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Enfoque del paciente con artritis o artralgias Una artralgia es veces una artritis sin un buen examen. En un paciente con artritis hay que: ♥ Confirmar que efectivamente se trata de una artritis y no de una afección particular ♥ Comprobar si se está en presencia de una monoartritis, oligoartritis dos o más articulaciones afectadas como en el inicio de una artritis reumatoide) o una poliartritis con más de 4 articulaciones afectadas. ♥ Determinar si la artritis es aguda (con signos y síntomas inflamatorios desde su inicio) o bien es crónica de comienzo gradual y con menor intensidad (AR, TBC). ♥Comprobar si existe afectación extraarticular Tener en cuenta: edad, sexo, articulaciones afectadas, localización, distribución y evolución. factores desencadenantes, enfermedades asociadas, antecedentes epidemiológicos. Enfoque del paciente con monoartritis: La clave diagnóstica es la edad de presentación. El sexo del paciente es útil en la orientación diagnóstica. Los factores desencadenantes proporcionan información sobre la etiología, así como un traumatismo puede desencadenar una artritis gotosa, séptica o mecánica. También investigar sobre la toma de fármacos como corticoides o diuréticos, estrés e ingesta de alcohol y presencia de uretritis, que pueden dar origen a una artritis reactiva (es decir una artritis aguda durante una infección en cualquier lugar del organismo pero en el cual el microorganismo no llega a la articulación). Localización articular en ocasiones es orientadora Las enfermedades asociadas son datos relevantes como por ejemplo diabetes y su predisposición artritis séptica y artropatía neuropática, hipotiroidismo o hipertiroidismo se asocia a seudogota y el alcoholismo artritis séptica y gota. En todo paciente portador de una poliartritis inflamatoria crónica sobre todo en artritis reumatoide y tratados con corticoides y que además presenta una monoartritis aguda hay que prestar atención pues es posible que se trate de una artritis séptica. El paciente presenta dolor intenso en reposo en la articulación afectada que se encuentra caliente y con importante limitación funcional. La repercusión en el estado general es marcada hay presencia de fiebre y escalofríos y malestar. En pacientes sexualmente activos el germen más común es la Neisseria Gonorreae. El S. Aureus predomina en adultos sanos ancianos o pacientes con artritis reumatoide. El 1% de los pacientes con tuberculosis tienen artritis tuberculosa. En enfermos crónicos o inmunodeprimidos en ocasiones se dan artritis micóticas que se manifiestan como una monoarteritis insidiosa y difícilmente se las confunde con una artritis bacteriana. Gota aguda: clásicamente se inicia como una monoarteritis en un paciente masculino de edad media. En los primeros ataques hay predilección por la primera articulación metacarpo falángica con signos inflamatorios muy marcados y autolimitación del cuadro con descamación cutánea a los 4 o 5 días de iniciado. Otras articulaciones afectadas al comienzo son el tobillo, rodilla y carpo. Si el compromiso es de una articulación grande o poliarticular el paciente puede presentar fiebre y escalofríos. Hay que investigar sobre factores predisponentes como abuso alimentario, ingesta de alcohol, traumatismos, descenso brusco de la uricemia, diuréticos y cirugías. Artritis traumática: se considera en todo paciente con tumefacción articular postraumática. Un cuadro monoarticular puede ser ocasionado por una hemartrosis en el contexto de trastornos hemorrágico Enfoque del paciente con poliartritis: Es la inflamación de 4 o más articulaciones y muchas veces constituye un verdadero desafío diagnóstico, hay que tener en cuenta si se trata realmente de una poliarteritis, si es aguda o crónica, si hay evidencia de compromiso extra articular, las articulaciones afectadas, edad y sexo de la persona y factores desencadenantes o antecedentes epidemiológicos. La artritis reumatoide es el prototipo de poliarteritis crónica. Tienen un comienzo insidioso en la mayoría de los casos pero pueden tener inicio agudo. Afecta con frecuencia a mujeres y la mayoría de los casos se desarrollan entre los 30 y 60 años. Se la define como una poliartritis simétrica de pequeñas y grandes articulaciones con rigidez matinal. En el lupus eritematoso sistémico las manifestaciones clínicas iniciales más comunes son las articulares y cutáneas. El compromiso articular es el síntoma inicial en el 50% de los casos y en el transcurso de la enfermedad llega al 95%. La mayoría causa poliarteritis episódica, migratoria, con rigidez matutina leve o moderada. La localización más frecuente es en rodillas, carpos metacarpo falángica. En general es asimétrica con dolor intenso no erosiva y no deformante. Los anticuerpos antinucleares son positivos en el 95% de los casos y tienen alta sensibilidad pero baja especificidad. Los anticuerpos anti ADN que están en el 50% de los casos hacen presumir una imagen o patrón periférico y los títulos altos se asocian con actividad del lupus, compromiso renal y sistema nervioso central Si bien la mayoría de los casos de artritis infecciosa es monoarticular en pacientes inmunodeprimidos puede ser poliarticular. En este grupo se debe pensar en compromiso por gramnegativos. La infección bacteriana más frecuente es la poliartritis gonocócica tiene un curso evolutivo migratorio o aditivo que se asocia con un cuadro febril. Las enfermedades virales como hepatitis B y C pueden manifestarse como la poliartritis. En la hepatitis B en la fase preicterica puede aparecer una poliartritis aguda asimétrica migratoria con compromiso de pequeñas articulaciones en manos y rodillas que remiten con la aparición del ictericia. La infección por Hep B además de una poliartritis puede producir diferentes manifestaciones articulares como el síndrome de Reiter, artritis psoriasica, artritis séptica.
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