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FIGURA 40-4 Un áfido hembra en reproducción En la primavera y principios del verano, cuando abunda el alimen- to, las hembras de los áfidos se reproducen por partenogénesis. De hecho, el desarrollo del tracto reproductor es tan rápido que las hembras ¡nacen embarazadas! En el otoño, la reproducción es sexual. PREGUNTA: ¿Por qué los áfidos se reproducen sexual- mente en el otoño? FIGURA 40-5 Las lombrices de tierra intercambian espermato- zoides La reproducción sexual requiere de la unión de un espermatozoide y un óvulo En vista de la eficiencia obvia de la reproducción asexual, na- die sabe con certeza por qué surgió la reproducción sexual pa- ra convertirse en la forma dominante de reproducción. La reproducción sexual tiene una consecuencia importante: la re- combinación genética que tiende a crear genotipos novedosos —y, por consiguiente, nuevos fenotipos— que son una fuente importante de variación sobre la cual puede actuar la selec- ción natural. En los animales se efectúa reproducción sexual cuando un espermatozoide haploide fecunda a un óvulo haploide para generar un descendiente diploide. En casi todas las especies animales, un individuo es macho o hembra. Los sexos se defi- nen por el tipo de gameto que cada uno produce. Las hembras producen óvulos: células grandes, inmóviles, que contienen re- servas de alimento. Los machos producen espermatozoides, que son pequeños, móviles y casi no tienen citoplasma ni re- servas alimenticias. En algunos animales, como la lombriz de tierra y muchos caracoles, un mismo individuo produce espermatozoides y óvulos. Tales individuos se llaman comúnmente hermafroditas (por Hermafrodito, un dios griego cuyo cuerpo se unió con el de una ninfa acuática y produjo un ser mitad hombre y mitad mujer). En casi todas las especies hermafroditas, la reproduc- ción implica un intercambio de espermatozoides entre indivi- duos, como ocurre entre las lombrices de tierra (FIGURA 40-5). Sin embargo, en algunas especies hermafroditas, un individuo puede fecundar sus propios óvulos, si no hay una pareja dis- ponible. Estos animales, entre los que destacan la solitaria y muchos caracoles de estanque, son relativamente poco móvi- les y podrían quedar aislados de otros miembros de su espe- cie. En tales circunstancias, la capacidad de autofecundación, sin duda, es una ventaja. En el caso de las especies con dos sexos y de las hermafrodi- tas que no pueden autofecundarse, la reproducción requiere juntar espermatozoides de un individuo con óvulos de otro, pa- ra que haya fecundación. La unión de espermatozoides y óvulos se logra de diversas maneras, dependiendo de la movilidad de los animales y de si se reproducen en el agua o sobre la tierra. La fecundación externa se efectúa afuera del cuerpo de los progenitores En la fecundación externa, la unión del espermatozoide y el óvulo se efectúa afuera del cuerpo de los progenitores. Si los animales se reproducen en el medio acuático, los progenitores liberan espermatozoides y óvulos al agua; luego, aquéllos na- dan hasta llegar a los óvulos. Este procedimiento se llama de- sove. Puesto que los espermatozoides y óvulos tienen una vida relativamente efímera, los animales que desovan deben coordinar sus comportamientos reproductores, tanto tempo- ralmente (el macho y la hembra desovan al mismo tiempo) co- mo espacialmente (el macho y la hembra desovan en el mismo lugar). La sincronización puede lograrse mediante señales, com- portamientos de cortejo, indicios ambientales o alguna combi- nación de estos factores. Casi todos los animales que desovan dependen en algún grado de indicios ambientales. La reproducción suele efectuar- se sólo durante ciertas épocas del año; indicios como los cam- bios en la duración del día generalmente estimulan los cambios fisiológicos que preparan al cuerpo para la reproducción. Sin embargo, se requiere una sincronía más precisa para coor- dinar la liberación de los espermatozoides y los óvulos. Por ejemplo, muchas especies de coral sincronizan el desove con base en la fase lunar, liberando de manera simultánea paque- tes de espermatozoides y óvulos en el agua (FIGURA 40-6). Aunque muchos espermatozoides y óvulos conforman cada paquete liberado por estos animales hermafroditas, por lo FIGURA 40-6 Indicios ambientales podrían sincronizar el desove En la Gran Barrera de Arrecifes de Australia, miles de corales de- sovan de manera simultánea, creando un efecto de “ventisca”. El desove en estos corales está vinculado a las fases lunares.
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