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Biología - Eldra Solomon, Linda Berg, Diana Martin - 9 Edición-comprimido-1175

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Comportamiento animal 1141
deposita alrededor de 1000 huevos fecundados al día en las celdas de 
cera del panal. 
La composición de una sociedad de abejas suele estar controlada 
por una feromona secretada por la reina. Dicha feromona impide que 
las obreras entronicen a una nueva reina y evita que los ovarios de las 
obreras se desarrollen (FIGURA 52-16). Si la reina muere o si la colonia 
crece tanto que los efectos inhibidores de la feromona se disipan, las 
obreras comienzan a alimentar algunas larvas con comida especial que 
promueve su desarrollo en nuevas reinas.
La abeja reina almacena en un receptáculo seminal células espermá-
ticas de apareamientos previos. Si ella libera esperma para fertilizar un 
huevo en cuanto es desovado, la descendencia resultante es hembra; en 
caso contrario, es macho. Así, los machos se desarrollan por partenogé-
nesis a partir de huevos no fecundados y son haploides. Puesto que un 
zángano es haploide, cada una de sus células espermáticas posee todos 
sus cromosomas; es decir, la meiosis no ocurre durante la producción de 
esperma. La abeja reina almacena este esperma durante toda su vida y lo 
usa para producir abejas obreras.
Las abejas obreras de un enjambre están más emparentadas entre sí 
que las hermanas nacidas de un padre diploide. En efecto, tienen hasta 
tres cuartas partes de sus genes en común. (En el supuesto de que la 
reina hubiera procreado con un solo zángano, comparten la mitad de los 
cromosomas de la reina y todos los cromosomas del zángano). Como 
consecuencia, están más estrechamente relacionadas entre sí que con su 
propia descendencia, en caso de haber podido tener alguna. (La descen-
dencia de una abeja obrera sólo tendría la mitad de sus genes en común 
con su madre). Las nuevas reinas también son sus hermanas. En conse-
cuencia, las abejas obreras tienen mayor probabilidad de pasar copias de 
sus genes a la siguiente generación al criar a estos individuos que si sólo 
produjesen su propia descendencia.
La división del trabajo entre las abejas obreras es determinada prin-
cipalmente por la edad. Las abejas obreras más jóvenes sirven como 
nodrizas que nutren las larvas de abejas. Después de una semana co-
mo nodrizas, las obreras comienzan a producir cera y a mantener las celdas 
de cera. Las obreras más viejas son forrajeras que llevan a casa néctar y 
polen. La mayoría de las abejas obreras muere a la edad madura de 42 días.
cerca se encuentre del centro de su territorio. Cerca de casa se com-
porta como un león, pero cuando invade el territorio de algunas otras 
aves, puede comportarse como un cordero. Algunas veces los machos 
respetan una línea neutral, una zona entre sus territorios donde nin-
guno es dominante.
El canto de las aves anuncia el territorio y a veces sustituye a las 
peleas. El canto también anuncia a hembras elegibles que un macho 
propietario reside en el territorio. Por lo general, las aves macho se pose-
sionan de un sitio sobresaliente, cantan y algunas veces muestran patro-
nes sorprendentes de coloración o acrobacia aérea a sus vecinos, rivales 
y algunas veces a sus parejas.
Los costos de la territorialidad incluyen el tiempo y la energía gas-
tados en delimitar y defender un territorio y los riesgos implicados en 
luchar por él. Los benefi cios a menudo incluyen los derechos de exclusi-
vidad por la comida dentro del territorio y un mayor éxito reproductivo. 
Los machos de una manada de leones se responsabilizan de todos los 
cachorros nacidos dentro de esa manada. Su capacidad para defender su 
territorio frente a la invasión de machos extraños asegura su éxito repro-
ductivo. Entre muchas especies, los animales que fracasan en establecer 
territorios no tienen éxito para reproducirse. La territorialidad también 
tiende a reducir los confl ictos entre miembros de la misma especie y ase-
gura el uso efi caz de los recursos ambientales al fomentar que los indivi-
duos se distribuyan en todo un hábitat.
Por lo general, la conducta territorial está relacionada con el estilo 
de vida específi co del animal y con cualquier aspecto de su ambiente que 
sea crítico para su éxito reproductivo. Por ejemplo, las aves marinas pue-
den estar presentes en cientos de kilómetros cuadrados de mar abierto 
pero muestran una conducta territorial sólo en los sitios donde anidan 
en una isla atestada. Los sitios de anidamiento son su recurso más escaso 
y uno por el que la competencia es más viva.
Algunas sociedades de insectos
están bastante organizadas
Los insectos sociales forman sociedades elaboradas. Las características 
de una sociedad altamente organizada incluyen la cooperación y la di-
visión del trabajo entre animales de sexos diferentes, grupos de edad o 
castas. Un sistema intrincado de comunicación refuerza la organización 
de la sociedad. Los miembros tienden a permanecer juntos y a resistir los 
intentos de forasteros para entrar al grupo.
Mediante la cooperación y la división del trabajo, algunos insectos 
construyen nidos complicados y crían jóvenes mediante métodos de 
producción en masa. Las abejas, hormigas, avispas y termitas forman las 
sociedades de insectos más organizadas. (Las tres primeras pertenecen, 
no por coincidencia, al mismo orden, Hymenoptera). Las sociedades de 
insectos se mantienen unidas debido a un complejo sistema de estímulos 
signo que van ligados a la interacción social y sus conductas tienden a ser 
bastante rígidas.
La organización social de las abejas ha sido estudiada con mayor 
amplitud que cualquier otro insecto social. Las instrucciones para la 
sociedad de las abejas es heredada y programada de antemano, y el ta-
maño y la estructura del sistema nervioso de las abejas permite sólo una 
gama limitada de variación conductual. Sin embargo, estos insectos no 
son autómatas. Dentro de estos límites, la complicada sociedad de las 
abejas puede responder con alguna fl exibilidad a los alimentos y otros 
estímulos ambientales.
Una sociedad de abejas suele constar de una sola reina adulta, hasta 
80,000 abejas obreras (todas hembras) y, algunas veces, pocos machos 
denominados zánganos que fecundan a reinas desarrolladas reciente-
mente. La reina, la única hembra en la colmena capaz de reproducirse, 
FIGURA 52-16 Mantenimiento de una estructura social 
complicada
Numerosas abejas obreras rodean a su reina (centro). Las obreras lamen 
constantemente las secreciones de la abeja reina. Estas secreciones, trans-
mitidas a través de toda la colmena, suprimen la actividad de los ovarios de 
las obreras.
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	Parte 7 Estructura y procesos vitales en animales 
	52 Comportamiento animal
	52.5 Costos y beneficios del comportamiento social
	Algunas sociedades de insectos están bastante organizadas

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