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Biologia la Vida en La Tierra-comprimido-733

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¿CÓMO DIGIEREN LOS ALIMENTOS LOS SERES HUMANOS? 701
Tabla 34-5 Algunas hormonas digestivas importantes
Hormona Sitio de producción Estímulo para la producción Efecto
Gastrina Estómago Péptidos y aminoácidos en el estómago Estimula la secreción ácida por las células 
estomacales
Secretina Intestino delgado Ácido en el intestino delgado Estimula la producción de bicarbonato 
por el páncreas y el hígado; aumenta la 
producción hepática de bilis
Colecistocinina Intestino delgado Aminoácidos, ácidos grasos Estimula la secreción de enzimas pancreáticas
en el intestino delgado y la liberación de bilis de la vesícula
Péptido inhibidor Intestino delgado Ácidos grasos y azúcares Inhibe los movimientos estomacales 
gástrico en el intestino delgado y la liberación de ácido gástrico
demasiado grandes para entrar en los capilares, se introducen
en los vasos quilíferos, cuyas paredes son más porosas. De los
vasos quilíferos son transportados dentro del sistema linfáti-
co, que finalmente los vacía en una gran vena cerca del cora-
zón, como se describe en el capítulo 32.
En el intestino grueso se absorbe agua 
y se forman heces 
El intestino grueso de un ser humano adulto mide aproxima-
damente 1.5 metros de largo y 7.5 centímetros de diámetro,
así que es más ancho y más corto que el intestino delgado. El
intestino grueso consta de dos partes: durante casi toda su 
extensión se le denomina colon, pero su compartimiento final,
de unos 15 centímetros de longitud, se llama recto. Al intesti-
no grueso llegan los residuos de la digestión: las paredes celu-
lares de las verduras y frutas, pequeñas cantidades de lípidos y
proteínas no digeridos, así como algunos residuos de nutri-
mentos, incluida agua. El intestino grueso contiene una flore-
ciente población de bacterias (aunque, entre los mamíferos,
sólo los rumiantes albergan microorganismos intestinales 
capaces de digerir celulosa). Estas bacterias pagan su manu-
tención sintetizando vitamina B12, tiamina, ri-
boflavina y, de manera muy importante, vitami-
na K, que no suele estar presente en cantidades
suficientes en la dieta, por lo que no estaría en
el cuerpo si no existieran estas útiles bacterias.
Las células que recubren el intestino grueso
absorben estas vitaminas, así como el agua y las
sales remanentes.
Una vez que termina la absorción, lo que
queda es la materia semisólida que conocemos como heces.
Éstas consisten en agua, desechos indigeribles, algunos resi-
duos de nutrimentos, algunos productos desdoblados de los
glóbulos rojos y bacterias muertas (estas últimas representan
cerca de la tercera parte del peso seco de las heces). La mate-
ria fecal se transporta por movimientos peristálticos hasta el
recto. La expansión de esta cámara estimula el deseo de defe-
car. La apertura del ano se controla mediante dos músculos
esfínteres: uno interno que es involuntario y otro externo que
puede controlarse de manera consciente. Aunque la defeca-
ción es un reflejo (como bien lo sabe quienquiera que tenga
un bebé), se somete al control de la voluntad a partir de los
dos años de edad, aproximadamente.
La digestión es controlada por el sistema nervioso 
y ciertas hormonas
El mesero coloca una ensalada del chef frente a nosotros que,
hambrientos, comenzamos a devorarla. Sin que pensemos en
ello, nuestro cuerpo coordina una serie compleja de acciones
que convierten la ensalada en nutrimentos que circulan por
nuestra sangre. No es sorprendente, entonces, que tanto ner-
vios como hormonas coordinen las secreciones y actividades
del tracto digestivo (FIGURA 34-15 y tabla 34-5).
salivación
pensamiento
vista
olor
sabor
cerebro
hormonas digestivas
secreciones digestivas
peristaltismo
receptores en
el tracto digestivo
estiramiento
contenido de
nutrimentos
estímulos
de alimento
señales al
aparato digestivo
FIGURA 34-15 Nervios y hormonas influyen en el
aparato digestivo

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