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Biodescodificación Descubre el origen emocional de tus síntomas y aprende a desprogramarlos

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BIODESCODIFICACIÓN
DRA. NADIA GIRAUDO
BIODESCODIFICACIÓN
Descubre el origen emocional de tus síntomas y aprende a
desprogramarlos.
Libérate de tus creencias limitantes para lograr la plenitud que
estás buscando.
Imagen de Portada: Freepik.com | La portada ha sido diseñada usando imágenes de
Freepik.com
AGRADECIMIENTOS
En mi primer libro los agradecimientos estaban dedicados a mi familia,
a quienes les seguiré agradeciendo cada día de mi vida por el apoyo
incondicional diario y por haberme enseñado a creer en mí y en mis sueños.
Estaré eterna y profundamente agradecida.
En este libro quiero agradecerles a mis alumnos, consultantes y almas
hermosas, con algunas de las cuales solamente nos encontramos en redes
sociales. El acompañamiento que me han dado todos estos años con tanto
amor, respeto y cariño sincero me ha permitido hacer mis sueños realidad,
llevar adelante mi vocación. y expandir esto que tanto amo y en lo que creo
profundamente. Los tengo en mi corazón.
Gracias a los profesionales, mentores y Maestros que han formado
parte de mi camino y de los cuales tanto me he nutrido. Les debo mucho de
lo que he aprendido y volcado en este libro. Especialmente gracias, Psic.
Mariana Ruiz, por ser parte tan importante de mi crecimiento personal y
profesional, y por tus aportes cotidianos. Aprendo día a día a tu lado.
Ya agradecí arriba, pero gracias Alfredo, Cami y León por ser quienes
son y estar en mi vida. Los amo profundamente.
PRÓLOGO
TU CUERPO GRITA TUS EMOCIONES
Si bien los saberes que hablan de la interrelación entre el cuerpo físico
y la mente/emociones datan de siglos y hasta milenios de antigüedad, hoy
en día son la medicina de vanguardia y las neurociencias quienes los
validan, dándole la bienvenida a un nuevo paradigma. El nuevo modo de
ver y entender las enfermedades que está comenzando a arraigarse en la
sociedad y en la comunidad médica rompe con el anterior imperante en el
que, hasta hace no muchos años, el cuerpo físico era considerado una
especie de máquina a la cual había que repararle o reemplazarle partes, si
éstas entraban en desperfecto técnico, sin contemplar de ningún modo cuál
era el origen profundo del mismo.
Desde la Medicina Cuerpo Mente Alma, la cual entre una de sus
herramientas utiliza los conceptos y técnicas de la Biodescodificación,
honramos estos conocimientos ancestrales y los unimos a las bases sólidas
de la ciencia moderna que los respaldan y, por otro lado, complementan,
generando un abordaje completo, holístico, que contempla a la totalidad del
ser. Tenemos respaldo científico y empírico, basado en nuestras
experiencias con pacientes a lo largo de los años, de que el cuerpo no
enferma al azar ni se “rompe” porque sí; en prácticamente la totalidad de
los casos, cuando un síntoma irrumpe en nuestra vida, es como resultado
del mecanismo de adaptación que nuestro cerebro está poniendo en marcha
para adaptarse a lo que interpreta que está sucediendo en el entorno.
En base a lo que mencionaba, podemos decir, en otras palabras, que lo
que conocemos como enfermedad no es más que nuestro cuerpo teniendo
reacciones que el cerebro pone en marcha para adaptarse a lo que interpreta
que está ocurriendo. Estas respuestas son mediadas por neuroquímicos, que
son unos compuestos especiales que envían la señal a cada célula sobre
cómo deben comportarse y funcionar en cada momento de nuestra vida.
Estas señales, incluso antes de que se instalen como un desequilibrio físico
persistente, son las que llamamos “emociones” y nos hacen sentir de ese
modo tan particular cuando las experimentamos.
¿Sentiste alguna vez que tenías rabia y la notabas como una piedra en
el estómago? ¿Te diste cuenta de que te estaba invadiendo la angustia
cuando percibiste la sensación física de que el pecho o la garganta se te
oprimían? Este ejemplo, y miles más que podríamos dar, es la clara muestra
de la interrelación entre las emociones y sus repercusiones físicas.
Para poder hacer un abordaje que no sólo suprima el síntoma visible, el
“desarreglo físico”, sino también su causa real, debemos conocer cuál es la
creencia que hace que estemos interpretando que es necesaria esa respuesta
física en este momento, en lugar de un funcionamiento “normal” de esas
células u órganos.
Antes de seguir avanzando, quisiera definir –en pocas palabras– qué es
una creencia: se le llama así a aquellas ideas que tenemos en torno a una
situación, objeto o persona en particular; es la etiqueta con la que
internamente clasificamos algo cuando lo percibimos. Es en base a cada
etiqueta que tendremos determinadas respuestas emocionales ante lo que
sucede y tomaremos decisiones en consecuencia.
Por ejemplo, pensar que quienes tienen mucho dinero lo han
conseguido siendo deshonestos en su vida, y que son infelices y egoístas,
nos puede llevar a sentirnos incómodos frente a personas con un buen pasar
económico, e incluso a coartar nuestras posibilidades de prosperidad porque
algo adentro nuestro “nos protege” de caer en tales situaciones. Ese
pensamiento no es verdadero por sí mismo; cada uno de nosotros podemos
“creer” que es cierto o hasta incluso pensar todo lo contrario.
Volviendo a lo anterior, ¿qué relación tiene una creencia con un
síntoma físico? La interpretación del mundo que nos rodea y lo que nos
sucede se hace en base a estas creencias, por lo cual, éstas son las causantes
de las enfermedades y síntomas que padecemos. Así mismo, encontrarlas y
actualizarlas es el camino para que nuestro inconsciente biológico deje de
enviar esa señal de adaptación y nuestra enfermedad pueda ser tratada de
raíz.
En la gran mayoría de los casos, sucede que en realidad ese síntoma
físico no tiene sentido que esté allí ya que la creencia se encuentra
desactualizada; tenía sentido y coherencia al momento de instalarse, pero ya
no lo tiene en la actualidad. Por ejemplo, la creencia de “si mis padres me
abandonan corro peligro” podía ser lógica a los 5 años, y de forma acertada
poner en marcha comportamientos para evitarlo e incluso todas las
respuestas físicas del estrés al sentir que esto podría pasar. Algunas de estas
respuestas podrían ser el aumento de la presión arterial, aumento del azúcar
en la sangre, insomnio, etc.
Lo que en su momento podía ser útil para cuidarnos, si hoy no
actualizamos esa creencia, podría estar generándonos los mismos síntomas
físicos o emocionales ante la sola idea de que alguien nos puede abandonar,
cuando en realidad, si eso sucediera, ya no sería un “peligro” real para
nuestras vidas. Incluso, esta creencia podría estar causando que percibamos
que nos pueden abandonar cuando en realidad no fuera cierto… podría
llevarnos a ver fantasmas donde no los hay y a actuar en consecuencia.
Si cambias la forma de ver las cosas, las cosas cambian de forma.
Wayne Dyer
Creo importante mencionar, antes de pasar a iniciar el primer capítulo
del libro, que estos abordajes, la Biodescodificación y la Medicina cuerpo
mente alma, 1 no son de ninguna manera sustitutivos sino complementarios
de la medicina y psicología convencional. Desaconsejo totalmente el
abandono de cualquier tratamiento en curso, hasta que el profesional de
referencia sea el que así lo indique.
1 . Al final del libro podrás encontrar un resumen de la historia y diferencia de estos dos abordajes terapéuticos.
CAPÍTULO 1
Generalidades de la biodescodificación
Cuerpo mente alma
¿Cómo se genera la enfermedad? ¿Por qué suele presentarse cuando
estamos estresados o hemos pasado por una situación difícil? ¿Por qué en
ocasiones tendemos a generar enfermedades de la misma índole pero cada
vez más agresivas a medida que pasa el tiempo (por ejemplo, comenzando
con una pequeña acidez y terminando en un adenocarcinoma gástrico)?
La Biodescodificación Cuerpo Mente Alma 2 responde a estos
interrogantes mediante la síntesis de conocimientos e investigaciones del
ámbito científico y alternativo, provenientes de diferentes líneas de
pensamientos, investigaciones y disciplinas. Impulsada y sustentada como
base por lo anterior, laMedicina cuerpo mente alma, desde la que nace
posteriormente la Biodescodificación Cuerpo Mente Alma, ha desarrollado
(y continúa haciéndolo) investigaciones propias para seguir clarificando
estos interrogantes y pudiendo ofrecer cada día una respuesta más eficaz a
los problemas de salud que se nos plantean en las consultas, de manera de
poder solucionarlos de forma natural y, sobre todo, de raíz , evitando que
vuelvan a surgir luego de un tiempo, como generalmente sucede cuando se
abordan desde lo estrictamente alopático, desatendiendo el trasfondo
generador del síntoma o enfermedad.
La Biodescodificación Cuerpo Mente Alma no pretende suplantar a
la medicina alopática ya que, de hecho, uno de sus 3 pilares (cuerpo) se
estudia, diagnostica y en ocasiones hasta se trata con recursos alopáticos
mientras se realiza el resto del proceso terapéutico propio de la
Biodescodificación Cuerpo Mente Alma. En este abordaje buscamos
acompañar, complementar y optimizar los resultados de los tratamientos
convencionales, estando totalmente fuera de nuestras intenciones que lo
anterior sea reemplazado.
Lo que se genera con esta conjunción y este trabajo “en equipo” es
potenciar las herramientas disponibles provenientes de ambas corrientes, sin
poner a una sobre la otra, para lograr el máximo de sinergia y óptimos
resultados.
¿Qué es la enfermedad según el paradigma de la
Biodescodificación Cuerpo Mente Alma?
Una de las bases fundamentales en las que se asienta este paradigma de
abordaje de la salud es la llamada decodificación biológica o
biodescodificación de las enfermedades . El mencionado enfoque surge de
los descubrimientos del médico oncólogo alemán Ryke Hamer, los cuales
demuestran mediante diversos recursos protocolares científicos que las
enfermedades son simplemente una respuesta biológica de adaptación a
un estrés emocional .
Como remarcaremos en todo el libro, debemos aclarar que esta
respuesta es subjetiva, ya que está basada en la interpretación que hacemos
del entorno, y a su vez, esta interpretación está basada en nuestras
experiencias previas. Al hablar de estas experiencias previas generadoras
de creencias 3 , estamos englobando dentro del concepto a las experiencias
previas de:
Nuestra propia vida. Es lo que llamaremos Factor Biográfico
de la Generación de los Síntomas (o FBGS ).
Nuestra madre cuando nos estaba gestando. Lo desarrollaremos
luego en este libro bajo el nombre PPG, o período peri gesto
(concepto posterior al propuesto como Proyecto/Sentido).
Nuestro clan familiar y ancestros. Ampliaremos esto más
adelante en este libro al hablar sobre la influencia de la
Psicogenealogía y el transgeneracional en nuestra vida.
Y hasta los antepasados más remotos de la espacie que han
dejado memorias que se manifiestan en forma de instintos
básicos.
Además de los conceptos y herramientas mencionadas anteriormente,
en las consultas terapéuticas personalizadas, nos ayudarán a entender,
abordar y cambiar estas creencias el conocimiento sobre las leyes del
desdoblamiento del tiempo, propuestas por Jean Pierre Garnier Malet; los
conceptos sobre los campos morfogenéticos; Eneagrama de la personalidad;
PNL; coaching; hipnosis Ericksoniana y otros más relacionados que se ven
en el Diplomado en Biodescodificación Cuerpo Mente Alma, brindado por
Grupo Cuerpo Mente Alma, algunos de los cuales iremos mencionando a lo
largo de este libro para que puedas comenzar a introducirte en esa
información y a utilizarla para lograr tu bienestar.
Volviendo a la descodificación en sí, podemos agregar que el hecho de
que la respuesta ante lo que sucede sea totalmente subjetiva, también se
debe a la “falla” de nuestro cerebro que no distingue si el dato que está
procesando es real –está pasando realmente– o simplemente es algo virtual
o imaginario. Cuando decimos en biodescodificación que algo es
“imaginario”, nos referimos a que nunca sucedió y sólo lo imaginamos,
valga la redundancia; también pudo haberle sucedido a otra persona de
nuestra genealogía (pero nos afecta en la actualidad) o incluso a nosotros,
pero en un tiempo pasado .
Podríamos explicarlo así: nuestro cerebro es como un televisor, recibe
una señal, la procesa y la muestra. No distingue si lo que está mostrando es
algo verídico o una ficción, como por ejemplo, una película... simplemente
lo muestra. ¡Nuestro cerebro es igual!
Esto tiene una ventaja y una desventaja: la desventaja es que muchas
veces (podríamos incluso afirmar que es la gran mayoría), estamos
respondiendo al entorno desde lugares “imaginarios”, no estamos
haciéndolo exactamente ante el estímulo real actual, sino a lo que nuestro
sistema de creencias y experiencias previas asoció al mismo. Esto puede
convertirse en un limitante si la asociación es a una emoción negativa
desactualizada .
Lo importante –o lo que lastima– nunca es lo que sucede en el entorno,
sino cómo yo lo proceso e internalizo y la carga emocional que le
pongo.
Esto mismo es lo que, resumidamente, genera las enfermedades... el
hecho de cómo nos está afectando internamente lo que “percibimos”
subjetivamente del estímulo externo.
Ahora bien, entonces, ¿cómo es que finalmente se genera la
enfermedad?
Para explicarlo de forma resumida y concreta, podemos decir lo
siguiente:
Nuestro cuerpo hace responder, según la emoción que estamos
viviendo, a un órgano determinado que nos estará ayudando mediante su
cambio en la función a sentirnos menos amenazados, a sentir que estamos
adaptándonos ante lo que sucede de forma más eficiente, adquiriendo así
más chances de sobrevivir. El modo concreto en que esto sucederá y las
bases médicas y científicas que sustentan esta aseveración de la Medicina
cuerpo mente alma y la Biodescodificación Cuerpo Mente Alma, las
veremos de modo general en este curso gratuito y, mucho más
profundamente, en los Diplomados de referencia.
Pongamos un ejemplo: me acaban de hacer algo que considero
totalmente injusto, que no tolero, “no lo puedo digerir”. Ante esta emoción
el cuerpo no sabe si es una simple emoción de respuesta al entorno o
realmente “no puede digerir” algo; el cerebro sólo procesa el dato y lo
muestra: no puedo digerir .
Ante el peligro de tener una obstrucción digestiva por no poder digerir
literalmente algo, el cerebro mandará la orden a las células del estómago de
producir más ácido clorhídrico para garantizar que podremos “digerir” lo
que sea que está molestando (sin percatarse de que es una percepción
emocional y no algo físico incrustado en el estómago).
Como resultado, lo primero que tendremos será una acidez. Si este
síntoma simplemente se tapa con una medicación sin, además, atender a su
causa (estoy sintiendo que “no puedo digerir” algo), luego tendremos una
gastritis, la que más tarde se podría transformar en úlcera y hasta llegar, en
casos extremos, a producirse un cáncer de estómago. En este ejemplo
(utilizado para ser más claros y gráficos respecto al concepto a transmitir),
generando el cáncer, nuestra biología se asegura de tener una gran masa
celular productora de ácido que garantice “digerir” lo que está molestando y
no morir a causa de una obstrucción digestiva.
Debemos aclarar también que se logró demostrar en base a diversos
estudios, principalmente basados en la casuística y experiencia
práctico-terapéutica, que cada patología está codificada por una
emoción desencadenante en particular.
Esto refleja que no cualquier emoción o estrés provoca cualquier
síntoma. Es decir, éstos no aparecen al azar, de cualquier manera o en
cualquier órgano, porque tuvimos cualquier tipo de estrés, sino que está
determinado, genéticamente, qué emoción desencadenará cada síntoma. A
su vez, este código está programado por la respuesta de adaptación al medio
y tiende a buscar la supervivencia desde el punto de vista más arcaico, más
animal, instintivo e inconsciente.
¿Cómo se logra con la Biodescodificación Cuerpo Mente Alma la
remisión de los síntomas o cambio en los patrones de conducta
dañinos?
La finalidad y eficacia de esta terapia está basada en lograr encontrar elmomento justo en que experimentamos la vivencia que desencadena la
enfermedad o síntoma que estamos teniendo.
Luego de encontrar esa vivencia necesitaremos resignificarla , darle un
nuevo sentido, lo que nos ayudará a ordenar las respuestas emocionales que
antes teníamos, ya que si nuestra interpretación cambia, cambia nuestra
emoción. ¿Cómo haremos esto? Uno de los caminos que podremos tomar es
el de trabajar internamente, algunas veces con dinámicas y ejercicios
específicos en la toma de consciencia de que la situación pasada ya no es la
presente, por lo que ya no es necesario responder del mismo modo.
Al situarnos en la situación actual y ubicarnos así en una perspectiva
diferente ante lo que sucede, podemos, como consecuencia, liberar la carga
emocional asociada al recuerdo. La situación presente, que antes nos
afectaba negativamente por estar asociada de forma inconsciente a una
experiencia anterior , deja de hacerlo del mismo modo, ya que podemos
ver desde lo racional la diferencia entre la situación pasada y la presente.
Nuestros consciente 4 e inconsciente 5 al ver la diferencia de situaciones
y saber que la respuesta utilizada en el pasado ya no es necesario
reproducirla, la cambian por una más actualizada y acorde al presente,
liberando así la carga emocional que se le asociaba hasta ese momento.
Al cambiar la emoción desencadenante, la respuesta del cuerpo (en
forma de síntoma o enfermedad) cae inmediatamente, debido a que ya no
tendrá razón de ser o manifestarse allí.
Siempre para el cerebro es más fácil poner en marcha los mecanismos
para reestablecer el equilibrio cuando ya no está en peligro la vida (o lo
que así se interpretaba), que mantener el cuerpo activo en una situación
de demanda de energía extra, como sucede en la enfermedad.
Este abordaje logra no sólo una desactivación de la enfermedad en la
mayoría de los casos, sino una liberación emocional sin precedentes.
Para lograr este proceso, los Consultores en Biodescodificación Cuerpo
Mente Alma nos valemos de distintas herramientas que se utilizan durante
las sesiones, las cuales tú podrás aprender en este libro para comenzar a
aplicar contigo mismo.
Investigamos el origen de la emoción en la historia de la persona,
guiándonos por intervenciones muy precisas. Al conocer el síntoma de la
persona, sabremos qué emoción lo desencadena, y sabiendo esto, sólo
bastará con formular determinadas preguntas para conocer en qué momento
de su vida experimentó esa vivencia específica, que luego al re-descubrirla
deberá internamente trabajar para liberarla, como mencionaba en párrafos
anteriores.
Además se hacen interrogantes muy concretos en cuanto a los
momentos en que se pudo haber experimentado esta vivencia, ya que las
mismas tienden a repetirse en ciclos de tiempo determinados. Conocer en
profundidad estos ciclos escapa a los fines de este libro, 6 pero estaremos
mencionándolos y viendo otras herramientas que podrás utilizar en su lugar
para iniciarte en este camino.
Otras herramientas que por diferentes razones no llegarán a verse en
este libro, pero que se utilizan en las consultas por parte de quienes han
realizado el Diplomado en Biodescodificación Cuerpo Mente Alma, son el
análisis de la estructura del discurso utilizado por el consultante para
evaluar lo que dice y detectar todo aquello que “no dice”, como mecanismo
de defensa psíquica; lectura del lenguaje corporal; conocimientos
provenientes de las constelaciones familiares y visión sistémica de las
problemáticas; visualizaciones creativas; hipnosis Ericksoniana y Trance
NeuroExpansivo.
Con estas herramientas se logran identificar muchas emociones que el
consultante guardaba escondidas –incluso de sí mismo–, hasta el momento
de la consulta.
Por otro lado, una vez realizado ese “diagnóstico del origen
emocional”, en las consultas terapéuticas de los consultores avalados luego
se utilizarán herramientas de Metagrafía 7 , PNL 8 , psico-visualización
emocional e hipnosis, entre otras de las herramientas que se enseñan en ese
Diplomado y que cada consultor considere necesarias para tratar la emoción
detectada y acompañar los procesos iniciados.
Si bien estos últimos párrafos hacen referencia a recursos que no se
detallarán aquí, los menciono ya que podría serte de interés conocer el
proceso que estarías realizando de concurrir a consultas terapéuticas
personalizadas basadas en este abordaje.
No obstante lo anterior, en este libro estarás encontrando mucha
información que te será de suma utilidad para que tú mismo comiences (y la
mayoría de las veces completes) tu proceso de transformación, sanación y
crecimiento interior, incluso sin necesitar la asistencia de un terapeuta.
2 . Podrás encontrar más información sobre la historia de la Biodescodificación y sus diferentes corrientes al final de este libro.
3 . Profundizaremos este concepto en el apartado del libro destinado a hablar sobre las “creencias” y su impacto en nuestra vida.
4 . Veremos este concepto en mayor detalle más adelante en el libro.
5 . Ídem al comentario anterior.
6 . Podrás encontrar información más amplia y detallada en mi libro “Medicina Cuerpo Mente Alma” o en diferentes Diplomados
de Grupo Cuerpo Mente Alma.
7 . Es un método de indagación y cambio de creencias que he desarrollado junto a profesionales de Grupo Cuerpo Mente Alma,
del cual se brindan formaciones específicas.
8 . Programación Neurolingüística.
CAPÍTULO 2
Nociones básicas de psicología
Creencias, emociones y memoria
Dejamos aquí un pequeño resumen que refleja la idea principal
respecto de conceptos relacionados con el título de este capítulo, la cual ha
sido transmitida y seguirá abordándose en diferentes apartados del libro.
Siendo ideas tan centrales, creí importante dedicarles un espacio específico
para desarrollarlas.
Podría ser que, por momentos, sientas que los conceptos son algo
aislados e inconexos, o que no le encuentres la aplicabilidad práctica. Así
mismo, te pido que igualmente leas este capítulo, ya que sus párrafos te
servirán para luego comprender mucho mejor el resto de lo que estaré
compartiéndote en el resto del libro.
Mencionado esto, vamos ahora sí a adentrarnos en su contenido:
Consciente e Inconsciente
No es mi intención en este apartado estar haciendo una profundización
técnica ni tampoco explayarme sobre estos conceptos, lo cual está reservado
a carreras universitarias completas, como la de Psicología, pero sí quisiera
dejar en claro algunas distinciones básicas de modo tal que las diferentes
personas que podrían estar accediendo a esta lectura y yo, tengamos un
consenso acerca de los siguientes conceptos:
Consciente : es aquella parte de la mente que se encarga de
percibir la realidad de la que el sujeto se da cuenta y puede
describir sin esfuerzo. La percepción, los recuerdos, los
pensamientos, etc.
Subconsciente o Preconsciente : conoce las cosas que la
persona ha sabido, pero que temporalmente olvidó ya en su
consciente. Con un poco de esfuerzo, puede volver a recordarlas
y traerlas al campo de lo consciente.
Inconsciente : su contenido se manifiesta en forma de impulsos,
impresiones, pensamientos incontrolados.
Aquí se encuentra todo el contenido que por no ser aceptado de
forma consciente, debido a su naturaleza (demasiado doloroso,
aspectos muy rechazados o “prohibidos”, etc.), es enviado a
“este lugar” para que quede encerrado y no sea visto por el
sujeto. Es como el conocido “meter la basura debajo de la
alfombra”.
El inconsciente es muy simbólico y metafórico; ese es su lenguaje y es
en el que nos basaremos para entenderlo y abordarlo desde las consultas de
Biodescodificación Cuerpo Mente Alma.
Los síntomas o manifestaciones externas, como enfermedades,
adicciones, conductas destructivas o de cualquier otro tipo se ven como
metáforas simbólicas de la experiencia interna de una persona y se
presentan como soluciones inconscientes a estos conflictos, como vimos
anteriormente.
Por ejemplo, cuando a alguien le gustaría realizar una determinada
actividad y por diferentes razonesse siente impedido de hacerlo, podría
producirse un conflicto entre la mente consciente y una parte de la
mente inconsciente. Esta última será la que, finalmente, se manifestará
debido a las jerarquías neuronales que se mencionarán más adelante en
este libro.
Nuestro inconsciente tiene millones de años de experiencia acumulados
frente a los pocos que tiene nuestro consciente. Por este motivo, la
información que se tomará como más válida será la del primero. Esto será
así al menos hasta que podamos detectar este mecanismo, revisar esa
información, ver si realmente es válida en la actualidad y, de no serlo,
cambiarla por una más actualizada y adaptada.
En general, el 90 % de nuestra vida está gobernada por nuestro
inconsciente. Es él quien nos conduce a realizar una actitud u otra, a sentir
las cosas de tal o cual manera. Es allí donde están alojadas las más
profundas creencias y mandatos que condicionan nuestras respuestas
emocionales (y, por lo tanto, generan nuestras enfermedades).
Para explicarlo de alguna manera, podríamos decir que nuestra vida es
como un viaje en auto en el que, en general, nosotros (nuestros conscientes)
vamos como acompañantes y es nuestro inconsciente quien maneja. A
través de la Biodescodificación Cuerpo Mente Alma, buscamos recobrar
ese poder de ser nosotros los conductores de nuestra vida.
Emociones y memoria
Para comenzar a ver la relación entre emoción y memoria, podríamos
hacernos las siguientes preguntas:
¿Cuál es la función de la memoria? ¿Para qué podría servirnos? Antes
que nada, sabemos que es una función cerebral, que se encarga de guardar
información y evocarla o recuperarla cuando resulta necesario.
Buscando hacer la síntesis que mencionábamos al inicio de este
apartado, podremos también agregar a lo anterior, que hay diferentes
“tipos” de memoria y todas ellas operan continuamente y en simultáneo en
nuestra vida, según el requerimiento de cada situación en la que estamos.
Uno de esos tipos de memoria es la que se denomina “de
procedimiento o memoria implícita ”; es aquella que guardamos en el
inconsciente y nos permite realizar acciones motoras automáticas
aprendidas con anterioridad. Un ejemplo de esto sería el andar en bicicleta;
cuando lo hacemos no tenemos que pensar en nada, solo acudir
(prácticamente sin darnos cuenta) a una información que ya tenemos
almacenada, y ponerla en práctica.
Por otro lado, también disponemos de una memoria “declarativa o
explícita ”. Ésta guarda información sobre el mundo y nuestra vida, nos
trae información de tipo “consciente”. Se distinguen dentro de este tipo de
memoria otras dos formas más: la semántica y la episódica .
La semántica es aquella que nos permite recordar qué es un caballo o
qué es el color violeta, preserva lo que alguna vez hemos aprendido.
Entonces, cuando alguien nos habla de un caballo, acudimos a esta memoria
o estante de nuestra alacena de recuerdos e información, la traemos a
nuestro consciente y, de ese modo, sabemos exactamente de qué estamos
hablando cuando escuchamos la palabra “caballo” o “violeta”. Es decir se
trata de una memoria objetiva. Nos dice “qué es” cada cosa que
nombramos.
Por su parte, la memoria episódica guarda nuestras experiencias
vividas temporal y espacialmente. Por ejemplo, si nos preguntamos dónde
fuimos de vacaciones el año pasado, esto sería evocar la memoria episódica,
o sea, es una memoria de nuestra vida personal.
Ya habiendo mencionado lo anterior, ahora sí podemos hacernos la
pregunta clave:
¿Cuál es la relación entre memoria y emoción? Y así surge una suerte
de fusión entre estas dos palabras; nos referimos a la memoria emocional .
Es bastante frecuente que, si recordamos una situación emocionalmente
significativa, volvamos a sentir la emoción que nos embargó cuando la
vivimos. Es como si se actualizara la vivencia y volviésemos a sentir, aquí y
ahora, esa misma descarga emocional que estuvo allá y entonces. 9
No obstante lo anterior, también dentro de la memoria emocional
encontramos que pueden estar reactivándose las emociones pero sin que el
recuerdo explícito al que está atada irrumpa de modo consciente. Es decir,
podemos estar teniendo una cierta emoción sin estar pudiendo atribuírsela a
ninguna situación o recuerdo concreto.
Pasando en limpio y tomando lo dicho en los párrafos precedentes, la
memoria emocional es aquella que reactiva los circuitos emocionales y las
descargas neurofisiológicas en relación a la emoción que se experimentó en
el momento en que se vivió originalmente esa experiencia. Esto puede
suceder en presencia de un recuerdo consciente específico que la acompañe
en ese momento en que se está re-editando o en ausencia de él.
Haya o no un recuerdo consciente cuando se revive esta memoria, lo
cierto es que una intensa emoción estampa los hechos a fuego en los
circuitos de los recuerdos, en alguno o todos los “tipos de memorias”
mencionados antes.
Esta función cerebral nos garantiza que de las situaciones
“significativas” estaremos realmente aprendiendo algo, lo cual nos
ayudará a tener un buen back up con información de “calidad” al
momento de responder rápidamente ante lo que sucede. Pero por otro
lado, también hará que las conexiones sean tan fuertes y profundas que
resulte 100 % natural y poco llamativo manejarnos desde esa
información grabada en el pasado, sin cuestionarnos si es necesario o
no actualizarla y adaptarla al real contexto actual.
Sabiendo lo anterior, será muy fácil para ti, lector, a esta altura, deducir
que la memoria a la que en las consultas (o en nuestro trabajo interno
personal) debemos apuntar de forma más específica será la memoria
emocional . Actuando sobre ella, podremos estar mucho más cerca de
alcanzar la toma de consciencia necesaria para lograr desactivar un síntoma
o patrón de conducta indeseado, desde su raíz. Cuanto más profundamente
trabajemos en las estructuras que sostienen la emoción actual (y el síntoma
que provocan), más posible y sustentable será el cambio que generaremos.
Creencias
Conocer y vincular estos conceptos con lo visto en el punto anterior y
con lo que respecta a su aplicación dentro de un proceso de transformación
personal nos será muy útil.
Estaremos aquí mencionando puntos principales a tener en cuenta
desde las definiciones teóricas de “creencias”, pero sobre todo, seguiremos
hablando de esto durante gran parte del libro.
¿Cómo podemos detectar aquellas que nos impiden estar plenos?
Para poder responder a esta pregunta, primero quisiera en pocas
palabras definir “creencia”: se le llama así a aquellas ideas que tenemos en
torno a una situación, objeto o persona en particular; es la etiqueta con la
que internamente clasificamos “algo” cuando lo percibimos. Es en base a
cada una de ellas que tendremos determinadas respuestas emocionales ante
lo que sucede y tomaremos decisiones en consecuencia.
Por ejemplo, pensar “quienes se visten de negro tienen mala energía y
la pueden contagiar” nos puede llevar a sentirnos incómodos si vemos a
alguien vestido con ese color e incluso a tomar la decisión de alejarnos para
evitarlo. Ese pensamiento no es verdadero por sí mismo, sino que cada uno
de nosotros podemos “creer” que es cierto o hasta incluso pensar todo lo
contrario.
En conclusión, nuestras creencias son aquello que “creemos” del
mundo y, en base a éstas, sentimos y nos comportamos, incluso de manera
inconsciente. Por ese motivo es que es tan importante poder detectarlas para
que ya no dominen nuestras vidas de manera perjudicial para nuestro
desarrollo.
Ahora sí, entonces, ¿cómo podemos detectar nuestras creencias
limitantes? Inspeccionando las emociones que estamos experimentando .
Cuando sentimos malestar en algún aspecto, siempre se debe a que hay una
creencia que nos está haciendo percibir lo que sucede de manera errónea,
como si fuera un problema cuando no lo es, causándonos una emoción
displacentera innecesaria.
También puede ser que ese malestar sea “adecuado”, pero que exista
algo que nos esté manteniendo atados a esa situación y nos impida tomarla
decisión para cambiar lo que está sucediendo. Esto que no nos permite
escapar de lo que nos daña es una creencia limitante.
Cuando sientas que algo en tu vida te genera una emoción
desagradable, pregúntate si realmente eso que estás transitando amerita
aquello que sientes.
Si real y objetivamente tiene sentido el modo en que lo estás viviendo,
podrás continuar con las siguientes preguntas de autoindagación:
¿Qué me impide cambiarlo? ¿Cuáles son las voces que me dicen que
siga así? ¿Son mías o de alguien más (mamá, papá, un jefe, la sociedad
misma, etc.)? ¿Qué es lo que no estoy haciendo, que de ponerlo en
práctica cambiaría mi estado actual? ¿Estoy dispuesto/a a hacer lo
necesario para modificar esto o prefiero seguir como estoy?
Una vez que las hayas respondido, sólo restará poner manos a la obra
para salir del estado actual y alcanzar aquel que estás deseando, dejando
atrás las creencias que hasta ahora te impidieron dar ese paso.
Si con estas preguntas no logras detectar lo que hoy te limita para
lograr tu plenitud, puedes buscar en mis redes sociales mucho contenido
gratuito que te ayudará a hacerlo, como también en mi libro Medicina
Cuerpo Mente Alma, un nuevo campo para la salud . 10
Fuentes generadoras de creencias
Como fuentes básicas generadoras de las creencias tenemos las
siguientes:
Fuente externa : se dice que la fuente generadora de la creencia
es externa cuando éstas se originan en explicaciones culturales
recibidas para la interpretación y comprensión de ciertos
fenómenos y la comprensión determinada de ciertos discursos.
Esto implica los normales procesos adaptativos donde, por
imitación y observación, adquirimos de la figuras a las que
imitamos (padres, maestros, guías, etc.), actitudes y raciocinios
que nos permiten éxito social a expensas de nuestras
necesidades.
Fuente interna : se le llama así cuando las creencias surgen de
nuestro propio pensamientos, experiencias y convicciones. Por
supuesto, esta fuente interna estará condicionada de base por las
fuentes externas, que guían las pautas de crianza, inserción
social y desarrollo de los vínculos con aquello y aquellos que
nos rodean.
Las creencias condicionan nuestras conductas, ya que son un paquete
integrado para la toma de decisiones, afectan el pensamiento, el
sentimiento, la percepción y, por lo tanto, condicionan la emoción y la
acción.
Diciendo lo anterior de otro modo, podemos agregar que las creencias se
establecerán muchas veces como una explicación de lo que sucede y al
mismo tiempo nos conducirán a actuar dentro de la gama de conductas
permitidas para ello, llevándonos así a establecer juicios, tanto sobre lo que
sucede como también sobre las conductas que se ponen en marcha. Estos
juicios, entre otras cosas, estarán catalogando todo en dos grandes grupos:
lo que “está bien”, y “lo que está mal”.
Creencias, potenciales y limitaciones
Como se menciona en los apartados anteriores, las creencias marcan en
gran medida nuestras conductas. Según lo que éstas nos estén marcando,
estaremos actuando de un modo favorable a nuestras necesidades o
desfavorable.
En base a lo anterior, podremos clasificar nuestras creencias en dos
grandes grupos:
Creencias posibilitantes : son aquellas que nos llevarán a
desplegar nuestros potenciales, a ponerlos a nuestro servicio y el
de nuestra evolución. Creencias de este grupo podrían ser, por
ejemplo, “tengo la capacidad de estudiar esto que me gusta”, “si
hablo con mi pareja podría escucharme y darme lo que estoy
necesitando”, “entrenando puedo llegar a ganar la maratón”.
Este tipo de creencias nos impulsan al cambio, la superación y
la evolución.
Creencias limitantes : son las que nos conducirán a replegar
nuestros recursos, potenciales y posibilidades, paralizando
nuestra acción en el camino a la satisfacción de nuestros deseos
y necesidades. Creencias de este grupo podrían ser, por ejemplo,
“no soy lo suficientemente inteligente como para ir a la
universidad”, “no vale la pena hablar porque mi opinión no es
importante para nadie”, “haga lo que haga, nunca podría ganar
esta maratón”. Este tipo de creencias nos mantienen dentro de la
zona de confort, nos limitan el cambio y la superación personal.
El papel de las creencias en la generación de los síntomas y su
remisión
En el ser humano, el sentir una determinada emoción conlleva
implícito un conjunto de cogniciones, interpretaciones y racionalizaciones
(conscientes e inconscientes), el cual está basado en creencias y mandatos
familiares y culturales sobre el mundo que nos ha rodeado desde los inicios
de la humanidad.
Como ya hemos mencionado anteriormente, una creencia es una
etiqueta cualitativa que se le ha puesto a una determinada situación para
darle una valoración determinada, en base, principalmente, al criterio “
bueno-malo ” o “ beneficioso-peligroso ” . De acuerdo a esta clasificación
de las experiencias previas, nuestro cerebro tiene ya instalada en el sistema
una respuesta rápida y preestablecida, que nos evita tener que estar
evaluando conscientemente cada situación para responder del modo más
eficaz. Sabemos que en cuestión de supervivencia, una pérdida de tiempo
puede ser letal.
En base a estas creencias preinstaladas, y bajo su mirada, percibiremos
lo que está ocurriendo y evaluamos las situaciones o estímulos a los que nos
exponemos.
Nuestro cerebro contrasta lo que está percibiendo del entorno en el
momento presente con el back up de información que ya tiene incorporado,
a fin de evaluar cuál debe ser la respuesta de adaptación que se debe poner
en marcha. Si clasifica lo que percibe como peligroso, pondrá en marcha
una respuesta de ataque o huida, por ejemplo, liberando adrenalina en
nuestro cuerpo y haciendo que sintamos miedo y deseos de huir o atacar. Si
en cambio, clasifica el estímulo como beneficioso o placentero, pondrá en
marcha una respuesta para acercarse y mantenerse allí, por ejemplo,
liberando dopamina u oxitocina, generando sensaciones agradables en
nuestro cuerpo y nuestras células.
Ya hemos visto que este back up de información viene tanto de nuestra
propia vida extrauterina, como así también de las memorias prenatales, las
memorias de adaptación pertenecientes a ancestros en nuestro clan familiar
y las memorias y mecanismos adaptativos propios de la especie humana en
general. Estos conceptos los iremos profundizando y desglosando en el
correr del libro.
Con la Biodescodificación Cuerpo Mente Alma, podremos detectar y
cambiar la creencia preinstalada que nos provoca filtrar determinada
situación de un modo desactualizado, generando una respuesta desadaptada
al verdadero estímulo actual.
Un cambio de creencia nos lleva directamente a un cambio de
percepción. Un cambio de percepción nos genera una necesidad de
respuesta diferente ante lo que sucede. Y una respuesta diferente
desactiva el síntoma.
Emociones
Sabiendo de su importancia, profundizaremos en ellas un poco más. Lo
haremos con la emoción “miedo” como ejemplo:
Cuando nos encontramos ante un estímulo que nos provoca miedo o
temor, nuestro cuerpo reacciona activándose, de manera que estemos
preparados para cualquier reacción de lucha o huida que sea necesaria
desarrollar a fin de protegernos.
Lo que sucede es una descarga química al torrente sanguíneo que
produce en forma de cascada los siguientes cambios, que a su vez se van
retroalimentando entre sí hasta el momento en que nuestro cerebro perciba
que el peligro terminó:
1. El lóbulo frontal de la corteza cerebral, por la acción del
hipotálamo, activa la glándula suprarrenal.
2. La glándula suprarrenal descarga adrenalina.
3. Las pupilas se dilatan.
4. El tórax se ensancha.
5. El corazón se dilata, aumenta la provisión de sangre.
6. Se aumenta la frecuencia cardíaca.
7. Se produce un aumento de la tensión arterial.
8. Los músculos se contraen.
9. El hígado libera glucosa, el combustible de los músculos, para
que estos puedan funcionar en caso de tener que luchar o huir.
10. La piel palidece (porque la sangre de allí se va a los músculos).
11. Los bronquiosse dilatan para aumentar el volumen de oxígeno
al tiempo que se aumenta la frecuencia respiratoria.
12. En casos extremos, la vejiga se vaciará así como también el
contenido rectal. De este modo nos haremos más livianos para
luchar o huir.
Funciones básicas de las emociones
Como ya hemos visto, las emociones nos mueven hacia aquello que se
evalúa como agradable y nos apartan de lo que nos provoca un sentimiento
desagradable, adquiriendo así un papel fundamental en la toma de
decisiones y la solución de conflictos.
El rol de las emociones es el de garantizarnos mejores posibilidades
de supervivencia en base a la activación automática de respuestas ya
desarrolladas por nosotros mismos en el pasado, pero sobre todo, por todos
nuestros ancestros, incluyendo desde los animales más remotos.
Así, las reacciones emocionales resultan de especial utilidad cuando
nos enfrentamos a información variada e incompleta o a situaciones
demasiado difíciles como para ser resueltas exclusivamente a través de
razonamientos.
De hecho, las emociones parecen tener la capacidad de modular la
actividad del resto de funciones cognitivas, pudiendo llegar incluso a tomar
una función dominante en la estructuración de los de procesos cognitivos.
Si no somos conscientes de nuestras emociones y las creencias que las están
causando, nuestros razonamientos pueden verse directamente influenciados
y hasta manejados por éstas.
9 . Ver el capítulo dedicado al desdoblamiento del tiempo .
10 . Estas redes se informan en el final del libro.
CAPÍTULO 3
Neurociencias, sistema nervioso
Y su influencia en la salud
¿Qué son las neurociencias y cómo se relacionan con el desarrollo
del ser?
Una definición clásica podría decirnos que las neurociencias son todas
aquellas disciplinas relacionadas con el sistema nervioso, su anatomía,
fisiología, patología, psicobiología, neuroquímica y todos aquellos medios
utilizados para su investigación y para tratar las enfermedades que lo
involucran. Sus límites no terminan de estar claros y se difuminan entre los
aspectos físicos y los psicológicos, tratando algunos de explicar al hombre
como una máquina biológica, y otros extendiendo el campo a la psiquis
humana.
En los últimos años las neurociencias han cobrado una importante
difusión, tanto en los medios especializados como en los de difusión
popular, posiblemente debido al desarrollo de las técnicas que nos permiten
conocer muchos secretos del cerebro y de los órganos que componen el
sistema nervioso, lo cual siempre, como se constata en escritos de todo tipo
desde hace milenios, ha resultado fascinante para el ser humano.
Por otro lado, desde hace algunas décadas, una nueva forma de
entender la espiritualidad fue ganando un importantísimo terreno en el
interés y hasta en la vida cotidiana de las personas, a partir del
redescubrimiento de las filosofías y religiones orientales.
Por su lado, a medida que el cientificismo, en el cual se encuentran las
neurociencias, fue aumentando su importancia, se fue separando de la idea
de espiritualidad y de todos los conceptos que la rodean. Hoy en día, creo
fundamental volver a unir estos dos campos que, a mi entender, lejos de ser
contrarios o excluyentes el uno del otro, son 100 % complementarios, y su
estudio amalgamado daría resultados ampliamente superadores en los
descubrimientos y nuevos desarrollos.
¿Por qué digo esto? Porque nos hacemos preguntas como las siguientes
y la respuesta es siempre “no”: ¿puede el cerebro humano, con todas sus
interconexiones, por sí solo, explicar la genialidad de un Mozart? ¿Se
puede, mediante el análisis del cerebro, explicar los desarrollos filosóficos
como los de Platón? Los artefactos que creamos, como las computadoras,
que son en ocasiones infinitamente más eficaces –en cuanto a procesar la
información– que nuestro cerebro, ¿se plantean dudas existenciales o de
índole religiosas?
Y acá van otras preguntas: ¿pueden las neurociencias explicar un
fenómeno tan complejo (por resumirlo en una palabra) como la consciencia,
como resultado de interconexiones entre neuronas? ¿Dónde se guardan los
recuerdos realmente? Se han abierto millones de cerebros hasta el día de
hoy y jamás de ellos emergió un “recuerdo”.
Si bien estas preguntas podrían ser materia de análisis profundo, con
mayor o menor grado de explicaciones de acuerdo a los avances teóricos y
científicos actuales, la finalidad de plasmarlas aquí es hacer un llamado de
atención sobre la imperante necesidad de volver a reunir la ciencia con la
espiritualidad para potenciar los alcances de cada una de ellas y trabajar en
pos de un mayor desarrollo humano.
El rol del sistema nervioso en la generación de los síntomas y
enfermedades
Lo que veremos a continuación es la explicación científica sobre el
proceso mediante el cual una emoción se termina traduciendo en una
enfermedad, o lo que es lo mismo, cómo una enfermedad no es más que el
resultado de la traducción física de una emoción previa.
En la evolución hemos sido, primero, células aisladas, clasificadas
como “unicelulares” (células únicas), luego, organismos multicelulares,
para luego llegar a formar animales en diferentes estadios de evolución. En
ese tránsito, hubo un desarrollo de distintos tejidos y órganos en respuesta a
las variadas necesidades que, con la evolución, iban surgiendo.
Tal como sucedió con el organismo en general, encontramos que
diferentes estructuras del sistema nervioso fueron desarrolladas en un
tiempo específico de la evolución en respuesta a las nuevas demandas y
necesidades que iban surgiendo. Hoy en día, conservamos las más
primitivas con sus funciones específicas aún activas, a las que sumamos las
más evolucionadas, como la corteza cerebral desarrollada que hoy nos
caracteriza como seres humanos.
De esta manera, encontramos una estructuración cerebral compuesta
por tres superestructuras o “cerebros” que, organizados jerárquicamente,
conforman nuestro cerebro global actual. Esta teoría de los tres cerebros, o
cerebro triuno, fue postulada por el médico y neurocientífico Paul Mac
Lean en la década del 70 y luego ampliamente difundida y aceptada por la
comunidad científica en general.
Veamos por separado cada uno de estos tres cerebros:
1. Cerebro reptil u homeostático
Comprende el tronco cerebral. Se trata principalmente de un
cerebro homeostático e instintivo que regula funciones de
equilibrio básicas para la supervivencia del organismo, como la
respiración automática, contracción del músculo cardíaco,
presión arterial, etc.
Su funcionamiento es autónomo y estereotipado, conllevando
pautas de comportamiento reflejas e inflexibles.
Es el cerebro que caracteriza a los reptiles.
2. Cerebro paleo-mamífero, emocional o límbico
Este “cerebro” comprende el conjunto de estructuras que
conocemos como Sistema Límbico, que sustentan la mayoría de
los fenómenos emocionales.
La principal función de esta estructura es la integración de la
experiencia actual y reciente con los mecanismos de
supervivencia básicos activados por el cerebro reptil. De esta
manera, se obtiene un mecanismo de supervivencia menos
autónomo que, aunque seguirá siendo instintivo, estará también
activado y modificado por estímulos ambientales y relacionales,
sumándole al organismo la capacidad de interacción con su
medio, asegurando así mejores posibilidades de supervivencia.
Es el cerebro que caracteriza a los mamíferos.
3. Cerebro neo-mamífero o racional
Comprende las diferentes áreas neocorticales filogenéticamente
más recientes. Estas estructuras son capaces de generar el
razonamiento consciente, formar ideas, planear estrategias,
analizar situaciones, etc.
Estas capacidades influencian también la regulación de las
emociones, garantizando así, no sólo la respuesta arcaica
estereotipada (del cerebro reptil) y la respuesta emocional
básica de adaptación al ambiente (Sistema Límbico), sino
también una adaptación más compleja y elaborada por los
análisis e interpretaciones racionales sobre el ambiente. De este
modo, se garantiza un nivel mucho mayorde posibilidades de
adaptación al medio y sus exigencias y, por lo tanto, de
supervivencia.
Es el cerebro que caracteriza a los seres humanos.
Funcionamiento en conjunto de estos “tres cerebros” para
garantizar la mejor respuesta adaptativa al ambiente
En condiciones normales, estos tres cerebros (reptil, SL y corteza)
trabajan conjuntamente y con el resto del organismo para generar un único
comportamiento integrado que permita la mayor adaptación posible a las
circunstancias ambientales.
No obstante, en situaciones críticas para la supervivencia, los
sistemas primigenios pueden “raptar” los recursos cerebrales del resto de
sistemas en pro de la homeostasis del organismo.
Cuando percibimos que estamos ante una amenaza, se produce una
redistribución del riego sanguíneo, el cual se minimiza al máximo en el área
cortical, principalmente en la pre-frontal (encargada de los razonamientos
más complejos) y se lleva en mayor proporción hacia el Sistema Límbico y
el tronco cerebral, que serán los que se activarán con más fuerza. Dicho en
otras palabras, se le resta energía a la parte racional para dársela a la más
animal, quitándonos la posibilidad de pensar y razonar más eficazmente.
Pasamos a ser puro instinto y respuesta automatizada.
Esto también es posible debido a la existencia de jerarquías
neuronales . Estas jerarquías se sustentan en que la proporción de
conexiones nerviosas que se proyectan desde los sistemas primigenios hacia
los más recientes es mayor que la de las conexiones que existe en dirección
inversa.
De esta manera, la capacidad de reclutamiento que posee el cerebro
reptil sobre el emocional y el neocortical es mucho mayor que la que éstos
poseen sobre el cerebro homeostático. Explicado en otros términos,
podemos decir que los sistemas más primitivos tienen más poder para
influir sobre la corteza, que la corteza sobre el SL y el cerebro reptil.
De este modo, ante la necesidad de una respuesta automatizada por
estar en peligro la vida (o percibirse esto al menos), la corteza se anulará y
comenzaremos a responder física y emocionalmente de un modo
absolutamente automatizado.
Sistema Límbico, el mayor responsable de la enfermedad
Habiendo hecho esta introducción sobre los “tres cerebros”, nos
enfocaremos ahora en el cerebro intermedio, el Sistema Límbico , al cual
consideramos el principal responsable en la generación de enfermedades,
debido a que es “inconsciente” y actúa de modo instintivo, generando
respuestas neuro-fisiológicas de adaptación al medio, en base a lo que
percibe basándose en el back up de información que tiene guardada como
experiencia previa (en los humanos lo llamaríamos sistema de creencias),
tanto de lo propio como de lo Transgeneracional. Como ya hemos visto, son
estas respuestas neurofisiológicas de adaptación las que terminan
constituyendo un síntoma o enfermedad.
El Sistema Límbico es un sistema formado por varias estructuras
cerebrales que gestionan respuestas fisiológicas ante estímulos
emocionales. Es el encargado de manejar y controlar, entre otras cosas, lo
que conocemos como instinto.
Ejemplos: el miedo, emoción arcaica que nos hace huir o evitar una
situación percibida desde la biología como amenazante, o el amor que nos
genera exactamente lo contrario, garantizándonos e impulsándonos, sin
saber por qué lo hacemos ni tener una explicación clara, a generar vínculos
sociales.
Veamos ahora las funciones del Sistema Límbico. Éste es el
responsable principal de, entre otras cosas:
La vida afectiva.
La formación de la memoria y los recuerdos.
Atención.
Instintos sexuales.
Emociones (por ejemplo: placer, miedo, agresividad).
La personalidad y la conducta, a través del modo en que se
responde ante el estímulo.
Está formado por las siguientes estructuras cerebrales: partes del
tálamo, hipotálamo, hipocampo, amígdala cerebral, cuerpo
calloso y fórmix.
Veamos ahora, a nivel evolutivo, para qué sirven estas funciones
principales del Sistema Límbico. Estas funciones favorecen:
La motivación por la preservación del organismo y la especie.
El aprendizaje de nuevas experiencias y probables respuestas a
través de la formación de la memoria y la “etiqueta emocional”
que le pone a cada nuevo recuerdo.
La integración de nuestro medio interno con el externo para
obtener mejores respuestas que sean más adaptadas a ese
exterior y así garantizar una mejor supervivencia.
Es parte esencial en la formación de la conducta a través de la
percepción y respuesta emocional que genera este SL, ante lo
que percibe.
¿Cómo el Sistema Límbico hace esto?
El Sistema Límbico interacciona muy velozmente con el sistema
endócrino (de hecho, los principales reguladores endócrinos, como el
hipotálamo, son parte fundamental de la estructura del Sistema Límbico) y
el sistema nervioso autónomo sin que necesiten mediar estructuras
cerebrales superiores en la mayoría de los casos, y de este modo, mediante
la descarga química que genera como respuesta a lo que percibe, indica a
cada célula del cuerpo cuál es la función que debe poner en marcha. La
respuesta que ejecutará la célula para adaptarse estará basada, por ejemplo,
en mecanismos tales como la epigenética.
Debemos tener en cuenta que, a pesar de lo dicho anteriormente, las
estructuras cerebrales superiores también pueden influir en el Sistema
Límbico y, por consecuencia, en el SNA y su manifestación física, y en eso
basaremos muchas de las terapias, dinámicas y ejercicio que se aplican en la
Biodescodificación.
Sabiendo esto, también podemos aclarar que si bien lo que se siente es
inconsciente y automático, lo que se expresa socialmente, e incluso hacia
uno mismo, está regulado también por funciones del cerebro superior. El
Sistema Límbico y la corteza cerebral superior están interrelacionadas y
ejercen retroalimentación e influencia mutua (como vimos en las jerarquías
neuronales), generándose lo que conocemos como inteligencia emocional.
¿Por qué la enfermedad puede llegar a matarnos si en realidad lo
que busca es la supervivencia?
Recordemos que, si bien esta adaptación generada por el SL puede
llegar a resultar potencialmente dañina o mortal a mediano o largo plazo, lo
que busca nuestro cerebro arcaico e inconsciente a través de estos síntomas
es garantizar la supervivencia inmediata, del aquí y ahora, sin importar lo
que suceda después. La lógica es simple, si no sobrevivimos al ahora, no
esteramos vivos en un supuesto “después”.
No debemos olvidar que para el cerebro inconsciente no hay distinción
entre pasado, presente y futuro, en cuanto a las emociones que despierta
frente a la información que él analiza. Simplemente responde en tiempo
presente, desde ese lugar del pasado (propio, de la familia o de la especie)
donde había quedado el inconsciente “anclado y fragmentado” 11 por
considerar esa respuesta como vital para la supervivencia. No es importante
el hecho de que nuestro organismo vaya a estar en peligro posterior con la
enfermedad, dado que el “posterior” para él no existe y la amenaza actual a
la que está respondiendo podría ser mortal en lo inmediato.
Cabe remarcar nuevamente que la magnitud de la amenaza percibida
es subjetiva y está relacionada con situaciones que hayan ido marcando
nuestra vida y nuestro inconsciente.
11 . Podrás ver más sobre este concepto en el capítulo dedicado al Desdoblamiento del tiempo.
CAPÍTULO 4
Consideraciones básicas al momento de buscar
biodescodificarnos
Querido lector, si vienes leyendo este libro en el orden en que están
propuestos sus capítulos, seguramente ya hayas logrado comprender cómo
es que una emoción puede terminar convirtiéndose en un síntoma físico o
emocional, valga la redundancia. Ahora ya es tiempo de comenzar a
sumergirnos en conceptos más aplicables en la práctica de lo que es la
Biodescodificación Cuerpo Mente Alma para que puedas lograr detectar tus
creencias limitantes, actualizarlas y cambiar así tu vida.
Para lo anterior, como inicio de este camino que se seguirá ampliando a
lo largo del presente libro, vamos a puntualizar sobre algunasleyes
generales (más allá de lo visto hasta ahora), que rigen nuestra forma de
enfermarnos, las que deberemos tener en cuenta al momento de abordar la
salud desde la perspectiva de la Biodescodificación Cuerpo Mente Alma.
A tener en cuenta: las mismas leyes que rigen para enfermarnos rigen
para curarnos, lo cual es un elemento a nuestro favor.
Las 3 leyes que te propongo aquí como resumen de los conocimientos a
tener en cuenta al momento de descodificar nuestros síntomas son:
En mi realidad biológica el otro no existe, todo es yo . Sólo
importa cómo vivimos nosotros la realidad más allá de lo que
objetivamente se pueda ver de la misma.
El tiempo no existe . Todo es vivido como si sucediera en el
momento presente. Por eso, la necesidad de actualizar y poner
en contexto la situación. Vivimos nuestro pasado o nuestro
conflicto en tiempo presente y por eso se manifiesta físicamente
en la actualidad. Profundizaremos esto al ver los conceptos de
las leyes del desdoblamiento del tiempo propuestas por Jean
Pierre Garnier Malet.
La ilusión, lo “imaginario” no existe . Todo es real, el
inconsciente biológico no conoce la ilusión. Nuestro cerebro
sólo registra datos que están pasando por él y todos con el
mismo sentido de realidad. Es como una computadora que
procesa los datos recibidos: para ella es lo mismo procesar un
video de una situación real o procesar un video de una película.
Sólo procesa y nos muestra el video sin emitir ninguna
diferencia entre ellos y sin advertirnos si estamos viendo algo
real o ficticio.
Esta situación nos juega en contra en el momento de generar
subjetividades que pueden enfermarnos, pero podemos utilizar
esta misma herramienta o funcionalidad del cerebro en nuestro
beneficio, generando nuevas conexiones neuronales (por
ejemplo, mediante visualizaciones) que rearmen la historia y las
emociones, posicionándonos desde otro lugar.
¿Qué no debemos olvidar nunca de chequear y trabajar en una
Biodescodificación?
Nuestra vida emocional es como tres libros que siempre debemos
repasar en las consultas terapéuticas personalizadas o en el camino personal
de autoindagación, cuando queremos abordar cualquier enfermedad o
problema desde la perspectiva de la Biodescodificación. Si dejamos alguno
sin revisar, probablemente se nos escapen datos muy importantes y
necesarios a tener en cuenta para lograr la sanación completa y definitiva.
Estos tres libros a revisar son los siguientes:
1. Primer libro : es la información que en el momento del
desarrollo de la Biodescodificación original se denominó
“proyecto sentido” de nuestra vida. Es, básicamente, lo que nos
sucedió dentro del útero materno y el tiempo circundante.
La Medicina cuerpo mente alma, desde la que nace la
Biodescodificación Cuerpo Mente Alma, ha incorporado a este
concepto anterior nuevas y más completas informaciones sobre
lo que es, la influencia que tiene en nuestras vidas y las bases
biológicas, científicas y energéticas que lo sustentan. Debido a
que de esta manera el concepto se amplió, se profundizó y
comenzó a contempla otros factores, lo hemos llamado Período
Perigestacional o PPG . Desarrollaremos este concepto y su
aplicación práctica en otro capítulo de este libro.
2. Segundo libro : comprende lo ocurrido desde el nacimiento
hasta el día de hoy. Es lo que conocemos desde la
Biodescodificación Cuerpo Mente Alma como FBGS (factor
biográfico de la generación de los síntomas ). Son todas
aquellas vivencias que la persona ha vivido y guarda como
experiencias propias.
Algunas de las herramientas con que lo abordaremos de forma
práctica son las que derivan de los conceptos de conflictos
programantes y desencadenantes. Desarrollaremos esto y el
modo de llevarlos a la práctica más adelante en el libro.
3. Tercer libro : corresponde a la influencia de nuestros
antepasados del clan familiar. Esto lo abordaremos con
múltiples herramientas basadas en los trabajos y
descubrimientos de diversos autores que han nombrado al
impacto que tienen en nuestras vidas (y nuestra forma de
enfermar/sanar) las vivencias y experiencias de nuestros
ancestros.
Algunos de estos conceptos son los propuestos como
Psicogenealogía , transgeneracional, árbol familiar y
constelaciones familiares. Al igual que los libros anteriores,
profundizaremos acerca de estos conceptos en otro capítulo
específico.
CAPÍTULO 5
Factor biográfico de la generación de los síntomas
(FBGS)
El FBGS es, como vimos anteriormente, uno de los 3 “libros” que
deberemos revisar al buscar biodescodificarnos. Es el libro de todo lo que
hemos vivido durante nuestra propia vida luego de pasado el tiempo del
PPG y que, de un modo u otro, influye en las creencias o vivencias que
están determinando que estemos manifestando el síntoma o malestar actual
que queremos sanar.
Para evaluar este aspecto en las consultas terapéuticas personalizadas,
los Consultores en Biodescodificación Cuerpo Mente Alma utilizamos
diversas herramientas provenientes, tanto de la Biodescodificación original
como de otras disciplinas que hemos sumado a este nuevo abordaje de los
síntomas.
Algunas de las disciplinas con las que un Consultor avalado en
Biodescodificación Cuerpo Mente Alma cuenta para acompañarte a
investigar en tu FBGS y que no se encuentran dentro de las originalmente
propuestas en la Biodescodificación son: el Eneagrama de la personalidad;
la PNL, o Programación Neurolingüística; Hipnosis Ericksoniana;
Psicogenealogía desde los aportes del abordaje Reconocer 12 y Metagrafía;
entre otras.
Aquí estaremos puntualizando sobre herramientas básicas para la
investigación del FBGS, que todo aquel que desee encontrar el origen de
sus síntomas, mediante la autoindagación, debe conocer. Estas son: el
conflicto programante, el conflicto desencadenante y los CBCM 13 .
Mencionaremos, antes de continuar con el conflicto programante y el
desencadenante, algunas otras generalidades, que se suman a las ya vistas
en el libro anteriormente. Éstas nos ayudarán a continuar comprendiendo
cómo nuestras emociones pueden terminar causándonos síntomas, y cómo
beneficiarnos de la Biodescodificación para revertirlos y estar cada día
mejor en todo sentido.
Incluir y complementar es la base de un abordaje efectivo,
completo y duradero
Para decodificar y entender la lógica de la construcción del síntoma,
debemos aprender a pensar biológicamente: identificar cuál es la función o
beneficio de que nuestro cuerpo reaccione con ese “desequilibrio”.
Debemos remitirnos a cuál es el beneficio biológico y social, familiar o
ambiental que nos trae el mismo. Aprender a pensar de este modo es el reto
de quien quiera abordar la salud desde esta perspectiva.
Como ya he mencionado en este libro, la Biodescodificación Cuerpo
Mente Alma nos puede ayudar a comprender el mecanismo de generación
(y remisión) de enfermedades, ya sean físicas, funcionales, orgánicas,
psicológicas o de comportamiento.
Es necesario enfatizar que este abordaje es complementario, no
excluyente, de cualquier tratamiento médico o psicoterapéutico
convencional.
Lo correcto es abstenerse de tratar a un consultante (si somos
Consultores avalados, o a nosotros mismos si lo hacemos mediante la
autoindagación) con alguna de estas técnicas sin la debida supervisión
médica. Esto es así aun cuando la enfermedad aparenta ser sólo de índole
emocional. Subestimar la influencia del cuerpo físico en la generación de
trastornos emocionales nos puede llevar a retrasos en el avance del
tratamiento o incluso, en ocasiones, volverse peligroso por pasar por alto
algún trastorno que necesite atención específica y puntual.
Un ejemplo de lo anterior podría ser pensar que alguien está
“deprimido” sólo porque presenta cansancio y dificultad para emprender
sus acciones cotidianas, cuando, tal vez, esto que le sucede es producto de
un hipotiroidismo y no de una depresión o falta de motivación puramente
anímica.
Estos cambios en la fisiología que se traducen en algunos casos como
“enfermedades” son “emocionales”, pero al mismo tiempo son biológicos, y
por eso pueden necesitarde un tratamiento físico específico, más allá del de
la Biodescodificación.
Haciendo un abordaje complementario, valiéndonos de las
herramientas, medicaciones, estudios de diagnóstico, etc. que nos
puede brindar la medicina convencional junto a los beneficios que nos
brinda la Biodescodificación Cuerpo Mente Alma, podemos realizar un
verdadero abordaje holístico, completo, potenciando lo que cada
vertiente tiene para ofrecer por separado, en pos de una mejoría integral
y completa de nuestra calidad de vida.
Habiendo dejado en claro mi posición y opinión respecto a la necesidad
de un abordaje integral, complementario y no excluyente entre la
Biodescodificación y la medicina o psicología convencional, pasemos ahora
sí a contenidos más prácticos dentro de lo que nos convoca en este libro.
¿Qué determina el momento en que una vivencia emocional se
transforma en un síntoma físico?
La realidad es que este punto es indistinguible de forma objetiva, ya
que cada mínima vivencia emocional desencadena, en mayor o menor
grado, una respuesta fisiológica con su respuesta física y celular
consecuente. Estas respuestas se pueden llegar a registrar conscientemente
o no, según la intensidad y el grado de percepción que tengamos sobre
nuestro propio cuerpo.
Sin embargo, hay un momento en que el estrés o la emoción pueden
transformarse en una respuesta lo suficientemente importante como para
que se registre a nivel de síntomas percibidos de forma objetiva. Incluso,
este desequilibrio puede permanecer por mayor o menor tiempo generando
una “enfermedad” establecida y clara.
¿Cuándo se traspasa ese umbral?
Esto es relativo a cada persona y hay dos mecanismos básicos por los
cuales puede suceder:
1. Efecto misil : este umbral es sobrepasado en un instante, dando
aparición a los síntomas, a partir de un solo evento
desencadenante. Hay una clara situación que podemos
identificar como “causante” del síntoma actual por la gran
intensidad emocional con que fue vivida.
La gran mayoría de los tumores y enfermedades oncológicas se
rigen por este mecanismo, aunque es posible que cualquier
enfermedad se desarrolle a partir de estas condiciones.
2. Efecto jarra psicosomática : las diferentes vivencias y
emociones van sobrecargando nuestras respuestas físicas en
forma de “gota a gota”, hasta sobrepasar este umbral de forma
progresiva en el tiempo, hasta “rebasar el vaso”.
El síntoma va apareciendo muy lentamente y de forma
intermitente, respondiendo de forma pequeña a cada “pequeña”
situación desencadenante. Hasta que un día, la suma de estas
“pequeñas” 14 respuestas independientes entre sí hacen una
respuesta lo suficientemente grande como para ser claramente
visible en una “enfermedad” determinada.
Puede darse en este caso que vayamos sintiendo lentamente, y
de forma intermitente a lo largo de bastante tiempo (incluso
años), los síntomas, hasta que un día ya no tenemos dudas de
que se han instalado.
También, en este mecanismo se puede dar el caso de que no
hayamos sido conscientes de los síntomas durante un tiempo,
hasta un día determinado, en que, al mirar hacia atrás,
recordemos que ellos habían estado apareciendo sin haber sido
registrados conscientemente.
Es importante aclarar que, en este caso, las vivencias que se van
acumulando pueden ser de igual o diferente tipo, es decir, que
pueden responder a diferentes emociones o conflictos, pero que
al juntarse todas y llevar al cuerpo a un estado de completa
sobreexigencia por las diferentes “mínimas” respuestas que
debe estar realizando, el organismo utiliza, al “rebasar el vaso”,
un síntoma específico como válvula de escape para
descomprimir la sobreexigencia a la que estaba siendo
sometido.
Cuando no encontremos un desencadenante claro o
consideramos el encontrado de muy poca intensidad comparado
con la respuesta, podemos pensar en el mecanismo de jarra
psicosomática y orientarnos así a investigar las diferentes
pequeñas cosas que han influenciado en conjunto para desatar el
síntoma.
El conflicto programante y el conflicto desencadenante
Como hemos visto desde el comienzo del libro, frente a una misma
situación no todos reaccionamos de la misma manera, ya que nuestra
reacción dependerá de las creencias previas que tengamos respecto a lo que
estemos viviendo. Éstas marcarán el cómo estemos percibiendo esta
situación y desencadenarán las diferentes respuestas que tengamos
preinstaladas para enfrentar situaciones similares.
Para investigar estas creencias y vivencias generadas en el FBGS,
podremos recurrir a conceptos referidos en el título de este apartado, los
cuales fueron desarrollados por Marc Fréchet.
Conflicto programante
Se trata de la primera experiencia en primera persona que hemos tenido
respecto a una situación o vivencia en particular, y que ha sido
transitada con un impacto emocional traumático o conflictivo.
Normalmente, entramos en contacto con una nueva experiencia y allí,
de acuerdo también a las memorias que ya tuviéramos instaladas al respecto
en nuestra Psicogenealogía, etiquetaremos esa vivencia de un modo
determinado para clasificarla y desencadenar la respuesta que ya tengamos
incorporada (desde lo familiar y desde el PPG).
La forma en que vivamos esa primera experiencia, para cada temática
determinada, marcará la tendencia, por el resto de nuestras vidas, a
vivir las situaciones del mismo tipo, de una manera similar.
El circuito cerebral queda marcado por primera vez, estableciendo la
tendencia sobre cuál será el camino a repetir y reforzar paulatinamente cada
vez que volvamos a percibir una situación parecida. Esto hará que
inconscientemente, tengamos la tendencia a someternos a situaciones
similares (ya que es la forma en que aprendimos a “movernos” en ese tipo
de contextos). La repetición profundizará cada vez más la huella cerebral,
llevándonos a afianzar ese sentimiento frente a las situaciones de esa índole
o ese patrón de conducta.
¿Qué es lo peor 15 de ese mecanismo? Que cuanto más se refuerce ese
mapa neuronal con cada repetición de experiencias similares, más
automática se hará la respuesta preestablecida para esa emoción o situación.
Hoy en día sabemos que mediante la toma de consciencia de los
patrones que estamos repitiendo y las razones por las que lo hacemos,
podemos lograr desprogramar estas respuestas automáticas. Así
generaremos nuevas posibilidades y recursos emocionales sobre los cuales
comenzar a transitar las percepciones de la misma situación, de un modo
diferente:
Cambiando la perspectiva, cambiamos la percepción, y cambiando la
percepción, desactivamos el síntoma.
Volviendo a las características del conflicto programante podemos
decir que éste puede ser de tipo positivo o negativo .
En el caso positivo, cuando hayamos grabado una respuesta que nos
resulta agradable, satisfactoria y adecuada a nuestra realidad actual, por
supuesto que no haremos nada para desactivarla. Por el contrario, podremos
utilizar este conocimiento para reforzar esas creencias y aumentar así aún
más los recursos positivos derivados de este programante positivo.
En caso de tratarse de una vivencia negativa, este conflicto nos
fragilizará, nos volverá más sensibles y susceptibles a “ese” tipo de resentir.
Eso generará que vivamos estas situaciones cada vez con una carga
emocional “negativa” mayor. Así, comenzaremos a responder
paulatinamente a situaciones “menores” con una intensidad emocional (y
por lo tanto, un síntoma) más grande.
Conflicto desencadenante
Es el que desencadena la respuesta fisiológica de una cuantía lo
suficientemente importante como para tener la respuesta física fuera de
lo “normal” a la cual llamamos “enfermedad”, es decir, la reacción
biológica de supervivencia.
Éste abre y ejecuta el programa creado por el conflicto programante. Es
como si, al revivir una emoción por una situación actual, se abriera el placar
con todos los fantasmas que teníamos allí escondidos con respecto a esa
vivencia en particular. Por tal motivo, la nueva experiencia se vive de forma
desproporcionada a la necesidad actualy esto lleva a la necesidad de
expresarla y compensarla de forma física. Esto será así hasta que se re-
establezca el equilibrio emocional o se escuche esa necesidad insatisfecha.
Remitiéndonos a lo que veremos en otro capítulo respecto al
desdoblamiento del tiempo, podríamos decir que el conflicto
desencadenante es la llave que abre la puerta de un recuerdo del pasado en
el que estaba alojado nuestro inconsciente. Al abrir la puerta, ese recuerdo
se libera y se actualiza la vivencia en tiempo presente, tal como se vivió en
el pasado, durante el conflicto programante. Esto hace que se comience a
responder a la vivencia actual del modo en que se había hecho ante esa
vivencia anterior, generando este desfasaje entre cómo se percibe el
estímulo actual y lo que realmente está sucediendo en verdad.
Dicho en otras palabras, como ya he mencionado varias veces, para
realizar una biodescodificación de nuestros síntomas, el principal trabajo
consistirá en re-actualizar este sistema de recuerdos, vivencias y creencias
para comenzar a percibir lo realmente actual, sin estar teñida nuestra
percepción por recuerdos del pasado que se actualizan como si fueran del
presente.
Volviendo a las características del conflicto desencadenante, cualquiera
de los elementos en el contexto del conflicto puede desencadenar la
enfermedad. Puede ser un olor, una emoción, un lugar, etc. Puede ser,
incluso, una identificación, al ver a otra persona experimentar en su vida
nuestro “drama”.
¿Para qué nos sirve conocer estos conflictos en el proceso
terapéutico?
En general, se comienza a actuar sobre el desencadenante para llegar al
programante, a través de la investigación de los ciclos biológicos celulares
memorizados (CBCM) que veremos más adelante.
El objetivo final es eliminar (o actualizar) este programa. Para esto, en
primera instancia tenemos que lograr tomar consciencia de esa
creencia/emoción programante y contrastarla con nuestra situación actual.
Así veremos más, facilitado el camino para poder detectar aquellos recursos
que quizás no teníamos en aquella época. También de este modo podremos
crear recursos nuevos que nos ayuden a cambiar la percepción generadora
del síntoma que estamos teniendo.
Cuando comencemos a trabajar con este programante, para poder
cambiar esa imagen preinstalada tendremos dos caminos u opciones
principales para tomar y llegar a esta desprogramación y cambio de imagen:
La primera opción es conservar la estructura de la situación original,
dando otra opción de entendimiento de la misma , otro punto de vista, para
así cambiar la percepción que tenemos y ver todo desde otro lugar, con
“otros ojos”. Por ejemplo: cambiar la visión de “cuando tenía yo 5 años, mi
madre me envió a vivir con mis tíos porque no quería hacerse cargo de mí”
por “mi madre me amaba profundamente al punto de renunciar a vivir
conmigo para que yo pudiera ser bien atendida por mis tíos, ya que ella
trabajaba el día completo, no podía cuidarme, y aun así no podía conseguir
lo mínimo para alimentarme adecuadamente”.
La otra opción a la que podemos recurrir es a la creación e instalación
de una imagen/recuerdo totalmente artificial y nueva. Al instalarlo de modo
correcto, como sabemos, nuestro cerebro comenzará a vivir ese recuerdo
como real 16 , cambiando así la respuesta emocional que antes
desencadenaba ante esa situación. Por ejemplo: “cuando tenía yo 5 años, mi
madre me envió a vivir con mis tíos porque no quería hacerse cargo de mí”
por “mi madre me amaba profundamente y vivió junto a mí cuidándome,
amándome y dándome todo lo que necesitaba hasta el día que yo decidí, en
mi adultez, que ya era hora de vivir sola”.
Debemos lograr visualizar (concretamente, lograr armar en nuestra
mente una imagen determinada) otra posibilidad para nuestra vida. Si no
logramos hacerlo, será muy difícil que nuestro inconsciente se anime a “dar
el salto”, ya que podría operar allí el miedo a lo desconocido como factor
limitante del cambio.
Los ciclos biológicos celulares memorizados
Como decía C. G. Jung:
Todo lo que no remonta a la consciencia vuelve en forma de destino.
Todo evento que deja un impacto en nuestro inconsciente queda
grabado y tiende a repetirse cíclicamente.
Empezaré este apartado reiterando algunos conceptos que ya han sido
mencionados, pues mi intención es que, si llegas aquí sin haber leído lo
anterior, tengas un marco contextual para entender el funcionamiento de
estos ciclos. Si vienes leyendo en orden el libro, podrás en estas líneas
repasar lo necesario para comprender más fácilmente lo siguiente.
Cuando algo de vital importancia acontece, nuestro inconsciente se
fragmenta y una parte de él queda anclada a ese tiempo. Esto lo
ampliaremos en el capítulo destinado al concepto del “Desdoblamiento del
Tiempo”.
Luego, cuando algo acontece en el presente –que de algún modo
coincide o recuerda en algún aspecto a ese momento pasado–, nuestro
Sistema Límbico identificará la situación como similar a la anterior y
pondrá en marcha la respuesta que en aquel momento se había pre-fijado o
guardado.
De esta manera, ante esta nueva situación del presente, nuestro
inconsciente se comienza a manifestar desde ese tiempo pasado, como si
aquello de su recuerdo fuera algo del momento presente. Dicho en otras
palabras, el inconsciente “re-actualiza” la vivencia y vive, aquí y ahora, la
misma descarga emocional que tuvo en el momento del pasado, en el cual
quedó alojado ese fragmento del inconsciente.
Ejemplo: “aprendí” que los perros son peligrosos porque a los 5 años
uno me mordió mientras paseaba en bicicleta. Mi inconsciente, tomando
esta vivencia como vital (lo era en aquel momento), queda allí alojado,
guardando la respuesta y listo para volver a responder rápidamente si es
necesario. De esta manera, estará “salvándome” del peligro.
Si esto hubiera sucedido así, hoy, a mi edad adulta, al ver a un perro
sentiría el mismo terror que sentí en aquel momento ya que, quien
“responde” ante esta nueva situación es mi inconsciente desde aquel
momento (quien responde es aquella niña de 5 años). Esto ocurrirá aunque
el perro sea otro, aunque yo ya pueda defenderme, incluso si el animal está
encerrado e impedido de acercarse a mí y atacarme.
Esto que sucede es como un programa que se crea en nuestra mente
sobre cómo debemos vivir para andar por el camino de lo “conocido” y así
tener aseguradas más chances de supervivencias. La vida se autoreplica a sí
misma, porque es el modo en que el ser humano se mantiene dentro de la
“zona de confort”.
Como hemos visto en capítulos anteriores, este programa desde la
“supervivencia” nos sirve para ya tener una respuesta pre-formada que nos
permite responder ante los diferentes estímulos de forma mucho más rápida
y, por lo tanto, con más chances de sobrevivir. Recordemos que para la
supervivencia, una pérdida de tiempo puede llevarnos a la muerte.
Pero, como mencionaba anteriormente, este programa es automático y
muchas veces está desactualizado, se quedó anclado a una experiencia
anterior y, por lo tanto, ya no es lo suficientemente efectivo como podría
ser. A su vez, además de “no ser tan efectivo” por estar desactualizado,
muchas veces, hasta se transforma en perjudicial.
Volviendo a lo que encuadraremos en este capítulo respecto de la
tendencia cíclica de nuestras emociones y síntomas, podemos ya habiendo
repasado lo anterior, introducirnos en el concepto de lo que Marc Fréchet
(autor de la idea de “conflictos programantes y desencadenantes”) describió
como Ciclos Celulares Biológicos Memorizados o CBCM .
Él descubrió que existe una tendencia a la repetición de situaciones y
síntomas, y que este programa se activa cada cierto tiempo,
matemáticamente determinado. Esta determinación tiene algunas pocas
variables que se ajustan al tipo de situación o a los diferentes tipos de ciclos
que luego veremos (son el 90 % de los ciclos que se encuentran) y algunos
más que se podrán profundizar en las formaciones para Consultores
avalados en Biodescodificación Cuerpo Mente Alma.
Para explicar

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