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KENNETH E . BRUSCIA TRADUCIDO POR LORETO VIEJO Transcripción Antonio J Asiáin Co pia pr ote gid a 29 CAPITULO 4. En los capítulos previos se examinaron los problemas al definir la música y la terapia, y las definiciones que existen de musicoterapia se repasaron para posibles análisis. El propósito de este capítulo es ofrecer una definición de musicoterapia que contenga los temas varios que han surgido. Detrás de la definición hay explicaciones y discusiones de cada palabra o frase. Se debería recalcar que la definición actual es teórica. Su propósito es capacitar a profesionales y estudiantes de musicoterapia para que analicen y examinen los temas teóricos que tienen que ver con su práctica e investigación. No está, por consiguiente, dirigido a público no metido en el tema y no se debería utilizar para explicar a alguien la musicoterapia por primera vez TRABAJANDO LA DEFINICION La musicoterapia es un proceso sistemático de intervención en donde el terapeuta ayuda al cliente a conseguir llegar a la salud, utilizando experiencias musicales y las relaciones que evolucionan por medio de ellas como fuerzas dinámicas de cambio. PROCESO SISTEMÁTICO Sistemático La musicoterapia es un proceso sistemático. Tiene intencionalidad, organización y regularidad. No es una serie al boleo, experiencias sin planear que demuestran ser de ayuda o beneficiosas para una persona. El terapeuta establece objetivos, sigue un curso de acción basado en estos objetivos y funciona de acuerdo a un programa planeado de sesiones. Siempre que sea posible, el terapeuta implica al cliente para organizar y planear el curso de la terapia, y en algunos casos el terapeuta y el cliente pueden incluso establecer un "contrato". Un contrato normalmente estipula objetivos y métodos de tratamiento por un periodo asignado de tiempo y los roles y responsabilidades de cada parte. Desde un punto de vista de procedimiento, la terapia consiste en tres frases: valoración, tratamiento y evaluación. La valoración es el proceso por el cual el terapeuta estudia al cliente y su condición, formula objetivos y desarrolla un plan de tratamiento. Tratamiento es el proceso por el cual el terapeuta emplea métodos varios y técnicas de intervención para inducir al cliente al cambio. Evaluación es el proceso por el cual el terapeuta determina si el cliente o condición del mismo ha cambiado en realidad como resultado del tratamiento. Proceso La musicoterapia es un proceso. Es una secuencia de sucesos que tienen lugar en el tiempo para el cliente y el terapeuta, y en las áreas musicales y no musicales. No es una intervención terapéutica aislada o una única experiencia musical que lleva a una espontánea cura repentina. Para el cliente, la terapia es un proceso de cambio gradual Co pia pr ote gid a 30 que conduce a un estado deseado. Para el terapeuta, es una secuencia sistemática de intervenciones que lleven a cambios específicos en el cliente. El proceso de musicoterapia se ha descrito de muy diferentes maneras. Se describe como "Evolutivo" cuando la secuencia de los cambios o intervenciones recorre a la par niveles normales de crecimiento, maduración o desarrollo. Para el cliente, esto significa que los cambios que se dan tanto musicales como no musicales durante la terapia se relacionan con la edad en el desarrollo y los niveles correspondientes de las habilidades cognitivas, habilidades motrices, motivación, madurez emocional. Para el terapeuta, esto significa que los objetivos de la terapia se dirigen a ayudar al cliente a conseguir marcas apropiadas de desarrollo, y que los procedimientos de tratamiento diseñan tareas de desarrollo típicas del periodo. Cuando la terapia sigue un plan tan desarrollado, el proceso se puede describir en términos de orientaciones teóricas varias (Freudiana, Pitagoriana) y el enfoque puede ser emocional, cognitivo, moral, social o musical. El proceso de la musicoterapia es "educativo" cuando la secuencia de los cambios o intervenciones es propia al asunto de materia curricular o habilidad que se aprende, bien sea musical como no musical. Para el cliente esto significa aprender cosas a pasitos de acuerdo a los niveles de dificultad, empezando por los aspectos más simples del material o tarea y progresando hacia otros más complejos. Para el terapeuta esto significa seguir los objetivos y actividades de aprendizaje de un curriculum o curso de estudios El proceso es "interpersonal" cuando la secuencia se basa en "stages" (seminarios) desarrollando relaciones con gente. Para el cliente y el terapeuta esto significa establecer una comunicación, haciendo contactos, explorando límites, ganando confianza, definiendo roles, resolviendo conflictos, ayudando, separando, etc... Todos ellos se llevan a cabo a través de las interacciones musicales y no musicales. Los procesos interpersonales de la terapia se han descrito de acuerdo a teorías varias de tratamiento que se pueden aplicar a la musicoterapia (psicoanalíticas, humanistas). Puesto que la musicoterapia es una fusión de música y terapia, el proceso se puede describir como artístico, creativo y científico. Como un proceso artístico la musicoterapia tiene que ver con las secuencias que implican actuación, composición e interpretación de música, así como improvisación. Para el cliente, este puede ser stages en el manejo y dominio de un instrumento, aprender a cantar o tocar, creando una improvisación, escribiendo una composición, encontrando una forma de expresar algo a través de la música, etc... Para el terapeuta, es el proceso artístico de llevar música al cliente, de involucrar al cliente en la escucha y elaboración de la música, y de interactuar musicalmente con el cliente. Es el arte de escuchar la música del cliente y entenderla en el contexto de su vida. Es también el arte de ser terapeuta y de hacer que la experiencia terapéutica sea una experiencia estética para el cliente. Como proceso “creativo”, la musicoterapia se preocupa de las etapas que identifican, exploran, prueban y seleccionan alternativas. Para el cliente, esto significa resolver problemas y encontrar las propias necesidades de cada uno a través de formas creativas nuevas. Es también el proceso de crear una vida nueva, libre de conflictos anteriores y abierta a retos nuevos. Para el terapeuta, esto significa encontrar formas creativas de tratar con los clientes y sus problemas, viendo alternativas frescas para cada Co pia pr ote gid a 31 cliente en busca de nuevos y creativos métodos de valoración, tratamiento y evaluación y estar abierto a cambios creativos en uno mismo como terapeuta. Como un "proceso científico" la terapia implica los pasos secuenciales de un experimento, definiendo y controlando variables, recogiendo información, analizándola para descubrir relaciones entre las variables e interpretando los resultados. Para el cliente, esto significa ganar más confianza al observarse a uno mismo y al mundo y haciendo interpretaciones más validas. Es el proceso de ganar más objetividad sobre la propia vida y las fuerzas que la influencian. Para el terapeuta, el proceso científico implica asegurar que las observaciones e interpretaciones del cliente son de fiar y válidas, y continuamente evaluando los efectos de la terapia en el proceso del cliente por medios objetivos. Es importante darse cuenta que estos procesos diferentes, a menudo, se superponen en musicoterapia y ,por consiguiente, no son mutuamente excluyentes. También cada proceso se presta a varias orientaciones teóricas o teorías de tratamiento. INTERVENCIÓN Criterios La musicoterapia es un proceso sistemático que implica la intervención de un terapeuta. Para que se dé la terapia, el terapeuta debe actuar de alguna manera sobre el cliente para que se produzca un efecto o cambio de algún tipo. Es decir, la terapia, sin tener en cuenta su orientacióny nivel de directividad, siempre implica una intervención sistemática e intencional por un terapeuta que resultan en unos cambios graduales, secuenciales en el cliente. Así, las manipulaciones no dirigidas o desorganizadas no se consideran intervenciones terapéuticas, y especialmente cuando las hacen personas que no están actuando con la capacidad de un terapeuta. De la misma manera, las curas espontáneas, efectos placebo, desapariciones repentinas de un síntoma y otros fenómenos tales en clientes, no se consideran cambios terapéuticos, especialmente cuando no se pueden unir a intervenciones terapéuticas. Además, siempre que los clientes atraviesan un cambio de desarrollo natural, crecimiento madurativo o curación normal que no se puede atribuir a la intervención de un terapeuta, al proceso no se le considera terapia. Para resumir, para que se califique como terapia, debe ser: (1) una intervención, (2) llevada por un terapeuta, (3) para inducir en el cliente cambios, (9) que se pueden casualmente asociar a los esfuerzos del terapeuta. ¿ Terapeuta o Música ? En musicoterapia, el terapeuta no es sólo el único agente que actúa sobre el cliente. La música juega un rol integral en el proceso de intervención, a veces sirviendo como compañera del terapeuta, a veces facilitando o induciendo al cambio en el cliente con poca o no ayuda del terapeuta. Una distinción útil se ha hecho entre música como terapia y música en terapia. En la música como terapia, la música tiene una influencia directa en el cliente y sirve como Co pia pr ote gid a 32 agente primario de cambio terapéutico. En este abordaje, el objetivo principal del terapeuta es ayudar al cliente a relacionarse directamente con la música, sirviendo como guía o facilitador, el terapeuta tiene el conocimiento que se necesita para aportar la música o la experiencia musical para el cliente. En la música en la terapia, la música se utiliza no sólo por sus propias propiedades sanadoras sino también para realizar los efectos de la relación terapeuta- cliente u otras modalidades de tratamiento (ej. discusión verbal). Aquí la música no es el único agente primario de cambio y su utilización depende del terapeuta. En términos de la presente discusión, esta distinción clarifica que la música puede ser naturalmente curativa sin la ayuda de un terapeuta. La musicoterapia requiere de la aplicación habilidosa de la música por un terapeuta. El terapeuta que elija utilizar la música como terapia o la música en la terapia, sin embargo en los dos casos, el proceso implica la intervención por parte de un terapeuta. Resumiendo, la definición actual estipula que por cada proceso de intervención que se considere musicoterapia tiene que implicar a la música y a un terapeuta. La musicoterapia no es completa sin un agente externo. Así, cualquier uso de la música para un beneficio terapéutico que no implique un terapeuta no se considera musicoterapia, y cualquier método de intervención que no incluya la música en una u otra valoración, tratamiento o evaluación, no se considera musicoterapia. Tipos de intervención El hecho de que la música pueda servir de compañera del terapeuta en el proceso de intervención revela mucho sobre la naturaleza esencial de la musicoterapia. Si el terapeuta puede utilizar la música para conseguir fines terapéuticos, bien por sí misma o pareja con intervenciones personales, entonces debe de haber muchas similitudes en las funciones del terapeuta y la música. Es decir, que la manera en la que un terapeuta interviene debe de ser parecida a la manera en que interviene la música. ¿Cuáles son entonces los diversos tipos de intervenciones que caracterizan a la musicoterapia? ¿Cómo actúan la música y el terapeuta en el cliente en formas similares? Los musicoterapeutas tienen a su disposición diez tipos principales de intervención. Cada uno puede ser implementado musicalmente (Ejem: actuando, improvisando, componiendo, escuchando o hablando de la música o a través de interacciones verbales y no verbales con el cliente. Así, el terapeuta puede que utilice la intervención musical como terapia o en la terapia, cambiando alternativamente las intervenciones cuando procede. Una intervención se puede enfocar en aspectos físicos, emocionales, mentales, conductuales, sociales o espirituales de la experiencia del cliente. Puede utilizar cualquiera de todos los elementos de la música como agente de inducción así como cualquier aspecto del terapeuta mismo. Por ejemplo, la intervención puede centrarse en el cuerpo del cliente, en su nivel de energía, percepción, esquema de movimiento, estado de ánimo, sentimiento, sensaciones o proceso de pensamiento, mientras que el agente de intervención puede ser una melodía, un ritmo, un tempo o la armonía de la música, o Co pia pr ote gid a 33 puede ser una interacción con el terapeuta que sea conductista, cognitiva o afectiva por naturaleza. Los tres tipos principales de intervención son : Empatía: cualquier forma de intervención en donde la experiencia del cliente va, engancha o resuena con la música o al experimentar, sincroniza o refleja con el terapeuta. Reajuste: cualquier forma de intervención que aspira a llenar las necesidades físicas, mentales, conductuales, sociales o espirituales, bien a través de la música o por medio de interacciones verbales o no verbales con otros. Conexión: Cualquier forma de intervención en donde la música o el terapeuta aporta una oportunidad para que el cliente asocie o relacione experiencias variadas en su mundo interno y externo. Esto podría implicar el hacer conexiones entre sensaciones corporales, sentimientos, emociones, imágenes, recuerdos, pensamientos, actitudes, creencias, comportamientos, gente, sucesos, entornos, situaciones, etc... Expresión: cualquier intervención donde la música o terapeuta aporta un vehículo para que el cliente exteriorice, libere, ventile, represente, proyecte experiencias internas. Los medios pueden ser musicales, no musicales, verbales o no verbales. Comunicación: cualquier forma de intervención donde la música o el terapeuta le da la oportunidad al cliente de compartir o intercambiar ideas o sentimientos con otra persona. Incluye cualquier técnica que dé al cliente un medio, compañero o contexto para comunicarse con alguien o intercambiar mensajes de algún tipo. Los medios pueden ser materiales, verbales, no verbales, musicales o no musicales. Interacción: cualquier forma de intervención donde la música o el terapeuta aporta al cliente la oportunidad de actuar sobre el entorno (gente u objetos) de una manera recíproca. Aquí también la intervención puede implicar el darle al cliente los medios-contexto para que interactiven o intercambien influencias de algún tipo. Los medios pueden ser verbales, no verbales, musicales o no musicales. Exploración: cualquier forma de intervención donde la música o el terapeuta aporte una oportunidad para que el cliente investigue problemas, descubra recursos, evalúe alternativas o elija soluciones. Esto puede involucrar tareas, actividades o experiencias musicales, no musicales, verbales o no verbales. Influencia: cualquier forma de intervención donde la música o el terapeuta afecta al cliente directamente o induce a cualquier tipo de cambio en el estado del cliente. Los ejemplos incluyen cualquier intervención musical o personal que estimule, calme, dirija, guíe, sugiera, manipule, persuada, estructure o refuerce respuestas específicas del cliente. Motivación: cualquier forma de intervención en donde la música o el terapeuta incremente la probabilidad de que el cliente se enganche o participe en el proceso terapéutico (o musical). Co pia pr ote gid a 34 Validación: cualquier forma de intervención en donde la música o el terapeuta apoya, alaba, acepta o anima al cliente. EL TERAPEUTA AYUDA AL CLIENTE La musicoterapiaes un proceso en donde el terapeuta ayuda al cliente de alguna manera. Comprender la naturaleza de este proceso de ayuda es importante para definir los términos, terapeuta y cliente, y clarificar cómo se relacionan entre sí. Terapeuta Según Bolch (1982) "la persona que se hace disponible como terapeuta es en efecto un sanador sancionado socialmente, que así se le ha designado por virtud de su formación y destrezas. El terapeuta es un profesional que establece un compromiso par ayudar a otros que necesitan de su saber." (p. 4). Hay varios elementos de esta definición que justifican una consideración aparte. Primero: un terapeuta es alguien que se compromete a ayudar a otra persona y estar disponible (como necesario y apropiado) siempre que la persona necesite o busque sus servicios profesionales. Como se discutirá más tarde, la relación cliente-terapeuta opera sobre la premisa básica de que el terapeuta es la persona que proporciona ayuda y el cliente es la persona a la que se ayuda. Segundo: la terapia no es simplemente cualquier tipo de ayuda. Un terapeuta ofrece al cliente ayuda sólo en lo concerniente a temas o asuntos de salud. Otros tipos de ayuda que un terapeuta pudiera aportar a un cliente no se consideran terapia. Se tendría que anotar también que la ayuda es profesional más que personal por naturaleza. Es decir, el terapeuta ayuda al cliente por medio de tipos de servicios profesionales, dependiendo del área de conocimiento del terapeuta. Esto nos lleva a la tercera consideración: un terapeuta por definición tiene un conocimiento específico y habilidades, y ofrece su saber y experiencia que se requiere para asumir las responsabilidades del rol que se necesitan para una forma particular de terapia que se ofrece y la población de clientes que se sirvan, y entonces se ponen de acuerdo para ofrecer servicios con el fin de ayudar al cliente a curarse. En musicoterapia el terapeuta tiene que tener el conocimiento y experiencia musical y clínica necesarias para ayudar a los clientes con un amplio espectro de problemas de salud. Cuarto: no sólo debe tener un terapeuta el conocimiento y destrezas necesarias, también se le debe designar como tal una autoridad apropiada. Esto es, que un musicoterapeuta tiene que ser reconocido como un profesional formado por medio de un mecanismo oficial o autoridad (certificación, matriculación por una asociación profesional ). Esto sirve para asegurar a futuros clientes de que el terapeuta está cualificado para practicar la musicoterapia. Por supuesto, el cliente puede y debería evaluar si un terapeuta tiene el conocimiento y la habilidad para ayudar, sin tener en cuenta la situación profesional del terapeuta. Quinto: si el terapeuta tiene que ser un profesional con conocimientos técnicos en el área designada, entonces obviamente no va más allá de su área de conocimientos al ayudar al cliente. Es decir, por definición, un musicoterapeuta no es, por ejemplo, un terapeuta del habla o psicoterapeuta a no ser que esté específicamente formado y Co pia pr ote gid a 35 oficialmente designado como tal. De esta manera, un musicoterapeuta no utiliza la valoración, tratamiento o evaluación como procedimientos de otras disciplinas sin la formación necesaria ni los conocimientos técnicos necesarios, y no ofrece a los clientes ningún tipo o nivel de servicio relacionado con la salud que va más allá de su área específica. Relacionado con este tema está la capacidad del musicoterapeuta para servir como terapeuta principal. Cuando se sirve con una capacidad de subordinación y auxiliar, el musicoterapeuta se queda dentro de los límites de la música, y trabaja con una consulta en equipo o supervisado por un terapeuta principal. Cuando se sirve como terapeuta principal, el musicoterapeuta puede dirigir objetivos de otras DISCIPLINAS dentro de los límites de su competencia y conocimientos y consultas apropiadas. Entonces, obviamente, la formación educativa, formación como tal y competencia, son determinantes importantes de los límites de rol de un musicoterapeuta. Todas estas condiciones apuntan al tema más importante al definir a un terapeuta. Ética profesional, un terapeuta es por definición un experto que utiliza principios de ética profesional y personal para guiar su trabajo con los clientes. En musicoterapia estos principios tienen que ver con asuntos tales como la competencia, la conducta profesional, los derechos del cliente, investigación, etc... Ayudas La musicoterapia es un proceso en donde el terapeuta ayuda al cliente a conseguir la salud. Aunque pueda parecer obvio que la terapia implica ayuda de algún tipo, hay varios temas sutiles que se desprenden del estilo y en los términos en esta parte de la definición. Lo primero y ante todo, la fase designa al terapeuta como ayudante y al cliente como ayudado. O más francamente, el propósito de la terapia es que el terapeuta ayude al cliente no para que el cliente ayude al terapeuta. La relación de ayuda en la terapia no es mutua o recíproca, como puede ser como familia o amigos. A pesar de la remuneración financiera por los sevicios, el terapeuta no puede esperar que el cliente le devuelva con la misma moneda cualquier ayuda que esté ofreciendo como parte de la terapia. Por ejemplo, si el cliente se queja al terapeuta de sus problemas o le da la pataleta, el terapeuta no tiene el derecho de hacer lo mismo. Aunque la relación cliente-terapeuta es esencialmente parcial en este particular, se reconoce generalmente que el mismo acto de hacer terapia aporta muchas oportunidades para que los terapeutas cubran sus propias necesidades (o ayudarse a sí mismos) a menudo a un nivel inconsciente. El término que se usa comúnmente en este fenómeno es la contratransferencia. Hablando abiertamente, la contratransferencia es el estudio de cómo las necesidades del cliente y el terapeuta se entremezclan. Como un fenómeno en terapia, puede tener tanto un efecto positivo como negativo. La contratransferencia tiene un efecto positivo cuando el terapeuta puede utilizar similitudes personales con el cliente para ganar una mayor comprensión e información. Tiene una influencia negativa cuando las necesidades inconscientes del terapeuta interfieren en una intervención efectiva. El resultado es que el terapeuta cubre sus propias necesidades en vez de, o a costa de, Co pia pr ote gid a 36 cubrir las necesidades del cliente. Los ejemplos más comunes son: cuando el terapeuta proyecta sus propias necesidades en el cliente y entonces trata al cliente por esas necesidades más que por las necesidades reales del cliente. Cuando el terapeuta distorsiona o malinterpreta la información sobre el cliente para que concuerde con sus propias creencias, cuando el terapeuta se involucra en exceso en los problemas del cliente y pierde sus límites personales; o cuando el terapeuta maltrata o descuida al cliente por sentimientos inconscientes de rabia o rencor a gente significativa en su propia vida. Sobra decir que cada terapeuta, al margen de la orientación filosófica o área de práctica, tiene una responsabilidad continua para tomar las precauciones necesarias y evitar la contratransparencia negativa. Verdaderamente, ésta es una de las responsabilidades éticas más importantes que cada terapeuta tiene. El segundo punto es que la ayuda es lo que más puede hacer por el cliente. Es el cliente quien tiene que hacer los cambios necesarios para llegar a la salud. El terapeuta no puede hacer estos cambios por el cliente, ni puede el terapeuta forzar al cliente a hacerlos. El terapeuta puede ayudar al cliente a estar sano e incluso inducir al proceso de sanción, pero en última instancia la responsabilidad para llegar a la salud y manternerla estriba en el paciente. El cliente Ahora que el término "terapeuta" y "ayuda" están definidos, es necesario clarificar más lo que es " el cliente ". ¿Quién va alal terapeuta a pedir ayuda ?¿ Qué condiciones de rol se necesitan para que alguien sea un "cliente" ?¿ Qué caracteriza a la persona que va a recibir la terapia? En esta definición un cliente es una persona que necesita o pide ayuda a otra persona por una amenaza presente, imaginada o potencial a su salud, bien sea física, emocional, mental, conductual, social o espiritual por naturaleza. La persona que va en busca de un terapeuta, bien sea directa o indirectamente, lo hace seguramente por alguna necesidad desbordante. Podría ser para reducir el sufrimiento y aflicción o descubrir cómo llevar, o de una mejor manera, las demandas de la vida o aprender más sobre lo mismo para vivir de una forma más creativa y plena. A veces la necesidad no es nada clara y puede que sea sólo una acumulación de una sensación general de insatisfacción. Pero no importa cómo están cubiertos los problemas, el punto esencial es que un individuo se ve y encuentra a sí mismo con necesidad de ayuda y elige a alguien que ha sido socialmente sancionado como capaz de aportar esa ayuda (Bloch, 1982, p. 4-5). Claro que no todos lo clientes buscan la ayuda activamente a pesar de sus obvias necesidades. Los individuos que no tienen la capacidad mental para reconocer sus propios problemas de salud o buscar ayuda de un terapeuta también se califican como clientes. En estos casos, las agencias clínicas o las instituciones actúan en nombre de los clientes al contratar los servicios terapéuticos necesarios. Las amenazas a la salud pueden ser leves, moderadas o graves y piden variados niveles de tratamiento. Un cliente también puede ser alguien que esté esencialmente Co pia pr ote gid a 37 bien, pero necesite ayuda a la hora de prevenir que se den cualquiera de estos problemas de salud. Las siguientes amenazas a la salud son indicadores normales de la necesidad de terapia y son las razones más comunes para buscar la ayuda de un terapeuta. Trauma: cualquier suceso del entorno o condición que trae una herida o daño. Déficit: la falta de algo necesario o esencial para una integridad estructural o adecuación funcional. Enfermedad: la pérdida de la salud debido al colapso, malfuncionamiento o deterioro de estructuras orgánicas, cualquier malestar o enfermedad de mente o espíritu. Daño: cualquier pérdida o desorganización en las funciones vitales humanas o cualquier alteración, disfunción que resulten de un trauma, déficit o enfermedad. Incapacidad: cualquier pérdida de la capacidad para realizar ciertos actos, que resultan de un daño. Minusvalía: cualquier restricción en la realización completa o experiencia de una actividad, cualquier limitación en el potencial para llevar a cabo una tarea por completo. Excepcionalidad: un término amplio para cualquier excepción a la norma, o estándar del funcionamiento humano incluyendo los dos parámetros, el superior y el inferior (ej. anormalidad, desviación). Anormalidad: cualquier irregularidad estructural o funcional, o cualquier desviación de las expectativas normales o prescripciones. Problema para vivir: cualquier dificultad en la vida de cada día que parta de cualquiera de las anteriores señaladas. Antes de cerrar esta discusión, es importante señalar que la definición de un "cliente" parte directamente del concepto de la salud y enfermedad. Si como se explica abajo, uno entiende la salud como una condición de homeostasis donde la persona entera está en armonía y equilibrio, entonces a un cliente se le puede definir como cualquier persona que (1) necesita la ayuda de un terapeuta para (2) restaurar, mantener o mejorar esta condición. ALCANZAR LA SALUD Naturaleza del Objetivo El propósito principal de la terapia es ayudar a los clientes a alcanzar la salud. La cuestión es ¿qué es la salud? Webster la define como una condición de estar sano en cuerpo, mente o espíritu. Es una condición saludable de bienestar que está libre de enfermedad o dolor. Estar libre de la enfermedad o dolor es un estado de armonía y equilibrio en y entre los varios elementos de la vida de una persona - física, mental, Co pia pr ote gid a 38 emocional, de comportamiento, social y espiritual. Como tal, la salud es una manera de relacionarse armoniosamente con la vida o un conjunto de relaciones equilibradas en el mundo de una persona. Ayudar a un cliente a alcanzar la salud implica dos objetivos que se entremezclan. El primero es ayudar al cliente a tratar con una amenaza de salud específica que está experimentando (sea un trauma, déficit, enfermedad, daño, etc...). Para hacer esto, el terapeuta podría centrarse en la causa, la condición misma, los síntomas, los efectos que cualquiera de ellos tienen en la vida diaria del cliente, o al cliente en su totalidad. El objetivo puede ser que esté por el remedio de moderar, sanar, paliar, corregir o erradicar la amenaza a la salud. O el terapeuta podría apoyar al cliente durante el proceso de curación o de recuperación o ayudar al cliente a adaptarse a las amenazas a la salud que no son susceptibles de tratamiento. El segundo objetivo es establecer las condiciones necesarias para que el cliente permanezca con buena salud. Esto implica ayudar al cliente a prevenir la aparición de cualquier amenaza a la salud completa. Por último, el objetivo del terapeuta es que el cliente asuma una mayor independencia y responsabilidad de cuidar su propia salud. Distinciones Dadas las múltiples maneras que un terapeuta podría ayudar a un cliente a conseguir la salud, la terapia a menudo coincide con la curación, la educación, la auto- mejora y el crecimiento evolutivo. Ya que esto puede fácilmente desdibujar los límites de la terapia, es importante hacer varias distinciones: Curación: puesto que el organismo humano esta construido para cuidarse a sí mismo, la curación es a menudo un proceso natural. Las enfermedades a menudo van por su cuenta a pesar de las intervenciones terapéuticas y los daños que resultan de una enfermedad con frecuencia se curan por sí mísmas como resultado de una capacidad inherente del organismo para restaurar la salud. En algunas circunstancias, la curación tiene lugar sin esfuerzos conscientes; en otras requiere un compromiso activo para curarse a sí mismo. Además, a veces, una persona tiene la capacidad de autocuración sin ayuda externa, y en otros casos necesita una intervención sistemática por parte de otro individuo. La terapia y la curación no se distinguen cuando una persona ayuda a la curación de otra, o siempre que la curación requiere de una intervención sistemática. La terapia y la curación no son la misma cosa, aun cuando la autocuración se da sin la ayuda o intervención de otra persona. Educación: la educación y la terapia se asemejan en que ambas ayudan a la persona a adquirir conocimiento y destreza. No obstante, toda la educación no es terapia, y toda la terapia no es educación. Se pueden hacer distinciones importantes. La primera y más importante es que los objetivos son diferentes. En la educación, la adquisición de conocimientos y destrezas es el objetivo primordial, mientras que en terapia es sólo un medio para llegar a la salud. Así, el educación se centra en la adquisición de conocimientos y destrezas en sí misma y en su propio beneficio, mientras Co pia pr ote gid a 39 que la terapia trabaja para orientar déficits educativos o el aprendizaje de problemas que directamente afectan a la salud o el bienestar de la persona. Segundo: en educación la materia que se aprende es general y universal; en terapia la materia es únicamente personal o autobiográfica. Es decir, la educación da a un estudiante el conocimiento sobre el universo o el mundo de los seres humanos, mientras que la terapia provée al cliente el acceso o la introspección a su propio mundo personal. La educación construye destrezas que todos los seres humanos necesitan para laadaptación, mientras que la terapia pone remedios a problemas específicos que un individuo experimenta en relación a la adaptación. Tercero: Bloch (1982) señala que el aprendizaje en la terapia es único, es tanto auto-reflexiva como experiencial. Es experiencial porque el cliente experiencia varias facetas del yo (cuerpo, mente, comportamiento) de formas varias (intelectualmente, perceptualmente, física y emocionalmente). Es autoreflexiva ya que "el paciente padece una experiencia intensa en el curso de una sesión", se le anima a que se sumerja completamente en ella sin inhibición y, cuando la intensidad de la experiencia se ha desvanecido, el circuito auto-reflexivo entra a funcionar. El paciente ahora trata de dar un paso atrás, de alguna manera, de lo que acaba de atravesar para poder intentar dar sentido a la experiencia” (p. 11-12). Esto es cierto en todos los tipos de terapia y curación, incluyendo aquellos que tienen que ver con objetivos educativos, médicos o psicoterapéuticos. El cliente debe atravesar el proceso del tratamiento para llegar a la salud, y luego reflexionar sobre ella para comprender mejor cómo conservarla de forma más independiente. Cuarto: la relación estudiante-profesor es sustancialmente diferente a la de cliente-terapeuta, en las responsabilidades del rol, nivel de intimidad, dinámica y contenidos. Un estudiante no trae al profesor problemas personales o de salud a no ser que afecten al aprendizaje de una materia en concreto. Un profesor no investiga en la naturaleza precisa de la salud del estudiante o con problemas personales, especialmente si no afectan a la realización de la materia en cuestión; un terapeuta así lo hace, sin tener en cuenta las implicaciones educativas. Un profesor hace que un estudiante conozca un tema, o maneje o domine una destreza. Un terapeuta ayuda a un cliente a conseguir la salud, a veces impartiendo conocimientos o destrezas. En relación a la educación musical y la Musicoterapia, las distinciones son las mísmas. En la educación musical, el aprendizaje musical es la meta última; en Musicoterapia es un medio para un fin. En la educación musical, las metas u objetivos son primero estéticos o musicales y funcionales después; en Musicoterapia, los objetivos o metas están relacionados primero a la salud y son estéticos o musicales después. En la educación musical, el énfasis se pone en el mundo musical privado de la persona, y la relación estudiante-profesor está limitada a preocupaciones e intereses musicales; en Musicoterapia, la relación cliente-terapeuta se dirige a asuntos relacionados con la salud que se pueden orientar a través de la música. Crecimiento: otra discusión que hay que hacer es entre la terapia y la auto- evaluación, la auto-actualización o crecimiento personal. Dos consideraciones importantes son relevantes. Primero, en terapia, la motivación básica es orientar un problema de salud; en el crecimiento personal, la motivación puede ser el placer, un Co pia pr ote gid a 40 logro, una conquista, la prevención de la salud. Así, en la primera, hay una amenaza a la salud y en la segunda no la hay. Segundo: la terapia siempre implica la intervención dentro de una relación cliente- terapeuta. En la auto-actualización y crecimiento personal puede que haya o no una intervención por parte de otra persona, y cuando la hay la persona no es necesariamente un/a terapeuta. Así, cualquier forma de crecimiento que no implique la intervención dentro de un contexto en relación al cliente-terapeuta, y todas las responsabilidades de rol a este respecto, no se considera una forma de terapia. La importancia de estas distinciones se elaborarán más adelante en el siguiente capítulo, donde se definen y comparan las diversas aplicaciones clínicas y no clínicas de la música. UTILIZANDO EXPERIENCIAS MUSICALES La Musicoterapia es un proceso de intervención por la cual el terapeuta utiliza las experiencias musicales para estimular cambios en el cliente. De hecho, la Musicoterapia se distingue de otras modalidades de tratamiento por su confianza en la experiencia musical como agente, contexto o catalizador de la experiencia terapéutica. Por consiguiente, es crucial tener una comprensión exhaustiva de las variadas dimensiones de la experiencia musical y cómo se convierten en terapéuticas por naturaleza. Activa y receptiva Como se ha comentado anteriormente, cuando se ve desde una perspectiva terapéutica, la música se define muy ampliamente, y se dan, más bien, límites amplios. En terapia, la experiencia musical se puede concebir en términos de los dos aspectos, tanto receptivo como activo. Cuando la experiencia es activa, la terapia tiene lugar dentro y a través de los esfuerzos del cliente para actuar, improvisar o crear música, bien sea sólo o con otros. Aquí, la experiencia activa, bien provée directamente beneficios terapéuticos como estímulo principal de cambio, o lleva un proceso de respuesta o desencadena un proceso terapéutico de cambio. Cuando la experiencia es receptiva, la terapia tiene lugar como resultado de la escucha del cliente, entrando en ella, o recibiendo la música misma. Las experiencias receptivas pueden influir la escucha de música en vivo o música grabada, que puede ser improvisada o pre-compuesta por el cliente, terapeuta u otros. La música actúa directamente en el cliente, bien aportando estímulo que facilita respuestas terapéuticas inmediatas o estimulando un proceso terapéutico para que se dé un cambio. El proceso del cambio terapéutico puede tener lugar durante o después de la experiencia de la escucha, y puede implicar respuestas no musicales o musicales a la música. Es necesario mencionar que los Musicoterapeutas se han cuestionado el lugar de las experiencias musicales receptivas en Musicoterapia. Hace varios años, Geston investigó en el tema explorando las diferencias entre los Musicoterapeutas "expresionales" e "impresionales". Más recientemente, Odell y algunos de sus colegas Co pia pr ote gid a 41 británicos han apostado por el uso de la música en vivo, hacer música interactiva más que por el uso de la música grabada, pre-compuesta, por lo menos en sus propias áreas de práctica. De hecho, incluso, han definido la Musicoterapia como la "utilización de la música improvisada predominantemente en la realización y cumplimiento de objetivos terapéuticos del cliente". El argumento del autor es que la escucha de la música, a la cual incluye experiencias musicales "receptivas" de todo tipo, se puede incluir como parte integral de la Musicoterapia. Cada modo de experiencia musical (como actuar, improvisar, componer, escuchar, moverse) tiene sus propias aplicaciones y beneficios únicos. De esta manera, limitar la Musicoterapia excluyendo cualquiera de ellos es privar a los clientes de las fuentes y recursos completos de la disciplina. En todos los casos, las necesidades del cliente tienen que estar por delante de las posturas técnicas y preferencias de los terapeutas. Así, la Musicoterapia se debe definir en términos amplios que puedan abarcar prácticas diversas y filosofías en variados encuadres clínicos. Estímulo y respuesta Es importante señalar que tanto las experiencias receptivas como activas, la música puede bien, proveer un estímulo que actúe, obre y obtenga resultados e influencie al cliente directamente, o puede aportar un medio de respuesta para que se dé un proceso de cambio terapéutico. Así, cualquier descripción de las experiencias musicales que se utilizan en terapia deben incluir tanto estímulos musicales como respuestas musicales a esos estímulos. Un estímulo musical es cualquier cosa que pertenezca a la música que afecta o actúa sobre el cliente como parte de la terapia. Esto incluye estimulación musical que parte de fuentes que están fuera de la situación de terapia (ejemplo: grabaciones hechas por personas que no son participantes de la sesión)o estimulación musical el terapeuta y/o el cliente como parte de la sesión. Una respuesta musical es cualquier acto musical o reacción a la música que el cliente pudiera mostrar dentro del contexto de terapia. Las respuestas pueden ser encubiertas, disimuladas (internas, manifiestas y directamente observables). Las respuestas encubiertas pueden ser sensomotrices, perceptuales, cognitivas, afectivas, sociales o espirituales por naturaleza, y procesadas a través de entradas auditivas, visuales, táctiles o cinestésicas. Las respuestas evidentes se pueden realizar en variadas modalidades de salida o por medios expresivos, incluyendo la voz, los instrumentos o el cuerpo. Niveles de la experiencia musical Para los propósitos de esta definición se han identificado varios niveles de experiencia musical, basados en si son intrínsecamente "musicales" los estímulos o respuestas dentro de un encuadre musicoterapéutico. Los niveles son: premusicales, musicales, extramusicales, paramusicales y no-musicales. Estos niveles se basan en varios criterios: 1- Si los estímulos o las respuestas son humanas o no humanas, al azar o en orden, y controladas intencionalmente o sin intencionalidad. 2- Si los estímulos o respuestas son auditivos, vibracionales o visuales. Co pia pr ote gid a 42 3- Si están organizadas o secuenciadas de acuerdo a parámetros del sonido u otros parámetros (patrones motrices, patrones del habla). 4- Si los sonidos realizados son significantes. 5- Si las formas sonoras se han creado con propósitos de expresión personal o artística. 6- Si las formas coinciden con niveles artísticos vigentes y criterios estéticos. Premusical: El estímulo premusical es aquél que está insuficientemente desarrollado, organizado o completo para que se le considere intrínsecamente musical o que funciona como señal comunicativa más que como expresión musical con tal propósito. Los ejemplos incluyen: vibraciones al azar, formas vibracionales, vibraciones musicales, señales eléctricas musicales, ritmos motrices, ritmos visuales, sonidos naturales ambientales, sonidos de animales, sonidos instrumentales, vocalizaciones casuales, aleatorias, balbuceo musical o del habla y métrica. Las respuestas premusicales son aquellas reacciones a la música que tienen una intencionalidad insuficiente para ser calificadas como musicales. Los ejemplos incluyen las respuestas autónomas y reflexivas a la música, cambios a nivel de consciencia o despertar debido a la música y esquemas sensomotrices provocados por la música. Musical: Los estímulos musicales son sonidos que están suficientemente controlados u organizados y crean relaciones que son intrínsecamente significativas. Aunque los sonidos pueden representar o referirse a algo que va más allá de ellos mismos, su significado original o significación estriba en las relaciones musicales que existen entre ellas. Los ejemplos incluyen: 1-Los elementos musicales (pulso, ritmo, escalas, tonalidad, melodía, armonía, textura, timbre ). 2- Formas musicales (motivos, frases, improvisaciones, composiciones, actuaciones) 3- Objetos musicales (instrumentos, voz, cuerpo, partituras, grabaciones, etc...) Respuestas musicales: son esfuerzos intencionales para escuchar o hacer música. Los sonidos se manipulan intencionalmente y organizan para producir relaciones significativas entre sí y a veces en referencia a otra cosa. El propósito de tales esfuerzos es artístico o expresión personal o apreciación estética. Las respuestas musicales encubiertas son aquellos aspectos de la escucha o del hacer musical que se presuponen estar operando pero no son directamente observables. Estos incluyen actividades mentales o estrategias internas que se incluyen al atender, percibir, discriminar, analizar, recordar, evaluar, interpretar, sentir, preferir, producir, secuenciar, controlar, manipular, planear, decidir, representar, coordinar, sincronizar, variar, contrastar o imitar sonidos. Las respuestas musicales evidentes son cualquier comportamiento o conducta que se puede observar cuando una persona escucha, actúa, improvisa, dirige, compone o cualquiera de las actividades arriba mencionadas. Extramusical: Los estímulos extramusicales son esencialmente aspectos no musicales de la música o experiencias musicales que se originan, afectan o derivan su significado, de la música. Tales estímulos pueden ser significativos por y en sí mismos, o Co pia pr ote gid a 43 pueden depender de la música para su significado. La música, por otro lado, es independiente de tal estímulo extramusical para ser significado esencial, además se realiza y se hace más significativa a causa de ellos. Es decir, los sonidos en sí mismos no son menos significativos o relacionados desde una postura musical; además, estos significados y relaciones se iluminan de alguna manera o realzan por sus connotaciones extramusicales. A causa de la dualidad de los materiales básicos y de los significados que portan por separado o juntos, los componentes musicales pueden ser primarios o secundarios a los extramusicales. Quiere decirse que los estímulos extramusicales pueden servir, bien como fondo o primer plano, en relación a la música. Los ejemplos de estímulos extramusicales incluyen: líricos, programas (ejemplos: historias, juego dramático, obras de artes plásticas adaptadas a la música), imágenes y fantasías con la música, gestos y posturas musicales y movimientos, mimo con música, objetos y actividades asociadas a la música, recuerdos que se evocan por la música, metáforas musicales y debates sobre la música. Respuestas extramusicales: son esencialmente reacciones o comportamientos no musicales que se estimulan escuchando o haciendo música y derivan su significado de su relación con la música. Aquí, también, las respuestas extramusicales pueden estar en segundo plano o en primer plano de la experiencia musical de la persona. Los ejemplos de respuestas musicales encubiertas incluyen actividades interna o mentales, tales como asociar, conectar, evocar, imaginar, fantasear, meditar, contemplar, etc... al hacer o escuchar música. Los ejemplos de respuestas extramusicales encubiertas incluyen responder a la música, moviendose uno, gesticulando, dramatizando, dibujando, pintando, esculpiendo, charlando, escribiendo, etc... Paramusical: Los estímulos paramusicales son aquellos aspectos del entorno musical que afectan al individuo al escuchar o hacer música, pero no están intrínsecamente relacionados con la música y no dependen de la música para su significado. Los estímulos paramusicales puede que se den independientemente de la música aunque coincida con ella, o se puedan estimular con la música de alguna manera tangencial. Los estímulos paramusicales sirven para primer plano para la experiencia del cliente con música de fondo, y por consiguiente pueden incluir todos los estímulos no musicales que se dan en conjunción con los estímulos musicales. Los ejemplos de estímulos paramusicales incluyen: 1/ gentes, objetos, muebles, luces, accesorios del entorno musical, y 2/ danza, drama, obras de arte, poesía etc... acompañada por música de fondo. Respuestas paramusicales: son comportamientos o reacciones que se dan dentro del contexto de la actividad musical pero no son musicales en su contenido. Tales respuestas pueden emerger o partir de la música, entorno musical, aunque no están intrínsecamente relacionadas o controladas por la música y no dependen de ella para su significado. Los ejemplos incluyen el soñar despierto, estar distraído, charlando o enzarzado en otra actividad artística con música en el ambiente. Co pia pr ote gid a 44 No musicales. Los estímulos no musicales son aquellos aspectos del entorno de la Musicoterapia que afectan al cliente pero que no surgen, afectan, derivan el significado de cualquiera de los previos tipos de estímulo o respuestas.Respuestas no musicales: son aquellos comportamientos o reacciones que no tienen una intencionalidad o significación musical y que no parten, surgen, afectan o derivan su significado de alguna actividad musical. Es típico que las sesiones de Musicoterapia contengan muchos niveles de estímulo y respuesta. La actual proporción depende de muchos factores: los fines u objetivos de la terapia, la orientación del terapeuta, el nivel funcional del cliente, etc... Es importante darse cuenta a estas alturas de que la música es una experiencia omnipresente que no siempre se ajusta en los confines o límites de los esquemas mentales tradicionales, y que además su uso en terapia se realza aprovechando por completo su amplitud. Y RELACIONES QUE EVOLUCIONAN POR MEDIO DE ELLAS En Musicoterapia, el terapeuta utiliza tanto las experiencias musicales y las relaciones que evolucionan por medio de ellas como agentes terapéuticos. Esta parte de la definición sugiere que, además de sus efectos terapéuticos directos, la música también ayuda al cliente a desarrollar tipos variados de relaciones y que estas relaciones tienen sus propios efectos terapéuticos. Así, tanto la música y las relaciones son partes integrales e interdependientes del proceso de intervención. Las relaciones que emergen dentro de la Musicoterapia tienen muchas facetas. Pueden ser entre los elementos de una persona, entre la gente, entre una persona y un objeto o entre objetos. Cada uno de éstos se puede manifestar y experienciar físicamente, musicalmente, mentalmente, socialmente o espiritualmente. Así, por ejemplo, las relaciones se podrían explorar entre dos sentimientos opuestos que tiene un cliente, entre las diferentes partes del cuerpo del cliente y los sentimientos sobre un otro significante; o las relaciones en terapias se podrían examinar entre los sentimientos del cliente y los sentimientos del terapeuta o entre los pensamientos del cliente y los sentimientos de otro cliente. Estas relaciones pueden servir como importantes funciones en la terapia. Si la salud se concibe como un estado de armonía y equilibrio, entonces la terapia es un proceso por el cual se exploran y desarrollan relaciones armoniosas y equilibradas en el mundo del cliente. Así, las relaciones que se forman a través de la experiencia musical pueden ayudar a dar al cliente la consciencia de cuáles de las relaciones anteriores son armoniosas y equilibradas y cuales no, a la vez que aportan la motivación y apoyo necesarios para hacer algo por ellas. De este modo, las relaciones pueden ser un indicativo de cambio o condición necesaria para el cambio. De todas la relaciones que se pueden desarrollar en Musicoterapia, dos son de gran significación para el proceso de cambio: la relación cliente-música y la relación cliente-terapeuta. El relativo énfasis que se le da a cada una depende de si la música se utiliza como terapia o en terapia, y de la orientación teórica del terapeuta. Co pia pr ote gid a 45 Ambas relaciones se caracterizan en términos de dos tipos: una relación de "transferencia", por la cual el cliente se relaciona con la música o el terapeuta como una persona del pasado (normalmente los padres). Este tipo se ve motivado por asuntos incompletos con esa persona y puede ser afectada tanto positiva como negativamente. Una relación "autentica" es aquella en la cual el cliente se relaciona con la música o el terapeuta por lo que son y por lo que ofrecen en el presente. Aunque estos tipos de relaciones parecen los más relevantes para los abordajes psicoterapéuticos, tienen amplias implicaciones para otros abordajes en terapia. La razón es que en cada aplicación de Musicoterapia, la música y el terapeuta están ayudando al cliente de alguna manera y una relación de ayuda de estas características parece provocar este tipo de temas sobre relaciones parentales e interpersonales sin tener en cuenta si el objetivo de la terapia es la salud física, emocional, mental o espiritual. Cuando la música se utiliza como terapia, la relación cliente-música sirve como vehículo primordial o agente terapéutico del cambio y se facilita la relación cliente- terapeuta para ese fin. Aquí está el rol principal del terapeuta, que es musical por naturaleza, y su identidad es más "músico como terapeuta". En este caso, la relación cliente-terapeuta se puede caracterizar esencialmente como musical o actividad basada en la música. Cuando la música se utiliza en terapia, la relación cliente-terapeuta sirve como contexto primordial de cambio y la relación cliente-música facilita ese fin. Aquí, el rol principal del terapeuta es internacional por naturaleza y a menudo verbal, y su identidad es más "terapeuta como músico". En este caso, la relación cliente - terapeuta se puede caracterizar como más interpersonal que musical. COMO FUERZAS DINÁMICAS Un modelo de la química En Musicoterapia, las experiencias musicales y las relaciones que se desarrollan a través de ellas sirven como fuerzas dinámicas de cambio. El cómo estas fuerzas son dinámicas y cómo se producen cambios terapéuticos pueden entenderse mejor comparando la Musicoterapia con la química. De igual modo que el químico combina ingredientes varios para producir reacciones y cambios en ellos, el musicoterapeuta combina elementos varios de la música y la terapia para producir reacciones y cambios en el cliente. Las "dinámicas" de la Musicoterapia son, pues, definidas como el intermanejo de elementos y fuerzas dentro de una situación clínica que afectan al cliente para inducir a un cambio terapéutico. En términos de la sección previa, este intermanejo de elementos y fuerzas conduce a reacciones multifacéticas que se desarrollan dentro de la experiencia musicoterapéutica. Como en la química, es importante para el musicoterapeuta identificar y entender muy bien cada elemento, sus componentes estructurales, sus formas de interactuar con los otros elementos y las reacciones y cambios que producen por sí mismos, en combinación con otros elementos y en contextos varios. Los elementos principales en Musicoterapia son: el cliente, la música, el terapeuta y otros. Co pia pr ote gid a 46 Como en la química, cada uno de estos elementos pueden ser analizados en términos de sus estructuras atómicas o moleculares. Por ejemplo, los elementos humanos (cliente, terapeuta, otros) se pueden ver como que tienen muchas partes estructurales. A menudo llamamos a estas partes " y o es ". Dentro del contexto de la exposición presente, cada elemento dinámico (yo) está hecho de moléculas físicas, musicales, emocionales, mentales, conductuales y espirituales. Cada elemento dinámico puede aparecer sólo o unido a otros elementos para formar "compuestos". Así, por ejemplo, el terapeuta puede actuar sobre el cliente como un elemento aislado o el terapeuta puede hacer música y convertirse en un " componente ". Estos componentes se forman por medio del uso de medios expresivos y experiencias. En música, los medios son vocales, instrumentales y corporales y las experiencias pueden incluir la escucha, la improvisación, actuación, composición, movimiento, etc... Cuando un terapeuta utiliza estos medios y experiencias puede que se formen varios compuestos dinámicos tales como: el instrumento musical del terapeuta, la voz del terapeuta, la improvisación o actuación del terapeuta, los gestos y posturas musicales del terapeuta, la improvisación o respuestas corporales, las letras del terapeuta, las grabaciones del terapeuta, etc... Es importante darse cuenta, entonces, de que la Musicoterapia permite posibilidades ilimitadas para crear fuerzas dinámicas dentro de una situación terapéutica. El valor de estos compuestos dinámicos es que llevan a la formación de relaciones dentro del mundo del cliente como se describía anteriormente. En resumen, hay cuatro elementos principales en Musicoterapia: el cliente, lamúsica, el terapeuta y otros. Cada elemento tiene dimensiones físicas, musicales, emocionales, mentales, conductuales y espirituales. Los elementos y sus compuestos se pueden utilizar solos o en combinación con otros (como compuestos ). Los elementos y los compuestos se forman o aplican, enganchando al cliente en experiencias premusicales, musicales, extramusicales, paramusicales y no musicales. Estas experiencias musicales establecen el contacto dentro y entre varias facetas del cliente y su mundo, y por medio de la consciencia resultante y motivación dé paso y surja la formación de unas relaciones más armoniosas y equilibradas que se necesitan para llegar a la salud. DE CAMBIO En Musicoterapia, la música y las relaciones se utilizan como fuerzas dinámicas de cambio. Así, el propósito principal o resultado de la terapia es inducir un cambio en el cliente. Es importante darse cuenta de que al igual que para ciertos tipos de intervenciones se requieren condiciones de terapia, así también ciertos tipos de clientes cambian. En Musicoterapia, el cliente puede definir cambios que son musicales o no musicales. Cuando la música se utiliza como terapia, es más probable que los cambios más evidentes que hace un cliente sean musicales por naturaleza. Cuando la música se utiliza en terapia, los cambios más evidentes probablemente serán no musicales por naturaleza. Puesto que en ambos casos el objetivo es afectar a áreas no musicales de la vida del cliente, los cambios no musicales son a menudo los indicadores más obvios de la terapia que los musicales. Co pia pr ote gid a 47 El cambio es el objetivo final de toda intervención terapéutica. Sin embargo, ya que en los seres humanos se producen cambios a nivel cotidiano, algunos para mejor y otros para peor, no todos los cambios son necesariamente terapéuticos. Para que un cambio sea "terapéutico " por naturaleza, tiene que estar específicamente relacionado a un problema que el cliente esté experimentando, y de alguna manera debe acercar al cliente más hacia un estado de salud. Puesto que la música involucra y afecta a tantas facetas del ser humano, y puesto que sus aplicaciones clínicas son tan diversas, la Musicoterapia se puede utilizar para conseguir un amplio espectro de cambios terapéuticos. Las siguientes son áreas de cambio terapéutico hacia las que más comúnmente apunta la Musicoterapia, y como tales se pueden vislumbrar áreas de objetivos primordiales para la práctica clínica. También se las pude considerar como "variables dependientes" de investigación o las áreas que uno evaluaría para decidir los efectos de la Musicoterapia, y son: Fisiología: velocidad del corazón, presión sanguínea, respiración, repuesta galvánica de la piel, dilatación de la pupila, ondas cerebrales (EEG), respuestas musculares, movilidad gástrica, temperatura, niveles hormonales, secreciones glandulares, funciones neurológicas, respuestas inmunes, resonancia vibracional y sintonización de los órganos. Psicofisiología: dolor, niveles de respuesta, niveles de consciencia, estado de tensión/ relajación, nivel de energía/fatiga, biofeedback (retroalimentación ), imagen corporal y sus funciones. Esquemas sensomotrices: respuestas reflejas y su coordinación, esquemas sensomotrices (control, integración e interiorización, coordinación motriz fina y gruesa). Percepción: percepciones de figura-fondo, parte-todo, igual-diferente, discriminación de las diferencias, conservación de las igualdades. Cognitiva: amplitud, profundidad y longitud de la atención, retención de corta o larga duración, capacidad del nivel de aprendizaje, conocimiento, patrones de pensamiento y los procesos, actitudes, creencias y estilo cognitivo. Comportamiento: patrones, nivel de actividad, rendimiento, reforzamiento de medidas de protección-emergencias, eficiencia, vigilancia, seguridad, moral. Música: preferencias, registro vocal y técnica, técnica instrumental, hábitos prácticos, repertorio, destrezas orquestales, tendencias rítmicas, melódicas, armónicas, y formales de actuar, improvisar o componer. Emociones: registro, variabilidad, adecuación, congruencia de las emociones, reacción, expresividad, intereses, actitudes, defensas, impulsividad, ansiedad, agresividad, depresión, motivación, compromiso, participación, preferencias, asociaciones libres, imágenes mentales, metáforas, símbolos, fantasías diurnas, fantasías, cuentos, recuerdos, interpretaciones de las proyecciones. Comunicación: destrezas receptivas y expresivas en el habla, lenguaje y otras modalidades no verbales incluyendo la música, la danza, el teatro, la poesía y las artes plásticas. Interpersonal: conciencia, sensibilidad, intimidad, tolerancia a los otos, destrezas interaccionales, roles de comportamiento, patrones de relación, estilos, preferencias, etc... Creatividad: fluidez, divergencia, originalidad, inventiva, elaboración de los anteriores. Co pia pr ote gid a 48 RESUMEN: LA MUSICOTERAPIA ES ... Un proceso sistemático de intervención La Musicoterapia es sistemática en tanto que va dirigida hacia un objetivo o meta, organizada y regular, más que hacia una serie de experiencias sin planear elegidas al azar que resulten ser de ayuda. Sus tres componentes principales de procedimiento son la valoración, tratamiento y evaluación. La Musicoterapia es un proceso que tiene lugar en el tiempo. Para el cliente es un proceso de cambio gradual; para el terapeuta es una secuencia sistemática de intervenciones; tanto para el cliente como para el terapeuta tiene un propósito específico de inducir al cambio terapéutico en el cliente. La música y/o el terapeuta puede servir como agente principal para la intervención, dependiendo de si la música se está utilizando como terapia o en terapia. La Musicoterapia requiere la implicación tanto de la música como del terapeuta. Así, cualquier utilización de la música para un beneficio terapéutico que no involucre a un terapeuta no se considera Musicoterapia. Cualquier método de intervención que no involucre a la música tanto en la valoración, tratamiento o evaluación, no se considera Musicoterapia. Los Musicoterapeutas utilizan diez categorías de capital importancia, cada una de las cuales puede ser implementada musicalmente o por medio de una interacción verbal o no verbal. Y son: empatía, ajuste, conexión, expresión, comunicación, interacción, exploración, influencia, motivación y validación. Donde el terapeuta ayuda al cliente Un musicoterapeuta es una persona que ofrece su experiencia profesional y servicios para ayudar al cliente con un asunto de salud. Por definición, un musicoterapeuta debe tener el conocimiento de tal servicio por una autoridad apropiada. El musicoterapeuta puede servir como terapeuta adjunto o terapeuta principal, dependiendo de la práctica y experiencia profesional y necesidad del cliente. El musicoterapeuta utiliza principios de ética personal y profesional para guiar un trabajo con un cliente. Al musicoterapeuta se le define como el que ayuda y al cliente se le define como la persona a la que se ayuda. La relación cliente-terapeuta no es recíproca en este respecto, aun se reconoce por lo general que el hacer terapia ofrece muchas oportunidades para que los terapeutas cubran sus propias necesidades a un nivel inconsciente. A este fenómeno se le denomina contratransferencia, y ésta puede servir bien de ayuda o perjudicial para el proceso terapéutico. A un cliente se le define como una persona que necesita o busca ayuda de otra persona a causa de una amenaza real, imaginaria o potencial a la salud, ya sea física, emocional, mental, conductual, social o espiritual por naturaleza. Las amenazas a la salud incluyen: traumas, carencias, enfermedad, incapacidades, minusvalías, daños, anormalidades y problemas vitales. Co pia pr ote gid a 49 Llegar a la salud El objetivo de la terapia es llegar a la salud(una condición de estar sano de cuerpo, mente y espíritu ). Ello puede implicar el tratar con una amenaza específica a la salud o el establecimiento de las condiciones necesarias para el mantenimiento de la salud. La terapia se distingue de la curación, la educación y el crecimiento dependiendo de si el proceso implica una intervención concreta dentro de una relación cliente- terapeuta y unos cambios en la salud del cliente. Utilización de experiencias musicales y las relaciones que se desarrollan por medio de ellas La Musicoterapia es distinta de otras modalidades por su confianza en la experiencia musical como agente de intervención. La experiencia musical se define ampliamente al incluir, tanto experiencias activas como receptivas, y el uso de la música tanto como estímulos como respuestas. Dependiendo de cómo sea intrínsecamente el estímulo musical o la respuesta, el nivel de la experiencia musical se pude describir como premusical, musical, extramusical, paramusical o no musical. Estos tipos variados de experiencia musical aportan al cliente oportunidades para desarrollar relaciones multifacéticas. Estas relaciones pueden tratar dentro del self, con otros o con objetos, y se pueden manifestar a través de experiencias físicas, comportamentales, emocionales, cognitivas, sociales y espirituales. La relación del cliente con el terapeuta y la música tambien se puede caracterizar como auténtica o transferencial. Las relaciones cliente-música y cliente-terapeuta varían de acuerdo a si la música se utiliza como y en terapia. Como fuerzas dinámicas de cambio La Musicoterapia puede ser comparada a la química. Sus elementos principales son el cliente, la música, el terapeuta y otros participantes. A través de las experiencias musicales estos elementos se unen para formar compuestos varios o relaciones que sirven como fuerzas dinámicas de cambio. Los objetivos de cambio terapéutico en Musicoterapia son fisiológicos, psicofisiológicos, sensomotrices, perceptuales, cognitivos, conductuales, musicales, emocionales, comunicativos, interpersonales y creativos. Co pia pr ote gid a 50 CAPITULO 5. La Musicoterapia abarca una amplia gama de prácticas clínicas, dependiendo del encuadre en el que se emplee. En un encuadre educativo, por ejemplo, la Musicoterapia se practica de manera bastante más diferente que si fuera dentro de un encuadre de rehabilitación, psicoterapéutico o médico. Las variantes se pueden encontrar en relación a bases teóricas o empíricas, valoración, metas o procedimientos de tratamiento reales. Sobra decir que estas variantes tienen implicaciones significativas para definir la Musicoterapia y llegar a una identidad del campo global. También tienen ramificaciones importantes en la educación, formación y en el desarrollo de la teoría e investigación en el campo. El propósito de este capitulo es identificar áreas y niveles de práctica clínica en Musicoterapia. Un "área" de práctica se define por un encuadre clínico en particular, población, objetivo o enfoque de tratamiento; un "nivel" de práctica se define por la amplitud, profundidad y prioridad de la intervención terapéutica y del cambio. Cada "área" consiste en prácticas clínicas que varían de acuerdo al "nivel" de terapia. ÁREAS DE PRÁCTICA En la actualidad, la Musicoterapia incluye o se relaciona a once áreas principales de práctica. Cada área se define brevemente abajo, junto con prácticas diversas que se relacionan con cada una. El próximo capitulo va a apuntar un sentido más detallado de cada práctica. Hay que tener en cuenta que algunas de las prácticas son clínicas y pertenecen a la disciplina, mientras que otras no son clínicas y no entran dentro de los límites de la Musicoterapia. Educativa El área educativa incluye todas las aplicaciones de la música o Musicoterapia en un aula o encuadre de grupo que tiene objetivos curriculares de aprendizaje evolutivo bien sea en ámbitos musicales o no musicales. Los ejemplos incluyen: Educación musical especial: la utilización de técnicas adaptativas o compensatorias que faciliten o potencien el aprendizaje musical de estudiantes discapacitados en un encuadre escolar. Música evolutiva: la utilización de experiencias musicales apropiadas a la edad para estimular el desarrollo general de crecimiento en niños sin discapacidades y preescolares. La Musicoterapia en educación especial: la utilización de la música para ayudar a minusválidos a adquirir conocimientos no musicales y las destrezas esenciales para su educación. Musicoterapia evolutiva: Un musicoterapeuta utiliza las experiencias musicales y las relaciones que evolucionan por medio de ellas par ayudar a los clientes a conseguir marcas evolutivas que se han retrasado o frustrado en periodos diversos de la vida. Co pia pr ote gid a 51 Enseñanza El área instructiva incluye todas las aplicaciones de la música y la Musicoterapia en un encuadre de clase particular que tiene objetivos de aprendizaje de la música o personales. Los ejemplos incluyen: Enseñanza de la música adaptativa: la utilización de técnicas adaptativas o compensatorias para facilitar o potenciar la consecución de un objetivo-logro musical en alumnos disminuidos en un encuadre de clase particular. Enseñanza musical terapéutica: la utilización de una clase de música particular como un contexto para ayudar a niños no disminuidos a superar obstáculos o problemas en relación a la auto-expresión musical o aprendizaje musical. Musicoterapia educativa: el profesor terapeuta utiliza las experiencias del aprendizaje musical, trabajando dentro de un contexto de clase particular para orientar un amplio espectro de necesidades terapéuticas del cliente. Psicoterapia musical educativa: trabajando dentro de un contexto de clase privada, el profesor-terapeuta utiliza las experiencias musicales y las relaciones que se desarrollan por medio de ellas como un medio de psicoterapia. Conductual El área conductista incluye todas las aplicaciones de la música y la Musicoterapia en encuadres individuales, que tienen por objeto el cambio de una amplia variedad de comportamientos. Los ejemplos incluyen: Música funcional: la utilización de la música para influenciar estados físicos, comportamientos, estados de ánimo etc. Fuera de un contexto de terapia para propósitos comerciales, industriales, educativos, del trabajo y el hogar. Musicoterapia conductista: la utilización de la música como un refuerzo eventual o entrada del estímulo para incrementar o modificar comportamientos adaptativos y a apagar comportamientos inadaptados. Psicoterapia musical conductista: la utilización de las experiencias musicales y las relaciones que se desarrollan por medio de ellas como medio de tratamiento de alteraciones de conducta. Psicoterapéutica El área psicoterapéutica incluye todas las aplicaciones de la música y la Musicoterapia en encuadres individuales o grupales que tienen por objeto resolver problemas emocionales o interpersonales. Los ejemplos incluyen: Música terapéutica: un individuo utiliza la música para mantener su propia salud o para aumentar el crecimiento personal en términos emocionales, mentales o físicos. Psicoterapia musical de apoyo: el terapeuta utiliza las experiencias musicales para estimular el ajuste emocional, interpersonal o de crecimiento, confiando principalmente en los recursos que tiene el cliente. Psicoterapia musical e introspección: el terapeuta utiliza las experiencias musicales y las experiencias que se desprenden de ellas como medio de traer al cliente instrospecciones a su vida emocional o interpersonal y estimulando los cambios necesarios que deriven de ellos. Co pia pr ote gid a 52 Pastoral El área pastoral incluye todas las aplicaciones de la música y la Musicoterapia en encuadres religiosos que tienen por objeto el desarrollo espiritual y la resoluciónde problemas relacionados con él. Los ejemplos incluyen: Música inspiratoria: la utilización de la música para estimular experiencias espirituales, para facilitar meditaciones religiosas y potenciar actividades de rezos y cultos. Música en el consejo pastoral: la utilización de experiencias musicales para ayudar al cliente a obtener instrospecciones espirituales y a desarrollar una relación con Dios que le facilite una ajuste y crecimiento emocional. Supervisión y Formación Este área incluye todas las aplicaciones de la música y la Musicoterapia que se diseñan para supervisar o formar terapeutas. Los ejemplos incluyen: Demostraciones de Musicoterapia y " Role-plays" (juego de roles): un profesor o supervisor moldea el rol de un terapeuta en una experiencia de Musicoterapia que involucra al aprendiz, bien en los juegos de roles del cliente o en una participación auténtica limitada. Formación de Musicoterapia experiencial: los alumnos aprenden de Musicoterapia a través de una participación auténtica, real, en el proceso como clientes, con el coordinador que sirve de terapeuta. Psicoterapia musical supervisora: el terapeuta supervisor utiliza las experiencias musicales y las relaciones que se derivan de ellas como medio para ayudar al supervisado a trabajar a través de temas personales que impactan su trabajo clínico como musicoterapeuta. Médica El área médica incluye todas las aplicaciones de la música y de la musicoterapia que tienen como objetivo la prevención, el tratamiento, o la recuperación de condicionantes médicos. Algunos ejemplos: La Música en la Medicina: la utilización de la música para influenciar el estado emocional, mental y físico antes, durante o después del tratamiento médico. La Musicoterapia en la Medicina: el terapeuta utiliza las experiencias musicales y las relaciones que se desarrollan a través de ellas para influenciar el estado emocional, mental o físico del paciente antes, durante o después del tratamiento médico y para ayudar a los pacientes a que se ajusten a su enfermedad, tratamiento y/o recuperación. Curativa El área curativa incluye todas las aplicaciones del sonido, la música y la Musicoterapia que tienen por objeto promover el bienestar o curación de mente, cuerpo y espíritu. Los ejemplos incluyen: Curación por el sonido: la utilización de frecuencias vibratorias o formas sonoras para curar la mente, el cuerpo y el espíritu, para inducir a la auto-curación y promover el bienestar. Curación por la música: la utilización de experiencias musicales para curar la mente, el cuerpo, para inducir a la autocuración y promover el bienestar. Incluida en eta categoría está la utilización de la música en el chamanismo. Co pia pr ote gid a 53 La Musicoterapia en la curación La utilización de las experiencias musicales y las relaciones que se desarrollan a través de ellas para curar la mente, el cuerpo y el espíritu, e inducir la autocuración, así como promoverla. Recreativa El área recreativa incluye todas las aplicaciones de la música, la enseñanza musical o Musicoterapia, para propósitos recreativos de entretenimiento, de diversión. Los ejemplos incluyen: La música ceremonial: la utilización de la música para acompañar asuntos formales tales como las ceremonias de estado o militares, eventos atléticos o ceremonias condecorativas. Música recreativa terapéutica: la utilización de las actividades musicales para aportar entretenimiento, mejorar la calidad de vida y desarrollar actividades de tiempo libre placenteras. Musicoterapia recreativa: el terapeuta utiliza la música, el aprendizaje musical y las actividades al mismo, para ayudar al cliente a desarrollar destrezas recreativas y a utilizar el tiempo de asueto como un medio de autorealización. Actividades El área de actividades incluye a todas las aplicaciones de la música y la Musicoterapia, en la que la actividad sirve como vehículo base para el aprendizaje o el cambio. Los ejemplos incluyen: Terapia de la actividad musical: el terapeuta utiliza las actividades musicales o tareas para ayudar a los clientes a desarrollar conocimientos, habilidades o comportamientos necesarios para la adaptación. Musicoterapia de rehabilitación: la utilización de las experiencias musicales y las relaciones que se derivan de ellas como medio de ayudar a los clientes que han estado debilitados por algún trauma, enfermedad o lesión para devolverle a niveles previos de funcionamiento o ajuste hasta un punto máximo. Las artes interrelacionadas El área de las artes interrelacionadas incluye todas las aplicaciones clínicas de la música y la Musicoterapia que incorpora experiencias de las demás artes. Los ejemplos incluyen : Actividad expresiva terapéutica: un terapeuta utiliza actividades de artes interrelacionadas y juega para ayudar al cliente a adquirir conocimiento, destrezas o comportamientos necesarios para la adaptación, el crecimiento educativo o el esparcimiento. La música en la terapia de Artes creativas: un terapeuta utiliza las experiencias musicales que incluyen otras formas de arte como medio de terapia, o un terapeuta utiliza la Musicoterapia en colaboración con otras terapias artísticas. Psicoterapia expresiva: un terapeuta utiliza diversas modalidades expresivas, y las relaciones que se desarrollan a través de ellas, como medio de sacar introspecciones de la vida emocional o interpersonal del cliente y estimular los cambios deseados que comportan tales introspecciones. Co pia pr ote gid a 54 Igual que con cualquier esquema clasificatorio, es importante recordar que estas áreas y prácticas a menudo se superponen y que las coincidencias no borran las diferencias básicas entre las categorías. Hay muchos musicoterapeutas que practican en varias "áreas" a la vez, por la diversidad de sus encuadres clínicos o población de clientes, aunque estos terapeutas tienen una clara visión de cómo difieren los diversos programas. Por ejemplo, un musicoterapeuta que trabaja en un hospital general puede utilizar prácticas educativas, psicoterapéuticas, rehabilitadoras o médicas con grupos diferentes de clientes, o al trabajar con el mismo grupo, "Musicoterapia en medicina" puede extenderse a otras prácticas tales como "Psicoterapia musical de apoyo" o a "Música en el consejo Pastoral" o "Música terapéutica". Es importante también tener en cuenta que esta clasificación no implica juicios de valor. Un área no es superior o inferior a otra en importancia, efectividad o valor. NIVELES DE PRÁCTICA Visión de conjunto Comparando las prácticas anteriores, uno se da cuenta rápidamente de cuántas variables están implicadas en distinguir las diversas áreas y práctica que las contienen. Las diferencias se pueden encontrar en las poblaciones, en los objetivos, en los métodos de intervención, el rol de la música y la naturaleza de la relación terapeuta-cliente, por nombrar unas pocas. Uno también se da cuenta de cómo algunas prácticas están relacionadas a la Musicoterapia por la periferia, mientras que otras integran la Musicoterapia a otras disciplinas, y aun otros parecen estar en el mismo centro de la Musicoterapia. De esta manera, todas las variables que distinguen un área o práctica de la otra, no importa lo sutil o insignificante que puedan parecer, tienen implicaciones considerables al identificar los límites de la Musicoterapia. Discernir "los niveles" de la práctica puede ser una manera de determinar lo que es Musicoterapia y lo que no, al tiempo que ayuda a identificar aquellas áreas de la disciplina que requieren una formación especializada, no sólo en Musicoterapia sino también en los campos relacionados. Viendo como es de interdisciplinaria la Musicoterapia, estos niveles se podrían pensar como si fueran capas alrededor de un núcleo central, donde cada capa es una mezcla con otra disciplina y el núcleo es el corazón de la Musicoterapia, donde todas sus capas externas
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