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Biologia la Vida en La Tierra-comprimido-625

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¿CÓMO SE DISTRIBUYE LA VIDA EN EL MEDIO TERRESTRE? 593
FIGURA 29-14 Desierto de Sonora
Después de una primavera relativamente húmeda, este desierto se
cubre de una alfombra de flores silvestres. Durante gran parte del
año —en ocasiones durante varios años— las semillas de las flores
silvestres permanecen aletargadas, en espera de las lluvias prima-
verales. PREGUNTA: ¿Cómo “determinan” las semillas de las
plantas del desierto si la cantidad de lluvia es adecuada para la
germinación?
FIGURA 29-15 Desertificación
La población humana que rebasa la capacidad de carga reduce la
capacidad de muchas regiones áridas (secas), como la región de
Sahel en África, para sostener la vida; este proceso se llama deser-
tificación.
Los animales de los desiertos, al igual que las plantas, están
especialmente adaptados para sobrevivir en condiciones de
calor y sequía. Son pocos los animales que pueden verse en
los desiertos durante los calurosos días de verano. Muchos de
ellos, incluidos el búho excavador, la rata canguro, el sapo del
desierto, la tortuga del desierto y el crótalo cornudo, se refu-
gian del calor en madrigueras subterráneas que se mantienen
relativamente frescas y húmedas. La liebre del desierto se re-
fugia bajo la sombra de rocas y arbustos; sus enormes orejas
y largas patas son adaptaciones que irradian calor. Los repti-
les como las serpientes del desierto, tortugas y lagartos ajus-
tan su actividad de acuerdo con la temperatura. En el verano
están más activos sólo a la hora del amanecer y del ocaso. En-
tre los animales que toman ventaja de las temperaturas fres-
cas de la noche se incluyen las liebres, los murciélagos, los
búhos excavadores y las ratas canguro (véase la figura 29-
13c). Muchos de los animales del desierto más pequeños sobre-
viven sin beber agua jamás; toda la que necesitan la obtienen
de su alimento y de la que se produce durante la respiración ce-
lular en sus tejidos. Los animales más grandes, como el carnero
cuernilargo del desierto, dependen de abrevaderos permanen-
tes durante las épocas más secas del año.
Efectos de las actividades humanas 
Los ecosistemas desérticos son frágiles. Los ecólogos que es-
tudian el suelo del desierto de Mojave, en el sur de California,
encontraron recientemente huellas de rodamiento impresas
por tanques en 1940, cuando el general Patton entrenaba tri-
pulaciones de tanques como preparativo para entrar en la Se-
gunda Guerra Mundial. El suelo de este desierto se encuentra
estabilizado y enriquecido por cianobacterias microscópicas
cuyos filamentos se entrelazan en medio de los granos de are-
na. Los tanques, y ahora los numerosos vehículos todoterreno
que corren por el desierto con fines recreativos, destruyen es-
ta importantísima red. Esto provoca que el suelo se erosione
y reduce la cantidad de nutrimentos disponibles para las plan-
tas de crecimiento lento del desierto. Los ecólogos estiman
que el suelo del desierto tardará cientos de años en recuperar-
se totalmente del uso de vehículos pesados.
Las actividades humanas están contribuyendo a la deserti-
ficación, el proceso por el que regiones relativamente secas y
proclives a sufrir sequía se convierten en desiertos como re-
sultado de las actividades humanas. La Organización de las
Naciones Unidas (ONU) estima que la desertificación afecta
una tercera parte del medio terrestre de nuestro planeta. Su
principal causa es el uso inapropiado del terreno, incluidos la
tala inmoderada de árboles y arbustos para obtener madera,
el pastoreo excesivo del ganado y el agotamiento de las aguas
superficiales y subterráneas para regar cultivos. La pérdida de
vegetación, que humidifica el aire y estabiliza el suelo, permite
que el terreno se erosione y que las sequías se intensifiquen,
lo que diminuye la productividad de la tierra. La desertifica-
ción de la tierra es una consecuencia de la población humana
que excede la capacidad de carga de un frágil ecosistema. Por
ejemplo, la región de Sahel —una sabana seca al sur del de-
sierto del Sahara— se ha sobreexplotado por el pastoreo y se
ha degradado por la acción de una creciente población huma-
na (FIGURA 29-15). Con gran entusiasmo, el “Proyecto Edén”
en Nigeria, al oeste de África, está ayudando a reducir la de-
sertificación suministrando a los cultivadores árboles frutales
perennes que crecen en condiciones áridas, estabilizan los
suelos y proveen alimento. El presidente de Gambia también ha
puesto en marcha programas que apoyan la reforestación de
la región de Sahel.
Chaparral
En muchas regiones costeras que colindan con desiertos, co-
mo el sur de California y gran parte del Mediterráneo, encon-
tramos un tipo singular de vegetación conocido como

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