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310 | Metabol ismo energét ico Recuadro 17-2. RESPUESTAS METABÓLICAS TRAS LOS TRAUMATISMOS GRAVES En los países desarrollados, los trau- matismos son la principal causa de mortalidad en individuos menores de 45 años, y un factor importante de morbilidad en los ancianos. Desde el punto de vista de la integración meta- bólica, la fase aguda que sigue a un traumatismo constituye una situación muy compleja y paradójica, en la que los mecanismos de homeostasis coope- ran para producir una movilización de combustibles exagerada y una hiper- glucemia que puede llegar a ser consi- derable. En las primeras horas tras un trau- matismo, se detectan cambios impor- tantes en los niveles de hormonas clave para la integración metabólica. El hipotálamo activa la secreción del fac- tor de liberación de corticotropina, que a su vez induce la liberación de ACTH por la pituitaria. ACTH estimula la secreción adrenal de cortisol. Como el resto de los glucocorticoides, el corti- sol tiende a elevar la glucosa plasmáti- ca al estimular la gluconeogénesis. Este efecto está potenciado por la acti- vación por cortisol de la degradación de proteínas intracelulares. El catabo- lismo proteico acelerado acarrea una pérdida de masa muscular, típica de las situaciones postraumáticas, y propor- ciona precursores gluconeogénicos derivados de los aminoácidos. El cortisol no es la única hormona responsable de la hiperglucemia pos- traumática. Los niveles de adrenalina, noradrenalina y dopamina aumentan también rápidamente, en una medida que se relaciona con la gravedad del trauma. La elevación de las catecolami- nas tiene importantes consecuencias metabólicas, directas e indirectas. Activa la degradación del glucógeno y la movilización de las reservas lipídicas, con lo que se elevan las concentraciones séricas de glucosa, ácidos grasos y gli- cerol (otro precursor gluconeogénico). Además, la adrenalina inhibe la secre- ción de insulina por el páncreas y esti- mula la de glucagón, incluso en las con- diciones de hiperglucemia descritas, lo que potencia los efectos anteriores. El patrón de movilización de com- bustibles metabólicos en la fase pos- traumática aguda varía, entre otros fac- tores, con la edad. La movilización de los combustibles grasos y la pérdida de masa muscular son mayores en los ancianos, mientras que la hiperglucemia está exacerbada en los niños. Recuadro 17-3. EL PIE DIABÉTICO: UNA DISFUNCIÓN HORMONAL La estructura de los tejidos de sostén está garantizada, no sólo por los genes de las proteínas estructurales y de proteínas que conducen a su maduración (véase el Cap. 34), sino también por un correcto equili- brio hormonal, nutricional y metabólico que asegure la homeostasia de los espa- cios extracelulares. Las alteraciones en estos procesos conducen a estados pato- lógicos que, en algunos casos, pueden repercutir gravemente en las estructuras de soporte. A este tipo de alteración per- tenece el pie diabético que desarrollan algunos enfermos de diabetes. La diabetes es una enfermedad que se caracteriza por hiperglucemia debida a una deficiencia en la función de la insu- lina, ya sea por carencia de la propia insulina o por alteraciones en la respues- ta celular a la misma. El pie diabético, que se manifiesta con hemorragias o ulceraciones en las extremidades inferio- res, a menudo se acompaña de hiperal- gesia (excesiva sensibilidad al dolor) o parestesia (conjunto de anomalías sensi- tivas, como cosquilleos o pérdida de sen- sibilidad al dolor). Estos problemas, en realidad, forman parte de la neuropatía diabética y están asociados a la degene- ración de fibras nerviosas sensitivas y motoras. La insulina no tiene un efecto directo sobre el mantenimiento de estas fibras, pero entre los factores tróficos del sistema nervioso tiene un papel muy importante una proteína estructuralmen- te relacionada con la insulina, denomi- nada IGF (factor de crecimiento pareci- do a la insulina, del inglés, insulin-like growth factor). Existen esencialmente dos isoformas de IGF (IGF-1 e IGF-2). En algunas formas de diabetes hay una alteración no sólo de la insulina, sino también del IGF-1. Ésta podría ser una explicación para la aparición de la neu- ropatía, incluso en casos de diabetes con una glucemia bien controlada. Estas neuropatías asociadas a la diabetes no bastan para explicar la fre- cuencia de ulceraciones en los dedos y plantas del pie o en los tobillos, que pueden llegar a evolucionar hasta gan- grena. La afectación puede centrarse en un dedo o extenderse a todo el pie, y la única solución puede ser la amputa- ción. Otra complicación común en la diabetes es la llamada caída de la muñeca o del tobillo. Para explicar estos problemas de ulceraciones y laxi- tud tendinosa hay que recordar que en el proceso de maduración del colágeno se produce una glicosilación de los residuos de hidroxilisina de las cade- nas polipeptídicas del tropocolágeno. Dicha glicosilación es lenta, pero pro- porcional a la concentración circulante de glucosa. Por ello, en el diabético, el colágeno suele estar más glicosilado, lo que da lugar a que los vasos sanguí- neos sean más frágiles y ello repercute en la composición de los ligamentos y tendones, sobre todo en las zonas más sometidas a presión mecánica, origi- nando la laxitud y ulceraciones antes comentadas. 17 Capitulo 17 8/4/05 11:15 Página 310
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