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Biologia la Vida en La Tierra-comprimido-616

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584 Capítulo 29 LOS DIVERSOS ECOSISTEMAS DE LA TIERRA
tundra
baja
al
tit
ud
alta
latitud
selva
tropical
ecuador
(0°)
polos
(90°)
bosque
de hojas
caducifolias
bosque de
coníferas
roca, nieve y hielo
FIGURA 29-4 Efectos de la altitud sobre la temperatura
En términos de temperatura, ascender una montaña en el hemisfe-
rio norte es en cierta forma como viajar hacia el norte; en ambos ca-
sos, las temperaturas cada vez más bajas producen biomas similares.
Las corrientes oceánicas moderan los climas costeros
Las corrientes oceánicas deben su impulso a la rotación de la
Tierra, a los vientos y al calentamiento directo del agua por el
Sol. Los continentes interrumpen las corrientes y las descom-
ponen en trayectorias aproximadamente circulares llamadas
giros. El efecto Coriolis provoca que los giros se muevan en el
sentido de las manecillas del reloj en el hemisferio norte y 
en sentido contrario en el hemisferio sur (FIGURA 29-3). Co-
mo el agua se calienta y se enfría más lentamente que la tie-
rra o el aire, las corrientes oceánicas tienden a moderar los
extremos de temperatura. Por consiguiente, las regiones cos-
teras tienen en general climas menos variables que las regio-
nes próximas al centro de los continentes. Por ejemplo, el giro
del Golfo —parte del giro del Océano Atlántico (figura 29-3)—
lleva agua caliente de las regiones ecuatoriales hacia el norte,
a lo largo de la costa oriental de Norteamérica, y crea así un
clima más cálido y húmedo que el del interior del continente.
Después, esta corriente lleva el agua aún cálida a regiones si-
tuadas todavía más al norte y al oriente, y calienta así la cos-
ta occidental de Europa antes de regresar al sur.
Los continentes y las montañas complican 
el estado del tiempo y el clima
Si la superficie terrestre fuera uniforme, las zonas climáticas
formarían bandas de acuerdo con la latitud (véase la figura
29-2a). La presencia de continentes de forma irregular (que se
calientan y se enfrían con relativa rapidez) en medio de los
océanos (que se calientan y se enfrían con más lentitud) alte-
ra el flujo del viento y del agua y contribuye a la irregular dis-
tribución de los ecosistemas.
Las variaciones de altitud dentro de los continentes com-
plican aún más la situación. Conforme aumenta la altitud, la
atmósfera se enrarece y retiene menos calor. La temperatura
desciende aproximadamente 2°C por cada 305 metros de alti-
tud adicional. Esta característica explica por qué hay monta-
ñas cubiertas de nieve incluso en el trópico (FIGURA 29-4).
También las montañas modifican los regímenes pluviales.
Cuando el aire cargado de humedad se ve obligado a subir al
toparse con una montaña, se enfría. El enfriamiento reduce la
capacidad del aire para retener humedad, y ésta se condensa
en forma de lluvia o nieve sobre la ladera de la montaña que
da hacia el viento (la más próxima). El aire frío y seco se ca-
lienta de nuevo al bajar por la otra ladera de la montaña y ab-
sorbe agua de la tierra, con lo cual crea una zona seca local
conocida como sombra orográfica. Por ejemplo, las cordilleras
del oeste de Estados Unidos, como la Sierra Nevada, expri-
men la humedad de los vientos del oeste que llegan del Océa-
no Pacífico y crean desiertos en la sombra orográfica de sus
laderas orientales (FIGURA 29-5).
El Niño interrumpe periódicamente las interacciones 
entre el océano y la atmósfera
La zona tropical occidental del Océano Pacífico generalmen-
te alberga una enorme reserva de agua cálida que es empuja-
da hacia el oeste por los vientos alisios del noreste (véase la
figura 29-2a). La evaporación del agua de esta masa cálida se
precipita en forma de lluvia sobre los países a orillas del Pací-
fico occidental, como Indonesia y Australia. Para remplazar el
agua que se desplaza hacia el oeste, agua más fría de las pro-
fundidades oceánicas, rica en nutrimentos, sube a lo largo de
la costa occidental de Sudamérica, llevando a Perú una rica
provisión de peces. Pero por razones desconocidas, a interva-
los de entre 3 y 7 años, los vientos alisios se extinguen y el fe-
nómeno conocido como El Niño se presenta. Llamado así por
los pescadores peruanos en referencia al niño Jesús, El Niño
trae consigo lluvias a Perú durante el mes de diciembre, nor-
malmente árido, y los vientos alisios en extinción permiten
que el agua cálida se disperse de regreso hacia el este a través
del Pacífico hasta llegar a la costa occidental de Sudamérica.
Mientras tanto, la sequía azota a Indonesia, el este de Austra-
lia y el sur de África. El Niño alteró con inmensa fuerza el es-
Eurasia
Antártida
Australia
Norteamérica
Corriente
del Golfo
giro
Sudamérica
Eurasia
África
Antártida
ecuador rotación
Groenlandia
FIGURA 29-3 Las trayectorias de circulación de los océanos se
llaman giros
Los giros se mueven en el sentido de las manecillas del reloj en el
hemisferio norte y en sentido contrario en el hemisferio sur. Estas
corrientes tienden a distribuir el calor del ecuador a las zonas cos-
teras septentrionales y meridionales.

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