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866 Capítulo 42 ANATOMÍA DE LAS PLANTAS Y TRANSPORTE DE NUTRIMENTOS epidermis superior mesófilo a) b) capa en empalizada capa esponjosa epidermis inferior estoma célula oclusiva cloroplastos estoma floema xilema célula de la vaina epidermis inferior xilema floema haz vascular cutícula cutículacélula de la vaina del haz capa en empalizada capa esponjosa epidermis superior FIGURA 42-8 Estructura de una hoja representativa de dicotiledónea a) Las células de la epidermis no tienen cloroplastos y son transparentes, de manera que permiten que la luz solar pe- netre hasta las células mesofílicas localizadas abajo que sí contienen cloroplastos. Los estomas que perforan la epider- mis y la disposición holgada y abierta de las células mesofílicas garantizan la difusión del CO2 del aire al interior de la hoja para llegar a todas las células fotosintéticas. b) Una micrografía de una sección de una hoja de lila. difusión de los gases (CO2, O2 y vapor de agua) hacia el inte- rior y el exterior de la hoja. Cada estoma está rodeado por dos células guarda o células oclusivas, con forma de salchicha, las cuales regulan el tamaño de la abertura hacia el interior de la hoja (véase las figuras 42-8 y 42-22). A diferencia de las célu- las epidérmicas circundantes, las células oclusivas contienen cloroplastos y pueden realizar la fotosíntesis. Como veremos, la fotosíntesis en las células oclusivas contribuye a su capaci- dad para ajustar el diámetro del poro. Bajo la epidermis se encuentra el mesófilo (“parte media de la hoja”), que consiste en células parenquimatosas dispues- tas de manera holgada, donde la mayor parte de la actividad fotosintética de la hoja ocurre en los cloroplastos. Los espa- cios entre esas células (véase la figura 42-8) permiten que el CO2 entre a los estomas y se difunda fácilmente entre ellos, al tiempo que el oxígeno (un producto fotosintético) salga por difusión. Muchas hojas poseen dos tipos de células mesofíli- cas: una capa de células en empalizada, o en columna, situada inmediatamente abajo de la epidermis superior y una capa de células esponjosas, de forma irregular, arriba de la epidermis inferior. Los haces vasculares, cada uno de los cuales contiene tanto xilema como floema, están incrustados en el mesófilo y envían nervaduras finas que llegan muy cerca de cada célula fotosintética.Así, cada célula del mesófilo recibe energía de la luz solar transmitida a través de la epidermis transparente, dióxido de carbono del aire y agua del xilema. Los azúcares que produce son llevados al resto de la planta por el floema. Los tallos elevan y dan sostén al cuerpo de la planta Los tallos de las plantas y sus ramas soportan y separan las ho- jas, elevándolas hacia la luz solar y exponiéndolas al aire. Pe- ro al ayudar a las hojas a obtener energía solar y CO2 para la fotosíntesis, los tallos también separan a las hojas del agua y los minerales esenciales que las plantas terrestres obtienen del suelo. Además, los tallos separan a las raíces de las mo- léculas esenciales de alta energía que las hojas fotosintetiza- doras producen. Así que los tallos no sólo deben conducir agua y minerales disueltos hacia arriba, a las hojas, sino que también mueven moléculas de alta energía hacia abajo para dar sustento a las raíces. El tallo comprende cuatro tipos de tejidos En la punta del nuevo vástago en desarrollo se encuentra una yema terminal, la cual consiste en células meristemáticas rodea- das por hojas en desarrollo producidas por el meristemo (véa- se la figura 42-1). Algunas células meristemáticas hijas de la yema terminal se diferencian para convertirse en los tipos celu- lares diferenciados del tallo. La mayoría de los tallos jóvenes se componen de cuatro tejidos: epidermis (tejido dérmico), corte- za (parénquima), médula (parénquima) y tejidos vasculares, que se describirán en los siguientes apartados. Como se ilustra en la figura 42-2, las monocotiledóneas y dicotiledóneas difie- ren un tanto en la disposición de sus tejidos vasculares; aquí analizaremos sólo los tallos de las dicotiledóneas. La epidermis del tallo reduce la pérdida de agua y permite el ingreso de dióxido de carbono Las células epidérmicas del tallo, al igual que las de las hojas, secretan un recubrimiento ceroso, la cutícula, que reduce la pérdida de agua. También al igual que en las hojas, la epider- mis del tallo comúnmente está perforada con estomas que re- gulan la entrada de CO2 y permiten la liberación de oxígeno. La corteza y la médula sostienen al tallo, almacenan alimento y podrían realizar fotosíntesis La corteza está localizada entre la epidermis y los tejidos vascu- lares, mientras que la médula se encuentra en el centro del ani- llo de los tejidos vasculares, llenando la porción interna del tallo joven. En algunos tallos jóvenes es difícil decir dónde ter- mina la corteza y dónde comienza la médula. La corteza y la médula, que son células parenquimatosas, desempeñan tres funciones principales: brindan sostén, almacenan alimento y (en algunas plantas) realizan fotosíntesis. • Sostén. En tallos muy jóvenes, el agua que llena las vacuo- las centrales de las células corticales y medulares genera presión de turgencia (véase el capítulo 5). Esta presión confiere rigidez a las hojas, como hace el aire en un neumá-
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