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¿CÓMO FUNCIONAN LAS DEFENSAS NO ESPECÍFICAS? 723 teresante, los investigadores han encontrado proteínas muy similares en la sangre de los vertebrados (incluidos los seres humanos) y un invertebrado como el cangrejo herradura (Li- mulus; FIGURA 36-2). En estos diversos organismos, las proteí- nas ayudan a proteger de las infecciones. Este hallazgo sugiere que los genes que codifican estas moléculas han pasa- do a través de un linaje evolutivo de animales durante cientos de millones de años y parecen ser sumamente importantes en el combate a las infecciones. Las defensas internas específicas del sistema inmunitario surgieron con los vertebrados. Aunque algunos textos inclu- yen algunas defensas no específicas como parte del “sistema inmunitario” y analizan los “sistemas inmunitarios de los in- vertebrados”, aquí definimos el término más estrechamente. Pese a que los invertebrados tienen muchas y muy efectivas defensas contra las enfermedades, carecen de defensas especí- ficas para enfermedades particulares, de manera que, de acuer- do con nuestra definición, carecen de sistema inmunitario. 36.2 ¿CÓMO FUNCIONAN LAS DEFENSAS NO ESPECÍFICAS? La piel y las membranas mucosas forman barreras externas contra la invasión La mejor estrategia de defensa consiste, antes que nada, en impedir que los invasores ingresen al organismo. En el cuer- po animal, esta primera línea de defensa corre por cuenta de las dos superficies que están expuestas al ambiente: la piel y las membranas mucosas de los tractos digestivo, respiratorio y urogenital. La piel y sus secreciones bloquean la entrada y proveen un ambiente inhóspito para el crecimiento microbiano Las gotitas cargadas de virus y bacterias arrojadas por el com- pañero de al lado que caen sobre la piel encontrarán una su- perficie exterior formada por células muertas y secas. Casi ninguno de esos microorganismos obtendrá el agua y los nu- trimentos que necesita para sobrevivir. Las pocas bacterias y hongos que logren afianzarse sobre la piel por lo regular se desecharán antes de que puedan causar daño, porque las cé- lulas epiteliales continuamente se están desprendiendo al ser remplazadas desde abajo. Las secreciones de las glándulas su- doríparas, sebáceas (productoras de aceite) y céreas (en el conducto auditivo externo) contienen antibióticos naturales que inhiben el crecimiento de bacterias extrañas al cuerpo. Estas múltiples defensas hacen que la piel íntegra sea una ba- rrera sumamente eficaz contra la invasión microbiana. Las secreciones antimicrobianas, el moco y la acción ciliar defienden a las membranas mucosas contra los microbios Las tibias y húmedas membranas mucosas que rodean los ojos y que revisten los tractos digestivo, respiratorio y uroge- nital son mucho más favorables para los microbios que la piel, pero también poseen mecanismos de defensa eficaces. El mo- co y las lágrimas secretadas por estas membranas contienen enzimas antibacterianas, llamadas lisozimas Los cilios de las membranas que revisten las vías respiratorias barren el moco, junto con las partículas atrapadas, hasta la na- riz y la boca donde se expulsa por medio de un estornudo o una tos, o se traga. Si los microbios son tragados, llegan al es- tómago, donde encuentran tanto acidez extrema como enzi- mas que digieren proteínas, las cuales pueden matar muchos tipos de microbios. Más adelante en el tracto digestivo, el in- testino está habitado por bacterias que son inocuas en su há- bitat intestinal, pero que secretan sustancias capaces de destruir bacterias u hongos invasores. En el tracto urinario, la leve acidez de la orina inhibe el crecimiento de bacterias. En las mujeres, las secreciones ácidas y el moco ayudan a proteger la vagina. Pese a estas defensas, muchos organismos patógenos logran ingresar en el cuerpo a través de las mem- branas mucosas. Por ejemplo, al inhalar los productos del es- tornudo, muchos virus ingresan en nuestros pulmones y es probable que algunos logren penetrar las vulnerables mem- branas. Veamos qué sucede después. Defensas internas no específicas combaten a los microbios Los parásitos invasores que penetran la piel y las membranas mucosas se encuentran con una serie de defensas internas.Al- gunas de esas defensas no son específicas, es decir, atacan a una amplia variedad de microbios en vez de poner la mira en invasores específicos. Las defensas no específicas pertenecen a una de tres categorías principales. Primero, el cuerpo cuen- ta con un ejército permanente de glóbulos blancos o leucoci- tos, algunos de los cuales se especializan en atacar y destruir células extrañas. Segundo, una lesión, con su combinación de tejidos dañados e invasión relativamente masiva de micro- bios, provoca una respuesta inflamatoria que hace entrar a los leucocitos en escena. Tercero, si ocurre una infección impor- tante, el cuerpo puede generar fiebre, es decir, una temperatu- ra elevada que frene la reproducción microbiana y, al mismo tiempo, aumente la capacidad del cuerpo para combatirla. Las células fagocíticas y asesinas naturales destruyen a los microbios invasores El cuerpo contiene varios tipos de glóbulos blancos, llamados fagocitos, capaces de ingerir a los invasores extraños y dese- polen polvo cilios de las células traqueales FIGURA 36-3 La función protectora del moco El epitelio ciliado y cubierto de moco que reviste las vías respira- torias atrapa microbios y partículas extrañas.
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