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la sangre y los tejidos, que acaban por alcanzar unas concentraciones mortales. Puede llevarse a cabo una diálisis peritoneal, en la cual se eliminan del sistema sustancias solubles y el exceso de agua por transferencia a través del peritoneo, utilizando una solución estéril diluida que se introduce en un lado de la cavidad peritoneal y a continuación se drena por el otro lado. Los solutos que pueden difundir y el agua se transfieren desde la sangre a la cavidad peritoneal como resultado de los gradientes de concentración entre ambos compartimentos líquidos. Sin embargo, la diálisis peritoneal en general solo se usa temporalmente. A largo plazo, es preferible utilizar un flujo directo de sangre a través de una máquina de diálisis renal. Anomalías congénitas de los riñones y los uréteres La presencia de pelvis renal y uréteres bífidos es bastante frecuente. Estas anomalías se deben a la división del divertículo metanéfrico (yema ureteral), el primordio de la pelvis renal y el uréter. El grado de duplicación ureteral depende de lo completa que sea la división embrionaria del divertículo metanéfrico. La pelvis renal bífida y/o el uréter bífido pueden ser unilaterales o bilaterales; sin embargo, no es frecuente que haya desembocaduras separadas en la vejiga urinaria. La división incompleta del divertículo metanéfrico se traduce en un uréter bífido; la división completa tiene como resultado un riñón supernumerario. En la pelvis embrionaria, los riñones están muy juntos. En 1 de cada 600 fetos, los polos inferiores (excepcionalmente los superiores) se fusionan, formando un riñón en herradura. Este riñón, con forma de U, suele situarse a nivel de las vértebras L3-L5, debido a que la raíz de la AMI impidió la reubicación normal de los riñones. El riñón en herradura no suele provocar síntomas; sin embargo, puede haber anomalías asociadas en el riñón y la pelvis renal que obstruyan el uréter. En ocasiones, el riñón embrionario, en un lado o en ambos, no consigue entrar en el abdomen y se sitúa anterior al sacro. Aunque es infrecuente, si se tiene en cuenta la posibilidad de un riñón pélvico ectópico se podrá evitar confundirlo con un tumor pélvico y extirparlo. Resumen de la inervación de las vísceras abdominales La inervación autónoma del abdomen está constituida por varios nervios esplácnicos diferentes y un nervio craneal (el vago, NC X), que aportan fibras simpáticas presinápticas y parasimpáticas, respectivamente, al plexo aórtico abdominal y a sus ganglios simpáticos asociados (figs. 5-54 y 5-55; tabla 5-8). Las extensiones periarteriales de estos plexos aportan fibras simpáticas postsinápticas y la continuación de las fibras parasimpáticas para las vísceras abdominales, donde se localizan los ganglios parasimpáticos intrínsecos. 620 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org INERVACIÓN SIMPÁTICA La porción simpática del sistema nervioso autónomo del abdomen está constituida por: Los nervios esplácnicos abdominopélvicos de los troncos simpáticos torácicos y abdominales. Ganglios simpáticos prevertebrales. El plexo aórtico abdominal y sus extensiones, los plexos periarteriales. Los plexos son mixtos, compartidos con el sistema nervioso parasimpático y fibras aferentes viscerales. Los nervios esplácnicos abdominopélvicos conducen fibras simpáticas presinápticas hacia la cavidad abdominopélvica. Estas fibras se originan en los cuerpos celulares del núcleo intermediolateral, o cuerno lateral, de la sustancia gris de los segmentos medulares T5-L2 o L3. Las fibras pasan sucesivamente a través de las raíces anteriores, los ramos anteriores y los ramos comunicantes blancos de los nervios espinales torácicos y lumbares superiores para alcanzar los troncos simpáticos. Pasan a través de los ganglios paravertebrales de los troncos simpáticos sin hacer sinapsis, para entrar en los nervios esplácnicos abdominopélvicos, que las conducen hacia los ganglios prevertebrales de la cavidad abdominal. Los nervios esplácnicos abdominopélvicos incluyen: Los nervios esplácnicos torácicos inferiores (mayor, menor e imo): de la parte torácica de los troncos simpáticos. Los nervios esplácnicos lumbares: de la parte lumbar de los troncos simpáticos. Los nervios esplácnicos torácicos inferiores son la principal fuente de fibras simpáticas presinápticas que inervan las vísceras abdominales. El nervio esplácnico mayor (originado en el tronco simpático desde los niveles vertebrales T5-T9 o T10), el nervio esplácnico menor (de los niveles T10- T11) y el nervio esplácnico imo (del nivel T12) son los nervios esplácnicos torácicos específicos que se originan de la porción torácica de los troncos simpáticos y atraviesan el correspondiente pilar del diafragma para transportar fibras simpáticas presinápticas a los ganglios simpáticos celíacos, mesentéricos superiores y aorticorrenales (prevertebrales), respectivamente. Los nervios esplácnicos lumbares proceden de la porción abdominal de los troncos simpáticos. Medialmente, los troncos simpáticos lumbares dan lugar a tres o cuatro nervios esplácnicos lumbares, que pasan hacia los plexos intermesentérico, mesentérico inferior e hipogástrico superior, transportando fibras simpáticas presinápticas a los ganglios prevertebrales asociados a 621 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org dichos plexos. Los cuerpos celulares de las neuronas simpáticas postsinápticas constituyen los ganglios prevertebrales principales que se congregan alrededor de las raíces de las ramas principales de la aorta abdominal, ganglios celíacos, aorticorrenales, mesentéricos superiores y mesentéricos inferiores, y ganglios prevertebrales menores innominados que se encuentran en los plexos intermesentérico e hipogástrico superior. Con la excepción de la inervación de la médula suprarrenal, las sinapsis entre las neuronas presinápticas y postsinápticas tienen lugar en los ganglios prevertebrales (fig. 5-54 B). Las fibras nerviosas simpáticas postsinápticas pasan de los ganglios prevertebrales a las vísceras abdominales a través de los plexos periarteriales que acompañan a las ramas de la aorta abdominal. La inervación simpática del abdomen, como la de otras zonas, se encarga sobre todo de la vasoconstricción. En lo que respecta al tubo digestivo, inhibe (lentifica o detiene) la peristalsis. INERVACIÓN PARASIMPÁTICA La porción parasimpática del sistema nervioso autónomo del abdomen (figs. 5-54 y 5-55) está formada por: Los troncos vagales anterior y posterior. Los nervios esplácnicos pélvicos. Los plexos nerviosos autónomos abdominales (paraaórticos) y sus extensiones, los plexos periarteriales. Los ganglios parasimpáticos intrínsecos (entéricos), componentes de los plexos entéricos intrínsecos del sistema nervioso entérico. Los plexos nerviosos son mixtos, es decir, se comparten con el sistema nervioso simpático y fibras aferentes viscerales. Los troncos vagales anterior y posterior son la continuación de los nervios vagos izquierdo y derecho, que salen del plexo esofágico y atraviesan el hiato esofágico por las caras anterior y posterior del esófago y el estómago (fig. 5-55). Los nervios vagos conducen fibras parasimpáticas presinápticas y aferentes viscerales (principalmente para las sensaciones inconscientes asociadas a los reflejos) hacia los plexos aórticos abdominales y los plexos periarteriales, que se extienden a lo largo de las ramas de la aorta. Los nervios esplácnicos pélvicos se diferencian de otros nervios esplácnicos (tabla 5-8) en que: No se relacionan en absoluto con los troncos simpáticos. 622 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org Proceden directamente de los ramos anteriores de los nervios espinales S2- S4. Conducen fibras parasimpáticas presinápticas hacia el plexo hipogástrico inferior (pélvico). 623 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org FIGURA 5-54. Nervios autónomos de la pared posterior del abdomen. A) Origen y distribución de las fibras simpáticas y parasimpáticas presinápticas y postsinápticas, y ganglios implicados en la inervaciónde las vísceras abdominales. B) Fibras que inervan los plexos intrínsecos de las vísceras abdominales. 624 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org FIGURA 5-55. Nervios esplácnicos, plexos nerviosos y ganglios simpáticos del abdomen. TABLA 5-8. INERVACIÓN AUTÓNOMA DE LAS VÍSCERAS ABDOMINALES (NERVIOS ESPLÁCNICOS) Las fibras presinápticas terminan en los cuerpos celulares aislados y dispersos de las neuronas postsinápticas que se sitúan sobre las vísceras abdominales o en su interior, y constituyen ganglios intrínsecos (o, en el 625 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org caso del tracto GI, entéricos) (fig. 5-54 B). Las fibras parasimpáticas presinápticas y las fibras aferentes viscerales reflejas transportadas por los nervios vagos se extienden hacia los ganglios intrínsecos de la porción inferior del esófago, el estómago, el intestino delgado (incluido el duodeno), el colon ascendente y la mayor parte del colon transverso (fig. 5-54 A); las que son transportadas por los nervios esplácnicos pélvicos inervan el colon descendente y el colon sigmoideo, el recto y los órganos pélvicos. En cuanto al tubo digestivo, los nervios vagos proporcionan la inervación parasimpática para el músculo liso y las glándulas del intestino hasta la flexura cólica izquierda; los nervios esplácnicos pélvicos inervan el resto. La inervación parasimpática en el abdomen está involucrada principalmente en promover la peristalsis y la secreción. PLEXOS AUTÓNOMOS EXTRÍNSECOS Los plexos autónomos extrínsecos abdominales son redes de nervios formadas por fibras simpáticas y parasimpáticas que rodean la aorta abdominal y sus ramas principales (figs. 5-54 y 5-55). Los plexos celíaco, mesentérico superior y mesentérico inferior están interconectados. Los ganglios simpáticos prevertebrales están distribuidos entre los plexos celíaco y mesentérico. El plexo celíaco, que rodea la raíz del tronco celíaco (arterial), contiene los ganglios celíacos derecho e izquierdo (de unos 2 cm de largo) que se unen, superior e inferiormente, al tronco celíaco (figs. 5-54 A y 5-55). La raíz parasimpática del plexo celíaco es una rama del tronco vagal posterior, que contiene fibras de los nervios vagos derecho e izquierdo. Las raíces simpáticas del plexo celíaco son los nervios esplácnicos mayor y menor. El plexo mesentérico superior y el ganglio o los ganglios mesentéricos superiores rodean el origen de la AMS. El plexo tiene una raíz medial y dos laterales. La raíz medial es rama del plexo celíaco, mientras que las raíces laterales surgen de los nervios esplácnicos menor y mínimo, algunas veces con una contribución del primer ganglio lumbar del tronco simpático. El plexo mesentérico inferior rodea a la AMI y emite divisiones para sus ramas. Recibe una raíz medial del plexo intermesentérico y raíces laterales de los ganglios lumbares de los troncos simpáticos. También puede aparecer un ganglio mesentérico inferior justo debajo de la raíz de la AMI. El plexo intermesentérico forma parte del plexo nervioso aórtico situado entre las arterias mesentéricas superior e inferior. Da origen a los plexos renal, testicular u ovárico y ureteral. El plexo hipogástrico superior continúa con el plexo intermesentérico y el plexo mesentérico inferior, y se sitúa anterior a la porción inferior de la 626 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org aorta abdominal y su bifurcación (tabla 5-8). Los nervios hipogástricos derecho e izquierdo unen el plexo hipogástrico superior con el plexo hipogástrico inferior. El plexo hipogástrico superior da fibras para los plexos ureteral y testicular y un plexo a cada arteria ilíaca común. Los plexos hipogástricos inferiores son una mezcla de plexos simpáticos y parasimpáticos formados a cada lado a medida que los nervios hipogástricos del plexo hipogástrico superior se funden con los nervios pélvicos esplácnicos. Tanto el derecho como el izquierdo están situados a los lados del recto, el cuello uterino y la vejiga urinaria. Los plexos reciben pequeñas ramas de los ganglios simpáticos sacros superiores y de las fibras parasimpáticas sacras eferentes de los nervios espinales S2-S4 (nervios esplácnicos pélvicos parasimpáticos). Las extensiones del plexo hipogástrico inferior envían fibras autónomas a lo largo de los vasos sanguíneos, que forman plexos viscerales en las paredes de las vísceras pélvicas (p. ej., plexos rectal y vesical). PLEXOS INTRÍNSECOS: EL SISTEMA NERVIOSO ENTÉRICO Los plexos ganglionares intrínsecos del tracto gastrointestinal, que se extienden del esófago medio hasta el esfínter anal interno y a lo largo del sistema ductal pancreatobiliar, forman el sistema nervioso entérico (SNE). El SNE consta de dos plexos interconectados (figs. 5-54 B): 1) el plexo mientérico (Auerbach), localizado entre las capas longitudinal y circular de la capa muscular externa intestinal y relacionado principalmente con la motilidad y actividad vasomotora de esta área (aunque se localiza en el estómago, también está relacionado con la secreción), y 2) el plexo submucoso (Meissner), localizado en la submucosa intestinal (principalmente en el intestino delgado, aunque está diseminado en el esófago y el estómago), que se relaciona con la secreción exocrina y endocrina, la actividad vasomotora, la micromotilidad y la actividad inmunitaria (inflamación e inmunomodulación) de la mucosa. La actividad vasomotora (control del flujo sanguíneo) en este nivel influye con el movimiento del agua y los electrólitos. En el páncreas, la vesícula biliar, el conducto quístico y los conductos biliares principales se extienden plexos correspondientes con ganglios más pequeños y diseminados. Las neuronas motoras de estos ganglios intrínsecos o entéricos funcionan como neuronas postsinápticas del sistema parasimpático. Además de funcionar como neuronas de retransmisión que reciben y transmiten los impulsos eferentes enviados por las neuronas parasimpáticas presinápticas, también reciben el impulso de las fibras simpáticas postsinápticas (convirtiéndolas en neuronas de tercer orden en ese sistema). Tienen gran interconectividad con las neuronas eferentes circundantes, tanto directamente como a través de interneuronas, además de axones que terminan en el músculo liso y las glándulas (fig. 5-56 A). Las fibras aferentes viscerales 627 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org extrínsecas transmiten un reflejo largo (hambre, saciedad y náusea) y las sensaciones de dolor al SNC a través de los ganglios sensoriales vagales (nodosos) y torácicos (fig. 5-56 B). Además, existen neuronas aferentes intrínsecas, cuyos cuerpos celulares se localizan en los plexos, que monitorizan las condiciones mecánicas y químicas en el intestino y se comunican con las neuronas eferentes, proporcionando un circuito reflejo local (corto), además de enviar información a nivel central. Por lo tanto, los haces nerviosos interconectados de los plexos comprenden fibras simpáticas postsinápticas, fibras parasimpáticas, presinápticas y postsinápticas, fibras de interneuronas y fibras aferentes viscerales largas y cortas. Estas neuronas intrínsecas y los plexos entéricos complejos en las que están conectadas integran y controlan la función intestinal con notable independencia, manteniendo actividades viscerales con mecanismos reflejos locales. El impulso del SNC simplemente regula la actividad del SNE a través del SNA; el sistema parasimpático principalmente promueve y el simpático inhibe la actividad motora y secretora en respuesta a las demandas globales del organismo de acuerdo con factores ambientales y circunstanciales. Con respecto a los esfínteres del músculo liso, las funciones de los sistemas simpático y parasimpático se invierten, pues el simpático mantiene el tono y el parasimpático lo inhibe. El SNE puede actuar de forma completamente autónoma, sin el impulso de ningún sistema; el intestino proveniente de un trasplante no está desnervado en el sentido habitual. 628 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org FIGURA5-56. El sistema nervioso entérico. A) Ilustración esquemática de la organización del sistema nervioso entérico en la pared intestinal. B) Diagrama de flujo que muestra los reflejos largos (extrínsecos) y cortos (intrínsecos) que participan en el sistema nervioso entérico. Se estima que el SNE incluye hasta 500 millones de neuronas —más que en toda la médula espinal— y emplea más de 40 neurotransmisores y neuromoduladores, incluyendo la mitad de toda la dopamina del organismo y el 95 % de toda la serotonina. Las células de sostén de las neuronas del SNE intrínseco son más parecidas a las células gliales (astroglia) del cerebro que a las células de Schwann del sistema nervioso periférico. Los capilares relativamente impermeables que se asocian con los ganglios proporcionan una barrera de difusión que se parece a la barrera hematoencefálica de los vasos sanguíneos cerebrales. Estos hechos, combinados con la complejidad y 629 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org la función autónoma, explican por qué se ha llegado a considerar al SNE como un «segundo cerebro» o al menos un tercer componente del sistema nervioso visceral. Su integridad y función apropiada son vitales. INERVACIÓN SENSITIVA VISCERAL Las fibras aferentes viscerales que conducen sensaciones dolorosas acompañan a las fibras simpáticas (motoras viscerales). Los impulsos dolorosos se dirigen retrógradamente a las fibras motoras a lo largo de los nervios esplácnicos hacia el tronco simpático. Las fibras pasan luego a través de los ramos comunicantes blancos hacia los ramos anteriores de los nervios espinales, y luego entran en la raíz posterior hacia los ganglios sensitivos de los nervios espinales y la médula espinal. A medida que se avanza caudalmente por el tubo digestivo, las vísceras son inervadas por ganglios sensitivos de los nervios espinales y segmentos medulares progresivamente más bajos. El estómago (intestino anterior) recibe información de los niveles T6-T9; el intestino delgado, a través del colon transverso (intestino medio), de los niveles T8-T12; y el colon descendente (intestino posterior), de los niveles T12-L2 (fig. 5- 57). Partiendo del punto medio del colon sigmoideo, las fibras dolorosas viscerales se dirigen junto con las fibras parasimpáticas hacia los ganglios sensitivos y niveles medulares espinales S2-S4. Son los mismos segmentos medulares implicados en la inervación simpática de esas porciones del tubo digestivo. 630 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org FIGURA 5-57. Inervación segmentaria de las vísceras abdominales. Segmentos medulares (aproximadamente) y ganglios sensitivos de los nervios espinales implicados en la inervación simpática y visceral aferente (dolor) de las vísceras abdominales. C U A D R O C L Í N I C O Dolor referido visceral El dolor que nace en una víscera como el estómago varía de sordo a intenso; sin embargo, el dolor se localiza mal; irradia al nivel del dermatoma que recibe fibras sensitivas viscerales del órgano afectado (fig. C5-13). 631 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org FIGURA C5-13. Áreas del dolor referido. Las fibras aferentes viscerales para las sensaciones reflejas (que suelen ser inconscientes) acompañan a las fibras parasimpáticas (viscerales motoras). DIAFRAGMA El diafragma es una estructura musculotendinosa, en forma de cúpula, que separa la cavidad torácica de la abdominal. El diafragma, el principal músculo inspiratorio, forma el suelo convexo de la cavidad torácica y el techo cóncavo de la cavidad abdominal (figs. 5-58 y 5-59). El diafragma desciende durante la inspiración; sin embargo, solo se mueve su porción central, porque su periferia, como origen fijo del músculo, se une al margen inferior de la caja torácica y las vértebras lumbares superiores. El diafragma se curva superiormente y forma las cúpulas derecha e izquierda; normalmente, la cúpula derecha es más alta que la izquierda, debido a la presencia del hígado (fig. 5-58). Durante la espiración, la cúpula derecha se eleva hasta la 5.a costilla y la cúpula izquierda asciende hasta el 5.o espacio intercostal. El nivel de las cúpulas diafragmáticas varía de acuerdo con la fase de la respiración (inspiración o espiración), la postura (p. ej., decúbito supino o bipedestación) y el tamaño y el grado de distensión de las vísceras abdominales. La porción muscular del diafragma está situada periféricamente, con fibras que convergen de forma radial en la porción aponeurótica central trifoliada, el centro tendinoso (fig. 5-58 A y B). Este tendón no tiene inserciones óseas y está dividido incompletamente en tres hojas, asemejándose a un trébol ancho. Aunque se sitúa cerca del centro del diafragma, el centro tendinoso está más cerca de la porción anterior del tórax. La cara superior del centro tendinoso se fusiona con la cara inferior del 632 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org pericardio fibroso (fig. 5-58 C). La porción muscular circundante forma una lámina continua; sin embargo, a efectos descriptivos y a partir de sus inserciones periféricas, se divide en tres partes (fig. 5-58 A): Una porción esternal, formada por dos bandas musculares que se insertan en la cara posterior del proceso xifoides; esta porción no siempre está presente. Una porción costal, compuesta por bandas musculares anchas que se insertan en las caras internas de los seis cartílagos costales inferiores y las costillas adyacentes en cada lado; esta porción forma las cúpulas del diafragma. Una porción lumbar, que se origina en dos arcos aponeuróticos, los ligamentos arqueados medial y lateral, y las tres vértebras lumbares superiores; esta porción forma los pilares musculares derecho e izquierdo, que ascienden hacia el centro tendinoso. Los pilares del diafragma son haces musculotendinosos que se originan en las caras anteriores de los cuerpos de las tres vértebras lumbares superiores, el ligamento longitudinal anterior y los discos IV (fig. 5-58 A). El pilar derecho, más ancho y largo que el izquierdo, se origina en las tres o cuatro primeras vértebras lumbares, mientras que el pilar izquierdo lo hace solo en las dos o tres primeras. Los pilares se unen mediante el ligamento arqueado medio, que pasa por encima de la cara anterior de la aorta. El diafragma también se inserta a cada lado en los ligamentos arqueados medial y lateral, que son engrosamientos de la fascia que cubre los músculos psoas mayor y cuadrado lumbar, respectivamente. 633 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org FIGURA 5-58. Inserciones, ubicación y características de la cara abdominal del diafragma. A) Partes del diafragma Inserciones, ubicación y características de la cara abdominal del diafragma. B) Inserciones de la cúpula derecha del diafragma. C) Inervación del diafragma. Hiatos del diafragma Las aperturas del músculo diafragma permiten el paso de estructuras (p. ej., 634 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org esófago, vasos, nervios y linfáticos) entre el tórax y el abdomen (figs. 5-58 a 5-60). Los tres orificios principales para la VCI, el esófago y la aorta son el foramen de la vena cava, el hiato esofágico y el hiato aórtico, respectivamente. FIGURA 5-59. Vasos sanguíneos del diafragma. FIGURA 5-60. Orificios del diafragma. FORAMEN DE LA VENA CAVA El foramen de la vena cava es una abertura en el centro tendinoso destinada principalmente al paso de la VCI. También lo atraviesan ramas terminales del nervio frénico derecho y algunos vasos linfáticos en su camino desde el hígado hacia los nódulos linfáticos frénicos medios y mediastínicos. El foramen de la vena cava se localiza a la derecha del plano medio, en la unión de las hojas derecha y media del centro tendinoso. El foramen de la vena cava, el más superior de los tres orificios diafragmáticos, se sitúa al nivel de la vértebra T8 o del disco IV entre las vértebras T8 635 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org y T9. La VCI se adhiere al borde del foramen; en consecuencia, cuando el diafragma se contraedurante la inspiración, aumenta el calibre del foramen y la VCI se dilata. Estos cambios facilitan el flujo sanguíneo hacia el corazón a través de esta gran vena. HIATO ESOFÁGICO El hiato esofágico es un orificio oval para el esófago situado en el músculo del pilar derecho del diafragma al nivel de la vértebra T10. Las fibras del pilar derecho se decusan (se cruzan entre sí) inferiormente al hiato y forman un esfínter muscular para el esófago, que se constriñe cuando se contrae el diafragma. En el 30 % de los individuos, un haz muscular superficial del pilar izquierdo contribuye a formar el borde derecho del hiato. Por el hiato esofágico también pasan los troncos vagales anterior y posterior, ramas esofágicas de los vasos gástricos izquierdos y unos pocos vasos linfáticos. HIATO AÓRTICO El hiato aórtico es un orificio posterior del diafragma para el paso de la aorta. Por el hiato aórtico pasan la aorta, la vena ácigos y el conducto torácico. Dado que la aorta no perfora el diafragma, el flujo sanguíneo por esta arteria no se ve afectado por los movimientos del músculo durante la respiración. La aorta pasa entre los pilares del diafragma posterior al ligamento arqueado medio, que se encuentra al nivel de la vértebra T12 (figs. 5-58 A y 5-60). OTRAS APERTURAS DIAFRAGMÁTICAS Entre las inserciones esternal y costal del diafragma, existe un pequeño orificio, el triángulo (agujero) esternocostal. A través de este triángulo pasan vasos linfáticos de la cara diafragmática del hígado y los vasos epigástricos superiores. Los troncos simpáticos pasan profundos al ligamento arqueado medial. Los nervios esplácnicos mayor y menor atraviesan los pilares del diafragma. Vasos y nervios del diafragma Las arterias del diafragma se ramifican en las caras superior e inferior del diafragma. La cara superior está irrigada por las arterias pericardiofrénicas y musculofrénicas, ramas de la arteria torácica interna, y las arterias frénicas superiores que se originan en la aorta torácica (fig. 5-59). Las arterias que irrigan la cara inferior del diafragma son las arterias frénicas inferiores, que característicamente son las primeras ramas de la aorta abdominal; sin embargo, también pueden originarse en el tronco celíaco. Las venas que drenan la cara superior del diafragma son las venas pericardiofrénicas y musculofrénicas, que drenan en las venas torácicas internas y, en el lado derecho, una vena frénica superior, que drena en la VCI. Posteriormente, algunas venas drenan en las venas ácigos y hemiácigos. Las venas frénicas inferiores drenan la sangre de la cara inferior del diafragma (fig. 5-59). La vena frénica inferior derecha suele 636 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org desembocar en la VCI, mientras que la vena frénica inferior izquierda es generalmente doble: la rama anterior al hiato esofágico termina en la VCI, mientras que la otra rama, más posterior, suele unirse a la vena suprarrenal izquierda. Los plexos linfáticos de las caras torácica y abdominal del diafragma se comunican libremente (fig. 5-61). Los nódulos linfáticos diafragmáticos anteriores y posteriores se encuentran en la cara torácica del diafragma. La linfa de estos nódulos drena en los nódulos linfáticos paraesternales, mediastínicos posteriores y frénicos. Los vasos linfáticos de la cara abdominal del diafragma drenan en los nódulos linfáticos diafragmáticos anteriores, frénicos y lumbares superiores (de la cava/aórticos). Los vasos linfáticos son densos en la cara inferior del diafragma, y constituyen el principal medio de absorción del líquido peritoneal y de las sustancias que se introducen mediante inyección intraperitoneal. Toda la inervación motora del diafragma procede de los nervios frénicos derecho e izquierdo, cada uno de los cuales se distribuye por una mitad del diafragma y se ori-gina de los ramos anteriores de los segmentos medulares C3-C5 (fig. 5-58 C). Los nervios frénicos también aportan fibras sensitivas (dolor y propiocepción) a la mayor parte del diafragma. Las porciones periféricas del diafragma reciben su inervación sensitiva de los nervios intercostales (los seis o siete inferiores) y de los nervios subcostales. 637 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org FIGURA 5-61. Drenaje linfático del diafragma. C U A D R O C L Í N I C O Sección del nervio frénico La sección de un nervio frénico en el cuello causa una parálisis completa y posible atrofia de la porción muscular de la mitad correspondiente del diafragma, excepto en personas que tienen un nervio frénico accesorio. La parálisis de un hemidiafragma puede reconocerse radiográficamente por su elevación permanente y su movimiento paradójico. Dolor referido del diafragma El dolor procedente del diafragma se irradia hacia dos áreas diferentes debido a la diferencia en la inervación sensitiva del diafragma. El dolor causado por la irritación de la pleura diafragmática o del peritoneo diafragmático se refiere a la región del hombro, el área de piel inervada por los segmentos C3-C5 de la médula espinal. Estos segmentos también contribuyen con ramos anteriores a los nervios frénicos. La irritación de las regiones periféricas del diafragma, inervadas por los nervios intercostales inferiores, es más localizada, y se refiere a la piel situada sobre los márgenes costales de la pared anterolateral del abdomen. Rotura del diafragma y hernia de las vísceras La rotura del diafragma y la hernia de las vísceras pueden deberse a un intenso aumento súbito de la presión intratorácica o intraabdominal. La causa habitual de estas lesiones es un traumatismo grave en un accidente automovilístico. La mayoría de las roturas del diafragma afectan al lado izquierdo (95 %), debido a que la importante masa del hígado, que se asocia íntimamente al diafragma en el lado derecho, proporciona una barrera física. Entre las porciones costal y lumbar del diafragma hay una zona no muscular de tamaño variable denominada triángulo lumbocostal. Esta parte del diafragma normalmente solo está formada por la fusión de las fascias diafragmáticas superior e inferior. Cuando se produce una hernia diafragmática traumática, el estómago, el intestino delgado y su mesenterio, el colon transverso y el bazo pueden herniarse hacia el tórax a través de esta zona. La hernia de hiato (hiatal), una protrusión de parte del estómago en el tórax a través del hiato esofágico, ya se ha comentado en el presente capítulo. Las estructuras que atraviesan el hiato esofágico (troncos vagales, vasos frénicos inferiores izquierdos, ramas esofágicas de los vasos gástricos izquierdos) pueden 638 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org lesionarse en el curso de intervenciones quirúrgicas sobre el hiato esofágico (p. ej., reparación de una hernia de hiato). Hernia diafragmática congénita En la hernia diafragmática congénita, parte del estómago y el intestino se hernian a través de un amplio defecto posterolateral (foramen de Bochdalek) en la región del triángulo lumbocostal del diafragma. La herniación se produce casi siempre en la izquierda debido a la presencia del hígado en el lado derecho. Este tipo de hernia se debe al complejo desarrollo del diafragma. El defecto posterolateral del diafragma es la única anomalía congénita del diafragma relativamente común, que aparece en aproximadamente 1 de cada 2 200 recién nacidos (Moore et al., 2016). Con vísceras abdominales en el espacio limitado de la cavidad torácica prenatal, un pulmón (en general el izquierdo) no tiene espacio para desarrollarse normalmente o para inflarse tras el nacimiento. Debido a la hipoplasia pulmonar resultante, la tasa de mortalidad en estos lactantes es elevada (un 76 %). PARED POSTERIOR DEL ABDOMEN La pared posterior del abdomen está compuesta principalmente, de profundidad (posterior) a superficie (anterior), por: Cinco vértebras lumbares y los correspondientes discos IV asociados. Los músculos de la pared posterior del abdomen (psoas mayor, cuadrado lumbar, ilíaco, transverso y oblicuos interno y externodel abdomen). El plexo lumbar, compuesto por los ramos anteriores de los nervios espinales lumbares. La fascia, incluida la fascia toracolumbar. El diafragma, que contribuye a formar la parte superior de la pared posterior. Grasa, nervios, vasos y nódulos linfáticos. Fascia de la pared posterior del abdomen La pared posterior del abdomen está cubierta por una capa continua de fascia endoabdominal, que se sitúa entre el peritoneo parietal y los músculos. La fascia que tapiza la pared posterior del abdomen se continúa con la fascia transversal, que recubre el músculo transverso del abdomen (fig. 5-62). La denominación de la fascia se ajusta a la estructura que cubre. La fascia del psoas, que recubre el músculo psoas mayor (vaina del psoas), se fija medialmente a las vértebras lumbares y a la línea 639 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org Push Button0:
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