sobre el complejo pre- Bötzinger y las motoneuronas de los pares craneales. Dicha influencia es necesaria para mantener la actividad respiratoria normal en la rata (aún no hay datos en otras especies). Los mediadores químicos son la serotonina y el péptido substancia P. Ambos neurotransmisores poseen un efecto estimulante tónico sobre la ventilación. Facilitan la Regulación de la ventilación Dr. Fernando D. Saraví 7 despolarización de neuronas respiratorias por inhibición de corrientes catiónicas (principalmente de K + ) que mantienen el potencial de reposo. Además, la serotonina inducela aparición de actividad de marcapaso en algunas células del complejo pre-Bötzinger, mediada principalmente por receptores serotonérgicos 5HT2A. MODELO HÍBRIDO DE LA RITMOGÉNESIS Durante mucho tiempo se discutió si la ciclicidad respiratoria era el resultado de la actividad de neuronas que funcionan como marcapasos o bien era una propiedad distribuida de circuitos bulbares de inhibición recíproca. Actualmente se admite un modelo híbrido, en el cual tienen un papel tanto neuronas que actúan como marcapasos, como las interacciones recíprocas de las redes neuronales participantes. En la Fig. 4 se esquematiza un modelo actual de la generación del ciclo respiratorio. El circuito básico ritmogénico está formado por las neuronas marcapasos de la inspiración en el complejo pre-Bötzinger y una red de inhibición reciproca (anillo inhibitorio) entre el complejo de Bötzinger y el complejo pre-Bötzinger. La actividad de este circuito es influenciada por estímulos tónicos de la protuberancia y el rafe, mientras que el grupo del núcleo retrotrapezoide/parabraquial contribuye con influencias tónicas y fásicas (cíclicas). Las sinapsis excitatorias emplean glutamato como neurotransmisor, con excepción de las provenientes del rafe, que son serotonérgicas. Las sinapsis inhibitorias liberan GABA y glicina. EL GRUPO RESPIRATORIO DORSAL Este conjunto de neuronas, estrechamente asociado con el núcleo del tracto solitario, no es indispensable para la generación del ritmo respiratorio. No obstante, dado que recibe aferencias de los pares IX y X por vía del núcleo del tracto solitario (entre otras, de los cuerpos carotídeos) es importante en regular la respuesta ventilatoria a estímulos periféricos. El grupo respiratorio dorsal posee neuronas que proyectan al grupo respiratorio ventral y pre-motoneuronas cuyos axones descendentes inervan las motoneuronas del asta anterior que activan los músculos respiratorios. Regulación de la ventilación Si bien los centros bulboprotuberanciales descritos generan el ritmo respiratorio, diversas influencias pueden modificar su actividad cíclica, causando un aumento o una reducción de la ventilación a través de cambios en la frecuencia respiratoria y el volumen corriente. Dichas influencias incluyen factores químicos, aferentes pulmonares y propioceptivos y la actividad de niveles superiores del neuroeje, en particular el hipotálamo y la corteza cerebral (Fig. 5). LA REGULACIÓN QUÍMICA DEPENDE DE LA PCO2, LA PO2 Y EL pH ARTERIALES Durante el reposo, el principal factor químico regulador de la ventilación es la presión arterial de CO2 (PaCO2), pero los quimiorreceptores responsables se encuentran en la cara anterior del bulbo (Fig. 6) bañados por líquido cefalorraquídeo (LCR). Quimiorreceptores centrales La razón de la relación entre PaCO2 y estimulación de los quimiorreceptores centrales es que el único sistema amortiguador del LCR es bicarbonato/ácido carbónico. Como el CO2 es muy difusible, los cambios de la PCO2 arterial alteran la concentración de CO2 disuelto en el LCR. De este modo, un aumento de CO2 reduce el pH del LCR, y es un poderoso estímulo para la ventilación, que puede aumentar 10 veces o más por aumento de la PCO2. Los quimiorreceptores centrales son muy sensibles a los cambios de PCO2 y son los principales responsables de esta respuesta a la hipercapnia aguda. Regulación de la ventilación Dr. Fernando D. Saraví 8 No obstante, cuando el cambio de PaCO2 se torna crónico, el pH del LCR se normaliza por retención o eliminación de HCO3 - en los plexos coroideos, por lo cual los quimiorreceptores centrales dejan de estimular la ventilación por encima de lo normal. El mecanismo de estimulación de los quimiorreceptores centrales es complejo (Fig. 7). Se han identificado neuronas sensibles al pH en el grupo del núcleo retrotrapezoide/parafacial, cuya descarga es estimulada por aumentos de la concentración de H + en el LCR. Además de estimular directamente estas neuronas, el bajo pH causa liberación de ATP por parte de células de la glía. El ATP también estimula las neuronas quimiosensibles, actuando sobre receptores purinérgicos P2Y. Las células quimiosensibles del núcleo retrotrapezoide estimulan la actividad del GCR bulboprotuberancial. Actualmente se considera que, si bien el pH del LCR es el principal estímulo para estas células, en realidad ellas funcionan como integradoras de una serie de influencias centrales (núcleos del rafe) y de señales periféricas que arriban a diferentes áreas en el núcleo del tracto solitario, provenientes de los quimiorreceptores periféricos y de receptores pulmonares. La influencia conjunta de los diferentes factores citados determina la magnitud de la estimulación de las neuronas quimiosensibles centrales y por tanto de su efecto activador sobre el GCR. De todos modos, el dióxido de carbono es el más poderoso estímulo químico para la ventilación, aunque existe considerable variabilidad individual (Fig. 8). En general, los sujetos que tienen menor PCO2 en reposo muestran una respuesta ventilatoria mayor al CO2. Si bien los quimiorreceptores centrales contribuyen a la respuesta ventilatoria en diferentes situaciones, se tornan realmente imprescindibles para mantener la ventilación cuando otras influencias sobre el GCR decrecen, como ocurre durante el sueño no REM y durante la anestesia general. En estas situaciones, si falta la estimulación proporcionada por los quimiorreceptores centrales se produce una profunda depresión de la ventilación. Este hecho es clínicamente evidente en una enfermedad rara, llamada “síndrome de Ondina”, donde está mutado un factor de transcripción llamado Phox2b. 1 El nombre científico de la condición es síndrome de hipoventilación congénita, y se caracteriza por quimiorreflejos muy débiles y pérdida de la automaticidad respiratoria durante el sueño. Quimiorreceptores periféricos Los quimiorreceptores periféricos (arteriales) se localizan en los corpúsculos carotídeos y aórticos. En el ser humano, la influencia de los corpúsculos carotídeos es dominante. Los corpúsculos aórticos tienen escaso efecto sobre la ventilación, excepto si se desnervan los corpúsculos carotídeos. El corpúsculo o glomus carotídeo está inervado por el nervio del seno carotídeo, la misma rama del nervio glosofaríngeo (IX par) que inerva los barorreceptores carotídeos. La inervación es principalmente aferente, pero existen algunas fibras eferentes cuya activación modula la respuesta del corpúsculo carotídeo a diversos estímulos. También recibe fibras postganglionares simpáticas del ganglio cervical 1 En la mitología germana Ondina era una ninfa del agua que maldijo a su esposo infiel, de manera que él sólo podía respirar mientras estaba despierto. Regulación de la ventilación Dr. Fernando D. Saraví 9 superior, que inervan los vasos sanguíneos de la estructura. El corpúsculo carotídeo tiene unos pocos mm de diámetro, pero recibe un enorme caudal sanguíneo en proporción a su masa (aprox. 20 mL/g/min, es decir 25 veces más que el caudal coronario por gramo de tejido). Posee dos tipos de células, llamadas células glómicas tipo I y tipo II (Fig. 9). Estas últimas se consideran células de sostén, análogas a la glía. Las células tipo I se disponen en acúmulos rodeados por células tipo II e inervados por terminales aferentes y eferentes del nervio glosofaríngeo. Las células de tipo I producen diversos neurotransmisores, entre ellos dopamina, 2 actetilcolina, serotonina, histamina y GABA. Además pueden liberar ATP y adenosina, que actúan sobre receptores purinérgicos. Las células tipoI son sensibles a la PO2, la PCO2, el pH y la glucemia de la sangre que irriga el corpúsculo. El mecanismo íntimo de la estimulación de las células tipo I por la hipoxia no es claro. La hipoxia podría actuar mediante cambios en la actividad de las enzimas hemo oxigenasa 2, NADPH oxidasa, sintasa de óxido nítrico y 2 Las células glómicas tipo I se tiñen intensamente con anticuerpos fluorescentes contra tirosina hidroxilasa, la enzima que sintetiza dopamina. enzimas mitocondriales. Una molécula que probablemente actúa como transductora es la proteína kinasa activada por AMP (AMPK). Esta kinasa es muy sensible a cambios en la relación de concentración entre AMP y ATP, y su activación farmacológica en el cuerpo carotídeo simula el efecto de la hipoxia. Desde el punto de vista electrofisiológico, la hipoxia reduce la permeabilidad al K + de la célula glómica tipo I, causando su despolarización. Esto activa canales de Ca 2+ regulados por potencial, lo que a su vez inicia la exocitosis de neurotransmisores. De los varios canales de K + que tienen estas células, el denominado TASK-1, que también es sensible al pH, es el candidato más probable. Un segundo canal de K + que puede participar es el llamado BK, cuya conductancia se reduce cuando aumenta el Ca 2+ intracelular. La hipercapnia también causa despolarización por inhibición de canales de K + , en este caso debido a acidificación intracelular. No está claro el mecanismo de acción de la hipoglucemia, pero se postula que, a diferencia de la hipoxia e hipercapnia, causaría despolarización por aumento de la conductancia al Na + . Cuando las células tipo I son despolarizadas por hipoxia, hipercapnia o hipoglucemia, provocan un aumento de la frecuencia de descarga de los nervios aferentes (Fig. 10). La activación de los eferentes nerviosos se debe a liberación de mediadores químicos, de los cuales los más importantes parecen ser el ATP y la acetilcolina. El ATP estimula receptores purinérgicos P2X, mientras que la acetilcolina actúa sobre receptores nicotínicos. Se desconoce el papel fisiológico de las fibras eferentes del sistema nervioso que inervan las celulas glómicas, pero se sabe que pueden causar una inhibición de éstas mediada por óxido nítrico. Tampoco es clara la importancia de otros neurotransmisores o autacoides producidos por las células tipo I. La serotonina y la adenosina facilitan su despolarización, mientras que la dopamina, la histamina y el GABA la inhiben. Regulación de la ventilación Dr. Fernando D. Saraví 10 La respuesta ventilatoria a la hipoxia es gradual, pero se torna evidente cuando la PO2 arterial desciende por debajo de 60 mmHg. Las aferencias de los quimiorreceptores periféricos alcanzan el núcleo del tracto solitario y estimulan la actividad del GCR a través del grupo respiratorio dorsal. Además contribuyen a modular la actividad de las neuronas del núcleo retrotrapezoide (quimiorreceptores centrales). Si bien las respuestas ventilatorias mediadas por los quimiorreceptores arteriales son menos intensas que las originadas en los quimiorreceptores centrales, tienen mucha importancia porque: 1. Los quimiorreceptores periféricos son virtualmente los únicos responsables de la hiperventilación causada por hipoxia y por acidosis metabólica y 2. Su respuesta es persistente mientras dure el estímulo. Los aferentes quimiorreceptores continúan descargando incluso en condiciones donde el resto del sistema nervioso está deprimido. Por esta razón se dice que son “los últimos en morir” (ultimum moriens). Además, los corpúsculos carotídeos contribuyen a la hiperventilación causada por la hipercapnia. La hipoxia y la hipercapnia (o acidosis) combinadas producen respuestas sinérgicas, como puede verse en la respuesta ventilatoria a la hipoxia con dos diferentes PCO2 arteriales (Fig. 11). Con PO2, PCO2 y pH arteriales normales, los quimiorreceptores estimulan tónicamente la ventilación. En otras palabras, en estas condiciones poseen una frecuencia basal de descarga que contribuye a la excitabilidad del GCR. En caso de hipoxia y sobre todo de hipercapnia, la descarga más intensa se hace por salvas que aumentan la frecuencia y profundidad de la ventilación. Los efectos cardiovasculares de la activación de los quimiorreceptores se tratan en el capítulo sobre REGULACIÓN DE LA PRESIÓN ARTERIAL. RECEPTORES PULMONARES Y PROPIOCEPTORES MUSCULARES Y ARTICULARES Existen tres clases principales de receptores sensoriales pulmonares (un cuarto tipo se describe en relación con la tos). Sus aferentes cursan por los nervios vagos; los somas de estas fibras aferentes se encuentran en los ganglios yugular o superior y nodoso o inferior. Los receptores pulmonares de adaptación lenta y de adaptación rápida son básicamente mecanorreceptores. Los receptores C son Regulación de la ventilación Dr. Fernando D. Saraví 11 sensibles a diversos agentes químicos y poseen un umbral elevado para estímulos mecánicos. Receptores de adaptación lenta Los receptores de adaptación lenta se localizan en las vías aéreas, principalmente las más pequeñas. Sus fibras aferentes son mielínicas (velocidad de conducción de 15 a 32 m/s). Están activos durante la eupnea, con una frecuencia de descarga de 10 a 40 Hz, que aumenta durante la inspiración y llega a su máximo justo antes de iniciarse la espiración. En general, estos receptores no son sensibles a estímulos químicos, pero su descarga puede ser inhibida por el dióxido de carbono. No son afectados por el edema pulmonar. Los receptores de adaptación lenta descargan con máxima frecuencia y de manera sostenida frente a la inflación de los pulmones. Su activación durante la inflación pulmonar inhibe la inspiración y aumenta la frecuencia respiratoria (reflejo de inflación pulmonar de Hering y Breuer). Sus efectos centrales incluyen inhibición del complejo pre-Bötzinger y estimulación de las neuronas del núcleo retrotrapezoide que facilitan la espiración. También reducen la descarga eferente vagal (parasimpática). La deflación pulmonar tiene efectos opuestos, aunque no tan marcados, que también son mediados por los receptores de adaptación lenta (reflejo de deflación). Se cree que el reflejo de Hering-Breuer contribuye a regular el volumen corriente en lactantes. Su papel en adultos es menos claro. Regulación de la ventilación Dr. Fernando D. Saraví 12 Receptores de adaptación rápida Se encuentran en el epitelio o subepitelio de las vías aéreas extrapulmonares e intrapulmonares. Sus fibras aferentes son mielínicas (velocidad de conducción de 14 a 23 m/s). Pueden descargar durante la eupnea (hasta 20 Hz), pero se adaptan en 1 a 2 s frente a la insuflación pulmonar sostenida. Por ello, responden a la inflación con un aumento transitorio de la frecuencia de descarga. Su frecuencia de descarga también aumenta transitoriamente con cuando se desinflan los pulmones. No responden al dióxido de carbono, pero son estimulados por ácidos, sustancias irritantes, como éter, humo, capsaicina y los autacoides histamina, bradikinina y prostaglandinas. También son estimulados por el edema pulmonar. La activación de los receptores de adaptación rápida produce hiperpnea y aumento de la descarga vagal eferente (parasimpática). Los receptores de adaptación rápida también median el reflejo paradójico de Head. Este reflejo consiste en una respuesta inspiratoria relativamente prolongada ante la insuflación pulmonar (al contrario que el reflejo de inflación de Hering-Breuer). El reflejo paradójico es mediado por activación de neuronas del complejo pre-Bötzinger y es un ejemplode retroalimentación positiva. El reflejo paradójico tiene un papel en producir la primera inspiración del recién nacido. Además, es responsable de producir suspiros. El suspiro consiste en una inspiración profunda que interrumpe el ritmo eupneico normal y es seguido una espiración rápida, tras la cual se produce una breve apnea, tras la cual se retoma el ritmo eupneico (Fig. 12). Los suspiros se producen periódicamente y cumplen la función de prevenir la atelectasia por colapso de las pequeñas vías aéreas que tiende a ocurrir espontáneamente con bajos volúmenes pulmonares. Como es sabido, los suspiros también pueden ser inducidos por estados emocionales. Receptores de fibras C Son los más abundantes. Sus fibras aferentes son amielínicas (C), con velocidades de conducción de 0.3 a 1.5 m/s. Su actividad durante la eupnea es escasa (no mayor de 2 Hz). Son de dos clases, los yuxtacapilares (J) en los alvéolos, sensibles sobre todo al estiramiento, y los bronquiales, que se localizan en las vías aéreas grandes y pequeñas y responden a irritantes químicos (como capsaicina), autacoides, ozono, dióxido de carbono y H + . Ambas clases, al ser estimuladas, causan taquipnea superficial, broncoconstricción y aumento de la secreción bronquial. Las yuxtacapilares también producen vasoconstricción. Los receptores de fibras C producen neuropéptidos como sustancia P y péptido relacionado con el gen de calcitonina (CRGP), que pueden ser liberados en los pulmones por un reflejo axónico. No obstante, las fibras con neuropéptidos son escasas en las vías aéreas humanas. Los receptores de fibras C tienen presumiblemente un papel protector contra sustancias irritantes. Su activación causa apnea transitoria seguida de taquipnea, con aumento de la descarga vagal a las vías aéreas y al corazón. pero la estimulación excesiva puede provocar apnea persistente e hipotensión arterial. Los receptores de adaptación lenta, de adaptación rápida y de fibras C cursan por los nervios vagos y terminan en áreas diferentes de la parte caudal del núcleo del tracto solitario. Las neuronas de segundo orden que parten de dicho núcleo inervan las regiones bulboprotuberanciales relacionadas con el GCR. Un subgrupo de neuronas del núcleo del tracto solitario, llamadas células P (de pump, bomba) reciben aferencias de los receptores de adaptación lenta. Las células P median a nivel central el reflejo de Hering-Breuer e inhiben a neuronas vecinas que reciben aferencias de receptores de adaptación rápida. Propioceptores de la pared torácica Los propioceptores de la pared torácica incluyen los husos musculares y órganos tendinosos de Regulación de la ventilación Dr. Fernando D. Saraví 13 Golgi de los músculos respiratorios, además de receptores articulares. Estas aferencias contribuyen a: 1. Regular por realimentación la actividad de los músculos respiratorios. 2. Informar al GCR de la eficacia de la actividad ventilatoria y 3. En condiciones anormales, a la percepción consciente del esfuerzo respiratorio, lo que causa disnea. EL CONTROL SUPERIOR PROPORCIONA VERSATILIDAD A LA VENTILACIÓN El control superior influencia tanto la actividad del GCR como directamente la de las motoneuronas respiratorias. La regulación básica de la ventilación es química (primariamente por la PCO2 arterial). No obstante, la ventilación puede ser influenciada transitoriamente de manera voluntaria, tanto para interrumpirla (apnea) como para aumentarla (hiperventilación). La hiperventilación voluntaria puede alcanzar durante lapsos breves valores que superan los 100 L/min. La hipocapnia resultante limita la duración de este esfuerzo voluntario. Además, el control cortical permite emplear la espiración para funciones no respiratorias como la fonación o la ejecución de un instrumento de viento. La ventilación también es modificada de manera característica por las emociones (miedo, ira, alegría, excitación sexual, etc.) por influencias del sistema límbico sobre el control básico del CGR. REGULACIÓN DURANTE EL SUEÑO En el sueño no REM se reduce la sensibilidad a la PCO2 arterial y ésta aumenta 3 mmHg. La actividad respiratoria se mantiene gracias a la actividad de los quimiorreceptores centrales, como se indicó previamente. En el sueño REM alternan períodos de hipoventilación con otros de hiperventilación. La sensibilidad a la PCO2 es baja, y la ventilación parece controlada por influencias superiores (como durante el habla). La sensibilidad a la hipoxia es menor en ambas clases de sueño. Tanto la hipercapnia como la hipoxia estimulan el despertar en sujetos normales. El umbral es menor para la hipercapnia (aumento de 15 mmHg) que para la hipoxia (disminución de 60 mmHg). Durante el sueño se relajan los músculos que dilatan glotis, faringe y fauces, lo cual causa el ronquido, y en casos más severos, apnea periódica del sueño, que tiene serias repercusiones fisiopatológicas Una diferencia fundamental entre el sueño y la vigilia es que estímulos irritantes que en el sujeto despierto causarían tos, tienden a producir apnea durante el sueño normal o inducido con hipnóticos o anestésicos (en este caso, la hipercapnia y la hipoxia son peligrosas, pues no despertarán al individuo). REFLEJO DE LA TOS Cuando es persistente, la tos se asocia con diversas enfermedades y es también un frecuente motivo de consulta. La tos es, asimismo, un mecanismo de transmisión de enfermedades infecciosas como tos convulsa, tuberculosis e influenza, entre muchas otras. Regulación de la ventilación Dr. Fernando D. Saraví 14 Además de alertar sobre la presencia de enfermedad, la tos persistente puede tornarse un problema en sí misma, por su interferencia con la ventilación, la deglución, la fonación y el sueño. Puede asimismo causar insomnio, fatiga, mialgias, incontinencia urinaria, síncope y neumotórax. La tos persistente deteriora la calidad de vida y la interacción social de quien la sufre. De todos modos, dada la naturaleza de esta obra, en este capítulo no se tratará la tos como síntoma de enfermedad, sino desde el punto de vista de la fisiología normal. Tos fisiológica Aunque puede ser producida de manera voluntaria, la tos es ante todo un reflejo protector fisiológico que tiende a eliminar secreciones, cuerpos extraños o sustancias irritantes presentes en las vías aéreas. La secreción diaria de mucus en el tracto respiratorio se estima en 20 a 30 mL. Los adultos normales tosen menos de 16 veces por día. Los niños de 6 a 12 años tienen una mediana de 11/día (rango 1 a 34). El reflejo de la tos preserva la función pulmonar de intercambio gaseoso porque facilita la eliminación de las vías aéreas de secreciones, material aspirado, partículas inhaladas y otros irritantes. Mecánica de la tos Frente a un estímulo tusígeno, se produce una inspiración profunda y rápida, seguido del cierre de la hendidura glótica durante ~ 200 ms. Con la glotis aún cerrada, se inicia un movimiento espiratorio forzado que aumenta la presión intrapulmonar en ausencia de flujo de aire (fase compresiva). El aumento de presión subglótica es generalmente de 40 a 100 mmHg, pero puede alcanzar hasta 300 mmHg (~ 0.4 atm). La glotis se abre abruptamente, de modo que se alcanza una elevada tasa inicial de flujo, que facilita la expulsión de secreciones o partículas inhaladas (Fig. 13). La velocidad que alcanzan las partículas expulsadas es de hasta 280 m/s (Mach 0.85, u 85 % de la velocidad del sonido en el aire). Una variante de este fenómeno ocurre cuando existen varios cierres glóticos intermitentes durante una misma espiración forzada. Otra variante es una sucesiónde ciclos de tos con espiración completa o incompleta entre uno y otro ciclo. Una tercera variante es la tos laríngea o reflejo de espiración que se produce cuando se estimulan mecánicamente las cuerdas vocales o la tráquea. En este caso, se produce el cierre de la glotis sin inspiración previa y la espiración forzada se inicia con el volumen que había previamente en los pulmones. La falta de inspiración profunda en la tos laríngea evita la aspiración accidental de un cuerpo extraño que pudiera haber iniciado el reflejo. Un acto voluntario relacionado con la tos (aunque no es tos propiamente dicha) es el de carraspear o “aclararse la garganta” cuando se percibe la presencia de secreciones en la vía aérea. En este caso, el esfuerzo espiratorio es breve e incompleto y se realiza con la hendidura glótica parcialmente cerrada. Receptores De los tres tipos de receptores pulmonares antes mencionados, el único tipo que puede iniciar el reflejo tusígeno es el de fibras C. La estimulación de los mecanorreceptores de adaptación lenta y de adaptación rápida no causa tos, pero ambos tipos pueden modular indirectamente el reflejo de la tos a través de sus efectos sobre el volumen corriente, la frecuencia respiratoria y la descarga parasimpática. Existe un cuarto tipo de receptor, llamado receptor tusígeno, que sería el responsable de Regulación de la ventilación Dr. Fernando D. Saraví 15 iniciar el reflejo de la tos causado por estímulos mecánicos (Fig. 14). También muestra sensibilidad a los H + , pero no a autacoides ni irritantes como capsaicina. Los receptores tusígenos poseen terminales ampliamente ramificadas que se disponen circunferencialmente en las vías aéreas extrapulmonares (laringe, tránquea y bronquios fuentes). Se localizan en la lámina propia, entre el epitelio y el músculo liso bronquial. Sus fibras aferentes son mielínicas, probablemente de tipo A, ya que su velocidad de conducción es de 5 m/s, superior a la de las fibras C pero inferior a las de los mecanorrecptores de adaptación rápida o lenta. Estas fibras emplean glutamato como neurotransmisor. Vías aferentes El reflejo de la tos requiere la integridad de los nervios vagos y es exclusivamente mediado por éstos. No obstante, otras aferencias pueden modular el reflejo. Por ejemplo, la hipoxia tiende a suprimir la tos. Por otra parte, la inflamación nasal o faríngea puede promoverla. El efecto calmante que tiene el mentol y el eucalipto se debe a su acción sobre receptores faríngeos de tipo TRPM8, cuya activación inhibe el reflejo de la tos. Procesamiento central Los aferentes vagales llegan al núcleo del tracto solitario. La red neuronal responsable del reflejo se encuentra principalmente en la región ventrolateral del bulbo raquídeo y se superpone con la red responsable de la ventilación normal. No obstante, esta superposición no es completa. De hecho, hay fármacos, como el dextrometorfano, que reducen o suprimen la tos sin afectar ostensiblemente la ventilación. La tos también está hasta cierto punto sujeta a regulación por centros superiores. Por una parte, es posible toser voluntariamente, y por otra, el reflejo tusígeno puede ser voluntariamente inhibido o al menos postergado. COORDINACIÓN DE LA VENTILACIÓN CON OTROS REFLEJOS BULBARES La actividad ventilatoria debe coordinarse con las actividades originadas por otros reflejos que, al igual que la ventilación, requieren la contracción conjunta, en una secuencia precisa, de diversos grupos musculares. Algunos de estos reflejos son la tos, la deglución y el vómito. Los generadores del patrón motor (GPM) propios de estos reflejos, como el respiratorio, se localizan en el bulbo y se superponen parcialmente (Fig. 15). Durante cada uno de estos reflejos es necesaria una modificación sustancial de los patrones de descarga que el GCR tiene durante la eupnea. Por ejemplo, la tos requiere una inspiración profunda, seguida de un cierre de la glotis y una espiración forzada muy intensa, explosiva, al abrirse abruptamente la glotis (ver más abajo). Durante la deglución se cierra la glotis y se interrumpe la contracción del diafragma. Durante el vómito, se produce cierre de la glotis con contracción simultánea del diafragma (músculo inspiratorio) y los abdominales (músculos espiratorios). Las conexiones bulbares entre los diferentes generadores de patrones reflejos permiten que la actividad de los músculos respiratorios se adapte de manera reversible y transitoria para el acto reflejo correspondiente.
Compartir