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490 Capítulo 23 de que todas las aves deben tener picos, plumas, no poseer dientes, etcé- tera. Luego vuelven a examinar el mundo viviente y observan si algunos organismos pueden razonablemente llamarse aves sin que se ajusten a la defi nición actual de “ave”. Si no es así, se sostiene la defi nición. Si se presentan demasiadas excepciones, pueden modifi car la defi nición o in- cluso abandonarla. En ocasiones los sistemáticos determinan que una aparente excepción (el murciélago, por ejemplo) parece un ave sólo de manera superfi cial y no debe considerarse como tal. El murciélago tiene todas las características básicas de un mamífero, como es el pelo y las glándulas mamarias que producen leche para las crías. Las homologías moleculares ayudan a aclarar la fi logenia Cuando evoluciona una nueva especie, no siempre muestra diferencias fenotípicas obvias cuando se le compara con especies cercanamente emparentadas. Por ejemplo, dos especies distintas de moscas de la fruta pueden parecer idénticas. Sin embargo, parte de su ADN, proteínas y otras moléculas son diferentes. Dichas variaciones en la estructura de macromoléculas específi cas entre especies, como las diferencias en es- tructura anatómica, son el resultado de mutaciones. Los avances en la biología molecular proporcionan las herramientas para que los biólogos comparen las macromoléculas de varios organismos. De hecho, ahora los organismos pueden identifi carse a partir de su estructura molecular. En 2003, científi cos en la Universidad de Guelph, en Canadá, pro- pusieron en la revista británica Proceedings of the Royal Society que se identifi caran todas las cosas vivas por sus secuencias únicas de ADN o ARN en lugar de basarse en su estructura física. La secuencia molecular seleccionada puede usarse como marcador genético, o código de ba- rras, para identifi car organismos, en forma muy parecida a los códigos de barras en los artículos de una tienda de autoservicio. Este método puede emplearse para distinguir entre especies que parecen iguales. Por ejem- plo, hasta hace muy poco el elefante africano y el elefante indio eran las únicas dos especies reconocidas de elefantes vivos. Mediante métodos moleculares, los biólogos demostraron que existen al menos dos espe- cies distintas de elefantes africanos. Cada especie tiene su propio código de barras de ADN distintivo. Los biólogos pueden usar los códigos de barras para identifi car la especie de un organismo en cualquier etapa de la vida, incluso como huevo o semilla. La ciencia de la sistemática molecular se enfoca en la estructura molecular para aclarar relaciones evolutivas. Para comparar las macromo- léculas de los organismos por estudiar se usan secuencias de ADN, ARN y aminoácidos. Las macromoléculas que son funcionalmente simi- lares en dos tipos diferentes de organismos se consideran homólogas si su secuencia subunitaria es similar. Dichas comparaciones ofrecen a los sistemáticos valiosa información acerca del grado de relación entre los organismos. Mientras más secuencias subunitarias de dos especies coincidan, más estrechamente emparentadas estarán las especies. El número de diferencias en ciertas secuencias de nucleótidos de ADN o ARN, o en secuencias de aminoácidos en dos grupos de organismos, pueden refl ejar cuánto tiempo ha transcurrido desde que se ramifi caron a partir de un ancestro común. (Esto sólo puede ser cierto si los cam- bios moleculares ocurren a un ritmo estable). En consecuencia, pueden usarse macromoléculas específi cas como relojes moleculares. Muchos sistemáticos observan la estructura del ARN ribosomal como un auxiliar para determinar fi logenias. Todos los organismos co- nocidos tienen ribosomas que funcionan en la síntesis de proteínas y ciertas secuencias de nucleótidos de ARN ribosomal se han conservado bastante en la evolución. Recuerde que la división de los organismos en notocordio (barra esquelética) y hendiduras branquiales rudimenta- rias. Estos caracteres ancestrales compartidos (plesiomorfi as) indican una ascendencia común y sirven como base para la clasifi cación. La ascendencia es más remota entre el delfín y el pez que entre el delfín y el humano. Por tanto, aunque peces, humanos y delfi nes están agrupa- dos en un taxón más incluyente, el fi lo Chordata, humanos y delfi nes también se clasifi can en la clase Mammalia, un taxón menos incluyente dentro del fi lo Chordata, lo que indica que están más cercanamente emparentados. Determinar cuáles rasgos ilustran mejor las relaciones evolutivas puede ser un gran reto. Por ejemplo: ¿cuáles son las características taxo- nómicas más importantes de un ave? Uno podría mencionar plumas, pico, alas, ausencia de dientes, ponen huevos y endotermia (un animal endotérmico usa el calor metabólico para mantener una temperatura corporal constante a pesar de la variación en la temperatura ambien- tal). El ornitorrinco y algunos otros mamíferos (miembros de un grupo llamado monotremas) tienen muchas de estas mismas características: picos, ausencia de dientes, ponen huevos y endotermia. Sin embargo, no se les clasifi ca como aves (FIGURA 23-5). No obstante, ningún ma- mífero tiene plumas. ¿Este rasgo es un diagnóstico absoluto de las aves? De acuerdo con la sabiduría taxonómica convencional, la presencia o ausencia de plumas determina qué es y qué no es un ave. Sin embargo, como se estudiará más adelante, ¡las aves evolucionaron a partir de un grupo de dinosaurios cuyos fósiles tienen impresiones de plumas! La pre- sencia de plumas en algunos dinosaurios y en las aves es un carácter de- rivado compartido que muestra que están cercanamente emparentados. Muchos biólogos clasifi can ahora a las aves como parte del clado reptil. Por lo general, los organismos se clasifi can con base en una com- binación de rasgos en vez de un solo rasgo. El signifi cado de dichas combinaciones se determina de manera inductiva; esto es, mediante in- tegración e interpretación de datos. Tal inducción es una parte necesaria del proceso de la ciencia. Los sistemáticos pueden plantear la hipótesis FIGURA 23-5 ¿Este animal es un ave? Algunos mamíferos, como el ornitorrinco, ponen huevos, tienen picos y carecen de dientes. Sin embargo, el ornitorrinco no tiene plumas y nutre a sus crías con leche secretada por glándulas mamarias. © J ea n Ph ili pp e Va ri n/ Ja ca na /P ho to R es ea rc he rs , I nc . 23_Cap_23_SOLOMON.indd 49023_Cap_23_SOLOMON.indd 490 12/12/12 16:4912/12/12 16:49 Parte 5 La diversidad de la vida 23 Comprensión de la diversidad: sistemática 23.3 Reconstrucción de la historia evolutiva Las homologías moleculares ayudan a aclarar la filogenia
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