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Cancer de CUERPO UTERINO Y ENDOMETRIO

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endometriales respecto al estroma, resultante en una mayor relación glándulas/estroma, comparado 
con el endometrio proliferativo normal. 
 
Se asocia a una estimulación estrogénica prolongada del endometrio, que puede deberse a 
anovulación, aumento de la producción de estrógenos en fuentes endógenas o administración de 
estrógenos exógenos. Las situaciones asociadas son: 
 Obsesidad (conversión periférica de andrógenos en estrógenos). 
 Menopausia. 
 Síndrome del ovario poliquístico. 
 Tumor de células granulosas funcionante de ovario. 
 Función cortical ovárica excesiva (hiperplasia estromal cortical). 
 Administración prolongada de compuestos estrogénicos (tratamiento sustitutivo con 
estrógenos). 
 
MORFOLOGÍA: La clasificación de la hiperplasia endometrial ha cambiado varias veces a lo largo de los 
años para adaptarla a los nuevos conocimientos sobre el trastorno. La OMS recuemienda reagrupar 
las cuatro categorías en dos principales: hiperplasia no atípica e hiperplasia atípica (también 
denominada neoplasia intraepitelial endometrial), que difieren en cuanto al aspecto y a su tendencia 
a progresar a carcinoma. 
 Hiperplasia no atípica: Incremento de la relación glándulas/estroma. Las glándulas muestran 
variación en cuanto a su forma, y en ocasiones están dilatadas. Aunque focalmente puede 
haber glándulas adosadas entre sí, por lo general conserva cierta cantidad de estroma 
interpuesto. Rara vez progresan a adenocarcinoma (1 – 3%). Evoluciona a atrofia quística 
cuando deja de haber estrógenos. 
 Hiperplasia atípica (neoplasia intraepitelial endometrial): Patrones complejos de glándulas 
proliferantes con atipia nuclear. Las glándulas suelen estar adosadas (gemantes) y a menudo 
tienen perfiles complejos por la presencia de estructuras ramificadas. Las células individuales 
son redondeadas y pierden la orientación perpendicular normal respecto de la membrana 
basal. Además, los núcleos contienen cromatina abierta (vesiculosa) y nucléolos prominentes. 
Por lo general las características se solapan con el adenocarcinoma endometrial. 
La atipia citológica es la diferencia entre la hiperplasia compleja y el adenocarcinoma. 
3. CÁNCER 
3.1 Carcinoma de endometrio: Es el cáncer invasivo más frecuente del aparato genital femenino. 
Representa el 7% de todos los cánceres invasivos en las mujeres, excluyendo el cáncer de piel. Las 
características del paciente son mujer nulípara o que haya parido una sola vez pero sin amamantar, 
adulto mayor y menopaúsica. 
 Carcinoma de tipo I (endometriode): Es el más frecuente, representa el 80% de los casos. La 
mayoría son lesiones bien diferenciadas y recuerdan a las glándulas endometriales 
proliferativas y, por este motivo, se llaman carcinoma endometrioides. Aparece sobre una 
hiperplasia endometrial y al igual que esta, se asocia a obesidad, diabetes (tolerancia anómala 
a la glucosa en más del 60%), hipertensión, infertilidad, y estimulación estrogénica sin 
oposición. La secuenciación de los genomas de carcinomas endometriodes de tipo I ha 
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demostrado que las mutaciones más frecuentes aumentan la señalización en la vía PI3K/AKT, 
que es la marca distintiva de este tipo tumoral específico. 
 
MORFOLOGÍA: Puede adoptar la forma de tumor polipoideo 
localizado o de una neoplasia que infiltra difusamente al 
revestimiento endometrial. La diseminación suele 
producirse por invasión miometrial, seguida de extensión 
directa a órganos y estructuras subyacentes. La invasión de 
los ligamentos anchos puede originar una masa palpable. 
La invasión de los ligamentos anchos puede originar una 
masa palpable. En último término se disemina a los ganglios linfáticos regionales y en los 
estadios finales, el tumor puede causar metástasis en los pulmones, hígado, hueso y otros 
órganos. 
 
Se clasifican en bien diferenciado, moderadamente 
diferenciado y mal diferencia. Puede haber focos de 
diferenciación escamosa, que serán benignos en los casos bien 
diferenciados, y claramente maligno en los casos 
moderadamente y mal diferenciado. 
 
 Carcinoma de tipo II (seroso): Suelen producirse unos 10 años mayores que las afectadas por 
los carcinomas de tipo I y a diferencia de estos últimos, por lo general aparecen sobre una 
base de atrofia endometrial. Por definición son tumores mal diferenciados (grado 3) y 
representan aproximadamente el 15% de los casos de adenocarcinoma endometrial. El 
subtipo más frecuente es el carcinoma seroso. Hay mutaciones del gen supresor de tumores 
TP53 en el 90% de los carcinomas endometriales serosos. 
 
MORFOLOGÍA: Por lo general aparecen en úteros atróficos 
pequeños, y a menudo son grandes tumores voluminosos o 
invaden profundamente el miometrio. La lesión precursora, 
el carcinoma intraepitelial endometrial seroso, está 
constituida por células malignas a las del carcinoma seroso 
que están confinadas a las superficies epiteliales. Las 
lesiones invasivas pueden tener un patrón de crecimiento 
papilar compuesto por células con atipia citológica marcada. Pero también pueden presentar 
un patrón de crecimiento glandular. 
 
La incidencia máxima del carcinoma endometrial se describe en mujeres posmenopáusicas de 55 a 65 
años. Aunque suele ser asinstomático por un tipo, suele producir hemorragias irregulares o 
posmenopáusicas con leucorrea excesiva. Esto colabora con la detección precoz. 
 
3.2 Tumores müllerianos mixtos malignos (TMMM): También llamados carcinosarcomas, son 
adenocarcinomas endometriales con un componente mesenquimatoso maligno. Puede adoptar 
varias formas. Algunos contienen células tumorales que recuerdan elementos mesenquimatosos 
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uterinos (sarcoma estromal, leiomiosarcoma, mientras que otros presenta tipos celulares malignos 
heterólogos (rabdomiosarcoma, condrosarcoma). Tienen diferenciación sarcomatosa. 
 
MORFOLOGÍA: Con frecuencia son voluminosos y polipoides y pueden protruir a través del orificio 
cervical. Por lo general la metástasis solo contiene componentes epiteliales. 
 
Los TMM aparecen en mujeres posmenopáusicas y se manifiestan por hemorragias. El pronóstico 
depende de la profundidad de la invasión y el estadio. El único factor extra conocido es la 
diferenciación del componente mesenquimatoso. 
 
3.3 Tumores del estroma endometrial: Son pocos frecuentes, y cuando se hacen presentes se encuentran 
en la mujer joven, con una relación al estado de híperestrogenismo y la atipicidad vista en el estroma. 
 
3.4 Leiomioma: Llamado habitualmente mioma quizás sea el tumor más frecuente en las mujeres. Son 
neoplasias de musculo liso que pueden aparecer individualmente, pero con más frecuencia son 
multiples. Son benignos, en el 40% presentan cariotipos normales. 
 
MORFOLOGÍA: Tumores bien delimitados, definidos, redondeados, 
firmes y de color blanco grisáceo, cuyo tamaño varía desde nódulos 
pequeños y apenas visibles a tumores masivos que ocupan toda la 
pelvis. Excepto en unos pocos casos, se encuentran en el miometrio 
del cuerpo uterino. Rara vez afectan los ligamentos uterinos, 
segmento inferior del utero o cuello uterino. Pueden aparecer ene 
espesor del miometrio (intramurales), inmediatamente por debajo 
del endometrio (submucosos) o por debajo de la serosa (subserosos). 
Independientemente de su tamaño, el patrón en espiral 
característico de los haces del musculo liso al corte significa que estas 
lesiones suelen identificarse fácilmente. Los tumores grandes 
pueden desarrollar áreas más blandas de color marrón amarillento. 
Hay pocas mitosis. Se encuentran variantes metastatizante y 
leiomiomatosis peritoneal diseminada. 
 
Entre los signos y síntomas frecuentes destacan hemorragia anómala, poliaquiuria debida a 
compresión de la vejiga, el dolor brusco por infarto de tumor grande o pediculado y la menor 
fertilidad. La transformación es absolutamente excepcional. 
 
3.5 Leiomiosarcomas: Neoplasias malignas infrecuentes, tienen suorigen en células 
precursoras del miometrio o estroma endometrial, no en leiomiomas. Presentan 
caritotipos complejos- 
 
MORFOLOGIA: Crecen dentro del útero en dos patrones básicamente definidos, 
las masas carnosas y voluminosas que invaden la pared uterina y las masas 
polipoideas que se proyectan a la luz del útero. Muestran atipia citológica

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