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hipótesis de que el óvulo humano libera un atrayente quími- co que incita a los espermatozoides a acercarse. En el tubo uterino, cientos de espermatozoides llegan al óvulo, rodean a la corona radiada y liberan enzimas de su acrosoma (FIGURA 40-20b). Estas enzimas debilitan tanto la corona radiada como la zona pelúcida y permiten que pene- tre el espermatozoide, impulsado por las contorsiones de su flagelo, hasta el óvulo. Si no hay suficientes espermatozoides, la cantidad de enzimas liberadas no será suficiente y ninguno de los espermatozoides llegará al óvulo. Ésta podría ser la ra- zón por la que la selección natural ha propiciado que se eya- culen tantos espermatozoides. Quizá uno de cada 100,000 llegará al tubo uterino y, de los que lo logran, uno de cada 20 encontrará al óvulo, de manera que sólo unos cuantos cente- nares de los 300 millones de espermatozoides que se eyacula- ron participarán en el ataque contra las barreras que rodean al óvulo. Cuando el primer espermatozoide por fin entra en contac- to con la superficie del óvulo, las membranas plasmáticas del óvulo y el espermatozoide se fusionan y la cabeza de este úl- timo se introduce en el citoplasma de aquél. Al entrar el es- permatozoide, inicia dos cambios vitales en el óvulo: primero, vesículas cercanas a la superficie del óvulo liberan en la zona pelúcida sustancias que la refuerzan e impiden que otros esper- matozoides ingresen en el óvulo; segundo, el óvulo sufre una se- gunda división meiótica y por fin produce un gameto haploide. Las enfermedades de transmisión sexual (ETS) se contraen pri- mordialmente a través del contacto sexual. Causadas por virus, bacterias, protistas o artrópodos que infectan los órganos sexua- les y el tracto reproductor, las ETS son un problema de salud gra- ve y cada vez de mayor magnitud en todo el mundo. INFECCIONES BACTERIANAS La gonorrea es una ETS común, también conocida como ble- norragia. La bacteria penetra en las membranas que recubren la uretra, el ano, el cérvix, el útero, los tubos uterinos y la gargan- ta. En el hombre, la inflamación de la uretra hace que la micción sea dolorosa y haya una descarga de pus por el pene; en las mujeres, los síntomas a menudo son leves e incluyen flujo va- ginal o micción dolorosa. Aunque la gonorrea puede tratarse con antibióticos, muchas personas infectadas tienen síntomas leves o ningún síntoma, por lo que fácilmente pueden disemi- nar la enfermedad. La gonorrea puede causar esterilidad al bloquear los tubos uterinos con tejido de cicatrización. La bac- teria ataca los ojos de los bebés recién nacidos de madres in- fectadas y en otros tiempos fue una causa importante de ceguera. En la actualidad, casi todos los recién nacidos reciben de inmediato gotas oftálmicas con antibiótico de forma pre- ventiva para matar a la bacteria. La sífilis penetra en las membranas mucosas de genitales, labios, ano o mamas. Puesto que la bacteria de la sífilis no so- brevive mucho tiempo si se expone al aire, se propaga sólo por contacto íntimo. La sífilis inicia con una llaga en el punto de infección y se puede curar con antibióticos. Si no se trata, las bacterias de la sífilis se diseminan por todo el cuerpo, se multi- plican y dañan muchos órganos como la piel, los riñones, el corazón y el cerebro, en algunos casos hasta provocar la muer- te. La sífilis se puede transmitir al feto durante el embarazo; la piel, los dientes, los huesos, el hígado y el sistema nervioso central de esos bebés podrían sufrir daños. La clamidia causa inflamación de la uretra en los hombres y de la uretra y el cérvix en las mujeres. En muchos casos no hay síntomas obvios, por lo que la infección no es tratada y se propa- ga. La bacteria de la clamidia puede infectar y bloquear los tubos uterinos y causar esterilidad. Una infección de clamidia causa in- flamación de los ojos en bebés de madres infectadas y es una de las principales causas de ceguera en los países en desarrollo. INFECCIONES VIRALES El síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) es causa- do por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), como vimos en el capítulo 36. Se contagia primordialmente por actividad sexual, transfusión de sangre infectada y uso de agujas conta- minadas, así como de la madre infectada al hijo recién nacido. El virus VIH ataca al sistema inmunitario y deja a la víctima vul- nerable a diversas infecciones, que casi siempre resultan morta- les. No hay cura, pero las combinaciones de ciertos fármacos pueden prolongar la vida considerablemente. El herpes genital produce dolorosas vesículas en los genita- les y la piel circundante; se transmite primordialmente cuando hay vesículas presentes. El virus del herpes nunca sale del cuer- po y se manifiesta a intervalos impredecibles, posiblemente como respuesta a la tensión. Los medicamentos antivirales re- ducen la gravedad de los brotes. Las mujeres embarazadas con herpes genital activo pueden transmitir el virus al feto en desa- rrollo y, en algunos casos, esta enfermedad provoca incapaci- dad mental o física importantes o parto de un bebé muerto. El herpes también se puede transmitir de la madre al bebé duran- te el parto. El virus del papiloma humano (VPH) infecta a un 50 por ciento de los individuos sexualmente activos en algún momen- to de sus vidas. La mayoría no presenta síntomas y se recupera de la infección sin siquiera saber que la tuvo. El virus provoca excrecencias o protuberancias que aparecen en los genitales ex- ternos, la vagina, el cérvix o el ano en las mujeres, y en el pene, el escroto, la ingle o los muslos en los hombres. Las verrugas por lo regular desaparecen, o bien, pueden ser extirpadas. El VPH es un problema de salud porque puede provocar cáncer cervical, una enfermedad que cuesta la vida a unas 4000 muje- res cada año en Estados Unidos. En 2006 la Agencia de Fárma- cos y Alimentos (Food and Drug Administration, FDA) aprobó una vacuna contra las formas de VPH que causan la mayoría de los casos de verrugas genitales y cánceres cervicales. Si se ad- ministra a mujeres jóvenes antes de que inicien su vida sexual, la vacuna podría reducir considerablemente los índices de cán- cer cervical en el futuro. INFECCIONES DE PROTISTAS Y ARTRÓPODOS La tricomoniasis es causada por un protista flagelado, que co- loniza las membranas mucosas que recubren el tracto urinario y los genitales de hombres y mujeres. Los síntomas son un de- rrame causado por una inflamación en respuesta al parásito. El protista se propaga mediante el coito, pero también se adquie- re usando ropa y artículos de tocador contaminados. Una infec- ción prolongada sin tratamiento produce esterilidad. Las ladillas, también llamadas piojos púbicos, son arácnidos microscópicos (parientes de las arañas) que viven y ponen sus huevecillos en el vello púbico. Sus piezas bucales están adapta- das para penetrar en la piel y succionar sangre y líquidos corpo- rales, proceso que causa intenso escozor. Las ladillas no sólo son irritantes, sino también pueden propagar enfermedades in- fecciosas. Se controlan con una higiene cuidadosa y tratamien- tos químicos. Enfermedades de transmisión sexualGUARDIÁN DE LA SALUD
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