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478 Capítulo 24 DIVERSIDAD ANIMAL I I : VERTEBRADOS reptiles evolucionaron a partir de un antepasado anfibio hace alrededor de 250 millones de años. Los reptiles primitivos, los dinosaurios, dominaron la Tierra durante cerca de 150 millo- nes de años. Los reptiles tienen escamas y huevos con cascarón Algunos reptiles, particularmente los que habitan en los de- siertos, como las tortugas y los lagartos, son completamente independientes de sus orígenes acuáticos. Esta independencia se consiguió mediante una serie de adaptaciones, de las cua- les sobresalen tres: 1. una piel dura y escamosa que impide la pérdida de agua y protege el cuerpo; 2. la fecundación inter- na, en la cual el macho deposita espermatozoides dentro del cuerpo de la hembra; y 3. un huevo amniótico con cascarón que puede enterrarse en la arena o tierra, lejos del agua y los hambrientos depredadores. El cascarón impide la desecación del huevo en la tierra. Una membrana interna, el amnios, en- cierra al embrión en el medio acuoso que necesita todo ani- mal en desarrollo (FIGURA 24-10). Además de estos elementos, los pulmones de los reptiles son más eficientes que los de los vertebrados más primitivos, por lo que ya no es necesaria la piel como órgano respiratorio. El corazón de tres cámaras se modificó para permitir una me- jor separación de la sangre oxigenada de la desoxigenada, y las extremidades y el esqueleto adquirieron características que brindan un mejor sostén y aumentan la eficiencia de los movimientos en tierra. Los lagartos y las serpientes comparten una herencia evolutiva Los lagartos y las serpientes, en conjunto, forman un linaje dis- tinto que incluye cerca de 6800 especies. El ancestro común de las serpientes y los lagartos tenía extremidades, las cuales sub- sisten en la mayoría de los lagartos, pero que se perdieron en las serpientes. El ancestro con extremidades de las serpien- tes se conoce por los remanentes de huesos de las extremida- des traseras que están presentes en algunas especies. La mayoría de los lagartos son depredadores pequeños que comen insectos u otros invertebrados pequeños, pero algunas especies son bastante grandes. El dragón de Komodo, por ejem- plo, puede llegar a medir 3 metros de longitud y pesar casi 100 kilogramos. Este saurio gigante habita en Indonesia y cuenta con poderosas mandíbulas y dientes de 2.5 centímetros de lar- go con los que ataca a sus presas, como ciervos, cabras y cerdos. Sin embargo, el dragón de Komodo no depende sólo de sus dientes para matar a su presa. Su boca alberga más de 50 es- pecies diferentes de bacterias, muchas de las cuales son dañi- nas para los animales. Cuando un animal es mordido por un dragón de Komodo, no se muere de inmediato, sino que es probable que adquiera una infección la cual terminará por matarlo en unos cuantos días. El dragón simplemente espera con paciencia a que muera la presa herida. ¿Por qué el dragón de Komodo no resulta dañado por las bacterias mortíferas que habitan en su boca? La sangre de este animal contiene com- puestos antimicrobianos que aparentemente lo protegen contra las infecciones. La mayoría de las serpientes son activos depredadores car- nívoros y tienen una variedad de adaptaciones que les ayudan a conseguir el alimento. Por ejemplo, muchas serpientes tie- nen órganos sensoriales especiales que les ayudan a seguir la huella de las víctimas al detectar las pequeñas diferencias de temperatura entre el cuerpo de la presa y el entorno. Algunas especies de serpientes inmovilizan a la presa al inyectarle ve- neno que pasa a través de sus colmillos huecos. Las serpientes también cuentan con articulaciones en las mandíbulas que les permiten abrir éstas lo suficiente para engullir presas incluso más grandes que su cabeza. Los caimanes y cocodrilos se han adaptado a la vida terrestre Los crocodrílidos, como se conocen en conjunto las 21 espe- cies de caimanes y cocodrilos, se encuentran en aguas costeras y de tierra adentro de las regiones más calientes de la Tierra. Están bien adaptados al modo de vida acuático, sus ojos y fo- sas nasales están situados sobre la cabeza de forma que pue- den permanecer sumergidos durante mucho tiempo mientras la porción más alta de la cabeza sobresale de la superficie del agua. Los crocodrílidos cuentan con fuertes mandíbulas y dien- tes de forma cónica que utilizan para triturar y matar peces, aves, mamíferos, tortugas y anfibios para alimentarse. El cuidado paternal está muy arraigado en los crocodríli- dos, ya que la hembra entierra los huevos en nidos de lodo. Los padres vigilan el nido hasta que las crías rompen el casca- rón, y la madre las coloca en su boca hasta dejarlas en un lugar seguro dentro del agua. Las crías permanecen con la madre durante varios años. Las tortugas cuentan con un caparazón protector Las 240 especies de tortugas ocupan una diversidad de entor- nos, incluidos desiertos, arroyos, estanques y océanos. Esta variedad de hábitat ha impulsado una diversidad de adapta- ciones; pero todas las tortugas están protegidas por medio de un caparazón duro que está fusionado con las vértebras, cos- tillas y clavículas. Las tortugas carecen de dientes, pero en su lugar han desarrollado un pico córneo. Este pico lo utilizan para comer una variedad de alimentos; algunas tortugas son carnívoras, otras son herbívoras y otras más son carroñeras. La tortuga más grande, la tortuga gigante, habita en los océa- nos y puede crecer hasta alcanzar 2 metros o más de longitud; se alimenta principalmente de medusas. Las tortugas gigantes y otras tortugas marinas regresan a tierra firme para desovar y a menudo recorren distancias extraordinariamente largas para llegar a las playas donde entierran los huevos en la arena. FIGURA 24-10 El huevo amniótico Una lagartija anole lucha para salir de su huevo. El huevo amnióti- co encapsula al embrión en desarrollo en una membrana llena de líquido (el amnios) para garantizar que se desarrolle en un medio acuoso, incluso cuando el huevo está lejos del agua.
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