Logo Studenta

Biologia la Vida en La Tierra-comprimido-712

¡Estudia con miles de materiales!

Vista previa del material en texto

totalmente para formar CO2. En niveles elevados, el CO es
mortal porque “engaña” a la hemoglobina, uniéndose a ella
en lugar del oxígeno y con una fuerza 200 veces mayor. Una
persona puede morir si respira aire con tan sólo 0.1 por cien-
to de CO. La hemoglobina que contiene CO es de color rojo
brillante (al igual que la hemoglobina oxigenada), pero no
puede transportar oxígeno porque los sitios de unión para es-
te gas se encuentran ocupados. Casi todas las víctimas de as-
fixia tienen labios y uñas azulosos porque su hemoglobina
está desoxigenada; los labios y las uñas de las víctimas de en-
venenamiento con monóxido de carbono (que podría presen-
tarse al respirar el escape de un automóvil en un espacio
cerrado) son más rojos de lo normal.
El aire se inhala activamente 
y se exhala pasivamente
La respiración se efectúa en dos etapas: 1. inhalación, cuando
se introduce aire activamente a los pulmones, y 2. exhalación,
cuando se expulsa pasivamente de los pulmones. La inhala-
ción se logra agrandando la cavidad torácica, mediante la con-
tracción del diafragma, un músculo que forma el límite inferior
de la cavidad torácica. En reposo, este delgado músculo se ar-
quea hacia arriba, pero la contracción tira de él hacia abajo 
y, de esta forma, se expande la cavidad torácica. Los músculos
de las costillas también se contraen, levantando las costillas
hacia arriba y hacia fuera (FIGURA 33-11a). Cuando la cavi-
dad torácica se expande, los pulmones se expanden con ella
porque un vacío con una capa de líquido los mantiene pega-
dos a la pared interna del tórax. Al expandirse los pulmones
junto con la cavidad torácica durante la inhalación, su mayor
volumen crea un vacío parcial que succiona aire hacia ellos.
Una herida que perfore el tórax es peligrosa, en parte, porque
permite que el aire penetre entre la pared torácica y los pul-
mones, evitando que éstos se expandan cuando la cavidad to-
rácica lo hace.
Aunque el aire puede exhalarse de manera forzada, en re-
poso, la exhalación se efectúa automáticamente cuando se re-
lajan los músculos que causan la inhalación. El diafragma
relajado se curva hacia arriba y las costillas caen hacia abajo
y hacia dentro, lo que reduce el tamaño de la cavidad toráci-
ca y expulsa el aire de los pulmones (FIGURA 33-11b
nen aire. Este aire evita que los delgados alveolos se colapsen
y llena el espacio dentro de la porción conductora del sistema
respiratorio. Una respiración normal desplaza apenas unos
500 mililitros de aire “nuevo” en el sistema respiratorio. De
este volumen, sólo unos 350 mililitros llegan a los alveolos pa-
ra que haya intercambio de gases. La respiración más profun-
da durante el ejercicio hace que se intercambie un volumen
varias veces mayor.
El centro respiratorio del cerebro controla 
la frecuencia respiratoria
Imaginemos tener que pensar para respirar. Por fortuna, la
respiración es rítmica y automática, sin necesidad de concien-
cia. Pero, a diferencia del músculo cardiaco, los músculos que
se usan para respirar no se autoactivan; cada contracción es es-
timulada por impulsos de células nerviosas. Estos impulsos se
originan en el centro respiratorio
680 Capítulo 33 RESPIRACIÓN
¿Acaso tú o algún conocido tuyo han dejado de fumar? La Aso-
ciación Neumológica de Estados Unidos tiene noticias alenta-
doras: una línea del tiempo de las mejorías que experimentan
los ex fumadores conforme sus cuerpos comienzan a recuperar-
se, a partir de que fumaron el último cigarrillo. Si una persona
deja de fumar, después de 20 minutos, la presión arterial y el
pulso disminuyen. Después de ocho horas, el nivel de monóxi-
do de carbono en la sangre se reduce, mientras que el oxígeno
en la sangre aumenta a niveles normales. Después de 24 horas
su oportunidad de sufrir un infarto al miocardio disminuye. Des-
pués de 48 horas recupera su capacidad de oler y saborear los
alimentos. De dos semanas a tres meses después, es capaz de
hacer ejercicio más fácilmente conforme las funciones del siste-
ma circulatorio y del aparato respiratorio mejoran. De uno a
nueve meses después, la tos disminuye y hay menos conges-
tión en los senos paranasales; además, se siente más energía.
Después de un año se tiene la mitad del riesgo de un fumador
de padecer una enfermedad coronaria. Después de cinco años
el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular comienza a dis-
minuir. Después de 10 años de abandonar el hábito, el riesgo
de sufrir cáncer pulmonar es la mitad del que tiene un fumador, y
la probabilidad de padecer cáncer en el páncreas, los riñones,
la vejiga, el esófago, la garganta y la boca también se reduce.
Después de 15 años el riesgo de morir por algún factor relacio-
nado con el tabaquismo es casi tan bajo como el de quienes 
jamás han fumado. (Con información de “What Are the Benefits
of Quitting Smoking?”, publicado por la Asociación Neumoló-
gica de Estados Unidos en http://www.lungusa.org).
Quienes abandonan el hábito de fumar son ganadoresENLACES CON LA VIDA

Continuar navegando