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Guía de Trabajos Prácticos Química Analítica CAPÍTULO Nº 1 Introducción La química analítica abarca el análisis cualitativo y cuantitativo de una muestra. Es decir que, se ocupa, por un lado, de determinar si un elemento o compuesto se halla presente en una muestra, y por otro, de informar la cantidad de cada especie en dicha muestra. La química analítica está vinculada a la vida cotidiana, permitiendo dar respuesta a problemas analíticos originados en diversas situaciones sociales, económicas y del sector de investigación y desarrollo, como por ejemplo el análisis de aguas, minerales, alimentos, fármacos, etc. El análisis químico es de naturaleza interdisciplinaria, lo que lo convierte en una herramienta muy importante para la bioquímica, la farmacia, la industria, las ciencias ambientales, la bromatología, la arqueología, la biología, la agricultura, etc. En el área industrial el análisis del acero determinando el contenido de carbono, hierro, níquel, cromo han sido fundamentales para asegurar la elevada calidad del acero (fuerza, dureza, resistencia a la corrosión, ductilidad). En el área clínica se desarrollaron métodos de análisis confiables para determinar distintos analitos en sangre y en orina posibilitando un correcto diagnóstico de gran número de patologías. Se pueden nombrar: la determinación diaria de las concentraciones de oxígeno y de dióxido de carbono para el diagnóstico y tratamiento de enfermedades; la determinación de ion calcio en suero sanguíneo colabora con diagnóstico de enfermedades de las glándulas paratiroideas; el monitoreo de fármacos en sangre permite el adecuado ajuste de las dosis evitando los efectos adversos de las mismas, manteniendo su eficacia terapéutica; la determinación de marcadores cancerígenos o anticuerpos posibilitando el diagnóstico temprano de enfermedades; etc. Por otro lado, en el campo de la bromatología, la cuantificación de nitrógeno en alimentos permite evaluar su contenido proteico y en consecuencia su valor nutricional. En el campo ambiental, la determinación de hidrocarburos, metales pesados y otros compuestos, tanto en suelos como en aguas, permite determinar la contaminación industrial. Asimismo, las mediciones de las concentraciones de hidrocarburos, óxidos de nitrógeno y monóxido de carbono en el aire en los gases emitidos por los motores de los automóviles permiten evaluar si son efectivos para no producir contaminación atmosférica. Es por eso que en los últimos años, la Química Analítica ambiental, se ha hecho muy popular, siendo hoy en día una rutina los análisis de aguas, aire, suelos y otros materiales biológicos relevantes para el medio ambiente. La importancia de esta disciplina ha ido creciendo continuamente y seguirá creciendo en el futuro. Los problemas a resolver también crecerán en complejidad y surgirán nuevos desafíos, especialmente en áreas como biotecnología, materiales, tecnología ambiental e informática. Algunas tendencias para los desarrollos en química analítica serán: automatización y robótica, redes de instrumentos, instrumentos inteligentes, métodos complejos de procesamiento de datos, sensores en línea y sistemas miniaturizados, detección remota. Por lo que, para lograr abordar estos aspectos será necesario continuar innovando en aspectos como: incremento de selectividad, sensibilidad, combinación de métodos, interpretación de datos vía sistemas expertos, análisis in situ, desarrollo de nanotecnologías, etc. Reactivos químicos Es bastante obvio que debe evitarse la ingestión o contacto con material de riesgo. Por la misma razón debe estar prohibido comer, beber y/o fumar en todas las áreas del laboratorio. Ácidos y bases inorgánicos: Existen límites permisibles de exposición y límites máximos de concentración en el aire. Recordar que los vapores pueden causar severos daños a los ojos y sistema respiratorio. Cuando están a alta temperatura el daño que causan a la piel es aún mayor que a temperatura ambiente. Los ácidos y las bases deben estar guardados por separado y en áreas ventiladas lejos de materiales orgánicos volátiles y oxidables. Se debe trabajar con éstos en campanas que funcionen adecuadamente. En contacto con la piel enjuagar intensamente y consultar si la irritación persiste. Recordar que el ácido perclórico reacciona violentamente en contacto con material orgánico, particularmente tener precaución con solventes orgánicos volátiles. Además produce severas quemaduras en contacto con la piel o tracto respiratorio. Otra lesión muy común es la producida en ojos o piel con hidróxido de sodio. Metales y compuestos inorgánicos: En general todos son riesgosos. Trabajar bajo campana con protección para los ojos y con guardapolvo. Algunos riesgos particulares son: - compuestos de arsénico y níquel: son muy tóxicos y pueden ser carcinogénicos. Evitar la inhalación, ingestión y contacto con la piel. - azida sódica: es tóxica y reacciona con ácidos produciendo ácido hidrazóico el cual es aún más tóxico. Si se descarta por la cañería puede reaccionar con cobre y plomo formando azidas metálicas las cuales son explosivas. Se puede destruir agregando solución concentrada de NaNO2 (1,5 g NaNO2/g de azida sódica). - cianuros: se utilizan muchas veces como reactivos o pueden estar en las muestras. Recordar que el cianuro de hidrógeno es un gas letal. No acidificar soluciones con cianuro excepto en una campana correctamente ventilada. - mercurio: es un metal líquido con una presión de vapor apreciable. Un termómetro roto en un ambiente con poca ventilación puede superar el umbral límite. Debido a su elevada volatilidad y toxicidad debe ser manejado con cuidado y con algún equipo adecuado para limpiar derrames. - percloratos: son explosivos en contacto con material combustible. Manejar y almacenarlos con cuidado. - borohidruro de sodio: se descompone liberando hidrógeno y por lo tanto representa un riesgo de explosión. Solventes y reactivos orgánicos: La mayoría de los solventes tienen un valor límite de tolerancia en aire. Muchos compuestos orgánicos son supuestamente carcinogénicos por lo cual deben tratarse con cuidado (benceno, tetracloruro de carbono, cloroformo, 1- 4 dioxano, tetracloroetileno, bencidina). Los alcoholes en general son irritantes para las mucosas y causan mareos. Dioles como etilenglicol son venenosos y el glicerol (triol) no lo es. Los hidrocarburos clorados causan narcosis y daño al sistema nervioso central e hígado. Otros hidrocarburos son irritantes de la piel y pueden provocar dermatitis luego de largas exposiciones. Es esencial una adecuada ventilación (riesgo de incendio y explosiones). El éter debe ser almacenado en frasco ámbar bien cerrados y en gabinetes o heladeras a prueba de explosiones. El éter es altamente explosivo, mantenerlo alejado de fuentes de calor, chispa o llama. Trabajar en campana ya que causa malestar, náuseas o inconsciencia. Los compuestos orgánicos sólidos en general son irritantes. Muchos forman aerosoles. Es conveniente usar guantes y guardapolvo. También deben tomarse recaudos para el descarte de los mismos. Descarte de reactivos: Debe existir siempre un plan para el descarte de residuos tóxicos (químicos y biológicos). Algunas formas de descarte son: incinerar, enterrar, evaporar, neutralizar, reaccionar químicamente, tratamientos especiales. Los solventes orgánicos pueden ser recuperados por destilación o destruidos en incineradores reglamentarios. Los residuos ácidos o básicos deben ser neutralizados previamente. Muchos compuestos solubles y atóxicos pueden ser diluidos y descartados al drenaje. Los compuestos tóxicos deben ser transformados en otros menos tóxicos o inocuos. Si esto no es posible se deben entregar a personal dedicado a tales fines. Instrumentos de laboratorio y operaciones analíticas Balanzas Existen dos tipos de balanzas, las mecánicas y las eléctricas. En la balanzaelectrónica por efecto electromagnético se restablece el sistema a la posición original y la corriente correctiva es proporcional a la masa del objeto a pesar. Antiguamente la balanza analítica más común era la balanza mecánica de un solo platillo, con capacidad máxima de 100 a 200 g y sensibilidad 0,01 a 0,1 mg. En esta balanza se retiraban pesas en cantidad equivalente en peso al objeto a pesar y la desviación residual se leía en la escala. La pesada se realiza habitualmente pesando primero un papel satinado o un recipiente adecuado, luego se agrega una cantidad de sustancia y se efectúa una segunda lectura. La diferencia entre las dos lecturas nos da la masa de sustancia. La masa del papel o recipiente vacío se denomina tara; algunas balanzas permiten llevar a cero con el papel o recipiente sobre el platillo y leer directamente la masa de sustancia. Otra forma de pesar es por diferencia, por ejemplo, colocando la sustancia en un recipiente con tapa se pesa éste inicialmente y luego de retirar una alícuota, la que es transferida cuantitativamente, se calcula la diferencia entre las dos lecturas la cual corresponderá a la masa de sustancia transferida. Esta forma de pesar es de elección cuando se trabaja con reactivos muy higroscópicos. Errores en las operaciones de pesada: - No debe tocarse el recipiente con las manos descubiertas. - La muestra a pesar debe estar a temperatura ambiente, en caso de requerir que se enfríe, conservar en desecador hasta que se alcance la temperatura ambiente. - Las puertas deben estar cerradas. - La balanza debe estar apoyada sobre una base pesada para evitar los efectos de las vibraciones. - En las balanzas mecánicas el platillo debe estar en posición de bloqueo (arresto) al colocar la carga y en semibloqueo (medio desarresto) en los primeros ajustes de pesada. Material volumétrico Bureta: Es un tubo de vidrio que permite medir el volumen del líquido vertido. La bureta típica tiene llave de teflón. Al efectuar la lectura el ojo debe estar situado al mismo nivel que la superficie del líquido para minimizar el error de paralaje. Además se debe tener en cuenta que las marcas de las graduaciones pueden tener un espesor considerable. Entonces para líquidos que forman meniscos cóncavos se considera que el nivel del líquido se encuentra en la marca cuando el fondo del menisco coincide con la parte superior de la marca. También hay que tener en cuenta que los líquidos tienden a adherirse a la pared interna y esto puede reducirse mediante un vaciado lento (no exceder los 20 mL/min). Un error frecuente al emplear la bureta es no eliminar el aire que queda como burbuja bajo la llave. Es imprescindible desplazarla para evitar el error que resultaría si ésta escapa durante la valoración. Matraces volumétricos: Se calibran o gradúan para contener un volumen definido de agua a 20 ºC cuando el fondo del menisco coincide con el centro de la marca del aforo. Generalmente al preparar una solución conviene pesar el matraz y luego agregar el sólido y volver a pesar. El sólido debe disolverse primero en un volumen inferior al volumen final. Luego se lleva a volumen agregando las últimas gotas con pipeta gotero. Finalmente se coloca la tapa, se ajusta y se mezcla por inversión varias veces. Pipetas y jeringas: En la Figura 1 se muestras distintos tipos de pipeta de uso común en el laboratorio La pipeta volumétrica o aforada, es la más exacta y está graduada para transferir un volumen fijo, la última gota no escurre y debe dejarse (pipetas de simple aforo), no debe ser expulsada soplando. La pipeta de Ostwald- Folin es semejante a una pipeta volumétrica pero la última gota debe ser expulsada. La pipeta graduada permite verter volúmenes variables. Finalmente, las pipetas serológicas tienen graduaciones hasta la punta, por ejemplo, si es de 10 mL vierte este volumen al soplar la última gota. Las pipetas deben cargarse con pera de goma o propipeta, no debe aspirarse con la boca; con un trozo de papel absorbente se seca el exceso de líquido de la pared externa, se apoya la punta sobre la pared interna de un vaso de precipitado donde se vierte el exceso de líquido. Luego se lleva la pipeta al recipiente en el que se desea transferir el líquido, se mantiene la punta en contacto con la pared interna del mismo y se vierte el líquido. Las pipetas y micropipetas automáticas presentan puntas descartables de plástico (tips de polipropileno). Pueden ser de volumen fijo o variable y la reproducibilidad es del 1 a 2 %. Pueden dispersar volúmenes desde 0,2 μL hasta 10 mL según el rango de medición de la pipeta. Para dispensar volúmenes variables muy pequeños resultan adecuadas las microjeringas las cuales poseen una precisión y exactitud cercanas al 1 %. Presentan una aguja fija y un émbolo para dispensar los volúmenes graduados. Figura 1: (A-B) Pipetas volumétricas o aforadas. (C) Pipeta de Ostwald- Folin (D) Pipeta graduada. (E) Pipeta serológica. (F) Pipetas y micropipetas automáticas. (G) Jeringa Hamilton para inyección de pequeños volúmenes. Limpieza del material de vidrio: El material debe limpiarse perfectamente. Según el estado del material se recomiendan distintas técnicas. En todos los casos, se deja el material en contacto con el líquido elegido el menor tiempo posible. Por último se lava con abundante agua corriente y luego con varias porciones de agua destilada. La limpieza del material de vidrio es crítica. Un lavado inicial puede ser realizado con solución 2 % de detergente en caliente. Si este paso no es suficiente pueden emplearse distintas soluciones. Potasa alcohólica: Se disuelve KOH sólido en etanol de elevada concentración, hasta obtener una solución aproximadamente 2 M. Hidróxido de sodio alcohólico: se disuelven 120 gramos de NaOH comercial en 120 mL de agua y se diluye con etanol de 95° hasta 1 litro. Mezcla sulfo-crómica: se utiliza fría o caliente a 60 ºC, se obtiene agregando 400 mL de H2SO4 concentrado a 20 g de Na2Cr2O7 disueltos en 15 mL de agua. La mezcla es muy corrosiva. Precaución: cuando se pone en contacto con Cl- puede formarse CrO2Cl2 volátil, muy tóxico y carcinogénico. También pueden formarse productos tóxicos con Br-. Por lo tanto siempre se debe enjuagar el material de vidrio antes de tratarlo con mezcla sulfocrómica y trabajar en campana. Recordar que el Cr (VI) es tóxico y no debe ser descartado por la cañería. Mezcla sulfo - nítrica: se emplea comúnmente tibia. Se prepara mezclando con cuidado 30 mL de HNO3 (δ= 1,40) con 70 mL de H2SO4 (δ = 1,84). Calibración del material de vidrio: Cuando se quiere la máxima exactitud posible es necesario calibrar el material volumétrico. Para ello se carga un volumen de agua y se pesa en balanza analítica. Agua libre de aire: en un recipiente apropiado de vidrio resistente se hace hervir 20 minutos, la cantidad adecuada de agua destilada. El recipiente cerrado con un tapón de goma y conectado con un dispositivo de absorción cargado con sal sodada se enfría a la temperatura ambiente. En su lugar, para los trabajos corrientes se tapa el recipiente con un vaso de precipitación invertido y se enfría bajo el chorro de agua de grifo hasta que el agua adquiera la temperatura ambiente. Para convertir masa en volumen se emplea la densidad a la temperatura de trabajo. Las correcciones obtenidas en la calibración del material volumétrico se utilizan luego para el cálculo correcto del resultado, por ejemplo en diferentes volumetrías. Medición de volúmenes: el analista debe apreciar correctamente los volúmenes de las soluciones de los reactivos que se hacen intervenir en los procedimientos analíticos, así como el de las muestras líquidas para analizar. De acuerdo con el volumen que debemos apreciar y a la forma de medir ese volumen, será distinto el material volumétrico que debemos escoger. Hay material de vidrio para medir volúmenes de dos tipos:- Por llenado o de volumen contenido, poseen el volumen indicado, se llenan hasta un nivel señalado, llamado enrase. - Por escurrimiento o de volumen liberable o a escurrir, se indica un volumen que libera o escurre cuando se las vacía. A su vez, estos recipientes pueden ser aforados cuando sólo permiten medir un cierto volumen de líquido (volumen fijo), y graduados, en los que puede medirse cualquier volumen entre un máximo y un mínimo (volumen variable). Con respecto al volumen marcado es necesario referirse a la unidad de capacidad adoptada, que es el mililitro, o sea la milésima parte del litro. El litro utilizado en el material volumétrico es el litro práctico, es decir, aquel que se define como el volumen ocupado por la masa de un kilogramo de agua pura a 3,98 °C, a la presión de 760 milímetros, cuando el material de vidrio se halla a la temperatura de referencia (generalmente 20 °C). Esta condición de tener el agua a 3,98 °C y el material de vidrio a 20 °C es imposible de realizar en la práctica; pero dado que se ha determinado con gran exactitud la densidad del agua a diversas temperaturas, y se conoce el coeficiente de dilatación del vidrio, se puede conocer la masa de agua que corresponde a cada temperatura, en base a la relación m = V x y corregir la dilatación del material para referirla a 20 °C. Es imprescindible conocer la temperatura de referencia ya que es evidente que el volumen indicado como capacidad del material volumétrico sólo vale para la temperatura a la que se ha hecho el aforo: 15 °C, 17 °C, 20 °C, 25 °C, etc. La temperatura más utilizada es la de 20 °C. La inscripción 20 °C indica que los volúmenes del enrace son válidos cuando el material de vidrio o la solución contenida, se encuentra a dicha temperatura. En caso contrario, deben efectuarse las correcciones pertinentes. En las pipetas y buretas es importante, además, conocer el tiempo de escurrimiento, que condiciona el espesor de la película líquida que permanece adherida a la superficie interna del recipiente. Pipetas Capacidad (en mL) 5 10 50 100 200 Tiempo mínimo de Agua destilada (en s) 15 20 30 40 50 Buretas Long. del tubo graduado (en cm) 70 65 60 55 50 45 40 35 30 25 20 15 Tiempo mínimo (en s) 160 140 120 105 90 80 70 60 50 40 35 30 Precauciones en el uso del material volumétrico: Varios son los errores que pueden cometerse en el uso de material volumétrico, por lo que deben adoptarse las precauciones necesarias para evitarlos o disminuirlos. Por ello se deben respetar las condiciones que rigieron su calibración: Tipo de aforo, por llenado o por escurrimiento; Temperatura de referencia; Cuando corresponda el tiempo de escurrimiento. En la lectura de las graduaciones o de las líneas de enrase, deben evitarse los errores de paralaje. Nunca debe colocarse el material volumétrico a temperaturas superiores a 50 °C. El material volumétrico debe estar perfectamente limpio. Antes de usar material volumétrico nuevo, debe ser calibrado. Debe evitarse el contacto del material volumétrico con sustancias que ataquen el vidrio. Seguridad en el laboratorio La manipulación segura de productos químicos presupone el conocimiento profundo de las propiedades del material y de los posibles peligros que emanan de él. Este conocimiento ayuda a evitar errores y accidentes. Es innumerable la información impresa y en la web, no sólo información sobre los productos químicos, sino también información sobre el trabajo seguro en el laboratorio. Solamente el conocimiento exacto de estos riesgos, en especial de las propiedades de los productos utilizados, permite un trabajo seguro en el laboratorio. La seguridad es un tema de actualidad para todos los que trabajan hoy con productos químicos en un laboratorio moderno. Los accidentes no ocurren, se producen, por este motivo, es de suma importancia conocer cómo evitar errores durante el trabajo en el laboratorio con efectos nocivos sobre las personas y el medio ambiente. En el caso de que ocurriese, a pesar de todo el cuidado, lo “inevitable”, es de máxima importancia el adecuado comportamiento en caso de urgencia. Reglas de seguridad importantes En el manejo de productos químicos deberían cumplirse siempre las siguientes reglas de seguridad, incluso cuando la etiqueta no presente signos de peligrosidad: 1. Utilizar ropa adecuada dentro de los laboratorios: guardapolvo, guantes, anteojos de seguridad, barbijo. 2. Realizar todos los trabajos en lugares bien ventilados y de ser necesario bajo campana (materiales peligrosos y/o reactivos volátiles). 3. Evitar en todo momento el contacto de sustancias químicas con piel, ojos y mucosas. 4. Enjuagar salpicaduras sobre la piel inmediata y ampliamente con abundante agua fría; si se trata de sustancias lipofílicas con poliglicol. Debido al peligro de resorción no usar solventes orgánicos. 5. Ojos en contacto son sustancias cáusticas: enjuagar ampliamente con un chorro suave de agua (o con ducha especial para ojos), retirando las lentes de contacto previamente. Desplazar bien los párpados y mover los ojos hacia todos lados. Inmediatamente después pasar a tratamiento oftalmológico. 6. Sacarse inmediatamente la indumentaria que esté impregnada con productos químicos. 7. No fumar, no comer y no beber en los recintos del laboratorio. 8. Conocer la ubicación y funcionamiento de los equipos de seguridad: extinguidores, duchas de seguridad, lavador de ojos, etc. Imágenes - Leal Denis, MF (2018). Pipetas aforadas de distintos volúmenes. - DURAN WHEATON KIMBLE. Pipeta ostwald-folin clase "B". Pipeta Ostwald- Folin - BRAND. Graduated pipettes, BLAUBRAND®, class AS, type 1, DE-M. Pipeta graduada - BRAND. Graduated pipettes, BLAUBRAND®, class AS, type 3, class AS, DE- M. Pipeta serológica - Thermo Scientific. Thermo Scientific™ Finnpipette™ F3. Pipetas automáticas - Fisher Scientific. Jeringa HamiltonTM. Jeringa Hamilton
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