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Ensayo Crítico Los desafíos para la recuperación de Venezuela De Emmanuel Abuelafia y José Luis Saboin.

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República Bolivariana de Venezuela 
Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria 
Universidad Politécnica de Valencia 
Valencia edo. Carabobo 
Alumnos: 
Norbelia Heras 
 Jesús Galindo 
Trayecto III, fase I. Profesor: Rafael Grisolia. 
Unidad Curricular: Socio Crítica III. 
 
Ensayo Crítico “Los desafíos para la recuperación de Venezuela” De Emmanuel 
Abuelafia y José Luis Saboin. 
La crisis de Venezuela, como cabía esperar por el papel político, geopolítico y 
energético que ha jugado, se ha transformado en una crisis con implicaciones a 
escala no sólo nacional, sino también regional, continental –por el papel de EEUU– 
y mundial, dado el papel relevante y protagónico de la UE, Rusia y China. 
La crisis político-institucional venezolana (sumada a la crisis económico-social que 
se arrastra desde hace más de un lustro) se ha convertido en centro de atención 
nacional desde 1999 y le proporciona un fuerte protagonismo internacional. Al 
menos desde mediados de la pasada década, Venezuela ha jugado un papel activo 
de resistencia a EEUU. Y en torno a su enorme potencial petrolero inicial forjó una 
amplia coalición “antiimperialista” de alcance regional y extrarregional. 
El deterioro de la situación venezolana ha devenido en una crisis multifacética 
(social, económica y humanitaria). Y a partir del drama social que conlleva la 
emigración masiva se ha convertido en una crisis regional. La hiperinflación, el 
desabastecimiento de alimentos y medicamentos y la crisis político-institucional han 
empujado a millones de venezolanos fuera del país (según Naciones Unidas han 
salido unos 3,4 millones, aunque otras estimaciones hablan de entre tres y cuatro 
millones de emigrantes). 
En el 2016, La economía venezolana presento un cuadro de escasez que no solo 
afecto a las empresas por la ausencia de insumos, materias primas y bienes de 
capital importados, sino a la población en general que dedicó buena parte de su 
tiempo de vida a la búsqueda de bienes esenciales para la subsistencia. El Banco 
Central de Venezuela (BCV) se había quedado sin reservas internacionales 
operativas, en un contexto en el que los pocos ingresos petroleros ya no alcanzan 
para cubrir la pesada carga de obligaciones financieras externas heredadas de la 
bonanza. Para cubrir el desequilibrio externo, el gobierno de Maduro recorto las 
importaciones (en todo su espectro de bienes y servicios) en casi 76% en el mismo 
periodo. La economía se quedó sin mercado cambiario legal u oficial y a merced de 
 
un mercado paralelo no legalizado, cuya tasa de cambio adquirió un 
comportamiento explosivo. 
El uso de divisas como método de pago en Venezuela gana mucha fuerza en marzo 
de 2019, a causa de las fallas eléctricas que ocasionaron un apagón nacional por 
alrededor de hasta siete días en varios estados del país. Las transacciones que en 
su mayoría eran por transferencias bancarias se vuelven inviables sin electricidad. 
Esto lleva a que la única alternativa viable para realizar transacciones sea 
canjeando productos, o utilizando divisas en efectivo de valor, principalmente 
dólares americanos o euros. Al pasar de los años la mayoría de las personas lo 
consiguieron practico, ya que el valor del producto en divisas se mantenía, siendo 
una media de salvación de la hiperinflación. Para los que tienen sueldo en dólares 
o compran dólares para salvaguardar su economía. 
En Caracas un nuevo supermercado repleto de productos iraníes. Fue una 
estridente señal de colaboración entre Venezuela e Irán, dos países sancionados 
por Estados Unidos que buscan fortalecer sus economías e ingresos en los 
márgenes de la geopolítica. Para muchos venezolanos, la tienda es una más de 
muchas que ofrecen productos importados. Para otros, quienes esperan que las 
prohibiciones de Washington cumplan con el objetivo de presionar al Gobierno. El 
país del medio oriente lleva décadas paliando sanciones de EE UU. Ni las protestas 
sociales, ni las dificultades para integrarse al comercio internacional han logrado el 
objetivo que busca el Gobierno estadounidense: que Irán renuncie a sus armas 
nucleares. Si bien el propósito de las sanciones a Venezuela es otro, la lógica es 
similar: se trata de apretar a los Gobiernos por la vía económica hasta que cedan. 
Con Venezuela e Irán trabajando juntos, es inevitable cuestionar el impacto que las 
sanciones han tenido en el país. 
La actividad económica de Venezuela registró un aumento de 6,8% en 2021, 
explicado de forma determinante por el incremento de la producción petrolera. De 
esta manera, el nivel de producción de bienes y servicios de la economía 
venezolana es significativamente inferior al de antes de la pandemia, debido a las 
fuertes contracciones de 2019 y 2020. Conviene destacar que los servicios 
prestados por el gobierno, expresados en las reparticiones realizadas por el sector 
público en pagos de salarios, transferencias e inversión pública reflejó una caída 
significativa como expresión del programa económica de ajuste ultra contractivo que 
se aplicó en 2021. De esta manera, la recuperación de la economía en 2021 no 
guarda relación con la política económica interna sino más bien con la doble 
coincidencia de mayor producción de petróleo y precios más elevados, nada de los 
cual puede ser atribuible al actual programa económico, pero si a factores externos.

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